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Caracas, 27 de Mayo de 2019

Colegio: La Consolación
Leonardo Delgado #8
Carlos Correia #7
Samuel Esculpi #11
GHC 4to “A”

Venezuela ante la ONU


Principalmente antes de hablar de una integración al mundo de la política exterior, cabe resaltar
que esta ha variado de acuerdo a la naturaleza de su gobierno. En sus primeros años como nación
independiente el país padeció un largo período de turbulencia interna, por lo que no pudo delinear
una política internacional concreta, pero se enfocaba en la demarcación de límites. A principios del
siglo XX, se tuvieron relaciones difíciles con las potencias europeas y con los Estados Unidos por la
deuda extranjera y Venezuela no ocupaba un puesto importante en la forma que giraba el mundo y su
peso internacional era bajo. Esto cambia con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, donde los
ganadores decidirían el próximo rumbo político bajo el cual nacería el nuevo mundo y quienes serían
las autoridades de este.
Tal que, con la victoria de los aliados, el 1º de enero de 1942 en el contexto de la segunda guerra
mundial, 26 países aprobaron la “Declaración de las Naciones Unidas”, documento fundacional de lo
que hoy es la ONU, para esa fecha Venezuela estaba siendo gobernada por Isaías Medina Angarita,
durante la guerra, Venezuela funcionó como uno de los principales proveedores de petróleo de EEUU
saliendo beneficiosa de las confrontaciones. Ahora bien, posteriormente el 26 de junio de 1945, en la
Conferencia de San Francisco (EEUU), reunión en la que participaron 50 países y se redactó la Carta
de las Naciones Unidas, de esa manera la ONU, ya finalizada la guerra, comenzó a existir oficialmente
el 24 de octubre de 1945. Venezuela pasó a ser miembro el 15 de noviembre de 1945, firmando la
Carta de las Naciones Unidas, aceptando ciertos parámetros en pro del mundo libre, así se estipulaba
las condiciones que proscriben la guerra, se limita el empleo de la fuerza en las relaciones
internacionales, y se establece como meta la seguridad colectiva (no sólo militar sino también
económica y social) y la protección internacional de los derechos humanos. Para ese entonces nuestro
país estaba siendo gobernado por una junta presidida por Rómulo Betancourt e integrada por Gonzalo
Barrios, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Raúl Leoni, el Mayor Carlos Delgado Chalbaud y el Cap. Mario
Vargas.
En este punto Venezuela empezó a caracterizarse, durante toda su vida democrática, como una
nación perteneciente a los organismos y organizaciones internacionales que se han ido creando en el
mundo desde mediados del siglo XX, como la palanca de un punto crítico para alcanzar el desarrollo
social y económico de las naciones, para promover y mantener la paz y tratar de crear un mundo más
justo bajo los derechos humanos y el avance como sociedad.
Los principales organismos a los cuales se ha postulado Venezuela desde entonces son el
Consejo de Seguridad y el Consejo de Derechos Humanos. Su impacto en los mismos puede ser
ambiguo o relativo, pero nadie podrá decir nunca que no ha estado presente en el nacimiento del
nuevo mundo, que aún hoy en día sigue sedimentándose y apenas marca un punto de anclaje ante el
desarrollo mundial, habiendo ocupado un sitial en el Consejo de Seguridad de la ONU en cuatro
ocasiones, en los períodos de 1962 a 1963, de 1977 a 1978, de 1986 a 1987, y de 1992 a 1993. En
2006 se postuló una vez más sin resultar electa, mismo año en el cual entró como miembro en el
Consejo de Derechos Humanos. Y si llega a parecer poco, también juega un papel activo en
organismos especializados como: UNFPA, FMI, OACI, OEI, FAO, UNESCO, UNOPS, PMA, OIT,
OMS / OPS, UNODC, ONUSIDA, PNUD, ACNUR, etc.
Pero, ¿es posible crear cambios contundentes en solo 4 periodos? En nuestra opinión, sí. Desde
un principio Venezuela como delegación ha buscado estructurar las bases para una repartición
equitativa del poder, que beneficie a la igualdad y protección de los derechos humanos. Por lo que se
ha dedicado a realizar propuestas significativas para la reforma de una ONU más funcional y justa,
algunos de estos aspectos son: La ampliación de la membresía del Consejo de Seguridad, la
participación directa y universal de todos los países -en plano de igualdad- en la selección del
Secretario General de la ONU, la eliminación del derecho al veto, la definición de sanciones por
daños al ecosistema, etc. Todo con el propósito de alcanzar las metas del milenio y hacer valer el
objetivo con el cual fue creada esta organización. Su participación no solo ha sido intelectual y en
posición de establecer propuestas, también ha hecho aportes con personal militar, policial u
observador para las misiones de paz de las Naciones Unidas operativas en América Central
(ONUCA), Iraq y Kuwait (UNIKOM), El Salvador (ONUSAL), el Sahara Occidental (MINURSO),
India y Pakistán (UNIPOM), Croacia-Bosnia y Herzegovina (UNPROFOR) y Guatemala
(MINUGUA).
Venezuela con esto ha logrado ser observada con sumo interés y respeto en todas partes del
mundo, por el dinamismo de su política, su apego a las normas del derecho internacional, por su
disposición a promover un mundo unido y solidario. Actitud que ha sido recompensada por la ONU,
donde ha destacado el necesario apoyo de esta organización hacia nuestro país, haciendo énfasis en
su profundo compromiso con la defensa de la soberanía nacional así como en el fomento de la
integración latinoamericana y caribeña en la política internacional. Al ver el historial de nuestra
nación, notamos que se ha destinado a cuidar, mantener y adquirir nuevos compromisos de
cooperación y financiamiento a lo largo del tiempo, incluyéndose en el flujo en el que apunta el nuevo
mundo que estamos formando, tanto que se ha puesto a Venezuela como ejemplo de cumplimiento
de las metas del milenio, gracias a las políticas sociales que ha desarrollado. Nuestro país dejó de ser
ante la comunidad internacional, aquel país apartado donde las personas vestían guayuco y las
mujeres se destacaban por obtener premios de belleza, en una nación con una voz llena de entrega y
determinación, con una posición firme y capaz de alcanzar sus metas; como un país petrolero que
cambió su geopolítica mundial.
Más allá de la generalización, quienes hacen grande nuestra nación con sus acciones y palabras,
son aquellos delegados que han sido reconocidos a nivel mundial. El primer venezolano en obtener
un gran protagonismo en la ONU fue Diógenes Escalante, quien en 1945, siendo embajador en
Washington D.C, acudió a la Conferencia Internacional de Seguridad de San Francisco como
delegado por Venezuela. Y aunque durante la guerra no formara parte de la política exterior de
Venezuela, siempre soñó con la unificación de este continente y el establecimiento de ideales que
garantizaran los motivos americanos y el bienestar de esta naciente parte del mundo. Entre otros
venezolanos que se pueden destacar se encuentran los embajadores que Venezuela ha presentado ante
la organización entre ellos Samuel Moncada, Francisco Arias Cárdenas, Jorge Valero, Nicolás
Maduro, y Roy Chaderton Matos todos ellos portavoz de la política exterior venezolana y
representantes en diversos periodos históricos. Pero realmente quien merece ser recordado en el
ámbito político internacional, sin duda alguna, con el mayor protagonismo alcanzado no es nadie más
que el presidente Hugo Chávez Frías, quien sin falta en cada Asamblea General, dio la cara para
denunciar de forma drástica y precisa los desperfectos de la ONU ante el mundo. Y sus discursos han
sido punto de partida para el análisis de aquello que aún se puede mejorar en un mundo nuevo.
Ya tenemos en claro que los venezolanos trascienden las fronteras de su nación y llegan a ser
reconocidos a nivel internacional, este es el caso de uno de los más controversiales hombres nacidos
en este gran país. Diego Arria, un figura pública consagrada en la política y la diplomacia, increíble
saber que un solo individuo llego a ser Diputado al Congreso, Ministro de Información y Turismo así
como también ejerció Gobernación de Caracas, y en su momento se lanzó para las elecciones
presidenciales, y más allá de nuestras fronteras destaca su rol como Director del Banco
Interamericano de Desarrollo (1 de enero de 1965-1 de enero de 1968), Embajador venezolano ante
la ONU (11 de marzo de 1991-agosto de 1993), Presidente del Consejo de Seguridad (1 de marzo de
1992-31 de marzo de 1992) y Secretario General Asistente y Consejero del Secretario General de la
Organización de Naciones Unidas. Su trabajo como embajador llego en un momento muy importante
y de tensión en el ámbito de la paz mundial, ya alrededor de 1988 cuando eran necesarias sus
decisiones apareció desempeñando una labor ideal dentro del planteamiento y ejecución de misiones
y la resolución de conflicto, cualidades que lo llevaron a ser un digno representante venezolano.
Este también implantó la famosa “formula Arria” donde se permite a los miembros del Consejo
de Seguridad cambiar impresiones de manera franca y confidencial, con personas a las que, en opinión
del miembro o miembros del Consejo que cursan la invitación (quienes también actúan como
moderadores u organizadores) resultaría interesante escuchar o a quienes podrían desear transmitir
un mensaje. Estas reuniones ofrecen a los miembros del Consejo que estén interesados la oportunidad
de participar en un diálogo directo con los altos representantes de los gobiernos y las organizaciones
internacionales, a menudo previa solicitud de estos últimos, así como con las partes no estatales, sobre
cuestiones que les afectan y que están comprendidas en el ámbito de responsabilidad del Consejo de
Seguridad. Esto otorga la posibilidad de escuchar al mundo y buscar una mejor solución a los
problemas, todo mediante el diálogo con las personas afectadas.
Nuestra nación no es más que la suma de las ideas de quienes viven para ver un mejor mañana,
y por suerte quizás, somos un país con muchas personas buenas, fuertes e inteligentes que dan la cara
por nosotros ante el mundo. En el camino también han existido acciones, más recientes, que nos han
perjudicado a nivel internacional; y si, es lamentable que hoy en día Venezuela haya perdido esa voz
que antes tenía en el mundo y por situaciones que escapan del control de aquellos que se han
preparado para esta labor. Venezuela pierde esta voz a diario, pero eso no borra la huella que ha
dejado en el mundo y en la ONU, no solo por las acciones y pensamientos que antes han sido
expuestos sino por el recorrido e impacto que tenemos en el mundo, donde no somos Estados Unidos
o Rusia, y nuestra palabra no tiene tanto eco en el mundo; y aun así estamos ahí, en los momentos
que han hecho falta y dimos acto de palabra dentro de esta organización. Y es aquí donde entran las
consecuencias, Venezuela se encuentra en un mal momento y la ONU tiene su atención en ella para
prestar su apoyo, y no solo está, sino muchas otras organizaciones a nivel mundial así como otros
países que tienden su mano cuando lo necesitamos más. Nosotros creemos, que algún día Venezuela
volverá a tener esa voz dentro del nuevo mundo, con más fuerza y determinación que antes,
atendiendo a los problemas de forma pacífica y honrada, este mundo que es para todos y que de todos
es el deber de levantarlo.

“Lo que la oruga llama el fin, el resto del mundo le llama mariposa”
-Lao Tzu

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