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Complete el siguiente cuestionario de 25 preguntas sobre asuntos económicos marcando


la respuesta que mejor describa su punto de vista. Entregue su cuestionario y recibirá las
respuestas por correo electrónico. No habrá más envíos posteriores a su correo
electrónico. Las preguntas y respuestas han sido preparadas con la asistencia de Randall
Holcombe, Peter G. Klein, Robert Murphy, D.W. MacKenzie, Joseph Stromberg y Mark
Thornton, ninguno de los cuales es responsable final de las respuestas.

1. ¿Qué función debe desempeñar la propiedad privada?

La propiedad es una relación que surge de forma natural entre los seres
humanos y las cosas materiales. La propiedad y los derechos de propiedad hacen
posible el cálculo económico, una más amplia y más productiva división del trabajo
y, por lo tanto, un incremento en los niveles de prosperidad. Efectivamente, la
propia civilización es inconcebible en ausencia de propiedad privada. Cualquier
infracción contra la propiedad da lugar a una pérdida de libertad y prosperidad.

La propiedad está en el centro de las más serias desigualdades y opresiones


en la civilización moderna. Sólo mediante la regulación, las transferencias de
pagos, la redistribución de la propiedad y la posesión común puede la sociedad
alcanzar la ecuanimidad, la justicia y la dignidad humana para todos.

La propiedad es un importante componente de nuestro sistema social pero su


status de “derecho” es contingente. Ha de estar sujeta a la regulación y
modificación por el bien común. El Estado debe intervenir para evitar los abusos
del poder económico, incluso a costa de reducir las tradicionales prerrogativas de
los propietarios.

La propiedad desempeña una función central en la prosperidad y en el


crecimiento económico. Por consiguiente, es de la mayor importancia que el
Estado, o más abstractamente la ley, mantenga y modifique las asignaciones de
los derechos de propiedad para que distribuya los costes de transacción de tal
modo que promuevan el máximo crecimiento y eficiencia económica. La propiedad
no surge de forma natural sino que es el producto del sistema legal.

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2. ¿Cuál es el método adecuado para la investigación en la ciencia
económica?

El economista no debería imitar el comportamiento de los científicos naturales,


ya que las ciencias sociales están relacionadas con los seres humanos. La acción
humana se caracteriza por el comportamiento intencionado, que implica el uso
racional de medios para conseguir los fines deseados. La propia materia de
estudio de la economía (bienes de capital, dinero, salarios, etc.) no está definida
en propiedades físicas o químicas, sino en las actitudes mentales o subjetivas que
las mentes humanas toman hacia estas cosas. En consecuencia, el método
adecuado para un economista es empezar con axiomas evidentes en sí mismos
(tales como que las personas intentan conseguir la mayor utilidad al menor coste)
y deducir conclusiones de manera lógica a partir ellos.

Como el físico, el economista (si quiere ser científico) debe construir un


modelo preciso que ofrezca predicciones cuantitativas acerca de las variables
económicas, tales como el PIB y el desempleo. Entonces, el economista debe
contrastar esas predicciones con los datos recogidos por los investigadores
estadísticos. En cualquier momento, la mejor explicación o “teoría” de un
determinado fenómeno económico es aquel modelo que ofrece el mejor encaje
entre las predicciones y los datos reales.

La pregunta induce a confusión, la economía no puede ser realmente científica


en el sentido convencional del término. En física tenemos “leyes” fijas que son las
mismas en cada sociedad y en cada momento de la historia. Por el contrario, no
hay leyes fijas en economía. El economista puede estudiar un determinado
episodio histórico y concluir que, por ejemplo, el control de rentas no consiguió sus
objetivos cuando se intentó en Manhattan después de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, puede que siga siendo cierto que el control de rentas funcione en
Paris en el año 2004 si las personas al mando evitan los errores del pasado.

Para ser científicos, hemos de modificar el enfoque economicista tradicional de


ver la sociedad únicamente como una colección de individuos egoístas atomistas.
En realidad, los seres humanos se consideran parte de un todo social mayor. Un
camino más fructífero de búsqueda consistiría en estudiar los complejos grupos
con los que las personas se identifican, sean clase, raza o sexo. Tal análisis
revelaría el innegable poder que las relaciones tienen en la sociedad, y daría un
mejor entendimiento de los hechos económicos que los típicos modelos simplistas
económicos.

3. ¿Cuál es el origen del interés? ¿Debería ser regulado?

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Los pagos de interés compensan a los inversores por su pérdida de liquidez
cuando ellos entregan dinero a proyectos empresariales o lo prestan por un
determinado periodo; el tipo de interés es el precio de la liquidez. El tipo de interés
es un fenómeno monetario, no un fenómeno “real” (como pensaban los
economistas clásicos). La economía moderna reconoce la función que
desempeñan las expectativas o lo que podría denominarse la “confianza en el
futuro”. Por ejemplo, si el tipo de interés sube del 5% al 10%, esto no significa que
la gente se haya orientado más hacia el consumo presente, podría simplemente
reflejar una mayor ansiedad por la economía. La manipulación por parte del
Estado del tipo de interés es ciertamente una de las diversas herramientas
necesarias para suavizar las fluctuaciones económicas, pero por sí misma es
relativamente impotente. Si todo el mundo teme una recesión, los empleadores no
contratarán más trabajadores o no construirán más fábricas, por mucho que se
baje el tipo de interés.

Los pagos de interés son una retribución al capital y el tipo de interés en


equilibrio se iguala al producto marginal del capital. La situación es perfectamente
análoga a la del trabajo, donde los salarios se igualan al producto marginal del
trabajo. Hay varias recetas tecnológicas que ofrecen producción para varias
fechas futuras, y los consumidores tienen preferencias acerca del consumo para
varias fechas futuras. En el margen, se preferirá el consumo presente al consumo
futuro y una unidad adicional de capital invertido producirá un incremento en la
producción (disponible en el futuro) que hará que los consumidores se muestren
indiferentes entre consumir ahora o esperar una unidad adicional de tiempo y
consumir la mayor producción que la productividad del capital habrá hecho
posible. El gobierno no debería tocar los tipos de interés por las mismas razones
por las que no debería tocar los salarios.

El interés es sólo un eufemismo para referirse a los beneficios; un capitalista


percibe intereses cuando gasta menos en salarios y materias primas de lo que
gana por vender el producto final. Este valor añadido surge de los trabajadores
explotados contratados por el capitalista. Bajo el sistema de salarios, los
trabajadores cobran el mínimo para asegurar su subsistencia, aunque el producto
total de su trabajo excede en mucho la compensación que reciben de su
empleador. En este sentido, el sistema de salarios no es distinto a la esclavitud
tradicional, donde el esclavista retiene el producto del trabajo de sus esclavos y de
este fondo sólo les “paga” lo suficiente para asegurarse de que sobrevivan.
Obviamente, el interés es un rasgo bárbaro de las sociedades capitalistas, y
desaparecerá una vez que el sistema de salarios sea abolido.

El pago de interés refleja el mayor valor de los bienes presentes frente al de


los bienes futuros. Si todo lo demás permanece igual, todo el mundo prefiere
consumir antes que después. El precio actual de un ordenador puede ser de 1000
€ pero el precio por un ordenador que será entregado dentro de un año será

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inferior, digamos 900 €. Un empresario puede invertir 900 € en trabajo y materias
primas para vender el producto el próximo año por 1000 €; su retribución implícita
de interés se debe al hecho de que los factores de producción representan
“demandas” sobre bienes de consumo futuros, y por lo tanto, su precio actual (900
€) es menor que el precio último de venta (1000 €). Obviamente, el gobierno no
necesita intervenir en el tipo de interés del mercado ya que meramente refleja la
prima subjetiva que los individuos estiman para un bien presente sobre un bien
futuro.

4. ¿Cuál es el impacto económico del ahorro?

En épocas normales, el ahorro no es económicamente dañino pero en


entornos de recesión puede llevar a la economía a una espiral descendente. El
ahorro reduce el gasto de los consumidores y puede que no se traduzca en gasto
de inversión debido al pesimismo de los inversores. Esto reducirá la demanda total
en la economía y llevará al desempleo. Una forma de corregir esto es expandir la
oferta monetaria para mantener los tipos de interés bajos. Esto dará apoyo a la
inversión privada y estimulará el gasto total en la economía. Los responsables de
las políticas monetaria y fiscal necesitan desincentivar la acumulación de dinero e
incentivar el gasto corriente. En lo referente al ahorro a lo largo del ciclo de vida,
necesitamos una red de seguridad para las personas de mayor edad.

La vasta acumulación de riqueza en clases y familias selectas crea una


oligarquía económica que margina a los que no pueden ganarse su puesto en el
sistema económico. Los impuestos de sucesiones y los impuestos sobre
dividendos son esenciales para una sociedad que valora la igualdad. Después de
todo, las rentas de las vastas cuentas bancarias realmente son riquezas que no se
han ganado trabajando. Ninguna sociedad puede tolerar que algunas personas
vivan del interés mientras otros viven de nómina a nómina a base de las
paupérrimas cantidades de los salarios mínimos.

El ahorro (que significa posponer el consumo actual) es esencial para la


formación del capital, pero no hay ningún ratio entre consumo y ahorro
socialmente óptimo que debiera predominar en la sociedad. Todo depende del
nivel social de preferencia temporal, esto es, hasta qué punto las personas
prefieren bienes presentes antes que bienes futuros. Los individuos pueden elegir
consumir en vez de invertir o viceversa. La intervención del Estado puede sesgar
estas elecciones, subsidiando o gravando el ahorro o el consumo o ambos. Para
tener una combinación que refleje las elecciones más económicas, el gobierno no
debería tener ninguna política respecto al ahorro, incluso en el caso del ahorro
para las personas mayores.

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No hay inversión ni hay, por tanto, crecimiento económico, sin ahorro. Por esta
razón, el incentivo a ahorrar debería ser una prioridad económica. El principal
motivo por el que la política de estabilidad monetaria debería estar en manos de
un banco central es que la inflación desincentiva el ahorro. Estudios empíricos
muestran que el ahorro tiene lugar a lo largo del ciclo de vida de los individuos.
Pueden darse errores de cálculo, lo que explica que el gobierno pueda necesitar
incentivar los fondos de pensiones privados, un sistema que es más eficiente que
la Seguridad Social porque ofrece mayores rendimientos.

5. ¿Cual es el origen del valor económico?

Los objetos físicos tales como un plátano o un automóvil no poseen valor


económico intrínseco. Al contrario, sólo la mente humana puede atribuir valor a
tales elementos, y sólo entonces los economistas clasifican esos bienes. Un objeto
es valioso sólo porque hay al menos un ser humano que cree que este objeto
puede ayudar a satisfacer sus deseos subjetivos. Por ejemplo, incluso si una
determinada raíz cura el cáncer, si nadie conoce este hecho, la raíz no tiene valor
económico y las personas no comerciarán con ella. En consecuencia, el valor se
origina por los deseos subjetivos de un individuo y su creencia acerca de las
propiedades de un determinado bien.

El valor de una mercancía es igual a la cantidad total de trabajo usada en su


construcción. Si una bicicleta tiene el mismo valor de mercado que, digamos,
quinientos huevos, entonces podemos escribir que 1 bicicleta = 500 huevos. ¿En
qué consiste esta igualdad? Obviamente, la bicicleta no es “igual” a los huevos
debido a varias de sus propiedades físicas. Si examinamos el asunto
detenidamente, veremos que lo que tienen ambos en común es la cantidad de
trabajo usado en su construcción.

El valor de un bien se determina por la interdependencia entre la oferta y la


demanda, o lo que podría llamarse la interacción del coste y la utilidad. A
diferencia de algunas escuelas de pensamiento, que intentan explicar el valor
basándose únicamente en la utilidad, el enfoque correcto es el de Alfred Marshall,
que se dio cuenta de que el valor económico se debe tanto a preferencias
subjetivas como a condiciones tecnológicas objetivas. Para ver esto más
claramente, consideremos que si los costes de producción aumentan para un
determinado bien, en el nuevo equilibrio su precio final deberá ser tanto más
elevado.

El valor económico es un asunto complicado que no puede ser explicado


mediante simples formulas. Para entender porqué la gente en una sociedad en
particular valora algunas cosas más que otras, debemos estudiar su cultura e
historia. Por ejemplo, una tribu de indios americanos puede haber valorado un

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animal particular como algo sagrado. Los blancos europeos, por supuesto, no
compartían este sistema de valores y, por lo tanto, hicieron una matanza con estos
animales. Los mismo sucede con cualquier bien o servicio en el mercado.

6. ¿Qué es el dinero? ¿Cuál es su origen?

El dinero puede surgir del trueque, pero los intereses privados probablemente
no lo desarrollarán hasta satisfacer las necesidades de una economía moderna.
Necesitamos bancos centrales para sostener al sector financiero. Los intentos
para manipular la economía usando la oferta monetaria fracasarán en el mejor de
los casos y causarán graves problemas en el peor. Las autoridades monetarias no
deberían incrementar la oferta monetaria a su discreción. Deberían aumentarla a
buen ritmo, a la par con el nivel de crecimiento a largo plazo de la economía.

El dinero es un vehículo para la explotación que distorsiona los valores reales.


El dinero no es ni necesario ni deseable, sino un artilugio artificial de la historia. El
progreso social llevará a cambios sociales revolucionarios, que incluirán la
eliminación del dinero. Esto acabará con la explotación y redundará en una
sociedad dedicada a satisfacer valores reales en vez de beneficios financieros
privados.

El dinero siempre surge del trueque. Las dificultades de encontrar socios de


negocios en el sistema de trueque lleva a la aparición de bienes dinero. Bienes
durables, transportables y divisibles como el oro y la plata suelen acabar por
imponerse como los mejores dineros. El dinero y las instituciones con él
relacionadas aparecen como consecuencia no intencionada del comercio
interesado. La evolución de tales instituciones va mejor cuando se deja en manos
de las fuerzas competitivas del mercado, que las crearon en primer lugar; puesto
que la intervención del gobierno causará inflación y otras distorsiones.

El dinero es una criatura del Estado. Unas instituciones monetarias fiables


requieren planificación y un banco central. Los bancos centrales pueden también
estabilizar los mercados. Los jefes de los bancos centrales pueden contrarrestar
las fases de crecimiento y recesión del sector privado a base de expandir la oferta
monetaria durante las recesiones y frenarla durante las épocas de crecimiento. El
control público de la institución monetaria es clave para controlar la economía.

7. ¿Cuál es la causa del ciclo económico?

Las variaciones en la oferta monetaria hacen que el crecimiento del PIB se


desvíe de su tendencia general. En ausencia de estas variaciones, la economía es
relativamente estable. Las variaciones en la oferta monetaria causan auges

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inflacionarios y crisis. Los retrasos en el ajuste de los salarios con estos ciclos
significa que los auges y las crisis conllevarán importantes cambios en los niveles
de desempleo.

La competencia en un entorno de beneficios decrecientes y creciente


monopolización genera crisis cada vez mayores bajo el capitalismo. Los
capitalistas invierten en aparatos que ahorran trabajo para mantener el paro
elevado y los salarios bajos. La competencia lleva a la caída de los beneficios y a
las crisis. Algunos capitalistas conseguirán entonces buenos negocios de los
capitalistas arruinados, aumentando momentáneamente su rentabilidad. Sin
embargo, la tendencia del capitalismo a reducir los niveles de beneficios llevará a
un mayor desempleo y a una nueva crisis.

La expansión de la oferta monetaria reduce los tipos de interés. Esto provoca


un aumento del gasto en consumo en inversión. Con los empresarios pensando a
largo plazo y los consumidores a corto, surge una descoordinación en la
economía. Las relaciones temporales entre ahorro e inversión, producción y
consumo, se quiebran. Los procesos de los mercados revelan que muchas
inversiones no son realmente provechosas sino que son un cúmulo de errores.
Las empresas liquidan entonces esas inversiones, causando una recesión.

Los auges empiezan con un excesivo optimismo, a menudo impulsado por


cambios tecnológicos que llevan a fiebres especuladoras. Un gasto total deficiente
causa entonces depresiones / recesiones. Cuando el ahorro total excede la
inversión total, el gasto total en bienes cae. Esto disminuye la demanda de trabajo
para producir estos bienes. Entonces, el pesimismo entre los inversores lleva a
una demanda agregada insuficiente y a tiempos de dificultades económicas.

8. ¿Cuál es la política correcta contra las recesiones?

Las recesiones sirven de recordatorio de que el laissez-faire es una política


equivocada. Los políticos deberían aprender de las recesiones que es hora de
meter en cintura a los especuladores y a las grandes empresas descontroladas.
Deberían ponerse más sectores bajo el control público, aunque eso implique
nacionalizar la industria. Se lo debemos a las víctimas reales de los auges y las
crisis: los trabajadores.

La recesión revela las descoordinaciones soterradas y las malas decisiones de


inversión que habían sido propiciadas por una política monetaria imprudente. Es
una fase esencial a la que debería permitírsele seguir su camino. La política
anticíclica es contraproducente. Las recesiones futuras pueden ser prevenidas
reformando el sistema monetario que crea el auge en primer lugar.

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El banco central puede estimular la economía a través de tipos de interés
bajos y el congreso puede aumentar la demanda agregada, aunque conlleve
déficits. Una vez la economía vuelve a su curso, el banco central puede permitir
que los tipos de interés suban y el gobierno puede reducir el gasto.

Además de las tradicionales medidas fiscales y monetarias, es esencial que el


gobierno proteja a las industrias especialmente afectadas durante la recesión. El
gobierno debería, además, proteger a los trabajadores de los despidos y
otorgarles subsidios de desempleo. Los consumidores no deberían acaparar
dinero sino gastarlo y el sector privado, mientras tanto, debería pedir créditos a los
bancos y al gobierno para restablecer un equilibrio productivo.

9. ¿Cuan viable es el socialismo?

El capitalismo es productivo pero los propios capitalistas, dejados a su libre


albedrío, anteponen su beneficio a las personas y egoístamente se desentienden
de los intereses de los trabajadores y de los consumidores. Algunas instituciones
en la sociedad tales como los sindicatos, el salario mínimo, las leyes
antimonopolio, las leyes contra el trabajo infantil, las regulaciones de seguridad
laboral y otras estructuras legales, son esenciales para solventar el conflicto entre
los capitalistas por un lado y los trabajadores y consumidores por otro. La
propiedad pública es esencial en algunos sectores tales como la energía y la
educación mientras que la propiedad privada parece funcionar en otros sectores,
siempre que estén regulados. Al establecer estas instituciones, hemos aprendido
de los socialistas. Deberíamos parar de tratar el socialismo como si de un
monstruo se tratara.

El socialismo es una opción eminentemente viable, una a la que la historia nos


lleva inexorablemente. Pero se encuentra con resistencia debido a la influencia
que los intereses mercantiles ejercen sobre los actuales sistemas políticos.
¿Cómo puede funcionar el socialismo? Tal como en la planificación en épocas de
guerra, los planificadores socialistas pueden vigilar los inventarios de bienes e
incrementar (disminuir) los precios cuando los inventarios disminuyan (aumenten)
y ajustar los precios para ajustarlos a la demanda de los consumidores. Ellos
también pueden ordenar a los gestores locales que se encarguen de la producción
y de la innovación eficientemente. Este tipo de proceso de prueba y error, llevado
a cabo por personas con buenas intenciones, puede funcionar al menos tan bien
como el mercado y sin el coste social de éste. El socialismo no es una ciencia
exacta pero es viable y puede funcionar mejor que el capitalismo.

La experiencia ha demostrado que, de momento, la libre empresa ha sido más


productiva que la mayoría de experimentos socialistas. Esto puede deberse a una
falta de incentivos a producir o a la mala calidad de la planificación bajo el

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socialismo. Un mercado completamente desregulado, sin embargo, también
comete sus errores, por lo cual debe ser controlado en algunos aspectos. En
cualquier caso, es fútil buscar una teoría general que nos permita decir a priori que
todos los planes socialistas fallan. La historia nos enseña que algunas formas de
planificación central funcionan. Los bancos centrales practican la planificación, así
como los jueces y los reguladores, y lo hacen de manera bastante exitosa. Lo
deseable de la intervención estatal, más allá de su función de promulgar leyes y
hacerlas obedecer, dependerá de la severidad de las imperfecciones de los
mercados comparadas con las del gobierno.

La propiedad comunal de los bienes de producción (por ejemplo, fábricas)


hace que los mercados de bienes de capital (por ejemplo, maquinaria para
fábricas) sean imposibles. En ausencia de los precios de mercado, que surgen de
un marco de propiedad privada, no hay ni pérdidas ni ganancias y, por lo tanto, no
hay ninguna base racional para dirigir el uso de los bienes de capital hacia las
demandas más urgentes de los consumidores de la manera menos costosa. En
cambio, los propietarios privados de capital emplean propiedad y usan las señales
del mercado (precios, incluyendo salarios y tipos de interés) como guías. La
libertad de comercio da como resultado unos precios que reflejan las preferencias
de los consumidores y dirige el uso del capital hacia los usos más urgentes,
mientras las consideraciones de los empresarios se enfrentan a un cambio
constante. El socialismo, que requiere un Estado Total, no es una alternativa
viable al capitalismo. Cualquier paso hacia el socialismo es un paso hacia la
irracionalidad económica.

10. ¿Cuáles son el tamaño y el área de actuación óptimos del gobierno?

Los mercados ofrecen bienes de consumo y de producción ordinarios de


manera relativamente eficiente. Sin embargo, debido a varias razones económicas
y políticas, las transacciones privadas para instituciones y servicios fundamentales
como la ley, el dinero y la defensa fallan estrepitosamente. No tiene sentido
discutir sobre los mercados sin la necesidad previa del Estado. Los gobiernos
deben existir para hacer cumplir las “reglas del juego” para que la sociedad emerja
del caos. Los gobiernos deben establecer y aplicar leyes para la sociedad, pero
deben evitar intervenciones arbitrarias o desestabilizadoras en los mercados.

Los mercados no consiguen ofrecer las instituciones fundamentales y padecen


serias imperfecciones en lo tocante a bienes y servicios. Por ejemplo, la
inestabilidad en los mercados provoca crisis recurrentes y lleva a una desigualdad
creciente. Deberíamos mantener los mercados para la mayoría de bienes y
servicios pero el gobierno debe poseer autoridad discrecional para intervenir en
cada mercado basándose en los errores observados. De esta manera, Estado y
mercado puede trabajar juntos en un modelo de relación público-privado.

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Los mercados son el terreno de juego donde los intereses comerciales
explotan a los trabajadores y a los consumidores. El capitalismo empobrece y
aliena a las masas mientras enriquece a una reducida élite. También devasta el
medio ambiente y provoca violencia. Una sociedad verdaderamente humanitaria
aboliría la propiedad privada, excepto para las posesiones personales (por
ejemplo, vestido y calzado). Los arreglos comunales en la producción y
distribución de bienes hacen posible una sociedad de autorrealización personal y
más justa para todos.

El orden en la sociedad puede aparecer a través de transacciones voluntarias


entre individuos. Las personas pueden realizar transacciones privadas para
cualquier cosa que valoren, incluyendo leyes y seguridad. Puesto que todas las
decisiones se refieren a estados futuros del mundo, cada individuo entiende qué
bienes le satisfacen mejor, incluyendo la protección y la resolución de conflictos.
Idealmente, el gobierno estaría limitado a proteger derechos, pero el gobierno tal
como lo conocemos sirve a las élites y viola los derechos de autoposesión y los
esfuerzos por limitar el poder estatal suelen fracasar. Las instituciones privadas
para mantener la seguridad y realizar arbitrajes son más eficientes y morales que
sus equivalentes públicos.

11. ¿Quién y cómo debería regular los productos de consumo?

Los estudios empíricos indican que las preferencias de los consumidores no


cambian mucho en respuesta a cosas tales como la publicidad. Los consumidores
reaccionan racionalmente ante la información referente a los productos así que la
seguridad del consumidor no reviste gravedad. Las regulaciones públicas sobre
seguridad pueden tener efectos perversos que aumenten el daño a los
consumidores pero el gobierno puede desempeñar una función positiva en la
provisión de mejor información para los consumidores, asegurándose de que los
minoristas y otros digan toda la verdad y nada más que la verdad.

Los productos de consumo se desarrollan mediante la experimentación. Las


preferencias de los consumidores también cambian y se desarrollan gradualmente
a lo largo del tiempo. Para satisfacerlas, es necesario el criterio empresarial. A
parte de unas pocas demandas innatas referidas al hambre y a la temperatura, las
preferencias de los consumidores son el resultado de la interacción entre muchos
individuos. Gastando dinero, cada consumidor regula los bienes de consumo que
consume. No hay ningún sustituto bueno para el proceso de mercado en lo
referente al desarrollo y diseminación de los bienes de consumo.

El capitalismo conlleva una industria cultural que fabrica falsas preferencias.


Las personas pueden pensar que la moderna cultura del consumo es la que mejor
les satisface pero esto no es cierto. Los negocios se enriquecen mediante la

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competencia derrochadora entre los consumidores por conseguir un status social y
la creación de preferencias por bienes que en realidad nadie necesita. El
capitalismo aliena a los consumidores de sí mismos, mientras las empresas les
explotan para beneficiarse. Una adecuada regulación de los bienes de consumo
requiere cambios revolucionarios en la sociedad.

Las empresas despistan y manipulan a los consumidores con publicidad y


otros instrumentos de marketing atrayéndolos hacia algunos productos y hacia
otros no, creando un sentido artificial de necesidad y provocando el derroche. Esto
puede provocar serios daños a los consumidores o, al menos, precios excesivos.
Los productos defectuosos, o peligrosos, y las modas son serios problemas que el
gobierno puede y debe corregir. Hay otros productos meritorios que los
consumidores no valoran suficientemente y deberían, por lo tanto, recibir subsidios
públicos.

12. ¿Qué son los salarios?

Los salarios son la base de la explotación capitalista. Todo valor deriva del
trabajo. Pero los capitalistas pagan a los trabajadores menos que el valor de su
trabajo para así conseguir beneficios. La propiedad comunal de los medios de
producción eliminará la explotación salarial al eliminar los beneficios privados.

Los salarios representan la productividad descontada del trabajo en satisfacer


la demanda de los consumidores. La demanda de bienes de consumo se traduce
en demanda de trabajadores. Los mercados nos permiten calcular el valor de
diferentes tipos de trabajo para así poder dirigir el uso del trabajo a lo que más se
valora. La intervención pública en los mercados (por ejemplo, leyes de salario
mínimo) provoca desempleo entre los trabajadores menos productivos.

Los salarios determinan la renta que crea la demanda de los productos. Al


aumentar los salarios, se aumenta la demanda de bienes y eso produce
prosperidad. Los capitalistas a menudo pagan a los obreros demasiado poco para
generar pleno empleo. El gobierno debería pagar subsidios a las familias y subir
los salarios porque esto aumenta la demanda y mejora las condiciones
económicas.

Los salarios representan la productividad de los trabajadores en satisfacer la


demanda de los consumidores. Sin embargo, algunos problemas con la
supervisión de los trabajadores hacen que los empleadores paguen salarios más
elevados para aumentar la productividad. Esto aumenta el desempleo entre los
trabajadores menos productivos. Los subsidios públicos pueden corregir este fallo
de los mercados, pero esto no es siempre necesario.

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13. ¿Cuál es la causa del crecimiento económico?

Una relación equilibrada entre la demanda agregada y la oferta agregada es el


principal determinante del crecimiento económico. Puesto que los mercados no
siempre pueden proporcionar esto, se necesitan entornos institucionales estables.
El sector privado desempeña una función vital en asegurar el crecimiento
económico al proveer un marco de instituciones legales y financieras. Diversas
iniciativas del sector público, como unos tipos de interés bajos y subsidios, pueden
también desempeñar una función positiva. Un poco de regulación es necesaria,
pero esto no tiene porqué se siempre así.

La demanda de los consumidores privados no es suficiente para asegurar el


crecimiento económico. El gasto privado total es a menudo demasiado pequeño,
demasiado manipulado por las empresas, y atiborrado de elecciones que
desestiman las prioridades sociales. Puede que los consumidores ahorren
demasiado o demasiado poco. Esto hace que, a veces, el déficit público sea
necesario para estimular la economía. Además, el gasto privado no consigue
ofrecer suficientes bienes públicos. El gasto público en tales áreas es necesario
para el crecimiento económico; particularmente en educación, infraestructuras e
investigación científica.

El proceso capitalista causa crecimiento económico pero esto es un non


sequitur. Aunque el capitalismo es el sistema más productivo, la distribución de
riqueza bajo el capitalismo es incorrecta. Clases enteras de ciudadanos quedan
excluidos. Los capitalistas se aprovechan de los trabajadores al pagarles el menos
salario posible en vez del valor de su trabajo. Así que el capitalismo entrega
bienes pero a las direcciones equivocadas. Lo que necesitamos son democracias
de los trabajadores donde la productividad pueda ir de la mano de una distribución
más justa de la riqueza.

El origen del crecimiento económico radica en el intercambio voluntario


mutuamente beneficioso. Dentro de la economía de intercambio, los consumidores
se gastan una parte de su renta en bienes y servicios para satisfacer sus más
inmediatas necesidades. Esto pone en marcha la producción actual. Los
consumidores ahorran parte de su renta de acuerdo a sus necesidades menos
urgentes. Esto pone en marcha el ahorro empresarial en producción futura y lleva
al desarrollo de sofisticados mercados de capitales. Los contratos privados, la
competencia en los mercados y las instituciones privadas que hacen posible la
inversión y acumulación de capital son todo lo que se necesita para conseguir un
crecimiento económico óptimo.

14. ¿Cuál es su punto de vista sobre la economía y el medio ambiente?

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La polución es un ejemplo visible de los fallos del mercado. Mientras las
empresas hacen beneficios, tienden a abusar de los recursos y a imponer los
costes ambientales a los demás. Y, por lo que se refiere a las tierras valiosas,
bosques de lento crecimiento y especies protegidas, la tendencia es a cazar
furtivamente lo que es valioso al tiempo que se pasa por alto el interés social en la
preservación. Éste es el motivo por el que las regulaciones medioambientales
deben desempeñar una función en la ordenación de tierras, la preservación de
especies, la limitación de la polución, la limpieza del aire y del agua, así como el
control de las empresas para que sus beneficios no sean dañinos para el medio
ambiente.

La única solución a largo plazo al problema de la polución y la degradación


ambiental es un severo límite al desarrollo económico. Esto es precisamente lo
que las comunidades locales han hecho para preservar la calidad de vida. Les han
dicho a los promotores: “esta comunidad valora algo más que la producción y las
ganancias materiales”. Tampoco es el caso de que las personas y los beneficios
sean lo único que importa. El delicado ecosistema debe ser resguardado en cada
aspecto, desde la menor forma de vida, pasando por el mayor océano, hasta la
atmósfera. Esto también significa controlar la polución.

La mayoría de los asuntos relacionados con el medio ambiente se resuelven


mejor mediante la confianza en los incentivos de los mercados. Los juzgados
deberían ser cuidadosos con la necesidad de establecer claramente los límites de
cada propiedad cuando surgen conflictos. Pueden resolverse asuntos referidos a
externalidades mediante intercambios de compensación entre propietarios,
establecidos con arbitraje. En cuanto a la polución, puede minimizarse mediante
un mercado de derechos de polución, y se pueden comercializar para que los
costes de la polución corran a cargo de los que causan tal polución. Generalmente
se fijan tarifas para el uso de las tierras públicas demasiado bajos, animando así
su abuso. Unos precios más altos son la clave para la conservación.

Virtualmente todos los asuntos referidos al medio ambiente tienen que ver con
conflictos acerca de la propiedad. Mientras haya propiedad privada, los mismos
propietarios resolverán estos conflictos prohibiendo y castigando el traspaso. El
incentivo a conservar es una característica inherente a la estructura de incentivos
del mercado. Como también lo es el incentivo a preservar todas las cosas de
valor. La responsabilidad por estropear la propiedad de otro debería recaer sobre
la persona que ha causado el daño. La propiedad común no es la solución. Puesto
que los parques nacionales, por ejemplo, no son de propiedad privada, el objetivo
de gestión económica les será siempre elusivo.

15. ¿Qué financian los impuestos?

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Los impuestos, generalmente, sirven a los intereses empresariales y a los
ricos. Las empresas quieren ingresos y beneficios privados pero costes
socializados. Esto se debe a la extraordinaria influencia de las empresas y de los
ricos en la política. Una verdadera democracia no permitiría esto. Medidas como la
reforma de la financiación de las campañas políticas o la financiación pública de
las elecciones podrían ayudar en gran medida. Mejor todavía, los movimientos
hacia la propiedad común de la industria por parte de los trabajadores harán que
la industria sea receptiva a las necesidades públicas, en vez de a los intereses del
beneficio privado. Esto es importante porque el sistema del laissez faire deja al
público muy desamparado en estas necesidades esenciales.

Puesto que los mercados son imperfectos, el gasto público podría destinarse a
subsidiar la provisión de alguno de los muchos bienes o intereses públicos que el
mercado de otro modo no proveería. Los impuestos también pueden mitigar los
costes sociales y disuadir el consumo de bienes que no deberían ser asequibles a
través del mercado. Idealmente, la competencia política entre grupos de interés
transfiere renta a aquellos que más la valoran. Es posible que los impuestos se
usen de manera no económica, pero la competencia política probablemente
mitigará los peores ejemplos de derroche público.

Los impuestos compensan las deficiencias de los gastos privados, que no


reflejan los beneficios que el público en general obtiene de algunos bienes. Los
impuestos financian bienes públicos tales como la ley y el orden, las carreteras, la
educación y la investigación científica que benefician mucho al público. Hay
también costes sociales (por ejemplo, la polución) de producción privada que
necesitan ser compensados. Los impuestos financian también los “bienes de
merito” cuyo valor no es percibido por el público en general, así como
desincentivar los “bienes de demérito” que el público no debería querer pero
quiere. Los expertos en el gobierno pueden y deben gravar fiscalmente los bienes
de demérito y las causas de costes sociales para sufragar los bienes públicos y los
bienes de mérito.

Los impuestos recaudan dinero para transferirlo a grupos de intereses


especiales y empleados públicos. En contraste con los negocios privados que
ofrecen bienes que los consumidores están deseando comprar, los funcionarios
públicos no tienen forma de recopilar información referente a lo que los
consumidores demandan, mucho menos cómo satisfacer esas demandas de
manera económica. Faltándoles la habilidad de actuar económicamente, los
funcionaros públicos responden a los grupos de interés así que el dinero de los
impuestos necesariamente acabará en manos de unos pocos grupos de interés en
vez de ir a financiar la provisión de bienes públicos. Los impuestos típicamente
son malgastados o van a grupos de intereses especiales que no poseen y no
deberían poseer los fondos.

14
16. ¿Cuál fue la causa de la Gran Depresión? ¿Cuán efectivo fue el New Deal?

La crisis bursátil de 1929 representó el signo más visible de una corrección


necesaria en una economía artificialmente inflada por una política monetaria
expansiva. En vez de permitir la liquidación, Hoover intentó resucitar la economía
aplicando medidas intervensionistas, incluido el proteccionismo, que sólo
hundieron más la economía en la depresión. Franklin D. Roosevelt siguió este
camino y se embarcó en un desastroso rumbó de planificación central, que acabó
agobiando la economía norteamericana con burocracia y controles de precios y de
salarios. La economía no se recuperó completamente hasta después de la
Segunda Guerra Mundial.

Todas las economías de mercado se enfrentan al problema de las crisis


recurrentes, pero Hoover erró al no intervenir a tiempo y, en su lugar, adoptó un
enfoque de laissez faire. El New Deal, con todos sus defectos, fue el enfoque
correcto en su memento; un esfuerzo por lidiar con nuevas realidades
económicas. El New Deal empujó la demanda agregada en vistas a la perdida de
confianza del público y representó un intento audaz de usar tanto estímulos
fiscales como monetarios para compensar las deficiencias del mercado. Donde el
New Deal se quedó corto, la guerra compensó la diferencia. La lección es que las
medidas de política activa son esenciales para estabilizar el sistema económico.

La Gran Depresión puso los fallos del mercado muy de relieve y el New Deal
fue un intento equivocado para salvar al mercado de sí mismo. Sin embargo, los
intereses empresariales trabajaron para evitar que fuera demasiado lejos. En este
sentido, el New Deal no fue tanto un experimento en democracia y planificación
económica como un intento de salvar el capitalismo. Los principales beneficiados
fueron los intereses empresariales, que es exactamente lo que cabía esperar de
una administración estrechamente ligada a la élite empresarial. Donde el New
Deal erró, la movilización nacional de la planificación en tiempos de guerra triunfó.

La Gran Depresión empezó como un ciclo económico típico, caracterizado por


la deflación, que podría haber sido combatido mediante una expansión monetaria.
Pero Hoover no supo ver la gravedad de la situación y permitió que los bancos
quebraran en vez de restablecer la fe en la divisa nacional. Esto llevó a la elección
de Roosevelt, quien hizo bien en mantener la nación fuera del patrón oro pero se
erró al establecer controles sobre la economía nacional. Fue la Segunda Guerra
Mundial, no el New Deal, lo que acabó con la depresión. Con dinero fiduciario y un
banco central presto a intervenir, la experiencia no tiene porqué repetirse.

17. ¿Los mercados crean monopolios? ¿Qué debería hacerse al respecto?

15
Si la historia del capitalismo nos enseña algo es que tiende a la concentración
empresarial. Con cada vez menos empresas estableciendo los términos, el
resultado son unos precios cada vez mayores combinados con unos salarios cada
vez más bajos. Los sindicatos y las leyes antimonopolio han tenido éxito en alguna
medida en evitar esto, pero ninguna de estas instituciones va lo suficientemente
lejos para contrarrestar la tendencia hacia el monopolio dentro de los parámetros
del mercado. Debemos también poner en tela de juicio la idea de que la
competencia por sí misma debería ser un objetivo político. Las más de las veces,
es socialmente derrochadora y un eslogan repetido por los monopolistas para
justificar su comportamiento explotador. El ideal debería ser la cooperación entre
todos y una economía verdaderamente democrática.

El mercado tiende a generar monopolios de diversos tamaños y tipos. A las


empresas no debería permitírseles ejercer el poder del monopolio en la fijación de
precios. Ello puede ser detectado mediante varias fórmulas comparando los
costes con el precio final de acuerdo a un modelo de competencia perfecta. Puede
que los monopolios geográficos ya no sean tan importantes como lo fueron antaño
debido a los avances en tecnología de transportes. Hoy nos enfrentamos a una
variedad de monopolios tecnológicos, tal como muestra el ejemplo de Microsoft.
Aún así, es necesario que los reguladores estén al tanto de las empresas que
hacen uso del poder de mercado enriqueciéndose a expensas del consumidor. La
competencia requiere intervenciones rigurosas.

Los economistas de la Escuela Clásica llevaban razón al definir un monopolio


como un privilegio otorgado por el gobierno, puesto que conseguir derechos
legales para ser el productor preferido es la única forma de mantener un
monopolio en el mercado. La fijación de precios predatorios no puede mantenerse
a largo plazo y ni siquiera el intento debería ser lamentado puesto que es muy
beneficioso para los consumidores. Los intentos de formar carteles suelen
fracasar; cuando no, sirven una función de mercado. El término “precio de
monopolio” no tiene sentido efectivo alguno en los mercados reales, que no son
fotografías instantáneas en el tiempo sino procesos de cambio. Una sociedad de
mercado no necesita leyes antimonopolio en absoluto; de hecho, el Estado es la
auténtica causa de los monopolios que quedan hoy en la educación, la legislación,
los tribunales y otras áreas.

La regulación contra los monopolios ha causado más daños que beneficios al


proteger algunos competidores en particular, no a la competencia. Algunos tipos
de regulación contra los “trusts” se basan en modelos erróneos que no consiguen
comprender que algunas empresas ganan cuota de mercado meramente por lo
deseable de sus productos a los consumidores. La mayoría de casos citados de
“dependencia histórica” resultaron ser falsos. ¿Qué pueden hacer los reguladores?
Como dijo Adam Smith, deberían evitar que la conspiración empresarial y el
comportamiento descaradamente predatorio, así como asegurar un terreno de

16
juego que sea tendente a la competencia genuina. Finalmente, algunos bienes son
mejor proporcionados por monopolios, por ejemplo, los tribunales y la defensa.

18. ¿Cuál es la función de la igualdad y la desigualdad?

El actual énfasis en la igualdad es un gran avance político del último siglo. El


sistema político y económico ya no excluye de la participación a las mujeres y a
las minorías sino que las incluye por ley. Estos grupos tienden a ser artificialmente
infravalorados por la “mano invisible” del mercado, y este es el motivo por el que
hay una función a desempeñar por las leyes antidiscriminación y de acceso
público. El Estado del Bienestar, también, ha beneficiado a la sociedad al asegurar
que los beneficios de la creciente riqueza se repartan por toda la sociedad, para
que así los ricos no se hagan más ricos a expensas de los pobres. Hemos
recorrido un largo camino, pero aún nos queda un largo camino por delante.

La igualdad es un término que se ajusta a las matemáticas pero no a las


ciencias sociales. Los seres humanos son desiguales en sus talentos,
oportunidades y voluntad de conseguir cosas. Desigual no significa superior o
inferior; significa meramente distinto. Las diferencias son, precisamente, el origen
de la división del trabajo y, en el mercado, no llevan al conflicto sino a la
cooperación. Si bien las diferencias deben ser celebradas, cada propietario tiene
pleno derecho a tratar a las personas desigualmente porque son los propietarios
los que cargan con la responsabilidad. Los legisladores, en cambio, no deberían
preocuparse en lo más mínimo por crear la igualdad de resultados o de
oportunidad, ya sea entre grupos o en entre individuos, clasificándolos según el
criterio que sea. La igualdad sólo debería tener lugar ante la ley, que debería tratar
a todos los individuos por igual sin prestar atención a las circunstancias de su vida.

La desigualdad es una característica intrínseca de una estructura social que


está embarrancada en los excesos perjudiciales arrastrados por la larga y
vergonzosa historia de la manera en que la sociedad occidental ha tratado a las
mujeres y a las minorías. El impulso perjudicial, arraigado en el espíritu de
conquista que dio luz al capitalismo occidental, es una forma de violencia y sigue
formando parte de la corrupta infraestructura de la propia economía de mercado.
Si se dejara actuar libremente a los propietarios del capital, los grupos excluidos
permanecerían así a perpetuidad; es por este motivo que la sociedad tenía que
actuar para pararles los pies. La plena igualdad seguirá eludiéndonos mientras
tengamos una sociedad que trata a las personas como mercancías que pueden
ser compradas y vendidas y mientras pongamos la propiedad privada de unos
pocos por encima del interés común de todos.

Es un gran error hacer de la igualdad de resultados un objetivo político porque


la legislación igualitaria puede acabar con los incentivos a mejorar. Castigar a los

17
ricos es contraproducente, incluso para los pobres que intentan abrirse camino. La
igualdad de oportunidades, en cambio, es diferente. Es algo que todo el mundo
merece por su propia dignidad como ser humano. Así, una nación debería
esforzarse por conseguir instituciones educativas de calidad, establecer un
impuesto sobre la herencia limitado y asistir a aquellos que, sin que sea culpa
suya, carecen de los medios para entrar en la división del trabajo. Una vez
establecidas estas instituciones, nos encontraremos con que las fuerzas de la
competencia del mercado conseguirán objetivos igualitarios por medios
predominantemente voluntarios.

19. ¿Cuál es su opinión respecto al libre comercio y la globalización?

El comercio internacional aumenta los niveles de vida mediante la


productividad facilitando la especialización. Una mayor especialización y división
del trabajo aumentan la productividad del trabajo. La globalización también permite
mejoras en los mercados de bienes y la organización de la producción. La difusión
del capitalismo global es clave para el desarrollo económico sostenible en todo el
mundo. Temas como el daño medioambiental giran entorno a la aplicación local de
los derechos de la propiedad, no a la difusión del capitalismo global. La
globalización es buena tanto para los consumidores en el mundo desarrollado
como para los trabajadores en los países en desarrollo.

La internacionalización económica ha tenido tanto efectos positivos como


negativos. El libre comercio y la globalización pueden aumentar la productividad y
aumentar el bienestar de los consumidores. Pero las multinacionales explotarán a
los trabajadores y al medioambiente en muchos lugares a menos que algunas
autoridades las regules y trabajen en pos de la harmonización legislativa y fiscal.
Necesitamos una legislación detallada por las autoridades mundiales para evitar
los efectos negativos del comercio internacional. Un gobierno mundial que
ejerciese tales responsabilidades sería muy beneficioso para la humanidad.

La globalización navega bajo la enseña del libre comercio pero en realidad es


un vehículo para la explotación de los consumidores y los trabajadores. Las
multinacionales que no pueden encontrar mercados en sus países de origen
explotan a los trabajadores de países en desarrollo pagándoles salarios cercanos
a los de subsistencia. Esto daña, además, a la culturas indígenas y lleva a una
mercantilización de las personas. El impulso por obrar así surge de la naturaleza
de las naciones capitalistas que, inevitablemente, experimentan tasas de beneficio
decrecientes. El único remedio a estos males de la globalización es la abolición
del propio capitalismo.

El libre comercio tiene efectos positivos pero requiere algún apoyo público. La
especialización laboral y la inversión en capital por parte de las multinacionales

18
aumenta la productividad y los niveles de vida. Sin embargo, necesitamos un
gobierno mundial mediante la Organización Mundial de Comercio que provea las
condiciones legales y financieras, tales como las leyes de transparencia y la
protección de los derechos de propiedad intelectual, si es que vamos a desarrollar
las ventajas de la cooperación económica mundial. Se requieren algunas
instituciones públicas a nivel mundial para que el comercio internacional y la
globalización funcionen en para beneficio de todos.

20. ¿Cuál es la función de la bolsa?

El mercado de valores puede desempeñar una función positiva en la sociedad,


pero está también sujeto a olas de frenesí especulativo y al abuso, las más de las
veces por parte de las grandes instituciones que se aprovechan de los inversores
menores. Esto puede llevar a la sobrevaloración de algunos valores, al uso de la
información privilegiada y otras prácticas que benefician a unos pocos ejecutivos,
agentes financieros y grandes inversores a expensas de los inversores menores.
Los jugadores grandes pueden y de hecho manipulan el sistema en beneficio
propio, y este es el motivo por el que la legislación estatal de los mercados de
valores puede y debe enfrentarse a estas prácticas mediante multas severas,
límites al salario de los ejecutivos, informes y auditorias obligatorias así como
auditorias de control de los estados financieros. Las autoridades públicas son
vitales para el buen funcionamiento de los mercados financieros.

El mercado de valores constituye una parte vital del proceso por el cual
coordinamos la producción. Los precios del mercado de valores reflejan la
productividad de las empresas así como los criterios empresariales referentes a la
productividad futura. La competencia en los mercados de valores nos permite
verificar el valor de la inversión real. Las absorciones, fusiones y la información
privilegiada están injustamente mal vistas porque estas prácticas representan la
competencia real. Sin mercados de valores, la coordinación racional de la
producción de la sociedad moderna sería imposible. La legislación estatal no
puede mejorar el funcionamiento de los mercados de valores porque es el
mercado el que más directamente nos informa sobre el mejor uso de los recursos.

El mercado de valores representa los intereses de una clase social


improductiva. La clase inversora se beneficia del trabajo de otros, mientras enreda
al público con inversiones fraudulentas. La especulación bursátil, el uso de
información privilegiada, las absorciones y las fusiones desestabilizan la
economía. Las adquisiciones financieras concentran el control de los medios de
producción en las manos de unos pocos. Los mercados alcistas no producen
riqueza real y son, en realidad, burbujas financieras. Estas olas de especulación
bursátil llevan a pánicos financieros que distorsionan la producción de riqueza real.
Lo que necesitamos no son más centros financieros de altos vuelos sino más
trabajo del común a nivel local encaminado a fines comunes.

19
El mercado de valores ayuda a alinear los incentivos en la producción y cribar
las empresas productivas de las improductivas. En cualquier momento, los precios
del mercado de valores reflejan toda la información disponible relevante y éste es
el motivo de que las previsiones acierten en término medio y de que ningún
inversor pueda pasarse de listo con el mercado. Las absorciones y fusiones
presionan a los ejecutivos para servir a los intereses de los inversores, grandes y
pequeños. El sistema funciona mientras la legislación obligue a la plena
transparencia y no se retenga deliberadamente ninguna información relevante. De
esta manera, la intervención pública puede mejorar el funcionamiento de los
mercados de valores.

21. ¿Para qué sirven los sindicatos?

Los sindicatos son monopolios del mercado laboral porque se benefician de un


privilegio otorgado por el gobierno. Esto reduce el empleo de los trabajadores de
baja productividad y disminuye la producción total de bienes de consumo. El
liderazgo de los sindicatos es a menudo corrupto y se aprovecha de los propios
trabajadores afiliados. Los sindicatos, además, trabajan para concentrar este
poder en las manos de los políticos prosindicales en el gobierno. La concentración
de este poder es enemigo de las sociedades libres.

Los sindicatos son monopolistas, pero pueden servir para algunos fines
positivos. Su función histórica ha sido la de compensar el poder industrial. Al
mismo tiempo, demasiado poder sindical puede subir los salarios por encima de
los niveles competitivos y reducir el empleo y la producción. Los efectos de los
sindicatos pueden variar según las circunstancias particulares, así que no hay
base alguna sobre la que formar una opinión sobre los méritos de los sindicatos.
Depende de las circunstancias del momento y del lugar.

Los sindicatos, tal como están constituidos hoy en día, no pueden reparar los
defectos del capitalismo. Por su propia naturaleza, el capitalismo explota a los
trabajadores. Puesto que todo el capital surge del trabajo, los capitalistas, para
poder existir, han de pagar a los trabajadores menos de lo que vale su trabajo. Los
sindicatos no pueden cambiar esto. Lo único que puede cambiar esto es la
abolición del capitalismo y la instauración de la propiedad comunal de los bienes
de producción. En la medida que los sindicatos representan la vanguardia del
movimiento para llevar esto a cabo, deben ser defendidos y fortalecidos.

Los sindicatos son vitales para las sociedades libres. Los sindicatos actúan
como un poder vigilante que contrarresta las influencias de las empresas. El
capitalismo tiene una tendencia natural a concentrar un gran poder en manos de
los lideres empresariales. Así que los sindicatos son necesarios para prevenir la
explotación de los trabajadores por las grandes empresas. Los gobiernos deberían

20
apoyar a los sindicatos con leyes que garanticen el derecho a organizarse y los
trabajadores suelen estar siempre mejor con sindicatos que sin ellos.

22. ¿Cuáles son las implicaciones de la defensa nacional?

La defensa nacional es neutral al mercado. Por un lado, cuesta dinero a los


contribuyentes; pero, por otro lado, provee un ambiente estable que permite que la
paz florezca y los derechos sean protegidos. Por su propia naturaleza, el gobierno
debería mantener un monopolio sobre el uso de la fuerza, y de esta obligación
principal se desprende que ha de defender a la nación de los enemigos externos e
internos. Antes siquiera de que podamos hablar de producción económica, la
defensa y la seguridad ofrecidas por el gobierno han de estar firmemente
asentadas. De lo contrario, estamos otra vez en la jungla Hobbesiana.

La defensa nacional es deseable en sí misma, pero el mayor impacto


económico, como sucede con tantos otros programas del sector público, es que
crea puestos de trabajo y sube los salarios, fortaleciendo así la economía. Es
especialmente beneficioso para el PIB porque una gran parte de la producción
militar requiere la industria pesada. La financiación hace más bien a la nación en
general si se destina a grandes proyectos que si se gasta en pequeños bienes de
consumo. Es más, la financiación pública tiene efectos secundarios que benefician
a la sociedad y emplea, además, a muchas personas que de otra manera
carecerían de la preparación o disciplina para ganarse salarios elevados en el
mercado. El ejército es, de hecho, un gran ejemplo de planificación social en
activo que beneficia a toda la sociedad.

El gasto público en el ejército es un coste social que excluye alternativas


privadas, incluso cuando sus presuntos beneficios son imposibles de cuantificar.
La seguridad, como cualquier otro bien deseado por los individuos en una
sociedad, puede ser y es ofrecido por la economía de mercado, es decir, por
individuos que se organizan voluntariamente dentro de la matriz de la propiedad
privada y del intercambio. La seguridad privada funciona mucho mejor que el
sistema público, que derrocha billones, está maniatado por la burocracia, provoca
enemigos y, en realidad, no sirve para defender la nación. Los gobiernos han
usado la excusa de la “defensa” para empezar guerras que refuerzan el poder del
Estado sobre el mercado.

La defensa nacional satisface una demanda pública que no sería producida en


suficiente medida por el mercado a solas. Esto es así debido a que la defensa
nacional es lo que llamamos un bien público. Todo el mundo se beneficia de ella y
sus beneficios no son excluyentes, como sí lo son los bienes del mercado. Debido
a los “polizontes”, y al mero gasto asociado con su provisión, los individuos no
tienen ningún incentivo en particular para comprar el bien para sí mismos. Este es

21
el motivo por el que la mayoría de sociedades desde tiempo inmemorial han
asignado a los gobiernos las principales obligaciones de la provisión de seguridad.
Los beneficios sin duda superan los costes.

23. ¿Qué hay de bienes como la educación y las carreteras?

No cabe duda de que las carreteras y la educación son necesidades


esenciales, sin embargo, no es de esperar que el mercado los ofrezca en
suficiente cantidad. La única pregunta relevante se refiere a la administración
pública. Hay formas buenas y malas de ofrecer estos servicios. Los incentivos del
mercado pueden mejorar su eficiencia. Para la construcción y administración
pueden contratarse empresas. Los problemas de tráfico pueden ser corregidos
mediante multas y otras formas de racionamiento del mercado. Se puede
conseguir que las escuelas sean más competitivas mediante vales y sistemas
innovadores de concesiones públicas para satisfacer necesidades especiales.

Hay algunos bienes que el mercado no puede ofrecer de manera que satisfaga
las necesidades sociales. Las escuelas privadas están bien para los que pueden
permitírselas pero una sociedad democrática debe ofrecer educación para todos.
Lo mismo sucede con las carreteras, que son parte de la infraestructura pública de
una sociedad moderna y, por lo tanto, no deberían estar sujetas a los ardides de la
libre empresa. Eso no significa que no quepa la reforma. Las escuelas reciben una
financiación inadecuada y los profesores no reciben un salario suficiente. Las
carreteras están congestionadas y deberían complementarse con una provisión
generosa de sistemas de transporte público. Debería incentivarse el “carpooling”.

Estos son bienes como cualquier otro: pueden ser ofrecidos por los mercados
y sólo por los mercados. El Estado no puede construir instituciones educativas que
superen la prueba de la racionalidad económica porque ha de intentar hacerlo sin
el beneficio de la retroalimentación directa del consumidor. En vez de eso,
recauda impuestos y se los gasta arbitrariamente. Lo mismo sucede con las
carreteras públicas: cuantas se construyen, de qué calidad y donde acaba
dependiendo al final de decisiones políticas influenciadas principalmente por
consideraciones políticas. En una economía de mercado, la calidad, la cantidad y
el tipo de cada bien y servicio se corresponde con las necesidades sociales. Estos
bienes son servicios que los consumidores valoran y, por ello, serán ofrecidos si
es económicamente factible hacerlo en relación con las otras prioridades sociales.

Se dice a menudo que la libre empresa es la respuesta a nuestros problemas,


y que la autoridad pública no puede solucionarlos. Pero el caso de las modernas
escuelas y las carreteras es un buen contraejemplo. Las escuelas públicas han
educado a millones y las carreteras públicas son clave para hacer que la sociedad
abierta sea accesible a todos. De hecho, el éxito de estas instituciones señala el

22
camino hacia las amplias posibilidades al alcance de una sociedad que tiene el
coraje de ir más allá del laissez faire y hacia la verdadera provisión social de todo
lo que valoramos, pero que los limitados intereses de las empresas no pueden
hacer y no harán accesibles a todos.

24. ¿Cuáles son las implicaciones económicas de la guerra?

La guerra reduce el bienestar económico al destruir los recursos reales. Puede


favorecer a unos pocos que se benefician del gasto militar en el bando victorioso
exclusivamente. Para la mayoría de consumidores y empresas implica una
reducción drástica de la prosperidad. La única razón justificable para una guerra
es la pura autodefensa.

La guerra reduce el bienestar económico al destruir los recursos reales. Puede


favorecer a unos pocos que se benefician del gasto público, pero podría ser
también importante en términos de intereses nacionales. Si la diplomacia falla, el
bienestar común de una sociedad puede aumentar como resultado de alcanzar
importantes objetivos nacionales mediante la guerra. Las guerras defensivas están
siempre justificadas. Las guerras ofensivas pueden ser buenas en algunas
ocasiones.

La guerra estimula la economía al aumentar la demanda. Aunque las guerras


parecen destructivas, generamos más riqueza al reconstruir lo que la guerra
destruye. Esto hace uso de los recursos ociosos aumentando así la productividad.

La guerra existe para aumentar los beneficios de los capitalistas. Cuando las
fuerzas de la competencia hacen bajar las tasa de beneficio de los negocios
nacionales, los capitalistas van al extranjero a captar beneficios. Esto provoca
conflictos entre los capitalistas de distintas naciones. Las naciones van a la guerra
por estas pretensiones imperialistas contrapuestas. El capitalismo es la principal
fuerza detrás de las guerras. La guerra acabará cuando se acabe el capitalismo.

25. ¿Quién sirve mejor a la sociedad?

Los legisladores y los expertos en política, consultando a diversos grupos de


asesores, tienen el interés público en mente cuando formulan y ejecutan políticas.
Están deseosos de mejorar el bienestar de la sociedad y son capaces de
conseguirlo. Los empresarios andan tras el beneficio, y poco les importa el
bienestar del público en general. Ellos sirven el interés público sólo en la medida
en que les reporte algún beneficio. Dados los numerosos y severos defectos en la
forma de funcionar de los mercados, los funcionarios públicos bien informados

23
deben trabajar para mejorar el bienestar público; un proyecto viable siempre que
pongamos límites a la influencia de los empresarios en la política.

Los emprendedores desempeñan una función indispensable en la sociedad.


Los emprendedores están alerta ante las oportunidades de beneficio y hacen
valoraciones referidas al futuro. La competencia en estas oportunidades produce
pérdidas y beneficios en los balances que, a su vez, generan los precios del
trabajo y del capital. Esta competencia dirige los recursos a la satisfacción de los
deseos más apremiantes de los consumidores. Los políticos de éxito son aquellos
que se muestran más diestros a la hora de acaparar poder político. Ellos son, por
lo general, las personas más despiadadas de nuestra sociedad.

El capitalismo sirve a los emprendedores y los emprendedores se sirven a si


mismos. El sistema capitalista se basa en la explotación de los consumidores y de
los trabajadores. La única solución a estos problemas es deshacernos del
capitalismo; y, con él, de la clase emprendedora. Una sociedad verdaderamente
democrática o socialista acabará con las tendencias explotadoras. La gente no irá
ya más tras el beneficio privado pues este ya no existirá. La gente tendrá motivos
mejores y más dirigidos hacia el público bajo la égida del socialismo. Los
dirigentes, si los hay, en la futura sociedad socialista promoverán el bien común.

Los políticos persiguen sus propios intereses, pero la competencia política y el


proceso de la política pública les lleva a servir al público hasta cierto punto. Los
emprendedores también sirven al público hasta cierto punto, puesto que se ganan
un beneficio sirviendo a los clientes. La pregunta de si sirven mejor al público los
funcionarios públicos o los emprendedores queda abierta. Esto depende de las
circunstancias particulares de cada momento y lugar. Con el tiempo, la sociedad
democrática ha se ha demostrado capaz de resolver estas cuestiones de gestión
social.

A PARTIR DE LA SIGUIENTE PÁGINA FIGURAN LAS RESPUESTAS


(LA IDENTIFICACIÓN DE A QUE ESCUELA DE PENSAMIENTO
ECONÓMICO CORRESPONDE CADA UNA DE LAS RESPUESTAS
A LAS PREGUNTAS)

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REPUESTAS

1. ¿Qué función debe desempeñar la propiedad privada?

La propiedad es una relación que surge de forma natural entre los seres
humanos y las cosas materiales. La propiedad y los derechos de
propiedad hacen posible el cálculo económico, una más amplia y más
productiva división del trabajo y, por lo tanto, un incremento en los
niveles de prosperidad. Efectivamente, la propia civilización es
inconcebible en ausencia de propiedad privada. Cualquier infracción
contra la propiedad da lugar a una pérdida de libertad y prosperidad.
(Escuela Austriaca)

La propiedad está en el centro de las más serias desigualdades y


opresiones en la civilización moderna. Sólo mediante la regulación, las
transferencias de pagos, la redistribución de la propiedad y la posesión
común puede la sociedad alcanzar la ecuanimidad, la justicia y la
dignidad humana para todos. (Socialista)

La propiedad es un importante componente de nuestro sistema social


pero su status de “derecho” es contingente. Ha de estar sujeta a la
regulación y modificación por el bien común. El Estado debe intervenir
para evitar los abusos del poder económico, incluso a costa de reducir
las tradicionales prerrogativas de los propietarios. (Escuelas
keynesiana / neoclásica / historicista)

La propiedad desempeña una función central en la prosperidad y en el


crecimiento económico. Por consiguiente, es de la mayor importancia
que el Estado, o más abstractamente la ley, mantenga y modifique las
asignaciones de los derechos de propiedad para que distribuya los
costes de transacción de tal modo que promuevan el máximo
crecimiento y eficiencia económica. La propiedad no surge de forma
natural sino que es el producto del sistema legal. (Escuela de
Chicago)

2. ¿Cuál es el método adecuado para la investigación en la


ciencia económica?

25
El economista no debería imitar el comportamiento de los científicos
naturales, ya que las ciencias sociales están relacionadas con los seres
humanos. La acción humana se caracteriza por el comportamiento
intencionado, que implica el uso racional de medios para conseguir los
fines deseados. La propia materia de estudio de la economía (bienes de
capital, dinero, salarios, etc.) no está definida en propiedades físicas o
químicas, sino en las actitudes mentales o subjetivas que las mentes
humanas toman hacia estas cosas. En consecuencia, el método
adecuado para un economista es empezar con axiomas evidentes en sí
mismos (tales como que las personas intentan conseguir la mayor
utilidad al menor coste) y deducir conclusiones de manera lógica a partir
ellos. (Escuela Austriaca)

Como el físico, el economista (si quiere ser científico) debe construir un


modelo preciso que ofrezca predicciones cuantitativas acerca de las
variables económicas, tales como el PIB y el desempleo. Entonces, el
economista debe contrastar esas predicciones con los datos recogidos
por los investigadores estadísticos. En cualquier momento, la mejor
explicación o “teoría” de un determinado fenómeno económico es aquel
modelo que ofrece el mejor encaje entre las predicciones y los datos
reales. (Escuela de Chicago)

La pregunta induce a confusión, la economía no puede ser realmente


científica en el sentido convencional del término. En física tenemos
“leyes” fijas que son las mismas en cada sociedad y en cada momento
de la historia. Por el contrario, no hay leyes fijas en economía. El
economista puede estudiar un determinado episodio histórico y concluir
que, por ejemplo, el control de rentas no consiguió sus objetivos cuando
se intentó en Manhattan después de la Segunda Guerra Mundial. Sin
embargo, puede que siga siendo cierto que el control de rentas funcione
en Paris en el año 2004 si las personas al mando evitan los errores del
pasado. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

Para ser científicos, hemos de modificar el enfoque economicista


tradicional de ver la sociedad únicamente como una colección de
individuos egoístas atomistas. En realidad, los seres humanos se
consideran parte de un todo social mayor. Un camino más fructífero de
búsqueda consistiría en estudiar los complejos grupos con los que las
personas se identifican, sean clase, raza o sexo. Tal análisis revelaría el
innegable poder que las relaciones tienen en la sociedad, y daría un
mejor entendimiento de los hechos económicos que los típicos modelos
simplistas económicos. (Socialista)

26
3. ¿Cuál es el origen del interés? ¿Debería ser regulado?

Los pagos de interés compensan a los inversores por su pérdida de


liquidez cuando ellos entregan dinero a proyectos empresariales o lo
prestan por un determinado periodo; el tipo de interés es el precio de la
liquidez. El tipo de interés es un fenómeno monetario, no un fenómeno
“real” (como pensaban los economistas clásicos). La economía moderna
reconoce la función que desempeñan las expectativas o lo que podría
denominarse la “confianza en el futuro”. Por ejemplo, si el tipo de
interés sube del 5% al 10%, esto no significa que la gente se haya
orientado más hacia el consumo presente, podría simplemente reflejar
una mayor ansiedad por la economía. La manipulación por parte del
Estado del tipo de interés es ciertamente una de las diversas
herramientas necesarias para suavizar las fluctuaciones económicas,
pero por sí misma es relativamente impotente. Si todo el mundo teme
una recesión, los empleadores no contratarán más trabajadores o no
construirán más fábricas, por mucho que se baje el tipo de interés.
(Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

Los pagos de interés son una retribución al capital y el tipo de interés en


equilibrio se iguala al producto marginal del capital. La situación es
perfectamente análoga a la del trabajo, donde los salarios se igualan al
producto marginal del trabajo. Hay varias recetas tecnológicas que
ofrecen producción para varias fechas futuras, y los consumidores
tienen preferencias acerca del consumo para varias fechas futuras. En el
margen, se preferirá el consumo presente al consumo futuro y una
unidad adicional de capital invertido producirá un incremento en la
producción (disponible en el futuro) que hará que los consumidores se
muestren indiferentes entre consumir ahora o esperar una unidad
adicional de tiempo y consumir la mayor producción que la
productividad del capital habrá hecho posible. El gobierno no debería
tocar los tipos de interés por las mismas razones por las que no debería
tocar los salarios. (Escuela de Chicago)

El interés es sólo un eufemismo para referirse a los beneficios; un


capitalista percibe intereses cuando gasta menos en salarios y materias
primas de lo que gana por vender el producto final. Este valor añadido
surge de los trabajadores explotados contratados por el capitalista. Bajo
el sistema de salarios, los trabajadores cobran el mínimo para asegurar
su subsistencia, aunque el producto total de su trabajo excede en
mucho la compensación que reciben de su empleador. En este sentido,
el sistema de salarios no es distinto a la esclavitud tradicional, donde el
esclavista retiene el producto del trabajo de sus esclavos y de este
fondo sólo les “paga” lo suficiente para asegurarse de que sobrevivan.

27
Obviamente, el interés es un rasgo bárbaro de las sociedades
capitalistas, y desaparecerá una vez que el sistema de salarios sea
abolido. (Socialista)

El pago de interés refleja el mayor valor de los bienes presentes frente


al de los bienes futuros. Si todo lo demás permanece igual, todo el
mundo prefiere consumir antes que después. El precio actual de un
ordenador puede ser de 1000 € pero el precio por un ordenador que
será entregado dentro de un año será inferior, digamos 900 €. Un
empresario puede invertir 900 € en trabajo y materias primas para
vender el producto el próximo año por 1000 €; su retribución implícita
de interés se debe al hecho de que los factores de producción
representan “demandas” sobre bienes de consumo futuros, y por lo
tanto, su precio actual (900 €) es menor que el precio último de venta
(1000 €). Obviamente, el gobierno no necesita intervenir en el tipo de
interés del mercado ya que meramente refleja la prima subjetiva que los
individuos estiman para un bien presente sobre un bien futuro.
(Escuela Austriaca)

4. ¿Cuál es el impacto económico del ahorro?

En épocas normales, el ahorro no es económicamente dañino pero en


entornos de recesión puede llevar a la economía a una espiral
descendente. El ahorro reduce el gasto de los consumidores y puede
que no se traduzca en gasto de inversión debido al pesimismo de los
inversores. Esto reducirá la demanda total en la economía y llevará al
desempleo. Una forma de corregir esto es expandir la oferta monetaria
para mantener los tipos de interés bajos. Esto dará apoyo a la inversión
privada y estimulará el gasto total en la economía. Los responsables de
las políticas monetaria y fiscal necesitan desincentivar la acumulación de
dinero e incentivar el gasto corriente. En lo referente al ahorro a lo largo
del ciclo de vida, necesitamos una red de seguridad para las personas
de mayor edad. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

La vasta acumulación de riqueza en clases y familias selectas crea una


oligarquía económica que margina a los que no pueden ganarse su
puesto en el sistema económico. Los impuestos de sucesiones y los
impuestos sobre dividendos son esenciales para una sociedad que valora
la igualdad. Después de todo, las rentas de las vastas cuentas bancarias
realmente son riquezas que no se han ganado trabajando. Ninguna
sociedad puede tolerar que algunas personas vivan del interés mientras
otros viven de nómina a nómina a base de las paupérrimas cantidades
de los salarios mínimos. (Socialista)

28
El ahorro (que significa posponer el consumo actual) es esencial para la
formación del capital, pero no hay ningún ratio entre consumo y ahorro
socialmente óptimo que debiera predominar en la sociedad. Todo
depende del nivel social de preferencia temporal, esto es, hasta qué
punto las personas prefieren bienes presentes antes que bienes futuros.
Los individuos pueden elegir consumir en vez de invertir o viceversa. La
intervención del Estado puede sesgar estas elecciones, subsidiando o
gravando el ahorro o el consumo o ambos. Para tener una combinación
que refleje las elecciones más económicas, el gobierno no debería tener
ninguna política respecto al ahorro, incluso en el caso del ahorro para
las personas mayores. (Escuela Austriaca)

No hay inversión ni hay, por tanto, crecimiento económico, sin ahorro.


Por esta razón, el incentivo a ahorrar debería ser una prioridad
económica. El principal motivo por el que la política de estabilidad
monetaria debería estar en manos de un banco central es que la
inflación desincentiva el ahorro. Estudios empíricos muestran que el
ahorro tiene lugar a lo largo del ciclo de vida de los individuos. Pueden
darse errores de cálculo, lo que explica que el gobierno pueda necesitar
incentivar los fondos de pensiones privados, un sistema que es más
eficiente que la Seguridad Social porque ofrece mayores rendimientos.
(Escuela de Chicago)

5. ¿Cual es el origen del valor económico?

Los objetos físicos tales como un plátano o un automóvil no poseen


valor económico intrínseco. Al contrario, sólo la mente humana puede
atribuir valor a tales elementos, y sólo entonces los economistas
clasifican esos bienes. Un objeto es valioso sólo porque hay al menos un
ser humano que cree que este objeto puede ayudar a satisfacer sus
deseos subjetivos. Por ejemplo, incluso si una determinada raíz cura el
cáncer, si nadie conoce este hecho, la raíz no tiene valor económico y
las personas no comerciarán con ella. En consecuencia, el valor se
origina por los deseos subjetivos de un individuo y su creencia acerca de
las propiedades de un determinado bien. (Escuela Austriaca)

El valor de una mercancía es igual a la cantidad total de trabajo usada


en su construcción. Si una bicicleta tiene el mismo valor de mercado
que, digamos, quinientos huevos, entonces podemos escribir que 1
bicicleta = 500 huevos. ¿En qué consiste esta igualdad? Obviamente, la
bicicleta no es “igual” a los huevos debido a varias de sus propiedades
físicas. Si examinamos el asunto detenidamente, veremos que lo que

29
tienen ambos en común es la cantidad de trabajo usado en su
construcción. (Socialista)

El valor de un bien se determina por la interdependencia entre la oferta


y la demanda, o lo que podría llamarse la interacción del coste y la
utilidad. A diferencia de algunas escuelas de pensamiento, que intentan
explicar el valor basándose únicamente en la utilidad, el enfoque
correcto es el de Alfred Marshall, que se dio cuenta de que el valor
económico se debe tanto a preferencias subjetivas como a condiciones
tecnológicas objetivas. Para ver esto más claramente, consideremos que
si los costes de producción aumentan para un determinado bien, en el
nuevo equilibrio su precio final deberá ser tanto más elevado. (Escuela
de Chicago)

El valor económico es un asunto complicado que no puede ser explicado


mediante simples formulas. Para entender porqué la gente en una
sociedad en particular valora algunas cosas más que otras, debemos
estudiar su cultura e historia. Por ejemplo, una tribu de indios
americanos puede haber valorado un animal particular como algo
sagrado. Los blancos europeos, por supuesto, no compartían este
sistema de valores y, por lo tanto, hicieron una matanza con estos
animales. Los mismo sucede con cualquier bien o servicio en el
mercado. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

6. ¿Qué es el dinero? ¿Cuál es su origen?

El dinero puede surgir del trueque, pero los intereses privados


probablemente no lo desarrollarán hasta satisfacer las necesidades de
una economía moderna. Necesitamos bancos centrales para sostener al
sector financiero. Los intentos para manipular la economía usando la
oferta monetaria fracasarán en el mejor de los casos y causarán graves
problemas en el peor. Las autoridades monetarias no deberían
incrementar la oferta monetaria a su discreción. Deberían aumentarla a
buen ritmo, a la par con el nivel de crecimiento a largo plazo de la
economía. (Escuela de Chicago)

El dinero es un vehículo para la explotación que distorsiona los valores


reales. El dinero no es ni necesario ni deseable, sino un artilugio artificial
de la historia. El progreso social llevará a cambios sociales
revolucionarios, que incluirán la eliminación del dinero. Esto acabará con
la explotación y redundará en una sociedad dedicada a satisfacer valores
reales en vez de beneficios financieros privados. (Socialista)

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El dinero siempre surge del trueque. Las dificultades de encontrar socios
de negocios en el sistema de trueque lleva a la aparición de bienes
dinero. Bienes durables, transportables y divisibles como el oro y la
plata suelen acabar por imponerse como los mejores dineros. El dinero y
las instituciones con él relacionadas aparecen como consecuencia no
intencionada del comercio interesado. La evolución de tales instituciones
va mejor cuando se deja en manos de las fuerzas competitivas del
mercado, que las crearon en primer lugar; puesto que la intervención
del gobierno causará inflación y otras distorsiones. (Escuela
Austriaca)

El dinero es una criatura del Estado. Unas instituciones monetarias


fiables requieren planificación y un banco central. Los bancos centrales
pueden también estabilizar los mercados. Los jefes de los bancos
centrales pueden contrarrestar las fases de crecimiento y recesión del
sector privado a base de expandir la oferta monetaria durante las
recesiones y frenarla durante las épocas de crecimiento. El control
público de la institución monetaria es clave para controlar la economía.
(Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

7. ¿Cuál es la causa del ciclo económico?

Las variaciones en la oferta monetaria hacen que el crecimiento del PIB


se desvíe de su tendencia general. En ausencia de estas variaciones, la
economía es relativamente estable. Las variaciones en la oferta
monetaria causan auges inflacionarios y crisis. Los retrasos en el ajuste
de los salarios con estos ciclos significa que los auges y las crisis
conllevarán importantes cambios en los niveles de desempleo. (Escuela
de Chicago)

La competencia en un entorno de beneficios decrecientes y creciente


monopolización genera crisis cada vez mayores bajo el capitalismo. Los
capitalistas invierten en aparatos que ahorran trabajo para mantener el
paro elevado y los salarios bajos. La competencia lleva a la caída de los
beneficios y a las crisis. Algunos capitalistas conseguirán entonces
buenos negocios de los capitalistas arruinados, aumentando
momentáneamente su rentabilidad. Sin embargo, la tendencia del
capitalismo a reducir los niveles de beneficios llevará a un mayor
desempleo y a una nueva crisis. (Socialista)

La expansión de la oferta monetaria reduce los tipos de interés. Esto


provoca un aumento del gasto en consumo en inversión. Con los
empresarios pensando a largo plazo y los consumidores a corto, surge

31
una descoordinación en la economía. Las relaciones temporales entre
ahorro e inversión, producción y consumo, se quiebran. Los procesos de
los mercados revelan que muchas inversiones no son realmente
provechosas sino que son un cúmulo de errores. Las empresas liquidan
entonces esas inversiones, causando una recesión. (Escuela
Austriaca)

Los auges empiezan con un excesivo optimismo, a menudo impulsado


por cambios tecnológicos que llevan a fiebres especuladoras. Un gasto
total deficiente causa entonces depresiones / recesiones. Cuando el
ahorro total excede la inversión total, el gasto total en bienes cae. Esto
disminuye la demanda de trabajo para producir estos bienes. Entonces,
el pesimismo entre los inversores lleva a una demanda agregada
insuficiente y a tiempos de dificultades económicas. (Escuelas
keynesiana / neoclásica / historicista)

8. ¿Cuál es la política correcta contra las recesiones?

Las recesiones sirven de recordatorio de que el laissez-faire es una


política equivocada. Los políticos deberían aprender de las recesiones
que es hora de meter en cintura a los especuladores y a las grandes
empresas descontroladas. Deberían ponerse más sectores bajo el
control público, aunque eso implique nacionalizar la industria. Se lo
debemos a las víctimas reales de los auges y las crisis: los trabajadores.
(Socialista)

La recesión revela las descoordinaciones soterradas y las malas


decisiones de inversión que habían sido propiciadas por una política
monetaria imprudente. Es una fase esencial a la que debería
permitírsele seguir su camino. La política anticíclica es
contraproducente. Las recesiones futuras pueden ser prevenidas
reformando el sistema monetario que crea el auge en primer lugar.
(Escuela Austriaca)

El banco central puede estimular la economía a través de tipos de


interés bajos y el congreso puede aumentar la demanda agregada,
aunque conlleve déficits. Una vez la economía vuelve a su curso, el
banco central puede permitir que los tipos de interés suban y el
gobierno puede reducir el gasto. (Escuela de Chicago)

Además de las tradicionales medidas fiscales y monetarias, es esencial


que el gobierno proteja a las industrias especialmente afectadas durante
la recesión. El gobierno debería, además, proteger a los trabajadores de

32
los despidos y otorgarles subsidios de desempleo. Los consumidores no
deberían acaparar dinero sino gastarlo y el sector privado, mientras
tanto, debería pedir créditos a los bancos y al gobierno para restablecer
un equilibrio productivo. (Escuelas keynesiana / neoclásica /
historicista)

9. ¿Cuan viable es el socialismo?

El capitalismo es productivo pero los propios capitalistas, dejados a su


libre albedrío, anteponen su beneficio a las personas y egoístamente se
desentienden de los intereses de los trabajadores y de los
consumidores. Algunas instituciones en la sociedad tales como los
sindicatos, el salario mínimo, las leyes antimonopolio, las leyes contra el
trabajo infantil, las regulaciones de seguridad laboral y otras estructuras
legales, son esenciales para solventar el conflicto entre los capitalistas
por un lado y los trabajadores y consumidores por otro. La propiedad
pública es esencial en algunos sectores tales como la energía y la
educación mientras que la propiedad privada parece funcionar en otros
sectores, siempre que estén regulados. Al establecer estas instituciones,
hemos aprendido de los socialistas. Deberíamos parar de tratar el
socialismo como si de un monstruo se tratara. (Escuelas keynesiana /
neoclásica / historicista)

El socialismo es una opción eminentemente viable, una a la que la


historia nos lleva inexorablemente. Pero se encuentra con resistencia
debido a la influencia que los intereses mercantiles ejercen sobre los
actuales sistemas políticos. ¿Cómo puede funcionar el socialismo? Tal
como en la planificación en épocas de guerra, los planificadores
socialistas pueden vigilar los inventarios de bienes e incrementar
(disminuir) los precios cuando los inventarios disminuyan (aumenten) y
ajustar los precios para ajustarlos a la demanda de los consumidores.
Ellos también pueden ordenar a los gestores locales que se encarguen
de la producción y de la innovación eficientemente. Este tipo de proceso
de prueba y error, llevado a cabo por personas con buenas intenciones,
puede funcionar al menos tan bien como el mercado y sin el coste social
de éste. El socialismo no es una ciencia exacta pero es viable y puede
funcionar mejor que el capitalismo. (Socialista)

La experiencia ha demostrado que, de momento, la libre empresa ha


sido más productiva que la mayoría de experimentos socialistas. Esto
puede deberse a una falta de incentivos a producir o a la mala calidad
de la planificación bajo el socialismo. Un mercado completamente
desregulado, sin embargo, también comete sus errores, por lo cual debe

33
ser controlado en algunos aspectos. En cualquier caso, es fútil buscar
una teoría general que nos permita decir a priori que todos los planes
socialistas fallan. La historia nos enseña que algunas formas de
planificación central funcionan. Los bancos centrales practican la
planificación, así como los jueces y los reguladores, y lo hacen de
manera bastante exitosa. Lo deseable de la intervención estatal, más
allá de su función de promulgar leyes y hacerlas obedecer, dependerá
de la severidad de las imperfecciones de los mercados comparadas con
las del gobierno. (Escuela de Chicago)

La propiedad comunal de los bienes de producción (por ejemplo,


fábricas) hace que los mercados de bienes de capital (por ejemplo,
maquinaria para fábricas) sean imposibles. En ausencia de los precios
de mercado, que surgen de un marco de propiedad privada, no hay ni
pérdidas ni ganancias y, por lo tanto, no hay ninguna base racional para
dirigir el uso de los bienes de capital hacia las demandas más urgentes
de los consumidores de la manera menos costosa. En cambio, los
propietarios privados de capital emplean propiedad y usan las señales
del mercado (precios, incluyendo salarios y tipos de interés) como guías.
La libertad de comercio da como resultado unos precios que reflejan las
preferencias de los consumidores y dirige el uso del capital hacia los
usos más urgentes, mientras las consideraciones de los empresarios se
enfrentan a un cambio constante. El socialismo, que requiere un Estado
Total, no es una alternativa viable al capitalismo. Cualquier paso hacia el
socialismo es un paso hacia la irracionalidad económica. (Escuela
Austriaca)

10. ¿Cuáles son el tamaño y el área de actuación óptimos del


gobierno?

Los mercados ofrecen bienes de consumo y de producción ordinarios de


manera relativamente eficiente. Sin embargo, debido a varias razones
económicas y políticas, las transacciones privadas para instituciones y
servicios fundamentales como la ley, el dinero y la defensa fallan
estrepitosamente. No tiene sentido discutir sobre los mercados sin la
necesidad previa del Estado. Los gobiernos deben existir para hacer
cumplir las “reglas del juego” para que la sociedad emerja del caos. Los
gobiernos deben establecer y aplicar leyes para la sociedad, pero deben
evitar intervenciones arbitrarias o desestabilizadoras en los mercados.
(Escuela de Chicago)

Los mercados no consiguen ofrecer las instituciones fundamentales y


padecen serias imperfecciones en lo tocante a bienes y servicios. Por

34
ejemplo, la inestabilidad en los mercados provoca crisis recurrentes y
lleva a una desigualdad creciente. Deberíamos mantener los mercados
para la mayoría de bienes y servicios pero el gobierno debe poseer
autoridad discrecional para intervenir en cada mercado basándose en los
errores observados. De esta manera, Estado y mercado puede trabajar
juntos en un modelo de relación público-privado. (Escuelas
keynesiana / neoclásica / historicista)

Los mercados son el terreno de juego donde los intereses comerciales


explotan a los trabajadores y a los consumidores. El capitalismo
empobrece y aliena a las masas mientras enriquece a una reducida élite.
También devasta el medio ambiente y provoca violencia. Una sociedad
verdaderamente humanitaria aboliría la propiedad privada, excepto para
las posesiones personales (por ejemplo, vestido y calzado). Los arreglos
comunales en la producción y distribución de bienes hacen posible una
sociedad de autorrealización personal y más justa para todos.
(Socialista)

El orden en la sociedad puede aparecer a través de transacciones


voluntarias entre individuos. Las personas pueden realizar transacciones
privadas para cualquier cosa que valoren, incluyendo leyes y seguridad.
Puesto que todas las decisiones se refieren a estados futuros del mundo,
cada individuo entiende qué bienes le satisfacen mejor, incluyendo la
protección y la resolución de conflictos. Idealmente, el gobierno estaría
limitado a proteger derechos, pero el gobierno tal como lo conocemos
sirve a las élites y viola los derechos de autoposesión y los esfuerzos por
limitar el poder estatal suelen fracasar. Las instituciones privadas para
mantener la seguridad y realizar arbitrajes son más eficientes y morales
que sus equivalentes públicos. (Escuela Austriaca)

11. ¿Quién y cómo debería regular los productos de consumo?

Los estudios empíricos indican que las preferencias de los consumidores


no cambian mucho en respuesta a cosas tales como la publicidad. Los
consumidores reaccionan racionalmente ante la información referente a
los productos así que la seguridad del consumidor no reviste gravedad.
Las regulaciones públicas sobre seguridad pueden tener efectos
perversos que aumenten el daño a los consumidores pero el gobierno
puede desempeñar una función positiva en la provisión de mejor
información para los consumidores, asegurándose de que los minoristas
y otros digan toda la verdad y nada más que la verdad. (Escuela de
Chicago)

35
Los productos de consumo se desarrollan mediante la experimentación.
Las preferencias de los consumidores también cambian y se desarrollan
gradualmente a lo largo del tiempo. Para satisfacerlas, es necesario el
criterio empresarial. A parte de unas pocas demandas innatas referidas
al hambre y a la temperatura, las preferencias de los consumidores son
el resultado de la interacción entre muchos individuos. Gastando dinero,
cada consumidor regula los bienes de consumo que consume. No hay
ningún sustituto bueno para el proceso de mercado en lo referente al
desarrollo y diseminación de los bienes de consumo. (Escuela
Austriaca)

El capitalismo conlleva una industria cultural que fabrica falsas


preferencias. Las personas pueden pensar que la moderna cultura del
consumo es la que mejor les satisface pero esto no es cierto. Los
negocios se enriquecen mediante la competencia derrochadora entre los
consumidores por conseguir un status social y la creación de
preferencias por bienes que en realidad nadie necesita. El capitalismo
aliena a los consumidores de sí mismos, mientras las empresas les
explotan para beneficiarse. Una adecuada regulación de los bienes de
consumo requiere cambios revolucionarios en la sociedad. (Socialista)

Las empresas despistan y manipulan a los consumidores con publicidad


y otros instrumentos de marketing atrayéndolos hacia algunos
productos y hacia otros no, creando un sentido artificial de necesidad y
provocando el derroche. Esto puede provocar serios daños a los
consumidores o, al menos, precios excesivos. Los productos
defectuosos, o peligrosos, y las modas son serios problemas que el
gobierno puede y debe corregir. Hay otros productos meritorios que los
consumidores no valoran suficientemente y deberían, por lo tanto,
recibir subsidios públicos. (Escuelas keynesiana / neoclásica /
historicista)

12. ¿Qué son los salarios?

Los salarios son la base de la explotación capitalista. Todo valor deriva


del trabajo. Pero los capitalistas pagan a los trabajadores menos que el
valor de su trabajo para así conseguir beneficios. La propiedad comunal
de los medios de producción eliminará la explotación salarial al eliminar
los beneficios privados. (Socialista)

Los salarios representan la productividad descontada del trabajo en


satisfacer la demanda de los consumidores. La demanda de bienes de
consumo se traduce en demanda de trabajadores. Los mercados nos

36
permiten calcular el valor de diferentes tipos de trabajo para así poder
dirigir el uso del trabajo a lo que más se valora. La intervención pública
en los mercados (por ejemplo, leyes de salario mínimo) provoca
desempleo entre los trabajadores menos productivos. (Escuela
Austriaca)

Los salarios determinan la renta que crea la demanda de los productos.


Al aumentar los salarios, se aumenta la demanda de bienes y eso
produce prosperidad. Los capitalistas a menudo pagan a los obreros
demasiado poco para generar pleno empleo. El gobierno debería pagar
subsidios a las familias y subir los salarios porque esto aumenta la
demanda y mejora las condiciones económicas. (Escuelas keynesiana
/ neoclásica / historicista)

Los salarios representan la productividad de los trabajadores en


satisfacer la demanda de los consumidores. Sin embargo, algunos
problemas con la supervisión de los trabajadores hacen que los
empleadores paguen salarios más elevados para aumentar la
productividad. Esto aumenta el desempleo entre los trabajadores menos
productivos. Los subsidios públicos pueden corregir este fallo de los
mercados, pero esto no es siempre necesario. (Escuela de Chicago)

13. ¿Cuál es la causa del crecimiento económico?

Una relación equilibrada entre la demanda agregada y la oferta


agregada es el principal determinante del crecimiento económico.
Puesto que los mercados no siempre pueden proporcionar esto, se
necesitan entornos institucionales estables. El sector privado desempeña
una función vital en asegurar el crecimiento económico al proveer un
marco de instituciones legales y financieras. Diversas iniciativas del
sector público, como unos tipos de interés bajos y subsidios, pueden
también desempeñar una función positiva. Un poco de regulación es
necesaria, pero esto no tiene porqué se siempre así. (Escuela de
Chicago)

La demanda de los consumidores privados no es suficiente para


asegurar el crecimiento económico. El gasto privado total es a menudo
demasiado pequeño, demasiado manipulado por las empresas, y
atiborrado de elecciones que desestiman las prioridades sociales. Puede
que los consumidores ahorren demasiado o demasiado poco. Esto hace
que, a veces, el déficit público sea necesario para estimular la economía.
Además, el gasto privado no consigue ofrecer suficientes bienes
públicos. El gasto público en tales áreas es necesario para el crecimiento

37
económico; particularmente en educación, infraestructuras e
investigación científica. (Escuelas keynesiana / neoclásica /
historicista)

El proceso capitalista causa crecimiento económico pero esto es un non


sequitur. Aunque el capitalismo es el sistema más productivo, la
distribución de riqueza bajo el capitalismo es incorrecta. Clases enteras
de ciudadanos quedan excluidos. Los capitalistas se aprovechan de los
trabajadores al pagarles el menos salario posible en vez del valor de su
trabajo. Así que el capitalismo entrega bienes pero a las direcciones
equivocadas. Lo que necesitamos son democracias de los trabajadores
donde la productividad pueda ir de la mano de una distribución más
justa de la riqueza. (Socialista)

El origen del crecimiento económico radica en el intercambio voluntario


mutuamente beneficioso. Dentro de la economía de intercambio, los
consumidores se gastan una parte de su renta en bienes y servicios para
satisfacer sus más inmediatas necesidades. Esto pone en marcha la
producción actual. Los consumidores ahorran parte de su renta de
acuerdo a sus necesidades menos urgentes. Esto pone en marcha el
ahorro empresarial en producción futura y lleva al desarrollo de
sofisticados mercados de capitales. Los contratos privados, la
competencia en los mercados y las instituciones privadas que hacen
posible la inversión y acumulación de capital son todo lo que se necesita
para conseguir un crecimiento económico óptimo. (Escuela Austriaca)

14. ¿Cuál es su punto de vista sobre la economía y el medio


ambiente?

La polución es un ejemplo visible de los fallos del mercado. Mientras las


empresas hacen beneficios, tienden a abusar de los recursos y a
imponer los costes ambientales a los demás. Y, por lo que se refiere a
las tierras valiosas, bosques de lento crecimiento y especies protegidas,
la tendencia es a cazar furtivamente lo que es valioso al tiempo que se
pasa por alto el interés social en la preservación. Éste es el motivo por
el que las regulaciones medioambientales deben desempeñar una
función en la ordenación de tierras, la preservación de especies, la
limitación de la polución, la limpieza del aire y del agua, así como el
control de las empresas para que sus beneficios no sean dañinos para el
medio ambiente. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

La única solución a largo plazo al problema de la polución y la


degradación ambiental es un severo límite al desarrollo económico. Esto

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es precisamente lo que las comunidades locales han hecho para
preservar la calidad de vida. Les han dicho a los promotores: “esta
comunidad valora algo más que la producción y las ganancias
materiales”. Tampoco es el caso de que las personas y los beneficios
sean lo único que importa. El delicado ecosistema debe ser resguardado
en cada aspecto, desde la menor forma de vida, pasando por el mayor
océano, hasta la atmósfera. Esto también significa controlar la polución.
(Socialista)

La mayoría de los asuntos relacionados con el medio ambiente se


resuelven mejor mediante la confianza en los incentivos de los
mercados. Los juzgados deberían ser cuidadosos con la necesidad de
establecer claramente los límites de cada propiedad cuando surgen
conflictos. Pueden resolverse asuntos referidos a externalidades
mediante intercambios de compensación entre propietarios, establecidos
con arbitraje. En cuanto a la polución, puede minimizarse mediante un
mercado de derechos de polución, y se pueden comercializar para que
los costes de la polución corran a cargo de los que causan tal polución.
Generalmente se fijan tarifas para el uso de las tierras públicas
demasiado bajos, animando así su abuso. Unos precios más altos son la
clave para la conservación. (Escuela de Chicago)

Virtualmente todos los asuntos referidos al medio ambiente tienen que


ver con conflictos acerca de la propiedad. Mientras haya propiedad
privada, los mismos propietarios resolverán estos conflictos prohibiendo
y castigando el traspaso. El incentivo a conservar es una característica
inherente a la estructura de incentivos del mercado. Como también lo es
el incentivo a preservar todas las cosas de valor. La responsabilidad por
estropear la propiedad de otro debería recaer sobre la persona que ha
causado el daño. La propiedad común no es la solución. Puesto que los
parques nacionales, por ejemplo, no son de propiedad privada, el
objetivo de gestión económica les será siempre elusivo. (Escuela
Austriaca)

15. ¿Qué financian los impuestos?

Los impuestos, generalmente, sirven a los intereses empresariales y a


los ricos. Las empresas quieren ingresos y beneficios privados pero
costes socializados. Esto se debe a la extraordinaria influencia de las
empresas y de los ricos en la política. Una verdadera democracia no
permitiría esto. Medidas como la reforma de la financiación de las
campañas políticas o la financiación pública de las elecciones podrían
ayudar en gran medida. Mejor todavía, los movimientos hacia la

39
propiedad común de la industria por parte de los trabajadores harán que
la industria sea receptiva a las necesidades públicas, en vez de a los
intereses del beneficio privado. Esto es importante porque el sistema del
laissez faire deja al público muy desamparado en estas necesidades
esenciales. (Socialista)

Puesto que los mercados son imperfectos, el gasto público podría


destinarse a subsidiar la provisión de alguno de los muchos bienes o
intereses públicos que el mercado de otro modo no proveería. Los
impuestos también pueden mitigar los costes sociales y disuadir el
consumo de bienes que no deberían ser asequibles a través del
mercado. Idealmente, la competencia política entre grupos de interés
transfiere renta a aquellos que más la valoran. Es posible que los
impuestos se usen de manera no económica, pero la competencia
política probablemente mitigará los peores ejemplos de derroche
público. (Escuela de Chicago)

Los impuestos compensan las deficiencias de los gastos privados, que


no reflejan los beneficios que el público en general obtiene de algunos
bienes. Los impuestos financian bienes públicos tales como la ley y el
orden, las carreteras, la educación y la investigación científica que
benefician mucho al público. Hay también costes sociales (por ejemplo,
la polución) de producción privada que necesitan ser compensados. Los
impuestos financian también los “bienes de merito” cuyo valor no es
percibido por el público en general, así como desincentivar los “bienes
de demérito” que el público no debería querer pero quiere. Los expertos
en el gobierno pueden y deben gravar fiscalmente los bienes de
demérito y las causas de costes sociales para sufragar los bienes
públicos y los bienes de mérito. (Escuelas keynesiana / neoclásica /
historicista)

Los impuestos recaudan dinero para transferirlo a grupos de intereses


especiales y empleados públicos. En contraste con los negocios privados
que ofrecen bienes que los consumidores están deseando comprar, los
funcionarios públicos no tienen forma de recopilar información referente
a lo que los consumidores demandan, mucho menos cómo satisfacer
esas demandas de manera económica. Faltándoles la habilidad de actuar
económicamente, los funcionaros públicos responden a los grupos de
interés así que el dinero de los impuestos necesariamente acabará en
manos de unos pocos grupos de interés en vez de ir a financiar la
provisión de bienes públicos. Los impuestos típicamente son
malgastados o van a grupos de intereses especiales que no poseen y no
deberían poseer los fondos. (Escuela Austriaca)

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16. ¿Cuál fue la causa de la Gran Depresión? ¿Cuán efectivo fue
el New Deal?

La crisis bursátil de 1929 representó el signo más visible de una


corrección necesaria en una economía artificialmente inflada por una
política monetaria expansiva. En vez de permitir la liquidación, Hoover
intentó resucitar la economía aplicando medidas intervensionistas,
incluido el proteccionismo, que sólo hundieron más la economía en la
depresión. Franklin D. Roosevelt siguió este camino y se embarcó en un
desastroso rumbó de planificación central, que acabó agobiando la
economía norteamericana con burocracia y controles de precios y de
salarios. La economía no se recuperó completamente hasta después de
la Segunda Guerra Mundial. (Escuela Austriaca)

Todas las economías de mercado se enfrentan al problema de las crisis


recurrentes, pero Hoover erró al no intervenir a tiempo y, en su lugar,
adoptó un enfoque de laissez faire. El New Deal, con todos sus defectos,
fue el enfoque correcto en su memento; un esfuerzo por lidiar con
nuevas realidades económicas. El New Deal empujó la demanda
agregada en vistas a la perdida de confianza del público y representó un
intento audaz de usar tanto estímulos fiscales como monetarios para
compensar las deficiencias del mercado. Donde el New Deal se quedó
corto, la guerra compensó la diferencia. La lección es que las medidas
de política activa son esenciales para estabilizar el sistema económico.
(Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

La Gran Depresión puso los fallos del mercado muy de relieve y el New
Deal fue un intento equivocado para salvar al mercado de sí mismo. Sin
embargo, los intereses empresariales trabajaron para evitar que fuera
demasiado lejos. En este sentido, el New Deal no fue tanto un
experimento en democracia y planificación económica como un intento
de salvar el capitalismo. Los principales beneficiados fueron los intereses
empresariales, que es exactamente lo que cabía esperar de una
administración estrechamente ligada a la élite empresarial. Donde el
New Deal erró, la movilización nacional de la planificación en tiempos de
guerra triunfó. (Socialista)

La Gran Depresión empezó como un ciclo económico típico,


caracterizado por la deflación, que podría haber sido combatido
mediante una expansión monetaria. Pero Hoover no supo ver la
gravedad de la situación y permitió que los bancos quebraran en vez de
restablecer la fe en la divisa nacional. Esto llevó a la elección de
Roosevelt, quien hizo bien en mantener la nación fuera del patrón oro
pero se erró al establecer controles sobre la economía nacional. Fue la

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Segunda Guerra Mundial, no el New Deal, lo que acabó con la depresión.
Con dinero fiduciario y un banco central presto a intervenir, la
experiencia no tiene porqué repetirse. (Escuela de Chicago)

17. ¿Los mercados crean monopolios? ¿Qué debería hacerse al


respecto?

Si la historia del capitalismo nos enseña algo es que tiende a la


concentración empresarial. Con cada vez menos empresas estableciendo
los términos, el resultado son unos precios cada vez mayores
combinados con unos salarios cada vez más bajos. Los sindicatos y las
leyes antimonopolio han tenido éxito en alguna medida en evitar esto,
pero ninguna de estas instituciones va lo suficientemente lejos para
contrarrestar la tendencia hacia el monopolio dentro de los parámetros
del mercado. Debemos también poner en tela de juicio la idea de que la
competencia por sí misma debería ser un objetivo político. Las más de
las veces, es socialmente derrochadora y un eslogan repetido por los
monopolistas para justificar su comportamiento explotador. El ideal
debería ser la cooperación entre todos y una economía verdaderamente
democrática. (Socialista)

El mercado tiende a generar monopolios de diversos tamaños y tipos. A


las empresas no debería permitírseles ejercer el poder del monopolio en
la fijación de precios. Ello puede ser detectado mediante varias fórmulas
comparando los costes con el precio final de acuerdo a un modelo de
competencia perfecta. Puede que los monopolios geográficos ya no sean
tan importantes como lo fueron antaño debido a los avances en
tecnología de transportes. Hoy nos enfrentamos a una variedad de
monopolios tecnológicos, tal como muestra el ejemplo de Microsoft. Aún
así, es necesario que los reguladores estén al tanto de las empresas que
hacen uso del poder de mercado enriqueciéndose a expensas del
consumidor. La competencia requiere intervenciones rigurosas.
(Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

Los economistas de la Escuela Clásica llevaban razón al definir un


monopolio como un privilegio otorgado por el gobierno, puesto que
conseguir derechos legales para ser el productor preferido es la única
forma de mantener un monopolio en el mercado. La fijación de precios
predatorios no puede mantenerse a largo plazo y ni siquiera el intento
debería ser lamentado puesto que es muy beneficioso para los
consumidores. Los intentos de formar carteles suelen fracasar; cuando
no, sirven una función de mercado. El término “precio de monopolio” no
tiene sentido efectivo alguno en los mercados reales, que no son

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fotografías instantáneas en el tiempo sino procesos de cambio. Una
sociedad de mercado no necesita leyes antimonopolio en absoluto; de
hecho, el Estado es la auténtica causa de los monopolios que quedan
hoy en la educación, la legislación, los tribunales y otras áreas.
(Escuela Austriaca)

La regulación contra los monopolios ha causado más daños que


beneficios al proteger algunos competidores en particular, no a la
competencia. Algunos tipos de regulación contra los “trusts” se basan en
modelos erróneos que no consiguen comprender que algunas empresas
ganan cuota de mercado meramente por lo deseable de sus productos a
los consumidores. La mayoría de casos citados de “dependencia
histórica” resultaron ser falsos. ¿Qué pueden hacer los reguladores?
Como dijo Adam Smith, deberían evitar que la conspiración empresarial
y el comportamiento descaradamente predatorio, así como asegurar un
terreno de juego que sea tendente a la competencia genuina.
Finalmente, algunos bienes son mejor proporcionados por monopolios,
por ejemplo, los tribunales y la defensa. (Escuela de Chicago)

18. ¿Cuál es la función de la igualdad y la desigualdad?

El actual énfasis en la igualdad es un gran avance político del último


siglo. El sistema político y económico ya no excluye de la participación a
las mujeres y a las minorías sino que las incluye por ley. Estos grupos
tienden a ser artificialmente infravalorados por la “mano invisible” del
mercado, y este es el motivo por el que hay una función a desempeñar
por las leyes antidiscriminación y de acceso público. El Estado del
Bienestar, también, ha beneficiado a la sociedad al asegurar que los
beneficios de la creciente riqueza se repartan por toda la sociedad, para
que así los ricos no se hagan más ricos a expensas de los pobres.
Hemos recorrido un largo camino, pero aún nos queda un largo camino
por delante. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

La igualdad es un término que se ajusta a las matemáticas pero no a las


ciencias sociales. Los seres humanos son desiguales en sus talentos,
oportunidades y voluntad de conseguir cosas. Desigual no significa
superior o inferior; significa meramente distinto. Las diferencias son,
precisamente, el origen de la división del trabajo y, en el mercado, no
llevan al conflicto sino a la cooperación. Si bien las diferencias deben ser
celebradas, cada propietario tiene pleno derecho a tratar a las personas
desigualmente porque son los propietarios los que cargan con la
responsabilidad. Los legisladores, en cambio, no deberían preocuparse
en lo más mínimo por crear la igualdad de resultados o de oportunidad,

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ya sea entre grupos o en entre individuos, clasificándolos según el
criterio que sea. La igualdad sólo debería tener lugar ante la ley, que
debería tratar a todos los individuos por igual sin prestar atención a las
circunstancias de su vida. (Escuela Austriaca)

La desigualdad es una característica intrínseca de una estructura social


que está embarrancada en los excesos perjudiciales arrastrados por la
larga y vergonzosa historia de la manera en que la sociedad occidental
ha tratado a las mujeres y a las minorías. El impulso perjudicial,
arraigado en el espíritu de conquista que dio luz al capitalismo
occidental, es una forma de violencia y sigue formando parte de la
corrupta infraestructura de la propia economía de mercado. Si se dejara
actuar libremente a los propietarios del capital, los grupos excluidos
permanecerían así a perpetuidad; es por este motivo que la sociedad
tenía que actuar para pararles los pies. La plena igualdad seguirá
eludiéndonos mientras tengamos una sociedad que trata a las personas
como mercancías que pueden ser compradas y vendidas y mientras
pongamos la propiedad privada de unos pocos por encima del interés
común de todos. (Socialista)

Es un gran error hacer de la igualdad de resultados un objetivo político


porque la legislación igualitaria puede acabar con los incentivos a
mejorar. Castigar a los ricos es contraproducente, incluso para los
pobres que intentan abrirse camino. La igualdad de oportunidades, en
cambio, es diferente. Es algo que todo el mundo merece por su propia
dignidad como ser humano. Así, una nación debería esforzarse por
conseguir instituciones educativas de calidad, establecer un impuesto
sobre la herencia limitado y asistir a aquellos que, sin que sea culpa
suya, carecen de los medios para entrar en la división del trabajo. Una
vez establecidas estas instituciones, nos encontraremos con que las
fuerzas de la competencia del mercado conseguirán objetivos
igualitarios por medios predominantemente voluntarios. (Escuela de
Chicago)

19. ¿Cuál es su opinión respecto al libre comercio y la


globalización?

El comercio internacional aumenta los niveles de vida mediante la


productividad facilitando la especialización. Una mayor especialización y
división del trabajo aumentan la productividad del trabajo. La
globalización también permite mejoras en los mercados de bienes y la
organización de la producción. La difusión del capitalismo global es clave
para el desarrollo económico sostenible en todo el mundo. Temas como

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el daño medioambiental giran entorno a la aplicación local de los
derechos de la propiedad, no a la difusión del capitalismo global. La
globalización es buena tanto para los consumidores en el mundo
desarrollado como para los trabajadores en los países en desarrollo.
(Escuela Austriaca)

La internacionalización económica ha tenido tanto efectos positivos


como negativos. El libre comercio y la globalización pueden aumentar la
productividad y aumentar el bienestar de los consumidores. Pero las
multinacionales explotarán a los trabajadores y al medioambiente en
muchos lugares a menos que algunas autoridades las regules y trabajen
en pos de la harmonización legislativa y fiscal. Necesitamos una
legislación detallada por las autoridades mundiales para evitar los
efectos negativos del comercio internacional. Un gobierno mundial que
ejerciese tales responsabilidades sería muy beneficioso para la
humanidad. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

La globalización navega bajo la enseña del libre comercio pero en


realidad es un vehículo para la explotación de los consumidores y los
trabajadores. Las multinacionales que no pueden encontrar mercados en
sus países de origen explotan a los trabajadores de países en desarrollo
pagándoles salarios cercanos a los de subsistencia. Esto daña, además,
a la culturas indígenas y lleva a una mercantilización de las personas. El
impulso por obrar así surge de la naturaleza de las naciones capitalistas
que, inevitablemente, experimentan tasas de beneficio decrecientes. El
único remedio a estos males de la globalización es la abolición del propio
capitalismo. (Socialista)

El libre comercio tiene efectos positivos pero requiere algún apoyo


público. La especialización laboral y la inversión en capital por parte de
las multinacionales aumenta la productividad y los niveles de vida. Sin
embargo, necesitamos un gobierno mundial mediante la Organización
Mundial de Comercio que provea las condiciones legales y financieras,
tales como las leyes de transparencia y la protección de los derechos de
propiedad intelectual, si es que vamos a desarrollar las ventajas de la
cooperación económica mundial. Se requieren algunas instituciones
públicas a nivel mundial para que el comercio internacional y la
globalización funcionen en para beneficio de todos. (Escuela de
Chicago)

20. ¿Cuál es la función de la bolsa?

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El mercado de valores puede desempeñar una función positiva en la
sociedad, pero está también sujeto a olas de frenesí especulativo y al
abuso, las más de las veces por parte de las grandes instituciones que
se aprovechan de los inversores menores. Esto puede llevar a la
sobrevaloración de algunos valores, al uso de la información privilegiada
y otras prácticas que benefician a unos pocos ejecutivos, agentes
financieros y grandes inversores a expensas de los inversores menores.
Los jugadores grandes pueden y de hecho manipulan el sistema en
beneficio propio, y este es el motivo por el que la legislación estatal de
los mercados de valores puede y debe enfrentarse a estas prácticas
mediante multas severas, límites al salario de los ejecutivos, informes y
auditorias obligatorias así como auditorias de control de los estados
financieros. Las autoridades públicas son vitales para el buen
funcionamiento de los mercados financieros. (Escuelas keynesiana /
neoclásica / historicista)

El mercado de valores constituye una parte vital del proceso por el cual
coordinamos la producción. Los precios del mercado de valores reflejan
la productividad de las empresas así como los criterios empresariales
referentes a la productividad futura. La competencia en los mercados de
valores nos permite verificar el valor de la inversión real. Las
absorciones, fusiones y la información privilegiada están injustamente
mal vistas porque estas prácticas representan la competencia real. Sin
mercados de valores, la coordinación racional de la producción de la
sociedad moderna sería imposible. La legislación estatal no puede
mejorar el funcionamiento de los mercados de valores porque es el
mercado el que más directamente nos informa sobre el mejor uso de los
recursos. (Escuela Austriaca)

El mercado de valores representa los intereses de una clase social


improductiva. La clase inversora se beneficia del trabajo de otros,
mientras enreda al público con inversiones fraudulentas. La especulación
bursátil, el uso de información privilegiada, las absorciones y las
fusiones desestabilizan la economía. Las adquisiciones financieras
concentran el control de los medios de producción en las manos de unos
pocos. Los mercados alcistas no producen riqueza real y son, en
realidad, burbujas financieras. Estas olas de especulación bursátil llevan
a pánicos financieros que distorsionan la producción de riqueza real. Lo
que necesitamos no son más centros financieros de altos vuelos sino
más trabajo del común a nivel local encaminado a fines comunes.
(Socialista)

El mercado de valores ayuda a alinear los incentivos en la producción y


cribar las empresas productivas de las improductivas. En cualquier

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momento, los precios del mercado de valores reflejan toda la
información disponible relevante y éste es el motivo de que las
previsiones acierten en término medio y de que ningún inversor pueda
pasarse de listo con el mercado. Las absorciones y fusiones presionan a
los ejecutivos para servir a los intereses de los inversores, grandes y
pequeños. El sistema funciona mientras la legislación obligue a la plena
transparencia y no se retenga deliberadamente ninguna información
relevante. De esta manera, la intervención pública puede mejorar el
funcionamiento de los mercados de valores. (Escuela de Chicago)

21. ¿Para qué sirven los sindicatos?

Los sindicatos son monopolios del mercado laboral porque se benefician


de un privilegio otorgado por el gobierno. Esto reduce el empleo de los
trabajadores de baja productividad y disminuye la producción total de
bienes de consumo. El liderazgo de los sindicatos es a menudo corrupto
y se aprovecha de los propios trabajadores afiliados. Los sindicatos,
además, trabajan para concentrar este poder en las manos de los
políticos prosindicales en el gobierno. La concentración de este poder es
enemigo de las sociedades libres. (Escuela Austriaca)

Los sindicatos son monopolistas, pero pueden servir para algunos fines
positivos. Su función histórica ha sido la de compensar el poder
industrial. Al mismo tiempo, demasiado poder sindical puede subir los
salarios por encima de los niveles competitivos y reducir el empleo y la
producción. Los efectos de los sindicatos pueden variar según las
circunstancias particulares, así que no hay base alguna sobre la que
formar una opinión sobre los méritos de los sindicatos. Depende de las
circunstancias del momento y del lugar. (Escuela de Chicago)

Los sindicatos, tal como están constituidos hoy en día, no pueden


reparar los defectos del capitalismo. Por su propia naturaleza, el
capitalismo explota a los trabajadores. Puesto que todo el capital surge
del trabajo, los capitalistas, para poder existir, han de pagar a los
trabajadores menos de lo que vale su trabajo. Los sindicatos no pueden
cambiar esto. Lo único que puede cambiar esto es la abolición del
capitalismo y la instauración de la propiedad comunal de los bienes de
producción. En la medida que los sindicatos representan la vanguardia
del movimiento para llevar esto a cabo, deben ser defendidos y
fortalecidos. (Socialista)

Los sindicatos son vitales para las sociedades libres. Los sindicatos
actúan como un poder vigilante que contrarresta las influencias de las

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empresas. El capitalismo tiene una tendencia natural a concentrar un
gran poder en manos de los lideres empresariales. Así que los sindicatos
son necesarios para prevenir la explotación de los trabajadores por las
grandes empresas. Los gobiernos deberían apoyar a los sindicatos con
leyes que garanticen el derecho a organizarse y los trabajadores suelen
estar siempre mejor con sindicatos que sin ellos. (Escuelas
keynesiana / neoclásica / historicista)

22. ¿Cuáles son las implicaciones de la defensa nacional?

La defensa nacional es neutral al mercado. Por un lado, cuesta dinero a


los contribuyentes; pero, por otro lado, provee un ambiente estable que
permite que la paz florezca y los derechos sean protegidos. Por su
propia naturaleza, el gobierno debería mantener un monopolio sobre el
uso de la fuerza, y de esta obligación principal se desprende que ha de
defender a la nación de los enemigos externos e internos. Antes siquiera
de que podamos hablar de producción económica, la defensa y la
seguridad ofrecidas por el gobierno han de estar firmemente asentadas.
De lo contrario, estamos otra vez en la jungla Hobbesiana. (Escuela de
Chicago)

La defensa nacional es deseable en sí misma, pero el mayor impacto


económico, como sucede con tantos otros programas del sector público,
es que crea puestos de trabajo y sube los salarios, fortaleciendo así la
economía. Es especialmente beneficioso para el PIB porque una gran
parte de la producción militar requiere la industria pesada. La
financiación hace más bien a la nación en general si se destina a
grandes proyectos que si se gasta en pequeños bienes de consumo. Es
más, la financiación pública tiene efectos secundarios que benefician a la
sociedad y emplea, además, a muchas personas que de otra manera
carecerían de la preparación o disciplina para ganarse salarios elevados
en el mercado. El ejército es, de hecho, un gran ejemplo de planificación
social en activo que beneficia a toda la sociedad. (Socialista)

El gasto público en el ejército es un coste social que excluye alternativas


privadas, incluso cuando sus presuntos beneficios son imposibles de
cuantificar. La seguridad, como cualquier otro bien deseado por los
individuos en una sociedad, puede ser y es ofrecido por la economía de
mercado, es decir, por individuos que se organizan voluntariamente
dentro de la matriz de la propiedad privada y del intercambio. La
seguridad privada funciona mucho mejor que el sistema público, que
derrocha billones, está maniatado por la burocracia, provoca enemigos
y, en realidad, no sirve para defender la nación. Los gobiernos han

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usado la excusa de la “defensa” para empezar guerras que refuerzan el
poder del Estado sobre el mercado. (Escuela Austriaca)

La defensa nacional satisface una demanda pública que no sería


producida en suficiente medida por el mercado a solas. Esto es así
debido a que la defensa nacional es lo que llamamos un bien público.
Todo el mundo se beneficia de ella y sus beneficios no son excluyentes,
como sí lo son los bienes del mercado. Debido a los “polizontes”, y al
mero gasto asociado con su provisión, los individuos no tienen ningún
incentivo en particular para comprar el bien para sí mismos. Este es el
motivo por el que la mayoría de sociedades desde tiempo inmemorial
han asignado a los gobiernos las principales obligaciones de la provisión
de seguridad. Los beneficios sin duda superan los costes. (Escuelas
keynesiana / neoclásica / historicista)

23. ¿Qué hay de bienes como la educación y las carreteras?

No cabe duda de que las carreteras y la educación son necesidades


esenciales, sin embargo, no es de esperar que el mercado los ofrezca en
suficiente cantidad. La única pregunta relevante se refiere a la
administración pública. Hay formas buenas y malas de ofrecer estos
servicios. Los incentivos del mercado pueden mejorar su eficiencia. Para
la construcción y administración pueden contratarse empresas. Los
problemas de tráfico pueden ser corregidos mediante multas y otras
formas de racionamiento del mercado. Se puede conseguir que las
escuelas sean más competitivas mediante vales y sistemas innovadores
de concesiones públicas para satisfacer necesidades especiales.
(Escuela de Chicago)

Hay algunos bienes que el mercado no puede ofrecer de manera que


satisfaga las necesidades sociales. Las escuelas privadas están bien para
los que pueden permitírselas pero una sociedad democrática debe
ofrecer educación para todos. Lo mismo sucede con las carreteras, que
son parte de la infraestructura pública de una sociedad moderna y, por
lo tanto, no deberían estar sujetas a los ardides de la libre empresa. Eso
no significa que no quepa la reforma. Las escuelas reciben una
financiación inadecuada y los profesores no reciben un salario suficiente.
Las carreteras están congestionadas y deberían complementarse con
una provisión generosa de sistemas de transporte público. Debería
incentivarse el “carpooling”. (Escuelas keynesiana / neoclásica /
historicista)

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Estos son bienes como cualquier otro: pueden ser ofrecidos por los
mercados y sólo por los mercados. El Estado no puede construir
instituciones educativas que superen la prueba de la racionalidad
económica porque ha de intentar hacerlo sin el beneficio de la
retroalimentación directa del consumidor. En vez de eso, recauda
impuestos y se los gasta arbitrariamente. Lo mismo sucede con las
carreteras públicas: cuantas se construyen, de qué calidad y donde
acaba dependiendo al final de decisiones políticas influenciadas
principalmente por consideraciones políticas. En una economía de
mercado, la calidad, la cantidad y el tipo de cada bien y servicio se
corresponde con las necesidades sociales. Estos bienes son servicios que
los consumidores valoran y, por ello, serán ofrecidos si es
económicamente factible hacerlo en relación con las otras prioridades
sociales. (Escuela Austriaca)

Se dice a menudo que la libre empresa es la respuesta a nuestros


problemas, y que la autoridad pública no puede solucionarlos. Pero el
caso de las modernas escuelas y las carreteras es un buen
contraejemplo. Las escuelas públicas han educado a millones y las
carreteras públicas son clave para hacer que la sociedad abierta sea
accesible a todos. De hecho, el éxito de estas instituciones señala el
camino hacia las amplias posibilidades al alcance de una sociedad que
tiene el coraje de ir más allá del laissez faire y hacia la verdadera
provisión social de todo lo que valoramos, pero que los limitados
intereses de las empresas no pueden hacer y no harán accesibles a
todos. (Socialista)

24. ¿Cuáles son las implicaciones económicas de la guerra?

La guerra reduce el bienestar económico al destruir los recursos reales.


Puede favorecer a unos pocos que se benefician del gasto militar en el
bando victorioso exclusivamente. Para la mayoría de consumidores y
empresas implica una reducción drástica de la prosperidad. La única
razón justificable para una guerra es la pura autodefensa. (Escuela
Austriaca)

La guerra reduce el bienestar económico al destruir los recursos reales.


Puede favorecer a unos pocos que se benefician del gasto público, pero
podría ser también importante en términos de intereses nacionales. Si la
diplomacia falla, el bienestar común de una sociedad puede aumentar
como resultado de alcanzar importantes objetivos nacionales mediante
la guerra. Las guerras defensivas están siempre justificadas. Las guerras

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ofensivas pueden ser buenas en algunas ocasiones. (Escuela de
Chicago)

La guerra estimula la economía al aumentar la demanda. Aunque las


guerras parecen destructivas, generamos más riqueza al reconstruir lo
que la guerra destruye. Esto hace uso de los recursos ociosos
aumentando así la productividad. (Escuelas keynesiana / neoclásica
/ historicista)

La guerra existe para aumentar los beneficios de los capitalistas.


Cuando las fuerzas de la competencia hacen bajar las tasa de beneficio
de los negocios nacionales, los capitalistas van al extranjero a captar
beneficios. Esto provoca conflictos entre los capitalistas de distintas
naciones. Las naciones van a la guerra por estas pretensiones
imperialistas contrapuestas. El capitalismo es la principal fuerza detrás
de las guerras. La guerra acabará cuando se acabe el capitalismo.
(Socialista)

25. ¿Quién sirve mejor a la sociedad?

Los legisladores y los expertos en política, consultando a diversos


grupos de asesores, tienen el interés público en mente cuando formulan
y ejecutan políticas. Están deseosos de mejorar el bienestar de la
sociedad y son capaces de conseguirlo. Los empresarios andan tras el
beneficio, y poco les importa el bienestar del público en general. Ellos
sirven el interés público sólo en la medida en que les reporte algún
beneficio. Dados los numerosos y severos defectos en la forma de
funcionar de los mercados, los funcionarios públicos bien informados
deben trabajar para mejorar el bienestar público; un proyecto viable
siempre que pongamos límites a la influencia de los empresarios en la
política. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)

Los emprendedores desempeñan una función indispensable en la


sociedad. Los emprendedores están alerta ante las oportunidades de
beneficio y hacen valoraciones referidas al futuro. La competencia en
estas oportunidades produce pérdidas y beneficios en los balances que,
a su vez, generan los precios del trabajo y del capital. Esta competencia
dirige los recursos a la satisfacción de los deseos más apremiantes de
los consumidores. Los políticos de éxito son aquellos que se muestran
más diestros a la hora de acaparar poder político. Ellos son, por lo
general, las personas más despiadadas de nuestra sociedad. (Escuela
Austriaca)

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El capitalismo sirve a los emprendedores y los emprendedores se sirven
a si mismos. El sistema capitalista se basa en la explotación de los
consumidores y de los trabajadores. La única solución a estos problemas
es deshacernos del capitalismo; y, con él, de la clase emprendedora.
Una sociedad verdaderamente democrática o socialista acabará con las
tendencias explotadoras. La gente no irá ya más tras el beneficio
privado pues este ya no existirá. La gente tendrá motivos mejores y
más dirigidos hacia el público bajo la égida del socialismo. Los
dirigentes, si los hay, en la futura sociedad socialista promoverán el bien
común. (Socialista)

Los políticos persiguen sus propios intereses, pero la competencia


política y el proceso de la política pública les lleva a servir al público
hasta cierto punto. Los emprendedores también sirven al público hasta
cierto punto, puesto que se ganan un beneficio sirviendo a los clientes.
La pregunta de si sirven mejor al público los funcionarios públicos o los
emprendedores queda abierta. Esto depende de las circunstancias
particulares de cada momento y lugar. Con el tiempo, la sociedad
democrática ha se ha demostrado capaz de resolver estas cuestiones de
gestión social. (Escuela de Chicago)

Tomado de:

http://mises.org/quiz.aspx?QuizID=7

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