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Los sujetos procesales son personas que participan en un proceso: demandante, demandado,
juez, terceros, servidoras y los servidores auxiliares de la administración de justicia señalados en
la Ley del Órgano Judicial, abogadas y abogados, peritos, traductores, intérpretes, depositarios,
administradores, interventores, martilleros, comisionados, y en general aquellas o aquellos que no
tienen interés en el objeto del proceso, pero que actúan en éste de una u otra forma (CPC 28).
PROCESO CIVIL
El Proceso civil. Es la sucesión de fases jurídicas concatenadas realizadas, por el juez en
cumplimiento de los deberes y obligaciones que la ley procesal le impone, por las partes y los
terceros cursadas ante órgano jurisdiccional en ejercicio de sus poderes, derechos, facultades y
cargas que también la ley les otorga, pretendiendo y pidiendo la actuación de la ley para que:
dirima la controversia, verificado que sean los hechos alegados, en una sentencia [1] pasada por
autoridad de cosa juzgada [2].
Nadie esta obligado a demandar, a no ser que el demandante haya presentado alguna medida
precautoria [4], si es así, éste tiene la obligación de formalizar demanda en 5 días en proceso
principal bajo sanción de pago de daños y perjuicios al demandado.
PROCEDIMIENTO CIVIL
El Procedimiento civil. Es una sucesión de actos procesales que se traducen en etapas que se
llevan a cabo dentro el proceso basándose en normas procedímentales civiles.
PROCEDIMIENTOS JUDICIALES
Se llama procedimientos judiciales al conjunto de actos jurídicos hechos dentro un proceso por los
sujetos procesales [5] ante tribunales del órgano judicial, en los que, la decisión final de juez o
tribunal siempre adquiere el carácter de cosa juzgada
PROCEDIMIENTOS NO JUDICIALES
Los procedimientos no judiciales son actos llevados ante comisiones o consejos que no pertenecen
al Órgano Judicial en los cuales la decisión final nunca adquiere carácter de cosa juzgada ya que
son revisables por tribunales y jueces del Órgano Judicial.
Son procedimientos no judiciales los procedimientos disciplinarios de las instituciones del Órgano
Ejecutivo, el procedimiento universitario (mal llamado proceso universitario), etc.
La parte que se crea perjudicada por la resolución final puede recurrir a tribunales judiciales
ordinarios donde si habrá proceso.
En los procedimientos no judiciales la resolución final puede ser impugnada ante tribunal del
Órgano Judicial, una vez agotada todos los recursos administrativos en sede administrativa como
son: el Recurso de Revocatoria [6] , el Recurso Jerárquico [7] que para su rectificación, si es que
alguna de las partes siente que la resolución no fue imparcial. Ejemplo si alguien es echado de su
trabajo luego de un procedimiento disciplinario puede impugnar esta decisión ante tribunales
ordinarios a través de un amparo.
POTESTAD JUDICIAL
La potestad judicial (CPC 24) es la capacidad de una persona legalmente designada o elegida para
resolver una controversia sin excusarse bajo pretexto de falta, oscuridad o insuficiencia de la ley.
• Disponer en cualquier momento del proceso, hasta antes de sentencia, la presencia de las
partes, testigos o peritos, a objeto de formular aclaraciones o complementaciones que fueren
necesarias para fundar la resolución.
• Impulsar el proceso observando el trámite que legalmente corresponda, cuando el requerido por
la parte no sea el adecuado.
• Ejercitar las potestades y deberes que le concede este Código para encausar adecuadamente el
proceso y la averiguación de la verdad de los hechos y derechos invocados por las partes.
• Imponer a las abogadas o los abogados y a las partes, sanciones pecuniarias compulsivas y
progresivas cuando obstaculicen maliciosamente el desarrollo del proceso, observando conducta
incompatible con la ética profesional y el respeto a la justicia.
Critica: ¿Cómo se sabe la maliciosidad de los actos procesales de las partes?
DEBER JUDICIAL
El deber principal del juez es resolver la controversia en los procesos sometidos a su conocimiento.
• Dictar sentencia al finalizar el proceso civil, aplicando las reglas de derecho positivo, sin que en
ningún caso puedan excusarse bajo pretexto de falta, oscuridad o insuficiencia de la Ley en los
procesos sometidos a su juzgamiento incurriendo de lo contrario en delito penalmente sancionado.
• Dictar resoluciones dentro de los plazos señalados por este Código.
• Disponer las medidas necesarias para asegurar la efectiva igualdad de las partes. ¿Cómo se
asegura la igualdad ante la ley? Con una desigualdad. Si una de las partes prueba que no tiene
recursos económicos para afrontar un proceso, puede dispensársele todo pago y franqueo. Otra
forma de asegurar la efectiva igualdad de las partes es considerar la diversidad cultural, normativa
y lingüística de las partes tomando en cuenta la cosmovisión de las personas que intervienen y
velando por el respeto de sus tradiciones y costumbres.
Penalmente por prevaricato (CP, 173), por cohecho pasivo (CP, 173 bis), etc.
Civilmente por (1) Demorar injustificadamente en proveer. (2)Dictar providencias inapropiadas. (3)
Proceder con dolo o fraude. (4) Sentenciar incurriendo en error inexcusable.
[1] Sentencia. Acto procesal del tribunal que pone definitivamente fin a un proceso civil o penal, resolviendo respectivamente los
derechos de cada parte procesal y la condena o absolución del procesado. La sentencia pone fin al litigio en primera instancia,
recae sobre las cosas litigadas en la manera en que hubieren sido demandadas (CPC 213). La sentencia procede del
latín, “sentiendo”, que equivale a ‘sintiendo’; por expresar lo que siente u opina quien la dicta. Pueden ser de las
siguientes clases:
Sentencia Declarativa . Pronunciamiento judicial que se limita a esclarecer una cuestión de derecho pero sin producir
efectos constitutivos, disolutivos o de condena. Verbigracia: Una sentencia del Tribunal Constitucional no
constituye derechos, ni los crea, sólo declara su certeza: sí esta o no de acuerdo a la Constitución.
Sentencia Material . O substancial. Aquella que no es susceptible de apelación. Por ejemplo, las sentencias del
Tribunal constitucional y del Tribunal Electoral, son inapelables. Estas sentencias tienen carácter de cosa juzgada
material.
Sentencia Formal . Aquella que es susceptible de apelación e incluso de revisión. Por ejemplo, las sentencias de los
tribunales familiares. Estas sentencias familiares en su mayoría tienen este carácter: son apelables. Una sentencia
que fije un monto de asistencia familiar, puede ser revisada en un tiempo ulterior, para que sea aumentado.
[2] Cosa juzgada. Eficacia que adquiere la sentencia judicial que pone fin al proceso y que no es susceptible de impugnación, por no
darse contra ella ningún recurso o por no haberse impugnado a tiempo, lo que lo convierte en firme. La cosa juzgada es lo resuelto en
proceso contradictorio, ante juez o tribunal, por sentencia firme, contra la cual no se admite recurso, salvo el
excepcionalísimo recurso de revisión. Para detener un proceso, la cosa juzgada se presenta como excepción previa.
[3] Acción procesal (del latin “agüere”, ‘obrar’). Poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho, consistente en la facultad de
acudir ante los órganos de jurisdicción, exponiendo sus pretensiones y formulando la petición que afirma como correspondiente a su
derecho vulnerado.
[4] Medida precautoria. Acto procesal de tribunal plasmado en una providencia (CC, 1552 inc 2) que tiende a mantener una
situación jurídica, una expectativa o un derecho futuro con el fin de asegurar el resultado de la acción. por ejemplo el secuestro de bien
mueble. Providencia. Acto procesal de tribunal plasmado es una resolución judicial no fundada expresamente, que decide sobre
cuestiones de mero trámite y peticiones secundarias o accidentales. Se llaman también proveídos, decretos. El nombre deriva
de la palabra “proveer”, conceder, dar.
[5] Sujetos procesales. Son personas capaces legalmente para poder participar en una relación procesal de un proceso, ya sea como
parte esencial o accesoria. Es decir son sujetos procesales: las partes (actor y demandado), juez, los auxiliares, los
peritos, los interventores, los martilleros, los fiscales.
[6] Recurso de Revocatoria (o de Reconsideración) Procedimiento de Derecho Administrativo por el cual la parte que se cree
afectada por una resolución administrativa inicia una petición ante la misma autoridad que dictó tal resolución con la finalidad de que
la deje sin efecto, la corrija, la aminore o la cambie según solicita el recurrente. style='font-style:normal'>Este recurso en sede judicial se
llama Recurso De Reposición.
[7] Recurso jerárquico. Procedimiento administrativo en virtud del cual se acude ante superior del que ha dictado una resolución,
pidiendo que revoque lo hecho por el inferior por que el recurrente se cree perjudicado.
El proceso civil viene a ser el conjunto de actuaciones que se suscitan en sede judicial, por el que
se canalizan las pretensiones de las partes, cuyo conocimiento se atribuye a los órganos de la
Jurisdicción civil, a fin de que puedan resolver un conflicto suscitado.
ÍNDICE
> ¿Cuáles son los principios del proceso civil?
> ¿Cuál es el objeto del proceso civil?
> ¿Qué clases podemos distinguir en el proceso civil?
> ¿Cuáles son las partes en el proceso civil?
> Recuerde que...
Se suelen señalar como propios o característicos del mismo, los principios de preclusión,
contradicción, igualdad de partes, congruencia y defensa.
Hay otros sin embargo que también se han señalado como característicos en mayor o menor
medida, cuales son los de aportación de parte y de rogación, audiencia, oralidad (inmediación y
concentración), y no faltan resoluciones que igualmente los señalan y contemplan como propios
del proceso civil, sin perjuicio de los genéricos como el de tutela judicial efectiva o buena fe, que
pueden entenderse aplicables a la generalidad de procesos.
Estos principios sirven para informar el curso del proceso civil, y pueden servir en algún supuesto
como criterio interpretativo de alguna de las normas contenidas, e incluso como instrumento de
suplir algún vacío o laguna legal.
A veces viene a ser equiparado con el principio dispositivo, si bien puede considerarse que éste
es distinto, en la medida en que lo que éste prevé es la facultad general (con excepciones) de
disposición por las partes del objeto del proceso, esto es la facultad de ponerle fin, o de
suspenderlo o interrumpirlo por su voluntad.
Por el contrario el principio de rogación supone la facultad que asiste a las partes de aportar al
Tribunal los elementos necesarios para asegurar la decisión a favor de sus intereses al suministrar
mediante los escritos de alegación, los hechos y fundamentos jurídicos que apoyan su pretensión,
y llevar todo el material probatorio que tengan por conveniente, circunstancia esta que se
cohonesta con la previsión del art. 217 LEC sobre la carga de la prueba y la normativa reguladora
sobre la congruencia de las resoluciones de los Tribunales que fuerzan a que se resuelva sobre lo
suscitado por las partes.
Este principio viene a ligarse con que la actuación del Tribunal va a venir mediatizada por este
principio, esto es recayendo sobre la parte esta facultad de aportación, y revestido en realidad
como deber, en atención a las consecuencias antedichas (sobre lo no pedido o alegado no se va a
resolver, y sobre lo no probado va a incidir la carga de la prueba), es a las partes, salvo las
excepciones marcadas por la ley por existencia de un interés público, a quienes corresponde el
impulso procesal. El art. 216 LEC también se refiere a este principio.
Están expresamente mencionados en la Exposición de Motivos como principios del proceso civil.
Poco a poco la oralidad, ha venido a imponerse frente a los trámites escritos propiciados por la
antigua regulación. De hecho a salvo el juicio verbal, de escasa trascendencia en la ley de 1881,
pocos eran los trámites verificados oralmente, aunque algunos de especial importancia, como la
comparecencia en el proceso de menor cuantía (un antecedente de la actual audiencia previa del
juicio ordinario).
Conectados con ellos se encuentra el principio de concentración, pues en la vía del proceso oral
se concentran los trámites en un solo acto, facilitándose la resolución de los incidentes y conflictos
procesales, ganando por tanto en economía procesal, esto es en la gestión de los recursos del
proceso.
También hay ejemplos claros de este principio en la actuación a desarrollar en los procesos
declarativos principales, cuales son el ordinario y el verbal.
En el primero, tras ser contestada la demanda, se suceden actuaciones orales, y con base en el
principio de inmediación y concentración, cuales son, la audiencia previa, que se regula en
los arts. 414 y siguientes, y el juicio, recogido en los arts. 431-433. Esencial resulta la audiencia
previa debido a que entre sus fines se encuentran los de alcanzar un acuerdo entre las partes;
resolver los obstáculos procesales que pudieran impedir la continuación del proceso; delimitar los
puntos del debate, incluidos los hechos objeto de controversia; y, en su caso, la de proponer y
admitir la prueba. En cuanto al juicio, la importancia deviene lógica al tener por objeto la práctica
de pruebas, de modo público y contradictorio, ante la presencia directa del órgano judicial.
Conforme al art. 137 LEC el principio de inmediación se exige mediante la presencia de los
Jueces y Tribunales en las declaraciones de las partes y testigos, los careos, las explicaciones,
exposiciones y respuestas que hayan de ofrecer los peritos, así como la crítica oral de sus
dictámenes y cualquier otro acto de prueba que conforme a lo dispuesto en la ley deba llevarse a
cabo de modo contradictorio y público. Igualmente con la necesidad de presencia en las
comparecencias y vistas que tengan por objeto oír a las partes antes de dictar una resolución.
Aunque buena parte del contenido de estos principios podían rastrearse a lo largo de la regulación
anterior, el real contorno de los mismos se produce a raíz de la entrada en vigor de la Constitución
Española, cuyo art. 24 reconoce como derecho fundamental de la persona, el de obtener de los
Juzgados y Tribunales una tutela judicial efectiva, lo que presupone la exigencia de una serie de
garantías procesales esenciales, entre las cuales se encuentra el cumplimiento de los principios
resaltados como rectores de todo proceso.
La situación de contradicción entre las partes viene a presuponer el conocimiento de que para
obtener la satisfacción de una pretensión, cabe encontrar la oposición de la contraria. Ello no pasa
de ser una hipótesis, pero que debe contemplarse. La contradicción en este sentido no es sino una
posibilidad, no es necesario que se dé, aunque el proceso la contemple como presupuesto de la
terminación normal del proceso. Lo esencial es que esta contradicción pueda suscitarse, que la
persona demandada pueda oponerse, contradecir, aunque sea de modo formal, pese a ser declarada
incluso en rebeldía, la pretensión que frente a él se suscita.
El principio de defensa se trasluce en actuaciones concretas a lo largo del proceso que favorezca
a la parte la posibilidad de exponer sus argumentos y de utilizar los medios legales puestos a su
disposición para ello. Se trata de garantizar de un lado el derecho de toda parte a plasmar los
hechos y argumentos en que basa su pretensión, en su caso de justificar los que resulten
controvertidos, y de acceder, en su caso con el cumplimiento de los requisitos que se señalen, a
los recursos que la ley fije.
4. El principio de publicidad
Lo cual tiene dos implicaciones: la primera que resulta esencial que las actuaciones judiciales se
den a conocer a las partes para facilitar a estas una efectiva defensa de sus intereses, lo que ha
venido a denominarse publicidad interna del proceso; la otra que cumple una función más social,
implica que la generalidad de las principales actuaciones judiciales vengan a ser conocidas por la
ciudadanía, lo que se viene a denominar publicidad externa del proceso, y que afecta desde las
vistas, a la práctica de pruebas, y a poder conocer el contenido de las resoluciones definitivas
recaídas en un proceso.
A este particular con carácter general el art. 138 de la ley procesal civil. Y, concretamente, el
propio párrafo 2 prevé la excepción, cuando ello sea necesario para la protección del orden
público o de la seguridad nacional, cuando los intereses de los menores o la protección de la vida
privada de las personas y de otros derechos y libertades así lo exijan. Excepción que la reforma
procesal de 2009 extendió a las actuaciones que deban llevarse a cabo ante los secretarios en
materia de su exclusiva competencia.
Y el art. 140 y 141 de la ley obligan a los letrados de la administración de justicia a facilitar a
cualquier persona con interés legítimo cuanta información soliciten sobre el estado de unas
actuaciones judiciales que podrán examinar y conocer, con la posibilidad de pedir a su costa las
copias oportunas (a salvo los asuntos reservados), así como a acceder a los libros, archivos y
registros judiciales y obtener a su costa testimonio o certificación de los extremos que indiquen.
En el mismo sentido el art. 212.
Además consustancial a esa defensa, es la facultad de aportación por éstas al Tribunal, de los
datos precisos para poder emitir éste una resolución motivada.
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Este objeto puede ser muy variado, y puede ser múltiple, dependiendo de si acumulamos varias
pretensiones o varias partes, inicialmente en demanda, o en los momentos posteriores, siempre y
cuando ello nos esté permitido. (Lo que se viene a identificar con la acumulación de acciones)
Con el transcurso del proceso, cabe que su objeto pueda verse enriquecido. Y así si la parte
demandada se opone a la demanda, introduce elementos y una nueva pretensión, generalmente
desestimatoria de la pretensión articulada por la contraparte, pero puede incluso introducir otras
principales, a través de la presentación de una reconvención, que no es sino una nueva demanda
conexa que a su vez se dirige por el demandado contra el demandante o un tercero, aprovechando
la existencia del proceso, y en menor medida, las alegaciones de compensación de créditos o de
nulidad del título obligacional que servía de base al derecho esgrimido por el actor.
Y aún caben multitud de incidencias que implican un aumento del objeto del proceso, cuales son
por ejemplo, la intervención de litisconsortes necesarios, esto es, personas que forzosamente
debieron ser traídos en origen al proceso y no lo fueron, lo que implicará, que contra ellos se
formulen nuevas peticiones, y en su caso las alegaciones que éstos, comparecidos en el proceso
puedan verificar, o los supuestos de intervinientes voluntarios, a los que se refiere el art. 13 de la
Ley de Enjuiciamiento, quienes pueden coadyuvar a las partes, y tienen posibilidad de formular
alegaciones y defender sus intereses.
Por el contrario también en el curso del mismo, puede verificarse una reducción de la amplitud
del mismo, a la vista del principio de disposición que las partes tienen. Y así cabe que las partes
transijan total o parcialmente, desistan, renuncian, se allanen, o alcancen acuerdos por mediación
judicial y se interese su homologación, actuaciones todas ellas que implican una reducción,
cuando no extinción del objeto.
La división entre los distintos procesos civiles se articula en la Ley de Enjuiciamiento Civil entre
los denominados procesos declarativos y los especiales.
Por su parte, los procesos especiales se articulan en el art. 748 y siguientes LEC, y se caracterizan
por oposición a los declarativos. Se puede hacer tres grandes bloques.
Esta división no pasa de ser generalista en la medida en que hay procesos que no participan de
ella, como el proceso de ejecución, que se articula como autónomo a diferencia de la regulación
anterior, y que otros pueden reivindicarse como tales, como ocurre con el seguido para la adopción
de medidas cautelares.
Un proceso civil no podría existir sin el estímulo o petición de quien insta el mismo, esto es el
demandante. En su situación activa de ejercicio de una pretensión, se puede encontrar una persona
física o jurídica (incluso excepcionalmente un ente sin personalidad jurídica), o una pluralidad de
ellas (litisconsorcio activo) que son quienes ejercitan los derechos subjetivos que quieren se vean
reconocidos.
Frente a ella habrá también alguien (demandado) que será el destinatario de la pretensión de la
parte demandante.
Junto a ellos, que serán, con el Juez, los principales protagonistas del proceso civil, se encuentran
otras personas vinculadas con el objeto del proceso, que ostentan los denominados intereses
legítimos, esto es un interés reconocido y protegido por el Derecho. Este interés ha de ser además
personal, y ello por cuanto el derecho fundamental de la tutela judicial efectiva del art. 24 CE se
predica de éstos (STC de 11 de julio de 1983). Y también ha de ser actual, debe tener una
trascendencia real, como recuerda la STC de 11 de noviembre de 1991.
Por ello la LEC reconoce en los arts. 13 y 14, la intervención voluntaria y la intervención
provocada. Se trata de supuestos mediante los cuales, bien se pone en conocimiento de terceros,
la existencia de un proceso, para que voluntariamente si es su deseo, puedan acceder a éste,
adquiriendo la condición de parte, pese a no tenerla inicialmente, o incluso puedan ser traídos
para que en el curso del mismo pueda verificarse un mecanismo de sustitución procesal.
Mención aparte merece la situación de los consumidores y usuarios a quienes el art. 15 de la Ley
les otorga una particular intervención en las acciones entabladas por asociaciones o entidades
constituidas para la protección de los derechos e intereses de los consumidores y usuarios, o por
los grupos de afectados.