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Revista

“La Guerra de la Adoración”

Título original
“A Guerra da Adoração”

Editor:
Marcos Pedrazas

Revisión y preparación del texto:


Marcos Pedrazas y Dorval Fagundes

Diseño gráfico y portada:


Danilo Rodrigues Conceição

Revisión teológica:
Marcelo Araújo

Producción del texto:


Alisson Lima, Eunice Dias, Josias Almeida,
Marcelo Araújo y Marcos Pedrazas

Traducción:
Wilson Moreyra
Prefacio
La música fue creada por Dios. Es una dádiva ofrecida a todo el Uni-
verso. Nació en el corazón de Dios para ser un punto de encuentro en-
tre el Creador y la criatura. Un momento de comunión en el cual los se-
res creados pudiesen expresar su admiración y adorar al gran Creador.
Sin embargo, ese propósito fue amenazado cuando un gran con-
flicto se inició en el Cielo entre Cristo y Satanás. La guerra alcanzó el
planeta Tierra y envolvió directamente al hombre. Los progenitores de
la raza humana fueron colocados en el mundo como mayordomos y
adoradores del Altísimo, pero al ser vencidos por Satanás fueron he-
chos enemigos de Dios. Como consecuencia perdieron el buen sentido
de la verdadera adoración.
Mientras tanto, Dios en su infinita bondad y misericordia vino en
busca del hombre con el propósito de redimirlo y restaurarlo a su con-
dición de verdadero adorador. Así se inició y prosigue hasta los días de
hoy la lucha entre las fuerzas del bien y del mal, entre Cristo y Satanás,
entre la verdadera adoración y la falsa.
La presente obra, “La Guerra de la Adoración” aborda aspectos im-
portantes con respecto al gran conflicto con una amplia información
bíblica y musical, distribuida en 7 grandes temas: “Armonía Celestial”,
“Disonancia en el Cielo y en la Tierra”, “Incitando una Falsa Adoración”,
“El Palco de la Guerra”, “El Cuadro Profético de la Guerra”, “Estrategia
de Defensa” y “Reconquistando la Armonía”.
Frente a este contenido, tú, lector sincero, pasarás momentos edifi-
cantes en compañía de estas páginas y te verás conducido de la gloria
original de la creación a la gloria futura, cuando la verdadera armonía
será reconquistada.
“Y oí a toda criatura que está en el Cielo, en la Tierra y debajo de la
Tierra, que están en el mar y a todas las cosas que en ellos hay, decir:
Al que está sentado sobre el trono y al Cordero sean dadas acciones de
gracias, honra, gloria y poder para siempre” (Apocalipsis 5:13).
Apreciado lector, fuiste creado para adorar a Dios y ahora estás
siendo invitado a conocer y participar hoy de la verdadera adoración
para que en el futuro puedas ser un adorador en el reino celestial.

Rômulo Pereira Borges


Secretario Regional de la Conferencia General para América del Sur
4
Índice
Armonía Celestial ..................................................................... 06

Disonancia en el Cielo y en la Tierra .......................................... 13

Incitando una falsa adoración .................................................. 20

El escenario de la guerra ........................................................... 26

El cuadro profético de la guerra ................................................ 32

Estrategia de defensa ............................................................... 39

Volviendo a conquistar la armonía ........................................... 46


1
ARMONÍA CELESTIAL
Por Josias Almeida

El culto de adoración y loor en el Cielo


Es llegado el momento de iniciar la reunión de adoración y loor al
Grande y Poderoso Dios en los altos Cielos. Los ángeles se encuentran
reunidos delante del trono donde están sentados “los eternos dignata-
rios celestiales”.1 Todos los seres angélicos están listos para el momen-
to de la solemnidad. La liturgia del culto incluye actos de adoración y
loores musicales. Reverentemente, estos seres santos y brillantes se
postran delante del divino trono con la convicción de profundo reco-
nocimiento de la grandeza y del poder atribuido exclusivamente a Je-
hová. “Había llegado la hora de entonar felices cantos de alabanza a
Dios y a su amado Hijo.”2 El coro de ángeles toma parte en el culto, con
sus instrumentos musicales afinados con precisión. Aguardan el mo-
mento inicial, cuando el maestro y director del coro toma su posición
y ataca la primera nota musical. “. . . luego toda la hueste angélica se
había unido a Él, y entonces en todo el Cielo habían resonado acordes
gloriosos en honor de Dios y su amado Hijo.”3
El servicio de adoración es señalado por el orden, reverencia y san-
tidad. En la visión del profeta Isaías se encuentra la forma como los
ángeles se portan en el servicio de adoración: “En el año de la muerte
del rey Uzías yo vi al Señor sentado sobre un alto y sublime trono y los
bordes de sus vestidos llenaban el templo. Serafines estaban encima
de él, cada uno tenía seis alas: con dos cubrían su rostro, con dos cu-
brían sus pies y con dos volaban. Clamaban unos con otros diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor de los Ejércitos, toda la tierra está llena
de su gloria” (Isaías 6:1-3).
El Señor mostró a la hermana White en visión la escena de un culto de
loor en el Cielo que la impresionó. “Sé me ha mostrado el orden perfecto

6
del Cielo, y he quedado arrobada al escuchar la música perfecta que se
oye allí. Después de salir de la visión, el canto terrenal me pareció muy
áspero y discordante. He visto compañías de ángeles dispuestos en cua-
dros, cada uno con un arpa de oro. En el extremo del arpa había un ins-
trumento para dar vuelta, acomodar el arpa o cambiar la melodía. Sus
dedos no recorrían descuidadamente las cuerdas, sino que tocaban dis-
tintas cuerdas para producir diferentes sonidos. Hay un ángel que siem-
pre guía, que toca primero el arpa y da el tono; luego todos se unen para
producir la rica y perfecta música del Cielo. Es indescriptible esa melodía
celestial y divina, que vibra mientras todo rostro refleja la imagen de Je-
sús, cuya gloria resplandece con brillo inefable”.4
“La melodía de la alabanza es la atmósfera del Cielo”.5 El salmista
dice que “el Señor es santo y habita entre los loores” (Salmos 22:3). Los
ángeles no se cansan de dar servicios de adoración y loor a su Creador
y Redentor. Amar, servir y adorar es el deleite de los santos ángeles.
Allí se siente una atmósfera de alegría y paz. Todo está en perfecta ar-
monía. Tienen placer en hacer la voluntad de Dios. La santa Ley es el
objeto de constante meditación. Los servicios de adoración y loor son
motivados por el profundo amor y reconocimiento de Jehová como el
único y Soberano Señor del Universo.

Loor y adoración en el libro de Apocalipsis


En el libro de Apocalipsis en los capítulos 4 y 5, Juan describe un
solemne e impresionante servicio de adoración y loor, ofrecidos a Dios
el Padre y a Jesucristo el amado Hijo.
Veamos el orden y armonía en el culto.
De acuerdo con Apocalipsis capítulo 4:
a) Dios, el Padre está sentado en el trono de forma gloriosa. Esa glo-
ria descripta como con un aspecto de piedras y metales preciosos;
b) Alrededor del trono hay 24 ancianos vestidos de blanco, con
corona de oro en sus cabezas y sentados en tronos;
c) En medio del trono de Dios y alrededor hay también cuatro
seres vivientes, adorando y clamando sin cesar “Santo, Santo,
Santo es el Señor Dios Todopoderoso” (verso 8);
d) Los seres vivientes dan gloria, honra y acciones de gracias al
que se encuentra sentado en el trono. Ese ser es Dios Padre;
e) En ese mismo momento, los 24 ancianos se postran delante
del Padre, depositan sus coronas delante del trono proclaman-
do: “Tú eres digno Señor Dios de recibir la gloria, la honra y el
poder” (verso 10).
De acuerdo con Apocalipsis capítulo 5:
a) En el culto al Cordero, Juan ve en el primer momento un con-
junto instrumental y vocal, compuesto por los ancianos y seres
vivientes;

7
b) Luego, ángeles innumerables toman parte del coro procla-
mando en alta voz al Salvador;
c) Inmediatamente, todas las criaturas toman parte del coro en-
tonando la última estrofa del himno: “Al que está sentado en
el trono y al Cordero sea el loor, la honra, la gloria y el dominio
por los siglos de los siglos” (verso 13);
d) Para finalizar, los cuatro seres vivientes responden: ¡Amén!
(verso 14).

La caída de Lucifer
Escenas como estas eran constantes en las cortes celestiales. Todo
estaba en perfecta armonía con el orden del Cielo, hasta que un día
una nota disonante vibró en el corazón del líder y director. La envidia
y el odio crearon la rebelión y la intensificaron a un nivel sin preceden-
tes. Por primera vez alguien se levantó directamente contra el Señor.
Lucifer decidió que no ofrecería más culto al Hijo de Dios. Cegado por
la codicia no encontraba más motivo para adorarlo. Un deseo maligno
de supremacía se apoderó de su corazón.
“Tú que decías en tu corazón: ‘Subiré a los cielos, levantaré mi trono
sobre las estrellas de Dios, me sentaré en el monte de su asamblea, en el
punto más elevado del monte santo. Subiré más alto que las más altas
nubes, seré como el Altísimo’” (Isaías 14:13, 14). Estaba dispuesto a lu-
char contra Jesucristo y sutilmente sembró el descontento y la discordia
en los corazones de algunos de sus compañeros. Así Lucifer, el ex director
del coro celestial intentó destruir las bases de la verdadera adoración.

Cinco columnas del servicio de adoración


Para que un servicio de adoración sea aceptable, cinco elementos,
pilares del culto, deben ser establecidos: Orden, armonía, reverencia,
coparticipación e inspiración.

Orden
Está escrito que el orden es la ley del Cielo. Orden implica firme-
za, seguridad, estabilidad y resultado. En cualquier organización el
orden establece líderes y liderados, comandantes y comandados. El
orden muestra que en el servicio de adoración debe siempre haber
hora para comenzar y para terminar, como también la definición sobre
quién debe tomar la dirección del culto. Todo adorador debe conocer
y respetar las reglas y estatutos en la liturgia de los servicios de culto
ministrados en la iglesia. También debe mostrarse respeto para con
los directores, maestros y/o líderes y demás autoridades eclesiásticas.
El mal en el corazón de Lucifer lo llevó a rebelarse contra la autori-
dad de Dios y el orden del culto. Fue expulsado del Cielo con una terce-
ra parte de los ángeles que se habían convertido en sus adeptos.
Apreciado músico, no permitas que el espíritu de rebelión y desorden se
apodere de tu corazón, al punto de ser expulsado de la presencia de Dios.

8
“Hay orden en el cielo, el cual debe ser imitado por los que en la
tierra son herederos de la salvación. Cuanto más los mortales se apro-
ximan del orden y armonía del cielo, más cerca estarán de la condición
aceptable delante de Dios que los hará súbditos del reino celestial y los
calificará para la traslación de la tierra al cielo como Enoc en su prepa-
ración para ser trasladado”.6

Armonía
La palabra armonía significa originalmente “ajuste, combinación,
concordancia de sonidos”. Para que haya armonía en las reuniones de
adoración, todos los elementos que se refieren al culto deben estar
bien ajustados, de acuerdo con el orden previamente establecido, de
forma tal que el ambiente del culto sea agradable para los adoradores.
Los músicos no deben bajo ninguna hipótesis actuar de forma in-
dependiente. Es necesario que sean humildes para respetar los grupos
que dirigen y se sometan a la liturgia de la iglesia.
Así como la armonía embellece la música de tal forma que la hace
agradable a los oyentes —cuando los elementos del culto están bien
ajustados— el ambiente de la iglesia es deleitoso, despertando el inte-
rés y atrayendo la atención de los oyentes y adoradores.
“Cristo quiere que estén representados en su iglesia en la Tierra el or-
den celestial, el plan de gobierno celestial, la armonía divina del Cielo.”7
Hermanos, no siempre las ideas, planes o gustos musicales de un
adorador serán aceptados por la mayoría del grupo, sin embargo el
siervo de Dios debe aceptar con humildad la decisión de la mayoría.
Recuerde que nadie es obligado a aceptar nuestras opiniones. Inten-
ten vivir en armonía para que el nombre de Dios sea glorificado.

Reverencia
No puede haber adoración verdadera sin la debida reverencia. Re-
verencia es temer a Dios y tener respeto por las cosas sagradas. Esos
sentimientos deben guiar la vida y el corazón de todo adorador sincero
y creyente. Los que se acercan al altar deben saber discernir la dife-
rencia entre lo santo y lo profano, entre lo puro y lo impuro. Profanar
lo sagrado resulta en punición divina. La trágica historia de los hijos
de Aarón fue registrada para nuestra advertencia. “Nadab y Abiú hi-
jos de Aarón tomaron cada uno su incensario en los cuales prendieron
fuego, agregaron incienso y trajeron fuego extraño delante del Señor,
sin autorización. Entonces salió fuego de la presencia del Señor y los
consumió. Murieron delante del Señor. Fue esto que el Señor dijo: A los
que se aproximan a mí, santo me mostraré, seré glorificado a la vista
de todo el pueblo. Después dijo a Aarón: Tú y tus hijos no deben beber
vino ni otra bebida fermentada antes de entrar en el Tabernáculo del
Encuentro, sino morirán. Es un decreto perpetuo para sus generacio-
nes. Vosotros tenéis que hacer separación entre lo santo y lo profano,
entre lo puro e impuro.” (Levítico 10:1-3, 8-10).

9
Los sacerdotes fueron advertidos en cuanto al peligro de entregar
ofrendas y encender fuegos extraños en el altar de sacrificios y ofren-
das. Desobedecieron a las órdenes divinas y perecieron.
“A mi pueblo enseñarán a distinguir entre lo santo y lo profano y
harán discernir entre lo impuro y lo puro” (Ezequiel 44:23).
El diablo sabe que Dios no acepta ningún servicio religioso sin la
debida reverencia y que los adoradores que no respetan la determina-
ción sufrirán el juicio divino. Por lo tanto, sus esfuerzos son empren-
didos con el objetivo de llevar los adoradores a un estado de ceguera
espiritual, para que sean profanos como Esaú, no sabiendo hacer dife-
rencia entre lo santo y lo común, entre lo limpio y lo inmundo.
Muchos están ofreciendo fuego extraño en el altar cuando presentan
músicas con estilos profanos, aún las llamadas góspel. Otros profanan el
templo cuando se presentan para adorar con ropas y posturas impropias.
Debemos aproximarnos a Dios con nuestros corazones llenos de
alegría y gozo, pero también con temor y temblor. La misma adverten-
cia dada a Moisés es dirigida a todos hoy: “Quita la sandalia de los pies,
porque el lugar es santo” (Éxodo 3:5).
Recordémonos de que los serafines cubrían sus pies y rostros para
adorar al gran Dios y que en el Apocalipsis los adoradores están vesti-
dos de blanco —símbolo de la pureza divina.

Coparticipación
Todo creyente tiene el privilegio de participar del servicio religioso.
El adorador puede dar su culto individual, como también participar de
los servicios colectivos. Ninguna persona o grupo debe monopolizar
la adoración y el loor, tomando solamente para sí el servicio de adora-
ción en la iglesia.
Pablo advirtió a las iglesias de su época contra el individualismo
en el servicio de adoración. Habla de un culto participativo, donde los
creyentes se reúnen para el servicio, alabando con salmos, cánticos
espirituales y exhortaciones, siempre sujetándose unos a otros (1 Co-
rintios 14:26; Colosenses 3:16, 17; Efesios 5:18-21).
Al rehusarse a dar culto a Dios y revelar el deseo de exaltación pro-
pia, Lucifer estaba sembrando un mal hoy visto en las comunidades
religiosas: el individualismo.

Inspiración
Este es uno de los elementos más importantes del servicio de ado-
ración, por los resultados que produce. En el contexto teológico, la
palabra “inspiración” está directamente relacionada con la obra del
Espíritu Santo, en influenciar la mente humana en la elaboración de
mensajes que revelan la expresa voluntad de Dios, llevando a hombres
y mujeres a los pies de Jesús.
La música inspirada por el Espíritu Santo tiene los siguientes objetivos:

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1) Conversión de almas;
2) Elevación espiritual (habla profundamente a los corazones de
los oyentes respecto a sus necesidades espirituales y emocio-
nales, llevándolos a entender y aceptar el mensaje);
3) Consolar los corazones entristecidos, dando esperanza a los
desanimados;
4) Llevar los oyentes al arrepentimiento y conversión;
5) Glorificar y exaltar el nombre de Dios.

La música inspirada debe producir arrepentimiento y conversión,


primero en la vida de los que cantan y tocan. Si el testimonio de los
músicos adoradores no concuerda con el mensaje del Evangelio hay
algo que anda mal con el músico o con la música.
La inspiración en el servicio de adoración encuadra los oyentes en
el mensaje de Pablo a los Romanos: “Por tanto hermanos, os ruego por
las misericordias de Dios que ofrezcan sus cuerpos en sacrificio vivo,
santo y agradable a Dios, este es vuestro culto racional. No imitéis el
padrón del mundo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestra mente, para que comprobéis la buena y agradable voluntad de
Dios” (Romanos 12:1, 2).
Como el diablo trabaja contra los proyectos de Dios, muchas músi-
cas evangélicas:

1) Excitan más las emociones que la razón, produciendo reaccio-


nes superficiales, sin raíces espirituales sólidas;
2) Tienden más a la glorificación del ser humano que la exalta-
ción del mismo Dios;
3) Enaltecen las virtudes y talentos humanos, despertando el or-
gullo y llevando al olvido de la condición miserable del hombre
y de su necesidad de un Salvador.
Recordémonos de que no es la letra que vuelve una música acepta-
ble en el culto. Hablar de Dios y de cosas sagradas en la música no la
hace inspirada. La inspiración se inicia en la fuente. Una cisterna rota
no podrá producir agua buena. Es verdad que Dios no nos autorizó a
condenar, pero la Biblia dique que por los frutos se conoce el árbol, si
es bueno o malo.
Jesús dice a la mujer samaritana: “Está llegando la hora y de hecho
ya llegó, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espí-
ritu y en verdad. Son estos los adoradores que el Padre busca. Dios es
espíritu y es necesario que sus adoradores lo adoren en espíritu y en
verdad” (Juan 4:23, 24).
“Si nuestro corazón está sintonizado en el loor a nuestro Creador,
no sólo en salmos, himnos y cánticos espirituales, sino en nuestra vida
también, entonces viviremos en comunión con el Cielo. Nuestra ofren-
da de acciones de gracias no será espasmódicas o reservada para oca-
siones especiales, habrá gratitud en el individuo y en el hogar, en la

11
devoción particular como en la pública. Esto constituye el verdadero
culto a Dios”.8

Recompensa final (conclusión)


La música de adoración siempre estuvo presente delante de Dios,
desde los tiempos eternos. Al describir el gran encuentro de los vence-
dores de la bestia, de su imagen y de su número con el Salvador Jesu-
cristo en el mar de vidrio, Juan escribió que los salvos “… tenían en sus
manos arpas que les habían sido dadas por Dios y cantaban el cántico
de Moisés siervo de Dios y el cántico del Cordero: ‘Grandes y maravillo-
sas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son
tus caminos Rey de los santos. ¿Quién no te temerá oh Señor? ¿Quién
no glorificará tu nombre? Pues tú eres santo. Todas las naciones ven-
drán a tu presencia y te adorarán, pues tus actos de justicia se hicieron
manifiestos” (Apocalipsis 15:2-4).
Apreciados hermanos, es maravilloso participar de los servicios de
adoración y loor en la iglesia. Si hoy como pecadores nos sentimos gra-
tificados por adorar y loar a nuestro Salvador, contemplándolo por la
fe, mucho más glorioso será adorarlo cara a cara y cantar el himno de
la victoria, sin las marcas del pecado, libres de todo mal, glorificado y
transformado.
“¡Qué himno será aquel que se entonará cuando se reúnan los re-
dimidos del Señor! Todo el Cielo se llenará de música exquisita y de
cantos de alabanza al Cordero. ¡Salvados, salvados para siempre en el
reino de gloria! Tener una vida que se equipara con la vida de Dios; tal
es la recompensa.”9
Que Dios nos conceda la gracia de estar juntos en el mar de vidrio
con nuestro Salvador. ¡Amén!

________________________________________
Referencias bibliográficas
1 WHITE, Ellen. El Evangelismo, p. 447.
2 WHITE, Ellen. La Historia de la Redençión, p. 25.
3 Idem.
4 WHITE, Ellen. 1 Joyas de los Testimonios, p. 46.
5 WHITE, Ellen. La Educaçión, p. 161.
6 WHITE, Ellen. Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 697.
7 WHITE, Ellen. El Deseado de Todas las Gentes, p. 634.
8 WHITE, Ellen. Youth’s Instructor, 31 de diciembre de 1896.
9 WHITE, Ellen. MM Maranatha, p. 359.

12
2
DISONANCIA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA
Por Eunice Dias

Disonancia versus consonancia


Pitágoras, matemático y filósofo griego que vivió entre los años 570
y 500 a.C., precursor del estudio de armonía, consideraba la música
como parte de la existencia de una armonía universal. Creía en su po-
der de promover innumerables beneficios al ser humano y la utilizaba
para crear un ambiente de armonía y tranquilidad. “En sus investiga-
ciones intentaba descubrir combinaciones de sonidos que agradasen
a los oídos. Construyó un instrumento musical rudimentario de una
única cuerda: el monocordio, con el cual realizó algunos experimen-
tos. Tocó la cuerda suelta y notó su sonido, después la tocó en su mitad
y oyó otro sonido más agudo. Dividió la cuerda en varias fracciones y
escuchó sus respectivos sonidos, notando que existían relaciones ma-
temáticas que influenciaban los sonidos. El filósofo después notó que
algunos sonidos eran agradables al oído, o sea, consonantes, mientras
que otros sonaban disonantes”.1
La música que llega a nuestros oídos es producida a partir de la
combinación de sonidos. Nuestro oído capta sonidos “cómodos” e
“incómodos”. Cuando oímos un acorde, intervalo o nota musical que
parezca sonar de manera agradable a nuestros oídos, estamos frente a
una consonancia. Por otro lado, cuando oímos sonidos que no permi-
ten un estado de reposo, necesitando una resolución, estamos expues-
tos a la disonancia.2 O sea, musicalmente la consonancia proporciona
reposo y estabilidad sonora, mientras que la disonancia provoca ten-
sión y movimiento.
En la edad media, la disonancia fue rechazada por la Iglesia Ca-
tólica. El tritono, intervalo entre dos notas, formado por tres tonos,
que provocaba un efecto de tensión en el oído, era visto por la iglesia

13
como maligno. Eso hizo con que esa disonancia recibiese el nombre de
“diabolus in música”. Su ejecución era expresamente prohibida y el in-
fractor corría riesgo de ir a la hoguera. Hoy, el tritono es ampliamente
utilizado, ya está incorporado a nuestro oído occidental y al repertorio
musical que utilizamos.3
Sin embargo se sabe que el tipo de música al que estamos expues-
tos puede afectar nuestras emociones, desencadenando sentimien-
tos de “alegría, tristeza, sorpresa, miedo, rabia, asco”, entre otros. Las
emociones negativas son generadas principalmente por la música di-
sonante, mientras que la exposición a consonancia, activa emociones
positivas. La salud puede ser afectada positivamente por la audición
de música consonante, cuyo poder es capaz de restaurar funciones
respiratorias y cardiovasculares, además de actuar como analgésico e
interferir en la reducción del estrés, ansiedad y depresión.4
Sin embargo, las aplicaciones de la disonancia y consonancia no
están sujetas a la música. En contextos no musicales podemos conce-
bir la “disonancia” como desarmonía y discordia, mientras que la con-
sonancia está relacionada a la “unión armoniosa de cualquier cosa,
acuerdo, combinación, conformidad, concordancia”.5 Tales conceptos
se asemejan al gran conflicto originado a partir de dos principios anta-
gónicos: el bien y el mal, cuyas consecuencias envuelven todos los as-
pectos de la experiencia humana, incluyendo la música de adoración
a Dios.6 Tal embate tuvo inicio a partir del momento en que se gestó la
rebelión en el Cielo.

Disonancia en el Cielo
Antes de crear al hombre, Dios creó los ángeles.7 los cuales, como
criaturas de Dios participaron del lanzamiento de los fundamentos en
la Tierra, cantando loores al Creador: “Las estrellas del alba juntas, ale-
gremente cantaban y se regocijaban los hijos de Dios” (Job 38:7).
Al ser creados, los ángeles eran “bellos y gloriosos”, estaban delante
del trono de Dios revestidos de la armadura celestial y de sabiduría di-
vina. Presentaban “amabilidad y santidad” equivalentes a la posición
exaltada que ocupaban.8 Por siglos y siglos antes del pecado, la atmós-
fera celestial era revestida de amor a Dios y de unos por los otros. Los
ángeles exprimían paz, alegría y perfecta sumisión a la voluntad de
Dios.9 Era su propósito desde siglos eternos que “todos los seres crea-
dos”, incluyendo “luminosos y santos serafines”, sirviesen de templo
para su morada.10
Sin embargo, de entre todos los ángeles había uno dotado de espe-
cial posición: Lucifer. Su nombre viene del latín “Lux Fero”, que significa
“portador de luz”.11 Era “el más exaltado de entre los seres creados”, te-
nía la posición más cerca al trono de Dios.12 Fue creado por Dios noble
y hermoso.13 Después de Jesús era el primero en honra dotado de gran
inteligencia, con un “porte noble y majestuoso” y así como los demás
ángeles poseía un semblante que exprimía suavidad y felicidad. Este

14
ángel era tan peculiar que “una luz especial resplandecía de su sem-
blante y brillaba a su alrededor, más viva que la de los otros ángeles”.14
Hasta entonces, Lucifer se mantenía en armonía con Dios y su placer
consistía en honrarlo y obedecer sus santos mandamientos. “Su corazón
se encontraba lleno de amor y regocijo en servir al Creador, hasta que
comenzó a imaginar que su sabiduría no derivaba de Dios, siendo antes
inherente a él mismo y que era tan digno como Dios de recibir honra
y poder”.15 Las palabras bíblicas afirman: “Se elevó tu corazón por cau-
sa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor”
(Ezequiel 28:17). “Tú decías en tu corazón: …sobre las estrellas de Dios
exaltaré mi trono… seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:13, 14).
A partir de entonces se inició la “disonancia” en el cielo. El espíritu
de devoción y de exaltación a Dios, que había promovido toda “gloria,
belleza y encanto” a Satanás, cedió lugar a la exaltación propia.16 Aun-
que era cubierto de gloria y el más honrado entre los ángeles, Satanás
consideró su gloria como si fuese de él mismo y no como una dádiva
de Dios. Descontento con su condición, codició el homenaje que era de
derecho solamente al Creador. Se consideraba el “favorito del cielo” y
tenía la intención de alcanzar la posición ocupada por Dios.17
“Mientras todos los seres creados reconocieron la lealtad por el
amor, hubo perfecta armonía en todo el Universo de Dios… Ninguna
nota discordante había para estropear las armonías celestiales. Sobre-
vino sin embargo un cambio en este estado de felicidad.”18 La felicidad
disfrutada por la hueste angélica se estableció con base en la perfecta
obediencia a la ley de Dios, lo que garantizaba en el Cielo un ambiente
envuelto por “perfecto orden y acción armónica”.19 Sin embargo, Sata-
nás empleó su primer esfuerzo en la destrucción de la ley de Dios en
su obra de seducción de gran parte de los ángeles.20 Tuvo inicio guerra
en el cielo. De un lado, ángeles leales a Dios; y del otro, Satanás y sus
ángeles. La meta consistía en derrotar a Cristo y sus súbditos a su vo-
luntad. Finalmente, los ángeles buenos predominaron y Satanás con
sus “simpatizantes fueron expulsados del cielo”.21 La antigua serpiente
que engaña a todo el mundo juntamente con sus ángeles fueron lanza-
dos a la Tierra (Apocalipsis 12:7-9)
Toda “disonancia” que contemplamos a nuestro alrededor está re-
lacionada al deseo de supremacía, a la exaltación propia, a la envida,
el odio y el egoísmo, y tuvo su origen a partir del momento en que Sa-
tanás se rebeló contra Dios y asumió una postura contra su voluntad.
Tal conducta comprometió la atmósfera celestial, de tal manera que
“donde antes era solamente armonía, comenzó a existir una serie de
hechos que poco a poco desencadenaron contratiempos en el am-
biente celestial”.22
La atmósfera celestial se volvió “disonante” a partir del momento
en que Satanás comenzó a emplear sus nobles facultades para disemi-
nar el mal y atraer la atención y el loor para sí. Se notó entonces el ori-
gen de la “disonancia” que está directa asociada al origen del mal y de

15
la desobediencia a la ley de Dios. Esta condición destruye la felicidad
humana y el orden perfecto establecido por el Creador.
Considerando la perfección de la atmósfera del Cielo, podemos
imaginar que las más bellas sonoridades circundaban el ambiente,
teniendo Lucifer como el gran líder, en el ejercicio de todas sus poten-
ciales como director del coro celestial. Alegres y felices cánticos de loor
a Dios y a su amado Hijo eran entonados. La primera nota era dada y
toda la hueste de ángeles se le unía.23
Después de su expulsión del Cielo, el gran líder del mal tuvo opor-
tunidad para reflexionar sobre su nueva condición. Mientras estuvo en
consonancia con el cielo “gloriosos acordes musicales habían resona-
do a través del Cielo en honra a Dios y su amado Hijo. Pero ahora, en
vez de suaves notas musicales, las palabras de discordia e ira caían en
los oídos del gran líder rebelde… Se aproximaba la hora de adoración,
cuando brillantes y santos ángeles se postraban delante del Padre. No
se uniría más en cántico celestial. No se inclinaría más en reverencia y
santo temor ante la presencia del eterno Dios”.24 ¡Qué terrible condi-
ción para alguien que ciertamente amaba la música y convivía diaria-
mente con sus deleites!
Mientras tanto, Satanás tuvo tiempo para decidir su destino. Por algu-
nos momentos, la música ejerció su poder ennoblecedor sobre su mente.
“Al ascender los cánticos de loores en melodiosos acordes, llenos por mi-
llares de alegres voces, el espíritu del mal pareció subyugado, indecible
amor hacía conmover todo su ser, en concordancia con los adoradores
destituidos de pecado, se le expandía el alma en amor para con el Padre
y el Hijo. Sin embargo, de nuevo se llenó de orgullo por su propia gloria”.25
Toda “disonancia” introducida en el Cielo, cada privilegio perdido
por Satanás después de su expulsión, sucedió porque la adoración
dejó de ser dirigida al Creador y pasó a ser dirigida a la criatura. Deseó
adoración que pertenecía solamente a Dios. La trayectoria de este gran
apóstata sirve de ejemplo para cada músico adorador. La exaltación
del “artista” sobre el “autor” jamás debe tener lugar en la adoración.
Las más bellas interpretaciones instrumentales, las más extraordina-
rias voces, los más bellos himnos presentados en loor a Dios no ten-
drán ningún valor, no transpondrán el ambiente que son ejecutados a
menos que el centro de adoración sea Cristo.

La disonancia en la Tierra
Después de los seres angélicos, la familia humana constituyó la
más noble de las obras creadas por Dios.26 Al ser creados, Adán y Eva
exhibían perfecta simetría, salud y felicidad. La pareja no presentaba
ningún trazo de pecado y así como los ángeles eran revestidos de una
“revestida de luz y gloria”.27 El hombre fue creado recto, con nobles
trazos de carácter, dotado de altas capacidades intelectuales y sin nin-
guna propensión para la práctica del mal. La perfecta y perpetua obe-
diencia era la condición para su eterna felicidad.28 A pesar de eso, la

16
posibilidad de practicar el mal no fue vedada a la santa pareja.29
La música hacía parte de la adoración al Creador. “Ángeles se aso-
ciaron a Adán y Eva en santos acordes de armoniosa música… Satanás
oyó el sonido de sus melodías de adoración al Padre y al Hijo. Cuan-
do los oyó, su envidia, odio y malignidad aumentaron y expresó a sus
seguidores su ansiedad por incitarlos a desobedecer, atrayendo así
sobre ellos la ira de Dios y cambiando sus cánticos de loor en odio y
maldición a su Creador”.30
Habiendo sido expulsado del cielo y sabiendo que nunca más ha-
bría de ser recibido, Satanás empleó sus fuerzas para destruir la fami-
lia humana.31 Prontamente elaboró un plan, cuya estrategia era hacer
que Adán y Eva desobedeciesen a Dios y atrajeran su desagrado.32
A pesar de haber sido advertidos sobre la rebelión y caída de Sata-
nás y de haber sido avisados que solamente la perfecta obediencia a
Dios los libraría del mal,33 Adán y Eva se volvieron presas del enemigo.
Así, Satanás tuvo su objetivo conquistado. “Las nuevas de la caída del
hombre se esparcieron a través del Cielo. Toda arpa enmudeció. Los
ángeles quitaron de sus cabezas sus coronas con tristeza. Todo el Cielo
estaba en agitación”.34
Finalmente, así como Satanás fue expulsado del Cielo, los transgre-
sores de la Tierra deberían ser expulsados del Edén.35 Ciertamente, la
música armoniosa y agradable que hacía parte del ambiente terrestre
no alegraba al antiguo maestro. La santa música, el verdadero loor al
Creador serían entonces transformados en “disonancia” y maldición
para el ser humano.
El antiguo estado de comunión con Dios, la alegría que era encon-
trada en la santidad inicial ahora no sería más fuente de placer y fe-
licidad para el ser humano. La condición del hombre llegó a ser tan
deteriorada que si se le fuese permitido entrar en el Cielo, no encontra-
ría motivo para alegrarse, sino se volvería “una nota discordante en la
melodía celestial”.36

Combatiendo la disonancia
El deseo de Dios es la perfecta consonancia en todas las cosas.
Cuando creó el Universo, todo estaba en “perfecta armonía”. La paz y
la alegría circundaban todos los ambientes,37 sin embargo el maligno
lideró la “disonancia” en el Cielo y la propagó en la Tierra, llevando al
hombre a la desobediencia a su Creador.
Después de la expulsión de Satanás, “ninguna mácula de la rebe-
lión fue dejada en el Cielo. Todo volvió a ser paz y armonía como an-
tes”.38 Esa misma armonía debe ser anhelada por cada adorador. En
nuestro relación con Dios por medio de la música, debemos priorizar
por la práctica de una adoración, que nos coloque en consonancia con
Dios y con la atmósfera celestial.
La disonancia que se desencadenó en el cielo fue el resultado del
deseo de supremacía y de la desobediencia a la voluntad de Dios. De

17
forma semejante “fue la desconfianza de la bondad de Dios, la incre-
dulidad en su Palabra y el rechazo de su autoridad que volvieron nues-
tros primeros padres transgresores y que trajeron a este mundo el co-
nocimiento del mal. Fue esto que abrió la puerta a todas las clases de
falsedades y errores”.39
Eva fue rendida por Satanás en virtud del deseo de penetrar en los
sabios planes de Dios, dudando de sus palabras. Satanás la engañó de-
clarando haber sido grandemente beneficiado al comer del árbol pro-
hibido. Mientras tanto, no reveló que tal había causado su expulsión
del Cielo. Utilizó la falsedad oculta bajo la aparente verdad. Eva no notó
el engaño y codició lo que Dios había prohibido, además de desconfiar
de su sabiduría, rechazando la fe que es la clave del saber.40 Igualmen-
te podemos ser presa de Satanás por medio de la “comezón del deseo
de dar origen a algo nuevo”.41 Nuevos estilos musicales surgen en todo
momento y sutilmente son introducidos en la música de adoración. Sa-
tanás continúa con la misma estrategia e intenta hacernos creer que tal
música es más interesante que la tradicional. De esta forma hace de la
música “una trampa por la manera como es dirigida”.42
Así como la primera pareja fue advertida respecto a los peligros de
la transgresión y no dar oídos a la voz de Dios, estamos también sujetos
a encantarnos con melodías y ritmos que sabemos que no promueven
la verdadera adoración a Dios, sino a nosotros, supuestos adoradores
y al ex maestro del Cielo. Es necesario buscar que la música ejecutada
en nuestras iglesias no sea usada como “trampa” para los músicos y
que el loor supuestamente dirigido a Dios no sea transformado en “al-
gazara y confusión” volviendo su efecto como una “venenosa picadura
de la serpiente”.43
La señora White advirtió que antes de la “terminación del tiempo de
gracia” la falsa adoración a Dios se manifestaría por medio de “gritos
con tambores, música y danza” y que “tal escena de ruido” sería uno
de los métodos de Satanás para “anular el efecto de la pura, sincera,
elevadora, ennoblecedora y santificante verdad para este tiempo”.44
Por lo tanto, compete al pueblo de Dios glorificarlo por medio del loor
armonioso, pues no se agrada de “algarabía y disonancia”.45
El conflicto entre el bien y el mal está casi terminando y a medida
que la iglesia se aproxima a su “liberación definitiva”, Satanás actuará
con energía redoblada y con gran ira, pues sabe que tiene poco tiem-
po.46 Aquel que fue expulsado del Cielo intenta causar “disonancia” en
la tierra y tiene un público favorito: los jóvenes. Satanás es un hábil
seductor y ejerce su poder fascinante sobre los jóvenes, volviéndolos
cautivos y atrayéndolos a la perdición. Sabe que ellos “tienen un oído
afinado para la música” e intenta “cautivar y encantar sus mentes” con
músicas inapropiadas, para que Cristo sea deshonrado y la adoración
sea dirigida a él, el dios de este siglo.47 Satanás está “rugiendo como
león” (1 Pedro 5:8) en busca de seguidores que concreticen la obra de
pervertir la verdadera adoración a Dios. La Biblia nos afirma que “los

18
jóvenes son fuertes” y tienen poder para vencer al maligno (1 Juan
1:14). Tienen la promesa de que con el auxilio de Dios tendrán poder
para derrotar a Satanás y alcanzar la más perfecta consonancia en la
música de adoración a nuestro Creador.
La música que producimos en la Tierra está contaminada con la
“disonancia” que fue difundida por el pecado. El mal es de naturale-
za humana. Nuestro loor y adoración son imperfectos, pues también
somos manchados por el pecado. Aun así, Cristo murió por nosotros y
promete disipar toda la “disonancia”. Tenemos la promesa de la con-
quista del “perfecto orden del Cielo”, y de la indescriptible, majestuosa
y “perfecta música que hay allí”, donde no habrá canto “áspero y diso-
nante”.48 ¡Que el Señor nos de fuerzas para alcanzar ese blanco!
________________________________________
Referencias bibliográficas
1 PEREIRA, Marcos do Carmo. Matemática e Música de Pitágoras aos dias de hoje. Universidad Federal del Estado de Rio de
Janeiro. Centro de ciencias exatas y tecnología. Curso de Pos-Grado en Matemática. Rio de Janeiro (2013).
Disponible en: <http://www2.unirio.br/unirio/ccet/profmat/tcc/2011/tcc-marcos>.
2 LATHAM, Alison. Dicionário Enciclopédico Oxford de La Música. México. Fondo de Cultura Econômica (2008), p. 363.
3 Al tocar las notas fa e si simultaneamente, por ejemplo, tenemos el sonido de um tritono. Un ejemplo de música cargada de
tritono es el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven.
4 ANDRADE, Paulo Estevão; KONKIEWITZ, Elisabete Castelon. A interface música, cérebro, neurodesenvolvimento e saúde. Portal
Ciencias e Cognición. Disponible en: <http://cienciasecognicao.org/neuroemdebate/?p=532>.
5 Dicionario On-Line Michaelis. Disponible en: <http://michaelis.uol.com.br/busca?id=ajGa>.
6 SUÁREZ, Adolfo Ms. O mal no pensamento de Ellen White. Revista Kerygma, ano 3, n. 2, 2.° semestre de 2007. Disponible en:
<https://revistas.unasp.edu.br/kerygma/article/viewFile/262/265 p. 04>.
7 WHITE, Ellen. La Verdad sobre los Ángeles, p. 26.
8 Idem.
9 Ibidem, p. 28.
10 WHITE, Ellen. EL Discurso Maestro de Jesucristo, p. 91.
11 https://www.significados.com.br/lucifer/.
12 WHITE, Ellen. La Verdad sobre los Ángeles, p. 27.
13 WHITE, Ellen. The Review and Herald, 24 de setembro de 1901.
14 WHITE, Ellen. La Historia de la Redención, p. 13.
15 WHITE, Ellen. The Signs of the Times, 18 de setembro de 1893.
16 WHITE, Ellen. La Verdad sobre los Ángeles, pp. 26 e 27.
17 Ibidem, p. 33.
18 WHITE, Ellen. Patriarcas y Profetas, p. 35.
19 WHITE, Ellen. La Historia de la Redención, p. 19.
20 WHITE, Ellen. Patriarcas y Profetas, p. 342.
21 WHITE, Ellen. Primeros Escritos, p. 146.
22 WHITE, Ellen. Patriarcas y Profetas, p. 14.
23 WHITE, Ellen. La Historia de la Redención, p. 25.
24 Idem.
25 WHITE, Ellen. Patriarcas y Profetas, pp. 15.
26 WHITE, Ellen. The Review and Herald, 3 de diciembre de 1908.
27 WHITE, Ellen. Patriarcas y Profetas, p. 26.
28 Ibidem, p. 30.
29 Ibidem, p. 29.
30 WHITE, Ellen. La Historia de la Redención, p. 32.
31 WHITE, Ellen. Primeros Escritos, p. 146.
32 Idem.
33 Ibidem, p. 147.
34 Ibidem, p. 148.
35 Idem.
36 WHITE, Ellen. El Camino a Cristo, p. 16.
37 WHITE, Ellen. El Conflicto de los Siglos, p. 547.
38 WHITE, Ellen. La Historia de la Redención, p. 19.
39 WHITE, Ellen. La Educación, p. 25.
40 Ibidem, p. 24.
41 WHITE, Ellen. Música, su Influencia en la Vida del Cristiano, p. 40.
42 Idem.
43 Idem.
44 WHITE, Ellen. 2 Mensajes Selectos, p. 41, 42.
45 WHITE, Ellen. Testemonios para la iglesia, t.1, p. 137, 138.
46 WHITE, Ellen. El Conflicto de los Siglos, p. 8.
47 WHITE, Ellen. Música, su Influencia en la Vida del Cristiano, p. 48.
48 WHITE, Ellen. Testimonios para la iglesia, t. 1, p, 137, 138.

19
3
INCITANDO UNA FALSA ADORACIÓN
Por Marcelo de Araújo Silva

Persuasión
Por varios siglos Satanás tuvo como objetivo vencer a la iglesia a
través de la tortura con el fin de forzarla a actuar contra su fe, sin em-
bargo no fue posible. Cuanto más fuerte era la persecución, mayor era
el poder de la Palabra en la mente de los fieles testigos.1 Fue entonces
que Satanás decidió cambiar su manera de trabajar contra el pueblo
de Dios: en vez de la persecución creó un nuevo método de ataque que
de modo imperceptible condujo a la iglesia paulatinamente a la apos-
tasía. Esa nueva estrategia era sutil: no consistía en oposición abierta
a las verdades bíblicas, sino en una tendenciosa, y al comienzo, imper-
ceptible introducción de herejías. Poco a poco los muros protectores
de las verdades eternas fueron minados. Cuando los fieles testigos de
Dios descansaron, los nuevos directores de la iglesia recibieron una
fuerte influencia de los ricos recién convertidos que exigían cambios
que se adaptasen a sus prácticas pasadas. Los nuevos representantes
de la iglesia juzgaron que no era tan nocivo ceder algunos puntos de la
verdad y que según ellos no comprometería las doctrinas en su totali-
dad. Finalmente decidieron acatar nuevas teorías, dando oportunidad
a Satanás de tomar la dirección de la iglesia.

Incitación
A partir del momento en que un estratega militar decide destruir al
enemigo, cinco factores que definen la victoria deben ser considera-
dos: doctrina, tiempo, espacio, dirección y disciplina.2 Para el estratega,
la doctrina es el factor que produce la unidad de pensamiento, que
determina el punto de la batalla que está intentando considerar y el

20
punto a partir del cual surge la disposición de retirada. Creo que este
factor ha sido el asunto que más intrigó a Nerón y los demás empera-
dores romanos cuando, con la intención de destruir a los cristianos, los
sujetaban en lugares públicos a una serie de torturas que los llevó a la
muerte. Sin embargo, se notó que, aún frente al dolor y el sufrimiento,
las convicciones cristianas no eran alteradas. Es dicho que en algunas
de esas ocasiones, mientras los emperadores aplicaban horribles mé-
todos de tortura para anular la influencia de la iglesia, los cristianos se
regocijaban por el hecho de ser considerados dignos de sufrir por la
verdad, y con cánticos de triunfo ascendían entre las llamas ardientes.3
La convicción doctrinaria es una de las principales armaduras contra
los ataques de Satanás.
Entre las tres tentaciones a las que Cristo fue expuesto, la más osa-
da fue el intento de incitarlo al desvío de la genuina adoración. Jesús
no aceptó la provocación: “Entonces Jesús le ordenó: Retírate Satanás,
porque está escrito: Sólo al Señor tu Dios adorarás y sólo a él servirás”.4
La afirmación de Jesús frente a la incitación del enemigo nos lleva al
asunto de discusión: el acto de adorar. Nótese que Jesús menciona
el verbo transitivo “adorar”, que exige un complemento para que su
sentido sea completo, de modo que cuando alguien adora, algo u otro
está siendo adorado. Por ejemplo: cuando oigo un himno puedo ser
motivado a adorar la belleza o aún la calidad del instrumento, que no
es más que un objeto, o puedo adorar la voz del cantor, que es un don,
no el Dador. En esa inseguridad existe la posibilidad de desviarnos en
realidad de lo que debe ser adorado. En esa condición frágil es donde
Satanás trabaja. Por esa razón muchos sin notarlo se presentan en re-
uniones de adoración con el objetivo de adorar a Dios, pero adoran a
otro ser u objeto.
En el pasado, al ver que la persecución no estaba trayendo resulta-
dos a su favor, Satanás adoptó la estrategia de promover el desvío de
las verdades bíblicas. Él actúa de la misma forma hoy, utilizando suti-
les estrategias para desviar niños, jóvenes y adultos de la verdadera
adoración a Dios hacia otro tipo, exalta a él mismo.
El proceso de desvío es muy sutil: así como Satanás usaba parte de
la Palabra de Dios como verdad completa, con el objetivo de introducir
herejías como complemento a la verdad, también hoy usa músicas con
letras que llevan parte de las verdades bíblicas mezcladas con exhibi-
ciones, alteraciones de ritmos y hasta gritos inadecuados a la adora-
ción de Dios.

Factores de la falsa adoración


¿Cuáles son los factores utilizados por el enemigo para minar la
verdadera adoración a Dios? Uno de los primeros factores es el mo-
vimiento físico, estimulado por el alto volumen del sonido que ampli-
fica excesivamente los instrumentos o la voz. Con respecto a esto el
Espíritu de Profecía se manifiesta mediante palabras de advertencia

21
dirigidas a cierto hermano: “Asumes actitudes indignas. Usas todo el
poder y volumen de voz que te es posible. Sofoca la melodía y las notas
musicales de los otros cantores. Ese movimiento físico y la voz áspera y
estridente no destacan la melodía para los que oyen en la tierra y tam-
bién en el Cielo.”5 No podemos confundir niveles altos de decibeles con
adoración. La sierva del Señor es muy clara al afirmar que en el acto de
adoración la melodía no debe perder la supremacía. Aún en relación
a la intensidad del sonido que emitimos, somos llevados a reflexionar
sobre los gritos utilizados en el culto pagano.
En el monte Carmelo, los profetas de Baal invocaban a su Dios con
estridentes gritos que hacían eco a través de los árboles y las elevacio-
nes, diciendo: “¡Ah Baal, respóndenos!”6 Sobre semejantes manifesta-
ciones, la sierva del Señor aclara: “Una manifestación de barullo choca
los sentidos y pervierte aquello que si fuese debidamente dirigido se-
ría una bendición. Las fuerzas de los instrumentos satánicos se mez-
clan con el alarido y barullo, para tener un carnaval y esto es llamado
como operación del Espíritu Santo”.7
Estas solemnes declaraciones no son muy diferentes de las que son
oficialmente presentadas por la Organización Mundial de la Salud, se-
gún las cuales, dependiendo del tiempo de exposición, el límite a par-
tir del cual el sonido hace mal a la salud es de 65 decibeles. El exceso
de ruido ya llevó cerca de diez millones de ciudadanos americanos a
la pérdida de la audición o parte de ella.8 En pocas palabras vamos a
ejemplificar un hecho del día a día con los decibeles: cuando conversa-
mos con un amigo que está a un metro de distancia, la intensidad del
sonido es de aproximadamente 60 decibeles, sin embargo, cuando nos
exponemos al índice superior a 65 decibeles por más de ocho horas, el
contexto atmosférico puede contribuir al aumento de caso de insom-
nio, estrés, irritabilidad y comportamiento agresivo. Niveles superiores
a 75 decibeles pueden generar problemas de sordez y provocar hiper-
tensión arterial.
Esa debe haber sido una de las fuertes razones que llevó a la sierva
del Señor a afirmar: “Notas ásperas y gesticulaciones exageradas no
son exhibidas entre los componentes del coro angelical. El cántico de
ellos no irrita los oídos. Es suave y melodioso y sucede sin ese gran
esfuerzo que he testificado. No es algo forzado que requiere mucho
esfuerzo físico”.9
El segundo factor utilizado por Satanás para incitar una falsa adora-
ción es la alteración del ritmo. La ciencia confirma10 las profundas re-
acciones existentes entre la música, la mente y el corazón. De acuerdo
con la ciencia, la frecuencia cardíaca de una persona muda al oír músi-
ca, más el hecho de que el corazón late más rápido o más lento depen-
de del tipo de música.11 Un estudio de la University of Oxford relatada
por la ABC News in Science de Australia, explica que la música con un
ritmo más fuerte como el rap aumenta la frecuencia cardíaca de la per-
sona en vez de producir un efecto relajante.12 Frente a estas afirmacio-

22
nes científicas, constatamos que ritmos con ritmos fuertes interfieren
en la frecuencia adecuada para la relajación mental del ser. El principal
propósito de la adoración consiste en encaminar al ser humano a una
atmósfera semejante a aquella que participaremos cuando nos encon-
tremos en las mansiones celestiales. Varias evidencias bíblicas sugie-
ren la voluntad de Dios en cuanto al ambiente ideal para el momento
en que Él se relaciona con sus adoradores; Él se manifestó a Elías con
una voz mansa y suave.13 A través del salmista, Dios nos tranquiliza con
la frase “estad quietos y sabed que yo soy Dios”,14 en el salmo del pas-
tor leemos: “… me guía tranquilamente en aguas suaves”.15 De hecho,
no hay base bíblica para relaciones con gritería y agitación.
El tercer factor se entrelaza con los tres fundamentos del universo
musical: la armonía, la melodía y el ritmo. Satanás sabe que al deses-
tabilizar la melodía, el ritmo o la armonía tendrá facilidad para com-
prometer el conjunto. La combinación de los sonidos simultáneos o
sucesivos y el ritmo no son suficientes para definir el loor a Dios. Exis-
ten en el ámbito musical diversas obras bien elaboradas que revelan
esmerada habilidad de composición, pero que a pesar de esa cualidad,
no fueron directamente influenciadas por Dios y por eso no deben ser
dedicadas a Él. Vale destacar que Satanás se dedica con ahínco a des-
virtuar la música desde los momentos de la inspiración y composición.
El enemigo de nuestras vidas aún conserva el don de la música, por
lo tanto es capaz de desvirtuar cualquier composición para sus propó-
sitos si quiere. Entre los desvíos más comunes destacamos la utiliza-
ción de música como elemento conductor. Es fácil notar que la música
actúa directamente sobre las sensibilidades humanas, produciendo
en nosotros varias reacciones. Por ejemplo: La música fúnebre puede
traernos a la memoria un ser querido. Músicas más rítmicas pueden
inspirarnos a apretar con más fuerza el pedal del acelerador. Como se
ve, podemos ser influenciados positiva o negativamente.
Investigaciones recientes afirman: La música habla directamente
al sistema límbico del cerebro (región responsable por las emociones,
motivación y afectividad), contribuyendo a la socialización y aumen-
tando la producción de endorfina. Por eso puede ser usada en el com-
bate a la depresión, al estrés y la ansiedad, en el alivio de los síntomas
de enfermedades como la hipertensión y el cáncer, como también en
el tratamiento de pacientes con dolores crónicos.16
Frente al poder que la música tiene para influenciar personas pre-
guntamos: ¿Cuál es el estilo de composición que guarda consonancia
con la música del Cielo? La respuesta a la pregunta puede ser dada por
las muestras de música que existe en el Cielo, que la sierva del Señor
oyó y vio. Al relatar la visión cuando Jesús ascendió a los cielos, ella
menciona: “Cuando ascendía vino bajando al mismo tiempo la más
suave y jubilosa música producida por el coro angelical”.17 Del encuen-
tro de los salvos en el Cielo es dicho: “Entones, al dar las notas los án-
geles directores, todas las manos se deslizan con maestría sobre las

23
cuerdas del arpa, sacándoles suave música en ricos y melodiosos acor-
des”.18 De David se menciona: “El sencillo pastor entonaba los himnos
que él mismo componía y con la música de su arpa acompañaba dul-
cemente la melodía de su voz fresca y juvenil.”19 Sobre su experiencia
en visión, Elena White afirma: “Me senté y me vi rodeada de una nube
brillante, blanca como la nieve, cuyos bordes tenían un pronunciado
color rosado. La música más arrobadora llenaba el aire y conocí en ella
el canto de los ángeles. Luego una voz me dijo: ´Nada temas: yo soy tu
Salvador. Los santos ángeles te rodean.´ ”20. “La música forma parte
del culto de Dios en los atrios del Cielo. En nuestros cantos de alaban-
za, debemos intentar acercamos tanto como sea posible, a la armonía
de los coros celestiales.”21

Conclusión
En síntesis, al considerar las afirmaciones mencionadas, somos
encaminados a concluir que la música para adoración tiene caracte-
rísticas específicas: es suave y melodiosa, presenta suaves acordes, la
intensidad del sonido no irrita los oídos, el ritmo no produce desorden,
sino propicia calma y armonía, tiene desde su origen la influencia di-
vina y expresa valores éticos y morales de acuerdo con la Palabra de
Dios.
La iglesia debe formar en sus miembros la convicción sobre la ver-
dadera adoración, estableciéndola en sus cultos y estimulándola en
el hogar, para que el pueblo de Dios se acerque lo máximo posible a la
armonía que existe en las cortes celestiales.
“En la plena luz del día, y al oír la música de otras voces, el pájaro
enjaulado no cantará lo que su amo procure enseñarle. Aprende un
poquito de esto, un trino de aquello, pero nunca una melodía entera y
definida. Cubre el amo la jaula, y la pone donde el pájaro no oiga más
que el canto que ha de aprender. En la obscuridad lo ensaya y vuelve a
ensayar hasta que lo sabe, y prorrumpe en perfecta melodía. Después
el pájaro es sacado de la obscuridad, y en lo sucesivo cantará aquel
mismo canto en plena luz. Así trata Dios a sus hijos. Tiene un canto
que enseñarnos, y cuando lo hayamos aprendido entre las sombras de
la aflicción, podremos cantarlo perpetuamente”.22
________________________________________
Referencias bibliográficas
1 WHITE, Ellen, El Conflicto de los Siglos, p. 52.
2 TZU, Sun. A arte da guerra, p. 12.
3 WHITE, Ellen. El Conflicto de los Siglos, p. 49.
4 Mateus 4:10.
5 WHITE, Ellen. Música – Su Influencia en la Vida Cristiana, p. 67.
6 WHITE, Ellen. Profetas y Reyes, p. 109.
7 WHITE, Ellen. Reavivamientos Modernos, pp. 50, 51.
8 CASTRO, João Roberto Oliveira de. Portal Música Sacra e Adoração. Decibéis na igreja. Disponible en: <http://musicaeadoracao.
com.br/25583/decibeis-na-igreja/>.
9 WHITE, Ellen. 3 Mensajes Selectos, p. 381.
10 ROTH, Erica. Portal Ehow Brasil. Comportamento. O relacionamento entre a música e o ritmo cardíaco. Traducción: Andréa
Coronado. Disponíble en: <http://www.ehow.com.br/relacionamento-entre-musica-ritmo-cardiaco-sobre_8726/>.
11 Ibidem.

24
12 Ibidem.
13 1 Reyes 19:12
14 Salmos 46:10
15 Salmos 23:2
16 BUENO, Chris. Além de fazer bem para a alma, música ajuda no tratamento de algumas doenças. Notícias Uol Brasil. Bem-
estar. Disponible en: <https://noticias.uol.com.br/saude/ultimas-noticias/redacao/2012/08/25/alem-de-fazer-bem-para-a-alma-
musica-ajuda-no-tratamento-de-algumas-doencas.htm>.
17 WHITE, Ellen. El Deseado de Todas las Gentes, p. 771.
18 WHITE, Ellen. El Conflicto de los Siglos, p. 704.
19 WHITE, Ellen. Patriarcas y Profetas, p. 691.
20 WHITE, Ellen. 3 Joyas de los Testimonios, p. 316.
21 WHITE, Ellen. Patriarcas y Profetas, p. 645.
22 WHITE, Ellen. El Ministerio de Curación, p. 374.

25
4
EL ESCENARIO DE LA GUERRA
Por Alisson Lima

Una guerra se está llevando a cabo en este momento por el dominio


de un amplio territorio, un campo muy fértil con fuentes inagotables
de recursos. Se cree que hasta hoy sólo el 10 por ciento de sus recursos
hayan sido explorados. El escenario de esta guerra es la mente huma-
na. El territorio de dominio – las funciones superiores del cerebro hu-
mano relacionadas a la cognición1 y al comportamiento.
“La mente controla al hombre en su totalidad. Todas nuestras ac-
ciones, buenas o malas, tienen su origen en la mente.”2
Dos fuerzas están luchando por la conquista de este territorio y tú,
apreciado lector, decidirás quien vencerá la batalla. De un lado el Crea-
dor del Universo, Aquel que hizo los cielos y la Tierra, el mar y todo lo
que en ellos hay, el que guarda la verdad para siempre (Salmos 146:6).
Del otro lado el enemigo de las almas, el diablo, nuestro adversario
que “anda en derredor, rugiendo como león, buscando a quien devo-
rar” (1 Pedro 5:8).
Para vencer esta batalla, el enemigo tienen a su disposición armas
poderosísimas, entre ellas la música, un medio creado por Dios para
que sus hijos lo adoren y disfruten de su presencia, pero que el enemi-
go utiliza justamente para hacer lo contrario –deshonrar a Dios y apar-
tarlo del hombre.
Desde la antigüedad se discute la capacidad de la música en evo-
car sentimientos. Platón, en La República habla sobre el efecto en la
conducta moral en individuos a partir de la experiencia musical. Para
Platón, determinados modos (escalas en que la música griega se ba-
saba) tenían la capacidad de imprimir diferentes y específicos trazos
morales en los individuos. El filósofo también creía que determinados

26
modos musicales deberían ser borrados de la música griega por incitar
aspectos morales poco nobles en los ciudadanos.3
“Por miles de años Satanás ha estado experimentando con las pro-
piedades de la mente humana, y ha llegado a conocerla bien. Por sus
sutiles operaciones en estos últimos día está ligando la mente humana
con la de él, imbuyéndola con sus pensamientos; y está haciendo esta
obra en forma tan engañosa que los que aceptan su conducción no
saben que él los dirige a su antojo. El gran engañador espera confundir
tanto las mentes de los hombres y mujeres que sólo oigan su voz.”4
“. . . Cuán importante es impedir a la mente divagar en asuntos pro-
hibidos o a gastar energías en cosas triviales. Los que no quieren ser
víctimas de las trampas de Satanás deben guardar bien las avenidas
del alma; deben evitar el leer, mirar u oír lo que puede sugerir pensa-
mientos impuros. No debe permitirse que la mente se espacie al azar
en cualquier tema que sugiera el enemigo de nuestras almas. El cora-
zón debe ser fielmente vigilado, o males de afuera despertarán males
de adentro, y el alma vagará en tinieblas.”5

El arma del enemigo


La música puede influenciar el comportamiento humano. Un ejem-
plo de esto es el trabajo realizado por la empresa Muzak, líder en el
mercado americano, especializada en crear música ambiental para fi-
nalidades específicas, obteniendo resultados definidos.6
Los secretos de la música en los centros comerciales tiene un fuer-
te componente maquiavélico, porque afecta la conducta y las ventas.
La corporación Muzak comenzó a comercializar trillas sonoras para
negocios y ambientes de trabajo en 1928. Desde entonces, Muzak ha
perfeccionado el conocimiento sobre como la música influencia nues-
tras emociones, conductas de compra, movimientos de nuestro cuer-
po, velocidad de masticación y capacidad de raciocinio. Los clientes
de negocios que tocan las trillas de Muzak dedican 18 por ciento más
de tiempo en las compras y 17% más en adquisiciones de productos.7
Las alteraciones fisiológicas provocadas por la exposición a la mú-
sica son múltiples y van desde la alteración neurovegetativa8 de los
padrones de variabilidad, de los ritmos eléctricos cerebrales9 y de los
ciclos circadianos10 de sueño-vigilia, hasta la producción de varios
neurotransmisores11 ligados a la recompensa, al placer y al sistema de
neuromodulación12 del dolor.
Como prueba de los argumentos ya mencionados, Aldous Huxley,
escritor inglés, comentó sobre la facilidad existente a partir de los re-
cursos disponibles en su época para inducir estados de sugestionabi-
lidad en las masas diciendo: “Reunid una multitud de hombres y mu-
jeres, tratadlos con música de bancos ampliados, luces brillantes y la
oratoria de un demagogo y podréis reducirlos a un estado sub humano
casi sin mente. Nunca antes, un número no reducido, han estado en
condiciones de ser transformados en locos, maníacos y criminales”.13

27
“La percepción musical envuelve muchas variables, muchas áreas
encefálicas y es capaz de influenciar el cuerpo completo a través de las
reacciones emocionales y fisiológicas. De esta forma, se puede afirmar
que la música que es parte de la cultura humana desde tiempos remo-
tos es un diálogo no verbal. Es innata y puede desencadenar profun-
dos procesos de transformación personal, los cuales afectan no sólo
al mismo individuo, sino también el universo que lo rodea en todas
sus manifestaciones y formas. La música influencia el comportamien-
to humano.”14
“La música favorece la activación de las llamadas neuronas en es-
pejo, localizadas en áreas frontales y parietales del cerebro, esencia-
les para la llamada cognición social humana, un conjunto de procesos
cognitivos y emocionales responsables por las funciones de empatía,
resonancia afectiva y comprensión de ambigüedad en el lenguaje ver-
bal y no verbal”.15
Estudios de imagen realizados en la Universidad de Harvard por el
neurocientífico Gottfried Schalug demostraron que la región frontal
del cuerpo calloso es expresivamente más grande en los músicos. Tal
estudio demostró aún una tendencia de los músicos poseer cerebros
de mayor tamaño y con mayor concentración de materia gris la cual es
constituida por cuerpos celulares y es responsable por el pensamiento
de la información.16 En síntesis, la música tiene el poder de modificar
la estructura del cerebro humano.
¿Para qué Satanás emplea la música? Para distraer la mente
del deber y de la contemplación de las cosas eternas. “Así aquello
que es una gran bendición cuando es debidamente usado, se vuel-
ve uno de los más efectivos factores por los cuales Satanás distrae
la mente del deber y de la contemplación de las cosas eternas.”17

Control de la mente a través de la música


Un ejemplo de control de la mente a través de la música es el éxta-
sis o la excitación mental que puede ser obtenida de diversas mane-
ras, en ambientes religiosos. Los directores de las actuales religiones
no son ignorantes al respecto de esta arma fisiológica. Ayuno, castigo
de la carne por flagelación o incomodidad física, regulación de la res-
piración, revelación de misterios terribles, toque de tambor, danzas,
cantos, provocación de miedo, pánico, iluminación fantástica o glo-
riosa, incienso —esas son sólo algunos de los innumerables métodos
empleados para modificar la función cerebral normal para propósitos
religiosos. Ya que la música es uno de los métodos empleados para
hacer esa modificación con propósitos religiosos, nos interesa en este
momento descubrir cómo es utilizada para provocar tales niveles de
conciencia alterada.
Teóricos que se especializaron en los efectos fisiológicos de la
música se impresionan con el grado en que el cuerpo puede ser afec-
tado por ella: La música influye en la digestión, en las secreciones

28
internas, en la circulación, en la nutrición y en la respiración, como
también en las redes nerviosas del cerebro, que son sensibles a los
principios armónicos. Sin duda, la música provoca ciertos cambios
biológicos, pudiendo ocasionar una alteración en el pulso, en la res-
piración y en la presión externa de la sangre; retarda la fatiga muscu-
lar, aumenta el metabolismo, amplía la sensibilidad y facilita el ac-
ceso a otras formas de estímulo y percepción. En el extremo opuesto
de la escala, los ritmos acelerados elevan el ritmo de las pulsaciones
del corazón y por tanto la excitación emocional. De esta forma, el
ritmo se vuelve importante en las diferentes formas de reacciones
mentales. Ritmos diferentes producen reacciones diferentes. El rit-
mo puede conducir a la histeria y crear o provocar un efecto hipnóti-
co. Si es del tipo repetitivo, obsesivo, causará psicológicamente una
depresión, si inicia de forma lenta, pasando a un movimiento cada
vez más rápido, podrá provocar oscurecimiento de la conciencia,
especialmente si la melodía que lo acompaña es continua, sin fin,
suprimiendo la sensación de tiempo. Un ejemplo de esto es el ritmo
hipnótico de los golpes de los timbales en los rituales afro-brasile-
ños que con un furor creciente es acompañado por los aficionados a
través de movimientos contorsionados. Las variaciones cadensiosas
que se aceleran cada vez más y más, llevan a la persona a manifestar
lo “santo”. Cuando ese ritmo se vuelve repetitivo, a través de instru-
mentos de percusión, el oyente puede sentir fatiga, pasando por un
adormecimiento de la conciencia, lo que lleva a las personas a un
verdadero estado de hipnosis. El trance religioso puede volverse es-
pecialmente útil cuando es necesaria una “conversión” de la persona
hacia la nueva religión. Se vuelve útil para la disipación de creencias
y comportamientos antiguos y la asimilación de nuevas creencias y
padrones. Conscientes del poder de la música sobre la mente huma-
na, muchas religiones se han apoderado de esta herramienta para
actuar sobre la mente de sus fieles. Las religiones pueden controlar
el nivel de vulnerabilidad regulando el ritmo de la música. Cualquier
idea que sea sugerida en un momento de vulnerabilidad por el con-
ductor de la ceremonia o por cualquier otro que esté cerca será asi-
milada por el fiel.18 El oyente está abierto a aceptar cualquier idea
que le sea presentada, de carácter religioso o no.
Si Satanás utiliza la música en medios religiosos donde ella es su-
puestamente dedicada a Dios, cuanto más la utilizará en ambientes
donde la música es explícitamente dedicada a él mismo.
Un estudio titulado Preferencia Musical y Riesgo de Suicidio entre Jó-
venes reveló que existe una íntima relación entre la preferencia musi-
cal y el suicidio, principalmente entre los amantes del rock o del heavy
metal.19
“La obra especial de Satanás en estos últimos días consiste en to-
mar posesión de las mentes de los jóvenes, para corromper sus pensa-
mientos e inflamar sus pasiones.”20

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“O los ángeles malos o los ángeles de Dios controlan las mentes de
los hombres. Entregamos nuestras mentes al control de Dios o al control
de los poderes de las tinieblas; y será bueno que nos preguntemos dón-
de estamos parados hoy —si bajo el estandarte ensangrentado del Prín-
cipe Emanuel o bajo la bandera negra de los poderes de las tinieblas.”21

Venciendo la batalla
“La facultad de distinguir entre lo bueno y lo malo sólo se puede
obtener mediante la dependencia individual del Señor. Cada uno debe
aprender por si mismo de Dios, mediante su Palabra. Se nos dio la
razón para que la usáramos, y el Altísimo desea que lo hagamos.”22 La
lucha para evitar el control de la mente sólo podrá ser vencida con la
ayuda de Dios, sin Él, nuestro esfuerzo es en vano. El enemigo es muy
poderoso y no escatimará esfuerzos para vencer la batalla.
“Las Sagradas Escrituras declaran que en cierta ocasión, cuando los
ángeles de Dios vinieron para presentarse ante el Señor, Satanás vino
también con ellos (Job 1:6), no para postrarse ante el Rey eterno sino
para mirar por sus propios y malévolos planes contra los justos. Con
el mismo objeto está presente allí donde los hombres se reúnen para
adorar a Dios. Aunque invisible, trabaja con gran diligencia, tratando
de gobernar las mentes de los fieles”.23 En contrapartida, “Satanás no
puede tocar la mente o el intelecto a menos que se los cedamos a él”.24
“Los intereses más vitales para vosotros, individualmente, están
bajo vuestro propio cuidado. Nadie puede dañarlos sin vuestro con-
sentimiento. Todas las legiones satánicas no pueden haceros daño, a
menos que abráis vuestra alma a las artes y dardos de Satanás. Nunca
sobrevendrá vuestra ruina a menos que vosotros consintáis. Si no hay
contaminación de vuestra mente, toda la contaminación que os rodea
no puede mancharos.”25
La música es de origen celestial. Hay gran poder en la música.26
Dios quiere que la música sea un instrumento de bendición en la vida
del creyente y no una maldición.
Dios utiliza la música para producir en nosotros un sentimiento de
gratitud y de adoración a Él. Pero no hace eso sin nuestro permiso.
Somos nosotros que decidimos si Dios va o no controlar nuestra vida,
cuando oímos músicas consagradas a Él.
“Cada cristiano debe mantenerse continuamente en guardia y vigilar
cada avenida del alma por donde Satanás pudiera hallar acceso. Debe
orar en demanda de ayuda divina y al mismo tiempo resistir resuelta-
mente cada inclinación hacia el pecado. Todos pueden vencer mediante
el valor, la fe y el esfuerzo perseverante. Pero recuerden que para ganar
la victoria, Cristo debe morar en ustedes y ustedes en Cristo.”27
Apreciado lector, oye buena música, canta himnos consagrados a
Dios y estudia su palabra, así verás que tu vida será llena de alegría y
felicidad. Permite solamente a Dios controlar tu mente. De esta forma
no sufrirás derrota, sino que serás un vencedor.

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________________________________________
Referencias bibliográficas
1 Cognición: Hecho o efecto de conocer. Proceso o facultad de adquirir un conocimiento. Percepción, conocimiento. Rúbrica:
Psicología: Conjunto de unidades de saber sobre la consciencia que se basa en experiencias sensoriales, representaciones,
pensamientos y recuerdos. Serie de características funcionales y estructurales de la representación ligadas a un Saber referente
a un objeto dado. Tres tipos de función mental: afecto, cognición y decisión.
2 WHITE, Ellen. Mente Carácter y Personalidad, tomo 2, p. 407.
3 V. C. Rocha; P. S. Boggio, A música por uma óptica neurocientífica, Per Musi, Belo Horizonte, n.º 27 (2013), p. 136.
4 WHITE, Ellen. Mente Carácter y Personalidad, vol. 1, p. 18.
5 WHITE, Ellen. Hechos de los Apóstoles, p. 413.
6 NORTH, Adrian. Entrevista al programa The Science Show – Radio National – EUA (una radio de la red ABC). A influência
da música sobre o comportamento. Transcripto y traducido en el portal Música e Adoração. Disponíble en: <https://
musicaeadoracao.com.br/21655/a-influencia-da-musica-sobre-o-comportamento/>.
7 BARRA, Sérgio. El secreto de la música de los centros comerciales. Portal Xataca Ciência. Disponible en: <https://www.
xatakaciencia.com/psicologia/el-secreto-de-la-musica-de-los-centros-comerciales>.
8 Neurovegetativo: Relativo o propio de las estructuras nerviosas que controlan las principales funciones involuntarias (ajenas
al control voluntario), como la circulación, secreción etc.; neurosplâncnico, neurovisceral.
9 Ritmos endógenos: Ritmos propios originados en el interior de un organismo o sistema, o por factores internos. Ritmos que
se originan, desarrollan o se reproducen a partir del tejido interno de un órgano u organismo. En este caso, los ritmos cardíacos.
10 Ciclo circadiano: Proceso rítmico que ocurre en el organismo todos los dias más o menos a la(s) misma(s) hora(s),
independientemente de factores externos.
11 Neurotransmisor: Cada una de las moléculas segregadas por las porciones terminales de las neuronas es responsables por
la transmisión del impulso nervioso.
12 La neuromodulación es un proceso que tiene como objetivo controlar externamente el Sistema Nervioso Central o el
Sistema Nervoso Periférico, el qual consiste de hierramientas químicas, llamadas mediadoras (que pueden ser fármacos,
campos eletromagnéticos para fines medicinales, o en este caso, la música). La neuromodulación es un tratamiento médico
con tecnología avanzada en las patologías como la Enfermidad de Parkinson, depresión, esquizofrenia, bipolaridad, Tinnitus,
Distúrbio Cognitivo, AVC, dolor crónico, epilepsia, dependencia química, ansiedad, distúrbios del movimiento, temblor
esencial, distonía, Transtorno obsesivo compulsivo (TOC), entre otras, actuando en la regulación del área neuronal estimulada,
inhibiendo o estimulando sus neurotransmisores responsables por alguna función o comportamiento. FUENTES: RANG &
DALE. Farmacologia. Rio de Janeiro (RJ): Elsevier. 8.ª ed. (2016), p. 143. Ver también Portal Clínica Higashi (Neuromodulação e
Neurologia). Disponible en: <http://bit.ly/2qlmJv3>. Aceso en 15 mayo 2017.
13 SARGANT, W. A conquista da mente, São Paulo: IBRASA, 1968, p. 164.
14 WEIGSDING, Jessica Adriane. Arquivos do MUDI, vol. 18, nº 2, p. 47-62.
15 MUSZKAT, Mauro. Op. Cit., p. 68.
16 WEIGSDING, Jessica Adriane. Op. Cit.
17 WHITE, Ellen. Patriarcas y profetas, pp. 644, 645.
18 El Dominio de la mente en el Cristianismo a Través de la Música, p. 128.
19 J Bras Psiquiatr. 2009; 58(1):26-33, Preferência musical e risco de suicídio entre jovens.
20 WHITE, Ellen. Mente, Carácter y Personalidad, vol. 1, p. 21.
21 Ibidem, p. 25.
22 WHITE, Ellen. La Educación, p. 231.
23 WHITE, Ellen. El Conflicto de los Siglos, p. 572.
24 WHITE, Ellen Mente, Carácter y Personalidad, vol. 1, p. 25.
25 WHITE, Ellen. Mente, Carácter y Personalidad, vol. 2, pp. 834, 835.
26 WHITE, Ellen. 3 Mensajes Selectos, p. 382.
27 WHITE, Ellen. Exaltad a Jesús, p. 334.

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5
EL CUADRO PROFÉTICO DE LA GUERRA
Por Marcos Pedrazas

La idea de una guerra universal entre el bien y el mal está presente


en toda la Biblia. La humanidad se encuentra sumida en una gran con-
troversia entre Cristo y Satanás.
El conflicto entre el bien y el mal es una guerra de adoración que co-
menzó en el cielo cuando Lucifer nutrió en su alma el deseo de ser ado-
rado. Aspiraba ser semejante a Dios en posición y poder. Aunque era
una criatura, quería recibir la honra que debe ser dada sólo al Creador.
La guerra de adoración terminó en el Cielo, pero sigue en la tierra.
Las Escrituras Sagradas narran diversas confrontaciones entre el bien
y el mal que se relacionan con la adoración, tales como el asesinato de
Abel por Caín (Génesis 4), la disputa entre Elías y los sacerdotes de Baal
(1 Reyes 18), las vicisitudes de Daniel y sus compañeros (Daniel 3-6) y
el encuentro de Jesús con Satanás en el desierto, especialmente en la
tercera tentación (Mateo 4:8-10).
“De cierto modo la Biblia es la historia del conflicto entre la ado-
ración verdadera y la falsa”.1 Desde que el pecado entró en nuestro
planeta, la guerra de adoración ha sido el fondo de la historia de la
humanidad. Mientras tanto, al analizar el cuadro profético del periodo
en que vivimos, notamos que el conflicto se acerca a su fin.

El periodo profético en que vivimos


En 1798 se inició el momento final de la historia de la Tierra: el tiem-
po del fin.2 El gran conflicto entre el bien y el mal está casi por termi-
nar. La victoria del bien ya fue asegurada en la cruz del Calvario, sin
embargo las fuerzas del mal aún luchan ferozmente.
“Las secciones bíblicas que tratan los eventos del fin se refieren re-
petidamente a la adoración. Eso ocurre con el libro de Daniel y par-

32
ticularmente con el Apocalipsis. Daniel 7 y 8 por ejemplo describe el
conflicto entre la verdadera adoración en el verdadero templo de Dios
y un sistema falso de adoración. Pero es en el Apocalipsis más que en
cualquier otro libro del Nuevo Testamento que el tema aparece en
todo su esplendor.”3
El verbo “adorar” (proskunéin en griego) aparece 24 veces en el libro
de Apocalipsis,4 indicando que la adoración es un tema central en el
cuadro profético del tiempo del fin.5

Dos hechos proféticos importantes


Consideremos dos hechos decisivos que ocurren en el tiempo del fin:

1) predicación del triple mensaje angélico


En el período en que vivimos el Señor reveló a su iglesia el mayor
conjunto de verdades de toda la historia. La verdad presente para
el tiempo del fin es encontrada en los mensajes de los tres ángeles
mencionados en el capítulo 14 de Apocalipsis.
El fondo de los tres mensajes angélicos es una controversia rela-
cionada a la adoración. El primer mensaje indica a quien debemos
adorar: “Adorad a Aquel que hizo el Cielo y la Tierra, el mar y las
fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7). El tercer mensaje apunta a
quien no debe ser adorado: “Si alguno adora a la bestia, a su ima-
gen o recibe la señal en su frente o en su mano, también beberá del
vino de la ira de Dios…” (Apocalipsis 14:9).
La adoración verdadera es dirigida al Creador. La adoración falsa,
que es idolatría, se dirige a la criatura. Se colocan delante de no-
sotros dos opciones: adoramos a Dios o a Satanás. No hay opción
neutra. Existen sólo dos caminos a escoger y el poder de decidir
pertenece a cada ser humano.
En cada momento de la experiencia tenemos la oportunidad de
escoger a quien adorar. La misma oportunidad se coloca cuando
escogemos la música que queremos oír o presentar.
“La música, cuando no se abusa de ella, es una gran bendición;
pero cuando se hace de ella un uso equivocado, es una terrible
maldición”.6 Las decisiones en las músicas que hacemos revelan a
quien adoramos: a Dios o a Satanás.

2) la puerta abierta del lugar santísimo del santuario celestial


Apocalipsis 3:7, 8: “El ángel de la iglesia que está en Filadelfia es-
cribe: Esto dice el que es santo, el que es verdadero, el que tiene la
llave de David; el que abre y nadie cierra, que cierra y nadie puede
abrir: Conozco tus obras, he aquí que coloco delante de ti una puer-
ta abierta y nadie puede cerrarla, teniendo poca fuerza guardaste
mi palabra y no negaste mi nombre”.
Al escribir a la iglesia en el periodo de Filadelfia, Cristo mencionó
un hecho profético de fundamental importancia: la abertura de la

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puerta que no se puede cerrar. ¿Qué puerta es esta?
El texto de Apocalipsis 11:9 nos da luz sobre este asunto: “Se abrió
en el cielo el templo de Dios y el arca de su alianza fue vista en su
templo, hubo relámpagos, voces, truenos y terremotos con gran
granizo”.
Ambos textos describen un momento único: la abertura del lugar
santísimo del santuario celestial que sucedió en 1844.7 Al abrirse la
puerta del santísimo fue vista el arca del pacto que contiene la ley
de los diez mandamientos.
Es plan de Dios que en el tiempo del fin su ley sea colocada en evi-
dencia. El creyente que por su fe entra por la puerta del santísimo
recibe luz especial y comprende la santidad de la ley de Dios y la
necesidad de vivir de acuerdo con sus reclamos. En el tiempo del
fin, la luz revelada es mayor, lo que aumenta la responsabilidad del
pueblo que la recibe. Si por un lado el Señor nos da el privilegio de
obtener gran conocimiento, por otro requiere que vivamos a la al-
tura de la luz que recibimos.
Cuando la puerta fue abierta, Cristo dejó el lugar santo y entró en el
lugar santísimo del santuario celestial. En ese momento, un nuevo
capítulo de la historia de la iglesia se inició. Aquellos que acompa-
ñaron a Cristo permanecieron en la luz, los que rechazaron el men-
saje fueron cubiertos por densas tinieblas.
“Cuando Jesús concluyó su ministerio en el lugar santo y cerró la
puerta de ese departamento, densas tinieblas envolvieron a quie-
nes habían oído y rechazado el mensaje de su advenimiento y lo
habían perdido de vista a él.”8
En visión profética, Elena White describió la escena del trayecto de
Jesús del lugar santo al santísimo: “Entonces un carro de nubes con
ruedas como llama de fuego, circundado por ángeles vino a donde
estaba Jesús. Entró en el carro y fue llevado al lugar santísimo, don-
de el Padre se sentaba. Entonces contemplé a Jesús, el gran Sumo
Sacerdote de pie delante del Padre. En la extremidad inferior de sus
vestidos había una campana y una flor, una campana y una flor. En-
tonces Jesús me mostró la diferencia entre fe y sentimiento. Los
que se levantaron con Jesús enviaban su fe a Él en el santísimo y
oraban: ‘Padre mío, danos tu Espíritu.’ Entonces Jesús soplaba so-
bre ellos el Espíritu Santo. En este soplo había luz, poder y mucho
amor, gozo y paz.”9
Me volví para ver el grupo que estaba aún postrado delante del
trono, ellos no sabían que Jesús los había dejado. Satanás pare-
cía estar junto al trono, intentando conducir la obra de Dios. Los vi
levantar los ojos al trono y orar: ‘Padre, danos tu Espíritu’. Satanás
les inspiraba una influencia malévola, en ella había luz y mucho
poder, pero no suave amor, gozo y paz. El objetivo de Satanás era
mantenerlos engañados y atraer de nuevo para engañar los hijos
de Dios.”10

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La visión profética hace referencia al ambiente cristiano y no al del
mundo. De modo preocupante menciona personas que no entraron
al santísimo, permaneciendo delante del trono en el lugar santo sin
notar que Jesús los había dejado. Como vimos anteriormente, den-
sas tinieblas cayeron sobre ellos. Finalmente fueron enredados en
una confrontación satánica. Creían seguir la orden divina, cuando
en verdad obedecían las órdenes de Satanás.
Algunos puntos relacionados a este grupo de personas son esencia-
les para la comprensión del asunto de la adoración en el período en
que vivimos:

1. Ellos clamaron por el Espíritu Santo.


2. Satanás soplaba sobre ellos una influencia maligna.
3. La vida religiosa de ellos se basaba en los sentimientos y no en la fe.

La estrategia del enemigo en el tiempo del fin consiste en conducir


la obra de Dios, enviando al mundo cristiano una influencia maligna
que falsifique el trabajo del Espíritu Santo. Tal influencia es poderosa y
tiene apariencia de piedad, pero no provienen de Dios.
La confrontación satánica consiste en llevar a los cristianos a fun-
damentar su vida religiosa en sentimientos y no en la fe. Ese punto
se relaciona directamente con la adoración. Actualmente, millones de
cristianos influenciados por el movimiento carismático ofrecen una
adoración falsa, fundamentada no en la fe, sino en la excitación de las
emociones y sentimientos. Ese soplo maligno es considerado como
operación del Espíritu Santo.
“Los avivamientos populares son provocados demasiado a menu-
do por llamamientos a la imaginación, que excitan las emociones y
satisfacen la inclinación por lo nuevo y extraordinario. Los conversos
ganados de este modo manifiestan poco deseo de escuchar la verdad
bíblica, y poco interés en el testimonio de los profetas y apóstoles. El
servicio religioso que no revista un carácter un tanto sensacional no
tiene atractivo para ellos. Un mensaje que apela a la fría razón no des-
pierta eco alguno en ellos. No tienen en cuenta las claras amonestacio-
nes de la Palabra de Dios que se refieren directamente a sus intereses
eternos.”11
En los reavivamientos populares no se da ningún valor a la ley de
Dios, al contrario, se valoriza la experiencia subjetiva de cada uno, en
contraparte a las verdades objetivas de la Biblia. Esa es también la
principal característica del espiritismo moderno.
El espiritismo moderno
“Cuando se menciona la palabra ‘espiritismo’ se despierta en la
mente de las personas a la imagen de ángeles malignos que aparecen
a los vivos disfrazados como familiares o amigos muertos. Pero el ca-
rácter del espiritismo es mucho más profundo y amplio.”12

35
Cuando Eva fue tentada en el Jardín del Edén, la serpiente le dice:
“Ciertamente no moriréis. Porque Dios sabe que en el día en que co-
miereis de él se abrirán vuestros ojos y seréis como Dios sabiendo el
bien y el mal.”13
En otras palabras, Satanás afirmó que las decisiones éticas pueden
ser tomadas de modo contrario a las órdenes de Dios, a partir de crite-
rios subjetivos establecidos por el mismo hombre. El enemigo intenta
substituir la palabra de Dios como padrón ético por los sentimientos e
impresiones del corazón humano, supuestamente capaz de “conocer
el bien y el mal”.
El espiritismo no abarca solamente el asunto de la vida después de
la muerte. Su esencia es el rechazo de la ley de Dios como criterio para
definir el bien del mal.
“Es cierto que el espiritismo está mudando actualmente sus formas,
y echando un velo sobre algunos de sus rasgos más repulsivos, reviste
un disfraz cristiano. Pero sus declaraciones hechas desde la tribuna
y en la prensa han sido conocidas por el público desde hace muchos
años, y revelan su carácter verdadero. Esas enseñanzas no pueden ser
negadas ni encubiertas.
“Hasta en su forma actual, lejos de ser más tolerable, el espiritismo
es en realidad más peligroso que anteriormente, debido a la mayor
sutileza de su engaño. Mientras años atrás atacaba a Cristo y la Biblia,
declara ahora que acepta a ambos. Pero su interpretación de la Biblia
está calculada para agradar al corazón irregenerado, al paso que anu-
la el efecto de sus verdades solemnes y vitales. Los espiritistas hacen
hincapié en el amor como si fuese atributo principal de Dios, pero lo
rebajan hasta hacer de él un sentimentalismo enfermizo y hacen poca
distinción entre el bien y el mal. La justicia de Dios, su reprobación del
pecado, las exigencias de su santa ley, todo eso lo pierden de vista.”14
El espiritismo moderno enseña que la obediencia a la Ley no es ne-
cesaria y que el pecado no es cosa seria. El “amor” y la “misericordia”
de Dios son falsamente colocados en oposición a la justicia. Se afirma
que todos son aceptados incondicionalmente y que no habrá punición
de pecado, que la Biblia define como “transgresión de la Ley”.15
Una vez perdido el referencial bíblico de lo que es correcto y errado,
al conducta del ser humano comienza a ser regida por sus propios sen-
timientos y eso se refleja en la adoración y especialmente en la música
que se usa en el culto.

La música y el tiempo del fin


La música es una poderosa arma en la guerra de adoración y cum-
ple un papel importante en el cuadro profético del tiempo del fin.
La música que agrada a Dios debe poseer “belleza, poder y facultad
de conmover”16 y ser presentada de modo “elevado, solemne e impresio-
nante”.17 La presentación musical que cumple con tales requisitos cum-
ple el propósito divino para el culto y constituye la adoración verdadera.

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Sin embargo, lo que se ve hoy, aún entre denominaciones cristianas
es una música que se caracteriza por el barullo y el sentimentalismo.
Elena White escribió sobre el asunto de la música en la adoración al
recibir el relato de una reunión campal adventista, muy semejante al
culto pentecostal-carismático moderno, realizada en Muncie, Indiana,
Estados Unidos, entre el 13 y 23 de septiembre de 1900. El relato de los
acontecimientos fue encaminado por Stephen Haskell a la Sra. Elena
White en enero de 1901.
Así se expresó la sierva del Señor:
“El Espíritu Santo no tiene nada que ver con ese desorden pertur-
bador y esa barahúnda que me fueron mostrados en enero pasado.
Satanás trabaja en medio del estruendo y de la confusión producida
por esa clase de música, la cual, si fuera dirigida debidamente, serviría
para alabar y glorificar a Dios.”18
“El Espíritu Santo nunca se manifiesta en esa forma, mediante
ese ruido desconcertante. Esto constituye una invención de Satanás
para ocultar sus ingeniosos métodos destinados a tornar ineficaz la
pura, sincera, elevadora, ennoblecedora y santificadora verdad para
este tiempo. Es mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música,
que utilizar instrumentos musicales para realizar la obra que en enero
pasado 42 se me mostró que tendría lugar en nuestras reuniones de
reavivamiento. La verdad para este tiempo no necesita nada de eso
para convertir a las almas. El ruido desconcertante aturde los sentidos
y desnaturaliza aquello que, si se condujera en la forma debida, cons-
tituiría una bendición. El influjo de los instrumentos satánicos se une
con el estrépito y el vocerío, con lo cual resulta un carnaval, y a esto se
lo denomina la obra del Espíritu Santo.”19
La música es uno de los principales elementos usados en la con-
frontación satánica con el culto verdadero. A través de ella el enemi-
go simula la operación del Espíritu Santo, llevando a millones de cris-
tianos a dar un culto que se basa en sentimientos y emociones. Así la
atención del pueblo es desviada de la “pura, sincera, elevadora, enno-
blecedora y santificante verdad para este tiempo”, de modo que los im-
presionantes mensajes angélicos de Apocalipsis 14 pierden su fuerza e
influencia.

Sin embargo la palabra inspirada afirma que

1) El “Espíritu Santo nunca se manifiesta por tales métodos, en tal des-


orden de ruido”;
2) Tal clase de culto no es necesaria para la conversión de nuevas al-
mas.

Conclusión
El cuadro profético actual revela que el mal predomina en el mundo
y esa situación no se alterará hasta la segunda venida de Cristo. Hoy

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Satanás recibe la adoración de gran parte del mundo cristiano. Aun
en las filas adventistas la confrontación satánica en cuanto a la adora-
ción halla lugar.20 Sin embargo, Dios dejó abundantes enseñanzas en
su palabra respecto a la adoración verdadera y espera que su pueblo
remanente siga sus instrucciones.

________________________________________
Referencias bibliográficas

1 BACCHIOCCHI, Samuele. Reposo divino para la inquietud humana, p. 169.


2 WHITE, Ellen. El Conflicto de los Siglos, p. 405.
3 PLENC, Daniel. El culto que agrada a Dios, p. 129.
4 Apocalipsis 3:9; 4:10; 5:14; 7:11; 9:20; 11:1 e 16; 13:4, 8, 12 e 15; 14:7, 9 e 11; 15:4; 16:2; 19:4, 10 e 20; 20:4; 22:8 e 9.
5 “El Apocalipsis habla de la adoración a Dios en oposición a la adoración idolátrica terrenal. La verdadera y la falsa adoración
se distinguen claramente a lo largo del libro. El homenaje celestial (Apoc. 4:11; 5:9-14; 11:13; 14:1-7; 16:9) contrasta radicalmente
con el homenaje terrenal (Apoc. 13:2, 15; 14:9- 11). Estas repetidas imágenes en contraste son características del Apocalipsis. Los
símbolos de las mujeres de Apocalipsis 12 y 17 describen el contraste entre la verdadera iglesia y la iglesia apóstata, así como
entre la adoración auténtica y la corrompida.” — Daniel Plenc, El culto que agrada a Dios, p. 130.
6 WHITE, Ellen. La Voz su Educación y Uso Correcto, p. 467.
7 WHITE, Ellen. Primeros Escritos, p. 243.
8 Ibidem, pp. 250, 251.
9 Trecho en negrita ausente en el texto de Primeros Escritos, p, 55, pero añadido al relato de la visión a pedido de Ellen White, de
acuerdo con la Revista Daystar, de 14 de marzo de 1846.
10 WHITE, Ellen. Primeros Escritos, p. 55.
11 WHITE, Ellen. El Conflicto de los Siglos, p. 516.
12 BOHR, Stephen. Worship at Satan’s throne, p. 71.
13 Génesis 3:4 e 5.
14 WHITE, Ellen. El Conflicto de los Siglos, p. 614.
15 1 Juan 3:4.
16 WHITE, Ellen. El Evangelismo, p. 368.
17 WHITE, Ellen. 3 Mensajes Selectos, p. 380.
18 WHITE, Ellen. 2 Mensajes Selectos, p. 43.
19 Ibidem, pp. 41, 42.
20 “(...) Las cosas que han ocurrido en el pasado también acontecerán en el futuro. Satanás convertirá la música en una trampa
debido a la forma como es dirigida.” — 2 Mensajes Selectos, p. 43.

38
6
ESTRATEGIA DE DEFENSA
Por Marcos Pedrazas

En el verso 1 del Salmo 150 encontramos la orden de alabar al Se-


ñor: “¡Alabad al Señor! Alabad a Dios en su Santuario, alabadlo en el
firmamento de su poder!”
Dios nos ordena alabarlo. Creó la música para su gloria. Mientras
tanto, gran parte de la música actualmente que se oye no lo glorifica.
Esto se debe a la acción de Satanás que logró pervertir el gusto musical
de muchas personas, de tal manera que él mismo sea adorado.
El verdadero adorador sin embargo se preocupa en agradar a Dios.
Las siguientes preguntas están siempre en su mente: ¿Cómo alabar a
Dios de manera apropiada? ¿Existen criterios a tener en cuenta en la
alabanza? Debemos preocuparnos por estas cosas porque alabar a
Dios no es algo banal. La alabanza requiere preparación, no sólo en la
técnica, sino principalmente espiritual. “Preparado está el corazón oh
Dios, cantaré y alabaré hasta con mi alma” (Salmo 108:1).
Alabar a Dios requiere entendimiento espiritual. ¿Qué hacer enton-
ces? Orare con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento;
cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento”
(1 Corintios 14:15). Es posible que nuestro cántico sea presentado sin
entendimiento, por eso debemos evaluar si la alabanza que ofrecemos
agrada a Dios o no.

Santo versus profano


Cuando pensamos en dar una alabanza aceptable, hay algo de lo que
jamás podemos olvidarnos: Dios es santo y exige que también lo seamos. A
su pueblo el Señor dice: “Sed santos porque yo soy santo” (Levítico 20:26).

39
Originalmente sólo Dios es santo. La santidad es un atributo que Él
comunica de sí mismo. La disposición en consagrarse o separarse para
Dios no es santidad, sino un paso preliminar y necesario para que sea
alcanzada. No es santo lo que es ofrecido al Señor, sino aquello que Él
se apropia o toma para su propia comunión y utiliza.
La santidad no es alcanzada mediante una serie de actos que el
ser humano realiza por sí mismo. Es operada en nosotros por la divi-
nidad. “Yo soy el Señor que os santifica” (Levítico 20:8), fue la garan-
tía dada por Dios a su antiguo pueblo, sobre el cual estaba basada la
orden “sed santos”. El acto de Dios, tomándolos para ser suyos, los
hizo pueblo santo.
Si queremos que nuestra alabanza agrade a Dios, debemos llevar
en cuenta que él no acepta cualquier cosa, sino solamente lo que él
mismo pide y aprueba. La música aceptable a Dios es la que el mismo
dispuso para nosotros.
La resolución n° 2 del 1° Simposio Internacional de Música Sacra
promovido por la Conferencia General de los Adventistas del Séptimo
Día – Movimiento de Reforma, establece lo siguiente:
“Se considera sacra a la música específicamente dedicada a Dios,
que transmite un mensaje consistente con la Verdad Presente y posee
características musicales de acuerdo con los principios de la verda-
dera adoración. La música sacra ‘posee belleza, poder y facultad de
conmover’ (Ev. 505) y debe ser presentada de modo ‘elevado, solemne
e impresionable (3MS 333). Sólo la música sacra es adecuada para la
adoración de Dios.”
En el campo opuesto a la música sacra se encuentra la música pro-
fana. La resolución n° 4 del 1° Simposio Internacional de Música dice
lo siguiente:
“Se considera profana a la música que no respeta o trata con irre-
verencia las cosas sagradas. La música profana es ofensiva a Dios y
contribuye para la formación de un gusto musical distorsionado, no
debiendo ser oída.”
Santo y profano son dos cosas opuestas. Solamente la música sa-
cra es adecuada para la adoración. La música profana ofende a Dios.
“El idioma profano usado en la calle es inadecuado en la iglesia. De la
misma manera, la música rock utilizada en los bares y clubes noctur-
nos para estimular físicamente las personas no puede ser usada para
elevarlas espiritualmente. En la perspectiva bíblica, la mezcla de lo sa-
grado con lo profano es una abominación al Señor.”1
El Señor desea que su pueblo aprenda a discernir lo santo y lo pro-
fano. “Y a mi pueblo enseñarán a distinguir entre lo santo y lo profano,
lo harán discernir entre lo impuro y lo puro” (Ezequiel 44:23). Lo que
es santo agrada a Dios porque fue establecido por Él mismo. Lo que es
profano ofende a Dios porque sigue los parámetros del mundo.

40
El relativismo que prevalece hoy en el mundo occidental ha provo-
cado la pérdida del sentido de lo sagrado. El proceso de lo secular ha
alcanzado buena parte de las iglesias, especialmente en el campo de
la música. Se volvió común en los cultos el uso de músicas que no res-
petan o tratan con irreverencia las cosas sagradas. Estilos musicales
que promueven la sensualidad, tales como samba, bailes populares, y
las baladas románticas, el consumo de drogas y la falta de respeto al
orden social, tales como el rock, el reggae, han sido la senda sonora de
momentos de supuesta adoración a Dios en diferentes denominacio-
nes religiosas.
El resultado de la secularización de la música en el culto es la pér-
dida del discernimiento entre lo santo y profano en general. Muchos
son llevados a pensar que los criterios para la selección de músicas
son un asunto de preferencia personal. “Me gusta este estilo, a ti te
gusta otro estilo. ¿Cuál es el problema?” todo se reduce a un asunto
de gusto y cultura. La distinción entre lo santo y lo profano se pierde
en el subjetivismo. Las verdades bíblicas sin embargo no se sujetan a
las preferencias personales o a las tendencias culturales del momento.
Nuestras creencias doctrinarias fueron establecidas a partir de la reve-
lación objetiva de la verdad proveniente de Dios a través de la palabra
profética. La música en el culto debe servir como vehículo para trans-
mitirlas y fijarlas en la mente de los adoradores.

El problema de la música profana


Muchos son los maleficios de la música profana. A continuación se-
rán mencionados algunos de ellos:

1. La música profana no promueve el crecimiento espiritual. Al


contrario, debilita el intelecto y la fuerza moral, entorpece la eva-
luación de lo que es sacro, teniendo un efecto adverso en nuestra
vida de oración y en la lectura de la Biblia.2

2. La música profana distorsiona la visión correcta de la adora-


ción, haciendo creer a las personas que la iglesia es un lugar de
entretenimiento y el culto un momento para divertirse, lo que está
contra la enseñanza bíblica de que la adoración debe centralizarse
en Dios y no en el hombre.

3. La música profana desvirtúa el ambiente donde el mensaje bí-


blico es transmitido. El vestuario informal y el comportamiento
vulgar que normalmente acompañan las presentaciones de mú-
sica profana tienden a entorpecer la reverencia y el respeto que
deberían caracterizar el lugar de adoración.

41
4. La música profana no se une con la seriedad del Evangelio. El
evangelio conduce al hombre a reconocer su pecaminosidad, ver
el amor de Dios y corresponder a la atracción del Espíritu Santo
para una vida de santidad. La iglesia que usa en sus cultos música
asociada a principios y prácticas mundanas no será capaz de desa-
fiar a sus miembros a separarse del mundo y vivir de acuerdo con
el Evangelio.

5. La música profana no atiende al llamado bíblico para “adorar


al Señor en la belleza de su santidad” (Salmos 29:2). El culto
verdadero se caracteriza por la belleza y dignidad, que proporcio-
nan al adorador un ambiente sensorial adecuado para recibir el
mensaje de la verdad. La música profana, con su sonoridad caótica
y exageradamente repetitiva no atiende a los padrones de digni-
dad y reverencia que Dios exige en la adoración.

Separación del mundo


“Infieles, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra
Dios? Por tanto cualquier que quiera ser amigo del mundo se constitu-
ye enemigo de Dios” (Santiago 4:4). El sistema de adoración divino es
distinto del sistema del mundo. Los principios que dirigen uno de ellos
se oponen a los principios que dirigen el otro. “No améis al mundo, ni
lo que en el mundo hay. Si alguien ama el mundo, el amor del Padre no
está en él” (1 Juan 2:15).
Dios no nos retira del mundo (Juan 17:15), sino ordena que no
nos dejemos envolver por el sistema que lo domina (2 Corintios
6:17). El sistema del mundo aunque contenga los elementos nece-
sarios para nuestra sobrevivencia, no fue formulado para servir a los
propósitos divinos. Por eso el pueblo de Dios siempre estuvo sepa-
rado del mundo, rehusándose a participar de prácticas profanas. En
el transcurso de la historia, el crecimiento espiritual y la predicación
del Evangelio nunca sucedieron a través de las formas paganas de
entretenimiento como el circo, el teatro o la música profana, pero al
contrario la pureza del mensaje no permitía que tales formas fuese
introducidas en el culto.
“No os conforméis con este mundo, sino sed transformados por la
renovación de vuestra mente, para que sepáis cual sea la buena, agra-
dable y perfecta voluntad de Dios” (Romanos 12:2).
La voluntad del Señor para nosotros es buena, agradable y perfecta,
pero no podremos probarla mientras nos conformemos con el mundo.
La orden divina para el creyente es no conformarse con el mundo, sino
ser transformado por la renovación de la mente. Al aceptar el evange-
lio, el cristiano recibe en su mente las verdades reveladas de la Palabra
de Dios y es llevado a separarse del mundo.

42
La música profana ciertamente no contribuye para la separación
del mundo por la renovación mental, porque apela primariamente al
cuerpo en vez de la mente. Ella transmite un mensaje de comunión con
el mundo y no de separación de él.

El peligro de la mezcla de lo santo con lo profano


Como vimos, la música profana está volviéndose cada vez más co-
mún en las iglesias y el problema más grande es que ella se mezcla a
elementos sacros del culto. Cuando lo sacro es mezclado con lo profa-
no, el culto se vuelve una ofrenda manchada, inaceptable a Dios.
“Siempre hay peligro cuando lo común es mezclado con lo sagrado,
de que a lo común le sea permitido ocupar el lugar de lo sagrado…
cuando un asunto censurable es mezclado con un asunto sagrado,…
la bendición de Dios no puede reposar sobre el trabajo hecho.”3
Mezclar el bien con el mal es una estrategia antigua usada por Sa-
tanás para llevar hombres a la ruina. Al respecto de Adán, Elena White
escribió: “Al mezclarse el mal con el bien, su mente se tornó confusa,
y se entorpecieron sus facultades mentales y espirituales. Ya no pudo
apreciar el bien que Dios le había otorgado tan generosamente.”4
El correcto discernimiento espiritual es encontrado sólo en quien
se coloca sobre la orientación del Espíritu Santo. El Divino Espíritu
sin embargo no puede controlar la mente que se sujeta a la influen-
cia maligna. Por eso los sentidos deben ser guardados de cualquier
influencia que los conduzcan a una dirección equivocada. “Debe-
mos ser fieles centinelas de nuestros ojos y oídos si queremos do-
minar la mente e impedir que vanos y corruptos pensamientos nos
manchen el alma”.5
No debemos “alimentarnos” con la música profana que debilita los
poderes mentales y bloquea el crecimiento espiritual.6

Exclusividad en la adoración
“Nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará al
otro, o se dedicará a uno y menospreciará a otro” (Mateo 6:24).
Dios exige exclusividad en la adoración. Cuando el pueblo israelita
se instaló en Palestina el Señor les dio una seria advertencia: “… no ha-
rás pacto alguno con ellas [las naciones vecinas]” (Deuteronomio 7:2).
La advertencia divina tenía como objetivo proteger a Israel de las
influencias malignas de los pueblos paganos que los rodeaban. El pue-
blo de Dios debería mantenerse puro y testificar en un ambiente des-
favorable en el cual prevalecía la maldad.
El cuadro de aquella época en nada difiere del de hoy. Satanás
“cegó el entendimiento de los incrédulos” (2 Corintios 4:4) y el “mundo
entero yace en el maligno” (1 Juan 5:19). Aún en medio de la maldad
prevaleciente, el Señor requiere santidad y adoración exclusiva.

43
“Cuando el Señor nos exige ser distintos y diferentes, ¿Cómo po-
demos nosotros codiciar popularidad o buscar imitar las costumbres
y prácticas del mundo?... no debemos elevar nuestra norma sólo un
poco encima de las normas del mundo, sino debemos hacer con que la
distinción sea decididamente notoria.”7

Un caso emblemático
“El pueblo de Israel se demoraba en Sitim y comenzó a prostituirse
con las hijas de Moab, pues ellas invitaron al pueblo a los sacrificios de
sus dioses; el pueblo comió y se inclinó a sus dioses” (Números 25:1, 2).
Cuando estaban en Sitim, los israelitas recibieron de los moabitas
una invitación aparentemente pacífica y sin sospecha para participar
juntos en una confraternización. El objetivo de los moabitas instigados
por Balaam era conducir al pueblo de Israel a adorar otros dioses, pero
una invitación directa a la idolatría habría sido prontamente rechaza-
do. La invitación para la “confraternización” sin embargo fue aceptado.
Cuando llegaron a la fiesta, los israelitas notaron que la música y el
mismo ambiente eran profanos. Deberían haberse ido del local, pero
se quedaron. Bajo la influencia de la música profana y de la bebida
alcohólica, en poco tiempo los seguidores de Jehová se prostituyeron
con las mujeres moabitas y se postraron delante de sus dioses.
“Hechizados por la música y el baile y seducidos por la hermosura
de las vestales paganas, desecharon su lealtad a Jehová. Mientras par-
ticipaban en la alegría y en los festines, el consumo de vino ofuscó sus
sentidos y quebrantó las vallas del dominio propio.”8
He aquí un caso emblemático de la influencia maligna de la músi-
ca profana, que tiene el poder de en poco tiempo bajar la guardia del
alma y reducir los frenos morales, llevando a la persona a la práctica
de pecados terribles.
Jimmy Hendrix, héroe del rock, considerando uno de los más gran-
des guitarristas de todos los tiempos, a pesar de haber vivido lejos de
los caminos del Señor, dice la siguiente verdad: “La música es una cosa
espiritual en sí misma. Podemos hipnotizar las personas con música y
cuando ellas estuvieren en su punto más débil, podemos predicar a su
subconsciente lo que queremos que ellas digan.”9

Conclusión
La historia de nuestro mundo está introducida en la moldura de un
gran conflicto espiritual, existen dos poderes que luchan por el domi-
nio de la mente. Las armas no son convencionales, sino espirituales.
La música es una de las más poderosas armas para el bien en la
batalla espiritual. “Pocos medios hay más eficaces para grabar sus pa-
labras en la memoria, que el de repetirlas en el canto. Y un canto tal
tiene poder maravilloso. Tiene poder para subyugar naturalezas rudas

44
e incultas; para avivar el pensamiento y despertar simpatía; para pro-
mover la armonía de acción y desvanecer la melancolía y los presenti-
mientos que destruyen el valor y debilitan el esfuerzo.”10
El Señor desea que usemos la música no como una herramienta de
maldición, sino como un instrumento de bendición que contribuirá
para que seamos vencedores en la guerra contra el mal.

________________________________________
Referencias bibliográficas

1 BACCHIOCHI, Samuele. El Cristiano y la música rock, p. 303.


2 BACCHIOCHI, Samuele. Op. Cit., p. 336.
3 WHITE, Ellen. Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 88.
4 WHITE, Ellen. La Educación, p. 25.
5 WHITE, Ellen. Consejos para la iglesia, p. 169.
6 OSTERMAN, Euridyce. O que Deus diz sobre a música, p. 14.
7 WHITE, Ellen. Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 143, 146.
8 WHITE, Ellen. Patriarcas y Profetas, p. 484.
9 BACCHIOCHI, Samuele. Op. Cit., p. 101.
10 WHITE, Ellen. Mensajes para los Jóvenes, pp. 289, 290.

45
7
VOLVIENDO A CONQUISTAR LA ARMONÍA
Por Marcelo de Araújo Silva

Reconquista
Cuando consideramos la palabra “reconquista” somos encamina-
dos a algo más grande que una historia de guerra o de controversias
entre pueblos y personas. “Reconquista” es en su esencia el fruto de un
liderazgo persistente y de un pueblo dispuesto y convencido de vencer
obstáculos y alcanzar un blanco deseado. Fue así que por ocho siglos
los cristianos de la Península Ibérica enfrentaron un proceso de luchas
exhaustivas contra los árabes musulmanes. Después de constantes
combates alcanzaron la reconquista de su territorio y la consolidación
de la toma de Granada —capital del reino musulmán— en 1492. De
esta historia podemos aprender que aunque sean largos los años, en
el caso que las ideas persistan podremos alcanzar la victoria de modo
semejante a la de los cristianos ibéricos.

El escenario de la reconquista
Para alcanzar la victoria sobre los babilonios, Ciro, general de los
medos y persas, tuvo que emprender grandes esfuerzos con el objetivo
de desviar el curso del río Éufrates. En aquella ocasión, antes de luchar
contra los babilónicos, luchó contra la naturaleza. En el octavo siglo,
cuando los musulmanes conquistaron la Península Ibérica, región hoy
formada por Portugal, España, Andorra, y una pequeña fracción de
Francia,1 navegaron sólo 15 kilómetros en el estrecho de Gibraltar a
fin de alcanzar el área deseada. Pero aunque los habitantes de la pe-
nínsula conocían bien su territorio, necesitaron de casi 8 siglos para
reconquistar su tierra.

46
Cuando Satanás intentó desestabilizar la armonía en el Cielo, el
escenario de conquista fue la mente de los ángeles. Las Escrituras
afirman que hubo guerra en el Cielo;2 pues, en esa ocasión, parte de
la hueste angélica ya había3 sido afectada por Satanás y, a partir de
ese entonces, él jamás sería recibido nuevamente allí;4 no tendría más
oportunidad de reconquista.
Desde entonces, el enemigo ha insistido en provocar la desarmonía
en el modo de adorar a Dios, desvirtuando la belleza de su santidad.5
Son varios los métodos usados por él en esta búsqueda de la conquis-
ta. Por eso, uno de los medios más eficaces para poner en peligro la
armonía celestial en el ámbito de la adoración, es esparcir en la mente
humana el germen de la rebelión, desviando de lo que es santo a lo
profano. Sabe que así como tuvo buen resultado en influenciar sobre
los ángeles, tendrá buena perspectiva de éxito en llevar al ser humano
a desviarse de la verdadera adoración hacia una distorsión. Fue Sata-
nás que influenció a Caín e incentivó al pueblo de Israel a fundir meta-
les y adorar el becerro de oro. Fue él que tomó el control de la mente
del rey Manasés y lo indujo a fabricar ídolos en todo el territorio de
Israel y aún dentro del templo.6
De esta forma, igual como hizo en el pasado, Satanás usará todo
artificio posible para desviar del camino de la verdad a la profanación
y perversión. Con respecto a las estrategias de Satanás, la mensajera
del Señor declara:
“Me siento alarmada al notar por doquiera la frivolidad de hombres
y mujeres jóvenes que profesan creer la verdad. No parecen pensar en
Dios. Su mente rebosa de insensatez, y su conversación, de asuntos
vacíos y vanos. Su oído tiene agudeza para percibir la música, y Sata-
nás sabe qué órganos puede excitar para animar, embargar y hechizar
la mente de modo que no desee a Cristo. El alma no siente anhelos
espirituales por conocimiento divino y crecimiento en la gracia.”7
Infelizmente, afirmaciones como estas, están en conformidad con
las actitudes de los jóvenes de los últimos días.
Al principio fue mencionado que en la lucha contra los babilónicos
el general Ciro desvió el curso del río Éufrates antes del enfrentamien-
to. Fue necesario luchar contra la naturaleza. La naturaleza es cierta-
mente el más grande obstáculo cuando nos disponemos a reconquis-
tar la armonía celestial en todas las prácticas de adoración en la igle-
sia. En el ámbito humano no siempre lo que queremos hacer es lo que
hacemos8 y debido a nuestras tendencias, aún en nuestros hogares,
generalmente presentamos a Dios un tipo de adoración que nos pa-
rece aceptable, pero que no puede ser acompañada por los ángeles:
“Se me mostró que los jóvenes deben elevarse y hacer de la Palabra
de Dios su consejera y guía. Les incumben responsabilidades solemnes
que ellos consideran livianamente. La introducción de la música en sus

47
hogares, en vez de incitarlos a la santidad y la espiritualidad, ha contri-
buido a distraer de la verdad sus espíritus. Los cantos frívolos y la música
popular parecen cuadrar con su gusto. Se ha dedicado a los instrumentos
de música el tiempo que debiera haberse dedicado a la oración. Cuando
no se abusa de la música, ésta es una gran bendición; pero mal emplea-
da, es una terrible maldición. Excita, pero no comunica la fuerza y el valor
que el cristiano puede hallar tan sólo ante el trono de la gracia cuando
humildemente da a conocer sus necesidades, y con fuertes clamores y
lágrimas ruega al Cielo que le fortalezca contra las poderosas tentaciones
del maligno. Satanás está llevando a los jóvenes cautivos. ¡Oh! ¿qué pue-
do decir para inducirles a quebrantar el poder de él para infatuarlos? Es
un hábil encantador para seducirlos y llevarlos a la perdición.”9
Las declaraciones inspiradas muestran la enorme distancia en que
nos encontramos del ideal de adoración, lo que nos lleva a reflexionar
sobre cual es la mejor manera de volver a conquistar a nuestro pueblo
a la armonía con respecto a la adoración.
Como Pablo, somos influenciados a decir: “Entonces que haré! Ora-
ré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento, cantaré con
el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento.”10
Los párrafos anteriores da una regla muy simples a quien desea re-
conquistar la verdadera y sincera adoración a Dios, a partir de un co-
razón honesto. El texto mencionado presenta algunos conceptos que
necesitan ser considerados. La primera frase presenta el primero: “Orar
con el espíritu”. La frase no sólo menciona una práctica de adoración,
sino una relación con alguien. La preposición o el conectivo “con”, que
expresa relación de compañía con alguien o alguna cosa, aclara el sen-
tido de orar de acuerdo con el Espíritu Santo. En esto se fundamenta la
relación de armonía. Necesitamos comprender que todo aquello que es
bueno y fluye de nuestro ser proviene de la influencia del Espíritu Santo,
del cual dependemos tanto, hasta para pedir correctamente a Dios.11
El loor de Pablo y Silas en la ocasión que se convirtió el carcelero12
fue influenciado por el Espíritu Santo, el toque de las trompetas que
destruyó los muros de Jericó fue igualmente influenciado por el Es-
píritu. Esta es la razón por la cual concluimos que la relación con el
Espíritu Santo es la base de la reconquista de la armonía.
En la segunda frase, el conectivo “con” está relacionado a la pala-
bra “entendimiento”, indicando que la comprensión del adorador po-
see relevancia en el acto de adoración.13 En súplica al Señor, David
expresa su necesidad de comprensión para glorificar las maravillas de
Él.14 Cuando Felipe preguntó al eunuco, siervo de Candace, reina de los
etíopes si entendía lo que leía, el eunuco respondió: “¿Cómo entender
si no hay quien me explique?”15 Por esta razón es deber de la iglesia
intensificar sus esfuerzos en la obra de llevar al pueblo al ideal de Dios
en lo que se refiere a adoración.

48
Entre las clases de personas que más necesitan ser orientadas con
respecto a la adoración se encuentran los niños y los jóvenes. Pregun-
tamos: ¿Por qué no somos bien sucedidos en este y otros trabajos con
ellos? Sobre esta pregunta nos orienta el Espíritu de Profecía:
“Los que enseñan a los niños, deben evitar observaciones tediosas.
Las observaciones cortas y al punto tendrán una feliz influencia. Si es
mucho lo que hay que decir, es mejor hacer declaraciones cortas, con
cierta frecuencia. Unas pocas palabras interesantes, de vez en cuando
serán de más beneficio que decirlas todas a la vez. Los discursos lar-
gos, recargan las pequeñas mentes de los niños. Hablar demasiado,
los conducirá a detestar hasta las instrucciones espirituales, así como
comer en exceso recarga el estómago, y reduce le apetito hasta hacer
detestar la comida.”16 Podemos tener la seguridad de que así como el
Espíritu Santo concedió habilidad a Felipe para conducir al eunuco a
la armonía con el cielo, todos los que desean trabajar por el pueblo en
pro de la armonía buscando sabiduría y sumisión al Espíritu Santo, lo
encontrarán. De lo contrario seremos censurados como lo fueron nues-
tros hermanos del pasado:
“En sus esfuerzos para alcanzar a la gente, los mensajeros del Señor
no han de seguir los métodos del mundo. En las reuniones que se ce-
lebran, no tienen que depender de cantores mundanos y fausto teatral
para despertar el interés. ¿Cómo se puede esperar que aquellos que
no tienen interés en la Palabra de Dios, que nunca la han leído con el
sincero deseo de comprender sus verdades, canten con el espíritu y el
entendimiento? ¿Cómo pueden estar sus corazones en armonía con las
palabras de un himno sagrado? ¿Cómo puede el coro celestial unirse a
una música que es únicamente una forma?17

Transición
Frente a situaciones como las que fueron expuestas en los párra-
fos anteriores, no debemos cruzar los brazos. Por más que nos preo-
cupemos con los cambios que han acontecido, no hay como ignorar
que la mayor parte de ellas suceden sin nuestra percepción. Para que
podamos reconquistar la armonía con el Cielo, la primera cosa que ne-
cesitamos hacer es ocupar nuestra posición como líderes del pueblo y
pedir a Dios que nos enseñe a conducir los niños, jóvenes y adultos a la
presencia del Espíritu Santo, a la comprensión de su Palabra.
Podemos preguntar: ¿Por qué aún no llegamos a reconquistar la ar-
monía? Podemos definir que una de las causas, es la falta de cuidado
en cuanto a las fases de transición enfrentadas por el liderazgo de la
iglesia a medida que pasan las generaciones. Las Escrituras son claras
en cuanto al cuidado que Dios tiene con la transición de sus líderes y
los fundamentos o legados que necesitan ser mantenidos por ellos. En
todas las épocas Dios indicó y preparó hombres para su servicio.

49
Antes de sustituir a Moisés, Dios preparó a Josué. Es un hecho de-
finido: Dios no sustituye ningún líder sin antes preparar un sucesor.
Cuando el Señor quiso conducir a su pueblo a un movimiento de refor-
ma musical, él capacitó a David,18 que más tarde, preparó a Salomón.
La comprobación más grande de este hecho se encuentra en el regis-
tro bíblico de la inauguración del templo de Salomón.19 Nótese que el
escritor del relato sagrado enfatiza que los instrumentos de culto de
dedicación habían sido hechos por el rey David y que en esta ocasión
ya habían pasado 11 años de su muerte.20 Aún así, el proceso de tran-
sición continuaba.
Cerca de 250 años después, el rey Ezequías ordenó que sacrificasen
el holocausto sobre el altar. Iniciado el sacrificio, comenzó también el
canto de adoración al Señor al son de las trompetas y de los instru-
mentos de David, rey de Israel.
Durante treinta años después de la muerte de Ezequías, luego del
retorno del cautiverio, el remanente de la verdadera adoración a Dios
que había vuelto de Babilonia, invocaron la presencia del Señor en los
mismos moldes ejercidos por Salomón en sus días. Un punto digno
de notarse presentado por Esdras en su libro fue la impresión ejercida
sobre las dos generaciones presentes al evento. El relato bíblico men-
ciona que en ocasión del culto de agradecimiento a Dios, dos tipos de
sentimientos fueron expresados: el de alegría por parte de los jóvenes
que estaban libres del cautiverio y participaban del primer culto orga-
nizado en Jerusalén; y por otro lado, el de tristeza de los sacerdotes,
levitas y jefes de familias más ancianos que conocieron el primer tem-
plo. En esta ocasión, los requisitos de la reforma musical de David para
la práctica de la adoración fueron seguidos de acuerdo con las orien-
taciones.21 El reformador Nehemías también no ignoró las instruccio-
nes de David. Respecto de su trabajo es dicho que: “. . . sus hermanos
Semaías, Azarael, Milalai, Gilali, Mai, Natanael, Judá y Anani, con los
instrumentos músicos de David, varón de Dios. Y el escriba Esdras, iba
delante de ellos.”22
Noten que cuando la transición sucede hay cuidados y parámetros
entre los que lideran la adoración, manteniéndola protegida de los no-
civos ataques de Satanás. Sin embargo, en el momento en que esos
debidos cuidados dejan de existir, la iglesia es alcanzada de inmediato.

Conclusión
Afirma el sabio Salomón: “Aquello que ya fue es lo que será, y lo
que será ya fue anteriormente.”23 Así como los cristianos europeos lu-
charon exhaustivamente durante ocho siglos por la reconquista de la
Península Ibérica de las manos del poder musulmán, los cristianos del
Movimiento de Reforma deben pelear por la reconquista de la genuina
armonía con el Cielo. Por esa razón Dios llama sus líderes a unir fuer-

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zas, motivados por aquellos que como Abel, David, Salomón, Esdras,
Nehemías y Pablo, por muchos siglos mantuvieron la transición de la
armonía celestial.
Que Él en su infinita misericordia influencie la dirección de nuestra
obra a rescatar lo que se había perdido, esmerándose en la misión de
educar niños, jóvenes y adultos, llevándolos a una armonía que tenga
total consonancia con aquella que existe en las mansiones celestiales.

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Referencias bibliográficas

1 Wikipédia. Verbete Península Ibérica. Informaciones disponibles en: <http://bit.ly/2p4v6Mo>. Acesso em 3 mayo 2017.
2 Apocalipse 12:7
3 WHITE, Ellen. Historia de la Redención, p. 26.
4 Idem.
5 Salmos 96:9.
6 2 Crónicas 33:6, 7.
7 WHITE, Ellen. El Hogar Cristiano, p. 370.
8 Romanos 7:15.
9 WHITE, Ellen. El Hogar Cristiano, pp. 370, 371.
10 1 Coríntios 14:15.
11 Romanos 8:26.
12 Atos 16:25.
13 1 Coríntios 8:2.
14 Salmos 119:27.
15 Atos 8:30 e 31.
16 WHITE, Ellen. La Voz su Educación y Uso Correcto, p. 45.
17 Obreros Evangélicos, p. 370.
18 2 Crônicas 29:25.
19 2 Crônicas 7:6.
20 1 Reis 6:37 e 38; 2 Crônicas 3:2.
21 Esdras 3:10-13.
22 Neemias 12:36.
23 Eclesiastes 3:15.

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Anotaciones
L
a historia de nuestro mundo está
introducida en la moldura de un gran
conflicto entre el bien y el mal. La guerra
es de adoración. Dos poderes desean
ser adorados y luchan por el dominio de nuestra
mente: de un lado, Satanás, sabiendo que está
derrotado, aprovecha el tiempo que le resta
para conducir a muchos a la perdición; del otro
lado, Dios trabaja incansablemente para llevar a
muchos a la salvación.

La música es una poderosa arma en


la guerra espiritual. Ella no es neutra:
puede ser usada para el mal o para el
bien. Debido a la influencia de Satanás,
el mal uso de la música actualmente
predomina: estilos musicales que
promueven la sensualidad, el consumo
de drogas y la falta de respeto al orden
social predominan el escenario “pop”
y ha sido la trilla sonora de cultos en
diferentes denominaciones religiosas.
Sin embargo, Dios desea ser adorado
de modo diferente, en la belleza de
su santidad, con melodías sacras
que ennoblecen el alma y producen
pensamientos puros y santos.

Las decisiones musicales que hacemos


indican a quien adoramos y servimos. La
revista “La Guerra de la Adoración” ofrece
al creyente sincero valiosas informaciones
sobre cómo evitar la falsa adoración y
ofrecer un culto verdadero al Señor.

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