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Frente a estas conciencias de finitud hay tres posturas, las tres opciones son
unas posibles respuestas a la pregunta que surge después de la idea de finitud que
descubre el ser humano. Y esa pregunta que surge de la conciencia de la finitud es la
siguiente: ¿hay algo más? Frente a esta pregunta hay tres posturas según ya veníamos
mencionando anteriormente. Y esas tres posturas son las siguientes: la primera
postura que es meramente religioso del cual nos vamos ocupar más adelante
menciona que sí, efectivamente hay algo más. Otra postura que es lo contrario postula
que no, no hay algo más, una posición completamente aséptica. Y la tercera postura
es la postura de la filosofía que dice: no sé, pero estoy en busca de esa respuesta.
Ese momento fue crucial para el antes escéptico pensador que ahora será un
creyente cristiano. San Agustín es bastante particular de todos los filósofos
Medievales al plantear la relación entre la Fe y la Razón porque asegura lo siguiente:
“creo para comprender” mientras que en la mayoría de los filósofos medievales
imperaba la idea de comprendo para creer.
San Agustín en este sentido tiene otro ámbito de donde partir en todas sus
reflexiones y se va encargar en una sola cosa, En demostrar que Dios existe. Él tiene
una concepción bastante particular de Dios en ese entonces. Tendrá una concepción
de Dios para después ir fundando las ideas de la teología de ese entonces en
consecuencia para San Agustín la idea de Dios se va asemejar más, como
normalmente se llama el Dios de los filósofos, que es un Dios omnisciente
omnipotente y soberanamente bueno. Por otra parte, le va dar un lugar a Dios bastante
particular que después la religión se va apropiar de esa idea de que Dios está en el
interior de cada ser humano.
Para san Agustín hay tres tiempos en el que se puede contemplar la realidad
y esto le va llamar como ya se conoce en la actualidad: el pasado, el presente y el
futuro y a estos tres nominas le va dar su propio punto de vista, en consecuencia, va
decir San Agustín, el pasado no existe porque ya pasó y no hay tiempo del pasado, el
futuro todavía no es, por ello tampoco tiene una existencia en el tiempo. El presente
en este sentido seria el devenir de la nada a la nada, porque siempre estamos en ese
constante cambio del pasado al futuro.
Con esta afirmación san Agustín va concluir en una premisa de que el tiempo
no tiene una existencia real. Por qué un devenir de la nada a la nada no puede tener
existencia.
Por otra parte, la concepción que tiene san Agustín del hombre es bastante
peculiar pues es uno de los primeros pensadores en afirmar que el ser humano es un
sr formado por el cuerpo y espíritu. Esta concepción unitaria del cuerpo que postula
San Agustín después va ayudar a la religión para que pueda pronunciarse de los
pecados, ya que siendo el cuerpo y alma siendo uno solo el pecado cometido por la
persona, la persona misma es el responsable.
Después vendrán otros autores y pensadores más adelante que van a tratar de
continuar estos trabajos hechos por San Agustín y tratar de dar un sustento filosófico
a la religión y por consecuente a Dios, que era la pregunta fundamental de la filosofía
en la época medieval.