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UNIVERSIDAD CRISTIANA DE BOLIVIA

CARRERA DE MEDICINA
II SEMESTRE

Trabajo de Investigación

“HERNIA INGUINAL CONGENITA”

Asignatura: Anatomia

Estudiante:
Iman Ali Hamie Reg.: 62327

Docente.: Dr. Julio Caceres Monasterio

Santa Cruz – Bolivia


2019
INDICE
RESUMEN ................................................................................................................................... 1
OBJETIVOS ................................................................................................................................ 2
Objetivo General ...................................................................................................................... 2
Objetivos Específicos ................................................................................................................ 2
INTRODUCCION........................................................................................................................ 3
MARCO TEORICO ..................................................................................................................... 6
HERNIA INGUINAL HISTORIA ............................................................................................ 6
CONCEPTOS ........................................................................................................................... 9
-Patogenia de las hernias inguinales ....................................................................................... 9
Clasificación ......................................................................................................................... 13
Conceptos generales en la hernia inguinal y crural ................................................................ 14
Hernia inguinal congénita ....................................................................................................... 14
Hernia inguinal indirecta ........................................................................................................ 15
SINTOMAS ........................................................................................................................... 18
DIAGNOSTICO ...................................................................................................................... 19
Complicaciones de las hernias inguinales ............................................................................ 20
TRATAMIENTO ..................................................................................................................... 20
MATERIALES Y METODOS ................................................................................................... 22
CASO CLINICO .................................................................................................................... 22
DISCUSION Y RESULTADOS .............................................................................................. 23
CONCLUSIONES ...................................................................................................................... 25
BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................................ 26
ANEXOS .................................................................................................................................... 27
AGRADECIMIENTO

En primer lugar a Dios por haberme guiado por el camino de la felicidad hasta ahora; en
segundo lugar a cada uno de los que son parte de mi familia, pilares fundamentales en mi
vida. Sin ellos, jamás hubiese podido conseguir lo que hasta ahora. A mi docente Dr. Julio
Caceres Monsterio a quien le debo gran parte de mis conocimientos, gracias a su paciencia y
enseñanza y valores éticos.
RESUMEN

En el siguiente trabajo explicare conceptos claves de la hernia inguinal la se produce cuando


un tejido, como parte del intestino, sobresale a través de un punto débil en los músculos
abdominales. El bulto resultante puede ser doloroso, especialmente cuando toses, te inclinas o
levantas un objeto pesado.

Una hernia inguinal no es peligrosa necesariamente. Sin embargo, si no mejora por sí sola,
puede provocar complicaciones potencialmente mortales. Es probable que el médico
recomiende la cirugía para reparar una hernia inguinal que es dolorosa o que se agranda. La
reparación de hernia inguinal es un procedimiento quirúrgico frecuente

Por ello pensamos que el objetivo principal de este trabajo era dar a conocer a pediatras y
médicos de familia los datos clínicos, el tratamiento quirúrgico y el circuito asistencial de esta
entidad eminentemente quirúrgica. Incluimos la hernia inguinal indirecta. Los puntos de
controversia en cada una de las patologías, como son la revisión del lado contralateral en la
hernia inguinal indirecta o el caso especial de los pacientes prematuros por la mayor
probabilidad de apneas postoperatorias, son fruto, además de una extensa revisión bibliográfica.

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OBJETIVOS

Objetivo General

 Conocer y dar a conocer un poco mas acerca de las hernia inguinal congénita, sus causas
y el tratamiento que se le debe dar a la misma.

Objetivos Específicos

 Estudiar los conceptos de la hernia inguinal.


 Comprender las causas de la hernia inguinal.
 Dar a conocer el tratamiento.

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INTRODUCCION

La presión intraabdominal puede ser bastante alta al toser, defecar o efectuar ejercicio muscular
enérgico, y puede causar protrusión o hernia de una vísera, generalmente del intestino delgado,
por un punto débil de la pared abdominal. Las hernias son más frecuentes en la región inguinal;
se denominan inguinales cuando están por arriba del arco crural, y crurales si están por debajo
del mismo. Sin embargo, puede ocurrir herniación en otros sitios, especialmente el ombligo o
el diafragma, en el orificio esofágico o en el hiato diafragmático.

Los distintos tipos de hernias son:

 Inguinales
 Crurales
 Umbilicales
 Epigástricas
 Obturatrices
 De la linea blanca
 ciáticas o isquiáticas
 perineales
 Lumbares superiores e inferiores
 Diafragmáticas
 Rectales

Una hernia es la protrusión de visceras contenidas en la cavidad abdómino-pelviana, a través de


zonas de debilidad de la pared abdominal o perineal congenitamente pre constituidos, o a través
de la capa fascial y muscular destinadas a contenerlas. Clínicamente, la parte importante de la
definición es la protrusión, porque sin que salga un órgano es prácticamente imposible
el diagnóstico de hernia.

Las caracteristicas anatómicas importantes de una hernia son el orificio y el saco herniarios. El
orificio herniario es un defecto en la capa aponeurótica más interna del abdomen, y el saco
herniario es una evaginación del peritoneo. El cuello de un saco herniario corresponde al orificio
de la hernia. El tamaño de esta última depende de la dimensión del cuello y el volumen del saco

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distendido. Una hernia es externa si el saco sale por completo a través de la pared del abdomen,
interparietal si está contenido dentro de la misma, e interna si se encuentra en la cavidad visceral.
La hernia es reducible cuando es posible regresar al abdomen el órgano que ha salido e
irreducible si no es factible.

Una hernia estrangulada es aquella en la que se compromete la vascularidad del órgano que sale,
por lo general en el cuello. Es más probable que ocurra una estrangulación en hernias con
orificios pequeños y sacos relativamente voluminosos. Esta alteración siempre es importante,
incluso mortal, y es la principal razón para reparar una hernia. Con frecuencia se utiliza la
palabra "incarcelación" en relación con las hernias; la incarcerada no es nada más que la que no
puede reducirse y no significa, como algunos cirujanos pretenden, que la que no se reduce está
al borde de estrangularse. Las maniobras necesarias para reducir una vísera atrapada en un saco
herniario se conocen como taxis.

Las hernias de la pared del abdomen solo ocurren en áreas en que la aponeurosis y la fascia
estan desprovistas del apoyo protector del músculo estriado. Normalmente existen muchos de
estos sitios, pero algunos pueden adquirirse por atrofia muscular o cirugía. Sin
una fuerza oponente, las áreas aponeuróticas desnudas están sujetas a los estragos de la presión
intraabdominal y ceden si se deterioran o tienen irregularidades anatómicas. En consecuencia,
cabe predecir que los sitios comunes de herniación son la ingle, el ombligo, la línea blanca, la
linea semilunar de Spiegel, el diafragma e incisiones quirúrgicas. Otros sitios similares, pero
muy raros, de herniación son perineo, triángulo lumbar superior de Grynfelt, triángulo lumbar
inferior de Petit, y los agujeros obturador y ciático de la pelvis.

Algunos pacientes con hernias no se dan cuenta de su presencia hasta que se les indica. Las
sintomáticas producen una gran variedad de molestias inespecificas relacionadas con el
contenido del saco y la presión que el mismo ejerce en el tejido vecino. Las molestias que causan
siempre son más molestas al final del día y se alivian por la noche cuando el paciente se acuesta
y se reducen. Las inguinales no causan dolor testicular; el dolor inguinal sin una hernia
demostrable por lo general no indica ni anuncia su inicio. Casi todas las hernias se desarrollan
de manera insidiosa, pero algunas, en especial en pacientes con la posibilidad de una
compensación se precipitan por un acontecimiento muscular forzado aislado.

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Las hernias se diagnostican con facilidad en el exámen físico. De manera característica, el saco
herniario con su contenidocrece y transmite un impulso palpable cuando el paciente hace un
esfuerzo o tose. Por lo general, durante el examen el enfermo debe estar de pie porque es
imposible palpar con certeza una hernia inguinal reducida si esta acostado. Los hidroceles
pueden simular una hernia inguinal irreducible, pero se transiluminan, situación que no ocurre
con las primeras. A las hernias no detectables en un examen fisico puede comprobarlas el
radiologo mediante sonografía, TC, imágenes de resonancia magnética nuclear y herniografia;
en esta última se inyecta un agente de contraste no irritante en la cavidad peritoneal. La
estrangulación produce dolor intenso en la hernia seguido con rapidez de hipersensibilidad,
obstrucción intestinal y signos y síntomas de sepsis. En contraste con una hernia irreducible, la
estrangulada no crece ni transmite un impulso cuando tose el paciente. Está contraindicado
reducir una hernia estrangulada si hay sepsis o se piensa que el contenido del saco es
gangrenoso.

En general todas las hernias deben repararse a menos que el estado local o sistémico del paciente
impida un resultado final seguro. La posible excepción a esta norma es una hernia con cuello
ancho y un saco superficial que se anticipa crecerá con lentitud. Los bragueros y cinturones
quirúrgicos son útiles en el tratamiento de hernias pequeñas cuando esta contraindicada la
cirugía. Sin embargo, los primeros no deben utilizarse en pacientes con hernias femorales.

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MARCO TEORICO

HERNIA INGUINAL HISTORIA

La hernia inguinal, ha acompañado al hombre desde su creación. Es además un defecto que se


ve, que se nota palpándose con las manos, y que se reconoce hoy como se hizo en la más remota
antigüedad; se trata de una patología con una proyección externa, en la piel, y que cabe suponer
fue conocida por simple observación como pudieran haber sido las llagas de la piel en los
leprosos, los tumores, deformidades, etc. Así parece que la primera alusión conocida sobre la
hernia lo fue en el papiro de Ebers (1560 a. de C.) “un tumor en los genitales, en el que se
mueven los intestinos”.

La cirugía prehelénica, primitiva, está basada en la magia y el empirismo, y la “operación” más


arriesgada y conocida fue la trepanación del cráneo. Son numerosos los cráneos neolíticos
trepanados que se conocen y la finalidad de la misma sería, según Paul Broca, antropólogo
francés del siglo XIX, liberar los espíritus malignos.

El desconocimiento y la suposición teórica lo son hasta el desarrollo de la medicina helenístico-


romana. El nacimiento de un estudio racional en la curación de la enfermedad surge sin duda en
la Grecia Antigua, aunque desde Homero (s. VIII a. de C.) a Hipócrates, hay trescientos años
anteriores a la era cristiana en los que solo se conocen referencias poco concluyentes del saber
quirúrgico, hasta que nace Hipócrates.

La historia de la hernia es tan antigua como la historia de la humanidad y ha sido siempre tema
de interés para los anatomistas, para los cirujanos y para los historiadores de la medicina. Desde
la Antigüedad ha existido la preocupación por conocer y corregir los defectos asociados a la
anatomía humana, incluida en ellos la hernia inguinal. Ya los médicos sumerios en
Mesopotamia, en los registros quirúrgicos más antiguos que se conocen, hablaban de
“herniotomía”, 4.000 años AC.

A pesar del progreso en el conocimiento anatómico de la región inguinal y de la introducción


de la anestesia en 1846, la cirugía de la hernia tuvo pocos progresos hasta la primera mitad del
siglo XIX, porque todos los intentos de operar el conducto inguinal se traducían en infección
grave y en recurrencia de la hernia. Más aún, se creía que la infección estimulaba la cicatrización

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y llevaba a menor recurrencia. La mayoría de los cirujanos que operaban la hernia inguinal
extirpaban el saco y dejaban la herida abierta para que cicatrizara por segunda intención. Con la
introducción de la jeringa hipodérmica, algunos cirujanos inyectaban agentes esclerosantes, con
pésimos resultados. Velpeau usó yodo y Pancoast en 1847 usó tintura de cantárida. También se
usaron cáusticos y hasta cuerpos extraños, alfileres y hebras, en el conducto inguinal para
promover la inflamación e infección, hasta que en 1888, Sir John Erichsen propuso abandonar
estos métodos por peligrosos e inefectivos. Erichsen también, en 1888, fue el primero en
proponer la resección intestinal con anastomosis primaria en el tratamiento de la hernia
estrangulada. Esta proposición fue luego apoyada por Francks en 1893 y en poco tiempo llegó
a ser la operación de elección para esta complicación.

Esta era anatómica, entre los siglos XVII y XIX, estableció el conocimiento básico para el
desarrollo futuro, pero la infección permanecía como el principal obstáculo para la cirugía de la
hernia. La introducción de la cirugía antiséptica, alrededor de 1870, por uno de los pioneros de
la cirugía moderna, Lord Joseph Lister (1827-1912), seguida más tarde por el cambio a cirugía
aséptica con von Mickulicz (1850-1905) en 1904, cambió drásticamente el escenario quirúrgico
y quedó abierto el campo al desarrollo de las técnicas modernas de la cirugía de la hernia. Henry
Marcy (1837-1924) quien fue el primer discípulo norteamericano de Lister, después de volver
a los Estados Unidos e implantar las técnicas antisépticas, escribió entre otras obras, “A treatise
on hernia” y “Anatomy and surgical treatment of hernia” (1892). Marcy describió en 1871 una
operación bajo técnica antiséptica para la hernia inguinal, en la que reduce el saco, sin abrirlo,
por sobre el anillo inguinal superficial, el que luego era suturado y cerrado. En 1874, Steele
publicó en el British Medical Journal, su artículo “On operations for radial cure of hernia”. En
él, también describe la reducción del saco, sin abrirlo, y luego la sutura del anillo inguinal
superficial alrededor del cordón. En Alemania, Vincenz Czerny (1842- 1916), por su parte,
describió en 1876 la tracción del saco herniario hasta fuera del orificio inguinal superficial,
luego su ligadura y sección y así el extremo ligado se retraía más allá del orificio inguinal
profundo.

Theodor Kocher (1841-1917), en Suiza, trasplantó el saco torcido en sentido ántero-lateral, con
una sutura a través de la aponeurosis del oblicuo externo, procedimiento que era realizado a
través del orificio inguinal superficial. En París, Lucas-Championnière (1843-1913), quien

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también fue discípulo de Lister en Londres, en 1881 fue el primero en abrir la aponeurosis del
oblicuo mayor, abrir el conducto inguinal, operar la hernia y luego cerrarlo. Extirpaba el saco
bajo visión directa del orificio inguinal. Publicó su importante obra “Cure Radicale Des
Hernies” en 1887.

A estas alturas de la historia se habían cumplido tres principios modernos de la cirugía de la


hernia: antisepsia y asepsia, ligadura alta del saco y estrechamiento del orificio inguinal
profundo. Sin embargo, estos procedimientos continuaban fracasando en alcanzar la meta de
una cura radical para la hernia inguinal. Billroth en 1890 y Bull en 1891, revisaron la experiencia
europea y la norteamericana respectivamente y comprobaron una elevada mortalidad por sepsis,
peritonitis, hemorragia y otras complicaciones, 2-7%. Aún más, la recurrencia herniaria era de
30-40% en un año y prácticamente del 100% a 4 años (130 de 136 casos en la serie de Bull).4
La mayoría de los cirujanos estaban tan desilusionados, que quienes mantenían la operación
para la hernia, después de extirpar el saco, como los antiguos, dejaban las heridas abiertas, para
que curaran por segunda intención (procedimiento de McBurney), esperando así que la
cicatrización de esta manera, evitara la recurrencia. El mismo año en que aparecieron estas
deprimentes comunicaciones, se disiparon las penumbras con la histórica comunicación de
Bassini, el verdadero padre de la herniorrafia moderna.

En los Estados Unidos, otro pionero de la cirugía, William Stewart Halsted (1852-1922),
introdujo dos nuevas variantes técnicas de la herniorrafia inguinal, conocidas como Halsted I y
II. En la operación de Halsted I, después de reparar la pared posterior, se sutura la aponeurosis
del oblicuo mayor en forma interrumpida y se deja el cordón en posición subcutánea y en la
operación de tipo Halsted II se deja el cordón bajo la aponeurosis. Halsted publicó sus
experiencias en “The Radical Cure of Hernia” en el Johns Hopkins Hospital Bulletin en 1889.
Halsted también comenzó la cirugía de la hernia con anestesia local y describió los principios
de la anestesia regional. Como se sabe, Halsted además introdujo el uso de los guantes
quirúrgicos.

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CONCEPTOS

-Patogenia de las hernias inguinales

Desde un comienzo el estudio de la etiología de las hernias inguinales se ha basado en el


entendimiento de un defecto mecánico simple de la pared abdominal asociado a un componente
idiopático. El tratamiento de elección en la actualidad se basa en la utilización de mallas
protésicas o algún otro tipo de dispositivo.

El desarrollo de la investigación en este ámbito no constituye un objetivo prioritario en la


comunidad quirúrgica en general, asociado a que los laboratorios que producen estos
dispositivos protésicos no estimulan el avance en el área. La gran mayoría de los cirujanos no
tiene entrenamiento científico ni trabaja en laboratorios, por lo cual no participan activamente
en la investigación, ahora bien, existe un número importante de especialidades que han realizado
grandes aportes al desarrollo de la teoría unificada, como por ejemplo: anatomistas,
microscopistas electrónicos, bioquímicos, patólogos, genetistas y biólogos moleculares entre
otros. Dentro de los hallazgos se ha determinado el rol del colágeno, enzimas, tabaco,
enfermedades congénitas y defectos cromosómicos, así como la gran mayoría de los estudios
ha convergido en un elemento final dentro de la patogenia: el colágeno, por lo cual la literatura
actual además de exponer los factores biomecánicos conocidos previamente postula una teoría
unificada de la formación de las hernias inguinales.

A pesar que los primeros textos que hablaban de la anatomía de la región inguinal y describían
las hernias inguinales se remontan hace más de 120 años (Bassini) no se referían en mayor parte
a la etiología de éstas, incluso anatomistas y cirujanos posteriores a Bassini no exponían teorías
claras al respecto. Para inicios del siglo IXX se consideraba como concepto general que la
patogénesis de las hernias inguinales se resumía en “disparidad mecánica entre la presión
visceral intraabdominal y la resistencia de la musculatura de la pared abdominal”. Los factores
comunes vinculados al desarrollo de las hernias inguinales son: tos, obesidad, constipación,
hipertrofia benigna de próstata, embarazo, ascitis y tener un trabajo pesado.

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Factores Biomecánicos

Persistencia del conducto peritoneo vaginal

Desde principios del siglo XIX se conoce la asociación entre la persistencia del conducto
peritoneo vaginal y la hernia inguinal. Durante décadas se ha conocido el fenómeno mecánico,
que no es la causa de una hernia, sino la expresión macroscópica de una serie de fenómenos
celulares.

En 1819, Jules Cloquet en sus estudios anatómicos de autopsias reportó la persistencia del
conducto peritoneo vaginal pero no existió el hallazgo de una herniación clínica en dichos casos.
Años más tarde en 1973 y 1974 Madden y Peacock confirmaron la persistencia del conducto
peritoneo vaginal en el 20% de los hombres, pero en menos del 50% de estos se desarrollaba
una hernia clínicamente detectable.

Hace algo más de años se sabe que el evento central es la persistencia del conducto peritoneo
vaginal es la síntesis de una serie de enzimas proteolíticas llamadas caspasas que dependen del
sistema nervioso simpático (SNS) y que regulan el proceso de apoptosis en presencia de
andrógenos. La disminución del tono del SNS bajo el control de receptores de andrógenos activa
una fosfolipasa C en el músculo liso que propicia la aparición de una hernia inguinal. El
mecanismo explica la mayor incidencia de estas hernias en hombres.

Presión intraabdominal y anatomía inguinal

La evolución de la especie humana probablemente puso a la presión intraabdominal (PIA) en la


lista de los factores relacionados con la patogenia de la hernia inguinal. Se sabe que animales
cuadrúpedos poseen una pared posterior del conducto inguinal mucho más débil que la del
hombre, por lo que rara vez sufren de esta enfermedad. De este modo, la bipedestación hizo
evidente la debilidad de la pared posterior.

La fascia transversalis (FT) es una parte de la fascia endoabdominal y es considerada una


estructura constante de un espesor constante. Estudios recientes postulan que las características
de a FT no serían constantes, McVay y cols. en un estudio con más de 500 cadáveres reportaron
variaciones en el componente muscular y aponeurosis de la pared posterior del conducto
inguinal, sin embargo en dicha publicación no se determinó las edades de los cadáveres, ahora

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bien si se planteó los cambios tisulares y degenerativos, por lo cual estos cambios representarían
distintos estados cronológicos del proceso de apoptosis.

Wagh y Read han desarrollado investigación en anatomía microscópica electrónica, evaluando


el tamaño de la fibras de colágeno en los distintos tipos de hernias inguinales, concluyendo que
las fibras de colágeno presentan una periocidad irregular y diámetros variables, el diámetro de
las fibras de colágeno en las hernia inguinales directas es 1,060 unidades de Angstrom, en
comparación con las 1,250 unidades de Angstrom que presentan los pacientes control, además
describieron que en las hernias inguinales indirectas el tamaño de las fibras no presenta
diferencias significativas con los pacientes control. Por lo tanto, las características del colágeno
estarían alteradas principalmente en el grupo de pacientes que presentan hernias inguinales
directas.

Desde un comienzo se han postulado como factor desencadenante de las hernias inguinales un
desbalance entre la PIA y la resistencia de la musculatura de la pared, de ellos se desprende que
una serie de factores diversos, como la constipación crónica, el embarazo, la tos crónica, el
prostatismo y la obesidad, serían causales de una hernia, pero parecen ser más facilitadores.
Estas condiciones tienen en común que producen una relajación crónica de la musculatura y un
incremento del área débil de la pared inguinal posterior, con lo que se pierde el efecto protector
del mecanismo de compuerta (la PIA empuja a la pared posterior del canal inguinal sobre el
contenido del conducto).

Bioquímica

Existen estudios experimentales principalmente en ratos que han descrito asociación entre el
Latirismo asociado al consumo de garbanzos en una fibrogénesis anormal y una consecuente
formación defectuosa del colágeno. Otro estudios en animales han utilizado un agente
latirogénico: (beta-amino-propionitrilo) BAPN, que resultaría ser un efectivo bloqueador en la
enzima lisil oxidasa, reduce la formación de hidroxilisina, y por ende promueve el quiebre de
las moléculas de colágeno.

El BAPN, caspasas y fosfolipasa C se han identificado como factores significativos en la génesis


de las hernias inguinales, por lo tanto el colágeno es el nuevo foco de interés y estudio en el área
de la biología molecular y bioquímica.

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Factores Metabólicos

Tabaquismo

El tabaquismo no sólo produce cáncer y trastornos cardiovasculares. Gran cantidad de evidencia


demuestra su efecto deletéreo sobre las fibras y células de los tejidos conjuntivos del organismo.
De esta forma, el peso de la evidencia permite afirmar que su papel causal en la aparición de
una hernia es innegable.

A inicios de la década de 1960, Read y Wagh reportaron que en muchos veteranos de la segunda
guerra mundial presentaron enfisema y aterosclerosis, además de cambios en el colágeno de la
piel y de la pared de la región inguinal, similar a los cambios en el pulmón de pacientes con
enfisema pulmonar. En 1963 Laurell y Eriksson evidenciaron una predisposición del enfisema
asociado a una inherente deficiencia de alfa-1-anti-trypsina.

Cannon y Read reportaron que en pacientes con hernia inguinal la incidencia de aneurisma
aórtico era el doble en comparación con la población general. Además, acuñaron el concepto de
“enfisema metastásico” para describir la acción de enzimas proteolíticas que digieren las fibras
colágenas y elásticas del pulmón y de la zona inguinal, siendo este el mecanismo etiológico en
común del daño pulmonar por tabaco y de la hernia inguinal en fumadores.

Trastornos del Colágeno

En los últimos cuarenta y cinco años ha cambiado el enfoque biológico de la patología herniaria.
Gracias a múltiples investigadores se ha acumulado evidencia que confirma el papel clave de
los trastornos del metabolismo del colágeno en la patogenia de la hernia inguinal.

El colágeno Tipo I es dominante el proceso de cicatrización fuerte de las heridas, en cambio el


colágeno Tipo III, no polimérico, soluble, y dominante en los estados iniciales de cicatrización
de las heridas. Se ha reportado menor hidroxilación en hernias inguinal directas, en
contraposición a hernias inguinales indirectas. Un descenso del colágeno Tipo I o un incremento
del colágeno Tipo III han sido relacionados con herniación, tabaquismo y causas genéticas.
Existen publicaciones nacionales que evidencian un significativo aumento en la expresión de
colágeno III en la piel de pacientes con hernia versus controles.

Factores Genéticos

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Diversas condiciones genéticas se asocian a la aparición de una hernia inguinal, tales como la
enfermedad de Ehlers Danlos, riñon poliquístico, osteogénesis imperfecta, síndrome de Marfan,
y síndrome de hiperlaxitud. En la poliquistosis renal autosómica dominante se sabe que existe
una producción anormal de matriz extracelular que se asocia a una incidencia de 43% de hernia.
En todos estos ejemplos el evento central en la aparición de una hernia es la alteración de las
fibras del tejido de sostén del organismo.

Iatrogenia

En 1976, Tobin, Clark y Peacock, abogaron por un fallo del mecanismo muscular de cierre
inguinal en la hernia indirecta indicando que: «Porciones especializadas del músculo transverso
abdominal actúan en el orificio interno y producen un mecanismo de cierre durante la actividad
muscular abdominal voluntaria. Las contracciones musculares abdominales pueden tener una
influencia protectora en contra del desarrollo de la hernia inguinal indirecta. Resulta, por lo
tanto, que la lesión o inactivación de este mecanismo puede ser un factor etiológico en el
desarrollo de la hernia inguinal indirecta. Una causa de alteración de este mecanismo es por
denervación y parálisis muscular regional ocurrido durante una intervención quirúrgica.
Denervación quirúrgica (apendicectomía) parece ser la causa de hernia inguinal indirecta en uno
de los autores». Otros autores comunicaron cierta relación con las apendicectomías y con
operaciones vasculares sobre la región inguinal. Así mismo, se ha asociado a la diálisis
peritoneal ambulatoria, comunicándose cifras del 1 al 30%, siendo la mayor parte hernias
inguinales y umbilicales, y raras, en el lugar de implantación del catéter, diafragmáticas,
epigástricas y de Spieghel. En estos casos de insuficiencia renal, así como en los de cirrosis
avanzada con ascitis, además de la presión intraabdominal favorecedora de la aparición de
hernias, existen alteraciones nutricionales y metabólicas que conllevan una síntesis defectuosa
del colágeno y que impiden una cicatrización adecuada, implicando grandes riesgos en la
evolución de los defectos herniarios y en el postoperatorio de las correcciones quirúrgicas.

Clasificación

El actualidad, en donde la mayoría de los centros en donde se realiza el tratamiento quirúrgico


de la patología herniaria, ya sea por cirujanos generales o cirujanos especializados en pared
abdominal, se ha determinado como tratamiento de elección la utilización de técnicas protésicas,

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dentro de estas como primera línea por el tamaño reducido de su curva de aprendizaje, fácil
reproducibilidad y bajos índices de recidiva, la técnica de Lichtenstein, es esperable plantear
como interrogante el real valor y propósito de clasificar las hernias inguinales. Es posible
identificar exactamente el tipo de hernia es importante constatarlo, con el objetivo de permitir
una elección racional del tratamiento (en el caso que se desee utilizar otra técnica quirúrgica), o
para el análisis de datos clínicos en ensayos científicos.

Las clasificaciones actuales de hernias inguinales son numerosas: tradicional (medial / lateral
/recurrente), Nyhus, Gilbert, Rutkow/Robbins, Schumpelick, Harkins, Casten, Halverson y
McVay, Lichtenstein, Bendavid, Stoppa, Alexandre, Zollinger Unificado. Por lo tanto, es
fundamental adoptar un sistema de clasificación que sea simple, fácil de usar y recordar para
todo el cirujano que se dedique a la resolución de la patología herniaria inguinal.

Conceptos generales en la hernia inguinal y crural

Desde siempre, conocemos la existencia de hernias inguinales en los lactantes y niños; por eso
se hablaba de hernias congénitas y hernias adquiridas si aparecían en el adulto, aunque estas
últimas, pueden estar relacionadas, si son indirectas, con las anteriores, así pues, esta es la
primera división que debemos tener presente.

Hernia inguinal congénita

Para conocerla bien es necesario profundizar un poco en el conocimiento de la embriología. Está


vinculada con el descenso de los testículos y la formación del proceso vaginal; a partir del tercer
mes de vida intrauterina descienden desde el retroperitoneo, siguiendo el curso marcado por el
gubernaculum testis en el varón. En las niñas, el mesonefros involuciona, por lo que hay poco
desarrollo del gubernaculum y también poco estímulo para la entrada del conducto vaginal en
la ingle; el canal inguinal es estrecho y un pequeño divertículo de peritoneo puede persistir
denominándose conducto de Nuck; este conducto desaparece entre el séptimo u octavo mes de
vida intrauterina, pero en ocasiones persiste y permanece abierto extendiéndose hasta los labios
mayores en la mujer, que serían los homólogos del escroto en el hombre. Todas las demás
estructuras involucionan a excepción del ligamento redondo que ingresa en el conducto inguinal
en la mujer, siendo en el varón el conducto deferente, si se compara el proceso.

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En los niños, el gubernaculum crece y pasa a través del anillo inguinal profundo agrandando el
conducto inguinal y se forma un divertículo de peritoneo. El proceso vaginal, que sigue al
gubernaculum y a los testículos por el conducto a partir del séptimo mes de vida intrauterina
llega a su destino final, el escroto. Este divertículo peritoneal en el 90% de los casos involuciona
y se cierra, dejando un remanente pegado a los testículos que es la túnica vaginal. Las diversas
situaciones de un deficiente cierre de estos divertículos peritoneales en el hombre y en la mujer
tendrán, como consecuencia inmediata, o con el tiempo, la aparición de una hernia inguinal
indirecta. En jóvenes hablamos de hernias indirectas con persistencia del conducto
peritoneovaginal y en las jovencitas nos referimos a persistencias del conducto de Nuck.

Hernia inguinal indirecta

Embriológicamente, hacia la quinta semana de gestación y a partir del mesonefros, se


desarrollan los testículos como una estructura retroperitoneal. Hacia la duodécima semana se
origina el gubernaculum testis, que arrastra los testículos a través del conducto inguinal, al
mismo tiempo que el proceso peritoneo vaginal se fija a los testes pasando por el anillo
superficial hasta el escroto . Formada la vaginal del testículo, el proceso peritoneo vaginal sufre
una involución cerca del momento del nacimiento, e incluso durante el primer año de vida, 37
que separa la cavidad peritoneal del conducto inguinal y deja la túnica vaginal rodeando el
testículo. Cuando esta involución no se produce, surgen las anomalías inguinales, entre las que
destacan la hernia inguinal, el hidrocele, el quiste de cordón y las anomalías combinadas.

Podemos definir la hernia inguinal (HI) como la protrusión de vísceras abdominales,


generalmente del intestino, aunque otras veces del ovario y el epiplón, dentro del saco
peritoneal. No conocemos su incidencia, y se estima en 10-20 hernias por 1.000 nacidos vivos.
La proporción niños/niñas es de 4-10:1, con predominio del lado derecho en un 60% de los
casos; se estima que un 10% son bilaterales. Se aprecia una mayor incidencia en niños
prematuros, así como en niños con antecedente familiares de HI, asociada a fibrosis quística,
displasia de caderas, criptorquidia, genitales ambiguos, hipospadias y epispadias, ascitis,
derivación ventriculoperitoneal y defectos congénitos de la pared abdominal.

En la clínica, la HI se manifiesta como un abultamiento en la región inguinal que puede


extenderse hacia el escroto o dentro de él. Son siempre los padres los primeros en notarlo, por

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lo que es imprescindible una historia clínica dirigida, que lo refiera por lo general como un
«bulto» que aparece con el llanto o el esfuerzo y desaparece con la relajación o la presión. Es
necesario establecer el diagnóstico diferencial con el hidrocele, el quiste de cordón, el testículo
no descendido, el varicocele, el absceso y la adenopatía inguinal.

El médico debe intentar su confirmación provocando maniobras que aumenten la presión


intrabdominal; no es fiable la detección del engrosamiento del cordón o la sensación sedosa
(signo de la seda). No obstante, en gran parte de los casos, el cirujano se verá obligado a la
reparación en función del informe del pediatra o el médico de familia, o de un interrogatorio
paterno fiable.

Mención especial merecen los apartados de la hernia inguinal irreductible (incarcerada), la


hernia inguinal en el prematuro y la hernia inguinal en las niñas. La hernia inguinal irreductible,
en más del 50% de los casos se presenta en lactantes menores de 6 meses, y es necesaria una
exploración quirúrgica urgente más alta en los niños que en las niñas.

Los síntomas son irritabilidad, dolor abdominal y, ocasionalmente, vómitos. La exploración nos
muestra una masa fija en la región inguinal que puede extenderse hacia el escroto, y en principio
puede aparecer la piel edematosa, pero si la incarceración es prolongada, puede mostrarse
eritematosa, que es un signo de afectación vascular del intestino herniado. En este punto, es
importante establecer el diagnóstico diferencial con el testículo no descendido y, sobre todo,
con la torsión de testículo criptorquídico, que también precisará una valoración quirúrgica
urgente, y es un signo de sospecha la hemibolsa escrotal vacía.

Volviendo al tema que nos ocupa, en ausencia de datos de afectación vascular, siempre debe
intentarse la reducción, que se consigue en un 80% de los casos. Para ello, el niño debe ser
hospitalizado y sedado bajo supervisión médica y, si es posible, de monitorización. Colocado
en posición de Trendelenburg, se procederá a realizar una presión manual suave y gradual en un
intento de liberar el aire atrapado en el asa, para facilitar su reducción. Una vez reducida, se
procederá a su reparación después de 48 horas, una vez eliminado el edema del saco y los tejidos
adyacentes. Si no puede reducirse, es necesaria la intervención quirúrgica inmediata, teniendo
presente, y así se debe informar a los padres, una tasa mayor de recidivas y de infección de la
herida, a diferencia de las tratadas de forma electiva.

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Por las razones expuestas, la HI debe repararse de una manera electiva una vez establecido el
diagnóstico. Las ventajas son patentes: disminuye el riesgo de incarceración y se puede realizar
dentro de un programa de CMA, con lo que se reducen los riesgos de infección nosocomial, el
estrés por hospitalización y los costes médicos. Únicamente requerirán hospitalización los
pacientes de alto riesgo quirúrgico y/o anestésico.

La hernia inguinal del niño prematuro constituye un grupo en el que la incidencia es alta, así
como el riesgo de incarceración y de complicaciones postoperatorias8,9. La apnea
postoperatoria de estos pacientes es una complicación importante; su etiología es desconocida
y en muchos casos discutible, probablemente multifactorial. Por ello, deben operarse antes de
su egresión o, si se han dado de alta, se recomienda la reparación temprana y establecer siempre
una vigilancia postoperatoria al menos durante 24 horas.

La HI en las niñas casi siempre se presentará como una masa irreductible elástica
correspondiente al ovario que, por el riesgo de torsión, sugerirá su pronta reparación quirúrgica.
En caso de ser irreductible y si se aprecia un edema y/o un eritema de la piel adyacente, deberá
procederse a su envío al hospital para su tratamiento expedito.

Por último, en cuanto a la HI, aún hoy, y tras 50 años de debate, es controvertida la necesidad
de revisión quirúrgica del lado contralateral en el mismo acto quirúrgico. Hasta hace poco
tiempo, en nuestro hospital se realizaba una revisión del lado contralateral sistemática en los
menores de 1 año cuando la localización de la hernia era derecha, y en los menores de 4 años
cuando era izquierda. Actualmente, no parece aconsejable este protocolo, debido a la
comprobación de la baja incidencia de la hernia contralateral metacrona, y se realiza una
exploración en los pacientes con alto riesgo anestésico, enfermedades asociadas que produzcan
una elevación de la presión intrabdominal, conectivopatías y cromosomopatías, prematuridad o
determinados factores, como la situación geográfica o el bajo nivel higiénico-social.

A medida que un feto de sexo masculino crece y madura durante el embarazo, los testículos se
desarrollan en el abdomen y después descienden hacia el escroto a través de una zona
denominada canal inguinal. Poco tiempo después de que el bebé nace, el canal inguinal se cierra
y evita que los testículos regresen hacia el abdomen. Si esta zona no se cierra completamente,
un asa intestinal puede moverse al interior del conducto inguinal a través de la zona debilitada
de la pared abdominal inferior, lo cual produce una hernia.

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Si bien las mujeres no tienen testículos, sí poseen un canal inguinal, por lo cual también pueden
desarrollar hernias en esta zona. Las hernias inguinales en las mujeres no se producen con la
misma frecuencia que en los hombres.

Las hernias se producen más a menudo en los bebés que tienen uno o más de los siguientes
factores de riesgo:

 un padre, madre o hermano que tuvo una hernia cuando era bebé;

 fibrosis quística;

 displasia del desarrollo de la cadera;

 testículos que no descendieron;

 anomalías de la uretra.

Las hernias inguinales se producen en los siguientes casos:

 en 3% a 5% de los bebés nacidos en término;

 tres veces más frecuentemente en bebés prematuros;

 niños con antecedentes familiares de hernias inguinales;

 con mayor frecuencia en bebés y niños con otras anomalías urogenitales;

 con mayor frecuencia en el área derecha de la ingle, pero puede ocurrir en ambos lados

Ocasionalmente, la porción del intestino que sobresale a través de una hernia puede atascarse y
en ese caso ya no puede reducirse. Esto significa que el tramo intestinal no puede presionarse
cuidadosamente para regresarlo a la cavidad abdominal. Cuando esto sucede, se puede perder el
suministro de sangre hacia esa sección del intestino. El intestino necesita un buen suministro
sanguíneo para mantenerse sano y funcionar correctamente.

SINTOMAS

Las hernias generalmente se producen en recién nacidos, pero es posible que pasen
desapercibidas durante varias semanas o meses después del nacimiento.

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Los esfuerzos y el llanto no producen hernias; sin embargo, el aumento de presión en el abdomen
puede hacer que una hernia sea más perceptible.

 Las hernias inguinales aparecen como una protuberancia o inflamación en la ingle o en el


escroto. La inflamación puede ser más evidente cuando el bebé llora y puede reducirse o
desaparecer cuando se tranquiliza. Si su médico presiona ligeramente sobre esta protuberancia
cuando el bebé está tranquilo y acostado, normalmente se reducirá o se meterá en el abdomen.

 Las hernias umbilicales aparecen como una protuberancia o tumefacción en la zona del ombligo.
La inflamación puede ser más evidente cuando el bebé llora y puede reducirse o desaparecer
cuando se tranquiliza. Si su médico presiona ligeramente sobre esta protuberancia cuando el
bebé está tranquilo y acostado, normalmente se reducirá o se meterá en el abdomen.

Si la hernia no puede reducirse, la porción del intestino puede quedar atrapada en la zona
debilitada del músculo abdominal. Los síntomas que pueden observarse cuando esto sucede
incluyen los siguientes:

 abdomen grande y redondo;

 dolor y sensibilidad abdominal;

 vómitos;

 irritabilidad;

 enrojecimiento o decoloración en la zona que rodea a la hernia;

 fiebre.

Los síntomas de una hernia pueden ser similares a los de otros trastornos o problemas médicos.
Siempre consulte al médico de su bebé para obtener un diagnóstico.

DIAGNOSTICO

Las hernias pueden ser diagnosticadas mediante un examen físico que realice el médico de su
bebé. Su bebé será examinado para determinar si la hernia es reducible (puede introducirse en
la cavidad abdominal) o no. El médico puede solicitar una radiografía o ecografía del abdomen
para examinar el intestino más minuciosamente, especialmente si la hernia ya no es reducible.
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Complicaciones de las hernias inguinales
El problema con las hernias inguinales es que pueden complicarse de dos formas y ambas son
emergencias que requieren cirugía:
 Incarceración: que sucede cuando una parte del intestino delgado o de la grasa del interior
del abdomen se atora en la ingle o en el escroto y no puede regresar al abdomen a pesar de
que el médico intente regresarlo.
 Estrangulación: en estos casos un pedazo del intestino delgado no sólo no se puede
regresar (está incarcerado), pero el flujo de sangre ha dejado de llegar porque hay
obstrucción y ese pedazo de intestino si no se ha muerto, está por morirse.
En estos casos el pequeñín tendrá dolor, irritabilidad, fiebre, inflamación abdominal, además de
náusea y vomito y no podrá evacuar. Es muy importante en estos casos llevarlo a una sala de
emergencias de inmediato ya que requiere cirugía de emergencia y la vida del niño(a) puede
estar en peligro si no se trata rápidamente

TRATAMIENTO

El médico de su bebé determinará el tratamiento específico según lo siguiente:

 la edad gestacional, salud general e historia clínica de su bebé;

 el tipo de hernia;

 si la hernia puede reducirse (introducirse en la cavidad abdominal) o no;

 la tolerancia de su bebé a medicamentos específicos, procedimientos o terapias;

 su opinión o preferencia.

Hernia inguinal. Para tratar una hernia inguinal se necesita una operación. Se reparará
quirúrgicamente poco después de descubrirla, ya que el intestino puede atorarse en el conducto
inguinal. Cuando esto sucede, es posible que se interrumpa la irrigación sanguínea hacia el
intestino, con lo cual este puede dañarse. La cirugía de una hernia inguinal normalmente se
realiza antes de que se produzca este daño.

Durante la operación de una hernia, su bebé estará bajo anestesia. Se realizará una pequeña
incisión en la zona de la hernia. La porción de intestino se colocará nuevamente en la cavidad

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abdominal. Luego los músculos se suturarán para unirlos nuevamente. En ocasiones, se utiliza
una malla para ayudar a fortalecer la zona en la que se repararon los músculos.

La operación de una hernia, generalmente, es un procedimiento bastante sencillo. Los bebés


saludables que tienen una hernia inguinal que ha sido reparada quirúrgicamente, por lo general,
pueden volver a casa el mismo día de la operación.

El tratamiento de la hernia inguinal que sin complicaciones es la cirugía. Así que no te


preocupes, cuando no es una situación de emergencia, por lo general es una operación sencilla,
que se puede hacer por laparoscopía, dura una hora y podrías regresar con tu pequeño(a) a casa
el mismo día. La cirugía es necesaria para prevenir que se desarrollen las complicaciones que te
describí que pueden llegar a ser graves. En caso de que sea un bebé prematuro o un niño con
condiciones especiales, quizás lo dejen en observación una noche.
En la casa, apenas el niño o la niña se sienta mejor, puedes darle de comer normalmente y darle
un baño tibio dos días después de la cirugía. Pero, es importante que sigas las indicaciones que
te da tu médico.
Después de la operación, mantente alerta para llamar al médico en caso de que desarrolle fiebre,
inflamación (hinchazón) abdominal excesiva, enrojecimiento, sangrado o si el dolor aumenta.
Y desde luego, siempre puedes llamarlo si tienes cualquier duda. Y, no dejes de llevar al
pequeñín a su cita cuando te indique después de su cirugía para revisar que todo esté en orden.

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MATERIALES Y METODOS

CASO CLINICO

Paciente femenina de 5 meses de edad, ingresa a Emergencia del Servicio de Pediatría, con
historia de masa en región inguinal izquierda, de 4 días de evolución que se expandió hasta
llegar al labio mayor izquierdo, no reducible, con evidentes cambios inflamatorios acompañado
de paro de evacuaciones de 1 día de evolución. La madre refiere inquietud e irritabilidad, llanto
fuerte la mayor parte del tiempo, niega fiebre u otro signo acompañante; no presenta
antecedentes de episodios anteriores, niega antecedentes patológicos. En la valoración la
paciente se encuentra orientada, en mal estado general, inquieta, llorosa, con facies de dolor
agudo. Presenta presión arterial de 100/80mmHg, frecuencia cardíaca de 134 por minuto,
frecuencia respiratoria de 32 por minuto, temperatura 37.5 C, peso 7.7 kilogramos, talla 63 cm.
En el examen físico se encontró hidratación adecuada, llenado capilar menor a 2 segundos, tórax
sin ruidos patológicos, abdomen blando depresible, no se palpan masas, ruidos intestinales
presentes, sin distención abdominal, levemente doloroso a la palpación sin resistencia muscular,
sin irritación peritoneal, en área inguinal genital izquierda se observa y palpa masa con cambios
inflamatorios que se extienden hasta labio mayor izquierdo, dolor e induración a la palpación
superficial.
Se le realizó Ultrasonografía (USG) de región inguinal izquierda que reportó imagen hipoecoica
redondeada en región inguinal izquierda que medía 5x25.5x29.5 mm, sugestivo de probable
hernia inguinal con contenido intestinal, probablemente necrosado que se asocia a cambio
inflamatorio en la piel del labio mayor izquierdo.
Se ingresó a la sala de Observación de Pediatría con diagnóstico de hernia inguinal izquierda
complicada. Es llevada a sala de operaciones donde se le realizó herniorrafia inguinal izquierda,
con anestesia general, sin presentar complicaciones. En los hallazgos intraoperatorios se
encontró defecto inguinal de más o menos 1 cm, con edema generalizado; el contenido herniario
fue ovario izquierdo con 3 rotaciones en contra de las manecillas del reloj, cuyas características
eran azul violáceo, con aumento de tamaño y necrótizado
Se envió la muestra al Departamento de Patología del Hospital y los hallazgos encontrados
fueron los siguientes: a nivel macroscópico, se observó: fragmento irregular de tejido (sugestivo

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de ovario) que medía 2.5x2x1 cm, superficie externa violácea, lisa, opaca; al corte se observó
coloración violáceo homogéneo de consistencia blanda 1x1 cm la cápsula.
Microscópicamente, el tejido hemorrágico fue inadecuado para realizar el diagnóstico. La
paciente ingresa a sala de recuperación con las siguientes ordenes: nada por boca, 250 ml de
suero mixto al 0.3% más 2.5 cc Kcl c/8 horas a 32 cc por hora, oxacilina 130 mg IV c/6 horas,
gentamicina 20 mg IV c/8 horas, dexketoprofeno 8 mg IV c/8 horas. La evolución postoperatoria
fue satisfactoria, trasladada a Sala de Cirugía Pediátrica, donde se le modificó la dosis de
oxacilina a 200 mg IV c/6 horas. En la Unidad de Cirugía el día 8 noviembre 2013, la paciente
evolucionó sin complicaciones médicas, ni quirúrgicas, afebril, hemodinamicámente estable. Se
continúa con igual manejo y se reinicia la vía oral con lactancia materna, paciente continúa
estable los siguientes 4 días posoperatorios, se considera dar de alta, al examen físico se observó
ausencia de cambios inflamatorios en el área inguino genital, herida quirúrgica limpia sin
secreciones o dehiscencia.
DISCUSION Y RESULTADOS

En el caso clínico la paciente presentó una masa inguinal de aparición progresiva que llega hasta
la región vulvar, con cambios inflamatorios, paro de evacuaciones de un día de evolución, sin
presentar fiebre. Debido a su sintomatología, se consideran múltiples causas por lo que se
sometió a estudios de imagen. Entre las mencionadas en el caso podría ser estrangulación de
intestino, preoperatoriamente la paciente no presentaba distensión abdominal, irritación
peritoneal y los ruidos intestinales estaban normales; radiológicamente sin datos de obstrucción
intestinal que confirmara este diagnóstico. Otro diagnóstico diferencial podría tratarse de una
adenopatía inguinal, era una masa única, sin linfedema, sin antecedentes de cuadros febriles
previos, sin leucocitosis, sin datos concluyentes de adenopatías ni de absceso inguinal. Se
estudió ultrasonográficamente y se encontró una imagen hipoecoica redondeada, en región
inguinal izquierda, sugestivo de probable hernia inguinal complicada, no lográndose identificar
su contenido por este método.
El tratamiento para la hernia inguinal no complicada debe ser quirúrgico y consiste en una
herniorrafia programada; la intervención quirúrgica de emergencia es requerida si la hernia no
puede ser reducida, o si post reducción hay evidencia de persistente obstrucción intestinal. En
las hernias inguinales en niñas invariablemente el contenido es el ovario, las trompas o intestino

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delgado. Lo mismo ocurre con la torsión de la hidátide de Morganni, la cabeza del epidídimo
en varones, las cuales se acompañan de dolor, cambios de coloración en la piel y edema. La
aparición brusca de una masa en las niñas aparte de las asas intestinales, con frecuencias los que
protruyen son los ovarios, las trompas de Falopio o ambas a la vez, suele ocurrir que el ovario
gire sobre su eje vascular acompañado de dolor, cambios de coloración en la piel y necrosis de
dicho órgano. En el caso de las niñas la consulta se produce por una tumoración inguinal
fluctuante, no reducible, constituida por ovario y anexos, es una hernia por deslizamiento,
intentar en estos casos reducirla resulta imposible aparte de que existe la posibilidad de dañar
dichos órganos.
En el caso presentado se decidió llevar a sala de operaciones encontrando hernia inguinal
complicada con torsión ovárica, se realizó herniorrafia más salpinguectomía izquierda debido a
maceración encontrada, luego presentó una regresión completa del cuadro clínico de la
enfermedad subyacente.
Las complicaciones postoperatorias son mínimas de 1 a 2.6%, en la literatura algunos autores
citan la atrofia testicular en varones e infertilidad ocasional en niñas, sobre todo como
consecuencia de operaciones de hernias encarceradas.
Se les explicó a los padres sobre la salpinguectomía izquierda y de sus evaluaciones periódicas
a futuro. A pesar que esta enfermedad es frecuente en países en vías de desarrollo, es importante
conocer las características clínicas de la misma y llegar a un tratamiento rápido, oportuno, eficaz
para la mejoría y menor morbi-mortalidad de los pacientes.

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CONCLUSIONES

Se concluye que la incidencia documentada de hernia inguinal es más frecuente en lactantes


masculinos, predominando anatómicamente en el lado derecho, al encontrarse en lactantes
femeninas, se debe tener presente el diagnóstico al momento de realizar una herniorrafia
inguinal en esta edad, su contenido varia, sobre todo al presentar signos de complicaciones,
puesto que esto cambia el pronóstico y tratamiento del paciente si el contenido es ovario,
trompas o intestino.

Esto trae mayores complicaciones exponiendo a la niños afectados a una intervención de


emergencia con mayores niveles de riesgo y complicaciones. Durante esta investigación se
educó al paciente dándole a conocer los cuidados necesarios para una buena recuperación, así
como también a detectar la presencia de hernia inguinal y a conocer los riesgos sino es tratada
a tiempo.

Los diferentes tipos de hernias se diagnostican por la localización anatómica de una tumoración
reductible que se palpa en exploración física. Es recomendable la valoración por un cirujano
pediátrico ante cualquier defecto de pared abdominal, independientemente de su localización,
para realizar un tratamiento precoz, por el mayor riesgo de complicaciones que en adultos

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BIBLIOGRAFIA

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describieron y trataron. Hernia Inguinocrural. Asociación Española de Cirujanos (2001).
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ANEXOS

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