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Sumario: 1. Introducción, 2. Consideraciones en torno a la naturaleza jurídica del Contrato
Administrativo de Servicios, 3. Tratamiento de la prórroga automática en el régimen laboral
especial de Contratación Administrativa de Servicios (CAS), 4. Conclusiones.
1. Introducción
Segundo momento.- Este momento tiene inicio con la sentencia del TC, recaída
en el Exp. N° 00002-2010-PI/TC, específicamente en el fundamento 19 cuando
desarrolla el contenido del contrato regulado en la norma (Decreto Legislativo N°
1057), al señalar que tenía las características de un contrato de trabajo y no de
un contrato administrativo, en la medida en que prevé aspectos tales como la
determinación de la jornada de trabajo, descansos semanales y anual. Cabe
considerar que la denominación dada por el legislador a la norma cuestionada
resulta, cuando menos imprecisa, dado que se pretende conferir un significado
distinto al contenido que regula, debiendo entenderse como una contratación
laboral de carácter especial.
Sin embargo, a pesar del carácter temporal de este régimen laboral la figura legal
denominada prórroga automática no estaba regulada con anterioridad a la
emisión del D.Leg.Nº065-2011-PCM, entendida esta como aquella extensión
automática del plazo de vigencia, cuando el contrato o adenda tenía vencido el
plazo de vigencia y el servidor seguía prestando servicios, quizás por descuido de
las personas encargadas de supervisar estos contratos u otras razones que hayan
motivado la falta de la oportuna elaboración y suscripción de la respectiva
adenda.
Es preciso señalar que la figura legal de prórroga automática actuaba como una
suerte de presunción, careciendo de base legal, por cuanto ni el D.Leg. Nº 1057,
ni el D.S Nº 075-2008-PCM, regulaban expresamente en ningún extremo, el
supuesto de que un trabajador siga laborando con un contrato CAS vencido,
identificándose de este modo un vacío normativo; sin embargo, paradójicamente
fue el propio Tribunal Constitucional (TC) quien en sendos pronunciamientos
aplicó la figura de prórroga automática, a pesar de su evidente
inconstitucionalidad.
De otra parte debemos referir que con posterioridad el TC, ante el vacío
normativo, se pronunció cambiando de criterio refiriendo que “la regla
jurisprudencial de presunción de “prórroga automática del CAS” no es
compatible con nuestro régimen constitucional del trabajo, pues no protege los
derechos del trabajador como parte débil de la relación laboral; por el
contrario, se interpreta a favor del empleador y en contra del trabajador, lo que
justamente la Constitución en sus artículos 1º y 26º busca equiparar en virtud de
los principios rectores o de igualdad compensatoria, por el cual, reconociéndose
la existencia asimétrica de la relación laboral, se promueve por la vía
constitucional y legal la búsqueda de un equilibrio entre los sujetos de la
misma(Cfr. STC Exp. Nº0008-2005-PI/TC, fundamento 20, in fine); principios
que no podrían ser satisfechos en la medida en que, desde la opinión de la
mayoría, las consecuencias del incumplimiento de las normas laborales por
parte del respectivo empleador(al permitir a una persona laborar sin contrato)
lejos de favorecer al trabajador, lo pone en una situación de desventaja frente al
empleador.”[3]
(…)
(…)
De ello podemos señalar que la prórroga automática actuaría como una suerte de
contratación verbal, que bajo las normas del régimen CAS no resulta admisible,
por lo cual consideramos que en el eventual supuesto que el trabajador continúe
prestando servicios con un contrato CAS vencido en forma indefectible deberá
sujetarse a las reglas de una relación laboral a plazo indeterminado, según
corresponda, sea que esta fuese el régimen laboral de la actividad privada, o por
aplicación de la Ley Nº 24041, dependiendo del régimen laboral imperante en la
entidad en que se desempeñe el servidor.
Cabe señalar que si el trabajador inició sus labores al servicio del Estado en la
condición de contratado bajo el régimen especial de contratación administrativa
de servicios, los contratos y adendas suscritas con anterioridad al vencimiento no
resultan inválidos, siempre que estos hayan cumplido con la formalidad exigida
por la normativa legal, empezando a computar desde la fecha en que el servidor
empezó a laborar sin un contrato, dicho en otra palabras con un contrato CAS
vencido, el término requerido para alcanzar su estabilidad laboral.
4. Conclusiones
Del desarrollo del presente trabajo podemos extraer las siguientes conclusiones:
[5] Seguidamente el citado autor señala “De otro lado, teniendo en cuenta que
el principio de progresividad y no regresividad de los derechos laborales tiene su
base y sustento en el principio protector creemos pertinente citar el primer
párrafo del artículo 23 de la misma Constitución que establece que el trabajo, en
sus diversas modalidades, es objeto de atención prioritaria del Estado, el cual
protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido que
trabajan y especialmente el tercer párrafo que sentencia que ninguna relación
laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer
o rebajar la dignidad del trabajador.” TOLEDO TORIBIO, Omar. El Principio
de Progresividad y no regresividad, disponible en
«www.derechoycambiosocial.com».