UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE

FACULTAD DE INGENIERÍA Y CIENCIAS GEOLÓGICAS

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA EN CONTRUCCION

Trabajo de Ética y Moral Profesional.

“Todo comenzó en Curanilahue”

Alumno: Francisco Guzmán M.

Profesor: Ibar Astudillo G.
Asignatura: Ética y Moral Profesional.
 Resumen

Todo comenzó en Curanilahue.

El capítulo 1 del libro, Un techo para Latinoamérica, “Todo comenzó en Curanilahue” nos
cuenta sobre como en 1997 se inicia un proyecto social destinado a terminar y erradicar los
campamentos del país. Dónde el primer paso se dio en la Octava Región. La mediagua era sólo un
peldaño para que las familias recuperaran la dignidad que alguna vez tuvieron, y que ahora habían
perdido. Para que de esta manera salieran a luchar por la vivienda definitiva.

Todo comenzó en la ciudad de Curanilahue, cuando, a través de la construcción de una mediagua

adaptada para ser usada como capilla, se llegó a establecer una relación con la gente del lugar y
los universitarios que prestaban sus servicios en trabajos de verano. Esta relación fue motivada por
la comunicación común entre los universitarios y los pobladores, lo que ayudó a generar una
inquietud que llevó a considerar la construcción de mediaguas como viviendas definitivas, a través
de los recursos y posibilidades que podrían brindar tanto los jóvenes universitarios, como los
chilenos en general.

Es así como surgió una profunda conciencia en que los jóvenes frente a la realidad de la pobreza e
injusticia existente en Chile. Estos se sentían responsables de su país, adquirieron nuevos amigos
los cuales no tenían los mismos medios que ellos, eran pobres en oportunidades, pero ricos en
humanidad, gente digna, organizada, humilde y que no pedía regalos, ni cosas gratis, sino
oportunidades; gente que motivaba a los jóvenes a estudiar, levantarse temprano y tomarles el
peso a sus responsabilidades en la sociedad actual.
 Comentario

Al leer el libro escrito de Berrios, es que vivimos en una realidad ciega por nosotros mismo,
en cual no se toma en consideración la realidad ajena a nosotros. Para poder superar las barreras
que provocan esta realidad las cuales son la pobreza y las injusticias, no sólo son necesarias las
intensiones, sino que un arduo trabajo también lo es.

Entre las actividades de los jóvenes destaca el de ser universitarios, el cual no consta sólo
de estudiar, producir y generar dinero, sino que también adquirir un compromiso con el país. El país
necesita que los universitarios le devuelvan la mano, para que estos puedan enfrentar las grandes
tareas y desafíos que provee el país, entre ella, la de superar la pobreza y tomar en serio la misión
que se le encomienda y la expectativa que en él ha puesto el país. Un universitario no puede
hacerse cómplice de la mediocridad.

No hay que engañarse creyendo que somos buenos estudiantes sí sólo cumplimos con
sacarnos buenas notas. No basta eso. Hay muchos chilenos que no tuvieron oportunidades y que
han hecho un gran esfuerzo poniendo sus esperanzas en los universitarios, que serán los futuros
profesionales. Sí mientras se es universitario no se tiene contacto y no se conoce a aquellos
quienes han puesto las esperanzas en él, se terminará siendo un mal profesional. Con ese
profesional el país habrá fracasado, habrá perdido lo invertido en él.

El trabajo en equipo es muy importante al momento de realizar alguna acción por el hecho
de que descentraliza a las personas de ellas mismas y las centra en la tarea. Pero es tanta la
competencia existente, que muchas veces se ve al otro más como enemigo que como compañero.
Para construir una sociedad distinta hay que estar dispuestos a compartir nuestros privilegios, a ir
juntos con otros sin que nadie se quede atrás. Para trabajar en equipo y fortalecer las instituciones,
se debe estar dispuesto a morir un poco, a renunciar o postergar parte del propio sueño para así
poder construir uno que incluya los sueños de todos.

Como conclusión final, el “Techo” es hoy mucho más que la construcción de mediaguas.
Tanto los jóvenes que construyen las mediaguas, como los que trabajan en la oficina central del
techo, los que diseñan estrategias para erradicar los campamentos y terminar con la pobreza
extrema y los que preparan programas de educación y capacitación, nos muestran que esta obra
es una gigantesca toma de conciencia ante una situación que se ocultaba y que los profesionales a
menudo ignoraban, dado que la formación universitaria se ha entendido fundamentalmente como
un medio para alcanzar el éxito personal.