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Al hablar de las ventajas de los métodos de comunicación con grupos, los mismos autores
destacan que, son muy eficientes para la enseñanza de prácticas pues además de ser
objetivos, hay influencia del grupo en la aceptación de cambios, son útiles para el
entrenamiento de líderes, facilitan el contacto personal entre los participantes, se influencian
varias personas simultáneamente y facilitan el empleo de distintos medios de enseñanza;
pero plantean también como desventajas que, requieren más capacitación del extensionista
y de los demostradores, la movilización de los agricultores al sitio de reunión y que ellos
dispongan del tiempo necesario para asistir.
Por último, los medios de comunicación masiva son muy útiles para informar y promover
determinado programa, idea o práctica, pero son impersonales, costosos e ineficientes para
lograr por sí solos el cambio de actitudes de la gente, por ello se deben utilizar solamente
como un refuerzo o apoyo para la acción directa del extensionista.
En la breve exposición que antecede sobre los métodos que puede utilizar el extensionista
se observa cómo existe gran variedad de ellos, adaptables a las circunstancias particulares
donde le toque desarrollar sus actividades orientadas a lograr el cambio social, pero su
acción, para que tenga realmente una repercusión importante para el país o para la época
en que la realiza, debe estar orientada por una serie de principios o preceptos
fundamentales, es decir, debe obedecer a un modelo determinado. Por ello, se describe a
continuación seis modelos diferentes de Extensión agrícola, que respondieron a las
condiciones, necesidades y expectativas existentes en su época respectiva, (Andrade,
1981);
1. La extensión como educación a nivel del individuo para modificar su conducta, valores
y actitudes con respecto a un objetivo determinado para que luego actúe como
"reproductor" de la acción educativa.
2. El cambio se hace a través de la educación como institución socializadora y
culturizadora que incentiva o modifica los patrones de tipo rural o urbano. Es una
acción de cambio institucional, capacitando primero a los maestros.
3. El cambio inducido por intermedio de la acción colectiva que atiende a dinamizar el
proceso educativo mediante la acción in situ, tal como sucedió con la revolución
verde.
También durante la década de los años sesenta aparece un cuarto modelo de extensión de
corte socialista aplicado en Cuba por Zimmerman y Kaldor, basado inicialmente en la acción
directa del estado sobre tres áreas básicas:
Como se explicó antes, con esta orientación llegó la influencia del Servicio de Extensión
norteamericano a Latinoamérica y especialmente a Colombia.
La extensión como sistema organizado de educación rural se inició en Colombia en 1954 por
medio de un proyecto de extensión agrícola patrocinado por STACA (Servicio Técnico
Agrícola Colombo-Americano), en el departamento de Boyacá, que tenía dos objetivos
básicos: desarrollar un servicio de extensión modelo dentro de Colombia y adiestrar personal
colombiano para que se hiciera cargo de actividades nacionales de extensión (Di Franco, et
al., 1962).
En Julio de 1956 la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (C.V.C.) organizó un
servicio de extensión para dicho departamento, siguiendo en general el patrón establecido
por STACA en Boyacá.
Otro tanto realizó a nivel nacional el Ministerio de Agricultura estructurando, en julio de 1958,
la División de Extensión Agrícola, a la cual vinculó muchos funcionarios capacitados en el
proyecto de STACA ya mencionado.
El segundo Congreso Nacional de Cafeteros que creó en 1927 la Federación y le dio sus
primeros estatutos, concibió esta organización como una entidad de derecho privado,
conformada por todos los productores de café que quisieran pertenecer a ella, con el objetivo
fundamental de defender y promover el desarrollo de la industria cafetera y mejorar el nivel
de vida del caficultor. Para garantizar los recursos necesarios que le permitieran cumplir
dichos objetivos, los cafeteros le solicitaron al gobierno nacional la creación de un impuesto
a la exportación del café (Ley 76 de 1927), el cual sería recaudado y manejado por la
Federación mediante un contrato con el gobierno, quien a su vez vigilaría su inversión ( La
Federación, 1977).
En la primera etapa (1927-1930), los pocos investigadores técnicos que poseía la entidad,
ansiosos de que su experiencia y sus conocimientos sirvieran a los cafeteros, salían
personalmente al campo a realizar visitas a las fincas para enseñar a los agricultores
aspectos técnicos utilizando para ello contactos individuales.
En la segunda etapa, que cubre el periodo comprendido entre 1930 y 1959, funcionó la
"Campaña de Sanidad Vegetal y Conservación de Suelos", que trabajó de preferencia en las
fincas ubicadas estratégicamente en cada vereda para que cumplieran funciones
demostrativas, prefiriendo a una elite de agricultores generalmente "adoptadores tempranos"
y marginando a la mayoría, que se consideró reacios. En esta etapa se dio preferencia a las
realizaciones materiales que logra el funcionario. Aunque el sistema buscaba llegar a las
mayorías, se atendió solamente una minoría. No se buscó el desarrollo del hombre, se
pensó más en las plantas y en el suelo. Utilizando de preferencia los métodos de contacto
individual con cada cafetero en su propia finca.
El XXI Congreso Nacional de Cafeteros insatisfecho con la estrategia anterior y consciente
de que los problemas del productor cafetero tenían como fuente principal su baja capacidad
técnica y cultural, decidió organizar formalmente el Servicio de Extensión por medio del
Acuerdo No. 23 de octubre 6 de 1959, que sirvió en adelante como marco de referencia
permanente para sus actividades, puesto que le definió como su función principal: capacitar
al productor cafetero y a su familia especialmente en técnicas agropecuarias, para que a
través de su aplicación pueda obtener mayores ingresos y contribuir al mejoramiento de su
nivel de vida y al de su comunidad.
Todo lo anterior condujo a que en esta tercera etapa (1960-1969), a diferencia de la anterior
que le daba mayor importancia a las realizaciones físicas de aplicación, el Servicio de
Extensión le diera un énfasis especial a las labores educativas porque solamente contando
con caficultores capacitados podría alcanzarse su participación voluminosa, espontánea y
activa en los programas de desarrollo de las zonas cafetera. Este nuevo objetivo
fundamental del servicio se ha mantenido a través del tiempo. (Rodríguez, 1971)
Está formada por varios distritos de extensión y atiende uno o varios municipios. Está a
cargo del jefe seccional, que es un ingeniero agrónomo que tiene como funciones:
programar, ejecutar, supervisar e informar las actividades acordadas con el director de la
División Técnica y con el comité Departamental de Cafeteros respectivo.