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Copyright © Enrique Gallud Jardiel. Publicado en Humor Sapiens con el permiso de su autor.
Reservados todos los derechos.
Fiestas populares cotidiano imperfecto que conocemos. La definición del ideal sirve como Pelayo
Boletines Humor Sapiens fuente de comicidad. El humor, según el filósofo, se basa en la propia
El humor poético de Pablo
ignorancia, en ver a los hombres como incapaces de observarse a sí
Neruda - Marie-Laure Sara
mismos, revelándose faltas en lo que se suponía que eran virtudes. En esta
expresión platónica se halla la base de las teorías del contraste de los El humor político
sentimientos que más tarde habrían de elaborar los pensadores de la venezolano. Una Visión
CLÁSICOS DEL HUMOR escuela alemana. biológica meta compleja -
Oscar José Fernández
Fabre Es importante recordar que la risa en los humanos conserva muchos de los
Galíndez
Humorista literario y gráfico elementos de agresión y defensa que observamos en los primates. Esta
uruguayo. dimensión de la risa ha sido inexplicablemente desdeñada por los El humor político, ¿es
numerosos estudios dedicados al tema. Sin embargo, Platón ya había políticamente correcto? -
subrayado inequívocamente esta dimensión negativa de la risa. Desde el Pepe Pelayo
momento en que la risa es un placer, reír ante el engreimiento de nuestros
El humor viral de Virulo -
amigos constituye, por tanto, un regocijo ante sus desgracias y eso
Pepe Pelayo
también implica malicia, lo que es doloroso. Así, la risa precisa del placer y
¿SABÍA EL SIGNIFICADO? del sufrimiento. Por ello, el humor es decadente. Se basa en la malicia y en El humor vulgar, obsceno y
Diccionario Humor Sapiens la envidia.[3] grosero. - Pepe Pelayo
abelaruco, ca. Posteriormente Quintiliano afirmaría que la risa siempre se asocia a algo El humor y la buena imagen
(del lat. apicularuquis) bajo o humilde. - Pepe Pelayo
1. Se le dice a un hombre o En cuanto a la relación entre el humor y el desconocimiento de uno mismo, El humor y la tercera edad -
mujer de facha ridícula, que autores modernos han compartido la opinión platónica. Entre ellos Andrés Gananci
uno se ríe de su pinta. Baudelaire («Es necesario añadir que uno de los rasgos más característicos
El Humor, la Risa y el
de lo cómico absoluto es el de ignorarse a sí mismo»[4]) y Bergson («Un
Cristianismo - Pepe Pelayo
personaje cómico es generalmente cómico en la exacta medida en que se
ignora a sí mismo. Lo cómico es inconsciente.»[5]) El humorista, ¿es un
payaso? El payaso, ¿es un
humorista? - Pepe Pelayo
tema.[1] Menciona el problema en sus obras Poética, Retórica y Ética a Sánchez Verdeguer
Nicómaco. El filósofo no se propone una definición exacta de lo risible, ni La autoría del humor en los
mucho menos presentar una teoría completa. Sólo quiere hacer notar que espacios de Los siete libros
lo ridículo es un elemento esencial en la comedia y que el hombre es por de La Diana de Montemayor
naturaleza un animal ridens, aunque esto no es precisamente una - Linda Marie Sariego
virtud.[2]
La culturización del humor:
La teoría de la mimesis o imitación postula que lo trágico imita a hombres conversando con Enrique
superiores a lo normal y lo cómico, a hombres inferiores a nosotros Gallud Jardiel - Pepe Pelayo
mismos. En efecto, la diferencia esencial entre tragedia y comedia reside
en que ésta última se ocupa de caracteres de un tipo inferior. En la La evitabilidad de lo
comedia ve Aristóteles la imitación de los personajes de bajo valor, quizá políticamente correcto: El
influido por las obras de Aristófanes, el mejor comediógrafo de su tiempo: humor en la cuentística de
Rubén Darío - Beatriz Hoyo
La comedia es, como hemos dicho, mimesis de hombres inferiores, pero no Zapata
en todo el vicio, sino en lo risible, que es parte de lo feo; pues lo risible es
un defecto y una fealdad sin dolor ni daño, así, sin ir más lejos, la máscara La fotografía humorística -
tiene sólo un valor físico, sino también moral, en el sentido de «torpe». Por de tortura - Manny de la
degradación que los escritores ingleses desarrollaron más tarde. La Mona Risa - Luis Pescetti
Aristóteles considera diversos beneficios en el empleo del humor. Permite La risa con letra entra
las bromas porque cumplen algún servicio en la controversia. Nos recuerda (notas sobre humor y exilio)
que Gorgias decía que se debía matar la seriedad del oponente con las - Enrisco
bromas; sus chistes, con seriedad, en lo que tenía razón.[4] También
La Seña del Humor de
reconoce el carácter agresivo del humor: «El ingenio es la insolencia
Matanzas, Cuba - Pepe
cultivada.»[5]
Pelayo
En esta concepción del humor, el gran seguidor de Aristóteles es Cicerón,
Lo ridículo - Pepe Pelayo
quien se concentra en el uso del ridículo en la retórica e insiste en el
énfasis de Aristóteles en la «deformidad». Posteriormente, Thomas Hobbes Los agelastos (los que no
indicó que la risa estaba asociada a los débiles e incapaces que necesitan ríen) - Pepe Pelayo
reírse de los defectos ajenos, «aquellos que tienen conciencia de lo exiguo
Los chistes de tontos - Pepe
de su propia capacidad. No es algo propio de los hombres grandes que se
Pelayo
comparan sólo con los más capaces.»[6]
Los chistes ¿simples o
En tiempos más modernos Alexander Bain desarrolla la teoría y asegura
complicados? - Pepe Pelayo
que tanto la degradación de las personas como de los objetos puede ser
hilarante. «Es sin duda la comicidad de la parodia la que ha sugerido a Los cómicos callejeros -
algunos filósofos, en particular a Alejandro Bain, la idea de definir lo Pepe Pelayo
cómico en general como una degradación.»[7] No obstante, Bain
Los cubanos somos unos
puntualiza que Aristóteles debiera haber dicho que la comedia trata de lo
cómicos - Eduardo del Llano
que se volvió vil, pero era previamente digno.
Los enemigos del humor y
En cuanto a los oponentes directos de estas ideas ha de mencionarse a
su mala reputación - Pepe
James Beattie, quien sostiene que la teoría de Aristóteles es incorrecta
Pelayo
como explicación general de la risa, dado que los hombres ríen ante
aquello en lo que no existen faltas ni vileza de ningún tipo. Además, lo Los falsos límites entre el
risible no es, como sugiere Aristóteles, meramente una variedad de lo feo; arte y la caricatura - Raúl
por el contrario: los requerimientos de lo cómico posibilitan muchas veces Fernando Zuleta
la creación estética. No faltan las posturas éticas de lo que afirman que
Los humores de Divinsky:
ridiculizar a alguien no es humor sino enfado o violencia.
ilusión de una entrevista -
Dra. María Celina Bortolotto
Los humoristas
"multimedias" - Pepe Pelayo
Mafalda o la "Quinoterapia"
[1] Nos referimos al libro I de la Poética, desafortunadamente perdido, en
- Marie-Laure Sara
el que, al parecer, había teorizado sobre lo ridículo y sobre cuyo hallazgo se
basa la famosa novela Il nome della rosa, de Umberto Eco. Mário Soares e os Anos da
Democracia Satírica -
[2] De hecho sostuvo que lo serio era lo rector de la vida y que lo cómico
Osvaldo Macedo de Sousa
constituía una deficiencia moral o estética (Ética a Nicómaco, x, 6).
Oscar Salas, el caricaturista
[3] Aristóteles: Poética, p. 67. que dibujó los últimos
[4] Ibíd., Retórica, libro III. guiones de Fontanarrosa -
Pepe Pelayo
[5] Ibíd., libro II, cap. 12, 16.
Por favor, no se suene la
[6] Thomas Hobbes: Leviathan, libro I, cap. VI. nariz con este texto - Pepe
alma se siguen consecuencias importantes para la educación: la enseñanza Un con-sentido del humor -
no puede ser aburrida. El fastidium es grave obstáculo para el aprendizaje. Pepe Pelayo
Tomás basa sus reflexiones en las aseveraciones de Aristóteles quien, en Una (no muy rigurosa)
su Ética a Nicómaco, afirma que la falta de juego constituye un vicio.[3] investigación sobre el
Pero va más allá y entre las novedades que aporta respecto al original, en humor latinoamericano -
su Comentario a la Ética a Nicómaco de Aristóteles, sobresale la Pepe Pelayo
fundamentación del jugar como virtud plena. Jugar es bueno por una causa
Vos te reís pero es triste
principal: porque es útil a la vida humana como necesaria distensión ante
(sobre los posibles límites
la ansiedad de las preocupaciones y pesares de esta vida.
del humor) - Iván Lomsacov
Esta razón queda bien probada en la siguiente frase: «Si lo lúdico no
¿Cómo va surgiendo la risa
pudiera tener alguna razón de bien, no existiría ninguna virtud referente al
en el ser humano? - Pepe
mismo. Empero, lo lúdico tiene alguna razón de bien, en cuanto que es útil
Pelayo
a la vida humana.»[4]
¿El humor se puede
Aquí se parte de la base de la necesidad del hombre de relajarse y olvidar
enseñar? - Pepe Pelayo
momentáneamente sus angustias:
¿El humorista es más
Sabiendo, pues, que el descanso del alma se halla en el placer, como
propenso a deprimirse que
hemos visto anteriormente, debemos buscar un placer apropiado que alivie
otra persona? - Pepe Pelayo
la fatiga espiritual procurando un relajamiento de tensión del espíritu.[5]
¿El humorista nace o se
Este placer proporcionado por la relajación se consigue en los juegos de
hace? - Pepe Pelayo
palabra y obra, lícitos para el hombre sabio y prudente. En el mismo
artículo Utrum in ludis possit esse aliqua virtus [Si los juegos pueden ser ¿Humorista que escribe para
objeto de virtud], Tomás menciona también a San Agustín, quien niños o escritor que hace
recomienda «ser indulgentes con nosotros mismos, relajando un poquito la humor infantil? - Pepe
tensión del espíritu».[6] Pasa, a continuación, a definir las formas lícitas de Pelayo
actitud ante el juego. Indica que la regulación de los placeres del jugar
¿La gente con mayor
depende de la temperancia como virtud principal y de la eutrapelia como
sentido del humor es más
secundaria.[7] Sobre el primer punto trata en la misma cuestión, en
antisocial? - Pepe Pelayo
disquisiciones sobre si en el exceso de juego puede haber pecado y si en el
juego se puede pecar por defecto. Pero hace mayor énfasis en la existencia ¿Por qué pueden ser
de una virtud específica del jugar: la eutrapelia[8] o virtud del buen jugar o importantes los libros de
bromear. El término lo toma de Aristóteles y lo traduce libremente como chistes infantiles, ya sean
«alegría»: «[Aristóteles] dice que los que se comportan moderadamente escritos o dibujados? - Pepe
en el T son llamados eutrapélicos, como divirtiéndose apropiadamente, Pelayo
porque lo que se dice o se hace, lo convierten en motivo de risa.»[9]
¿Por qué teorizar sobre el
Según Sto. Tomás, el juego puede presentar diversas variedades —torpe, humor? - Aramís Quintero y
devoto y recreativo[10]—, en función de la evolución espiritual del que lo Pepe Pelayo
lleva a cabo:
¿Qué es la sonrisa? - Pepe
Hay tres tipos de jugar: el que de por sí es torpe y ese tal debe ser evitado Pelayo
sobre todo por los penitentes, como el ludus que es el teatro lascivo. Otro
¿Qué es un comediante?
ludus procede de la devoción y éste debe ser promovido. Hay finalmente
¿Es lo mismo que ser
un ludus que es oportuno de acuerdo con las circunstancias y que es bueno
humorista? - Pepe Pelayo
cuando sirve para tornar agradable el convivir.[11]
¿Quién inventa los chistes?
Esta última forma, el jugar, bien ordenado, es bueno y meritorio, pues sirve
- Pepe Pelayo
a la recreación.[12] Se encuentra, además, asociado de manera casi
automática a las inteligencias superiores, otro de los puntos que toma de
Aristóteles, quien afirma que el ignorante no puede apreciar las sutilezas
del juego:
[5] Ibíd., Suma de teología, ii-ii, 168, 2. (Ver también i-ii, 1, 6.)
[6] Ibíd.
[1] Every Man in his Humour y Every Man out of his Humour.
Entre sus defensores se halla Alexander Bain, quien mantiene que todo
humor supone la degradación de algo. Bergson también pertenece a esta
escuela. Para Bergson, la risa puede intimidar humillando. Su famoso libro
sobre la risa en realidad se refiere en gran medida a la risa como producto
de la burla. Charles Lalo afirma que la gran mayoría de los análisis hacen
de la risa un comportamiento de depreciación.[3]
Existe una pasión que no tiene nombre, cuya expresión exterior es la risa,
que siempre es alegría. Esta alegría no se debe a la mera percepción de un
chiste, porque los hombres ríen por infortunios e indecencias, donde no
existe ingenio ni broma alguna (Thomas Hobbes: Human Nature, cap. IX).
Sea lo que fuere que cause risa debe ser inesperado; este elemento es una
«gloria súbita»: El entusiasmo repentino es la pasión que mueve a aquellos
gestos que constituyen la risa; la causa o bien algún acto repentino que a
nosotros mismos nos agrada o la aprensión de algo deforme en otras
personas, en comparación con las cuales uno se ensalza a sí mismo.
(Leviatán, pp. 87-88.)
También cabe aducir que, en el caso de que riamos ante un cantante que
falla una nota que nosotros no podemos dar, no interviene ahí la propia
superioridad. Además, si sólo la superioridad fuera causa de risa, el
hombre adulto reiría constantemente del niño, el civilizado del salvaje, etc.
Entre los partidarios de esta teoría —aunque enuncien además las suyas
propias— se encuentra Arthur Schopenhauer, quien cree que el humor
depende del placer de hallar conexiones inesperadas entre las cosas. Y
también Enrique Jardiel Poncela, quien define así: «Humorismo es
reasociar elementos previamente disociados.»[5]
[5] Enrique Jardiel Poncela: Máximas mínimas, en O.C., vol. iv, p. 1114.
Las bases para esta noción las hallamos ya en Cicerón: «El chiste más
común es aquél en que esperamos oír una cosa y se dice otra.»[1]
Quintiliano fue el primero en mencionar como recursos humorísticos el
«efecto sorpresa» y la «expectativa defraudada».[2] Aunque es Kant quien
enuncia propiamente esta teoría, su antecedente inmediato es Blaise
Pascal, quien afirmó: «Nada hace reír tanto a las gentes como la
sorprendente disparidad entre lo que esperan y lo que ven suceder».[3]
Kant postula que la risa es una emoción que surge cuando algo que se
espera intensamente no sucede. Un ejemplo sería la violación intencionada
de un chiste, que acaba no siéndolo. Todos los ingredientes del chiste
pueden estar ahí, esperando ser utilizados, pero el edificio no se concluye.
La esencia de todo chiste, de toda broma parece ser una honesta y bien
intencionada sensación de lo inacabado: no llevar a cabo lo que se
pretende y afirmar que se está haciendo. Las tentativas inconclusas del
intelecto, las expectativas frustradas, la ruptura de la continuidad en el
intelecto: eso es la comedia, que se manifiesta en los agradables
espasmos a los que llamamos risa.[7]
[7] Ralph Waldo Emerson: «The Comic», en Letters and Social Aims, núm.
3, 1858.
Aunque parezca que la risa sea uno de los principales signos de gozo, sin
embargo sólo puede causarla cuando es mediocre y hay alguna admiración
o algún odio mezclado con él. Pues por experiencia encontramos que,
cuando estamos extremadamente gozosos, nunca el motivo de este gozo
hace que estallemos de risa.[5]
Otro antecedente claro del alemán sería Søren Kierkegaard, quien aseveró
que donde hay vida hay contradicción; y, donde hay contradicción, lo
cómico está presente.[2]
[4] Citado por Marcelino Menéndez y Pelayo: Historia de las ideas estéticas
en España, vol. ii, p. 118.
El siguiente paso del poeta es asociar este elemento con su base teológica.
En Mi corazón al desnudo, acaso su libro más sincero, Baudelaire escribió
que existen en todo hombre y a todas horas dos postulaciones
simultáneas: una hacia Dios y otra hacia Satán. La invocación a Dios, o
espiritualidad, es un deseo de ascender de grado; la de Satán, o
animalidad, es un gozo a rebajarse. Baudelaire propone que la risa es
primordialmente satánica, producida por la idea del hombre de su propia
superioridad sobre el mundo, esencialmente contradictoria, debido a su
miseria infinita ante el Ser absoluto que lo ha concebido. Para Baudelaire
la risa está íntimamente ligada a la caída original y, tal como la concebía
Platón, ésta contiene tanto elementos de alegría y júbilo como de pena y
dolor. La alegría en este caso, causada no por un hecho positivo y benéfico
sino por el mal sufrido por otro, emparenta a la risa con el mal y la
mezquindad.[2]
Ésta sería la risa necia, la del que no comprende: «La risa es, por lo
general, privativa de los tontos; siempre implica en mayor o menor medida
ignorancia y debilidad. »[5]
[2] Esta variedad de risa ya la había definido Voltaire: «La risa sarcástica,
perfidum ridens, es diferente; es la alegría que nos causa la humillación de
los demás. [...] Nuestro orgullo entonces se burla del orgullo necio de los
demás.» Diccionario filosófico, vol. ii, p. 521.
Detalla que los niños y las personas ignorantes se ríen de todo, a menudo
de una contrariedad, siempre que sea inesperada y se demuestre que su
idea preconcebida era errónea. El elemento de sorpresa puede hallarse en
los chistes comunes, que inducen al oyente a anticipar el final,
encontrándose luego con otro distinto, que le sorprende. Demostración de
que el humor se basa en la sorpresa es el hecho de que, cuando
escuchamos por segunda vez un chiste, la gracia que nos causa es menor.
El humor, si es conocido, va perdiendo su efecto.
[3] Charles Darwin: The Expresión of Emotions in Man and Animals, p. 198.
Darwin trató este tema en su obra The Expression of the Emotions in Man
and Animals, considerando a la risa primariamente como una expresión de
alegría o felicidad, surgida del alivio. Las observaciones que realizó sobre la
risa son datos muy valiosos, aunque no lograra sintetizarlos en una teoría
coherente.
La teoría del alivio tuvo opositores, como John Dewey, quien afirmó no
poder comprender por qué el placer como sentimiento debe transformarse
necesariamente en risa.[3]
Las cosas, repentinamente privadas del sentido que se les supone, del
lugar que tienen asignado en el pretendido orden del mundo [...] provocan
nuestra risa. La risa pertenece pues, originalmente, al diablo. Hay en ella
algo de malicia (las cosas resultan diferentes de lo que pretendían ser),
pero también algo de alivio bienhechor (las cosas son más ligeras de lo
que parecen, nos permiten vivir más libremente, dejan de oprimirnos con
su austera severidad).[7]
[1] «Como a veces al hombre le hace falta descansar dejando los trabajos
corporales, así también a veces le hace falta dejar la atención anímica por
la cual atiende a las cosas serias, para que el alma descanse, lo cual se
hace a través de lo lúdico. Por eso dice que por las actividades lúdicas hay
cierto descanso del hombre de la ansiedad de las solicitudes en esta vida y
del trato o convivencia humana.» Tomás de Aquino: Comentario a la Ética
a Nicómaco de Aristóteles, p. 279.
[6] A. Penjou: «Le rire et la liberté», en Revue Philosophique, vol. ii, 1893,
p. 113.
Nietzsche, más que explicar el origen del humor, nos habla de su utilidad.
Basa sus reflexiones en la noción de la risa como compensación del dolor.
Su postulado esencial es que el hombre sufre tan terriblemente en el
mundo que se ha visto obligado a inventar la risa. Sólo lo cómico nos
proporciona la fuerza precisa para soportar la tragedia de la existencia. En
otras palabras: Nietzsche se apresura a reírse de todo para no verse
obligado a llorar.[1] Sus doctrinas del superhombre y de la voluntad de
poder deben tratar de comprenderse en este contexto de risa y felicidad. El
poder que no tenemos es el poder de reír, de ser felices. El superhombre,
sin embargo, es un reidor. Estas ideas aparecen en la cuarta parte de Así
habló Zarathustra, en la que nos encontramos con ciertos personajes que,
en algunos aspectos, parecieran ser espíritus libres, pero que finalmente se
revelan como incapaces de reír. Y esta incapacidad les impide ser los
discípulos esperados por Zarathustra.
[4] Stanley Hall y Arthur Allin: «The Psychology of Tickling, Laughing and
the Comic».
Jardiel intentó en su obra llevar a cabo una total reivindicación del humor.
Su premisa es que lo trágico y lo cómico son los dos grandes géneros
primigenios y que lo dramático es un híbrido posterior e inferior a ambos:
[1] Con esta posición concordará asimismo Ludwig Wittgenstein: «El humor
no es una emoción, sino una filosofía de vida.» Culture and Value, p. 78.
[8] Ibíd., Tres proyectiles del 42, en O.C., vol. ii, p. 752.
[1] Citado por John Lippitt: Humour and Irony in Kierkegaard’s Thought.
[12] Michael Mulkay: On Humour: Its Nature and Place in Modern Society.
Mulkay, no obstante, elaboró su propia teoría, que se incluye en un
apartado posterior de este mismo trabajo.
Entre las últimas teorías sobre el origen lúdico del humor merece
destacarse la enunciada en los últimos años por Michael Mulkay, quien
considera que cualquier cosa puede volverse graciosa con sólo tomársela
en broma, como algo no serio. El goce de la risa se atribuye al surgimiento
súbito de un ánimo juguetón junto con un rechazo a tomar en serio
cualquier situación. El hombre, pues, modifica su entorno con su actitud y
crea causas de humor en todas las cosas:
[1] Michael Mulkay: On humour: its Nature and its Place in Society, p. 106.