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«A mi Señor glorioso, PARROQUIA INMACULADA CONCEPCION

la tumba abandonada,
LECTURAS DE LA SEMANA SANTA
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja. VIRGEN DOLOROSA
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza! Primera lectura

Venid a Galilea, Lectura del libro de Jeremías (20,10-13):


allí el Señor aguarda; Oía la acusación de la gente: «“Pavor-en-torno”, delátenlo, vamos a delatarlo».
allí veréis los suyos Mis amigos acechaban mi traspié: «A ver si, engañado, lo sometemos y podemos
la gloria de la Pascua.» vengarnos de él». Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero
tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno
Primicia de los muertos, que no se olvidará. Señor del universo, que examinas al honrado y sondeas las
sabemos por tu gracia entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he
que estás resucitado; encomendado mi causa! Canten al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del
la muerte en ti no manda. pobre de las manos de la gente perversa.
Palabra de Dios
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana Salmo Sal 17,2-3a.3bc-4.5-6.7
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa. R. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó

Evangelio - Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;


Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R
+ Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9): - Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora,
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R
cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. - Me cercaban olas mortales, torrentes destructores me aterraban, me envolvían
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús las redes del abismo, me alcanzaban los lazos de la muerte. R
amaba, y les dijo: - En el peligro invoqué al Señor, grité a mi Dios:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». desde su templo él escuchó mi voz, y mi grito llegó a sus oídos. R
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro.
Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó Evangelio
y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no
entró. + Lectura del santo evangelio según san Juan (10, 31-42):
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.
tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, El les replicó: «Les he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre:
sino enrollado en un sitio aparte. ¿por cuál de ellas me apedrean?». Los judíos le contestaron: «No te apedreamos
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te
al sepulcro; vio y creyó. haces Dios». Jesús les replicó: «¿No está escrito en la ley: “Yo les digo: sois
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar dioses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios,
de entre los muertos. y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís
Palabra del Señor ustedes: “¡Blasfema!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras
de mi Padre, no me crean, pero si las hago, aunque no me creen a mí, crean a las Salmo Sal 117,1-2.16ab-17.22-23
obras, para que comprendan y sepan que el Padre está en mí, y yo en el Padre».
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de R/. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo
nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se
quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: «Juan no hizo ningún signo; pero Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
todo lo que Juan dijo de este era verdad». Y allí muchos creyeron en él. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. R/.
Palabra del Señor - «La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R/.
DOMINGO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR - La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. R/.
Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén
Segunda lectura
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 1-11
Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-4):
Olivos, Jesús mandó dos discípulos, diciéndoles: «Vayan a la aldea de enfrente, Hermanos:
encontrarán en seguida una borrica atada con su pollino, desátenlos y Si han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arriba, donde Cristo está
tráiganmelos. Si alguien les dice algo contestadle que el Señor los necesita y los sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
devolverá pronto». Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: Porque ustedes han muerto; y su vida está con Cristo escondida en Dios.
«Digan a la hija de Sión:
 Contempla a tu rey, que viene a ti, humilde, montado Cuando aparezca Cristo, que es vida nueva en ustedes, entonces también ustedes
en un asno, en un pollino, hijo de borrica». Fueron los discípulos e hicieron lo apareceréis gloriosos, juntamente con él.
que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus Palabra de Dios
mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino;
algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba Secuencia
delante y detrás gritaba: «¡Hosanna el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en Hoy es obligatorio decir la Secuencia. Los días dentro de la Octava es
nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» Al entrar en Jerusalén, toda la potestativo.
ciudad preguntaba alborotada: «¿Quién es éste?
 La gente que venía con él
decía:
 «Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea. Ofrezcan los cristianos
Palabra del Señor. ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
Procesión con los Ramos, camino al Templo propicia de la Pascua.
Salmo 46
Repetimos todos Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
Los niños hebreos extendían mantos por el camino y aclamaban: «Hosanna al a Dios y a los culpables
Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor». unió con nueva alianza.
- Pueblos todos, extiendan sus palmas, aclamen a Dios con gritos de júbilo:
porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. Lucharon vida y muerte
- Él nos somete los pueblos y nos sojuzga las naciones; él nos escogió por en singular batalla,
heredad suya: gloria de Jacob, su amado. y, muerto el que es la Vida,
- Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas: triunfante se levanta.
toquen para Dios, toquen, toquen para nuestro Rey, toquen; porque Dios es el
rey del mundo: toquen con maestría. «¿Qué has visto de camino,
- Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado: María, en la mañana?»
- La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. los príncipes de los gentiles se reúnen con el pueblo del Dios de Abrahán, porque
Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. de Dios son los grandes de la tierra, y él es excelso.

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 24,1-12. Salmo 23


El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los
perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del Oh Dios a ti cantamos jubilosos
sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres - Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la
con vestiduras deslumbrantes. fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos.
Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, - ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro?
ellos les preguntaron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? - El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos ni
No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en jura contra el prójimo en falso. Ése recibirá la bendición del Señor, le hará
Galilea: 'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los justicia el Dios de salvación.
pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día'". - Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
Y las mujeres recordaron sus palabras. - ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar
Cuando regresaron del sepulcro, refirieron esto a los Once y a todos los demás. el Rey de la gloria.
Eran María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás - ¿Quién ese Rey de la gloria? El Señor, héroe valeroso; el Señor héroe de la
mujeres que las acompañaban. Ellas contaron todo a los Apóstoles, guerra.
pero a ellos les pareció que deliraban y no les creyeron. Pedro, sin embargo, se - ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas va a entrar
levantó y corrió hacia el sepulcro, y al asomarse, no vio más que las sábanas. el Rey de la gloria.
Entonces regresó lleno de admiración por lo que había sucedido. - ¿Quién ese Rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos: él es el Rey de la
gloria.

DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR LECTURAS DE LA MISA

Primera lectura Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10, 34a.37-43): Lectura del libro de Isaías 50, 4-7
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: El mismo Seño me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa
«Ustedes conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, reconformar al fatigado con una palabra de aliento.
después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido Cada mañana, Él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo.
por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a El Señor abrió mi oído y yo no me resistía ni me volvía atrás.
todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas,
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en a los que me arrancaban la barca;
Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al no retiré mi rostro cuando m ultrajaban y escupían.
tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los Pero el Señor viene en mi ayuda:
testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él Por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, Y
después de su resurrección de entre los muertos. sé muy bien que no seré defraudado.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha Palabra de Dios.
constituido juez de vivos y muertos.
De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, Salmo Responsorial 23, 21, 8-9. 17-18a 19-20.
por su nombre, el perdón de los pecados».
Palabra de Dios Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
- Los que me ven, se burlan de mí, hacen una mueca y mueven la cabeza, morirán. Vuélvete, Jacob, y tómala, camina hacia el resplandor, atraído por su
diciendo: Confío en el Señor, que Él lo libre; que lo salve, si lo quiere tanto. R. luz. No cedas a otro tu gloria, ni tus privilegios a un pueblo extranjero. Felices
- Me rodea una jauría de perros, me asalta una banda de malhechores; de nosotros, Israel, porque se nos dio a conocer lo que agrada a Dios.
taladran mis manos y mis pies. Yo puedo contar todos mis huesos. R. Palabra de Dios
- Se reparten entre sí mi ropa y sortean mi túnica. Pero Tú, Señor, no te quedes Salmo 19 (18), 8-11
lejos; Tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme. R.
- Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea: - La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma;
Alábenlo, los que temen al Señor; glorifíquenlo, descendientes de Jacob; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al que no conoce.
témanlo, descendientes de Israel. R. - Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos.
Segunda Lectura - La palabra del Señor es pura, permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Filipenses 2,6-11 - Son más atrayentes que el oro, que el oro más fino;
más dulces que la miel, más que el jugo del panal.
Jesucristo, El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual
a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo
haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; Lecturas del Nuevo Testamento
y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.
Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Quinta Lectura
Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en
los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para la gloria de Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos 6,3-11.
Dios Padre. Hermanos: ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo
Palabra de Dios Jesús, nos hemos sumergido en su muerte?
Evangelio Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo
resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva.
+ Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 14, 1-15, 47 Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya,
también nos identificaremos con él en la resurrección.
C. Faltaban dos días para la Pascua y la fiesta de los Ázimos. Los sumos Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que
sacerdotes y los letrados pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte. fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del
Pero decían: pecado. Porque el que está muerto, no debe nada al pecado. Pero si hemos
S. —No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo. muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Sabemos que Cristo,
C. Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él.
llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el Al morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios.
frasco y se lo derramó en la cabeza. Algunos comentaban indignados: Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo
S. —¿Era necesario este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más Jesús.
de trescientos denarios para dárselo a los pobres. Palabra de Dios
C. Y regañaban a la mujer. Pero Jesús replicó:
+ Déjenla, ¿por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo está bien. Porque a Salmo 118(117), 1-2. 16-17. 22-23
los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran;
pero a mí no me tienen siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a - ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!
embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Les aseguro que, en cualquier parte del Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterna su misericordia!
mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ella ha - La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas.
hecho. Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor.
perdonar. Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero. El andaba
ustedes son mis caminos -oráculo del Señor -. Como el cielo se alza por encima buscando la ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los ázimos,
de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a cuando se sacrificaba el cordero pascual, sus discípulos le dijeron a Jesús:
los pensamientos de ustedes. S. —¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?
Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber C. —El envió a dos de ellos diciéndoles:
empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la + —Vayan a la ciudad, encontrarán un hombre que lleva un cántaro de agua;
semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de síganlo, y en la casa donde entre, díganle al dueño: «El Maestro pregunta:
mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y ¿Dónde está la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?»
cumple la misión que yo le encomendé. Les enseñará una sala grande en el segundo piso, arreglada con divanes.
Palabra de Dios Prepárennos allí la cena.
C. Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había
Salmo Isaías 12, 2-6 dicho y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer Jesús fue con ellos. Mientras
cenaban les dijo:
- Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor + —Les aseguro, que uno de ustedes me va a entregar: uno que está comiendo
es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. Ustedes sacarán agua con conmigo.
alegría de las fuentes de la salvación. C. —Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
- Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus S. ¿Seré yo?
proezas, proclamen qué sublime es su Nombre. C. Respondió:
- Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso: ¡que sea conocido en toda la + —Uno de ustedes, el que está mojando en la misma fuente que yo.
tierra! ¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es grande en medio El Hijo del Hombre se va, como está escrito; pero, ¡ay de aquel que lo va a
de ti el Santo de Israel! entregar!; ¡más le valdría no haber nacido!
C. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo
Cuarta Lectura dio diciendo:
+ —Tomen, esto es mi cuerpo.
Lectura de la profecía de Baruc 3, 9-15.32-4, 4 C. Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio y todos bebieron.
Escucha, Israel, los mandamientos de vida; presta atención para aprender a Y les dijo:
discernir. ¿Por qué, Israel, estás en un país de enemigos y has envejecido en una + —Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Les aseguro,
tierra extranjera? ¿Por qué te has contaminado con los muertos, contándote entre que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en
los que bajan al Abismo? ¡Tú has abandonado la fuente de la sabiduría! Si el Reino de Dios.
hubieras seguido el camino de Dios, vivirías en paz para siempre. C. Después de cantar el salmo, salieron para el Monte de los Olivos. Jesús les
Aprende dónde está el discernimiento, dónde está la fuerza y dónde la dijo:
inteligencia, para conocer al mismo tiempo dónde está la longevidad y la vida, + —Todos van a caer, como está escrito: «Heriré al pastor y se dispersarán las
dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién ha encontrado el lugar de la Sabiduría, ovejas.» Pero cuando resucite, iré antes que ustedes a Galilea.
quién ha penetrado en sus tesoros? Pero el que todo lo sabe, la conoce, la penetró C. Pedro replicó:
con su inteligencia; el que formó la tierra para siempre, y la llenó de animales S. Aunque todos caigan, yo no.
cuadrúpedos; el que envía la luz, y ella sale, la llama, y ella obedece temblando. C. Jesús le contestó:
Las estrellas brillan alegres en sus puestos de guardia: él las llama, y ellas + —Te aseguro, que tú, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás
responden: «Aquí estamos», y brillan alegremente para aquel que las creó. negado tres.
¡Este es nuestro Dios, ningún otro cuenta al lado de él! El penetró todos los C. Pero él insistía:
caminos de la ciencia y se la dio a Jacob, su servidor, y a Israel, su predilecto. S. Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
Después de esto apareció sobre la tierra, y vivió entre los hombres. C. Y los demás decían lo mismo. Fueron a un huerto, que llaman Getsemaní y
La Sabiduría es el libro de los preceptos de Dios, y la Ley que subsiste allí dijo a sus discípulos:
eternamente: los que la retienen, alcanzarán la vida, pero los que la abandonan, + —Siéntense aquí mientras voy a orar.
C. Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les Las aguas envolvieron totalmente a los carros y a los guerreros de todo el ejército
dijo: del Faraón que habían entrado en medio del mar para perseguir a los israelitas.
+ —Me muero de tristeza: quédense aquí y velen. Ni uno solo se salvó.
C. Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era posible, se Los israelitas, en cambio, fueron caminando por el cauce seco del mar, mientras
alejase de él aquella hora; y dijo: las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda.
+ ¡Abba!: tú lo puedes todo, aparta de mí ese cáliz. Pero que no sea lo que yo Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios. Israel vio los
quiero, sino lo que tú quieres. cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar,
C. Volvió, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro: y fue testigo de la hazaña que el Señor realizó contra Egipto. El pueblo temió al
+ Simón ¿duermes?, ¿no has podido velar ni una hora? Velen y oren, para no Señor, y creyó en él y en Moisés, su servidor.
caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil. Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor:
C. De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los Palabra de Dios
encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados. Y no sabían qué
contestarle. Volvió por tercera vez y les dijo: Salmo Exodo 15,1b-2.3-4.5-6.17-18.
+ Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora; miren que el Hijo
del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores. ¡Levántense, vamos! Ya - "Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria: él hundió en el mar los caballos
está cerca el que me va a entregar. y los carros. El Señor es mi fuerza y mi protección, él me salvó. El es mi Dios y
C. Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los doce, junto yo lo glorifico, es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza.
con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los letrados - El Señor es un guerrero, su nombre es "Señor". El arrojó al mar los carros del
y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles: Faraón y su ejército, lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo.
S. -Al que yo bese, es él: cójanlo y llévenselo bien sujeto. - El abismo los cubrió, cayeron como una piedra en lo profundo del mar.
C. Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo: Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza, tu mano, Señor, aniquila al enemigo.
S. —¡Maestro! - Tú lo llevas y lo plantas en la montaña de tu herencia, en el lugar que preparaste
C. Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, para tu morada, en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos.
desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacer- ¡El Señor reina eternamente!".
dote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
+ —¿Han salido a arrestarme con espadas y palos, como si fuera un delincuente?
A diario les estaba enseñando en el templo, y no me detuvieron. Pero esto sucede Tercera lectura
para que se cumplan las Escrituras.
C. Entonces todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho Lectura de la profecía de Isaías 55, 1-11
envuelto sólo en una sábana; y le echaron mano; pero él, soltando la sábana, Así habla el Señor:
escapó desnudo. Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y se reunió el ¡Vengan a tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga
sanedrín, junto con los letrados y los ancianos. también! Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y
Pedro siguió a Jesús de lejos, hasta el interior del patio del sumo sacerdote; y se leche. ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo
sentó con los criados, calentándose al fuego. que no sacia? Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra sabrosos manjares.
Jesús, para condenarlo a muerte; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes
daban falso testimonio contra él, los testimonios no concordaban. Algunos, una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David. Yo lo he puesto
poniéndose de pie, atestiguaban contra él diciendo: como testigo para los pueblos, jefe y soberano de naciones. Tú llamarás a una
S. —Nosotros le hemos oído decir: nación que no conocías, y una nación que no te conocía correrá hacia ti, a causa
«Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro del Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que te glorifica.
no edificado por hombres.» ¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca! Que
C. Pero ni en esto concordaban los testimonios. El sumo sacerdote se puso en pie el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que
en medio e interrogó a Jesús: vuelva al Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en
Salmo 16(15), 5. 8-11 S. ¿No tienes nada que decir? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?
- El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! C. Pero él callaba, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo
Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré. preguntándole:
- Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas S. —¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?
y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás a la Muerte C. Jesús contestó:
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. + —Sí lo soy. Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la derecha del
- Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, Todopoderoso viniendo entre las nubes del cielo.
de felicidad eterna a tu derecha. C. El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras diciendo:
S. —¿Para que necesitamos más testigos? Han oído la blasfemia. ¿Qué deciden?
Segunda lectura C. Y todos exigieron la pena de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, y
tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:
Lectura del libro del Exodo 14,15-31.15,1. S. A ver profeta, adivina quién te golpeó.
Después el Señor dijo a Moisés: "¿Por qué me invocas con esos gritos? Ordena C. Y los criados le daban bofetadas.
a los israelitas que reanuden la marcha. Mientras tanto Pedro estaba abajo en el patio, entonces llegó una criada del sumo
Y tú, con el bastón en alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en dos, para sacerdote, al ver a Pedro calentándose, lo miró fijamente y dijo:
que puedan cruzarlo a pie. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos S. —También tú andabas con Jesús el Nazareno.
entrarán en el mar detrás de los israelitas. Así me cubriré de gloria a expensas C. Él lo negó diciendo:
del Faraón y de su ejército, de sus carros y de sus guerreros. S. —Ni sé ni entiendo lo que quieres decir.
Los egipcios sabrán que soy el Señor, cuando yo me cubra de gloria a expensas C. Salió fuera al zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a los
del Faraón, de sus carros y de sus guerreros". presentes:
El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió S. —Este es uno de ellos.
hasta colocarse detrás de ellos; y la columna de nube se desplazó también de C. Y él lo volvió a negar. Al poco rato también los presentes dijeron a Pedro:
delante hacia atrás, S. —Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo.
interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel. La nube era C. Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera S. —No conozco a ese hombre.
que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros. C. Y en seguida, por segunda vez, cantó el gallo. Pedro se acordó de las palabras
Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el que le había dicho Jesús: «Antes de que cante el gallo dos veces, me habrás
mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el mar negado tres», y se echó a llorar. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con
en tierra seca. Las aguas se abrieron, los ancianos, los letrados y el sanedrín en pleno, prepararon la sentencia; y,
y los israelitas entraron a pie en el cauce del mar, mientras las aguas formaban atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:
una muralla a derecha e izquierda. S. —¿Eres tú el rey de los judíos?
Los egipcios los persiguieron, y toda la caballería del Faraón, sus carros y sus C. El respondió:
guerreros, entraron detrás de ellos en medio del mar. + —Tú lo dices.
Cuando estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas egipcias desde C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de
la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos. nuevo:
Además, frenó las ruedas de sus carros de guerra, haciendo que avanzaran con S. —¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan.
dificultad. Los egipcios exclamaron: "Huyamos de Israel, porque el Señor C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta
combate en favor de ellos contra Egipto". solía soltarse un preso, al que el pueblo pidiera. Estaba en la cárcel un tal
El Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se Barabas, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La
vuelvan contra los egipcios, sus carros y sus guerreros". gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:
Moisés extendió su mano sobre el mar y, al amanecer, el mar volvió a su cauce. S. —¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?
Los egipcios ya habían emprendido la huida, pero se encontraron con las aguas, C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero
y el Señor los hundió en el mar. los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de
Barabas. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: Primera lectura
S. —¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?
C. Ellos nuevamente gritaron: Lectura del libro del Génesis 22, 1-18
S. —Crucifícalo. Dios puso a prueba a Abraham, y lo llamó: «¡Abraham!».
C. Pilato les dijo: El respondió: «Aquí estoy.»
S. —Pues ¿qué mal ha hecho? Entonces Dios le siguió diciendo:
C. Ellos gritaron más fuerte: «Toma a tu hijo único, al que tanto amas, a Isaac; ve a la región de Moria, y
S. —Crucifícalo. ofrécelo en holocausto sobre la montaña que yo te indicaré.»
C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barabas; y a Jesús, después A la madrugada del día siguiente, Abraham ensilló su asno, tomó consigo a dos
de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al de sus servidores y a su hijo Isaac, y después de cortar la leña para el holocausto,
interior del palacio —al pretorio —y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron se dirigió hacia el lugar que Dios le había indicado.
de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y Al tercer día, alzando los ojos, divisó el lugar desde lejos, y dijo a sus servidores:
comenzaron a hacerle el saludo: «Quédense aquí con el asno, mientras yo y el muchacho seguimos adelante.
S. —¡Salve, rey de los judíos! Daremos culto a Dios, y después volveremos a reunirnos con ustedes.»
C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, Abraham recogió la leña para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac; él, por
se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura, le pusieron su su parte, tomó en sus manos el fuego y el cuchillo, y siguieron caminando los
ropa y lo sacaron para crucificarlo. Mientras subían obligaron a llevar la cruz a dos juntos. Isaac rompió el silencio y dijo a su padre Abraham: «¡Padre!»
uno que regresaba del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de El respondió: «Sí, hijo mío.»
Rulo. Eran las 9 de la mañana cuando lo crucificaron. «Tenemos el fuego y la leña, continuó Isaac, pero ¿dónde está el cordero para el
En el letrero de la acusación estaba escrito: EL REY DE LOS JUDÍOS. holocausto?»
a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «La Calavera»), y le ofrecieron vino «Dios proveerá el cordero para el holocausto», respondió Abraham. Y siguieron
con mirra; pero él no lo aceptó. caminando los dos juntos.
Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham erigió un altar,
se llevaba cada uno. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro dispuso la leña, ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña.
a su izquierda. Luego extendió su mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo. Pero el Ángel
Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: del Señor lo llamó desde el cielo: «¡Abraham, Abraham!»
S. —¡Eh tú!, que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti «Aquí estoy», respondió él.
mismo y baja de la cruz. Y el Ángel le dijo: «No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas ningún
C. Los sumos sacerdotes, se burlaban también de él diciendo: daño. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has negado ni siquiera a tu hijo
S. —A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. único.»
Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y Al levantar la vista, Abraham vio un carnero que tenía los cuernos enredados en
creamos. una zarza. Entonces fue a tomar el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar
C. También los que estaban crucificados con él lo insultaban. de su hijo.
Al llegar el mediodía toda la región quedó en tinieblas hasta las 3 de la tarde. Abraham llamó a ese lugar: «El Señor proveerá», y de allí se origina el siguiente
Entonces Jesús clamó con voz potente: dicho: «En la montaña del Señor se proveerá.»
+ -Eloí Eloí, lamá sabactani. (Que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me Luego el Ángel del Señor llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le
has abandonado?) dijo: «Juro por mí mismo -oráculo del Señor- :
C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían: porque has obrado de esa manera y no me has negado a tu hijo único, yo te
S. —Mira, está llamando a Elías. colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del
C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán
caña, y le daba de beber diciendo: las ciudades de sus enemigos, y por tu descendencia se bendecirán todas las
S. —Déjenlo, a ver si viene Elías a bajarlo. naciones de la tierra, ya que has obedecido mi voz.»
C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. Palabra de Dios
lena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su (Nos ponemos de rodillas unos instantes)
madre: El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba
+ «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
C. Luego, dijo al discípulo: S. —Realmente este hombre era Hijo de Dios.
+ «Ahí tienes a tu madre.» C. Había también unas mujeres que miraban desde lejos; entre ellas María
C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Después de esto, Magdalena, María la madre de Santiago el Menor y de José y Salomé, que
sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la cuando él estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y otras muchas que habían
Escritura dijo: subido con él a Jerusalén. Al anochecer, como era el día de la Preparación,
+ «Tengo sed.» víspera del sábado, vino José de Arimatea, noble magistrado, que también
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en aguardaba el Reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo
vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión,
vinagre, dijo: le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el centurión,
+ «Todo está cumplido.» concedió el cadáver a José. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo
C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una
(Nos ponemos de rodillas unos instantes) piedra a la entrada del sepulcro. María Magdalena y María, la madre de José,
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran observaban dónde lo ponían.
los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, Palabra del Señor
pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los
soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían LUNES SANTO
crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le
quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el Primera lectura
costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su
testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también ustedes Lectura del libro de Isaías (42,1-7)
crean. Esto ocurrió para que se cumpliera lo que un pasaje de la Escritura dice: Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me
«No le quebrarán un hueso»; y en otro pasaje dice: «Mirarán al que atravesaron.» complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará,
miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará
Y Pilato lo autorizó. Entonces fue y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas.
el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra Esto dice el Señor, Dios, que crea y despliega los cielos, consolidó la tierra con
y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se su vegetación, da el respiro al pueblo que la habita y el aliento a quienes caminan
acostumbra a enterrar entre los judíos. por ella: «Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te he
Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los
nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que
día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. habitan en tinieblas».
Palabra del Señor Palabra de Dios

SABADO SANTO Salmo Sal 26,1.2.3.13-14

VIGILIA PASCUAL R/. El Señor es mi luz y mi salvación

Liturgia de la Palabra - El Señor es la defensa de mí vida, ¿quién me hará temblar? R.


- Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos, enemigos y
Lecturas del Antiguo Testamento adversarios, tropiezan y caen. R.
- Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la S «Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha
guerra, me siento tranquilo. R. declarado Hijo de Dios.»
- Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más y, entrando otra vez en
valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R. el pretorio, dijo a Jesús:
S. «¿De dónde eres tú?»
Evangelio C. Pero Jesús no le dio respuesta. Y Pilato le dijo:
S. «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad
+ Lectura del santo evangelio según san Juan (12,1-11) para crucificarte?»
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien C. Jesús le contestó:
había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, + «No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto.
y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.»
perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, S. «Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey está
uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: contra el César.»
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y lo sentó en el
a los pobres?». Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado" (en hebreo Gábbata). Era el día de
un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando. la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los S. «Aquí tenéis a su rey.»
pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis». C. Ellos gritaron:
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por S. «¡Fuera, fuera; crucifícalo!»
Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los C. Pilato les dijo:
muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque S. «¿A su rey voy a crucificar?»
muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús. C. Contestaron los sumos sacerdotes:
Palabra del Señor S. «No tenemos más rey que al César.»
C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y él,
MARTES SANTO cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se
dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en
Primera lectura medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba
escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos.» Leyeron el letrero muchos
Lectura del libro de Isaías (49,1-6) judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: El Señor me llamó desde el vientre en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a
materno, de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca Pilato:
una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha S. «No, escribas: "El rey de los judíos", sino: "Éste ha dicho: Soy el rey de los
bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel, por medio judíos."»
de ti me glorificaré». Y yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en C. Pilato les contestó:
nada he gastado mis fuerzas». En realidad el Señor defendía mi causa, mi S. «Lo escrito, escrito está.»
recompensa la custodiaba Dios. Y ahora dice el Señor, el que me formó desde el C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro
vientre como siervo suyo, para que le devolviese a Jacob, para que le reuniera a partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura,
Israel; he sido glorificado a los ojos de Dios. Y mi Dios era mi fuerza: tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:
- «Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de vuelta S. «No la rasguemos, sino echemos a suerte, a ver a quién le toca.»
a los supervivientes de Israel. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación C. Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi
alcance hasta el confín de la tierra». túnica». Esto hicieron los soldados.
Palabra de Dios Junto a la cruz de Jesús estaban su Madre, la hermana de María, y María Magda-
S. «Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.» Salmo Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15.17
C. Pilato les dijo:
S. «Llévenselo ustedes y júzguenlo según su ley.» R/. Mi boca contará tu salvación, Señor
C. Los judíos le dijeron:
S. «No estamos autorizados para dar muerte a nadie.» - A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo,
C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R.
morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: - Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?» eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
C. Jesús le contestó: - Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
+ «¿Dices eso por tu cuenta o repites lo que otros te han dicho de mí?» En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R.
C. Pilato replicó: - Mi boca contará tu justicia, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste
S. «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.
¿qué has hecho?»
C. Jesús le contestó: Evangelio
+ «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia
habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es Lectura del santo evangelio según san Juan (13,21-33.36-38)
de aquí.» En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su
C. Pilato le dijo: espíritu y dio testimonio diciendo: «En verdad, en verdad os digo: uno de
S. «Conque, ¿tú eres rey?» vosotros me va a entregar». Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por
C. Jesús le contestó: no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a
+ «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por
para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.» quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
C. Pilato le dijo: - «Señor, ¿quién es?». Le contestó Jesús: - «Aquel a quien yo le dé este trozo de
S. «Y, ¿qué es la verdad?» pan untado». Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.
C. Dicho esto, salió otra vez donde estaban los judíos y les dijo: Detrás del pan, entró en él Satanás.
S. «Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre ustedes que por Entonces Jesús le dijo: «Lo que tengas hacer, hazlo pronto».
Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?» Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la
C. Volvieron a gritar: bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la
S. «A ése no, a Barabas.» fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediata-
C. El tal Barabas era un bandido. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. mente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús:
Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es
echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían: glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: y pronto lo glorificará.
S. «¡Salve, rey de los judíos!» Hijitos, me queda poco de estar con ustedes. Me buscarán, pero lo que dije a los
C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo: judíos se lo digo ahora a vosotros: "Donde yo voy, ustedes no podéis ir"»
S. «Vean, lo saco afuera, para que sepan que no encuentro en él ninguna culpa.» Simón Pedro le dijo:
C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. - «Señor, ¿a dónde vas?».
Pilato les dijo: Jesús le respondió:
S. «Ahí lo tienen.» - «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron: Pedro replicó:
S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!» - «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».Jesús le
C. Pilato les dijo: contestó:- «¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no
S «Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en él.» cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».
C. Los judíos le contestaron: Palabra del Señor
MIÉRCOLES SANTO del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco.
Dijo entonces Jesús a Pedro:
Primera lectura + «Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a
beber?»
Lectura del libro de Isaías (50,4-9a) C. La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron
Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel
palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los año; era Caifás el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera
iniciados. El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la un solo hombre por el pueblo.» Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús.
espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio
tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro
El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a
pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Pedro. La criada que hacía de portera dijo entonces a Pedro:
Tengo cerca a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos. S. «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?»
¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda, C. Él dijo:
¿quién me condenará? S. «No lo soy.»
Palabra de Dios C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y
se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo
Salmo Sal 68,8-10.21-22.31.33-34 sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de la doctrina. Jesús le
contestó:
R/. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor + «Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la
sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a
- Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, de
mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre; porque me devora el qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho yo.»
celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/. C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaban allí le dio una bofetada a
- La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco. Espero compasión, y no la Jesús, diciendo:
hay; consoladores, y no los encuentro. En mi comida me echaron hiel, S. «¿Así contestas al sumo sacerdote?»
para mi sed me dieron vinagre. R/. C. Jesús respondió:
- Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de + «Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se
gracias. Miradlo, los humildes, y alegraos, buscad al Señor, y revivirá vuestro debe, ¿por qué me pegas?»
corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. R/. C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. Simón Pedro estaba
en pie, calentándose, y le dijeron:
Evangelio S. «¿No eres tú también de sus discípulos?»
C. Él lo negó, diciendo:
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo (26,14-25) S. «No lo soy.»
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, a los sumos C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le
sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?» cortó la oreja, le dijo:
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando S. «¿No te he visto yo con él en el huerto?»
ocasión propicia para entregarlo. C. Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo. Llevaron a Jesús de casa de
El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en el pretorio para no
«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde
Él contestó: «ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi estaban ellos, y dijo:
momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."» S. «¿Qué acusación presentan contra este hombre?»
C. Le contestaron:
En tu mano están mis azares; líbrame de los enemigos que me persiguen. R/. Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al
- Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. atardecer se puso a la mesa con los Doce.
Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor. R/. Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso,
Segunda lectura Señor?» Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va
a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que
Lectura de la carta a los Hebreos (4,14-16;5,7-9): va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote excelso, Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?»
que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote Él respondió: «Tú lo has dicho.»
incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en Palabra del Señor
todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos
con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia JUEVES SANTO
que nos auxilie oportunamente. Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y
con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, Primera lectura
cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo,
a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le Lectura del libro del Éxodo (12.1-8.11-14):
obedecen en autor de salvación eterna. En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: «Este mes
Palabra de Dios será para ustedes el principal de los meses; será para ustedes el primer mes del
año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno procurará
Evangelio un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para
comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de
+ Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (18,1–19,42): personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin
C. En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán hasta el día catorce
Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomarán la sangre
traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus y rociarán las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayan comido.
discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y
sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, verduras amargas. Y lo comerán así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies,
sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo: un bastón en la mano; y lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del
+ «¿A quién buscan?» Señor. Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus
C. Le contestaron: primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de
S. «A Jesús, el Nazareno.» Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será su señal en las casas donde se
C. Les dijo Jesús: encuentren: cuando vea la sangre, pasaré de largo; no les tocará la plaga
+ «Yo soy.» exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para ustedes
C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles: «Yo soy», memorable, en él celebrarán la fiesta al Señor, ley perpetua para todas las
retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez: generaciones."»
+ «¿A quién buscáis?» Palabra de Dios
C. Ellos dijeron:
S. «A Jesús, el Nazareno.» Salmo Sal 115,12-13.15-16bc.17-18
C. Jesús contestó:
+ «Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen R/. El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo
marchar a éstos»
C. Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me - ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la
diste.» Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado salvación, invocando su nombre. R/.
- Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, VIERNES SANTO
hijo de tu esclava; rompiste mis cadenas. R/.
- Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Primera lectura
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R/.
Lectura del libro de Isaías (52,13–53,12)
Segunda lectura Miren, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se
espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (11,23-26): humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio?
transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan ¿A quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como
y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente,
entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores,
después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y
haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores;
coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado, pero él fue
vuelva. traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Palabra de Dios Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos
errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre
Evangelio él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría
la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador,
+ Lectura del santo evangelio según san Juan (13,1-15) enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de
de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con
los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca.
cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación;
Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por
levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de
agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de
la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una
¿lavarme los pies tú a mí?» Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los
ahora, pero lo comprenderás más tarde.» pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le contestó: «Si no te lavo, Palabra de Dios
no tienes nada que ver conmigo.» Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies,
sino también las manos y la cabeza.» Salmo Sal 30,2.6.12-13.15-16.17.25
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque
todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.» R/. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.»
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: - A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" a salvo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. R/.
y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he - Soy la burla de todos mis enemigos, la irrisión de mis vecinos, el espanto
lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado de mis conocidos; me ven por la calle, y escapan de mí. Me han olvidado como
ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.» a un muerto, me han desechado como a un cacharro inútil. R/.
Palabra del Señor - Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios.»

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