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Dialogo Entre Masones

Artículos Masonicos Seleccionados


Año 6 - N° 66

Junio 2019
L

Dialogo Entre Masones


Artículos Masonicos Seleccionados
Año 6 - N° 66

Director General
Herbert Oré Belsuzarri
Directores
Mario López Rico
Vicente Alcoseri
Julio Villarreal III
Artículos Publicados
- Cuadrar la Logia.....................................3
- La masonería como buen resguardo de podero-
sos conocimientos.......................................8
- Atonismo y el culto de Mitra.........................12
- De la masonería operativa al Gran Oriente de
Francia..................................................40

La revista agradece la difusión de los artículos


publicados, mencionando la fuente y la auto-
ría.
Valle de Lima Junio 2019

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CUADRAR LA LOGIA
Eduardo Eid Rodríguez
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CUADRAR LA LOGIA
Eduardo Eid Rodríguez

“Adquirimos la costumbre de vivir antes que la de pensar”


Albert Camus

Cuando leía un título como éste, el de “Cuadrar la logia”, lo


primero que se venía a mi mente otrora, era prácticamente la
obligación que sentía de no equivocarme cuando de repente
llegaba tarde a la Logia y de pronto había que saludar con cere-
monia (o sin ceremonia) e inmediatamente tenía que ocupar mi
lugar en la columna que me correspondía, no sin antes “cuadrar
la logia” (templo), porque no hacerlo, era o sigue siendo casi un
pecado, y motivo de murmullo en la tenida; y esto lo digo por un
tema territorial.

Entonces, este trazado no es para encontrar el significado de


la cuadratura del templo, sino más bien para refutar su erróneo
uso.

Se encuentran trazados de todo tipo en el internet sobre el


tema y muy valiosos por supuesto, de hermanos que le dan al
“cuadrar la logia” una connotación de tipo “Planetaria”, “Polar”,
“De rituales y civilizaciones antiguas”, “hasta fantasiosas”, etc.
Y está muy bien también, sin exageraciones, claro… dado que
por ejemplo en una iniciación prácticamente cuando se circula
por la logia se está haciendo el ciclo diario del sol y en las aper-
turas y clausuras se hace referencia a ello… (Huelga entrar en
detalles, que se entienda bien).

Nietzsche escribió que: “Las costumbres son la representación


de las expectativas adquiridas por los hombres anteriormente
respecto a lo que consideraron útil o nocivo; pero el estar ape-
gado a las costumbres no hace referencia ya a tales experiencias,
sino a la ambigüedad, santidad e incuestionabilidad de las cos-
tumbres. Por ello, este sentimiento se opone a que se corrijan las
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costumbres…”

… cito a Nietzsche porque, a veces o en la mayoría de los


casos los usos y costumbres, así estos sean errados, son tan re-
currentes que con el tiempo se vuelven verdades fijas y hasta
canónicas, y la masonería por supuesto no está ni estuvo exenta
de todo tipo de injertos que son ajenos a ella, claro, hay conta-
minaciones que provocan efectos extraños…

Antes de llegar a alguna conclusión que pareciera precipitada,


tomé el teléfono y llamé a mi gran amigo y hermano, el ilustre
Joaquim Villalta Mata, prestigioso masonólogo, para hacerle la
consulta sobre cuándo y porqué se introdujo la forma de “Cua-
drar la logia”; con lo cual, me dio como siempre una aclaración
satisfactoria de este elemento exógeno a la masonería

No hay una referencia histórica de fecha exacta de cuando se


empezó a cuadrar la logia, ritualmente son unos usos que se van
incorporando, primeramente porque el tema de la cuadratura
queda muy militar, segundo, la “escuadra” le da un sentido sim-
bólico a la escuadra, en ningún momento se produce un cambio
donde se diga que se tiene que hacer la cuadratura; esos usos
se van implementado y a partir de ahí aparecen las ideas más
variopintas y fantasiosas posibles. Por lo tanto, la circulación de
la logia va implícita al tema del “círculo”, entonces, el uso impli-
ca que los “Modernos” no cuadraban la logia.

La cuadratura de la logia es un pecado mortal para cualquier


ritual de los “Modernos”; los “Antiguos” lo incorporaron, pero
no existe un documento como tal, una base histórica que diga
que la logia se tiene que cuadrar a partir de… por esta o cual
razón…, ese uso se implementó sobre todo en el ámbito de los
“Antiguos”, tal vez para buscar esas diferencias con los “Moder-
nos” y darle más sentido al tema de la escuadra en este caso,
pero bueno, es un tema que son de esos usos viciados que se
han convertido en una realidad; las explicaciones que se pue-
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dan dar, sean de índole esotérica y de cualquier índole, es como
querer inventar que viene de Marte o de Lemuria.

También se utiliza el concepto de “Deambulación” en los ri-


tuales continentales. Una manera de poder comprobar que la
cuadratura del templo es un elemento externo más, introducido
en la masonería, basta con revisar todos los rituales tanto bri-
tánicos como Continentales desde el 1720 hasta la actualidad
tanto de los Modernos como de los Antiguos, de todos los ritos
continentales sobre todo franceses y de los denominados esco-
ceses también, los de Marsella, los rectificados, etc.Y a partir de
ahí se puede evidenciar que no hay un punto en el cual se diga
el por qué se cuadra la logia.

Probablemente la cuadratura de la logia la introdujeron las


tropas británicas, que muchas de ellas pasaron el ritual de los
“Antiguos” en las colonias Americanas, eso sería anterior preci-
samente a las guerras de la independencia Norteamericanas, a
partir del tercer tercio del siglo XVIII aproximadamente, era un
uso introducido vía Reino Unido a Norte América.

Dicho esto por el hermano Joaquim, creo que debemos ser


irreverentes en el sentido de que podemos manejar las cosas
como son y no como nos las enseñaron (como en mi caso, mal),
haciendo un trabajo de investigación exhaustivo que nos brin-
de la posibilidad de redescubrirnos como tales, para tener más
adelante la posibilidad de detentar consecuencias más afortu-
nadas.

Ergo, en cualquier caso… la logia no se cuadra, se “circula”…

Tomado de:
http://alehouse.blogspot.es/1534810863/cuadrar-la-logia/

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LA MASONERÍA COMO BUEN RESGUAR
OCUL
Vicente

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RDO DE PODEROSOS CONOCIMIENTOS
LTOS
Alcoseri

Desde la más alta antigüedad el hombre ha buscado resol-


ver el problema del Conocimiento absoluto. Una fórmula ini-
ciática clásica dice: busca de captar eso que hay dentro de ti,
aprehendiéndolo, lo sabrás absolutamente todo.

Se enseñaba a los aprendices en las antiguas logias masónicas


que para comprender todo es necesario saber muy poco, pero
para apresar ese poco es necesario aprender mucho.

En este orden de ideas, la noción de Gnosis Masónica repre-


sentaba en el espíritu de los Antiguos, no un simple conoci-
miento, sino el conocimiento vivificante que surge desde den-
tro, superior a la Razón Científica y la Fe Religiosa.

La Gnosis masónica aparece entonces como la Sabiduría mis-


teriosa y oculta, según la mismas palabra de San Pablo, rótulo
de nuestra obra alquímica, de la cual es el diseño, exponiendo
diferentes aspectos de esa sabiduría, haciendo percibir el sen-
tido hermético de su profundidad.

El subtítulo no se refiere a la idea abstracta de Gnosis Ma-


sónica sino a su manifestación en el mundo, especialmente el
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período crítico que precede y sigue al Advenimiento de la Gran
Luz por medio de la Iniciación, que es el sentido oculto tras la
fórmula de la Segunda Venida de Cristo a la Tierra.

Nosotros los iniciados somos la manifestación de dicha luz


sobre la tierra, el Fin del Mundo, pero el fin del mundo profano,
por medio de la iniciación masónica.

En el curso del Ciclo de la Luz en el Antiguo Egipto, la Gnosis


divina había sido revelada bajo la forma de misterios -miste-
rios de Promesa- que encontrarán su justificación en el misterio
de la realización del iniciado como un nuevo Cristo Hirámico.
Con el Advenimiento del Cristo Hirámico en este nuevo ciclo
cósmico, la consigna de silencio anteriormente impuesta a los
iniciados desaparece. Se libera entonces un flujo de ideas gnós-
ticas-masónicas. En numerosos lugares del mundo aparecerán
espontáneamente enseñanzas, teorías, sistemas, fundados a la
vez sobre la Tradición de los misterios de Promesa y sobre el
misterio de la Gran Luz, que perturba el antiguo orden iniciáti-
co.

En la mezcla de ideas que resulta de ello, se puede distinguir


rápidamente dos corrientes divergentes la religiosa y la iniciá-
tica, aunque partiendo del mismo postulado de base; a saber, la
constatación del mundo de los fenómenos superiores. Ciertos
masones buscan explicar esta imperfección por la caída de la
Gran Luz en la materia, catástrofe que se habría producido fuera
de la intervención de Dios Arquitecto Perfecto no manifestado,
o todavía por un error, o incluso por una intervención mal inten-
cionada del Creador, un juego quizá macabro, un juego quizá
bien pensado, pero si un Verdadero Juego Supremo.

En la base de esos errores o aciertos siempre se encuentra una


confusión de los planos. El razonamiento tan humano siempre
atribuye a lo divino una actitud digamos honesta, una debilidad
y más todavía, y para otros la distinción entre lo iniciático y lo
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religioso obedecerían a motivos puramente humanos, dos caras
de una moneda. Entre otras cosas, se reconoce allí la marca del
pensamiento griego que tiende a humanizar o antropomórfizar
a las divinidades.
La Base Nueva anunciada por la masonería surgida de Londres
1717 junio 23, reinvierte esa antigua concepción, apelando a la
divinización de lo humano en el hombre por el mito mal enten-
dido del segundo Nacimiento que es la Iniciación, esa puerta
del Reino de Dios Interior.

Esas luchas de ideas en la antigüedad terminaron con la impo-


sición del Clero Católico sobre las masas populares, pero una
poderosa doctrina resguardo, esa doctrina de los misterios rea-
les bajo el cuidado de un pequeño puñado de iniciados. En la
antigüedad las tendencias iniciáticas que se manifestaban fue-
ron combatidas una tras otra, y reducidas por la obra de los clé-
rigos romanos primitivos, después por los doctores de la Iglesia
católica ecuménica que se dedicaron a hacer desaparecer la
Verdadera doctrina de Cristo, doctrina que en realidad era ini-
ciática y esotérica.

La Autentica Tradición esotérica judía, musulmana, cristiana


y pagana -si, hablo de esa parte de las religiones que es miste-
riosa y oculta-, pudo ser conservada en su pureza original por
los masones, resguardada tal como había sido transmitida a los
Apóstoles de Cristo, por los misterios del Osiris Egipcio, por
el Hermes Griego, por los Druidas, por el colegio romano de
constructores, por los Sufis, por los Alquimistas Socráticos, por
los Rosacruces y por otros muchos más, fue sólo en la Masone-
ría donde ha estado a buen resguardo, y donde es dada tal cual
a los iniciados afortunados, una doctrina tan poderosa que ha
cambiado y seguirá cambiando para bien el rumbo de la Histo-
ria de Ser Humano .

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Atonismo y el culto
Michael
12
culto de Mitra
l Tsarion
13
Atonismo y el culto de Mitra
Michael Tsarion

Nos salvaste al derramar la sangre eterna - Mitraic Dictum 

... nos vemos obligados a llegar a la conclusión de que Sol In-


victus-Mithras y el cristianismo no eran dos religiones en com-
petencia, como solíamos leer, pero eran dos instituciones de una
naturaleza diferente que estaban estrechamente conectado ...
esto es prácticamente una certeza - Flavio Barbiero ( La Sociedad
Secreta de Moisés )

El Atonismo ha adoptado formas extrañas a lo largo de las


largas edades desde que nació y posteriormente fue expulsado
de Egipto. Tal como se revela en mis libros y sitios, los elemen-
tos attonistas brillan en el judaísmo, el culdeanismo, el cristia-
nismo, el zoroastrismo, el gnosticismo, así como en la masonería
y el templarismo. También he demostrado que el Atonismo era
una corrupción del Druidismo y el Amenismo, las antiguas teo-
logías estelares. También fue una corrupción de las antiguas tra-
diciones persas bien conocidas en todo el Levante.

Los apologistas del judaísmo y el cristianismo demonizan ha-


bitualmente al druidismo y al amenismo en sus obras. Esto es in-
evitable dadas sus perspectivas sesgadas de la historia mundial. 

Independientemente de los prejuicios lamentables que a me-


nudo sirven para estropear sus obras, algunos autores inadverti-
damente nos brindan excelentes ideas sobre cómo cultos como
el Atonismo se difundieron secretamente por todo el mundo en
los primeros tiempos.

Este culto (de los cuales el zoroastrismo, el mazdaísmo, el sufis-


mo y el Sol Invictus eran variantes menos puras) fue prominente
mucho antes de los períodos de expansión imperial romana y
el auge del cristianismo. Aunque había sido una filosofía pura
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y noble durante siglos, después de la destrucción del Imperio
Persa por parte de Alexander y el surgimiento del cristianis-
mo, eventualmente se adulteró con acreciones espurias. Esto
se debió principalmente a la necesidad del secreto y también
al decadente sacerdocio que buscaba compensar la influencia
de Roma y el cristianismo. Después del surgimiento del islam
ortodoxo (siglo VI d. C.), el culto de Mitra fue forzado a la clan-
destinidad y, más tarde, como muchas otras augustas tradicio-
nes, se transformó en la escuela más popular del zoroastrismo.

El simbolismo empleado por los masones y otras sociedades


secretas, como la infame Sociedad de Bohemia y la Orden del
Cráneo y los Huesos, se deriva del zoroastrismo, la forma de-
gradada del mitraismo ario. De hecho, lo que conocemos como
culdeanismo y cristianismo son formas degradadas tanto del
druidismo irlandés como del mitra persa.

Aunque el término Druida es local, su religión era de raíz profunda y


de origen lejano. Era de igual antigüedad con los de los magos persas,
los caldeos de Asiria y los brahmanes de Hindustan. Se parecía mucho
a ellos en sus sublimes preceptos, en sus promesas consoladoras, para
no dejar ninguna duda de que estas naciones, que viven tan separadas,
eran todas de la misma población : W. Windwood Reade (Velo de Isis).

Col.Vallencey ha demostrado , tan claro como el sol al mediodía, que


los antiguos dioses de los griegos y romanos vinieron de los hiperbó-
reos - Godfrey Higgins

La Cábala

De mayor importancia es el hecho de que el culto mitraico


era de hecho el de su madre, la diosa Cibeles. De hecho, Mitra
era andrógino y frecuentemente era adorado en forma de mu-
jer.En persa la palabra mitra se refiere a las mujeres.

De Cybele obtenemos los términos Cabala y cabal (que significa


sociedad secreta). Conocida en toda Europa, el Levante y Asia
15
en numerosas formas y nombres, fue probablemente la figura
más importante de la diosa de la antigüedad, particularmen-
te para aquellos que se encuentran en enclaves secretos. Ella
pudo haber sido una versión transmogrificada de la diosa persa
Anahita, ella misma el origen de Anat, Tanit, Neith y Athene.

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La diosa Cibeles con leones y anillos o ruedas atonistas, su principal em-
blema connotaba los ciclos eternos de la necesidad y el destino.(El nombre
de la diosa egipcia más antigua, Taurt, también connota un círculo, ya que las
imágenes del Tarot se basan en gran medida en las tradiciones persas o arias).
Los leones gemelos también representan a sus “cachorros” o descendientes
archónicos que reconocemos como Set y Horus, Ahura. Mazda y Ahriman, Jesús
y Satanás, Alfa y Omega.

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La silla de San Eduardo también se conoce como la silla de la coronación,
sobre la cual se coronan los monarcas británicos. Isabel II se sentó en esta silla
cuando se convirtió en reina del Imperio Británico. Observe los cuatro leones
en la base de la silla, que simbolizan a Cibeles demiúrgicos y al culto de su
nombre. 
18
El Árbol de la Vida cabalístico no es judío. Sus orígenes son 
arios (iraní, persa). El término Kabala o Cabala es una variación del nombre de
Cybele, diosa de los misterios.
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Los magos bíblicos eran místicos y astrólogos persas
(arios). Desde el principio del Nuevo Testamento, recibimos in-
dicios de la verdad . La deuda del cristianismo con el mitraísmo
no puede ser exagerada. La misma palabra magia viene de los
persas.

Entre las ideas que fueron tomadas de la religión persa por


el judaísmo, pertenecían aquellas relacionadas con la “Palabra”
mediadora. Como el poder creador de la Deidad sobre la tierra,
la expresión “la Palabra” ya había aparecido en la literatura afo-
rística. Bajo la influencia greco-egipcia, el término “sabiduría”
(sophia) se había convertido en una expresión natural para él :
Arthur Dewes (El mito de Cristo) 

El Vaticano reside en el antiguo templo del dios del sol romano


Mithras- Zenith Harris Merrill (catolicismo romano)

La famosa imagen del gran héroe solar Mitra que mata al toro
que simboliza la antigua astrología “Era de Tauro”.Astronómica-
mente, la imagen denota las constelaciones de Perseo y Tauro. 
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Este movimiento del sol desde el signo de Tauro hacia
Aries también fue importante para los Atonistas de Egipto. 

Tenga en cuenta que Mitra usa el gorro frigio que más tarde
se convirtió en un símbolo seminal de las células y partidos re-
volucionarios del siglo XVIII que violentamente destruyeron el
Viejo Mundo. Estos grupos anarquistas eran y están controlados
por poderosas sociedades Setian-Atonist que operan fuera de
la vista pública.

Los papas y obispos católicos romanos visten el Mitre. Este y


muchos otros leitmotivs, tradiciones y prácticas se derivan di-
rectamente de los persas y el Culto de Mitra. Esto no quiere
decir que los verdaderos principios místicos del mitraismo y el
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druidismo estén incorporados y practicados por el papado.Le-
jos de ahi. 

El jefe supremo de la organización mitraica se llamaba pater par-


tum, o papa, y residía en Roma en la gruta del Vaticano - Flavio
Barbiero (La Sociedad Secreta de Moisés) 

El término Baphomet connota Mit, Met o Mithra.En este caso,


el término denota iniciación en el culto de Mitra-Cibeles o un
bautismo en el mismo .La diosa detrás del dios es sugerida por
los pechos femeninos. Este híbrido icónico es claramente an-
drógino, y sin duda se deriva de la tradición oculta persa.

El bautismo fue una de las observancias en el culto de Adonis


en Mesopotamia y Arabia. Los iniciados en los Misterios de Mitra
fueron bautizados - SF Dunlop (The Ghebers of Hebron)
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El símbolo del cráneo tiene orígenes precélticos, pero tam-
bién se deriva de la ceremonia de iniciación de primer grado
que realizan los acólitos de los Misterios Mitraicos.Las imá-
genes del cráneo y los huesos fueron empleadas por primera
vez por los Piratas de Silesia que perseguían el Mediterráneo
y eran miembros del Culto de Mitra. Más tarde, otros grupos
piratas adoptaron el símbolo, y finalmente aparece como el em-
blema de la Orden Americana del Cráneo y los Huesos, lo que
hace obvio que este orden (entre otros) es una rama del Culto
Atonizado de Mitras. El sigilo de la Orden de cráneos y huesos
incluye el número de alojamiento 322. Esotéricamente, se re-
fiere al 22 de marzo, el primer día de Aries y el equinoccio de
primavera, una zona astrológica central y un día de festivales
para los mitraístas.
23
El apretón de manos masónico proviene directamente del
Culto de Mitra y de los grados iniciáticos mitraicos. Levantar la
mano cuando hace un juramento también se deriva de los ritos
mitraicos, al igual que el saludo militar.

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Los lectores familiarizados con los orígenes irlandeses de
la civilización comprenderán las conexiones entre los Atonis-
tas egipcios, romanos y británicos, y cómo ganaron conversos y
trabajaron para asegurar su gran orden mundial, pero insidioso

Livingstone rastrea las conexiones tan importantes entre estos


Atonistas, o como se refiere a ellos, las líneas de sangre “judai-
cas” o “davídicas” y las dinastías reales modernas. Se ocupa de
las casas de élite de Orontid, Commagene, Herod, Sinclair, An-
gevin, Lorraine, Guise, Welf (Guelph), Brandenburg, Hapsburg,
Merovingian, Carolingian, Stuart y Plantagenet, etc. 

De gran interés fueron las conexiones entre los “judíos”. “Fa-


milia Herodes, Césares romanos y templarios-merovingios de
Francia y Escocia.

El libro del Sr. Livingstone es técnico y está escrito en seco. Él


espera que sus lectores estén familiarizados con la gran mayo-
ría de su información. Espero, por lo tanto, que los siguientes
extractos resuman bastante los puntos más destacados de su
importante trabajo.

Del terrorismo y los iluminati


David Livingstone

El culto de Mitra.

Fue en la diseminación de los Misterios de Mitras originales,


que encontramos la primera fusión de aquellas familias que en
última instancia producirían las principales líneas de sangre de
los Illuminati. Esta red se centró en la Casa de Herodes e incluyó
una importante línea de sangre armenia. La importancia de esta
línea de sangre armenia figura tanto en su supuesto descenso
de la Tribu Perdida, como en su herencia mixta alejandrina y
persa, un sacerdocio hereditario sirio de Baal y la familia de
Julio César. Fue la coalescencia de estas familias, a comienzos
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del primer milenio a. C., lo que efectivamente inició la conspi-
ración. Y, si bien el rastro de estas relaciones familiares es com-
plicado y detallado, es esencial examinarlas para comprender
adecuadamente el origen, la dirección y las creencias de sus
sucesores, los Illuminati.

Esencialmente, estas familias fueron responsables de la forma-


ción y difusión del mitraismo, el culto más popular del Imperio
Romano. Fue este culto el que siguió siendo la doctrina central
de los Illuminati durante los siglos venideros. Inicialmente, la
formación del mitraismo sirvió a una conspiración para suplan-
tar a la iglesia cristiana. Finalmente, tuvo éxito cuando uno de
sus descendientes, Constantino el Grande, implementó el ca-
tolicismo, que no era más que una asimilación del mitraísmo,
que asociaba a Jesús con el culto del dios moribundo. El culto
finalmente penetró en el mundo islámico para producir la here-
jía de los Ismailis, de donde surgió la primera red terrorista, los
Asesinos. Fue la leyenda del contacto con los Asesinos con los
notables Caballeros Templarios, durante las Cruzadas, que se
convirtió en la base de la Francmasonería de Rito Escocés.

Inicialmente, el culto de los magos heréticos era más frecuente


en esa parte de Asia Menor, es decir, de Armenia, Capadocia y
Pontus. Pontus fue fundado tras la muerte de Alejandro Magno,
poco después del 302 aC. Como la mayor parte de este reino se
encontraba dentro de la inmensa región de Capadocia, que en
las edades tempranas se extendía desde las fronteras de Cilicia
hasta el Mar Negro, el reino en su conjunto se llamó primero
“Capadocia hacia el Pontus”, pero después simplemente “ Pon-
tus “. Pontus no solo incluía a Pontic Cappadocia, sino también
a Colchis y Lesser Armenia. Por lo tanto, este culto a los Magos,
que adoraba al dios moribundo en la forma de Mitra, prevalecía
más en la parte de Asia Menor a la que se habían reubicado las
llamadas Tribus Perdidas, para luego ser absorbidas por escitas
y medos. 

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Commangene (Capadocia)

Commagene era un pequeño reino, ubicado en el moderno


centro-sur de Turquía, en lo que una vez había sido parte de la
gran Capadocia, con su ciudad capital como Samosata, o Samsat
moderno, cerca del Eufrates. Commagene fue gobernado por
una dinastía conocida como los Orontids. La dinastía fue fun-
dada por Orontes, quien había sido designado por los persas
como “sátrapa” o gobernador de Armenia. En 401 aC, Artaxer-
xes II, entonces reinante Emperador de Persia, le dio a su hija
Rhodogoune en matrimonio. Artajerjes II habría sido el nieto de
Jerjes, quien según la tradición judía, se casó con Ester, del Libro
de Ester ... El reino armenio de Comagene surgió en el año 162
aC, cuando su gobernador Tolomeo se liberó del desintegrador
Imperio Seléucida. El hijo de Ptolomeo, Mithradates I Callini-
cus de Commagene, abrazó la cultura helenística y se casó con
Laodice, una princesa seléucida. Así, su hijo, Antíoco I de Com-
magene, que vivió desde el 69 aC hasta el 40 aC, pudo reclamar
lazos dinásticos con Alejandro Magno y los reyes persas. La he-
rencia combinada encontrada en Antíoco llevó a la asimilación
de Mitra con el griego Hércules, que marcó la primera forma
temprana del culto mitraico.

La línea de sangre mitraica

La Casa de Commagene se combinó con la familia de Hero-


des el Grande, los sacerdotes sirios de Baal y la familia de Julio
César. Juntos, tomaron el simbolismo temprano de la adoración
de Mitra de los magos heréticos y lo combinaron con el misti-
cismo cabalístico emergente, para formar los Misterios de Mi-
tra. Esencialmente, los misterios mitraicos adaptaron la antigua
adoración al rey de los babilonios, a la adoración del empera-
dor, como una personificación de su dios el Sol. A través de la
influencia de la dinastía comageniana, este culto conservó sus
temas persas, pero representó a su dios Mitra con la forma física
de su progenitor, Alejandro Magno ... La persona a través de la
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cual la Casa de Comisiones pudo entrar en contacto con la de
Herodes. , además de la familia de Julio César, para producir la
línea de sangre mitraica, La que produjo las familias conspirati-
vas más importantes de Europa fue Antíoco IV. El bisabuelo de
Antíoco IV, Antíoco I de Commagene había apoyado a Pompeyo
contra los partos, y en el 64 aC fue recompensado con territo-
rios adicionales. Después de someterse a la dominación griega
bajo los seléucidas, el Imperio Persa eventualmente resurgió
bajo los partos, un pueblo seminómada que, en el siglo II aC,
surgió de un área al sureste del mar Caspio. Fue gobernado
por los Arsácidos, quienes afirmaron ser descendientes del rey
persa Artaxerxes II. A través de las conquistas de Mithradates
I y Artabanus II en el siglo II a. C., los partos establecieron el
control sobre Irán y se expandieron hacia el oeste hacia Meso-
potamia. Antíoco I de Commagene había apoyado a Pompeyo
contra los partos, y en el 64 a. C. fue recompensado con territo-
rios adicionales. Después de someterse a la dominación griega
bajo los seléucidas, el Imperio Persa eventualmente resurgió
bajo los partos, un pueblo seminómada que, en el siglo II aC,
surgió de un área al sureste del mar Caspio. Fue gobernado por
los Arsácidos, quienes afirmaron ser descendientes del rey per-
sa Artaxerxes II. A través de las conquistas de Mithradates I y
Artabanus II en el siglo II a. C., los partos establecieron el con-
trol sobre Irán y se expandieron hacia el oeste hacia Mesopota-
mia. Antíoco I de Commagene había apoyado a Pompeyo con-
tra los partos, y en el 64 a. C. fue recompensado con territorios
adicionales. Después de someterse a la dominación griega bajo
los seléucidas, el Imperio Persa eventualmente resurgió bajo
los partos, un pueblo seminómada que, en el siglo II aC, surgió
de un área al sureste del mar Caspio. Fue gobernado por los
Arsácidos, quienes afirmaron ser descendientes del rey persa
Artaxerxes II. A través de las conquistas de Mithradates I y Ar-
tabanus II en el siglo II a. C., los partos establecieron el control
sobre Irán y se expandieron hacia el oeste hacia Mesopotamia.
Surgió de una zona al sureste del mar Caspio. Fue gobernado
por los Arsácidos, quienes afirmaron ser descendientes del rey
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persa Artaxerxes II. A través de las conquistas de Mithradates
I y Artabanus II en el siglo II a. C., los partos establecieron el
control sobre Irán y se expandieron hacia el oeste hacia Me-
sopotamia. Surgió de una zona al sureste del mar Caspio.Fue
gobernado por los Arsácidos, quienes afirmaron ser descen-
dientes del rey persa Artaxerxes II. A través de las conquistas
de Mithradates I y Artabanus II en el siglo II a. C., los partos
establecieron el control sobre Irán y se expandieron hacia el
oeste hacia Mesopotamia.

César Augusto

Antíoco logré desviar los ataques romanos de Marcos Antonio,


a quien finalmente se unió en la guerra civil romana, pero des-
pués de la derrota de Antonio a Augusto, Commagene se con-
virtió en un estado cliente romano. Este estado de cosas marcó
el inicio de las relaciones que llevaron a la transferencia del cul-
to mitraico a Roma. Augusto, que gobernó el Imperio Romano
del 27 aC al 68 dC, fue el primero de la dinastía Julio-Claudia-
na, seguido de Tiberio, Calígula y Claudio, hasta el último de la
línea, Nerón, quien se suicidó. La dinastía se llama así porque
sus miembros fueron extraídos de la familia Julia y Claudio. Julia
deriva su nombre de Iulus, o Julus, también conocido como As-
canio, quien, según la mitología griega y romana, era un hijo de
Eneas, el mismo hijo de Afrodita, la Venus griega y el primo de
Príamo. Se cree que el nombre “Ascanio” se deriva de Ashkena-
zi, o Ashkuza, el nombre dado a los escitas por los antiguos aca-
dios. Después de la guerra de Troya, Ascanio escapó a Lacio en
Italia y tuvo un papel en la fundación de Roma como el primer
rey de Alba Longa. El fundador de la dinastía, César Augusto,
fue un Juliano a través de su adopción por su tío abuelo, Julio
César.

Emperador caligula

En el 17 dC, Tiberio depuso al sucesor de Antíoco I, Antíoco


29
III, pero Calígula reincorporó a su hijo Antíoco IV de Comage-
ne, e incluso amplió su territorio. Y, aunque Calígula lo depuso
poco después, fue restaurado nuevamente por Claudio en el
41 DC. En el año 52 dC, Antíoco VI hizo campaña contra algu-
nas tribus salvajes que habían estado desgarrando las ciuda-
des costeras. Y Beck considera que, “vale la pena considerar si
la germinación de los Misterios podría no haber tenido lugar
cuando la adoración a Mithra de los comisarios y de los cilíacos
se fusionó con la exposición de los administradores y militares
de las comunidades a los ritos de las tribus de los cilios”. Calí-
gula, fue influenciada por la tradición babilónica o mitraica de
adorar al rey como encarnación del dios del sol, y el culto que
trató de instituir en el Imperio Romano.Adicionalmente,

Caligula y Herodes

Calígula, al igual que Antíoco IV, también fue amigo íntimo


de Herodes Agripa, rey de Judea, también llamado el Grande,
que vivió desde el 10 aC hasta el 44 dC. Herodes Agripa fue
el rey llamado “Herodes” en los Hechos de los Apóstoles, en
la Biblia. Era el nieto de Herodes el Grande, reconstruidor del
Templo. Herodes el Grande surgió de una familia idumaea rica
e influyente. Los idumanos eran sucesores de los edomitas, que
se habían establecido en Edom, en el sur de Judea, pero entre
130 y 140 aC, tenían que convertirse al judaísmo. Según Josefo,
después del asesinato de su padre, el joven Agripa fue enviado
por Herodes el Grande a la corte imperial de Roma. Allí, Tiberio
concibió un gran afecto por él, y eventualmente se convirtió en
un amigo cercano de Calígula. Y sobre el asesinato de Calígula
en el 41 DC, el consejo de Agripa ayudó a asegurar la ascensión
como el emperador Claudio,

La dinastia emesa

Junto con Commagene y las familias Julio-Claudianas, se in-


cluiría un tercero en esta mezcla, que se presentaría no solo en
30
la creación del Mitraísmo, sino en su preservación continua a
través de los siglos, que culminó en las familias Illuminati de
Europa. Esa familia eran los sacerdotes-reyes hereditarios de
Emesa. La Familia Real de Emesa, hoy Hims en Siria, fue una
dinastía de Reyes Sacerdotes que formaron una aristocracia po-
derosa e influyente. Emesa era famosa por el Templo del Sol,
conocido como Elagabalus, una derivación de Baal, adorado en
forma de piedra negra. Alrededor del 64 aC, Pompeyo el Gran-
de había reorganizado Siria y los países circundantes en provin-
cias romanas, y había instalado reyes clientes, que serían alia-
dos de Roma.Uno de esos reyes clientes, sería Sampsiceramus,
el miembro fundador de la dinastía Priest-King de Emesa.

San Pablo y Mitraísmo

Pablo parece haber sido parte de una conspiración por parte


de la Casa de Herodes, para subvertir el movimiento cristiano
emergente, al ajustarlo a sus doctrinas ocultas. Paul era de Tar-
so, la ciudad capital de Cilicia, el centro mismo de las intrigas
que produjeron la religión mitraica. Además, según Robert Ei-
senmen, en Paul como herodiano, hay evidencia, en el Nuevo
Testamento, en la literatura de la Iglesia primitiva, en la literatu-
ra rabínica y en Josefo, de sugerir alguna conexión entre Pablo
y los llamados “herodianos”. 

Francia y los Merovingios

El mito de la unión de Jesús y María Magdalena fue preserva-


do para ocultar un secreto más oculto sobre el origen de esta
línea de sangre. Más importante aún, los descendientes de los
merovingios eventualmente se casaron con la familia de Car-
lomagno, fundador del Sacro Imperio Romano, y supuestamen-
te, la de un Exilarca, o reclamante del trono davídico, llama-
do Rabí Makhir. Es a partir de este linaje que todas las líneas
principales de la aristocracia europea descienden, una línea
de sangre presentada como el secreto central de la ciencia del
31
Grial. Los merovingios, una vez más, vinieron originalmente de
Escitia, donde eran conocidos como los sicambrianos, y toma-
ron su nombre de Cambra, una reina tribal de alrededor de 380
a. Luego, a principios del siglo V d. C., la invasión de los hunos
provocó migraciones a gran escala de casi todas las tribus eu-
ropeas. Fue en esta época que los sicambrianos, una tribu del
pueblo germánico conocido colectivamente como los francos,
cruzó el Rin y se trasladó a la Galia, estableciéndose en lo que
hoy es Bélgica y el norte de Francia. Se cree que los merovin-
gios en los círculos ocultos eran originalmente judíos, y des-
cendían de la tribu de Benjamín, que había entrado en Grecia,
conocida como Cadmus y Danaaus. Ciertos detalles importan-
tes de la historia de los merovingios están relacionados en la
Crónica de Fredegar, un facsímil de la cual se encuentra en la
Biblioteque Nationale de París. Fredegar, quien murió en el 660
dC, era un escriba borgoñón, y su Crónica cubrió el período
desde los primeros días de los patriarcas hebreos hasta la era
de los reyes merovingios. El Prólogo de Fredegar cuenta cómo
la línea sicambriana de “Franks”, de quien Francia adquirió su
nombre, fueron los primeros llamados así por su jefe Francio, un
descendiente de Noé, que murió en el 11 a. Antes de sus días
escitas, la raza de Francio se originó en la antigua Troya, des-
pués de la cual se nombró a la ciudad francesa de Troyes. La
ciudad de París, establecida por los merovingios del siglo VI,
también lleva el nombre de París, hijo del rey Priamo de Troya,
cuyo enlace con Helena de Esparta provocó la guerra de Troya.

Reglas sobre todo

Según las genealogías compiladas por James Allen Dow, y ba-


sadas en gran parte en la obra de David Hughes, descendien-
te de María Magdalena y este Jesús, Quinto Taro, prefecto de
Roma, se casó con Argotta, heredera de los francos, con el pa-
dre Merovech, rey de los francos.El más famoso de todos los
gobernantes merovingios, sin embargo, fue el nieto de Mero-
vee, Clovis I, quien reinó entre el 481 y el 511 dC. La Galia era el
32
área más rica y grande del imperio occidental, pero las tribus
francas no habían logrado organizar un solo estado, hasta que
Clovis derrotó a las fuerzas romanas supervivientes en el 486
dC. Durante su reinado y el de sus hijos, el poder franco se ex-
tendió a casi toda la Galia y lejos en Alemania. El reino franco
finalmente se convirtió en el más fuerte y extenso de los nuevos
estados alemanes, y fue el único que verdaderamente sobrevi-
vió hasta los siglos posteriores.

Los descendientes de Clovis se llaman merovingios. Ocuparon


el trono de los francos durante casi doscientos cincuenta años. Los
anales de sus reinados forman un desagradable catálogo de gue-
rras sangrientas, asesinatos horribles y hechos de traición sin
número. Sin embargo, los merovingios anteriores eran hombres
fuertes, bajo cuya dirección el territorio franco continuó expan-
diéndose, hasta que incluía casi todo lo que ahora es Francia, Bél-
gica y Holanda, además de una parte considerable de Alemania :
Hutton Webster (Historia europea primitiva)

Carlomagno (el merovingio)

Los genealogistas afirman con frecuencia que toda la aristocra-


cia europea puede reclamar el descenso de Carlomagno. Me-
nos conocido, aunque significativo para la tradición oculta, es
que los descendientes de Carlomagno estaban intrincadamen-
te entrelazados con los de un rabino Makhir, un exilarca judío
de Bagdad, conocido como el rabino Makhir, o Natronai, que
se convirtió en el padre de Guillaume el Gellone. Esta fue la
unión importante, infundiendo la aristocracia europea con el li-
naje davídico, por medio de la cual sociedades ocultas, y libros
como la Santa Sangre, el Santo Grial., han reclamado representa-
dos el secreto del santo grial.

Coincidentemente, según las leyendas medievales judías,


un makhir, a menudo confundido con Natronai, aparentemen-
te llegó al sur de Francia por invitación de Carlomagno, quien
33
se dice que envió una embajada, en la que participó un judío,
Isaac, para pedirle al “ Rey de Babel ”para enviarle un hombre
de linaje real judío. En respuesta, el califa Harun al Rashid le
envió al rabino Makhir ... que Makhir estaba “cerca del rey y de
todos sus descendientes”, en el sentido de que estaba relacio-
nado con la aristocracia francesa, a través del matrimonio mixto,
fue propuesto por Arthur Zuckerman, en Un principado judío en
la Francia feudal.Hay numerosas genealogías confusas propor-
cionadas en cuanto al descenso de este Makhir, o Natronai. Se-
gún la investigación de James Allen Dow, Natronai se casó con
una Rolinda de Aquitania. Sus hijos fueron Makhir y Gilbert de
Rouergue. Makhir se casó con Alda, la hija de Charles Martel ...
Según Zuckerman, Makhir habría asumido el nombre cristiano
de Teodorico, o Thierry, y asumió el título de Rey de los judíos, y
había gobernado el estado independiente de Septimania en el
sur de Francia, con La ciudad de Narbona como su capital. En la
Edad Media, los romances se llaman Aymery, y fue el padre de
Guillaume de Gellone, sobre el cual se compusieron al menos
seis poemas épicos importantes antes de la era de las cruza-
das. El dispositivo de su escudo era el León de Judá. En el apo-
geo de su poder, él incluyó como parte de su dominio, El nores-
te de España, los Pirineos, junto con la región de Septimania.
Zuckerman sostiene que la referencia a que los descendientes
de Makhir son “cercanos” a los del rey debe entenderse como
“interrelacionados”, o que los ancestros de Guillaume se casa-
ron con los de los carolingios.

Los Sinclairs

Los Sinclair, como toda la nobleza normanda, también des-


cendían de los vikingos, Rollo Ragnvaldsson y Poppa de Bavie-
ra. Carlos el simple, rey de Francia, se encontró con Rollo en
el castillo de St. Clair, y allí se convirtió en duque de Norman-
día. Los Sinclairs pronto se multiplicaron hasta tal punto que no
pudieron quedarse todos en el castillo de St. Clair, y se les die-
ron varios otros castillos en Francia. Sin embargo, todos fueron
34
a Inglaterra con el Conquistador. A un Sinclair, llamado William,
no le gustaba el Conquistador, su primo, así que con otros baro-
nes descontentos fue a Escocia. William St. Clair, como William
the Conqueror, y Alain IV de Brittany, eran descendientes de
Conan I de Brittany. Los dos Williams eran los nietos del herma-
no de Emma de Normandía, Richard II “el Bien” de Normandía
y Judith de Bretaña.

Los templarios de Escocia

Robert the Bruce, afirmó que el trono escocés era un tatara-


buelo de David. También era descendiente de Robert the Brus
II, quien se casó con la hermana de William St. Clair, Agnes.Ro-
bert the Bruce fue también el nieto de Walter Stewart, 3er Alto
Stewart de Escocia.Walter Stewart, el sexto altiplano de Escocia,
jugó un papel importante en la batalla de Bannockburn. Walter
Stewart se casó con Majory, hija de Robert the Bruce, y su hijo
Robert II, eventualmente heredó el trono escocés luego de que
su tío David II de Escocia muriera. De ellos descendieron todos
los posteriores Stewart, o Stuart, reyes de Escocia. 

Capilla de Rosslyn

Hay cientos de tallas de piedra en las paredes y en el techo de


la Capilla Rosslyn, que representan escenas bíblicas, símbolos
masónicos y ejemplos de iconografía templaria. Hay espadas,
brújulas, paletas, cuadrados y mazos con imágenes del Templo
de Salomón. Además del simbolismo judío y oculto, también
hay algunos vestigios del Islam y serpientes paganas, dragones
y árboles del bosque. La figura de fertilidad del Hombre Verde,
una versión europea del dios moribundo Dionisio, se encuentra
en todas partes en los pilares y arcos, junto con frutas, hierbas,
hojas, especias, flores, enredaderas y las plantas del paraíso del
jardín ... Se dice que los restos de William St Clair, bisabuelo del
fundador de la Capilla Rosslyn, están enterrados en Rosslyn, al
estilo de los Templarios, en una tumba marcada por una calave-
35
ra y huesos cruzados.

Escape de los templarios

Nuevamente, en Inglaterra, la propiedad de los Templarios


también fue transferida a los Caballeros Hospitalarios, por el
rey Eduardo II, yerno de Felipe IV de Francia. Eduardo II estaba
casado con la hija de Felipe IV, Isabel de Francia. Pero Eduardo
II inicialmente se negó a implementar la orden papal impuesta
por su suegro. Entre el 13 de octubre de 1307 y el 8 de enero
de 1308, los templarios no fueron molestados en Inglaterra. Du-
rante este período, muchos templarios fugitivos, que buscaban
escapar de la tortura y la ejecución, huyeron a una aparente se-
guridad allí. Aunque, después de la intercesión del papa Cle-
mente V, el rey Eduardo II ordenó la incautación de miembros
de la orden en Inglaterra el 8 de enero de 1308. Sin embargo,
solo unos cuantos de los templarios fueron debidamente arres-
tados. Pero la mayoría de los templarios en Inglaterra, así como
en otros lugares fuera de Francia, escaparon del arresto, por no
hablar de la tortura y la ejecución.

La Orden de la Jarretera

... las tradiciones de los templarios parecen haber adquirido


un nuevo aspecto, bajo la Orden de la Jarretera, fundada por el
hijo de Eduardo II, el rey de Inglaterra Eduardo III. La hermana
de Edward III, Joanna, se casó con David II, rey de Escocia, hijo
de Robert the Bruce.Mientras, en el exilio en la corte francesa,
fue David quien creó The Guarde De Ecosse, derivado de la fac-
ción templaria conocida como Guardia Escocesa, que acudió en
ayuda de Robert the Bruce. A medida que la Guardia Escocesa
continuó a través de los años, dos de las familias prominentes
involucradas en su historia fueron los Sinclairs y los Stuarts. En
Francia, se convierten en el guardaespaldas personal de los re-
yes franceses ... 

36
Sinclairs y Rothschild

Jacob Rothschild, el actual jefe de la dinastía Rothschild, se ha


casado con la familia Sinclair, forjando una importante alianza
dinástica entre la familia principal de los Illuminati y la supues-
ta “familia del Grial”. Este matrimonio es significativo, ya que
es una excepción en las prácticas matrimoniales de los Roths-
child. El fundador de la dinastía, Mayer Amschel Rothschild, ha-
bía ordenado a sus hijos que se casaran solo con sus primos
hermanos. La primera excepción fue Hannah, hija de Nathan
Rothschild, quien se casó con el Rt. Hon. Henry Fitzroy, un des-
cendiente directo de Charles II Stuart King de Inglaterra. Sin
embargo, más recientemente, el tatarabuelo de Nathan Mayer,
Nathaniel Charles Jacob Rothschild, cuarto barón Rothschild,
actual jefe de la dinastía, se casó con Mary Serena Dunn, cuya
madre era Lady Mary Sybil St. Clair-Erksine, la hija de James
Francis Harry St. Clair-Erskine, 5to conde de Rosslyn. El título
de Earl of Rosslyn fue creado en 1801 para Alexander Wedder-
burn, 1er Barón Loughborough, el ex Lord Chancellor. El conda-
do fue creado con un resto especial para su sobrino, Sir James
St Clair-Erskine, que fue Gran Maestro de la Gran Logia de Es-
cocia, en nombre del Rey Jorge IV. La familia Erskine eran los
Condes hereditarios de Mar. Descienden de Robert I Erksine,
quien se casó con Elizabeth Stewart, la hija de Robert II de Es-
cocia, el hijo de la hija de Robert the Bruce, Marjorie y Robert
Stewart. Juan quinto de Erskine fue el guardián del rey Jaime
V y después de María, reina de Escocia. James V tuvo un hijo
ilegítimo a través de su hija, Margaret, llamada James Stewart,
hermanastro de Mary Queen of Scots. En 1565,

Jacob Rothschild es el actual jefe de la familia Rothschild del


Reino Unido, habiendo heredado la cuarta baronidad de su pa-
dre, Victor, un zoólogo eminente, y en algún momento agente
del MI5 y amigo de los agentes de la KGB Anthony Blunt y Guy
Burgess. Jacob renunció al banco de la familia NM Rothschild
en 1980, dirigido por su prima Evelyn, y comenzó RIT Capital
37
Partners. Jacob es el presidente de Yad Hanadiv, la fundación
Rothschild, que preside la Investigación de políticas judías, de-
dicada a promover los problemas que afectan a los judíos en
todo el mundo. Yad Hanadiv también fue responsable de cons-
truir y otorgar los edificios gubernamentales de la Knesset, y
la Corte Suprema de Israel, que destaca prominentemente el
simbolismo masónico y la pirámide y el ojo que todo lo ve de
los Illuminati. Jacob era un amigo íntimo de la princesa Diana y
mantiene fuertes vínculos personales y comerciales con Henry
Kissinger. Su estado rural ha sido un lugar habitual para los jefes
de estado visitantes, incluidos los presidentes Ronald Reagan
y Bill Clinton. Margaret Thatcher recibió al presidente francés
François Mitterrand en una cumbre en 1990. Fue el anfitrión
de la Conferencia de la Mesa Redonda Económica Europea en
2002, a la que asistieron figuras como James Wolfensohn, presi-
dente del Banco Mundial, Nicky Oppenheimer, Warren Buffet y
Arnold Schwarzenegger. Él conoce bien a Rupert Murdoch, ha-
biendo sido amigos desde que el magnate del periódico austra-
liano llegó por primera vez al Reino Unido en los años 60.asis-
tieron figuras como James Wolfensohn, presidente del Banco
Mundial, Nicky Oppenheimer, Warren Buffet y Arnold Schwar-
zenegger. Él conoce bien a Rupert Murdoch, habiendo sido
amigos desde que el magnate del periódico australiano llegó
por primera vez al Reino Unido en los años 60. asistieron figuras
como James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, Nicky
Oppenheimer, Warren Buffet y Arnold Schwarzenegger. Él co-
noce bien a Rupert Murdoch, habiendo sido amigos desde que
el magnate del periódico australiano llegó por primera vez al
Reino Unido en los años 60.

Tomado de:
The Irish Origins of Civilization
http://www.irishoriginsofcivilization.com/cult-of-mithras.html

38
39
De la masonería operativa

André

40
al Gran Oriente de Francia

é Doré

41
De la masonería operativa al Gran
Oriente de Francia
André Doré
Traducción: SK Jerez

Ensayo de los orígenes de los rituales y


grados simbólicos.

Masonería Operativa

La ignorancia y la incertidumbre son los principales obstá-


culos que enfrentan los investigadores que analizan la historia
de la masonería. De ahí la singular complacencia a la que se
permiten los así llamados historiadores, hacia una verdad obsti-
nada que se esconde tras una sucesión de leyendas operativas,
templarias, salomónicas, rosas crudas, herméticas, etc., religio-
samente repetidas por dos siglos y medio. Porque, aunque al-
gunos datos específicos, no está claro en cuanto al origen de
42
la Orden Masónica, lo que hizo que se lo llevaran en una gran
cantidad de ajustes como, “ Parece que... “

Lo que se llama la masonería especulativa se organiza en Lon-


dres en 1717. Se dice que es hija de la masonería operativa. En
realidad, sucede una masonería “aceptada”, creada como tal al
final del siglo XVI para admisión, en el seno de las cofradías de
albañiles, de personas extrañas al medio y que serán llamados,
en la segunda mitad de aquel siglo, de “Masones aceptados”.

Tiendas cierto [1] -ya que había Tiendas en la corporación- de


buen grado adoptaban un protector, preferentemente un noble
o religioso, que se volvía responsable del trabajo administrativo
que el canon de obra exigía, pues los trabajadores eran casi
todos analfabetos. A veces, este protector era un capellán, y
más tarde, proveedores que gravitaban alrededor del empren-
dimiento. Este proceso nació en Escocia, pero aunque en aquel
país los albañiles aceptados fueran sólo una pequeña minoría
durante el siglo XVII, en Inglaterra sucedió lo contrario, creán-
dose Tiendas estrictamente “aceptadas” y que, desde los pri-
meros años, ya no tenían profesionales del mismo, artesanía. Pa-
rece que la más antigua se remonta a 1600, pero a partir del
segundo cuarto de aquel siglo, su existencia está comprobada
por documentos indiscutibles. Ellas coexistieron con las se-
mi-operativas, “semi-aceptadas” y vieron, que los documentos
no responden, pero su contenido, enfrentado al clima intelectual
de la época en que están insertados, probablemente sugiere las
explicaciones exactas. Sobre esto hay cuatro tipos de documen-
tos, rigurosamente autenticados:

- En primer lugar, los manuscritos -cerca de 150- relativos a las


condiciones ya las reglas que regían la vida de las cofradías
de albañiles, dichos operativos, habiendo llegado este término
tarde en el vocabulario masónico, a finales del siglo XVIII. Se
extienden desde el siglo XV hasta principios del siglo XVIII, y
es por ellos que la Gran Logia Unida de Inglaterra emitirá los
43
famosos y sacrosantos “ Puntos de referencia “.

- Se siguen las Actas de tres Grandes Tiendas: la Tienda Madre


de Kilwining, que datan de 1598; la Gran Logia de Edimburgo,
de 1696 hasta los días actuales, sin interrupción; la Gran Logia
de Inglaterra, de 1723 a los días de hoy; además de los muchos
archivos de tiendas de principios del siglo XVIII;

- A continuación, las obras conocidas como “revelaciones” [2],


que querían revelar los secretos masónicos. Muchas veces pan-
fletarias, requieren una crítica severa a su contenido;

- Finalmente, toda la serie de rituales, todos los manuscritos,


que están en la casa de los centenares sólo para el período que
va de la década de 1750, cuando surgen, hasta 1800, y cuya exé-
gesis revela con demasiada frecuencia aberraciones litúrgicas.

Nunca descubrimos los motivos profundos que hicieron que


a finales de junio 1717 algunos miembros de cuatro tiendas en
Londres formar la Gran Logia de Londres, que pronto se con-
vertiría en la Gran Logia de Inglaterra. No sabemos nada sobre
el origen de estos talleres, salvo su existencia, una en 1696 y
las otras después de 1700, y que eran sólo “aceptadas”, como
muestran las Actas de la Gran Logia de Inglaterra que reprodu-
cen sus cuadros en 1723. Tres de ellas fueron compuestas úni-
camente de artesanos y comerciantes, ninguno de los cuales te-
nía derecho, después de su nombre, la referencia Esquire [3], lo
que indicaría un nivel social por encima de lo normal. La cuar-
ta tienda, por el contrario, se incluye dos duques, tres condes,
marqueses, tres señores, Un barón, cuatro caballeros militares
de oficiales de alto rango, ministros, veinticuatro escuderos, y
George Payne, Desaguliers y Anderson, que no se menciona
en ninguna parte antes de esta fecha. De estos, muchos estu-
diosos, miembros de la científica Royal Society, donde Newton
aún tenía asiento. ¿Quién podrá decir por qué estos personajes
nobles se asociaron con “gente pequeña” -sin que este térmi-
44
no tenga nada de peyorativo- y porque, al hacerlo, tomaron de
préstamo el modesto camino de los talladores de piedra? ¿Y
por qué 1717?

Tal vez fue para evitar la confusión que amenazaba con esta-
blecerse dado el número creciente de tiendas repartidas espe-
cialmente en Inglaterra. O “ser el centro de unión” y escribiría
unos años más tarde el pastor Anderson, bajo la dirección de
Payne y Desaguliers, que atiende a una necesidad latente para
la sociabilidad, después de las tormentas que sacudieron el
país durante las décadas inmediatamente anteriores [4].

O tal vez, como respuesta al deseo de dar una doctrina a es-


tos grupos prácticamente aislados, pero que alegaban la misma
identidad bajo la cobertura de un secreto ilusorio e inexistente,
y que se reunían para festejar, participando así del modismo
general impresionante conocido en la época como sociedades
lúdicas y baquistas.

O, para descubrir este secreto que especificaba algo muy


vago del pasado y que era capaz de reconectar los espíritus y
las certezas tranquilizadoras. Al igual que con los académicos
miembros de la logia “Au Au et GOBELET pasas de uva”, que ya
están sujetos a algún tipo de disciplina científica que necesa-
riamente se les llevó a centralizar, organizar y directa. Pero el
enigma permanece intacto.

De cualquier forma, la Gran Logia de Inglaterra se extendió


muy rápidamente por todo el Reino, por crear nuevas Tiendas,
por reunir las que ya existían y estaban dispersas. Mientras tan-
to, sofocó la Gran Logia de York, operativa y moribunda, y luego
exportó.

Parece que Francia fue el primer país en beneficiarse de la


novedad. Primero por acción de los Stuardistas, escoceses en el
exilio. De acuerdo con las memorias de De Lalande, por mucho
45
tiempo considerado sospechoso, pero rehabilitado por Pierre
Chevallier como resultado de una investigación reciente, cua-
tro masones ingleses conocidos y claramente identificados, de-
fensores de Charles-Edward Stuart, constituyeron una tienda en
París en 1725 o 1726, bajo el nombre de Saint- Thomas, en me-
moria de Thomas Beckett. Charles Radclyffe, futuro conde de
Derwentwater, en 1731, y que más tarde se convirtió en Gran
Maestre de las tiendas francesas, fue probablemente Maestro
de Ceremonias y Venerable de la Logia. Jamás supimos dónde
fue recibido masón, o incluso si lo fue. Se supone que Ramsay le
habría dado tal condición, aunque este último fue admitido en
marzo de 1731 en la Logia Horn, de Londres, y Radclyffe nació
en 1693 y dejó Inglaterra en 1716. En cuanto a Maclean, también
Gran Maestre después del Duque de Wharton (1728-1731) -y
antes de Derwentwater-, que asumió el puesto en 1736, nació en
Calais , vivió en Edimburgo hasta 1721, después en París (1721-
1726), volvió a vivir en Escocia entre 1726 y 1728, y volvió a
Francia, donde sirvió en el ejército francés. No se sabe dónde
fue recibido masón.

El establecimiento de la masonería se dio lentamente durante


los años siguientes a la creación de la tienda Saint-Thomas. Esto
todavía es muy confuso. En el caso de los documentos autén-
ticos, dos nuevas tiendas nacieron, una en 1729 -la Arts Sain-
te-Marguerite- y otra en 1730, aunque, de acuerdo con el re-
gistro de la Gran Logia de Inglaterra de 17 de marzo de 1731,
se constituyó regular el 3 de abril, 1732, con el número 90 y el
nombre de “Cabeza del rey” carnicero fila en París, podríamos
traducir como “bajo la insignia del rey” Rue de la Bouche-
rie. Vemos en ella una tienda en Saint-Louis Thomas d’Argent, o
Saint-Thomas n° l2, porque venía de una división de la primera
tienda con ese nombre, o “Au Louis d’Argent”, debido al he-
cho de que los nombres de la cabeza del rey [5] y Louis d’Ar-
gent [6] debe haberse originado en la moneda plata usada en
la época, que traía estampada la imagen del rey de Francia. A
continuación viene la Tienda del duque de Richmond, sabiendo
46
que estaba en funcionamiento en 1734, fuera en París o en Au-
bigny-sur-Nère, en la antigua provincia de Berry, en la casa
de Louise Kéroualle, Duquesa de Portsmouth, donde recibió
Desaguliers, Montesquieu y otros. Después viene la Tienda de
Bussy-Aumont, de 1735, y la Logia Constos-Villeroy, cuyo nom-
bre viene de dos de sus venerables, de 1736.

En cuanto a las tiendas de las provincias, las encontramos en


Burdeos (1732), en Valenciennes (1733), en Metz (1735), etc. De
acuerdo con la Tabla de Tiendas del Reino de Francia, de 06 de
noviembre de 1744, había, desde 1726, 20 tiendas en París, 19
en las provincias y, sorprendentemente, 5 tiendas militares, o
sea, 44 en total. Y es a partir de ese momento que lo que se con-
vertiría en la Orden Masónica en Francia ganó ímpetu.

No podemos decir cuándo se formó la primera Gran Logia


de Francia. El más antiguo documento conocido, de 1705, no la
menciona. Su título es “Reglas et de l’Ordre des Francs-devoirs
masones du Royaume de France” [7] y MacLean se llama “Gran
maestro actual de la Fraternidad más honorable de los masones
del Reino de Francia”, y su predecesor, el duque de Wharton, de
“Gran Maestro de Tiendas del Reino de Francia”. También está
el texto que autoriza la Scheffer Baron para formar Tiendas en
Suecia, diciendo “... estarán sujetas a la Gran Logia de Francia”,
Indicando que la congregación “en Gran Logia” era nada me-
nos que la reunión de los venerables oficiales y vigilantes de
algunas o de todas las tiendas de París bajo la presidencia del
Gran Maestre. Pero ni los reglamentos de 1743, ni las constitu-
ciones definidas en la Logia de Lodève, en 1744, ni los estatutos
de 1745 preparados para la Logia Saint-Jean de Jerusalén de Pa-
rís, ni siquiera los de 1755, mencionan a la Gran Logia de Fran-
cia como autoridad dirigente supremo. Las tiendas, en su casi
totalidad, especialmente las de la provincia, se colocaban bajo
la obediencia del Gran Maestre del que buscaban protección
y, especialmente, garantía de regularidad, criterio fundamen-
tal en la época. Esta tendencia se generalizó a partir de 1743,
47
después de que el Conde de Clermont asumiera el Gran Maes-
tre. Fue por su incentivo que se estableció “... en el segundo día
de la primera semana del tercer mes del año de la Luz 5747 y
1747 de la era común”, el documento que consagrar la hegemo-
nía de un órgano central de todo el Reino de tiendas de Francia,
que parece haber escapado ingenio los investigadores.

“Reglamentos de la Mui Respetable Gran Logia de Francia, esta-


blecidos por todas las Tiendas regulares del Reino, bajo los aus-
picios del Mui Serenísimo Hermano Louis de Bourbon, conde de
Clermont, Gran Maestro de la Orden en Francia”.

Este es un manuscrito de 15 páginas, de números 36 a 50, con


121 ítems numerados de 1 a 121, que termina con la siguiente
información:

“Acto deliberado y aprobado (sic) en la reunión de la tienda


TR de Francia regularmente en el segundo día. Copia compilada
(sic) por nuestro secretario general del documento original, fir-
mado por el poder, Labadie. Tomado de la copia enviada a la casa
de campo de la Douce Egalité el Medio d’Avignon “

Nada se sabe de la tienda de La Douce Egalité, cuya existen-


cia, sin embargo, es confirmada por otros dos documentos. La-
badie (o Labbady o Labady) maestro de la Logia l’Ecossaise
de Salomon, personaje conocido y agitado, fue sustituido por la
providencia del secretario general de la Gran Logia de Francia,
Zambault, en 1765. No podemos, con estas simples informacio-
nes, definir una fecha específica para esta copia. El texto 1747
es importante, ya que determina en primer lugar un procedi-
miento para la identificación de todas las tiendas del Reino y
sus miembros, dándoles “... constituciones y estatutos generales
para establecer la uniformidad de Trabajo” Encargándose ella,
Gran Logia, de repasar la Tabla General de la Obediencia a sus
miembros. Además, una serie de medidas fijando minuciosa-
mente el funcionamiento de las tiendas, estableciendo las rela-
48
ciones que podrían tener entre sí y con la Gran Logia, las con-
diciones para su regularidad y la de sus obreros. A través de
los artículos un embrión de Secretaría Administrativa, con seis
inspectores, que circuló por toda Francia, y se reembolsaron de
sus gastos al tesorero, al secretario, etc.

El texto de 1747 no tiene nada en común en su redacción con


el de las versiones de 1755 y 1760, ni siquiera en sus principa-
les disposiciones, y estos dos últimos estatutos parecen igno-
rar que había una Gran Logia de Francia. Sólo el 19 de mayo
de 1763 se creó el primer sello, al mismo tiempo que surgen
los nuevos estatutos que institucionalizarán la Gran Logia de
Francia. Sin embargo, antes del establecimiento de su sucesor,
el Gran Oriente - que se instalará el 12 de agosto de 1774, el
alquiler de las instalaciones del noviciado jesuitas des -que va
a tener ningún secretaría permanente o en cualquier lugar para
sus archivos. Las reuniones se daban en la casa de los miembros
que se dispusieran a recibirlas.

A pesar de que desde Inglaterra, en ningún momento la maso-


nería francesa tuvo una Gran Logia Inglesa de Francia, es decir,
una Gran Logia Provincial de Francia bajo control de la Gran
Logia de Inglaterra, aunque esta última no ha dejado de recla-
marla. Otra constatación, y un tanto extraña: en ningún lugar en
la sucesión de reglas y reglamentos, encontramos cualquier
sección que instituye la Orden Masónica, dándole una meta o
un propósito. Los textos se destinan únicamente a determinar
las condiciones de regularidad administrativa de las tiendas y
de sus miembros. Ni el “statuts de la Orden Real de la maçonne-
rie en Francia” Primer acto legislativo del Gran Oriente de Fran-
cia en 1773, ni los estatutos de 1777 y 1787 de la segunda Gran
Logia de Francia -la llamada de Clermont, disidencia del Gran
Oriente ocurrida tras la supresión por esta última de la inamovi-
bilidad de los Venerables de la Venerables Tiendas -o los textos
a partir de 1806, muestran una vocación para la masonería. Tal
vez se satisfagan con lo que decía el Libro de las Constituciones
49
de Anderson y, por lo tanto, no parecen estar muy preocupa-
dos. Por eso, en 1776, una circular del Gran Oriente proclamaba:

“Nuestro objetivo es establecer entre nuestros adeptos una co-


municación activa del sentimiento de fraternidad y ayuda de todo
tipo, en hacer revivir las virtudes sociales, en recordar las prácti-
cas, en hacer, en fin, nuestra asociación útil para cada uno de los
individuos que la componen, y útil para la propia humanidad”

Por lo que sólo en 1826 un texto legal especifica formalmente


el fin de la Orden: La Constitución, en el artículo 1. “La Orden de
los Masones busca el ejercicio de la caridad, el estudio de la mo-
ral universal, Ciencias y Artes, y la práctica de todas las virtudes”.

¿Esto significa que durante un siglo las tiendas trabajaron


en el vacío? Las actas que dan cuenta de la actividad de los
talleres y de la obediencia justifican esta duda. La solidaridad
con los hermanos necesitados era real los actos de caridad y
se extendieron rápidamente a los pobres y desfavorecidos. Con
la evolución de los rituales, la recitación de catecismos
introducirá la afirmación de reglas morales que los masones
se obligan, al menos teóricamente, a observar. Sin embargo,
parece que no había obras en el sentido masónico moderno
del término. Aislados, y tardíos, algunos apartes de hermanos
oradores mostraban un deseo de reflexión, sin que obtuviera
respuesta. Al contrario, todo muestra que la vida secular no per-
dió ninguno de sus atributos.

Y entonces surge la cuestión de la naturaleza del mensaje que


la Masonería traía a los hombres y que fue capaz de atraerlos,
independientemente de su condición, para que se convirtieran
en masones. Lo que nos lleva al pasado, muy lejos en el tiempo.

Las Cofradías de oficio existentes desde la alta Edad Media, se


encargaban de organizar la profesión, de proteger a sus miem-
bros y de ayudarles en caso de necesidad. Estos constructores
50
dejaron muchos vestigios, algunos de los cuales datan del siglo
XI. Desde mediados del siglo XIV, hasta principios del XVIII, es
posible acompañar su evolución sin interrupciones significati-
vas. Ninguna justificación permite decir, de acuerdo con una le-
yenda que aún prevalece, que ellos descienden de los Colegios
Romanos, o, más tarde, de los Comacini, filiación refutada inclu-
so por el hombre que la sugirió. Se trata aquí sólo de las asocia-
ciones británicas, relacionadas, aunque superficialmente, con la
masonería especulativa. No hay huellas en Francia de algo que
se asemeja a lo que sucedió al otro lado del Canal de la Mancha.
Steinmezten, no dejó de llamar la atención. Se agrupó a los tra-
bajadores del territorio de Alemania Occidental en 1459 y salió
de la llamada Carta de Ratisbona, que regula las relaciones de
los miembros de la Asociación en el curso de su trabajo, tanto
entre sí como al igual que con sus empleadores. Un cambio rea-
lizado en 1628 permitió “a los hombres piadosos” integrarlos. No
sabemos nada más sobre la actividad interna de la Asociación.

Los canteros de obras, tanto religiosas como civiles, fueron


muy importantes y tenían un número considerable de trabaja-
dores. De ahí la necesidad de una búsqueda por la naturaleza
misma de las cosas. Eran cuatro categorías de trabajadores -
diaristas, aprendices, aprendices “aceptados”, compañeros - to-
dos bajo la dirección de un contratista, lo que significaba uno o
dos vigilantes para ayudar. Este sistema no quedó sólidamente
establecido hasta el final del siglo XVI. Cada sitio se instaló una
“tienda” [8] que servía también de taller (aunque las piedras
fueran esculpidas en el lugar de su extracción), comedor o sala
de estar, donde discutían los acontecimientos del día y todo el
mundo recibía las instrucciones relativas a su tarea. La tienda
era una unidad con sus propias reglas, establecidas en conjunto
entre el gerente de proyecto, la asamblea o alguien que hubie-
ra sido colocado al mando. Muchas veces ella cambiaba de un
cantero a otro, aunque tenía la obligación de concluir lo que ha-
bía sido emprendido. La falta de dinero a menudo interrumpía
los trabajos, llevando al desplazamiento del cantero ya la dis-
51
persión parcial de los miembros de la Logia. La vida colectiva
que esto implicaba, la ayuda mutua que los trabajadores mante-
nían, la responsabilidad de lo más hábil enseñar al menos hábil.

Las costumbres instauradas tenían fuerza de ley y eran unifor-


mes, aunque diferentes en detalles. Ellos regulaban el uso y la
posesión de herramientas, las condiciones de trabajo, los bene-
ficios en especie concedidos además del salario. Los diaristas,
reclutados en el lugar y casi siempre por petición, permanecían
fuera de la Logia. Los aprendices, bajo contrato, se sometieron
a una etapa probatoria al final del cual o eran rechazados - y
volvían a ser diaristas - o admitidos, siempre como aprendices,
pero, aun así, debían pagar su admisión, que era concretada por
una recepción. Esta, muy simple, era realizada a puertas cerra-
das, por el Maestro de la Tienda, ante los compañeros y apren-
dices antes admitidos. La admisión incluía la primera lectura de
las reglas que regían la profesión, el juramento que obligaba al
aprendiz “registrado” como “aceptado” al más absoluto secre-
to, la comunicación de una “palabra”, la “palabra del albañil”,
susurrada enseguida junto con los presentes, y se presentaba
cada uno de los signos de reconocimiento, concluyéndose con
un banquete. Los textos sugieren que antes o durante la comida
se hacía una especie de “burla” o intimidación con el recién ad-
mitido. Esto ocurrirá con los operativos hasta alrededor de 1710
y se critica Desaguliers por haberlo suprimido por juzgarlo in-
compatible con la dignidad de las personas “aceptadas”.

El Manuscrito de la Gran Logia de Inglaterra, de fecha 1583, da


el procedimiento de prestación:

“... uno de los viejos libros y tomar la una o las que proporcionan
el juramento [9] puso sus manos sobre él, y se leen los juicios”

El libro en cuestión no se especifica. El término es ambiguo


y hay dudas en cuanto a su identidad, Biblia o Reglamento de
la profesión, pero más probablemente este último. La primera
52
referencia clara a la presencia de la Biblia es un siglo más tar-
de, en 1685, en Colne manuscrito n°l 1. En cualquier otro sitio
web, o en minutos más antiguas de la Gran Logia de Edimburgo,
que data de 1598, o en la tienda Santa María capilla, 1599, o
en la Tienda-n Madre Kilwining la0, de 1642, consta que había
una Biblia en el material de la Logia. Esto es confirmado por
los textos de las tiendas más recientes que permanecieron ope-
rativas, como Aldwick (1701), Swalwell (1725), etc. La primera
mención existente de la compra de una Biblia, acompañada por
dos libros de canciones, está contenida en una orden emitida
en 1766 por la Tienda-Madre de Kilwining, aunque la propuesta
para adquisición ya se hubiera hecho en 1726, 1744, 1749, man-
teniéndose sin respuesta. Y aunque Prichard la mencione en su
revelación de 1730, sólo en la década de 1750-1760 su uso se
hará generalizado. En Francia, a menudo era sustituida por los
Evangelios. La ECR Précieux de la Francmasonería Adonhirami-
ta de Guillemain Saint Victor de 1781, establece que “... el jura-
mento se toma con la mano derecha en el Evangelio” Mientras
que un manuscrito de finales del siglo XVIII “... sobre los Santos
Evangelios”. El Gran Oriente, en los Rituales del Rito francés, es-
tablecidos en 1782, no mantuvo esta condición, y los juramentos
se prestan sobre el Libro de las Constituciones.

Hay dos tipos de secretos: los derivados de la profesión y


que el alumno descubre poco a poco, ya que son profesionales
cualificados y los que consisten en medios y signos de recono-
cimiento, en especial la “palabra” del masón. Los primeros se
referían al talle bien preciso de la piedra, asentamiento de blo-
ques, construcción de arcos, bóvedas, cúpulas, etc. Eran dife-
rentes de la geometría pura utilizada por los compañeros para
preparar dibujos y planos. Los masones “aceptados” no tenían
qué hacer con tales enseñanzas y, así, sus elementos se fueron
perdiendo poco a poco. A principios del siglo XVIII, los “es-
peculativos aceptados” habían conservado sólo algunos frag-
mentos de estos secretos que “ganaron un nuevo ropaje”, y se
les atribuyó un significado moral o simbólico extraído de toda
53
la masa de ciencia extraña que inundaba Europa. Los secretos
operativos no dejaron ningún vestigio de conocimiento especu-
lativo de carácter esotérico.

La “Palabra del masón” continuó intrigando a los historiadores


ingleses de la Francmasonería. El uso de una “palabra” es muy
antiguo, ya que se encuentra en las tradiciones egipcias, hebreas
e incluso védicas; en la Edad Media, los hombres del Oficio
se reconocían a través de ella. Es de origen escocés y no hay
certeza de que existiera en las tiendas “aceptadas” inglesas, en
el primer cuarto del siglo XVIII, fuera de la región de frontera
con Escocia. Su presencia está garantizada por los “operativos
aceptados” de las Tiendas Saint Mary’s Chapel, Aïtksonhaven,
Dunblanc, etc. a partir del siglo XVI.

notas:

[1] - En este caso, Tiendas en su sentido original, es decir, los


alojamientos (NT)
[2] - traducir por las revelaciones que el texto original llamadas
divulgativos. Tal vez podría haber sido traducido por fugas. (NT)
[3] - Squire en Inglés. (NT)
[4] - La Guerra Civil Inglés en la década de 1640 y la Revolución
Gloriosa en la década de 1680 (NT)
[5] - Cabeza del Rey (NT)
[6] - Plata Louis (NT)
[7] - Normas y Funciones de la Orden de los Masones del Reino
de Francia (NT)
[8] - No hay que olvidar que significa Alojamiento tienda (NT)
[9] - El texto original dice obligación (NT)

54
Ensayo sobre los orígenes de los rituales y de los
grados simbólicos

Vimos que la comunicación era uno de los elementos esen-


ciales en la Recepción de Aprendices. Era única para todos
los miembros. Con el tiempo, emigró a Inglaterra debido al
intercambio ininterrumpido de trabajadores entre los dos paí-
ses. Los “aceptados” la desplegaron tal vez para distinguirse de
los operativos. Ellos crearon una (o conservaron la existente)
para los aprendices, una para los compañeros, y más tarde, ha-
biendo llegado a ser especulativos, uno para los maestros. Esta
desviación de la “palabra” de origen escocés, que, recordamos,
no tenía en sí ningún valor esotérico, generó, a partir de los años
1735-1740, toda una serie de palabras dichas sagradas, creadas
55
por los innumerables grados que vinieron a continuación y que
constituyeron lo que llamamos escocismo.

El modo de reconocimiento fue transformado en un símbolo, de


una “verdad perdida”, o de una “palabra perdida”, juntándose
así a las famosas fórmulas orales encontradas en los cuentos de
hadas, cuyo poder misterioso abre todas las puertas. En 1753,
virulenta Irish dicho medio de separación de mampostería “el
viejo” Laurense Dermott define como “la médula ósea [10] de la
Masonería”.

La masonería operativa conocía sólo dos grados, además de


una función, la del Maestro de Tienda, que era elegido por sus
compañeros, al menos hasta 1710. La presencia del Templo de
Salomón en la leyenda de la Orden forma parte de los enigmas
no resueltos. De los 150 versiones de los manuscritos ya men-
cionados, sólo dos hablan de ella: el Regius (1390), un poema en
verso, y Cooke, más explícito que su predecesor y la primera
referencia a los “derechos de explotación”.

Narra brevemente la historia del oficio de la masonería, asu-


miendo parcialmente lo que se dice en la Biblia. Da un papel
mucho más importante a la Torre de Babel ya Nimrod que a Sa-
lomón ya su Templo. Son 76 líneas de texto contra 28, y mencio-
na los dos pilares sobre los cuales se grabaron las siete artes
liberales de Ciencias y Artes (de las cuales, entre paréntesis,
encontramos vestigios en el grado 30 del Rito Escocés). Dos pi-
lares de los cuales uno no podría brillar y otro quedarse bajo
sombras, a fin de proteger el precioso conocimiento de la épo-
ca de la destrucción o de la venganza de Dios.

Es sólo en la década de 1700 que tímidamente retorno en


el muy raros “Deberes antiguas” [11] todavía en uso, pero
se ha ido para el beneficio de los dos pilares de Solomon. En
el mismo período, el registro de la Gran Logia de Edimburgo,
la pregunta: “... ¿dónde estaba la primera tienda?” Respuestas
56
a “... en el pórtico del templo de Salomón”. Poco antes de 1700, la
Gran Logia de York menciona las fiestas celebradas en la inau-
guración del famoso Templo y la muerte de Hiram, su arquitec-
to, sin ninguna mención a su asesinato. Diez años más tarde, el
manuscrito Dumfries n° 4 da dos columnas tomadas de la som-
bra de un sentido religioso cristiano, que será retomado más
adelante.

Entonces, ¿por qué Salomón? ¿Y por qué después de un silen-


cio que duró 300 años?

Lo que provocó este efecto fue el hecho de que en 1665, Jacob


Jéhu León, un judío español, exhibió en Londres un modelo muy
bonito del Templo de Salomón, que atrajo enorme atención (la
exposición continuó con el mismo éxito hasta 1765, o es decir,
un siglo después). O ¿fue la publicación en 1688 de un libro “Le
Temple de Salomón espiritualizado” , el escritor anabaptista John
Bunyan, autor conocido y de buena reputación ?

Viniendo después de estos dos acontecimientos, parece que


habría sido George Payne, el tiempo estrictamente Gran Maes-
tro de la Gran Logia de Londres, que en 1721, al presentar el
manuscrito Cooke, 1410, en la Reunión de Saint Jean d’Eté, se
convertiría el iniciador de una leyenda salomónica desconoci-
da tanto de los operativos escoceses cuando de los “aceptados”
ingleses del siglo XVII. Es allí donde estamos, 1720-1730, al bor-
de de una masonería especulativa cuyo simbolismo no conoce-
rá límites antes del final del primer cuarto del siglo XIX.

Paradoxal y extraña es la anomalía que configura la completa


ausencia de herramientas del oficio en los manuscritos que re-
latan la recepción de aprendices y compañeros. Aparecen por
primera vez en 1696 en las actas del Registro de Edimburgo,
el propósito del juramento: “Juro por Dios, la plaza y la brúju-
la”, repite la fórmula en los mismos términos en 1710 y 1714.
En 1710, el manuscrito Dumfries n° 4 también cita por primera
57
vez tres pilares sin ninguna relación con las dos columnas de
Salomón, indicando que ellos significaban Escuadra, Compás
y Biblia. ¿Habría sido éste el preanuncio de las tres luces que
encontramos un poco más adelante?

Fue entre 1720 y 1730 que se introdujo la gama completa de


herramientas - regla, tijera, mazo, maletín, pluma, nivel, trola,
etc. -que, por la gracia de los especulativos-, se transformaría
en símbolos totalmente desconocidos para aquellos que dia-
riamente, durante siglos, por deber de oficio, los manipula-
ban. Ocurre lo mismo para los dos símbolos fundamentales de
la masonería, piedra bruta y cúbica pulida. Ellos nunca existie-
ron ni entre los operativos ni entre los aceptados, y las primeras
tiendas especulativas del siglo XVIII nos ignoraban. Deben ha-
ber nacido en Francia alrededor de 1740, siendo tímidamente
divulgados más tarde, pero sin que un significado les haya sido
asignado. A lo sumo, dijeron, “... una piedra en la que las herra-
mientas están afiladas”, y es esta iconografía particular, al anun-
ciar su existencia.

Entonces, ¿qué queda de la leyenda de la cual somos los he-


rederos, de cuya tradición operativa ancestral y simbólica nos
volvemos vehículos ya la que nos referimos con orgullo y reve-
rencia?

El masón “aceptado” era el eslabón entre operativo y el espe-


culativo, pero, ya en el siglo XVII, los “usos” y no los ritos dife-
rían significativamente entre operativos y aceptados, y el foso
se acentuó hasta que se vuelven casi extraños unos a los de-
más. Sólo los escoceses parecen haber preservado por mucho
más tiempo los elementos antiguos, muy simples en la verdad,
que intentaron mantener en el seno de las Tiendas inglesas. Es
probablemente esta contribución, renovada a lo largo del tiem-
po gracias a los movimientos de los masones escoceses, que
sugiere, por analogía con lo que había ocurrido anteriormen-
te, el porqué de los nuevos grados que surgieron en Inglaterra,
58
en 1730 -sin que ellos estuvieran involucrados- atribuidos a la
masonería escocesa. Ellos recibieron el epíteto de Escoceses
ya partir de ese momento este término cubre todos los grados
-además de aprendiz-, así, ¿cuál fue la masonería traída, en ju-
nio de 1726, por Charles J. Radclyffe y sus amigos? Nada más
de lo que existía en la época y que estaba descrito tanto en el
Registro de la Gran Logia de Edimburgo como en las Consti-
tuciones de Anderson en 1723. La masonería con dos grados,
de simbolismo apenas esbozado, pero ya equipada con un pro-
pósito, muy vago es verdad de “ser el centro de la Unión” con
un sistema administrativo relativamente estructurada, pero limi-
tado a los criterios habituales, posiblemente, una leyenda his-
tórica gloriosa que dio nobleza, todo ello acompañado de un
misterioso secreto acerca de la naturaleza de la que todos se
perdieron, incluyendo los que lo poseían.

El manuscrito de Edimburgo describe el desarrollo de las reu-


niones: las pocas formalidades en la convocatoria de los miem-
bros, la definición de la multa para los ausentes, las admisiones
(cuya ceremonial perpetuaba lo que los operativos dejaron), la
“burla” durante la comida, las multas anteriores, los eventua-
les juicios de delitos, los préstamos de dinero para asistencia,
la elección anual de oficiales y, finalmente, el banquete. Estos
procedimientos se fijaron definitivamente en 1640 y continua-
ron aplicándose en los primeros años del siglo XVIII. En algunas
tiendas la recepción fue más una lectura de la historia -legen-
daria- de la masonería. La obligación se mantuvo moderada; sin
amenaza de sanción por violación al juramento. El manuscrito
Chetwode Crawley, alrededor de 1700, el Haugfoot (1702), el
Kewan (1714), etc., que revelan este procedimiento.

No parece que en Francia haya sido diferente; y si no tenemos


documentos que nos apoyen o contradigan, ¿cómo decir si fue
o no diferente? Una Tienda, en 1726, una segunda, en 1729, una
tercera en 1730, todas de origen inglés. Así que vamos a asumir
esta simplicidad [12], si solamente porque tendrá una duración
59
muy corta y no puede ser comparado con lo que aparecerá en
los siguientes diez años.

Las “costumbres” se transformarán en “rituales”. Su prolife-


ración desordenada creará ritos. La credulidad, la vanidad, la
codicia, muchas veces ayudadas por la imaginación, harán que
la razón pierda su espacio. El simbolismo masónico va a entre-
garse a un camino insano, a veces dogmático, del que no saldrá
sino después de un siglo, reteniendo algunas secuelas. Y, como
tal afirmación exige pruebas, recordemos que el tejido de Ra-
gon, que fue dignatario del Gran Oriente, apunta más de 1450
grados, con 1450 rituales diferentes, incorporados en 48 ritos
masónicos practicados por 54 órdenes, incluyendo 24 mistas y
6 académicas.

La historia de los rituales es extremadamente compleja, tanto


en la variedad de elementos que serán incorporados como por
la ignorancia que tenemos de su origen, fecha y lugar de apa-
rición. Dos ejemplos marcados: la incorporación de la leyenda
salomónica citada arriba, y la leyenda de Hiram, clave de toda
la masonería especulativa escocesa, que ignoró completamen-
te tanto la masonería operativa como la “aceptada”, y cuyo ase-
sinato es extraño a la Biblia, sin que sepamos cuando a través
de quien ella apareció. Pero fue ella quien originó el sistema de
tres grados de la masonería simbólica y su extensión en los Al-
tos Grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, sin que jamás
se fuera capaz de determinar las condiciones precisas en que
se establecieron.

Podemos, sin miedo de errar, fijar el punto de partida de la ma-


sonería especulativa en la década de 1720. Lo que sabemos de
sus primeras ceremonias viene de “revelaciones”. Todo lo que
es misterioso atrae; que hacían un enorme éxito y su número
no paraba de crecer. En cuanto al contenido, cuanto más reve-
la, más es sospechoso, aunque se concuerda que esto depende
de un análisis riguroso de los textos que permita identificar lo
60
que es genuino y lo que no es. Ellos se robaron descaradamente
tratando de suplantar unos a otros. Sirvieron como ayuda a la
memoria, ya través de su difusión es probable que hayan con-
tribuido mucho al establecimiento de rituales cuyo desarrollo
se extendió por años, proporcionando elementos más o menos
simbólicos de todas las procedencias y que se instalaron en la
mente de los masones.

La primera revelación apareció en un periódico de Londres,


el “Flying Post”, del 13 de abril de 1723 bajo el título de “exa-
men de albañil”. Este folleto sin gran alcance fue reproducido
en carteles fijados en las calles de la ciudad. Seguido en 1724
por “le Grand Mystère dévoilé”, que fue reeditado en 1725, junto
con una versión impresa de un supuesto “Antiguos Cargos” co-
nocidos como “Briscoe texto” completamente absurdo.

Mucho más grave fue en 1730, fue el libro “Masonería diseca-


do” Prichard. Ciertamente aborreció a la Gran Logia de Inglate-
rra, que marca inmediatamente el trabajo como “impostor”. Él
trajo muchos elementos, reconocidos como válidos más tarde,
en forma de preguntas y respuestas con, y por primera vez, una
versión muy simple de la Leyenda de Hiram. El conjunto com-
prende todo lo que podría constituir un ritual de tres grados.

En 1735, una edición pirata de las Constituciones de Ander-


son de 1723, apareció bajo el título de “Compañero de bolsillo”,
pero no aporta nada nuevo. El libro de Prichard, reeditado mu-
chas veces, fue la única “revelación” inglesa durante los 30 años
siguientes, hasta 1760.

Francia fue mucho más prolífica tanto en el número de libros,


como en la diversidad de las revelaciones. La primera, “La re-
cepción d’un Frey-Mason”, publicado en 1737, en Hérault, te-
niente de la policía, tuvo un gran impacto. Era un fragmento de
un informe sacado de las declaraciones de La Carton, una bai-
larina de la Opera de París, que había obtenido su información
61
de su amante, Lenoir Cintré. Si el texto es bastante insignifican-
te, pues trae pocas novedades, la decena de Revelaciones que
siguieron revelaron casi todos los “secretos” entre comillas, de
la Masonería, secretos éstos hasta desconocidos por los propios
masones ingleses, lo que les da un cierto sabor.

Citamos, después de Hérault (1737), otras revelaciones:

- La Réception des Francs-Masons 1738;


- La Réception mystérieuse des Francs-Masons, 1738
- Le catéchisme des Francs-Masons, 1740 (revisada y corregida
1749);
- L’Almanach des cocus, 1741
- Le Secret des Francs-Masons, 1742
- Le Sceau rompu, 1745
- L’Ordre des Francs-Maçons trahi, 1745
- Les Francs-Masones écrasés, 1747

Algunas han dado lugar a varias ediciones. Sólo el “trahi” te-


nía treinta años, además de plagio. La bibliografía masónica de
lengua francesa del período de 1730 a 1790 contiene más de
900 obras. Algunas tuvieron derecho a la traducción al inglés y
al alemán y fueron a inflacionar el simbolismo masónico extran-
jero, que no necesitaba eso.

No había rituales como los conocemos, sino narraciones cla-


ras a través de las cuales es fácil reconstruir el ceremonial de
las reuniones. Catecismos y responder a las preguntas, que se
convertirá en las “Instrucciones”, basada en Prichard (1730),
incluyen regularmente, cada edición, nuevos elementos, entre
los cuales, “las palabras” con el motivo de su introducción y la
su significado simbólico. A principios del siglo, el más antiguo
catecismo no presentaba más que quince cuestiones. En 1730,
sólo en el grado de aprendiz, presentaba más de un centenar.
La iconografía comienza alrededor de 1740: paneles de Tienda
para los diferentes grados, grabados de recepción, importantes
62
por lo que aportan como complemento de los textos. Las cifras
extraídas de la Orden de francos-masones Trahi (1742), los Ca-
téchisme des Francs-masones (1749) y La Franc-Maçonnerie Dé-
masquée (1751) enriquecen todas las obras publicadas más
tarde. Hogarth y Watson divulgaron aspectos poco conocidos,
a veces imaginados, de la vida de las tiendas en Inglaterra. A
partir de 1750, los delantales masónicos, magníficamente bor-
dados, se revelaron verdaderos “libros mudos”, trayendo, para
la sagacidad de los curiosos, todo el simbolismo de su época.

De 1700 a 1725, las tiendas se reúnen en tabernas de las cua-


les también obtienen su nombre. En Francia, ellas se ven bajo
la protección de un santo, generalmente aquel cuyo nombre era
igual al del Maestro de la Logia, y comienzan a partir de 1735. El
mundo profano no era adecuado para reuniones, y, por lo tanto,
necesitaban sacralizar lugares donde ninguno de los elementos
heredados del siglo anterior existía. Esto fue reparado por el
panel de la tienda. La fecha de su aparición es incierta. Pero los
textos indican que en el primer cuarto del siglo XVII la imagen
de la Tienda era dibujada en el suelo, con tiza y carbón, siendo
borrada al final de la reunión. Tenía la forma de una cruz y se
volvió “alargada” con “... las innovaciones introducidas recien-
temente por el Dr. Desaguliers y algunos otros modernos” (fin
de una cita de 1726).

Sacríleges, ellos reemplazan la tiza y el carbón por cintas,


tachas y letras móviles. Las alfombras de las casas señoriales
donde se reunían las Tiendas con ciertas figuras importantes,
explican el nuevo procedimiento. De acuerdo con un catecismo
de la época “las cintas eran blancas y tachadas, con las letras E
hacia el Este y S hacia el Sur”. Más tarde, la decoración dio lugar
a una alfombra, y luego a un panel: en él vemos las columnas
de Salomón, el sol, la luna, las herramientas del oficio, las dos
piedras, etc., sin que esto fuera regulado para cualquier texto.

Si en el tiempo de los “aceptados” la tienda era iluminada por


63
una llama que salía de una terrina “triangular” en la que se que-
maba alcohol de vino, los especulativos usaban antorchas. Note
de paso que los operativos y aceptados del siglo XVII nunca
usaron el triángulo como un símbolo y que la terrina relatada
arriba era una innovación. Según manuscritos de 1700 a 1720,
las antorchas que vendrían a convertirse en “Las Luces”, eran
siempre en número de tres, no más. Para la tienda de Edimbur-
go, que es primera a mencionarlas (1698) ellas son el maes-
tro, el vigilante y el compañero. El manuscrito Sloan (1700) da
otra versión: son el sol, el maestro y la escuadra. Para el Dum-
fries (1710), estas tres antorchas se convirtieron en tres pilares:
la escuadra, el compás y la Biblia. Dos textos de 1724 y 1725
dicen que es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Entonces un
grupo de tres textos valientemente propone doce luces que, en
el orden: Padre, Hijo, Espíritu Santo, el sol, la luna, el maestro
masón, la escuadra, la regla y las herramientas mencionadas en
la época. Observa la ausencia muy importante de la Biblia y del
compás.

Ellas crecen en números, ya mediados del siglo un grado es-


cocés tendrá ochenta y una. Su posición dentro de la tienda va-
ría constantemente. Prichard (1730) y el manuscrito Wilkinson
(1730) las hacen viajar y les atribuyen el sol, la luna y el amo de
la tienda. Es así que Francia las interpretará de 1730 a 1760. A
partir de esa fecha habrá una nueva variación, y ellas serán seis:
tres grandes luces, biblia, escuadra y compás, y tres pequeñas
luces, sol, luna y el Maestro de la Logia.

Tal vez a los seis años en 1730, cuando Prichard y Wilkinson,


citan ahora, dijeron, “tres pilares que sostienen el local: la sabi-
duría, la fuerza y la belleza” fórmula Visto por primera vez en un
texto masónico. Sentencia puramente simbólica, superpuesta al
grupo de tres luces, sol, luna y maestro masón, con la que no se
confunden. El destino de estos símbolos se convertirá en defini-
tivo en 1760, cuando ellos se asociarán al Maestro de la Tienda,
al primero y al segundo vigilante. En aquella época, varios de
64
los diplomas de las Tiendas emitidas para sus miembros conte-
nían el lema “Fuerza y ​​Estabilidad”, pareciendo que se aplicaba
a la Iglesia para garantizar su perennidad, pero esto sólo fue
encontrado en Francia y sólo en este tipo de documento.

No tenemos ninguna explicación satisfactoria para la presen-


cia del pavimento mosaico en la tienda a pesar de ser un sim-
bolismo bastante obvio. En la época en que se dibujaba el panel
de la tienda en el suelo, era necesario visualizarlo, probable-
mente para situar oficiales, compañeros y aprendices, y así se
dibujaron los cuadrados negros y blancos para distinguir los
locales, aunque no hay pruebas de ello.

En Inglaterra, la alfombra en mosaico tenía el borde azul y la


orilla dentada en rojo, terminada en las cuatro esquinas por una
borla. ¿Guardará semejanza con la borla dentada que ilustra el
Catecismo de los Masones, edición de 1747, representada por
una larga cuerda terminada con dos borlas y que rodea la parte
superior del panel? Hiram era el hijo de una viuda. Nosotros,
sus hermanos, somos los “Hijos de la viuda”. En la heráldica
francesa, las armas de una viuda están rodeadas por la misma
cuerda descrita arriba, y el marco del panel que contiene estas
armas, decorado con triángulos negros y blancos. Así se podría
esclarecer el significado de este símbolo, que ha sobrevivido
en relativa oscuridad.

Desde su origen, los masones especulativos se inscriben en


la Orden cósmica. En el caso de que se produzca un cambio en
la calidad de los alimentos, se debe tener en cuenta que, de un
candidato en el sentido de la rotación del sol, la Estrella Fla-
meante del segundo grado, el cielo estrellado, un dosel azul os-
curo salpicado de estrellas. Todo esto materializa la voluntad de
hacer de la Logia una representación del universo. Esta desde
1710, manuscrito en Dumfries n ° 4 y el manuscrito Trinity Co-
llege Dublin (1711). El catecismo de Prichard en 1730, confirma
que la pregunta “¿Cuál es la altura de la tienda?” Respuestas es:
65
“tan ilimitada como el cielo y sus estrellas”.

El mobiliario de la tienda fue más reducido. La mesa del Ve-


nerable, de nivel. El nivel con tres escalones vendrá mucho más
tarde con el maestro y el libro; en su parte inferior, una pequeña
mesa baja en la que se colocaron la escuadra y el compás: en el
momento del juramento, el candidato posaba la rodilla derecha
sobre esas dos herramientas, y así formaba una escuadra con la
otra pierna.

El panel de la Tienda, ya citado, y sus antorchas - tres o tres


grupos de tres, también arreglados en los rincones de la alfom-
bra, de acuerdo con la época y lugar. Ni sillas ni mesas. Los her-
manos se quedaban de pie y el venerable sentado. Más para
el final del siglo, los vigilantes también se beneficiaron de una
mesa cada uno, con una columna de unos 25 centímetros sobre
ella.

Cuando las circunstancias permitían, las dos columnas de


Salomón bordean la puerta delantera: eran coronadas por un
capitel (Biblia, Reyes 3 - 15,2) cubierto con granadas. Salomón
había llamado la primera, a la izquierda, de Boaz, que parece
haber sido uno de sus antepasados, y la otra de Jakin, pero el
texto no proporciona ninguna explicación. ¿Izquierda-derecha,
derecha-izquierda? La inversión de la posición se produjo en
Inglaterra entre 1730 y 1735 de una orden judicial que siguió a
la revelación de las palabras sagradas para el mundo profano, a
fin de su utilización por personas que no habían sido admitidos
regularmente.

Un grabado inglés, de 1750, muestra una mesa, enorme, ocu-


pando casi todo el grabado, alrededor del cual los hermanos
estaban de pie, con la cabeza descubierta, participando en la
recepción de un aprendiz: en una de las extremidades el vene-
rable, mallete en la mano y cubierto con un sombrero de tres
puntas, con un libro y una escuadra delante de sí. Tres peque-
66
ñas velas en triángulo en las esquinas de la mesa. La actitud de
los hermanos, vestidos con un delantal largo, abetas hacia abajo
y muy relajados, sin duda sin saber qué hacer con las manos,
además de colocarlas en los bolsillos. Más tarde, en 1787, un
célebre cuadro retrata la entrega de un premio al Hermano Ro-
bert Burns, poeta y escritor, durante una sesión solemne de la
Logia Cannongate de Edimburgo. Los hermanos, en número de
tres, están esparcidos alrededor de la sala. No nos atrevemos a
decir que es un templo, aunque hay una plataforma elevada en
Oriente, con tres bandejas. De pie, sentados o descuidadamen-
te acostados, conversando alrededor de las mesas esparcidas
por todas partes. Curiosa imagen de una reunión masónica que
se parece mucho más con un encuentro profano de la pequeña
nobleza, pero ellos estaban revestidos de sus delantales y sin
pegar.

Los delantales eran de cuero blanco, enmarcados por una cin-


ta azul o blanca, como había decretado la Gran Logia de Ingla-
terra, el 17 de marzo de 1731. Anteriormente, el 27 de junio de
1726, había ordenado que los Maestros de Loja y los vigilantes
“llevaba las joyas de la Masonería” colgar una cinta blanca alre-
dedor del cuello, los maestros con la plaza, los vigilantes con el
nivel y la plomada. El 17 de marzo de 1731, las joyas se torna-
ron de oro o doradas y la cinta pasó a ser azul. Esta decisión no
siempre fue respetada, y en 1739, la Tienda Antiquity mantuvo
el “collar verde de acuerdo con las antiguas costumbres”. Para
otras él era amarillo, y delantal blanco, pero enmarcado de
rojo. La joya-brújula se describe en el Manuscrito Dumfries en
1710, y en el frontispicio de las Constituciones de Anderson,
en 1723, mostrando el Duque de Montaigu, gran maestro de la
Gran Logia, pasando al Duque de Wharton, su sucesor. El color
de la brújula señaló en cobre y el cuerpo de acero determinó
que, a partir de entonces, el collar será de color amarillo y azul,
el “trahi” 1745 también confirma. Se convertirá en azul a conti-
nuación, y el del maestro de banquetes seguirá siendo rojo, así
como su delantal. En 1742, el venerable porta la escuadra y el
67
compás, los otros oficiales sólo este último. No era obligatorio,
pero es la primera mención en Francia de este uso que perma-
nece hasta hoy.

El collar tenía sólo un objetivo: colgar las joyas y así distinguir


a los oficiales. No tenía ningún significado simbólico. En 1759,
un grabado muestra que los collares eran usados de ​​ izquierda
a derecha, lo que parece decir que no se hacía para poner la
espada en la tienda, sino que simbolizaba la igualdad. Ninguno
de los personajes representados en los grabados, incluidos los
oficiales, ostenta guantes.

Dos cuestiones sobre el ritual. La palabra no aparece en


ninguno de los estatutos y reglamentos de las Grandes Tien-
das. Parece resultar de la naturaleza de los “acontecimientos”
masónicos descritos en los relatos proporcionados por las “re-
velaciones”. En cuanto a la “cosa” ritual, es decir, a la recitación
de las ceremonias, parece haber sido codificada a finales del
siglo XVIII, al menos en Francia.

La mayor dificultad encontrada en el estudio de los rituales


proviene del hecho de que, hasta 1858, su impresión estaba pro-
hibida, y por lo tanto, todos ellos son manuscritos sin fecha y sin
origen. La única edición impresa antes de esta fecha fue el Ré-
gulateur Mason (1801) que reproduce exactamente los rituales
para el Rito Francés establecida por el Gran Oriente en 1782,
pero era desconocido para esto. A partir de 1800, una serie de
“Thuileur”  [13], cuyo punto de vista masónico, era ilegal la fir-
ma apareció en los Mason menudo prominentes. Reconocemos
también que ningún estudio “científico” de la ritualística masó-
nica jamás se ha realizado y que su enfoque sigue siendo deli-
cado.

La apertura y cierre de la Logia sólo se establecieron entre


1742 y 1760, y primero en Francia. El Venerable Maestro de la
Logia, cuyo título fue prestado de la Orden de los Benedictinos,
68
se hacía avisar por los vigilantes que iba a ser abierta. Sólo él
estaba cubierto y sacaba el sombrero en la abertura, y luego lo
colocaba de nuevo. Pero el “trahi” 1745 trae dos cuadros en los
que se cubren todos los trabajadores. Entonces venía la recita-
ción del catecismo por los oficiales. En 1730, la pregunta “¿Eres
Mason?” El guardia respondió, “me consideran como tal” segui-
do de “¿dónde el primer vigilante? ¿Cuál es su deber?”. Y así su-
cesivamente, para cada uno de los cargos. Los visitantes eran
“techos” (el término parece ya existir en la época), dos veces:
antes de entrar y luego en la tienda antes de ocupar su lugar. La
presencia de un profano, incluso en la sala de los pasos perdi-
dos, fue denunciado por “lluvia”.

En Inglaterra, al final del siglo, la reunión era interrumpida


por refrescos, anunciados por cualquiera de los vigilantes que
echaba la columna en su lugar, como ya se ha mencionado. El
“trabajo” cesaba, las bebidas eran servidas, así como, a veces,
la comida. A continuación, los “trabajos” eran reiniciados con
el levantamiento de la columna. No parece que en aquel tiem-
po Francia conociera este procedimiento, sustituido - se pue-
de decir que con ventajas - por las tiendas de mesa y su ritual
particular. A partir de 1786, los trabajos no comenzaron sin que
los vigilantes hubieran pedido a los hermanos las palabras, sig-
nos y toques. También en esta fecha se introdujo la lectura del
trazado de los trabajos anteriores y la adopción de las obser-
vaciones del hermano Orador, un oficial que Inglaterra ignora
hasta hoy. El cierre de la tienda fue ritualizado como la apertura,
“Chant des apprentis” [14]  que vino de Constituciones de An-
derson. En 1760, “... al final de cada verso cantado, se unieron las
manos juntas para formar una cadena, moviendo arriba y abajo
sin dejar de batir con fuerza en la suela de la pie en el suelo, lo
que causó sorpresa para el fuera”.

Catecismo, beneficencia y recepciones eran la mayor parte de


la actividad de las Tiendas. Sin embargo, durante mucho tiempo,
el banquete era aún más importante. En 1750, se instituyó la lec-
69
tura de la historia de la Masonería, retomando una costumbre
de los antiguos operativos. La imaginación desenfrenada y en-
tusiasmada, ayudada por la proliferación anormal de altos gra-
dos, traía alegría a los corazones. Si se admite a rigor, que el fa-
moso discurso de Ramsay (1737) afirmando la influencia de los
cruzados sobre el origen de la Orden y sobre el desarrollo de
su simbolismo, ha proporcionado una tesis plausible para esta
historia (Émile Mâle demuestra su incontestable contribución
campo del arte), que estábamos locos delante de Dios instalar
su tienda de personal para sí mismo, incluso antes de que Adán
constituye que sea, sin duda, “el centro de la Unión”.

Por el contrario, lo que no puede ser negado es la influen-


cia que las sorprendentes divagaciones de los Altos Grados del
Escocismo en plena evolución tuvieron en el desarrollo de la
liturgia de los tres grados simbólicos, en particular en las dos
recepciones -aprendices y maestros- dos psicodramas que de-
ben ser examinados en sus vicisitudes.

notas:

[10] Con el fin de “columna master”, “corazón” etc. (NT)


[11] Los cargos viejos en el original (NT)
[12] Me imagino, por el autor afirma que los franceses tienen
algunas dificultades para aceptar que ha habido tiendas
británicas en Francia (NT)
[13] Slater
[14] Canción de aprendices

70
Ensayo sobre los orígenes de los rituales y de los
grados simbólicos

¿En qué es que los especulativos del siglo XVIII


transformaron las recepciones simples de aprendiz de
las Tiendas operativas y las despojadas de los “Masones
aceptados” del siglo XVII?

Damos a esta ceremonia el nombre de iniciación, pero a lo lar-


go de décadas ha servido como entrada o recepción, no como
iniciación. La palabra “iniciación” hizo su aparición con timidez
en 1801, en el prefacio de “Régulateur Mason” y sólo en el cua-
derno venerable, que reproduce a escondidas del Gran Oriente
y bajo su sello, los rituales del Rito Francés de siete grados y
cuatro órdenes que había establecido en 1786. Hubiera sido por
el trabajo titulado “Recherches sur les iniciaciones anciennes et
modernes” [15], publicado en 1781 por el hermano Jean Baptiste
71
Claude Robin, miembro de tienda “Les Neuf Soeurs” De Oriente
de París, y divulgado durante una sesión memorable relatada
por Dixemerie. No se puede tomar literalmente la frase “... el
verdadero comienzo” que se encuentra en cursiva (p. 7 y 12)
en el texto de un panfleto anónimo publicado en La Haya en
1745, llamado “Le Tonneau Jetté o Reflexiones sobre la préten-
due Découverte de la Orden de francos albañiles” [16] refutar la
“Orden de las Francs-masones trahi” el abad Perau. También es
significativo que los Filaleteo de la Convención organizados en
1785-1787 por la tienda “Les Amis Réunis” De Oriente de París,
dedicada al estudio de la “ciencia masónica”, sus orígenes y
sus objetivos, en ningún momento ha considerado una inves-
tigación sobre las iniciaciones o una eventual reaproximación
con los antiguos “misterios”. Sólo una intervención hecha por
el hermano Westerholdt en su reunión del 19 de abril de 1785,
hace mención de su “gran antigüedad...” y añade: ‘... la maso-
nería, que tiene una analogía perfecta con las iniciaciones’. Pero
este estímulo no trajo ninguna reacción por parte de una platea
compuesta por los masones más prominentes y los más cultos
de toda Europa. De cualquier forma, la palabra “iniciación” sólo
se hizo oficial, masónicamente hablando, en 1826 (Art. 217 de la
Constitución del Gran Oriente de Francia).

¿Cuándo comenzó a haber “iniciación” en el sentido iniciático


del término? El máximo que se puede sugerir es que fue a lo
largo de la década de 1780, después de intentos de codificación
de rituales, hechos en primer lugar por el Gran Oriente de
Francia, en 1786, y también por las Convenciones de Lyon, en
1778, y de Wilhemsbad, en 1782, para el Rito Escocés Rectifica-
do.

Ciertamente había “iniciación” antes de esta última fecha. Pero


esto sólo afectó a los círculos de Lyon, cuyo misticismo declara-
do se expresaba bajo la forma masónica. Desde 1767, Willer-
moz y sus seguidores se dedicaron, a través de un sincretismo
que combinó los sistemas de Saint Martin y Martinès de Pasqua-
72
lly, a aplicar extrañas ceremonias al mismo tiempo religiosas y
mágicas, destinadas a devolver al hombre decaído su pureza
original. Una carta enviada a Juan el Bautista Willermooz por su
hermano Pierre Jacques, de fecha 1768 y se conserva en la co-
lección de Lyon 5471 W. dice “... queremos iniciarlo en el mo-
mento adecuado”, Mostrando que había “iniciación”. Ellas no
eran restringidas sólo a los Altos Grados, reservados para una
élite cuidadosamente escogida y, por lo tanto, muy pequeña. Un
documento de alto secreto al alcance de unos pocos elegidos,
“L’Instrucción des Grands Profes” [17], último grado del Régi-
men Rectificado de Lyon, de 1778, publicado recientemente en
un trabajo de Antoine Faivre sobre la obra de Le Forestier, con-
firma este hecho (Lyon - Colección W. 5475). Este tipo de cere-
monias, dejando fuera aquellas muy diferentes, se refieren a los
tres grados simbólicos. Sin embargo, la seriedad y el rigor pro-
pios de la ejecución de la ceremonia de iniciación de los altos
grados -rigor necesario por su lado mágico- lleva a pensar que
ella contribuyó a fortalecer y estabilizar la liturgia de las recep-
ciones de aprendiz, compañero y maestro, destinadas más tarde
a convertirse en iniciaciones.

El aspecto esotérico de la enseñanza impartida en los talle-


res de vocación superior, dedicados a la búsqueda de lo desco-
nocido y del secreto que implicaba, necesariamente llevó a la
sacralización del ritual en todas sus modalidades. Ocurrió insi-
diosamente, podríamos decir poco a poco, y así, instauró el ca-
rácter “iniciático” de las recepciones de los tres grados simbó-
licos. Pero entonces surge la pregunta: ¿qué tipo de iniciación?

No hay nada que el hombre haya creado que no sea en res-


puesta a una necesidad profunda de su consciente y más aún,
de su inconsciente. La universalidad en el tiempo y en el espa-
cio de los impulsos que lo mueven, ilustra el concepto de ar-
quetipos inherentes a toda la especie. Parece que estos últimos
se imponen a las diversas formas de vida animal. La repetición
continua de actitudes, gestos, se convierte en un lenguaje que
73
se transforma, sin que se perciban, en códigos especiales para
cada uno de ellos. En el ser humano, el surgimiento de la pala-
bra ocurrió por el control de la voz, y el pensamiento que siguió
lo llevó a una toma de conciencia del mundo y de sus innumera-
bles peligros; la reflexión analógica y las prácticas mágicas que
de ello resultan, harán que se unan. La eficacia de estas últimas
reposaba sobre una ejecución rigurosa de su gestual. Nació la
ritualística, con sus rituales de todo tipo. En varias formas, ella
ha continuado desarrollándose, tanto en las relaciones sociales
como en lo que se refiere a los enfoques del mundo no manifes-
tado, sustancia del “sagrado”.

La muerte y la desaparición que ella implica deben aparecer


como el mayor peligro a que el hombre podría ser sometido, de
ahí su ansiedad, el rechazo de aceptar, y la esperanza de super-
vivencia en un distinto diferente. Por lo tanto, la muerte era sólo
un pasaje que conduce a un renacimiento en este mundo no ma-
nifestado, pero presentido, y que era dominio de lo sagrado.

Un pasaje, como el del nacimiento a la vida, de la infancia


para la adolescencia, de esta última para la masculinidad por el
ejercicio de la sexualidad, todo sacralizado durante ceremonias
rituales. Siendo el rito la única forma de acceder a estos dife-
rentes niveles de ser, todas las civilizaciones, de la más primiti-
va a la más sofisticada, sabían, y aún saben, que estas prácticas
se mantienen en secreto porque se espera que traigan un poder
considerable para aquellos que son su objeto.

Estamos en el siglo XVIII. Un saber extraño circulaba por toda


Europa sedienta de luz. El oculto reinaba en las mentes. En el
momento en que se produjo la muerte de su madre, la madre
de su madre, la madre de su madre, parece haber en las Tien-
das Masónicas, tan antiguas, o al menos pensábamos que sí. La
tentación de confrontar ese conocimiento con lo que teníamos,
y adquirir otros, era grande. En realidad, las tiendas tenían po-
cos, muy pocos, y su pobreza intelectual y esotérica era decep-
74
cionante. Era necesario alimentarlas, darles una razón para ser
cualquier otra cosa, que no sociedades “vacías”.

La leyenda de Hiram llega justamente en un momento que


se formaba el contenido doctrinal de la masonería especulativa
naciente. Vimos antes que no se sabe su origen y que apareció
en algún lugar en Inglaterra o en Irlanda. En la segunda edición
de las Constituciones de Anderson se implantó gradualmente,
surgiendo en 1738, en la segunda edición de las Constituciones
de Anderson, aunque tuvo que esperar hasta 1760 para ser ad-
mitida de forma permanente, al menos en Gran Bretaña, porque
en Francia el proceso de integración fue más rápido. Ella gene-
rará toda la serie de Altos Grados que envuelven totalmente el
mundo masónico. Era obvio que el asesinato de Hiram no podía
quedar impune. Así nacieron los grados de venganza y las es-
cenas grandilocuentes que dieron lugar a las recepciones que
siguieron, haciéndose necesario, para darles un condimento, la
introducción de los grados caballerescos.

De destacar la increíble popularidad de los Altos Grados y,


especialmente, la dramatización de las admisiones y, derivada
de ellas, una necesaria estructuración de la liturgia apropiada a
la recepción de aprendiz, para la cual se trajeron elementos de
todo tipo, lo que se extiende desde 1740 a 1850.

Ninguna doctrina propiamente dicha: nada de la muy vaga fi-


losofía Rosacruz, ni de la mística judía, introducida furtivamente
y poco a poco en el rito bien cristiano de los “Antiguos” esta-
blecido en Irlanda por Laurence Dermott, y luego propagado
por él en Inglaterra antes de 1750, la adopción en rituales de
una serie de palabras hebreas que aún hoy representan proble-
mas semánticos no resueltos. Sólo símbolos...

Muchas veces dispares, prestados de aquí y de allá, a los que


se han atribuido múltiples significados, un tanto absurdos, in-
compatibles con cualquier raciocinio lógico o incluso analógi-
75
co. Algunos de ellos surgen típicamente de la magia ceremo-
nial, como es el caso del mallete del venerable -forma especial
de la varita, signo del poder y de la soberanía (recordemos que
las herramientas no eran consideradas símbolos por los maso-
nes operativos)- de las “insignias” británicas, delantales , los
cordones, las joyas, los ornamentos, la ropa y los pentacamayos,
las baterías, los movimientos con el pie (ahora extintos, pero
mantenidos en el compañerismo) de la cadena de unión, de las
circunvoluciones de carácter cósmico, de las repeticiones -ver-
daderos “mantras”- destinados a y que, por el contrario, que-
ríamos reconstruir los primeros ceremoniales de recepción de
aprendices, compañeros y maestros de la masonería especula-
tiva. El manuscrito Graham (1726) y dos revelaciones, Examen
Mason (1723) y la Masonería disecado, Prichard (1730) propor-
cionan la información a través de preguntas y respuestas, corro-
borado por el testimonio de Juan Coustos en diciembre de 1736,
en Lisboa, durante su juicio ante el Tribunal de la Inquisición. Lo
que era relativamente simple al principio se complica singu-
larmente a principios de 1740 y Francia no quedó fuera en las
innovaciones que siguieron.

Todos los textos insisten en que el candidato requiere su admi-


sión de voluntad propia y se exige que proporcione las razones
de su solicitud. Es necesariamente apadrinado y la Gran Logia
de Inglaterra lo hace obligatorio el 15 de diciembre de 1730.
En la recepción, el padrino lo colocaba en una habitación sin
luz, completamente oscuro, donde se quedaban juntos por al-
gún tiempo sin que una palabra fuera pronunciada. Al final de
su estancia se le preguntaba dos veces si era de su voluntad ser
recibido. Su respuesta afirmativa fue que se tomó “... con los ojos
vendados, despojado de metal o desnudo o vestido o los zapa-
tos o los pies descalzos, pero decentemente”. Ante la Cámara de
recepción, en cuya puerta él daba tres golpes que se repetían
desde dentro. A continuación, se introdujo por su padrino, que
dio “... pobre, sin dinero, ciego e ignorante de nuestros secretos”
y fue recibido por la tienda aprendiz más joven.
76
El “ni desnudo, ni vestido” no se encuentra en ninguna par-
te de los documentos operativos, haciendo parte sólo de los
“aceptados”. Parece que viene de la tradición templaria y pro-
bablemente era usado para verificar el sexo del candidato. No
hay explicación para el pie desnudo, o al hombro, a pesar de
la evidencia de que el símbolo se refiere a los metales, recha-
zado por todas las mitologías y la Biblia misma, que considera
los efectos nocivos, que parece haber sido ignorada por “Ca-
tecismo” (1740), el “secreto” (1742) y el “l’Antimasón” (1748),
etc. que decían “... desprovisto de todos los metales, porque
cuando enviamos los cedros del Líbano para el templo (Salomón)
estaban todos cortados, y oído ningún golpe de martillo u otras
herramientas cuando construimos ese edificio”. Es evidente que
falta encontrar una justificación. Según William Preston en “Ilus-
tración de la Masonería” (1772), la iniciación a la basura cual-
quier naturaleza maligna de los metales “...el metal (la moneda)
no puede hacer la diferencia entre los masones, cuyo orden se
basa en la paz, la virtud y amistad”.

La cámara oscura es la ancestral de la Cámara de Reflexio-


nes. Ella era, y aún es, totalmente desconocida por la masonería
inglesa. También permaneció un cierto tiempo en Francia. Na-
die sabe dónde y cuándo se presentó en la recepción, pero
es más probable haber sido entre 1765 y 1770. Las tiendas se
utilizan entre 1776 y 1780 y la ECR Précieux de la Maçonnerie
El donhiramita, 1783, escrito por Guillemain de Saint-Victor , da
una descripción similar a la de los rituales del Gran Oriente
establecidos en 1786. Un cuarto oscuro con paredes oscuras,
iluminado por una sola vela, un banco, una mesa sobre la que
hay un cráneo y todos los ingredientes - sal, azufre, agua, pan
(el vitriolo vendrá más tarde). En las paredes, los emblemas de
la muerte y una serie de sentencias escritas en blanco invocan-
do la fragilidad de la vida y la insignificancia de las cosas terre-
nas, además de la amenaza si el candidato no vive su admisión
con el corazón puro. Hay una cierta analogía entre este retiro de
silencio en el cuarto oscuro y la reclusión del aspirante a caba-
77
llero en las vísperas de su juramento. Él también era invitado a
escribir un testamento. En 1786, un manuscrito del Gran Oriente
añade una innovación: las cuestiones denominadas “de orden”:
¿qué es lo que un hombre honesto se debe a sí mismo? Y a sus
semejantes ya su tierra natal? Ellas desaparecieron en 1858 y
reaparecieron a finales del siglo XIX.

El manuscrito Dumfries n ° 4 (1710) indican que el candidato


entró en la tienda con “las cuerdas”. Para la pregunta que su
maestro le hacía, respondía: “para ahorcarme si traiciono mi ju-
ramento”. Esta es la primera mención de tal símbolo provenien-
te de una “tienda” de aceptados. Sólo en 1760 se reanudó, y sólo
en Inglaterra. No aparece en ninguna de las fotografías de la
serie de “Réceptions”, 1745, o en el “précieux Recueil” (edición
de 1787), mencionado anteriormente, o en el marco de Maler,
1786, Réception dans une Logia de Vienne en Autriche , del acer-
vo del Kuntshistoriches Museum de Viena, Austria.

La recepción continuaba con los viajes. De acuerdo con Pri-


chard (1730) había sólo una, hecha desde la entrada, en el senti-
do de las agujas del reloj, y que terminaba con tres pasos delan-
te del Maestro de la Tienda para la realización del juramento. En
Francia, el “Réception d’un Frey-Mason” que se encuentra en el
centro de la ciudad de Buenos Aires, en el centro de la ciudad
de Buenos Aires, en la ciudad de Buenos Aires. La disposición
de los símbolos (la escuadra y el compás, en particular, en-
contraron su lugar definitivo durante el siglo XIX), también de
acuerdo con los autores. Es por eso que para el aprendiz, te-
nemos “un panel de la Tienda de aprendiz, a continuación el
verdadero panel..., después el panel de verdad”, etc. cada uno
superando lo anterior. La interferencia hermético es muy claro,
y el trabajo de Lenglet Dufresnoy, Histoire de la philosophie her-
métique, en tres grandes volúmenes publicados en 1742, des-
empeñó un papel considerable en la creación y evolución del
pensamiento esotérico en gestación. Probablemente se le debe
la confirmación del carácter cósmico de lo que se convertiría en
78
el Templo Masónico, con la presencia del sol, de la luna, de la
bóveda estrellada, de la estrella llameante, y la introducción de
circunvalaciones de acuerdo con las formas de esta última. Sor-
prende, por eso, que ninguno de entre los catecismos, tan prolí-
ficos en sus explicaciones, hable sobre el sentido de los viajes
impuestos al candidato. Pero si no lo hace, es porque sin duda
este sentido no existía.

Sólo en la década de 1780 que informan que el primer viaje


“... se hace en cámaras subterráneas; la segunda, en las ga-
lerías superiores; la tercera, en torno al templo”, pero no
hay ninguna explicación de por qué. Y sólo en 1832 se relacio-
naron a las tres fases de la vida, a través del Hermano Vassal,
dignatario del Gran Oriente, interpretación que se mantuvo.

Fue también alrededor de 1780 que los tres elementos, agua,


aire y fuego, se asociaron a los viajes. El proceso de dramati-
zación proveniente de los altos grados las transforma en prue-
bas simbólicas y purificadoras en pruebas reales, imitando las
antiguas iniciaciones que el trabajo del abad Robin, ya citado,
popularizó. Esto se hizo sin orden o directrices. Nada está esta-
bilizado: las variaciones de un ritual a otro son innumerables y
las vagas explicaciones que acompañan a los viajes revelan la
indigencia de un pensamiento que se pretende iniciático, pero
que aún no está firmemente establecido. El sentido moral pre-
valece, y el objetivo buscado y admitido es intimidar al candi-
dato, tal vez para verificar la firmeza de su carácter. Aunque el
breve contacto con las llamas de la prueba de fuego pudiera
impresionar, la prueba del agua era inocua y la del aire no era
más que una amenaza.

“Señor, usted todavía tiene (este es nuestro tercer viaje) para


someterse a una prueba, mucho más intenso y más dolorosos que
otros: hay que viajar en el aire. Usted no tiene miedo de ser arro-
jado a la atmósfera aérea y no se da cuenta de las consecuencias
fatales de una caída a la que usted se expone?
79
“Teniendo el Recipiendario dicho que no, todos los hermanos
piden que sea ahorrado de un viaje tan peligroso”.

Había la marca del sello con un hierro caliente, claro que un


simulacro. La prueba de sangre con la que él tenía que firmar
su juramento es tan espeluznante para el candidato, a los ojos
de los hermanos, que uno de ellos, bien intencionado y lleno de
piedad gritaba “gracia” en el momento de la preparación, que
era concedida. Esta misma prueba se convertiría en la mezcla
de sangres, todavía se practica [18] hoy en día una forma sim-
bólica. Había el cáliz de la amargura cuya interpretación no trae
ninguna dificultad. Vino de Alemania, a través del Rito Rectifica-
do practicado en 1755. La prueba de la Tierra, vivenciada en la
Cámara de Reflexiones, sólo aparece como tal en el transcurso
del siglo XIX. Todo esto, completamente ignorado anteriormen-
te, surgió de repente en la década inmediatamente anterior a
la Revolución Francesa y se perpetúa por treinta años después
de la “reanudado en 1794” [19]. El Gran Oriente había aprobado
estas innovaciones y les dio un sentido exclusivamente moral,
incluyéndolos en su ritual de 1786 y luego en Régulateur Ma-
son 1801, pero sin renunciar a su carácter intimidatorio.

“El primer viaje debe ser el más difícil. Se debe hacer lenta-
mente, muy lentamente, con una caminata muy irregular que de-
berá aprovechar la disposición del local para hacerla difícil, por
obstáculos y dificultades creados con esmero, pero sin el uso de
cualquier medio que pueda herir o molestar al receptor. Se hace
que camine a pasos lentos, a veces un poco más rápido. Se hace,
de vez en cuando, con que se baje como si fuera a entrar en un
subterráneo, donde será llevado a dar una pasada ancha como si
fuera a atravesar una fosa, y por último va a andar en zigzag, de
modo que no pueda evaluar la naturaleza del terreno en el que
viaja. Durante este viaje, se lanzará sobre él granizo y truenos para
imprimir en su alma una sensación de miedo”.

La explicación de este viaje: las vicisitudes de la vida huma-


80
na. Si hasta entonces la masonería simbólica había escapado de
la dramatización exagerada de los altos grados escoceses, pa-
rece que la invitación para llenar de dificultades la recepción al
grado de aprendiz tuvo como resultado la unión de lo grotesco
a la tragicomedia.

Una enciclopedia de principios del siglo XIX reproduce el


artículo Franc-Maçonnerie l’admisión d’un candidat. Dijo que du-
rante el primer viaje, el candidato “... es conducido hasta el bor-
de de una trampa que usted dice es un acantilado, al que se invita
a saltar. Si se rechaza, es empujado y cae de la altura de veinte
pies sobre diez hojas de cartón a dos pies de altura una de la otra,
que se desbordan en sucesión, haciendo un ruido terrible. En la
parte posterior son los colchones que recibirán”.

La escena del perjurio merece ser incluida en la antología de


las ceremonias escocesas de antes de la Revolución:

“Una mesa, en medio de la cual hacemos un agujero redondo,


es colocada en un rincón de la Logia. Se cubre con un manto que
va hasta el suelo. Un hermano, generalmente el más pálido, es co-
locado debajo de la mesa, se arrodilla y coloca la cabeza por el
agujero que es tapado por un plato de estaño cuyo fondo fue re-
movido y la cabeza está envuelta en un paño teñido de tinta color
de sangre, produciendo la ilusión de una decapitación “.

Lo que sigue es una descripción de la escena en la que se


elimina la venta del destinatario, con los comentarios habi-
tuales y completando el editor de “esta terrible prueba tiene
un gran impacto”. Gran parte de los hechos descritos pueden
parecer sospechosos, aunque es retirada de una famosa
enciclopedia. Son estas descripciones y otras del mismo orden
que permitieron a P. Méjanel, de modo realista, ilustrar las obras
del famoso Léo Taxil contra la Masonería. Y como no mencio-
nar la historia sorprendente que consta en la monografía de una
Logia de París, activa aún hoy, publicada en 1830 y disponible
81
en la Biblioteca Nacional, que dice que durante una iniciación
entre los años 1806 y 1810, el candidato fue invitado a decapitar
a un candidato el cadáver real, traído al Templo con esa finali-
dad. Hubo un escándalo...

Sin querer poner en duda la realidad de los hechos presenta-


dos, sería imprudente generalizar estos pocos y raros episodios
cuya ejecución, además de todo, traía problemas materiales
difíciles de resolver. El juego dudoso, un poco perverso, bien
propio de una época en que los héroes eran comunes, o sim-
plemente deseo de impresionar a los espíritus para valorar una
pseudo-iniciación de misticismo ambiguo, con la que los acto-
res se identificaban inconscientemente?

Más allá de las instrucciones del Gran Oriente, la Logia Isis


Montyon, del Oriente de París, especialista en iniciaciones ex-
travagantes, inventó la “tabla de bolas” y la introdujo con la ba-
lanza, en 1810, en las recepciones de aprendiz!

La prestación del juramento, hecha obligatoria en el siglo an-


terior, estaba acompañada de amenazas terribles en caso de
perjurio. Ellas eran obra de los especulativos, pues los operati-
vos jamás las hicieron. Manuscritos de 1696 a 1710 indican que
hubo penalizaciones registrados obligados a aprendices, pero
no dan su naturaleza y si hay “las cuerdas” citadas en Dumfries
n manuscrito el 4 (1710), parece que era sólo un símbolo.

La lengua y el corazón arrancados, la cabeza decepcionada de


Prichard (1730), y los funerales impuestos entre la marea baja y
la marea alta, eran las penas infringidas en los siglos XVI y XVII
por crimen de traición e incluso aparecían en el código penal
británico de su tiempo; Francia, las recibió, las preservó hasta
cerca de 1780. No hay ejemplos de que tuvieron que aplicarse.

En Inglaterra, desde principios de siglo el juramento se pres-


tó sobre la Biblia. Entre 1727 y 1730, el candidato sostenía un
82
maletín en la mano derecha y una espátula (trola) en la mano
izquierda. En Francia, le hicieron acerca de la Biblia, más a
menudo en los Evangelios o el Evangelio de San Juan, juran-
do ante Dios, de acuerdo a la ECR Précieux (1782). En 1786, el
Gran Oriente añade luego al Gran Arquitecto, los términos “...
sobre los Estatutos de la Orden y sobre esta espada, símbolo de
honor”.

La ceremonia de juramento y consagración que seguía sufrió


muchas variaciones. En actitud solemne los asistentes queda-
ban todos de pie, de espada en la mano. Dos oficiales conducían
al neófito, siempre con los ojos vendados, ante la mesa del Ve-
nerable (no decían altar o plano). Él se quedaba de pie, con ro-
dilla derecha apoyado en un cojín sobre el cual se colocaba una
escuadra. Con la mano izquierda, sostenía un compás abierto
con las puntas sobre el pecho izquierdo, la mano derecha apo-
yada en el “Libro” ya veces levantada hacia el cielo. A continua-
ción, repetía la fórmula que le era transmitida por el Venerable.

notas:

[15] La investigación sobre las iniciaciones antiguas y modernas


(NT)
[16] El barril de derrame o reflexiones sobre el supuesto
descubrimiento de la Orden de Freemasons (NT)
[17] La declaración de Gran Profeso
[18] Hay GLESP de la ENEA (NT)
[19] Caída de los jacobinos? (NT)

83
Ensayo sobre los orígenes de los rituales
y de los grados simbólicos

A lo largo de todo el siglo XVIII, el juramento se presta en los


tres grados. Era a veces, aunque raramente, hecho apoyándo-
se las dos rodillas sobre el cojín, a veces variando: rodilla iz-
quierda, aprendiz, rodilla derecha, compañero, ambas rodillas,
maestro o mismo aprendiz; esta diversidad duró en Inglaterra
hasta 1814. A veces las manos del receptor se colocaban sobre
el “Libro” mientras el Venerable mantenía un compás sobre su
pecho.

La escena de perjurio fue una invención del siglo XIX. Parece


que ha sido practicado durante todo el siglo XVIII, y se hizo la
renovación del juramento después de la caída de la venta (Ré-
gulateur Mason, 1801). Esto sucedía después de que el candida-
to se reconduce a Occidente. A su petición, y al golpe del malle-
te, se le dio la luz. El momento podía ser impresionante. Algunos
hermanos “con antorchas hisopo empapado en alcohol de vino,
84
el cuerpo de los cuales habían sido colocados en polvo de lico-
podio. Al ser agitadas, el polvo se extendía, inflamando el alcohol
que quema y produciendo una llama muy alta de luz muy bri-
llante”. El neófito, entonces, se daba cuenta de que todos los
masones allí reunidos estaban apuntando sus espadas contra
él. Después de una pausa, el Venerable tranquilizaba al nuevo
aprendiz, diciendo que esa actitud de ellos en adelante le ga-
rantizaba ayuda en caso de necesidad.

Los demás regresaban a sus columnas, y de pie y con la es-


pada en la mano, el Maestro de la Tienda procedía a la consa-
gración. Esta era hecha, de acuerdo con la época, el lugar y la
Logia, por el mallete, después por la espada, por el mallete y
la espada y, a veces, por el mallete y el compás. Una vez que el
pie neófito, o de pie con una rodilla en el cojín y la plaza que
había sido utilizado por la obligación, el Venerable constituyó el
aprendiz de albañil, “a la gloria del Gran Arquitecto del Univer-
so”, De acuerdo con una fórmula un poco similar a la usada hoy,
confirmando enseguida su admisión en la Orden al aplicarle en
la cabeza pequeños golpes de mazo o espada por tres o tres
veces tres veces. Después de un abrazo, le entregaban el delan-
tal y los guantes. En aquella época ya lo largo del siglo XVIII, la
babeta del delantal de aprendiz quedaba adentro, invisible. La
de los compañeros, a veces adornadas con los utensilios, que-
daban levantadas y abotonadas a fin de mantenerse así, y las
de los maestros, bajadas. Hasta el collar del maestro hacer su
entrada en tienda en los años 1775, sólo la posición de la babeta
permitía identificar el grado de un hermano. En la Edad Media,
el uso de guantes estaba asociado a ceremonias religiosas y mi-
litares.

Entre los operativos, el empleador ofrecía un par al “aprendiz


registrado” en el momento de su recepción, sin que exista nin-
guna explicación al respecto. El examen del Mason, 1723, indi-
ca que el recientemente admitió haber recibido dos pares de
guantes blancos, uno “para él y otro para una mujer”, sin más
85
comentarios. Prichard (1730), nada menciona al respecto. Pero
Hérault, en Réception d’un Frey-Mason (1737) añade “... el se-
gundo par es para la mujer que más lo considera”. En 1760, al en-
tregarlas, el Venerable decía: “Un albañil jamás debe sumergir
sus manos en la iniquidad” y, en 1786, orientaba “los guantes, por
su blancura, os recuerda la candura que siempre debe reinar en
el alma de un hombre honesto, y de la pureza de nuestras accio-
nes. En cuanto a la mujer... rendimos homenaje a sus virtudes”. Y
Goethe mostraba que el gran valor de este regalo residía en el
hecho de que “... que un albañil podría hacerlo sólo una vez en
toda su vida”. Con la costumbre se ha convertido en tradición, la
oferta de guantes continúa hasta hoy.

A continuación, venía la invitación para el reconocimiento del


nuevo aprendiz, la comunicación de los signos, de la postura,
de la marcha, de las palabras. La primera se manifiesta por la
batería y el reconocimiento vivat, vivat, et semper vivat, sustituido
por mediados de siglo por Huzzé en las tiendas de Escocia. En
Inglaterra, los trabajos eran interrumpidos, se hacía un brindis
en el lugar, al nuevo hermano, y se retomaban los trabajos. En
Francia se instituyó una costumbre de hacer que el (los) recién
llegado (s) ofreciera un banquete después de la recepción; los
abusos fueron tantos que acabaron por desistir de esta práctica.

El origen de las señales masónicas sigue siendo misterioso


y su introducción en la masonería especulativa es desconoci-
da. El reconocimiento de los masones operativos residía en la
“palabra del masón” y nada indica que hubiera un gesto que la
acompañara. Es casi imposible considerar el “signo de orden”,
conocido aquí y allá en la estatuaria medieval, como siendo la
indicación de la existencia de tradición “masónica” entre los ta-
ladores de piedra. O bien, se debe tener en cuenta la descrip-
ción precisa dada por Filón de Alejandría, en “La vida contem-
plativa” y Josefo en sus “Antigüedades de los Judios” en el primer
siglo de nuestra era. No podemos ni siquiera considerarla, a
ejemplo del signo de sufrimiento del Maestro, casi universal,
86
como un tipo de arquetipo de la especie humana.

Los pasos y la marcha se relatan en textos antiguos de 1724,


1725, 1729 y 1730, pero sin su descripción. En 1737, el expe-
diente del juicio de Coustos en Lisboa indica que entra en la
tienda con tres pasos, que no se describen. Sólo en 1745, en
Francia y Alemania, es que al estar de pie, se dice que los pies
deben estar unidos talón contra talón y que cada paso se llevó
a cabo en la plaza, y el “Sceau rompu” [21] , lo que trae estos
detalles, añade que la marcha del Maestro consistía de tres pa-
sos en zigzag. El “L’Antimasón” (1748) muestra, en un diagrama,
tres pasos para cada una de las marchas, pies en escuadra, pero
claramente separados, en una línea recta para el aprendiz, en
zigzag para los otros dos grados, con la diferencia de que, en
la marcha de Maestro, durante el 2º y 3º pasos uno de los pies
no encajaba en el suelo, un punto al que volveremos al hablar
en la recepción de maestro. De hecho, no había ninguna regla
fija y confusión durará hasta después de 1800. En 1760, los “Los
tres golpes Distintos”, dejando al descubierto la práctica de los
“Antiguos”, indicaron un paso para los aprendices, dos de com-
pañeros y tres para los maestros, sin especificar cómo deberían
hacerlo. Confirmando así la protesta Laurence Dermott, que en
“Ahimon Rezon” fue mostrado indignado por el hecho de que la
moderna habría cambiado la marcha, que fue tomada como un
hecho la “Jakin y Boaz”, 1762, el cual, todo en el nombre de los
“antiguos”, que se define en orden ascendente grado, 1, 2 y 2
pasos. Además, en los años que siguieron teníamos 1 + 2 + 3 o
3, 5 y 8 o 12 + 3, etc. etcétera Nunca hubo ninguna explicación
sobre un posible sentido de la marcha de los masones...

Hemos visto el origen de “palabras” descendientes ilegítimos


de la misteriosa “Palabra de Mason” de funcionamiento, presu-
miblemente de la Biblia en la primera década del siglo XVI-
II. Las atribuidas a los tres grados simbólicos no sufrieron las
vicisitudes de los otros componentes de la Orden Masónica. La
inversión de las columnas y, por tanto, de los vocablos que las
87
designan, hecha necesaria por razones de seguridad, fue sólo
un episodio menor, y ciertamente no valen el ruido hecho al
respecto por los escoceses. A lo sumo, podemos decir que algu-
nas tiendas inglés han elegido la palabra “mahabone” al tercer
grado en lugar del término que usamos hoy en día. Y hay que
recordar que el Gran Oriente creó la palabra semestral el 23 de
octubre de 1773.

¿Cuándo los aprendices masones pasaron a


tener tres años y por qué?

Todos los catecismos hasta 1750 dicen “menos de siete años”


así como los compañeros también menos de siete años, porque
entre los operativos era el tiempo que se llevaba para pasar de
aprendiz a compañero-obrero, o compañero maestro, teniendo
este último, en consecuencia, “siete años y más”. Un documen-
to de 24 de junio 1765 hizo repetidamente utilizando una fór-
mula utilizada hasta hoy, “P: .L: .N: .N: .q: .S:. :: C” [22]  para los
números que se encuentran en conocida. De esencia pitagórica,
venida, por medio del fuerte hermetismo en boga en aquella
época, enmascara, bajo un aspecto misterioso que le confería
importancia, una ignorancia que parece no haber desaparecido.

Se acostumbra acoger al nuevo hermano con algunas bre-


ves palabras de bienvenida, con lo que se encerraba la recep-
ción. Ella era seguida por el banquete ya mencionado, llamado
“Tienda de Mesa”, que merece un estudio especial profundo.

Hasta 1730 había prácticamente sólo dos grados, y la recep-


ción del segundo consistía en una obligación, de la comunica-
ción de una señal no descrita, de una palabra hasta hoy secreta
y de los cinco puntos del compañero. Documentos anteriores
a 1727, como el manuscrito de Edimburgo casa del registro de
1696, el manuscrito Trinity College de Dublín, 1711, el examen
del Mason, 1723 y Manuscrito Graham, 1726, explicar muy bien
el paso ceremonial del grado de aprendiz para aparearse, así
88
como los publicados hasta 1750, después de Prichard (1730)
sobre la contribución simbólica producido a partir de esa fe-
cha. Además del propio episodio del asesinato de Hiram, es
cierto que el tercer grado se estableció por sucesivas divisio-
nes de los dos primeros, y se apropia, en particular, de los prin-
cipales elementos del grado de compañero. Algunos de ellos
volvieron más tarde a su fuente original.

El aspirante a compañero tenía que ser instruido en los “Miste-


rios” de la Masonería. Así, él era interrogado, por un lado, sobre
las circunstancias de su admisión, sobre el ceremonial usado y
el porqué de él, y también sobre lo que había aprendido.

Las preguntas y respuestas eran breves. En realidad, reci-


taban “de memoria” el catecismo sin dejar de pensar, en un
riguroso ejercicio de memorización. Hay 90 puntos de Pri-
chard relacionados con la orientación, la apariencia y la tienda
de muebles, el papel de sus funcionarios, el “secreto” lenguaje
corporal. Este texto revelador es precioso y podemos aprender
de ella, manteniéndola sólo esto: “Que el fundamento de la casa
son tres columnas o pilares, la fuerza, la sabiduría y la belleza”,
el techo “es un cielo nublado embellecido por el color de todo
tipos, el piso está decorado con mosaicos”, en el centro hay un
cometa (la llama de la estrella) “y que” alrededor de la casa
hay un forro con un brocado de oro que constituye alrededor te
rodea”. Todos estos elementos, además de algunos utensilios,
fueron incluidos en el panel de la Logia. Por otra parte, dijo que
“el punto Je, o punto medio, impiden cualquier error de maestro a
hacer el círculo, la línea de una longitud sin anchura, la superficie
de una longitud con una anchura y un cuerpo compacto (volu-
men) involucra a todos”.

Hay también enigmas. Así, el maestro está “vestido con una


chaqueta amarilla y pantalones azules” (empuña un compás, que
en la época era su atributo), y los secretos están escondidos “en
el pecho izquierdo (del masón), la llave que permite el acceso
89
está cerrado en un cuadro de hueso” [23], que abre y se cierra no
menos que una clave de marfil con ‘colgado y atado’ a un cintu-
rón de seis pulgadas [24]. Solución del rompecabezas: () de la
boca, el paladar y los dientes, y el lenguaje es la clave de marfil
lo que se llama el “guardián de la verborrea” son las palabras.

Un aprendiz no puede pasar a su compañero sin haber “servi-


do a su maestro”, lo que él hace “con cal, carbón vegetal y una
pala”, significando respectivamente “libertad, seriedad y celo”
(traducción de la edición de 1743) o “con tiza, carbón vegetal y
el contenedor de preparar mortero “o” Libertad, fervor y celo
(1788). Esta interpretación libre de los símbolos, la expresión
de un humor muy británico, en este caso, no sería para satisfa-
cer tanto el abad Perau, cuya aprendiz en “trahi” de 1742, había
trabajado con “cal, pala y ladrillo”, es decir, “libertad, confianza
y celo”, porque él pensaba añadir, en una nota:”Es necesario
que el masón sienta la precisión de estos emblemas”. Sin em-
bargo, a creer en el prefacio del libro de uno de sus competido-
res en la literatura masónica, él había sido “iniciado” de autori-
dad, y para aquella ocasión el término “iniciado” es adecuado,
porque se había hecho introducir indebidamente en una tienda
y, descubierto, había sido adelantado “colocado debajo de una
gotera o (bajo una boquilla de canal durante una lluvia fuerte)
para que el agua lo penetre de la cabeza a los pies y encharque
sus zapatos” punición reservada para curiosos y formulada en
los catecismos.

Si bien “ni desnudo, ni vestido,” sin la venta y la cuerda en el


cuello, todavía están en vigor en el Rito de Emulación, ni los
textos ni la iconografía existente sugieren que haya sido así du-
rante la mayor parte del siglo XVIII. Debe haber sido un regalo
de los “Antiguos” para los “Modernos” de la segunda mitad del
siglo, confirmado en la fusión de 1813. En Francia, y después,
algunos pocos rituales escoceses lo adoptar. El aspirante había
probado que había sido instruido en los misterios masónicos,
aprendido que se había convertido en compañero “a causa de
90
la letra G” o “por el amor de la letra G”, y reiteraba, al igual
que antes, el juramento pronunciado en su admisión al grado
de aprendiz.

No parece que haya habido ningún viaje durante la recepción


al segundo grado, a menos que se identifique como tal los cin-
co pasos practicados por el Rito de Emulación, que los trae del
siglo XVIII. Las mencionadas por los catecismos no tienen la ca-
racterística de la marcha bien específica del aprendiz, y parece
puramente simbólica.

- ¿Has viajado alguna vez? pregunta el Gran Maestre (que se


convertirá en el Venerable)
- Hice un viaje en Oriente y Occidente. y en otra versión “de este
a oeste.”
- ¿Alguna vez has trabajado?
- Sí, para la construcción del Templo.
- ¿Dónde recibió su salario?
- En la Cámara de Medio.
- ¿Cómo puede entrar en la Cámara de Medio?
- Por el pórtico. y en otra versión  “a través de una antecámara.”
- ¿Qué has visto por el camino?
- Dos grandes pilares ...

Y el candidato, después, toma contacto con los dos pilares de


Salomón cuyos nombres había aprendido sin saber a qué apli-
carlos, y sus dimensiones, según la descripción dada por la Bi-
blia (Reyes I. cap 7).

- ¿Cómo llegó a la Cámara de Medio?


- Por una escalera de caracol oculto,  o  “por una espiral oferta
doble escalera oculta”.
- ¿Cuántos escalones tiene esa escalera?
- Siete o más ... “... porque siete o más componen un colegio per-
fecto, o hacen una tienda justa y perfecta”.

91
Señal, palabra y tacto son necesarios para franquear la puerta,
muy alta, de la cámara del medio, donde él ve “algo parecido a
la letra G”.

- ¿Qué significa este G?


- Geometría o ciencia.

Él lo había dicho al principio del catecismo. Pero esta cuestión


no era pertinente ni podría recibir otra respuesta. Prichard, o
los autores de los textos, tal vez tomados de remordimiento o
por la inquietud de eliminar a Dios, lo que, en una época en que
los poderes estaban bajo la tutela de las iglesias, era un peligro
considerable, añadió un poco más tarde, como respuesta a la
misma pregunta:

“rueda arquitecto más grande del mundo, o uno que se envían a


través de la parte superior del templo” (traducción, palabra por
palabra, edición de 1743); o “el gran organizador del universo,
que se colocó en el punto más alto del templo” (1788 edición de
la traducción).

Dos frases que merecen un análisis...

La letra G estaba trazada en el centro de la cámara del cen-


tro. En 1740, dos fotos en el “Diálogo entre Simón y Philip” la
representan. Una, cerrada en un contorno “de diamantes”; la
otra, en medio de un sol radiante que no pueda confundirse con
la estrella de fuego, que también pertenecía a la matriz [25] el
grado de aprendiz. Los dos hicieron su primera aparición en
1726 en un folleto anunciando una serie de conferencias bajo el
título “El Antidiluvian Masonería”, creada para dar el significado
de la letra G, la estrella de fuego, etc., innovaciones introducidas
por Desaguliers y otra, también para levantarse contra la indig-
nidad que constituía el hecho de borrar el cuadro de Tienda con
escoba y balde al final de la reunión.

92
La aparente simplicidad del significado de la letra G, geometría,
Gran Arquitecto (Dios) hace que nos olvidemos que es la terce-
ra letra del alfabeto hebreo, el número 3 en sí, la Trinidad divina,
y por lo tanto está vinculada a la simbología cabalista. Desde su
origen es el único elemento estable del segundo grado y que
aún mantiene sus dos sentidos primitivos. Los otros se unieron a
ellos: un manuscrito catequesis anterior a 1750 lo define como:
“la gloria, la grandeza, la geometría, la 5 a la ciencia”, Gloria
al gran arquitecto, la grandeza del Maestro de la Logia, la geo-
metría de los hermanos. Contrariando esto, otro manuscrito que
data de la década de 1780 cita solamente la geometría y elimina
al Gran Arquitecto. Un accidente, sin duda, porque el ritual del
Gran Oriente, de 1786, reimpreso en Régulateur Mason en 1801,
después de la régulateur Symbolique de 1839, dice que “es el
monograma de los más altos nombres, la fuente de toda luz
y toda la ciencia”.

¿Cuándo fue la Estrella Flameante asociada con


la letra G?

Hay una mención en 1726 y un segundo que incluye el mobi-


liario tienda de aprendiz en 1730 y una tercera en el “ Diálogo
entre Simón y Felipe “ en 1740, que atribuyen su paternidad a
Desaguliers y sus amigos - que debe ser verdad - y sin ningún
significado especial. Ella parece haber seguido el camino de la
bóveda estrellada, que apareció en 1711. Pero los Magos fueron
siempre vagando en el camino, como la “trahi”, edición de 1767.
En ambos paneles, y su compañero aprendiz, que se muestra
en la primera “como se ha publicado en París, pero impreciso”,
aparece la letra G en la estrella que arde, y en el segundo, “el
verdadero plano de recepción”, la estrella siempre llameante
sobre una esfera al pie de la que está la letra G. No “Les fran-
cos-masones Écrasés”, De Larudan (1778), en los paneles de
aprendiz y compañero, la estrella arde, sin la letra, aparece sin
llamas en el panel del Maestro, y el G no aparece en ninguno
de los tres. “La estrella misteriosa” -ella permaneció así- había
93
adquirido notoriedad durante el período de separación de los
dos grados, compañero y maestro, y de la estabilización de sus
respectivos rituales, alrededor de 1760. Fue confirmada desde
el momento en que la tradición hebrea ingresó en la Masone-
ría e introdujo el IOD en su centro, lo que hizo divina. El Gran
Oriente la consagra definitivamente entre 1773 y 1786, cuando
estableció el llamado rito “francés”.

Durante la comunicación al nuevo compañero de las señales y


toques, debemos prestar una atención especial a los “5 puntos
del masón” que pasaron a ser llamados después de 5 puntos del
Maestro. En 1730, Prichard los incorpora en este grado.

- ¿Cómo Hiram fue elevado?


- Como todos los masones cuando reciben la palabra de maestro.
- ¿Como asi?
- Por los 5 puntos de la cofradía.
- ¿Cuáles son ellos?
- Mano contra mano, pie contra pie, mejilla contra mejilla, rodilla
contra rodilla, y mano en el dorso.

Se observa que no son los gestos hechos para levantar el cuer-


po de Hiram que crean los 5 puntos, pero que son ellos, los de
la “cofradía”, que les dan esa finalidad, ya que parece que exis-
tieron antes del asesinato del Maestro. Esto es comprobado por
seis textos entre 1696 y 1727, es decir, mucho antes del episodio
de Hiram convertirse en parte de la masonería especulativa.

La primera descripción de la fecha de inscripción de 1696, el


manuscrito “Edinburgh casa del registro” en el momento de la
recepción de la escuela secundaria, en los días en que sólo dos
eran. Preguntado sobre cuántos puntos tiene el masón, el reci-
piendario respondía:

“5, cuales sean, pie contra pie, rodilla contra rodilla, corazón con-
tra corazón, mano contra mano, oreja contra la oreja”.
94
Hay variaciones en la forma como se les practicaron - Manus-
crito de Sloane 3329 (1700), Manuscrito Trinity College de Du-
blín (1711), “Examen de Mason” (1723) (donde había seis pun-
tos: pie, rodilla, mano, oreja, lengua, corazón), “el gran misterio
abierto” (1726) (pie, la rodilla, el pecho, la mano apoyando su
espalda, la frente, las mejillas) -y en el orden en que se produ-
cen. La “confesión de la Mason” , se refiere a una casa de campo
en Escocia en 1727, comenzando con “mano a mano”, y el ma-
nuscrito Graham (1726) trae (pie, la rodilla, el pecho, las meji-
llas, la mano).

Ningún documento, manuscrito o impreso, proporciona ningu-


na explicación, ni sobre el origen ni sobre el significado a ser
dado a este gesto, que para decir lo mínimo, es inusual. En 1760,
los “Los tres golpes Distintos” traerá el significado del primer
punto, que se no resuelve el problema puramente simbólica y
moral de cada uno de los puntos. El mundo operativo descono-
cía: materialmente, no podía ser una señal de reconocimiento y
en las tiendas no había esoterismo. Ahora son los “aceptados”,
que, a finales del siglo XVII e inicio del XVIII, relatan los puntos
del masón y es posible que su presencia sea anterior a 1696.
Porque en su mayor parte, los “aceptados” eran personas edu-
cadas, muchas veces eruditas, que tenían la Biblia como la base
de su cultura.

En el caso de las resurrecciones ocurridas a través de un con-


tacto muy cercano entre los muertos y los vivos que estaban
unidos contra ellos con el fin de traerlos de vuelta a la vida. Dos
profetas del siglo IX a. C. resucitar a las personas así. Uno fue
Elías, que resucitó a una viuda que lo acogió con hambre; otro,
fue Eliseo, su sucesor que era hijo de una mujer de Sunam. La
historia del milagro es explícita. (Libro IV Reis , 34 y 35). “Se su-
bió a la cama, tomó al niño y puso su boca sobre su boca, sus ojos
sobre sus ojos y las manos en las manos. Y se acostó sobre ella y la
carne del niño se calentó. Y se fue a la cama y se tendió sobre el
niño y el niño se abría siete veces y abrió los ojos”.
95
Las razones para la incorporación, en una recepción masó-
nica, de procesos mágicos, pueden hacer que un evento tan
milagroso permanezca obscuro e incluso misterioso. Al menos
35 años antes de la leyenda de Hiram surgir, proporcionan una
justificación plausible para el escenario del desarrollo del fu-
neral de sus héroes. El estado de descomposición del cuerpo,
descubierto varios días después del asesinato, ciertamente no
contribuye a una maniobra “pie contra pie, pecho contra pecho,
mejilla contra mejilla”, que tenga en vista levantarlo. Pero si esta
operación tenía la intención de traer al maestro de obras de
vuelta a la vida, y así recuperar el secreto que él había llevado
a la sepultura, los “cinco puntos del masón”, recuperan un sen-
tido y una lógica que se era muy necesaria. Es poco probable
que el compañero, y después el maestro que los heredó, estu-
vieran conscientes de su contenido. Es el destino de los símbo-
los atravesar los siglos ignorados, blancos de la incomprensión,
incoherencia y, entonces, un día, resurgir del olvido y encontrar
su luz.

notas:

[21] - Sello agrietado (NT)


[22] - Tal vez el equivalente de NVPDSS pero en otra
situación? (NT)
[23] - El texto original dice “boette d’or”, pero el libro de Pri-
chard dice en “caja ósea del hueso” Inglés (NT).
[24] - Prichard dice cable de 9 pulgadas o un remolque pie (NT).
[25] - De acuerdo a la Concise Oxford en la Edad Media, la ar-
madura completa de la caballero europeo (NT).

96
Ensayo sobre los orígenes de los rituales
y el grado simbólico.

No hay detalles sobre la entrada del número 5 en el grado de


compañero. La respuesta es difícil. Los documentos manuscritos
de la ritualidad no son datados y son bastante raros hasta los
años 1770. Las revelaciones impresas de Prichard, Perau, Laru-
dan, a las que se unen los ingleses, se publican a partir de 1760.
El “cinco” no aparece en ninguna parte antes de 1750. La estre-
lla con cinco puntas, comprometida debido a su nacimiento ile-
gítimo, no desempeñó ningún papel hasta que la contribución
del hermetismo, de las doctrinas conjuntas de los pitagóricos y
cabalistas le permitió hacer carrera. Aparecido en la edad, en
los viajes, en los pasos y escalones del altar, aunque para Régu-
lateur du Masonlas menciones a ella fueran siete. Todo práctica-
mente se estabilizó en 1786, con el ritual del Gran Oriente. Las
herramientas que acompañaban los viajes migraron de uno a
otro por opción de las Tiendas, pero los comentarios que susci-
taban, donde la moral tendría un lugar destacado, no quedaron
sin valor.

97
Un ritual de la Tienda Madre Escocesa de Marsella, posterior
a 1770, hizo ejecutar los cinco viajes sin herramientas o expli-
caciones, pero colocó a los compañeros dispuestos en cadena,
cada uno con la mano derecha sobre el hombro izquierdo del
anterior e hizo que golpear en la piedra cúbica uno tras otro. A
cada uno de los golpes, había una parada delante de la estre-
lla llameante y comentarios. En Inglaterra artes y las ciencias
liberales hacen una apariencia tímidos catecismos aprendiz en
los “tres golpes Distintos” (1760) y “Jakin y Boaz” (1762), y lue-
go se pasan a la escuela secundaria, en 1769, en 1775, William
Preston en “Ilustración de la Masonería”, Añade muchas expli-
caciones. Francia va a recibirlas sólo a principios del siglo XIX,
así como los sentidos que tendrán lugar importante durante los
viajes, incorporándolos.

Aunque se sabe de fuente segura que el primer grado de la


masonería operativa apareció a principios del siglo X, y el se-
gundo, en los primeros años del siglo XVI, no podemos definir
con precisión cuando nació el Grado de Maestro. La primera
mención de ella se remonta al 12 de mayo de 1725. En esa fecha,
una sociedad para masónico, el Philo Musicae Architecturæ So-
cietas Apollini, planteó varias masones del tercer grado. Ella ha-
bía sido creada en febrero de 1725, por ocho hermanos aman-
tes de la música y la arquitectura. Sus reglamentos obligaban a
todos los miembros a ser masones, lo que llevaba los profanos
que eran admitidos a ser recibidos en la Masonería en el mo-
mento de su entrada en la Sociedad. Este procedimiento irregu-
lar llevó a una protesta, de la Gran Logia de Inglaterra, que no
fue considerado. la Philo Musicae  desapareció en 1727.

La segunda mención de un ascensor hasta el tercer grado tuvo


lugar en el 25 de marzo de, 1726, la casa de campo “Dumbarton
Kilwining n° 18”, Escocia, fundada el 29 de enero de ese año, y
luego el 27 de diciembre, 1728, la casa de campo “Greenock
Kilwining n° 12”, que en ese momento introdujeron el cobro
de tasas para el aumento de dos grados. El sistema de tres
98
grados extenderse poco a poco, la casa de campo “Antigüedad
n° 2”, creada en 1717, la adoptó en abril de 1737, y la tienda
Dundee n° 18”, fundada en 1728, sólo en 1748.

Tal vez hubo en Escocia a finales del siglo XVII y en Inglaterra


en los primeros años del siglo XVIII, a juzgar por lo que sugie-
re, por un lado, el manuscrito Sloane 3329, y el otro, Philo Musi-
cae ... -cuyos fundadores pertenecían a la tienda n°l 14, que se
reunió con el Head Tavern, situado en  la calle Gran Reina- por
lo menos en 1724, hizo uso de esta práctica . El manuscrito Tri-
nity College de Dublín, 1711, demuestra que era conocido, si
ya no estaba en vigor en Irlanda ese año, y su catecismo trajo
“los mismos secretos de cada grado”. El “examen de la Mason”,
de 1723, hace una breve alusión al aprendiz, al compañero y
al maestro. El punto a destacar de esta innovación, y que es de
importancia fundamental, es que en ningún lugar aparece la le-
yenda de Hiram.

La primera versión conocida de ella surgió en 1730, por medio


de Prichard, en su “La Masonería Disecada” y sólo en el catecis-
mo, a través de preguntas y respuestas. El segundo fue publi-
cado en Francia en 1740, bajo la firma de Leonardo Gabanon,
seudónimo de Louis Travenol, un libro titulado Le Catéchisme
des Francs-masones, precedido por un resumen de la historia
de “Adoniram, el templo de Salomón el arquitecto”, varios a
veces reproducido. Él añadía, en forma de narrativa, muchos
detalles no incluidos en el cuestionario de Prichard. Luego, en
1742, llegó “L’Ordre des Francs-masones Trahi”, del abad Perau,
que desvergonzadamente “piratea” su antecesor y, como cabría
esperar, no podría hacer nada mucho mejor que embellecer la
historia con algunos incidentes muy importantes, procedimien-
to que se perpetúa en las sucesivas ediciones y que enfureció
los escoceses, nacidos en aquel tiempo. Así, a partir de 1745, se
establece, ilustrada por la iconografía, la dramatización de un
catecismo que se ha vuelto ritual a través de la adopción de un
escenario que revive el asesinato legendario del arquitecto del
99
Templo de Salomón.

Más conservadora, Inglaterra estuvo cerca de Prichard en tér-


minos de sobriedad. Ella se sorprendió por la audacia y la in-
dependencia de la masonería francesa, por lo que la segunda
edición de las Constituciones de Anderson en 1738, sólo dio una
importancia en la leyenda de Hiram. El inglés no adoptó defini-
tivamente alrededor de 1760. En ese mismo año, una revelación
enésima de “Los tres golpes Distintos” añadió nuevos elementos
para la realización de ceremonias y así finalmente aprendió los
nombres de los tres asesinos del maestro arquitecto, un centro
de investigación que duró 30 años.

El origen de la leyenda es misterioso. ¿Dónde? ¿Cuán-


do? ¿Cómo? Un manuscrito, el Graham (1726), aclara ligeramente
su apariencia a través de una historia aparentemente bíblico,
pero para los cuales no hay ninguna coincidencia en el Antiguo
Testamento.

Los tres hijos de Noé, convencidos de que su padre al morir,


había llevado con él un secreto de gran importancia, partieron
en busca de su tumba, con la esperanza de encontrarlo en las
inmediaciones. Combinaron que, si no lo conseguían, lo prime-
ro que encontrarían sería “para ellos, como un secreto” recibido
de Dios mismo. La inconsistencia de una propuesta para susti-
tuir un secreto de naturaleza desconocida por algo no relacio-
nado con él, no parece haber sacudido el espíritu de nuestros
tres personajes. Sin embargo, una vez la tumba abierta y en-
contrada el cadáver descompuesto, ellos toman un dedo, que
desliza, después el puño y el codo, y levantan el cuerpo “por los
cinco puntos de los masones”. Uno de ellos dijo, “no hay médu-
la ósea este” (ósea en este hueso), el segundo retrucó, “pero es
un hueso seco”, y el tercero dice “él huele (fede)”. Por lo tanto,
decidieron nombrarlo se conoce hoy en día en la masonería “es
decir”, ósea en el hueso”. Fue la primera vez que se reveló una
palabra de maestro.
100
Ha sido objeto de algunos cambios y se convirtió en “ad mag-
boe Boe” en “Las instituciones entero de albañiles libres abrieron
los también a sus palabras y signos”, impreso por William Wilmot
(1725), que establece explícitamente que significa “la médula
ósea en el hueso, así nuestro secreto es guardado. Aparece como
“médula ósea” en el manuscrito Sloan 3329 y el manuscrito Tri-
nity College Dublin (1711). Siendo así, cinco años antes de la
revelación de Prichard -y quizá aún más temprano- el grado de
maestro en gestación ofrecía la narración de un secreto perdido
que se intentaba traer del más allá de la muerte, por una ope-
ración de comprobado carácter mágico, cuyo significado y pro-
pósito se escapaba a sus autores. No parece que fuera anterior
a 1700, aunque los cinco puntos del masón surgidos más para el
final del siglo XVII dejan suponer un intento de innovación en
esa dirección. La leyenda de “Noé” tuvo algún impacto, porque
Anderson, que la ignoró en 1723, la recuperó en 1738 al hacer
de los masones, tornados “hijos de Noé”, “verdaderos noaqui-
tas, su primer nombre de acuerdo con las viejas tradiciones”.
En torno a 1744, el grado del Real Arco inglés toma prestado
varios de sus elementos.

¿Cómo y por quién se efectúa el paso de la leyenda incomple-


ta de Noé -incompleta porque allí no hay asesinato- para la del
Hiram asesinado por malos compañeros, aparecida en su casi
totalidad en 1730? Es esta última novedad que atrae la fuerte re-
acción contra Prichard, tratado como impostor por la Gran Logia
de Inglaterra, que en la época sólo practicaba los dos grados,
aprendiz y compañero, con un ceremonial bien simple. Su lenta
introducción en la liturgia masónica ciertamente no favorecerá
el establecimiento de un ritual más vigoroso que vaya más allá
de la simple recitación del catecismo de 1730, lo que durará
hasta cerca de 1760.

En Francia, la recepción principal, descrito por primera vez


por Leonard Gabanon la “Catéchisme des Francs-masones” en
1740 y tomada por Perau Abad en “trahi”, 1742, muestra que fue
101
puesta en escena la historia de “Adoniram” desde su llegada
al continente. El candidato a maestro era llamado a vivir ple-
namente el drama del asesinato, que repetía en todos los deta-
lles. Sobrio al principio, el escenario se fue complicando a conti-
nuación en función de detalles y explicaciones diferentes entre
sí. Todo parece estabilizar justo antes de la Revolución [26], y así
fue en el primer cuarto del siglo XIX.

El recipiendario estaba traicionado como deseaba, pero sin


espada, revestido del delantal de Compañero, con el abate le-
vantado y abotonado. Después de golpear tres veces en la puer-
ta de la Cámara de Recepción, entraba a invitación del primer
vigilante, acompañado por un aprendiz, compañero y maestro
que, en este caso, es llamado hermano terrible. Sólo se admiten
los maestros. En la Cámara donde se da la ceremonia se traza
el panel de maestro, que tiene la forma de un ataúd rodeado de
lágrimas, sobre el cual se coloca una rama de acacia, y donde
está escrito Jehova, que es la antigua palabra de maestro. Al pie
de Oriente hay un compás abierto (que en la época era el sím-
bolo del Maestro de la Tienda), al oeste un cráneo y dos huesos
cruzados, una escuadra y los cuatro puntos cardenales. Se ilu-
mina este dibujo con nueve velas, tres en el Este, tres en el Sur,
y tres en el Oeste, y en torno se colocan tres hermanos, uno en
el Septentrión, otro al mediodía y el tercero en el Oriente, que
tienen, cada uno, un rollo de papel escondido bajo sus ropas. En
el “trahi”, el cráneo y los huesos quedan, respectivamente, en
un extremo del dibujo, y se agregan las herramientas, ya la de-
recha, una montaña sobre la cual hay una rama de acacia. En al-
gunos grabados la montaña está representada por una pequeña
pila de piedras ubicadas en un rincón de la Cámara, al lado de
Oriente. Un poco más tarde, el diseño del cráneo es sustituido
por un cráneo real iluminado por dentro por una vela. Ante el
Gran Maestro de la tienda, llamado Mui-Respetable, hay un pe-
queño altar, el Evangelio y un pequeño mallete. Los dos Vigilan-
tes, llamados Venerables, se colocan dirigidos hacia Occidente,
frente al Gran Maestro, en los dos rincones de la Logia, y los
102
demás oficiales, indiferentemente, alrededor de la Logia con
los otros hermanos. Hay sólo uno que está a la puerta, dentro
de la Logia, con una espada desenvainada en cada mano, una
con la punta hacia arriba y la otra, apuntando hacia abajo, que
él sostiene con la mano izquierda para darla al Primer Vigilante.
A la hora de la entrada del candidato se hace la señal del maes-
tro “... colocando la mano derecha sobre la cabeza, con el dorso
mirando hacia la frente, los cuatro dedos extendidos y juntos, el
pulgar lejos, llevándola a la boca del estómago”.

Se pretende hacer impresionante la introducción del destina-


tario en la Cámara de recepción. El Primer Vigilante abre vio-
lentamente la puerta, apunta su espada y ordena que sostenga
la punta y la mantenga sobre su pecho derecho. Segura con la
mano izquierda y lo hace realizar tres veces el recorrido alre-
dedor de la Logia, saludando al Gran Maestro a cada paso, salu-
do a la que se juntan todos los hermanos. Volviendo a Oriente,
entre los dos Vigilantes, el candidato es invitado a acercarse al
Muy Respetable por la marcha de maestro, que ahora le es en-
señada por el Primer Vigilante. Se comienza con la doble escua-
dra, es decir, los talones unidos, las puntas de los pies unidas
a las dos patas de la escuadra dibujado en el suelo, luego tres
grandes pasos en triángulo, el primero a la derecha, el segundo
a la izquierda cruzando el ataúd, y el tercero a la derecha en el
extremo de éste, con los dos pies juntos para formar la doble
escuadra-compás. Esta marcha, cuyo significado no tiene nin-
guna explicación, se llama “de la escuadra al compás”. A cada
paso el candidato recibe un golpe sobre los hombros dado por
cada uno de los tres hermanos que transportan los rollos de pa-
pel. Después de eso, él renueva los votos hechos anteriormente,
el Gran Maestro da tres pequeños golpes de mallete en su fren-
te y, inmediatamente después del tercero, “... los dos Vigilantes
que lo sostienen le tiran hacia atrás, donde él se extiende bajo
la forma del cajón, mientras otro hermano viene y coloca sobre
su rostro lo que parece ser un paño manchado de sangre en va-
rios lugares. Los hermanos sacan de sus espadas, apuntan hacia
103
el cuerpo del recipiendario (que no puede ver), manteniendo
esta actitud por un momento, después de lo que envuelven las
espadas. Después, viene la escena del levantamiento minucio-
samente descrita. El Gran Maestro se acerca al recipiendario, lo
toma por el dedo índice de la mano derecha, apretando con el
pulgar la primera junta[27], y, fingiendo que hacer un esfuerzo
para levantarla y dejar escapar voluntariamente a sentir los de-
dos sueltos, y dice ... (editado)

“Entonces se le quita el paño de arriba de la cabeza, y se cuenta


de memoria lo que se ha hecho en toda la ceremonia, instruyén-
dolo en los principales misterios y en las obligaciones de la maes-
tría mediante las cuales será reconocido entre los masones como
un hermano que ya pasó por todos los grados de la Masonería, y
no tiene nada que desear más allá de aprender perfectamente el
catecismo a seguir”. ( Catéchisme des francos-albañiles , 1740).

¿Cómo se hizo la transición del simple cuento de Prichard al


escenario dramático de la muerte de Hiram, que termina con
su sepultura? ¿Y cuál es el sentido a ser dado a este último una
vez que nada viene después de los funerales ordenados por Sa-
lomón? Esta historia no podía permanecer inacabada y luego
prosiguió en los grados de venganza del escocismo, aunque fue
dejada en suspenso en el grado de Maestro. Parece que a lo lar-
go de la evolución de la joven masonería especulativa, no son
éstos los símbolos que aparecen como vectores de ideas, sino
las ideas que buscan símbolos a través de los cuales expresar-
se. Este proceso al revés del pensamiento analógico, evidente
en el simbolismo de las herramientas, ocurre también para la
leyenda. Revela la necesidad inconsciente de darle una base
más sólida, incluso cargada de misterio.

Analizado desde el punto de vista de nuestro conocimiento


actual, se trata de un rito de muerte y resurrección en el alba
de su evolución, una nueva modalidad de un rito ancestral inhe-
rente a toda la especie humana. Pero que, sin querer disminuir
104
la inteligencia de nuestros antecesores, ya pesar de que, para
algunos, tener un enfoque semejante a los autores clásicos de
la antigüedad, sería capaz de introducir tal interpretación en los
emergentes rituales de lo que se convertiría en la Orden Masó-
nica? De ahí la pobreza, la inconsistencia y la inseguridad pre-
sentadas por las raras y breves explicaciones proporcionadas
por los textos desde hace más de cien años y que sería innece-
sario levantar. Entonces una vez más, ¿por qué esta escena en
las tiendas?

El siglo era todo orientado hacia el teatro, un modo más ade-


cuado de expresión, más accesible y menos agotador que el li-
bro. El tema “ La cosa perdida” en su contexto dramático prestaba
bien a una fábula teatral y la oportunidad era buena también,
así que si no pudo explotarla, salpicando lo era, por el secreto
de los masones y el banquete se seguía, un espectáculo. El
conjunto tenía un cierto encanto. Y así es como se desarrollaron
una sucesión de escenarios que gradualmente se transformaron
en rituales.

¿Ceremoniales divulgados por las revelaciones, revelaciones


que crean ceremonias o interacción de las dos cosas? Ciertamente
ambas. En el año 1742, en el año 1742, en el año 1742, en el
año 1742, el padre de la familia, su muerte el 31 de marzo, 1767,
escribió, entre otros, 13 volúmenes de Vie des hommes d’ilustre
Auvigny , publica varias ediciones de Bossuet, en 20 volúmenes,
etc. Esto significa que era un experto en el tema. Lo demues-
tra en “trahi” , también publicado bajo el título ya utilizado por
Gabanon de “Le secret des Francs-masones” que inunda el mun-
do masónico entre 1742 a 1781. Por supuesto que fue saqueado
copiosamente con variaciones, traducidos al Inglés por J. Burd
en febrero de 1760, bajo el título “La clave para el maestro de la
masonería”, lo que permitió el autor de “Tres golpes Distintos”
le toma en préstamo muchas cosas sin ningún remordimiento.

La recepción de maestro de Perau trae dos importantes inno-


105
vaciones. Los tres viajes subsisten (llegan, a veces, a ser nueve),
aunque aún se ignore porque se hacen. Durante la caminata,
descubre que un maestro está extendido sobre el ataúd, el bra-
zo izquierdo a lo largo del cuerpo, el derecho doblado sobre
el pecho, mano abierta sobre el corazón, los dedos cerrados,
el pulgar en escuadra, y cubierto por el delantal llevado para
este fin, con el rostro escondido por un paño manchado de san-
gre. Se asiste al levantarse de este hermano por el Gran Maestro,
de acuerdo con los cinco puntos del masón. El receptor, a conti-
nuación, comienza la marcha en la misma forma presentada en
el catecismo de 1740. Un ritual posterior (1780) singularmente
esclarece el sentido del cruce del ataúd. Cuando el compañe-
ro entra en la Cámara de la Recepción, arrancan de repente su
delantal, porque él es sospechoso de ser uno de los asesinos de
Hiram, de lo que él se defiende. Es entonces invitado a pasar
sobre el cuerpo del maestro arquitecto para probar que no es
culpable. Estamos aquí en presencia de una prueba durante la
cual caerá muerto si está involucrado en el crimen. La ceremo-
nia continúa con la obligación y, clérigo como es, el abad Pe-
rau destaca una solemnidad del juramento, cuyo contenido no
había sido descuidado. El candidato arrodillado, con las manos
sobre la Biblia, besa tres veces después de repetir las sanciones
que lo amenazan en caso de perjurio. A continuación, bajo tres
golpes de maletín del Gran Maestro, se proyecta sobre el ataúd,
su delantal se levanta sobre el pecho y la cabeza está cubierta
con un paño ensangrentado. Cercado de espadas, es levanta-
do. Es interrogado sobre el papel de las herramientas ficticias
representadas por los rollos de papel que sirvieron para dar
los golpes en sus hombros durante la marcha “de la escuadra al
compás”, mientras que el asesinato da lugar a la obligación por
el mallete del Venerable. Pero Prichard (3ª edición, de 1730),
indica cuáles son las herramientas utilizadas por los asesinos,
que son (traduciendo literalmente) un maletín de asentamiento,
una herramienta para asentamiento, un mazo para asentamien-
to. Esto no impidió que un ritual (que no es el de “Perau”) traía
ladrillos, piedra cúbica y mazo. Una edición muy posterior hace
106
que ambos Vigilantes y el Venerable responsables del asesina-
to, con un golpe en la sien derecha, un golpe en la sien izquier-
da, a continuación, un golpe en la frente dado por este último,
que más tarde pregunta “¿Que han hecho ustedes?”.

La encuesta se realiza mediante cinco puntos de Mason des-


pués de dos fracasos con el índice y el dedo medio, y la pala-
bra maestro, (editado), se da en dos pasos: (editado) en la oreja
derecha y (editado) en la oreja izquierda. Pero Perau cambió
completamente el significado al hablar, por primera vez, en la
leyenda de Hiram, sobre la descomposición del cuerpo: “La car-
ne deja los huesos”. Este aspecto no fue tomado de la leyenda
de “Noé”. Prichard y Gabanon habían hecho tirar de las yemas
de los dedos, sin indicar la causa y de acuerdo a ellos, Mac Be-
nac significaba “El Maestro se ha alcanzado”, Nicolas de Bon-
neville en 1788, en su traducción de “Albañilería Disecada” dio
como “el constructor fue alcanzado”, significado que se mantie-
ne en Inglaterra. Otra innovación debida a Gabanon y retomada
por Perau es la señal hecha con una mano encima de la cabeza
y que es el preludio para la señal de horror con ambas manos. Y
en cuanto a la señal actual?

La elección de la acacia jamás tuvo su secreto elucidado. Su


colocación sobre la tumba levantó dos explicaciones, una para
la marcación del lugar, el otro para decorar, una preocupación
curiosa por parte de asesinos. Ella era “musguenta” de modo
visible y la verdura la hacía decente. Sin duda, los autores de
la historia cedieron inconscientemente a la antigua costumbre
de plantar flores o arbustos en sepulturas, un resquicio de las
creencias de los antiguos de que el alma de los muertos se ma-
nifiesta a través de ellos.

El ritual de maestro sufrió algunos cambios durante las déca-


das que siguieron a sus primeras codificaciones, pero incluían
sólo pequeños detalles que se desvaneció con el tiempo. Esta-
bilizado en la década de 1780, su profundo significado se ex-
107
tendió muy lentamente y, aun así, sólo durante el siglo XIX. Sin
embargo, la historia de Hiram, leída en la recepción, conoció
bellos enredos creados por la imaginación de los escritores, y
ya hablamos sobre la génesis y evolución de los altos grados,
corolarios del asesinato del arquitecto de Salomón.

Se deduce de lo expuesto que la llamada tradición iniciática


operativa es estrictamente imaginaria, y que en este caso y por
consecuencia, una filiación “operativos-especulativos” se prue-
ba inexistente.

La ritualidad masónica no nació de una eclosión del cielo. Su


creación es artificial, obra humana, y, como cualquier obra hu-
mana, si su parto ocurrió con alegría y esperanza, fueron va-
cilantes, sujeto a los errores y a los cambios de todo tipo y fue
penoso.

No es la “tradición masónica” del hecho de iniciación, pero


no en el sentido guenoniano [28] la palabra iniciación. Fue la
nobleza de nuestros predecesores que llevó, día tras día, a la
constitución de “una Orden” retomando lo que, en los diversos
esoterismos -orientales, griegos, judíos, cristianos- estaba más
allá de la mediocridad cotidiana. Y fue esta misma nobleza que
hizo que ellos establecieran un principio y, sobre todo, asumir
el esfuerzo de cumplirlo.

Y ella tiene la verdadera “Iniciación”, aquella “que pone en


el camino,” aquella que da al virtual iniciado el poder de la re-
flexión, de la voluntad, de la verdad y de la esperanza acumu-
lados por dos siglos y medio por estos incontables y anónimos
hermanos animados por una fe inquebrantable en la humani-
dad y en su futuro.

El reverso de la medalla es la historia y su verdad cruel.


El anverso de la medalla, el hombre en su verdad eterna.

108
notas:

[26] Revolución Francesa, que tuvo lugar entre 1789 e1799 (NT)


[27] El texto original dice le pouce appuyé sur la première et
grosse Pointure. No sé qué significa (NT)
[28] La referencia a René Guénon (NT)

Autor: André Doré (1902-1985)


Secretario Administrativo del Gran Oriente de Francia. - Miem-
bro, después miembro honorario del Grand College of Rites
(1979). - Historiador de la Orden Masónica, de los Altos Grados
y del Escocismo
Extraído de: Bulletin des Ateliers supérieurs du Grand Collège
des Rites du Grand Orient de France, n ° 91 (Avril 1979), pp. (En
el caso de las mujeres). 121-146 Edición: París, 1979
Adaptado de traducción de SK Jerez

Tamado de:
Freemason
https://www.freemason.pt/secmaconaria/historia/da-macona-
ria-operativa-ao-grand-orient-de-france-v/

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