Professional Documents
Culture Documents
COLEGIO DE LA PROVIDENCIA
ENCUENTRO DE MATRIMONIOS Y DE PADRES
23 de mayo de 2019
“Las familias fuertes se construyen sobre matrimonios fuertes”
(Benedicto XVI)
1) Breve Presentación
2) Diálogo para conocernos
3) El Matrimonio como Vocación
Breve Presentación
Este encuentro pretende ser algo sencillo en el cual recordarles a Ustedes
el A-B-C de la vida Matrimonial y Familiar: las cosas profundas de la vida son
simples, nosotros somos los que complicamos la vida. Será como un Aperitivo.
Por eso, me propongo que Ustedes se vayan con más interrogantes que
respuestas, a fin de que busquen la verdad sobre su Matrimonio y su Familia
y quieran vivir en ella.
Soy un sacerdote católico, pero ante todo soy alguien que cree en Jesús,
por eso, lo que les voy a decir no es por oficio, sino por convicción: compartir
la certeza de quien cree en el Designio de Dios sobre el ser humano varón y
mujer, y, por tanto, sobre el Matrimonio y la Familia. Quisiera darles con mis
más de 40 años de ministerio sacerdotal, de haber escuchado y acompañado
a mucha gente, mi testimonio de la belleza, la verdad y la bondad de la vida
matrimonial y familiar encaminada según el designio sabio y amoroso de Dios.
Diálogo para conocernos
Quisiera saber algo de ustedes: ¿Levanten la mano los que tengan alguna
capacitación laboral a nivel terciario, no importa si es universitaria o de un
profesorado o de un determinado arte (por ejemplo, ser chef o técnico
mecánico, etc.)?
¿Cuánto tiempo y cuánta energía han empleado y dedican a formarse para
alguna profesión laboral? Quisiera que empiecen a contar desde que fueron a
preescolar.
Ahora, quisiera que se hagan una pregunta pero que no la respondan en
este momento: ¿Cuánto tiempo y energía han dedicado y dedican a formarse
como esposos y como padres?
Seguramente que el contraste en general es muy grande: a todos nos han
encaminado para que nos capacitemos lo más posible para alguna profesión
laboral y, probablemente, lo seguimos haciendo. Porque sabemos que hoy día
si no vivimos capacitándonos corremos el riesgo de quedar fuera del mercado
laboral o de estancarnos y no progresar. Y esto está bien que así sea de
nuestra parte.
Pero, ¿nuestra vida se agota en nuestra profesión laboral? ¿Estamos
llamados a ser solo personas que se dediquen a trabajar? ¿Cómo puede ser
que casi no hemos dedicado nada o muy poco de nosotros mismos a
formarnos permanentemente para ser esposos y padres? ¿Por qué esta actitud
suele ser la más común entre nosotros, incluso por parte de la Iglesia?
2
nosotros “ser como dioses”, quienes decidimos quién soy y quién estoy
llamado a ser.
Ratzinger dice en uno de sus escritos: “Cada vez hay más paganos
bautizados que no creen ni han conocido la fe. Sin fe el hombre sigue siendo
un pagano bautizado.”
Juan Pablo II habla de “descristianización” y Francisco de “no cristianos
bautizados porque olvidaron quién era Jesucristo”.
Paganos bautizados, descristianización, no cristianos bautizados. Tres
expresiones que se refieren a una misma realidad: mucha gente está
sacramentalizada, pero no evangelizada.
Una persona bautizada y no evangelizada termina siendo un sujeto
desestructurado, no sabe quién es ni quién está llamado a ser, es un sujeto
desintegrado y desintegrador de sí mismo, es decir, no sabe amar: no se deja
amar ni ama a nadie. Porque ser cristiano es vivir en el Amor, “Dios es Amor”
(1Juan 4, 8. 16).
“Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en
él.” (1Juan 4, 16).
Ser cristianos significa creer en el amor que procede de Dios. Por eso, ser
cristianos responde a nuestra más profunda vocación: el amor. El hombre
está hecho para el amor.
“El hombre no puede vivir sin amor. El permanece para sí mismo un
ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el
amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace
propio, si no participa en él vivamente.” (Juan Pablo II, Encíclica
Redemptor hominis 10).
No podemos vivir sin amor, es decir, sin experimentarnos realmente
amados y sin nosotros amar a los demás. El fracaso, la frustración más
grande en la vida de todo ser humano, varón o mujer, consiste en no haberse
experimentado amado y en no amar, no ser capaces de construir una
comunión de amor con otra persona.
¿Somos verdaderos cristianos evangelizados? ¿O somos cristianos
sacramentalizados, paganos bautizados, descristianizados, no cristianos
bautizados?
De la respuesta a esta pregunta va a depender el que vivamos o no vivamos
nuestra vocación al amor.
c) La Vocación al Amor en el Matrimonio y la Familia
Dios elige y llama a la casi totalidad de sus hijos al estado de vida
Matrimonial y Familiar para que custodien, revelen y comuniquen Su Amor a
todos los hombres.
Esta vocación al estado de vida Matrimonial y Familiar “solo es posible en
la Fe” (Ratzinger), es decir, “unidos por Dios” (Marcos 10, 1-11; Mateo 19, 1-
12). Y en esto consiste el sacramento del Matrimonio, en estar unidos por Dios.
4
“Cada niño que nace viene con el mensaje de que Dios no ha perdido su
esperanza en el hombre.” (R. Tagore).
¿Qué es lo que más necesitan los hijos recibir de sus padres?
Ver como papá y mamá se aman. Si ustedes supieran el inmenso bien que
les hacen a sus hijos cuando se expresan su amor conyugal delante de ellos
con un beso, una caricia, una mirada, una sonrisa, un abrazo, tomándose de
la mano, etc., vivirían todo el día demostrándose el amor mutuo ante ellos.
Lo que más necesitan los hijos de sus padres no es solamente saber y
experimentar que papá me quiere, que mamá me quiere, sino sobre todo,
saber y experimentar que papá y mamá se aman.
¿Les damos con frecuencia a nuestros hijos el alimento que más necesitan?
Pbro. Dr. Carlos Alberto SCARPONI