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Pacha Kutiy Inqa Yupanki, mejor conocido como Pachacútec (1410-

1471). Soberano del Imperio Inca. Nació en el Cusco. Fue hijo del Inca
Wiracocha y de la Coya Mama Runtu. Dotado de un gran talento militar, inició
la expansión del Imperio Inca más allá de las fronteras del Perú. Impuso su
dominio entre más de 500 tribus ubicadas en las fronteras del actual Perú,
Quito y el valle de Nazca. Cada uno de estas comunidades manejaba lenguas,
religiones y costumbres dispares. Pachacútec usó la represión como respuesta
a las rebeliones de los pueblos sometidos y no dudó en expulsar a los grupos
más sublevados lejos de sus territorios.
El reino cuzqueño sufrió un ataque militar por parte del ejército Chanca, lo
único que hizo el rey inca wiracocha fue huir junto a su heredero Inca Urco.
Dicha actuación causo la frustración del pueblo quechua que se sentía
abandonando por sus gobernantes. Pachacútec, por su gran valentía y
genio militar, se puso a la cabeza de los ejércitos quechuas para detener
el avance del ejército chanca, en una de las tantas guerras, unas piedras
de un cerro cayeron repentinamente sobre los enemigos, obteniendo la
victoria para su reino. Inca wiracocha no tuvo más remedio que reconocerlo
como su sucesor alrededor de 1438.
Sobrellevado el triunfo sobre las chancas, Pachacútec decidió consolidar su
señorío y atacar los grupos que no participaron durante la guerra, tales como:
los curacas. Simultaneo a este suceso, llegó a oído del nuevo rey que Inca
Urco, el hijo y co-regente de Viracocha, había conformado un ejército en
Yucay. Sin titubeos, Pachacútec, acompañado de su hermano, Inca Roca,
marcharon a Yucay a enfrentarse con Urco. Durante la lucha que tuvo lugar
sobre orillas del río Urubamba, Inca Roca alcanzó la garganta de Urco con su
honda, con tanta fuerza que le lanzó al río. Urco. Fue arrastrado por la corriente
hasta la peña llamada Chupellusca, donde sus adversarios le dieron muerte.

Fue hábil para dotar a su imperio, al que llamó Tahuantinsuyo, de una


sólida y poderosa estructura administrativa. En este sentido, organizó las
ciudades conquistadas, sin importar que hablaran otra lengua, a imagen del
modelo inca. Para ello, estableció unos funcionarios que debían rendir cuentas
de su gestión en Cuzco, la capital del Imperio, que durante el reinado de
Pachacútec superó los 100.000 habitantes. En la mayoría de los casos los
funcionarios eran de origen inca.
Ahora bien, su gobierno se expandió de una manera rápida, para ello tuvo que
establecer su autoridad en los pueblos confederados para luego lanzarse a la
conquista de nuevas regiones. Su hijo, Túpac Yupanqui, participó activamente
de esta labor, gracias a él nació la etnia quechua. Pachacútec, permaneció en
el Cusco para ocuparse de la organización del naciente Estado imperial. Con la
acción de los ejércitos del señorío, llegaron a establecer el dominio de la actual
Bolivia, penetrando hasta Tucumán, Argentina y por la costa, dominaron hasta
Tarapacá y Arequipa. Todo esto lo lograron gracias al conocimiento de las
zonas del Collasuyo y del Contisuyo.

Con sus enormes campañas extendió sus dominios, constituyendo el


Tahuantinsuyo, dividido en cuatro regiones: Chinchaysuyo, Contisuyo,
Collasuyo y Antisuyo. Como primer mecanismo defensivo, en materia cultural,
impuso la lengua quechua; en materia religiosa, el culto a los dioses imperiales,
claro está que no eliminó las creencias religiosas y las lenguas originarias de
los pueblos. A modo de simbolismo, edificó al lado del templo de Pachacamac,
los templos del Sol y de la Luna; construyo caminos, tampus, fortalezas;
estableció y organizó el sistema de los chasquis, dictó leyes sabias y modificó
la organización social. Fue el responsable de convertir a la ciudad del Cuzco,
en una de las más bellas, con cantidad de edificaciones en piedra labrada.
Además, reconstruyo el templo del Sol, que desde entonces ha sido conocido
como Coricancha, traduce cerco de oro. Por último, inicio la construcción de la
fortaleza de Sacsayhuaman. Durante su gobierno, se avaló la construcción de
la ciudadela de Macchu Picchu, una de las siete maravillas del mundo, se
sostiene que tras la muerte de Pachacútec este sería su mausoleo.

Otras de las grandes hazañas del soberano, fueron, consiguió conectar todas
las ciudades, construyendo y ampliando la red vial y en sus tramos se
edificaron albergues, con la finalidad de garantizar descanso a los funcionarios
o servidores imperiales. También, fundó el servicio de chasquis, eran personas
que cumplían la labor de comunicar las noticias del imperio, esto contribuyo al
impulso de las comunicaciones estatales.

Durante el señorío del Inca Pachacútec, se promulgaron y difundieron los


relatos míticos y legendarios sobre el surgimiento de los Incas, a modo de
estrategia de dominación mental, con ella se reafirmó que el gobierno y su
soberano tenían un mandato divino, e instituyeron el culto obligatorio al dios Sol
o Inti en todo el Imperio.
En los últimos años de su vida, Pachacútec cedió el manejo de las
campañas militares a su hijo Túpac Inca, mientras tanto él se dedicaba a
inspeccionar la construcción de los monumentos en ejecución, que ahora
son reliquias históricas de la cultura inca, por ejemplo: el Templo del Sol, en
Cuzco, la ciudadela de Sacsahuaman, cerca de la capital, Machu Picchu, la
ciudad-fortaleza situada sobre el valle del río Urubamba. Asimismo, se ocupó
del sistema agrícola, que era la fuente económica del imperio. Al soberano se
le atribuye: la adopción y adaptación a las tierras andinas del sistema de cultivo
en terrazas.

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