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NUESTRA CAUSA
Jamás un Pueblo ha sido sometido a las pruebas, a la agresión, al acecho al que ha sido sometido el Pueblo
Venezolano, en estos últimos 4 años. Toda revolución real, no tiene otra opción que el combate al
imperialismo. Sin embargo, dos elementos otorgan condición particular a nuestro caso.
a) Por una parte, la conjunción de los métodos históricos de agresión imperial, con nuevos ensayos y
formas de guerra: violencia paramilitar, guerra económica, agresión a la moneda, uso psicológico de redes
sociales, así como el uso intensivo del andamiaje internacional de los consensos de la derecha.
b) Y, por otra parte, la revolución bolivariana, juega un rol fundamental en el actual proceso
latinoamericano. En el “nosotros”, no solo estamos nosotros, está la intención del imperio de dar una
lección a los Pueblos que se alcen, está la pretensión de truncar una oleada histórica. Está el objetivo
imperial central de aniquilar el boliviarianismo en Venezuela y nuestra América. Es, y con particulares
métodos grotescos, la reconfiguración imperial. 2 Para el imperialismo la revolución bolivariana es un
impedimento para el libre albedrio sobre las fuentes energéticas y de materias primas nacionales, así como
el peso geopolítico en el mercado energético por precios justos y estables. Pero, más aún es un punto de
quiebre para los Pueblos del mundo. Con cautela, con paciencia, los pueblos ven la “cayapa” contra
Venezuela. Ya no solo se admira la resistencia. La hegemonía comunicacional empieza a admitir
cuestionamientos sobre los castillos de naipes que armaron. Las victorias comienzan a retumbar. Y ese
ejemplo, es el mayor peligro real para el imperialismo, para la reconfiguración y configuración de un tiempo
de los pueblos.
Ese es otro ejemplo que yo les pongo acerca de la implicación que tiene para nosotros el
conservar, defender, ampliar y consolidar el más preciado bien que hemos logrado después de
200 años: la independencia nacional; independencia o nada, decía Bolívar, independencia o
nada. Nos estamos jugando la independencia. El majunchismo lo que propone es el nuevo
coloniaje. Por eso es que con toda la fuerza que traemos desde hace 200 años nosotros, los hijos
y las hijas de Bolívar, vamos a barrer el majunchismo (...)
La defensa de la soberanía es el gran logro histórico de esta fase del Plan de la Patria. La revolución ha
mostrado su esencia. El sistema económico capitalista nacional colapsó en medio de su guerra. Procuraron
la entropía máxima de los sistemas de distribución, logística, precios. El andamiaje de la apropiación de la
renta petrolera mediante el mercado de divisas. La revolución optó por el paradigma del Pueblo, el Pueblo,
ante todo. Para ello, la batalla por la soberanía e independencia es sin duda alguna el gran logro en el
balance del Plan de la Patria 2013-2019. Ningún gobierno hubiese soportado los cuatro años que nos han
generado. Pero más aún, recordaremos en el tiempo tres elementos vertebrales:
Serán parte de nuestros trofeos de guerra las cifras sociales, el no haber abandonado nunca la educación,
los pensionados, la gran misión vivienda venezolana. Haber innovado con los CLAP, con el Carnet de la
Patria, con 3 Somos Venezuela, con el ACA del Plan de la Patria Comunal. Haber buscado formulas
socialistas, no dogmáticas, ante la coyuntura. Las formas de las respuestas de protección social han
reafirmado, en las condiciones más extremas, nuestra esencia y razón de ser. Pero, adicionalmente,
disponen de un desafío sobre los nuevos métodos de gestión, sustentados en la organización popular, para
la transformación revolucionaria de la sociedad.
La única solución posible al conflicto generado por la oligarquía contra nuestro pueblo es la profundización
de la construcción del socialismo. La democracia es un concepto integral que solo puede existir en el
socialismo. Implica el desarrollo de las dimensiones sociales, espaciales, políticas, económicas y culturales
de la sociedad. Optamos, como esencia revolucionaria, por la protección del Pueblo. En ello la expansión
del sistema de protección, profundización popular organizativa de los métodos de gestión y base
económica y material del mismo. Asumimos la descolonización como proceso transversal de toda la
sociedad, en cada una de las dimensiones de esta. Esto es en los principios y valores, ejercicio de la
democracia participativa y protagónica, Estado popular y comunal, soberanía del sistema productivo,
sustitución de importaciones, nueva arquitectura del territorio No somos el ejercicio de una gestión de
gobierno. Somos un proceso revolucionario. En ello la transformación del Estado, la lucha contra el
burocratismo, corrupción, no es simplemente un problema de “gestión”. Es la reconfiguración popular del
Estado, haciendo del gobierno de calle, en sus distintas escalas sistémicas, un proceso constituyente para
edificar el nuevo Estado, popular, comunal, soberano. El socialismo demanda de un sistema económico
productivo eficiente, más amplio, robusto para atender las crecientes y democratizadas demandas sociales.
Es una tarea central la construcción de una nueva lógica del capital, del sistema productivo, distributivo,
logístico y de actores del mismo. Construir las bases materiales y financieras del socialismo. La agresión
imperial demanda de la ruptura de amarras y edificación de relaciones tecnológicas, financieras,
comerciales soberanas para la República. 10 La transformación del país demanda de una nueva lógica
espacial. Un sistema de escalas que permita el soporte de una nueva arquitectura del territorio que rompa
con el modelo colonial. Esto es: o Escala regional: infraestructura e identidad regional para la seguridad y
defensa, y desarrollo económico. o Escala subregional: la especialización productiva del país en las
subregiones de desarrollo para anclar la Agenda Económica Bolivariana. o Escala local: Una nueva lógica
urbano regional. Un sistema de ciudades socialistas. La oferta urbana del socialismo. El poder popular
como gran dinamizador de la democratización del espacio. Ajuste, expansión y direccionamiento del
sistema de servicios públicos e infraestructura, para optimizar, adecuar y direccionar con las nuevas
necesidades. El Ecosocialismo no es una consigna. No es un compartimiento estanco. Es transversal como
criterio de diseño, valores, principios a toda la revolución, como lo es nuestra condición feminista e
indigenista. La nueva geopolítica es para nosotros, en lo concreto, el sistema mundo de conexión,
relacionamiento y existencia de la revolución bolivariana.
Pensar en un Plan de la Patria a 12 años, es una ruptura paradigmática. Se trata de enfrentar el tiempo
histórico bicentenario; el salto como sociedad, la carta de navegación construida con la Constitución
pionera, la que abrió las sendas, y la hoja de ruta sobre los temas estructurales para la trasformación
definitiva de la sociedad. Los primeros 18 años nos han otorgado unas condiciones sociales, políticas y
materiales bases para una nueva sociedad. Ahora llega el momento de ruptura, de salto cualitativo. Por ello
tres fases del plan de la Patria. En este sentido el segundo paso del plan es 2018-2025, con el horizonte
temporal en las metas y direccionalidad histórica del 2030, que adicionalmente coinciden con los Objetivos
de Desarrollo Sostenible de la Organización de Nacionales Unidas y donde nuestro país es referente. En ese
momento seremos un país potencia, de plena democracia en las 5 dimensiones de la sociedad,
auténticamente socialista como construcción de la felicidad del pueblo. El plan 2018- 2025 tiene dos
momentos centrales a. EL ACA DEL PLAN DE LA PATRIA 2030: ESTABILIZACIÓN Y PAZ POLÍTICA Y
ECONÓMICA: 2018-2020. Dentro del plan Patria 2025 se muestra una fase del ACA del Plan de la Patria,
como estabilización e inflexión de los daños y heridas de la guerra económica El tiempo constituyente de
dos años implica las nuevas bases de profundización de la Constitución Bolivariana. Los marcos legales,
conceptuales, pero más aún el proceso político constituyente de la sociedad. Es la estabilización de la paz
política del país. Clave fundamental para la paz económica. b. UN PAÍS POTENCIA, SOBERANO, SOCIALISTA:
2018-2025, en el ciclo bicentenario Implica en los próximos dos periodos presidenciales desarrollar el
énfasis en la construcción plena de la democracia socialista a partir del desarrollo sistémico, integral, de las
5 dimensiones de existencia de la sociedad planteadas por el Comandante Chávez. Asumir que la
democracia real, plena implica la democracia política, social, cultural, económica, espacial como un sistema
6 indivisible, otorga una profundidad paradigmática. Es un aporte teórico practico que revoluciona los
alcances reales del término. El tema de fondo del plan es cambiar la sociedad. Generar un nuevo asiento.
Dar el salto cualitativo de las condiciones creadas en estos primeros 18 años
En esta fase del Plan de la Patria tiene como premisa fundamental la construcción de una
sociedad igualitaria y justa, el desarrollo pleno de la democracia en todas sus dimensiones. Aquí
destacan de manera especial los mecanismos de protección del pueblo a través del sistema de
misiones y grandes misiones, la atención de las necesidades sociales como derechos y no
mercancías. De ahí que se incorporen las aplicaciones y registros basados en el mecanismo del
carnet de la patria, no solo para la protección del pueblo, sino para la comunicación y vinculación
directa pueblo- gobierno.
La comuna y el poder popular tienen un rol estelar en la edificación de todas las dimensiones de
la democracia de la sociedad y en especial en la transición radical hacia la ruptura definitiva con
el burocratismo y la transformación del Estado, más los avances en los mecanismos de gobierno
de calle. En este orden de ideas, destacan formas organizativas de responsabilidad económica
como los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP), la economía local y agricultura
urbana, entre otras.
La transformación revolucionaria del Estado es uno de los objetivos centrales del plan para la
irrupción definitiva del Estado Popular, Participativo y Comunal, garantizando el control popular y
la transferencia de competencias para el combate a la ineficiencia, el burocratismo y la corrupción
desde la participación plena del pueblo organizado en la planificación acción, gestión,
seguimiento y control de la cogestión pueblo- gobierno.
Entre los objetivos nacionales que destacan en este objetivo histórico, tenemos los siguientes:
1.- Generar las bases económicas y materiales para la transición humanamente gratificante hacia
el socialismo, transformando la cultura rentista petrolera en un modelo económico productivo
incluyente, eficiente y justo, liberando las fuerzas productivas, a efectos de satisfacer las
necesidades de la población y el país potencia.
4.- Construir una sociedad igualitaria y justa garantizando la protección social del pueblo.
5.- Consolidar y expandir el Poder Popular como componente estructural de una verdadera
democracia socialista; a todos los niveles y como componente sustancia de todo el Estado y el
proceso revolucionario, a efectos de garantizar la irreversibilidad del proyecto bolivariano para la
felicidad plena del pueblo.
7.- Lograr la irrupción definitiva del Nuevo Estado Popular y Revolucionario, para el desarrollo
integral de la democracia en sus cinco dimensiones.
8.- Desarrollar la doctrina de la economía del mantenimiento, como filosofía del Estado en la
administración, gestión y cultura institucional, a efectos de maximizar el aprovechamiento de los
recursos e impulsar la especialización y generación de un nuevo vector productivo. La economía
del mantenimiento debe regir en el Estado como esquema estructural del Plan de la Patria en el
tránsito al post rentismo petrolero.
En nuestra próxima entrega trataremos el tercer objetivo histórico, conjuntamente con sus
objetivos nacionales. Por ello, el arreciamiento de la conspiración contra el Gobierno, porque
existe un plan y azimut hacia dónde ir.
Juan Martorano
Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de
Tuiter@s Socialistas
http://juanmartorano.blogspot.com
http://juanmartorano.wordpress.com
jmartoranoster@gmail.com
@juanmartorano
PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y POLÍTICAS PÚBLICAS.
Una problematización acerca de la relación Estado y Sociedad Civil en América Latina en la última década.
Alejandro Escobar L. *
* Antropólogo Universidad Austral de Chile, Magíster © en Sociología de la Modernización Universidad de
Chile. Asesor CONACE, Agustinas 1235, piso 9, Santiago de Chile..
Resumen
El presente artículo pretende abordar desde un punto de vista crítico los alcances de los procesos de
modernización del Estado en América Latina en los últimos diez años, en su relación con la sociedad civil,
relevando el tema de la participación ciudadana en las políticas públicas como uno de los indicadores o
aspectos más importantes de dicha relación.
1. El modelo de desarrollo de crecimiento hacia fuera y el impacto en las reformas al Estado
La crisis del modelo desarrollista y la transformación del Estado como tendencia histórica en América Latina
y Chile , en los últimos treinta años, así como los crecientes procesos de globalización y neoliberalismo en
las economías latinoamericanas (post-ajuste), explican el paso de un Estado transformador a la
transformación del mismo (modernización), determinando en gran medida la vigencia o hegemonía tanto
de los modelos, enfoques y diseños de las políticas públicas en debate.
En este contexto, los procesos de modernización del Estado se han expresado en la mayoría de los casos
por medio de reformas al aparato administrativo, así como por medio de la descentralización político
administrativa, asociados a un proceso fundamentalmente político de construcción y/o consolidación de la
democracia.
No obstante lo anterior, asistimos a una tendencia generalizada de aplicación de reformas estructurales
determinadas en gran medida por el consenso de Washington, que a su vez redundan en recomendaciones
o políticas regionales del BID o del Banco Mundial, cuyo eje de construcción se basa fundamentalmente en
criterios de eficacia y eficiencia en el gasto público, en el contexto de modelos neoliberales consolidados o
en proceso.
Se trata de la implementación de un modelo de desarrollo de carácter neoliberal basado en el crecimiento
económico exportador hacia fuera que determina en gran medida el cambio del eje de las políticas sociales,
caracterizado por:
- La reducción del tamaño del Estado, descentralización de las funciones de producción y provisión de
bienes sociales.
- Rol Subsidiario del Estado.
- Pluralidad de actores: descentralización y desconcentración de instituciones públicas.
- La reducción de la inversión y del gasto social.
- Mercado y Cofinanciamiento por parte de beneficiarios.
- Focalización, equidad territorial, descentralización y desconcentración.
Estas transformaciones estructurales no sólo implican cambios en el aparato del Estado sino que generan
cualitativamente cambios en la concepción de lo público y privado, desplazándose el eje Público - Estado a
formas privadas de concepción y ejercicio de lo público, donde lo que se redefine es la relación del Estado
con la Sociedad Civil, que implicará por un lado cambios en la forma en la que el Estado incorpora a los
ciudadanos en el proceso de formulación y gestión de las políticas públicas (promoción de la participación
ciudadana) y por otro implicará cambios en el ejercicio mismo de la ciudadanía en los actuales procesos de
democratización en la mayoría de los países de la región.
En Chile, la agenda de modernización del Estado contempla aspectos relacionados con el mejoramiento de
la gestión pública, de recursos humanos, gestión financiera y descentralización; no obstante lo anterior, el
tema de participación ciudadana no está considerado de manera explícita como lo es en el caso de
Colombia , Bolivia o Perú.
2. Las políticas públicas en los procesos de reforma del Estado. Principales componentes
Entender las políticas públicas1 en el marco de los procesos de modernización del Estado no sólo implica
comprender los cambios en la gestión gubernamental en la relación Estado y Sociedad Civil, sino también
cambios en los principios o ejes rectores de las mismas.
En tal sentido las políticas públicas en la última década se han caracterizado por incorporar tanto en su
diseño como en su ejecución distintos aspectos o ejes constitutivos de las mismas que hemos resumido en
tres grandes campos y que a continuación detallamos, a saber: La descentralización, la focalización y la
equidad territorial y que constituirían las condiciones básicas que posibilitarían la constitución de
mecanismos y niveles de participación más adecuados y democráticos.
2.1 La Descentralización - Desconcentración
Una de las maneras más comunes de entender los procesos de modernización del Estado, está dado por los
procesos de descentralización y desconcentración a nivel de las políticas públicas y de los servicios públicos.
No obstante ello, la idea de descentralización del Estado, si bien se impulsa desde diversos enfoques
teóricos o paradigmas políticos, no es constitutiva de una tradición política de nuestro país y constituye un
proceso reciente no acabado.
Desde los enfoques políticos, están quienes consideran a la descentralización como un medio para el
desarrollo endógeno, sustentado por los regionalistas o localistas quienes ven en la descentralización una
alternativa de democratización, transparencia en la gestión regional y local, así como de participación social
(Sergio Boisier).
Están aquellos que conciben la descentralización como un medio para una democratización popular, una
suerte de impulso de la democratización social propugnada desde las comunidades locales (J.L. Coraggio).
Otros, en tanto, la observan como un medio para la reestructuración capitalista, es decir, como condición
necesaria para una reforma estatal compatible con el neoliberalismo y los procesos de globalización en
curso.
Desde una perspectiva más conceptual se puede definir descentralización como la transferencia de poder a
niveles inferiores dentro de una jerarquía o transferencias de competencias a gobiernos subnacionales
(descentralización territorial o política). Ejemplo de ello lo constituirían los Gobiernos Regionales,
Intendencias, Gobernaciones Provinciales y Municipios.
Aunque también, se puede definir como la transferencia de competencias a instituciones para-estatales o
incluso no gubernamentales (descentralización funcional). Considerada así, la descentralización se
constituye eminentemente en un proceso político asociado - la mayoría de las veces - a procesos de
democratización.
La desconcentración por su parte, corresponde a un acto mediante el cual se traspasan capacidades para
tomar decisiones en forma exclusiva y permanente, desde un nivel determinado de la estructura
administrativa a otro rango de nivel inferior, dentro de la propia organización. En otras palabras constituye
una descentralización administrativa solamente, este es el ejemplo de SUBDERE, SERPLAC, SEREMIS, etc.
Las políticas de focalización están asociadas a mecanismos de asignación de recursos económicos para
combatir la pobreza, partiendo de la base que en un mundo con recursos escasos, focalizar surge como la
alternativa más atractiva de concentrar los beneficios en los segmentos de la población que más lo
necesita. En cierto modo constituiría un principio de eficiencia en la distribución de los recursos.
La idea central de la focalización es que la concentración de los recursos aumenta la eficiencia de las
transferencias de recursos destinados a enfrentar la pobreza; de ahí la construcción de mecanismos e
instrumentos de focalización que ayuden a mejorar la especificidad en la asignación de recursos a la
población “beneficiaria”.
Este criterio tiene como fortalezas construir mecanismos selectivos de asignación de recursos, mejorando
la eficiencia y equidad en el acceso a ellos.
En tal sentido, la ciudadanía o más bien el ejercicio de ésta se ha transformado en coherencia a las
transformaciones estructurales de nuestra sociedad. Los cambios operados en el aparato estatal y el
régimen político han incidido enormemente en las concepciones ideológicas y demandas de los diversos
actores colectivos y sujetos sociales, configurando un nuevo escenario de participación totalmente distinto
al de dos décadas atrás.
Este ejercicio de ciudadanía ha implicado cambios en el ejercicio de deberes y derechos, que no conlleva
necesariamente una sustitución de nuevos por antiguos, sino más bien un complemento o superación, que
hacen que el ejercicio de ciudadanía sea mucho más complejo e irreductible al mero ejercicio electoral por
medio del sufragio.
Por otro lado, la modalidad de participación ciudadana se expresa en formas puras y compuestas, siendo
mayoritaria las primeras con un 86%, de las cuales la mayoría pertenece a la modalidad instrumental
(usuario receptor de beneficios sociales) con un 59%, seguido de la modalidad consultiva (control social de
los compromisos públicos) con un 19%, la gestionaria (participación en la ejecución y gestión de los
programas) con un 16% y sólo en un 6% se darían formas de participación de habilitación social o
empoderamiento.
En cuanto a los momentos de la participación podemos apreciar una proporción mayor en el momento de
la ejecución (19%), luego en el Diseño (16%), en el diagnóstico y evaluación (15%), en la difusión (13%), en
el rediseño (12%) y finalmente en el momento de control social (10%) . De esta manera la participación
ciudadana sigue siendo considerada en las tres etapas clásicas del proceso de planificación: Diseño,
ejecución y evaluación, siendo la difusión, el rediseño y el control social las etapas con menor proporción
de participación.
Respecto a los sujetos de la participación, se identifican formas de participación complejas y heterogéneas,
individuales y colectivas, según edad, nivel socioeconómico, etnia y género, distinguiéndose tres
categorías- de menor a mayor- de destinatarios de las políticas, planes o programas: Los individuales, los
colectivos y los mixtos. Dentro de los sujetos colectivos son las organizaciones formales las predominantes,
seguidas de las informales y en muy poca medida le siguen los sujetos individuales.
Finalmente en cuanto a los instrumentos de participación podemos identificar niveles diferenciados en
aquellos asociados a la investigación (35%), a la información (24%), a las instituciones (23%) y de relación
directa (18%). En otras palabras, se puede advertir que los instrumentos de investigación se expresan en y a
través de herramientas de recolección de datos y de estudios, para investigaciones de carácter diagnóstico
o evaluativo o para producción de nuevo conocimiento.
No obstante que la ciudadanía es consultada y convocada a participar, respecto a la evaluación de los
programas o a diagnosticar realidades problema, se percibe que no existiría una mejoría o corrección en la
ejecución de la política, así como en la gestión y calidad de la oferta.
Al respecto podríamos hipotetizar que lo que existiría en estos casos es más bien una suerte de desarrollo
de capital social asociado a la oferta pública, más que la presencia activa de actores sociales constituidos o
empoderados en la construcción y ejercicio de las políticas públicas.
Lo anterior lejos de alarmar debiese constituir un llamado de atención frente a una realidad que si bien no
constituye una tendencia generalizada en América Latina, adquiere connotaciones relevantes en países
como Chile donde recién comienza a advertirse la necesidad de desarrollar políticas participativas
descentralizadas.
A modo de Conclusión
Los procesos de democratización de los regímenes políticos en América Latina muestran un panorama
deficitario desde el punto de vista de la consolidación de las democracias, centrándose en procesos de
modernización basados predominantemente en modelos de acumulación capitalista neoliberal, que
encuadran las reformas del Estado desde una perspectiva despolitizada y privatizadora, resintiendo
considerablemente los procesos de descentralización en curso y los aún pendientes en la mayoría de los
países de la región.
En este contexto, las relaciones del Estado con la Sociedad Civil, lejos de estar centradas en procesos de
construcción de democracia, se abocan más bien a la consecución de una gobernabilidad que permita
niveles de integración y estabilidad sistémica suficientes como para poder desarrollar estrategias de
inserción global a los mercados.
Lo anterior, en parte se explicaría por las condiciones de fragmentación social y política de vastos sectores
de las sociedades latinoamericanas, por deficiencias del Estado en cuanto a procesos de descentralización y
desconcentración, así como en los déficit de participación política como expresión de la precariedad en la
construcción de actores colectivos y sujetos.
Paralelamente a ello estarían ocurriendo cambios en la constitución y ejercicio “ciudadano”, debido a los
cambios que están operando a nivel del Sistema Político, Mercado, Estado y Sociedad Civil, los que lejos de
asemejarse a procesos de países desarrollados, agregan una complejidad a las posibilidades de constitución
real de ciudadanos en América Latina.
Esta complejidad y condiciones, a su vez, determinarían en gran medida las posibilidades de desarrollo de
la participación ciudadana en las políticas públicas, la que lejos de constituir un slogan propagandístico
debiese constituir una necesidad tanto para el mejoramiento de la eficiencia y eficacia de la intervención
pública, como para el ejercicio de una democracia directa.
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