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HISTORIA DE LA DERIVADA

Los problemas que dieron origen al cálculo infinitesimal, comenzaron a plantearse


en la época clásica de la antigua Grecia (siglo III a.c), pero no se encontraron
métodos sistemáticos de resolución hasta veinte siglos después (en el siglo XVII por
obra de Isaac Newton y Gottfried Leibniz).
En lo que compete a las derivadas existen dos conceptos de tipo geométrico que le
dieron origen:
 El problema de la tangente a una curva (Apolonio de Perge)
 El Teorema de los extremos: máximos y mínimos (Pierre de Fermat)

Juntas dieron origen al cálculo diferencial.

En el Siglo XVII Los matemáticos pierden el miedo que los griegos le habían tenido
a los infinitos: Johannes Kepler y Bonaventura Cavalieri fueron los primeros en
usarlos, empezaron a andar un camino que llevaría en medio siglo al descubrimiento
del cálculo infinitesimal. Y mediados del siglo XVII, las cantidades infinitesimales
fueron cada vez más usadas para resolver problemas de cálculos de tangentes,
áreas, volúmenes; los primeros darían origen al cálculo diferencial, los otros al
integral.

Newton y Leibniz A finales del siglo XVII sintetizaron en dos conceptos, métodos
usados por sus predecesores los que hoy llamamos derivadas e integrales.
Desarrollaron reglas para manipular las derivadas (reglas de derivación) y
mostraron que ambos conceptos eran inversos (teorema fundamental del cálculo).
Newton desarrolló en Cambridge su propio método para el cálculo de tangentes. En
1665 encontró un algoritmo para derivar funciones algebraicas que coincidía con el
descubierto por Fermat. A finales de 1665 se dedicó a reestructurar las bases de su
cálculo, intentando desligarse de los infinitesimales, e introdujo el concepto de
fluxión, que para él era la velocidad con la que una variable varía con el tiempo.

Leibniz, por su parte, descubrió y comenzó a desarrollar el cálculo diferencial en


1675. Fue el primero en publicar los mismos resultados que Newton descubriera 10
años antes. En su investigación conservó un carácter geométrico y trató a la
derivada como un cociente incremental y no como una velocidad. Fue quizás el
mayor inventor de símbolos matemáticos. A él se deben los nombres de: cálculo
diferencial y cálculo integral, así como los símbolos y el símbolo de la integral.
En matemáticas, la derivada de una función, es la razón de cambio instantánea con
la que cambia el valor de dicha función matemática, según cambie el valor de
su variable independiente. La derivada de una función es un concepto local, es
decir, se calcula como el límite de la rapidez de cambio media de la función en cierto
intervalo, cuando el intervalo considerado para la variable independiente se torna
cada vez más pequeño. Por ello se habla del valor de la derivada de una función en
un punto dado.
Un ejemplo habitual aparece al estudiar el movimiento: si una función representa
la posición de un objeto con respecto al tiempo, su derivada es la velocidad de
dicho objeto. Un avión que realice un vuelo transatlántico de 4500 km entre las
12:00 y las 18:00, viaja a una velocidad media de 750 km/h. Sin embargo, puede
estar viajando a velocidades mayores o menores en distintos tramos de la ruta. En
particular, si entre las 15:00 y las 15:30 recorre 400 km, su velocidad media en ese
tramo es de 800 km/h. Para conocer su velocidad instantánea a las 15:20, por
ejemplo, es necesario calcular la velocidad media en intervalos de tiempo cada vez
menores alrededor de esta hora: entre las 15:15 y las 15:25, entre las 15:19 y las
15:21.
Entonces el valor de la derivada de una función en un punto puede interpretarse
geométricamente, ya que se corresponde con la pendiente de la recta tangente a
la gráfica de la función en dicho punto. La recta tangente es, a su vez, la gráfica de
la mejor aproximación lineal de la función alrededor de dicho punto. La noción de
derivada puede generalizarse para el caso de funciones de más de una variable con
la derivada parcial y el diferencial.

HISTORIA DE INTEGRALES
La integración se puede trazar en el pasado hasta el antiguo
Egipto, circa 1800 a. C., con el papiro de Moscú, donde se demuestra que ya se
conocía una fórmula para calcular el volumen de un tronco piramidal. La primera
técnica sistemática documentada capaz de determinar integrales es el método de
exhausción de Eudoxo (circa 370 a. C.), que trataba de encontrar áreas y
volúmenes a base de partirlos en un número infinito de formas para las cuales se
conocieran el área o el volumen. Este método fue desarrollado y usado más
adelante por Arquímedes, que lo empleó para calcular áreas de parábolas y una
aproximación al área del círculo. Métodos similares fueron desarrollados de forma
independiente en Chinaalrededor del siglo III por Liu Hui, que los usó para
encontrar el área del círculo. Más tarde, Zu Chongzhi usó este método para
encontrar el volumen de una esfera. En el Siddhanta Shiromani, un libro de
astronomía del siglo XII del matemático indio Bhaskara II, se encuentran algunas
ideas de cálculo integral.
Hasta el siglo XVI no empezaron a aparecer adelantos significativos sobre el
método de exhausción. En esta época, por un lado, con el trabajo de Cavalieri con
su método de los indivisibles y, por otro lado, con los trabajos de Fermat, se
empezó a desarrollar los fundamentos del cálculo moderno. A comienzos del siglo
XVII, se produjeron nuevos adelantos con las aportaciones de Barrow y Torricelli,
que presentaron los primeros indicios de una conexión entre la integración y
la derivación.

La integración es un concepto fundamental del cálculo y del análisis matemático.


Básicamente, una integral es una generalización de la suma de infinitos sumandos,
infinitamente pequeños.
El cálculo integral, encuadrado en el cálculo infinitesimal, es una rama de
las matemáticas en el proceso de integración o antiderivación. Es muy común en la
ingeniería y en la ciencia; se utiliza principalmente para el cálculo de áreas y
volúmenes de regiones y sólidos de revolución.
Fue usado por primera vez por científicos como Arquímedes, René
Descartes, Isaac Newton, Gottfried Leibniz e Isaac Barrow. Los trabajos de este
último y los aportes de Newton generaron el teorema fundamental del cálculo
integral, que propone que la derivación y la integración son procesos inversos.

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