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LA AVENTURA Y EL ORDEN:
LA VANGUARDIA Y LA REVISTA SUR
Nora Pasternac*

C omo todos los países colocados gran parte de la tradición anterior.


bajo la influencia cultural europea, ¿Qué relación guarda toda esta efer-
Argentina vivió el capítulo de la vescencia con la revista Sur fundada
abundante proliferación de revistas justamente una vez terminada la dé-
literarias, en el sentido más con- cada, y apagada también, hasta cierto
temporáneo de la expresión ‘revista punto, la agitación vanguardista, es 125
literaria’, a fines del siglo XIX y decir, en 1931?
durante las primeras décadas del A comienzos de la década de
XX. Guillermo de Torre señala: “El 1920, se produce una profunda trans-
ultraísmo fue más pródigo en gestos formación en la literatura argentina,
y ademanes que en obras, más rico en sobre todo en un sector de escritores
revistas de conjunto que en obras in- jóvenes que luego constituirán una
dividuales.”1 En efecto, la década de parte importante de ella. Algo que
1920-1930 ve florecer una cantidad algunos llegan a considerar como
particularmente rica de revistas lite- una verdadera ‘revolución’2 que se
rarias y movimientos de renovación 2
Córdoba Iturburu lo anuncia en el título de
y cambio, de ruptura incluso, con su libro, La revolución martinfierrista, Buenos
Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1962. Por
su parte, Eduardo González Lanuza, participante
* Departamento Académico de Redacción activísimo en estos movimientos, y luego colabo-
y Lenguas, ITAM. rador prolífico de la revista Sur, dice lo siguiente:
1
Guillermo de Torre, Las literaturas de van- “Pueden sucederse siglos sin que surja una gene-
guardia, 1965, Buenos Aires, Losada, p. 42. ración auténtica y […] me atrevería a decir que la
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manifestó claramente por algunos en Europa: el futurismo italiano, el


rechazos y por ciertas adhesiones. dadaísmo, el cubismo, junto con
El rechazo apuntaba a la estética la asimilación del creacionismo de
modernista rubendariana y la adhe- Huidobro.
sión se dirigía a las novedades de las Una de las primeras manifes-
vanguardias europeas. taciones de esta renovación es la
Ya había síntomas anteriores de revista mural Prisma: “El veintiuno
los cambios que iban a producirse; regresé –dice Borges– a la patria y
sin embargo, se pueden establecer arriesgué con González Lanuza,
fechas claves relacionadas con una con Francisco Piñero, con Norah
historia de las revistas. En 1921, Lange, con mi primo Guillermo
Jorge Luis Borges vuelve de España Juan [Borges], la publicación mural
con las novedades del ultraísmo y Prisma, cartelón que ni las paredes
promueve con gran combatividad el leyeron y que fue una disconformi-
nuevo movimiento. dad hermosa y chambona.”3
El ultraísmo no es una escue- Como corresponde a la novedad,
la de direcciones claras, sino un en ese primer número-cartelón de
movimiento que reúne tendencias Prisma (aparecieron sólo dos) hubo
dispares. Su intención es asimilar las una proclama que definía las inten-
proposiciones de varios movimien- ciones de los responsables:
tos de vanguardia que, con pocas
126 diferencias de fechas, aparecieron En su forma más evidente y
automática, el juego de entrelazar
palabras campea en esta entablillada
de estos poetas es la primera Generación Literaria nadería que es la literatura actual.
con cabal conciencia de serlo, la primera operante Los poetas se ocupan de cambiar
como organismo vivo que aparece en nuestro de sitio los cachivaches ornamen-
país.” Eduardo González Lanuza, Los martinfie-
rristas, 1961, Buenos Aires, Ediciones Culturales tales que los rubenianos heredaron
Argentinas, p. 44. Esta consideración contradice de Góngora –las rosas, los cisnes,
tanto la afirmación de Guillermo de Torre citada al los faunos, los dioses griegos, los
principio como también la célebre descalificación paisajes ecuánimes i enjardinados– i
de Borges que aludía a su primera etapa como
escritor llamándola ‘equivocación ultraísta’. Por engarzar millonariamente los flojos
otra parte, desde la misma revista Sur emergió adjetivos inefable, divino, azul,
una de las más duras condenas al ultraísmo como misterioso. ¡Cuánta socarronería i
movimiento. Ver H. A. Murena, “Condenación de cuánta mentira en este manosear de
una poesía”, Sur, n° 164-165, jun.-jul. de 1948,
p. 69-86 y Carlos Mastronardi, “Sobre una poesía
condenada”, Sur, n° 169, nov de 1948, p. 52-61. 3
Pedro Juan Vignale y César Tiempo, Expo-
La polémica entre Murena y Mastronardi merecería sición de la actual poesía argentina (1922-1927),
un artículo aparte. 1927, Buenos Aires, Minerva, p. 93.
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ineficaces i desdibujadas palabras, y hasta poco revulsivos. Sin em-


cuánto miedo altanero de adentrarse bargo, traen consigo un rechazo
verdaderamente en las cosas, cuánta que hasta ese momento casi no se
impotencia en ese vanagloriarse de había manifestado, contra el peso
símbolos ajenos! Mientras tanto los
del modernismo que se prolongaba
demás líricos, aquellos que no osten-
tan el tatuaje azul rubeniano, ejercen
como movimiento adocenado. Por
un anecdotismo gárrulo i fomentan módicas que parezcan las propuestas
penas rimables que, barnizadas de de los ultraístas, no hay que olvidar
visualidades oportunas, vendrán que fueron un paso indispensable
después con un gesto de amaestrada para la renovación poética posterior
sencillez i de espontaneidad previs- que ahondó y amplió las posibilida-
ta. [...] Nosotros los ultraístas [...] des planteadas por esta rebeldía tan
hemos sintetizado la poesía en su juvenil que parece candorosa. En
elemento primordial: la metáfora, España, por ejemplo, se ha señalado
a la que concedemos una máxima
que el paso de la poesía posmoder-
independencia, más allá de los jue-
guitos de aquellos que comparan
nista a la de la generación del vein-
entre sí cosas de forma semejante, tisiete no se explica totalmente sin
equiparando con un circo a la luna. recordar esta etapa de atrevimientos
Cada verso de nuestros poemas antiacadémicos. En Argentina, per-
posee su vida individual i representa mitió que emergiera una pléyade de
una visión inédita. El Ultraísmo jóvenes poetas, que después seguiría
propende así a la formación de una su propio rumbo abandonando muy 127
mitología emocional y variable.4 rápido el ultraísmo estricto e impreg-
nándose de todas las corrientes de
Leídos hoy, estos principios vanguardia posteriores o reanudando
pueden parecer escasos, limitados de manera renovadora una relación
muy rica con la tradición poética en
Jorge Luis Borges et al., “Proclama ul- lengua española. En ese momento,
4

traísta”, Ultra (Madrid), n° 21, enero de 1922,


p. 7-8. Un poco antes, la revista Nosotros había el ataque directo de los jóvenes iba
publicado un manifiesto de Jorge Luis Borges en el dirigido contra el Lugones posterior
que se definían las líneas de la nueva estética: “1)
al modernismo y los ‘sencillistas’.
reducción de la lírica a su elemento primordial: la
metáfora. 2) Tachadura de las frases medianeras, Como una especie de reconoci-
los nexos y los adjetivos inútiles. 3) Abolición miento, sorprendentemente inme-
de los trebejos ornamentales, el confesionalismo,
la circunstaciación, las prédicas y la nebulosidad
diato hay que decirlo, la venerable y
rebuscada. 4) Síntesis de dos imágenes en una que establecida revista Nosotros publica
ensanche de ese modo su facultad de sugerencia.” lo que debe considerarse la primera
Jorge Luis Borges, Nosotros, Buenos Aires, n° 51,
dic. de 1921, p. 446-51. antología ultraísta en su número 160,
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de septiembre de 1922: los textos dirigen al ‘oportuno lector’: “El


son de Borges, Francisco Piñero, ultraísmo no es una secta carcelaria.
Norah Lange, Clotilde Luisi, Helena Mientras algunos, con altielocuen-
Martínez, Roberto A. Ortelli, Guiller- cia juvenil, lo consideran como un
mo Juan, González Lanuza. A este ansia insaciable de lejanías, otros,
reconocimiento se agrega una céle- sencillamente, lo definen como una
bre encuesta de Nosotros, de 1923, exaltación de la metáfora.”
aparecida en cuatro números, sobre Además de Macedonio Fernán-
“Las nuevas generaciones literarias” dez, colaboran en esta primera época
en la que ya está el comienzo de la de Proa una buena parte de los poetas
polémica con el ‘grupo de Boedo’. agrupados alrededor de Jorge Luis
Entretanto, había nacido la re- Borges.
vista Proa (primera época). Aunque En agosto de 1924, nace una
sólo aparecen tres números (de segunda Proa, cuyos directores son
agosto de 1922 a julio de 1923), la Jorge Luis Borges, Alfredo Brandán
revista posee dos características Caraffa, Ricardo Güiraldes y Pablo
que la hacen muy importante. La Rojas Paz. Esta segunda época de
primera es que representa la conso- la revista representa la culminación
lidación del movimiento ultraísta; la del ultraísmo iniciado con Prisma
segunda es la aparición de la figura y con la primera Proa y, además,
singular de Macedonio Fernández aparece en el momento de mayor
128 que, aunque mucho mayor que los florecimiento de revistas literarias.
jóvenes ultraístas, es recibido como Por un tiempo coexisten con Babel,
un precursor y respetado como un Biblos, Extrema Izquierda, Ichthys,
maestro.5 Martín Fierro, Noticias Litera-
En el primer número de Proa rias, Los Pensadores, Valoraciones
(agosto de 1922), los jóvenes ultraís- y muchas otras en las que se expresa
tas definen sus propósitos y se la panoplia completa de los escrito-
res de la época y constituye uno de
los momentos de mayor bullicio y
5
La edad de los escritores que circulaban
por las revistas y movimientos de vanguardia,
experimentación de la historia de la
que participaron en los movimientos intelectuales literatura argentina. Sin embargo, a
de la década y se convirtieron en personajes de diferencia de ciertas declaraciones
la historia cultural argentina, oscila entre los 17
años y los 30. Cuatro hombres ‘mayores’ fueron especialmente juveniles y provoca-
considerados como inspiradores de la tendencia tivas exclusivas de la revista Martín
nueva: Macedonio Fernández (49), Ricardo Güi- Fierro, Proa pretende ser una publi-
raldes (37), Evaristo González (Evar Méndez, 35)
y Oliverio Girondo (32). cación de unión, un ‘frente único’ de
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los artistas nuevos. Esto constituye conocida de la nueva generación. Lo


su novedad en medio de las batallas que la caracteriza ante todo es la po-
y las ruidosas querellas que enfrenta- larización que produjo, contrariando
ban a los grupos. El mayor promotor justamente el proyecto voluntarista
de este ‘frente único’ es Ricardo Güi- y abarcador de Güiraldes, aunque
raldes que percibe las extraordinarias en otros aspectos coincidieran pro-
posibilidades de unir a los jóvenes en fundamente con él, tanto en la con-
un solo movimiento. gregación de colaboradores que se
Es así como Proa inicia sus nú- constituyen en un bloque, como por
meros publicando incluso a algunos la introducción de un tono sarcástico
colaboradores de la izquierda, cono- y de prácticas que modificarán todo el
cida como el ‘grupo de Boedo’, pero panorama de costumbres literarias de
la armonía dura poco, sobre todo la época. Provoca el mayor revuelo,
por las disidencias y la combatividad no sólo porque insiste con fuerza y
de cada uno de los grupos en sus posi- agresividad en recoger las novedades
ciones literarias y el ‘frente único’ se de la vanguardia europea, sino prin-
rompe muy pronto. cipalmente por su desenfado, inso-
El momento culminante de esta lencia e irrespeto hacia una buena
historia es Martín Fierro (segunda parte de los valores consagrados tra-
época),6 la revista más importante y dicionales. La existencia de la revista
va acompañada por algunas mani-
6
Una primera revista Martín Fierro, fundada festaciones públicas que recuerdan 129
también por Evar Méndez, existió en 1919 sin una
relación verdaderamente directa con la segunda.
al dadaísmo: homenajes en broma y
Era menos literaria que política. Difundió artículos en serio a determinados personajes
de fuerte crítica al gobierno de Hipólito Irigoyen. públicos, banquetes con disfraces,
En cuanto a la segunda y al movimiento llamado
de ‘Florida’ (por el nombre de lo que en aquella
época era una elegante y exclusiva calle céntrica,
así como ‘Boedo’ toma su nombre de una calle de Fierro (1924-27), 1969, antología y prólogo por...,
barrio popular), están estudiados en una abundante Buenos Aires, Carlos Pérez Editor; Nélida Sal-
bibliografía. Por ejemplo: Juan José Sebreli, “Los vador, Revistas argentinas de vanguardia. 1920-
martinfierristas: su tiempo y el nuestro”, Contorno 1930, 1960, Buenos Aires, Instituto de Literatura
(Buenos Aires), n° 1, nov. de 1953, p. 1-13; Adolfo de la Facultad de Filosofía y Letras; H. R. Lafleur,
Prieto, “El martinfierrismo”, Revista de Literatura S. D. Provenzano y F. P. Alonso, Las revistas litera-
Argentina e Iberoamericana (Mendoza, Arg.), n° 1, rias argentinas (1893-1960), 1962, Buenos Aires,
1959, p. 9-29; idem, Diccionario básico de litera- Ediciones Culturales Argentinas; Susana Zanetti
tura argentina, 1968, Buenos Aires, Centro Editor (dir.), Los proyectos de la vanguardia, Historia de
de América Latina; idem, El periódico “Martín la literatura argentina, 1987, Buenos Aires, Centro
Fierro”, 1969, antología de textos y estudio por..., Editor de América Latina, t. 4; Carlos Altamirano y
Buenos Aires, Galerna; Rafael Alberto Arrieta Beatriz Sarlo, Ensayos argentinos. De Sarmiento a
(dir.), Historia de la literatura argentina, 1959, la vanguardia, 1983, Buenos Aires, Centro Editor
Buenos Aires, Peuser, t. 4; Beatriz Sarlo, Martín de América Latina.
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declaraciones provocativas, peque- como tú tienes fe, en nuestra fonética


ños escándalos en exposiciones de desde que fuimos nosotros, los ame-
pintura, etc. ricanos quienes hemos oxigenado
Como en su primera época, la el castellano, haciéndolo un idioma
revista vuelve a tener como director respirable, un idioma que puede usarse
a Evar Méndez y, en un principio, se cotidianamente y escribirse de ‘ame-
pretendía que tuviera características ricana’, con la americana de todos
similares a la de 1919, pero a esta los días.”8
segunda versión están asociados los Beatriz Sarlo analiza severa-
ultraístas en pleno y en especial le mente esta actitud ideológicamente
está asociado Oliverio Girondo, cosa marcada de dueños y señores de la
que le da un matiz mucho más audaz cultura. En este aspecto, esta postura
desde el punto de vista literario y los distancia totalmente de la van-
precipita la ruptura con la tradición guardia europea que era antiburgue-
establecida. Dentro de este espíritu, sa, antiaristocrática, antinacionalista
que se reflejará poco después en la y con aspiraciones democráticas y
revista, Oliverio Girondo había pu- revolucionarias:
blicado poco antes, en Argenteuil,
Francia, un libro: Veinte poemas para La literatura de la ‘novela
ser leídos en el tranvía (1922). El semanal’ (arquetipo de literatura
autor irrumpe en las letras argentinas ‘baja’ [publicada por el grupo de
130 como alguien poseedor del “mejor Boedo]) tiene una poética que, de-
finida por la presión del mercado,
estómago del mundo, un estómago
revela su origen. Escrita según una
ecléctico, libérrimo, capaz de digerir típica ‘deformidad de pronuncia-
tanto unos arenques septentrionales ción’ donde puede rastrearse al
o un kouskous tradicional como una inmigrante; Martín Fierro retoma
becasina cocinada en la llama o uno a propósito de ella, el tema de la
de esos chorizos épicos de Castilla”.7 pureza lingüística como prueba
Y ya en plena batalla martinfierrista, de su disposición ‘natural’ para la
es uno de los más radicales al ex- cultura y el arte. [...] También para
presar la idea de que estos jóvenes el periódico Martín Fierro, la ‘jerga
son los nuevos ‘propietarios’ de la ramplona plagada de italianismos’
(número 8) tiene su explicación de
cultura que comienza a producirse:
clase: una literatura que se compla-
“Porque es imprescindible tener fe, ce en la ‘anécdota de conventillo’ es
7
Dedicatoria de Veinte poemas para ser
leídos en el tranvía, Obras Completas, 1968, 8
“Carta abierta a La Púa”, 31 de agosto de
Buenos Aires. 1925, O. C. , p. 51.
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la que corresponde a sus autores, los A pesar de que éste y otros ras-
‘realistas italocriollos’. Dos tipos de gos son síntomas de cómo el grupo
escrituras y también dos públicos: era heterogéneo en su ruptura, poco
los que son ‘argentinos sin esfuerzo’ a poco va adquiriendo características
y los que, por su origen y por su
propias, más definidas, sin abando-
lengua, no pueden reivindicar una
larga tradición nacional.9
nar del todo cierto lirismo romántico.
En el número 4 aparece un manifies-
Aunque en los primeros números to redactado por Oliverio Girondo.
la revista es bastante ecléctica, tiene En primer lugar, hay una serie de
mucho del espíritu rebelde de la elementos ‘intelectualistas’ que son
vanguardia. Sus ataques se dirigen rechazados. En segundo lugar, apare-
contra Pío XI, contra el embajador ce la lista de valores positivos para
de la Rusia zarista todavía en funcio- la revista:
nes, Rubén Darío, la Liga Patriótica
MARTÍN FIERRO se encuentra,
–organización de extrema derecha–, por eso, más a gusto en un transat-
el regente de la ciudad de Buenos lántico moderno que en un palacio
Aires, Ricardo Rojas, Jacinto Bena- renacentista, y sostiene que un
vente, insultado sin atenuantes por buen Hispano-Suiza es una OBRA
haber aceptado una condecoración DE ARTE muchísimo más perfecta
del directorio de Primo de Rivera. que una silla de manos de la época
Entre todos, Lugones es el blanco de Luis XV.
MARTÍN FIERRO ve una posi-
131
repetido, a pesar de que no faltan
los que sienten una condescendiente bilidad arquitectónica en un baúl
‘Innovation’, una lección de síntesis
y temperada admiración por el vate
en un ‘marconigrama’, una organi-
oficial, víctima de los más sarcásti-
cos y crueles ‘epitafios’ que se pro-
espectáculo; no me asustan sus convicciones de
digaban tanto a los enemigos como último tren y hasta me divierte la indignación que
a los amigos.10 provocan entre los paniaguados de la sociología
[...] Empecemos por confesar que la música del
9
Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, Ensayos verso es pobre como música.” En cambio, Roberto
argentinos..., p. 150. Mariani, en el mismo número, escribe: “Hay un
10
Leopoldo Marechal dirá, resumiendo la pecado capital en Martín Fierro: el escandaloso
posición de algunos de los jóvenes colaboradores respeto al maestro Leopoldo Lugones. Se le ad-
de la revista: “Los que profesamos el versolibrismo mira en todo, sin reservas, es decir, como filólogo,
creemos agotado en nuestro favor el ya enojoso como versificador, como fascista [...] ¡Maestro: su
tema; rezongos de abuelo contra motivos más adhesión al fascismo es una porquería!”. Leopoldo
o menos hipotéticos nos resultan las palabras un Marechal, “Retrueque a Leopoldo Lugones” y
tanto candorosas del venerable maestro y tocayo Roberto Mariani, “Florida y Boedo, Martín Fierro
[...] Ante todo diré que no soy lugonófono: admiro y yo”, Martín Fierro, Adolfo Prieto, El periódico
la vida y la obra del maestro como se admira un ‘Martín Fierro’”..., p. 61 y 44.
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zación mental en una ‘rotativa’, sin contemporánea, la arquitectura reno-


que esto le impida poseer –como en vadora y ‘minimalista’, así como en
las mejores familias– un álbum de el desdén hacia el post-modernismo
retratos que hojea, de vez en cuan- rubendariano.
do, para descubrirse a través de un
Por otra parte, logran instaurar
antepasado... o reírse de su cuello y
de su corbata.
en la vida literaria y cultural el espí-
M ARTÍN F IERRO cree en la ritu insolente e irrespetuoso de las
importancia del aporte intelectual vanguardias que se refleja particu-
de América, previo tijeretazo a todo larmente en las famosas secciones
cordón umbilical. Acentuar y gene- llamadas “Parnaso Satírico” y “El
ralizar a las demás manifestaciones Cementerio de Martín Fierro”, donde
intelectuales el movimiento de inde- no se salvan del escarnio ni los propios
pendencia iniciado en el idioma por colaboradores de la revista.12
Rubén Darío, no significa, empero, Como prueba de las oscilaciones
que habremos de renunciar, ni mucho
en la constitución del movimiento,
menos finjamos desconocer que
todas las mañanas nos servimos de
sólo en el número 12-13 de la revista,
un dentífrico sueco, de unas toallas Evar Méndez, su director, presenta
de Francia y de un jabón inglés. de manera oficial al grupo, presen-
MARTÍN FIERRO tiene fe en tación importante, pues significa la
nuestra fonética, en nuestra visión, conciencia de las transformaciones
en nuestros modales, en nuestros oí- que se están produciendo y al mismo
132 dos, en nuestra capacidad digestiva tiempo constituye un censo informal
y de asimilación.11 de la vanguardia por la extensa lista de
los redactores y colaboradores perma-
Aunque vago, el programa deja nentes. Esta pléyade de jóvenes, que
percibir ecos del futurismo y del actuarán juntos, entablarán polémicas
creacionismo, además, en sus colabo- y hasta circularán de uno a otro sector
raciones, los jóvenes poetas se reco- (es decir: de ‘Florida’ a ‘Boedo’ y
nocen en general como ultraístas viceversa) o se declararán indepen-
de acuerdo con los principios del dientes, significa la irrupción de un
movimiento español y sus manifes-
taciones argentinas. Los principios se 12
Algunas muestras: “Yace aquí Jorge Max
cumplen en lo que respecta al aprecio Rhode/ Dejadle dormir en pax/ que de este modo
coherente por la modernidad y la de- non xode/ Max”; “Aquí yace Manuel Gálvez,/
Novelista conocido;/ Si hasta hoy no lo has leído,/
fensa de la pintura nueva, la música Que en el futuro te salves.” “Silencioso, solo en
pace,/ En este oscuro rincón/ Córdova Iturburu
11
“Manifiesto de MARTÍN FIERRO”, ibid., yace.../ Se amaba hasta el paroxismo/ y murió de
p. 13-4. la admiración/ Que se produjo a sí mismo.”
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campo cultural cada vez más sólido sensibilidad’ como se decía un poco
y diversificado en una consolidación pomposamente, aunque el único
de la profesión de escritor, pintor, mú- que se conservó radicalmente ‘van-
sico, caricaturista, crítico literario y guardista’ hasta el final fue Oliverio
periodista como nunca antes se había Girondo. En realidad, los resultados
producido previamente a la década de de un cambio profundo en las formas
1920 en la historia argentina. poéticas sólo se perciben con verda-
Contradiciendo en parte la prime- dera agudeza un poco más tarde, por
ra afirmación de Guillermo de Torre ejemplo, en el grupo de la revista
que he citado, la producción de Poesía Buenos Aires, en los años
nuevas obras es abundante. Para 1950-1960. Sin embargo, el gozoso
los martinfierristas será sobre todo ambiente juvenil y el tono afirma-
el ejercicio de la poesía aunque no tivo y exultante ya no volverán a
falten los prosistas. repetirse de esta manera, entre otras
En 1927, Martín Fierro deja de cosas porque, a partir de 1929-1930,
publicarse, y es el año en que pare- desaparecido el relativo bienestar
ce terminar la etapa gregaria de la económico y la calma política, los
generación de jóvenes ultraístas y martinfierristas aparecerán como
martinifierristas. Los autores se rea- ‘los últimos hombres felices’ de
grupan nuevamente en otras empre- nuestra literatura.
sas ‘revisteriles’, pero ya no forman En cierto modo, Sur, cuyo primer
un frente único. En realidad, el cierre número aparece en enero de 1931, es 133
de Martín Fierro se produjo por una la heredera del martinfierrismo. No
división política y no estética: un sólo por los colaboradores, sino por
grupo de colaboradores proponía cierta continuidad de concepciones:
apoyar la candidatura a la reelección Jorge Luis Borges, Oliverio Giron-
del presidente radical Irigoyen y otro do, Conrado Nalé Roxlo, Francisco
sector se oponía a tal proyecto. A Luis Bernárdez, Ricardo Güiraldes,
estas divergencias se debe agregar Ramón Gómez de la Serna, Bernardo
el paso del tiempo y la maduración, Canal Feijoo, Eduardo Mallea, Ricar-
además de cierta tendencia a reple- do Molinari, Norah Lange, Leopoldo
garse en una obra personal que ya Marechal, Córdova Iturburu... Hay
no dependiera de una estética más o que decir, sin embargo, que para
menos compartida. 1930, la mayoría había abandonado
En conjunto, y gracias a la reno- los principios demasiado rigurosos
vación aportada por los jóvenes de la vanguardia. Además, la línea
ultraístas, se impone una ‘nueva sigue su curso a través del primer
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secretario de redacción de la revista, Como los martinfierristas y sus


Guillermo de Torre, que un poco revistas, Sur tuvo secciones en las
más tarde dejará ese puesto, pero que eran defendidas constantemente
nunca su lugar en el comité de co- las expresiones de pintura más mo-
laboración. derna y la música más experimen-
En Sur persisten algunas actitu- tal. Pero así como ha desaparecido
des del martinfierrismo; así ocurre el humor de los años anteriores,
con la mirada atenta a lo que ocurría también está prácticamente ausente
en Europa, pero el tono festivo y las
Buenos Aires, Paradiso. Sobre Leopoldo Lugones
bromas han desaparecido comple- sólo se publicó, en los primeros 35 años de la revista
tamente. Para Sur la cultura es asunto –para tomar las fechas que abarca el primer Índice
serio, el tono de los artículos es grave, (1931-1966), Sur, n° 303-305, 1967– una nota de
Jorge Luis Borges de poco más de una página con
y hay una presencia importante de la motivo del suicidio del escritor en 1938. Borges se
búsqueda ética y de ‘verdades’ que se reconcilia con el poeta tan vapuleado por él mismo
anteriormente, y propone olvidar al ideólogo fas-
sitúen por encima de las ideologías. cista: “Lo esencial en Lugones era la forma. Sus
Es cierto que las épocas son di- razones casi nunca tenían razón; sus adjetivos y
ferentes: de las audacias y el carácter metáforas casi siempre.” En cuanto a Quiroga, que
se había suicidado un año antes que Lugones, única-
inaugural de los años 20 y la prospe- mente aparece un pequeño artículo de dos páginas y
ridad económica eufórica, se pasa a media precedido de una nota de la Redacción que se
la crisis de los 30 y el telón de fondo ve obligada a precisar: “Un criterio diferente del arte
de escribir y el carácter general de las preocupacio-
de los diez primeros años de Sur es nes que creemos imprescindibles para la nutrición
134 el ascenso del nazismo, la Guerra de ese arte nos separaban del excelente cuentista
que acaba de morir en un hospital de Buenos
Civil española, la crisis mundial y el Aires. Como testimonio de respeto a su memoria,
comienzo de la Segunda Guerra. en un país donde sólo atreverse a tener ideas y
Como para el grupo de martin- osar expresarse en términos de belleza implica un
heroísmo, transcribimos las palabras pronunciadas
fierristas, también rigen en Sur las por Ezequiel Martínez Estrada frente al cuerpo de
exclusiones y hay autores de los que Horacio Quiroga.” Ambos homenajes aparecieron
nunca se habla y a los que nunca se en las secciones finales de la revista, las dedicadas a
las reseñas y notas breves y no en el cuerpo principal
publica: Leopoldo Lugones, Roberto consagrado a los ensayos y otras colaboraciones
Arlt, Benito Lynch, Ricardo Rojas, centrales. Uno de los casos de exclusión más discu-
tidos actualmente es el de Witold Gombrowicz,
Horacio Quiroga, Alfonsina Storni, autor de Ferdidurke (1937), que vivió cerca de 25
entre otros y, por supuesto, están años en Argentina, adonde llegó para impartir una
excluidos los autores adscritos al conferencia y debió quedarse a raíz del comienzo
de la Segunda guerra mundial. Al terminar el con-
‘grupo de Boedo’.13 flicto, no regresó a su país, Polonia, y adquirió la
nacionalidad argentina. Allí escribió gran parte de su
13
He estudiado todos estos problemas en mi obra restante. Ya conocido y consagrado, abandonó
libro sobre la revista, Sur: Una revista en la tor- el país en 1964 para instalarse en el sur de Francia
menta. Los años de formación: 1931-1944, 2000, (Vence), donde murió en 1969.
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NOTAS

la polémica y las referencias a la Este proyecto, unido a un gran


realidad política y social. Asimismo, cuidado por la lengua y al orgullo
la revista nace sin declaración de por el ‘bien escribir’, recuerda las
principios claramente formulada ni diatribas del grupo de Martín Fie-
mucho menos un manifiesto inicial, rro contra los escritores de Boedo,
a diferencia de las explosivas de- su populismo y su desaliño en la
claraciones y disputas de la década escritura. Igualmente, Sur conservó
anterior, y busca colocarse desde el del martinfierrismo y del ultraísmo
comienzo a una altura mayor que la la ‘superstición culturalista’, si po-
de las disputas de la realidad literaria demos llamarla así, por los visitantes
existente. Sólo de vez en cuando, en extranjeros, pero las reuniones y
frases aisladas, se alude a ese difícil homenajes, las conferencias y los
e irremediable país en el que toda banquetes ya no fueron ruidosos,
empresa cultural es despreciada y sino estrictamente dedicados a la
está condenada a la indiferencia del concentración intelectual.
público. En este sentido, hay también A pesar de las conocidas críticas
una prolongación de la actitud de los de cosmopolitismo y europeísmo
martinfierristas, en algo que podría- que recibió, publicó a gran cantidad
mos llamar la idea de la cultura como de autores nacionales tanto en prosa
esencialmente noble y opuesta a lo como en poesía, así como a ensayis-
mercantil, como lo analizaba más tas y críticos argentinos. Y por otro
arriba Beatriz Sarlo. lado, ejerció opciones explícitas e 135
Victoria Ocampo lo dice repeti- implícitas en una operación caracte-
das veces. Por ejemplo: “Sur (revista rística y recurrente cuando se trata de
y editorial) se ha dedicado, desde su una revista literaria. De algún modo
fundación a lanzar autores extranje- participó en la reordenación de los
ros y nacionales que pasaron luego a lugares culturalmente prestigiosos,
la categoría de ‘best sellers’, o casi, comenzada por la vanguardia, y or-
en manos de editoriales poderosas y ganizó su propia antología, pero cla-
que entienden de negocios. Sur no ramente como una de las herederas
fue nunca una empresa comercial, de las corrientes en polémica desde
sino cultural.”14 las generaciones anteriores.

14
Victoria Ocampo, “Sur”, Sur, n° 268,
enero-febrero de 1961, p. 7-14.

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