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Envío el fragmento del ensayo de Susan Sontag que leí ayer.

Pertenece a su libro Al mismo tiempo (Ed. Mondadori):

EXTRAVAGANTE
Acerca de Bajo el glaciar de Halldór Laxness

La prosa narrativa extensa denominada novela, a falta de un mejor nombre, aún ha de sacudirse el
mandato de su propia normalidad tal como se promulgó en el sigloXIX: relatar una historia poblada de
personajes cuyas opciones y destinos son los de la presunta vida real corriente. Las narraciones que se
desvían de esta norma artificial y cuentan otra clase de historias, o parecen no contar ninguna, se
inspiran en tradiciones más venerables que la del siglo XIX, pero aún, hasta la fecha, parecen
innovadoras, ultraliterarias o excéntricas. Pienso en novelas que se desarrollan sobre todo por medio del
diálogo; novelas despiadadamente jocosas (y que por ende parecen exageradas) o didácticas; novelas
cuyos personajes pasan la mayor parte de su tiempo cavilando o discutiendo con un interlocutor cautivo
sobre asuntos intelectuales y espirituales; novelas que refieren la iniciación, de una persona joven e
ingenua, en una sabiduría desconcertante o en una abyección reveladora; novelas con personajes que
cuentan con opciones sobrenaturales, como la transformación y la resurrección; novelas que evocan una
geografía imaginaria. Parece extraño calificar los Viajes de Gulliver, el Cándido, Tristram
Shandy, Jacques el fatalista y su amo, Alicia en el país de las maravillas, o la Correspondencia a través
de la habitación de Gershenzon e Ivanov, El castillo de Kafka, El lobo estepario de Hesse, Las olas de
Woolf, Juan Raro de Olaf Stapledon, Ferdydurke de Gombrowicz, Las ciudades invisibles de Calvino, o
incluso las narraciones pornográficas, simplemente de novelas. Para plantear que estas se encuentran en
los distritos periféricos de la tradición principal de la novela, se invocan etiquetas especiales:

Ciencia-ficción.

Cuento, fábula, alegoría.

Novela filosófica.

Novela onírica.

Novela visionaria.

Literatura fantástica.

Literatura de sabiduría.

Parodia.
Excitante sexual.

La convención dicta que adjudiquemos muchas proezas literarias perdurables de los últimos siglos a
una u otra de estas categorías.

La única novela que conozco que se ajusta a todas ellas es la extremadamente original, taciturna y
divertidísima Bajo el glaciar de Halldór Laxness.

FUENTE: http://www.megustaleer.com/fragmentos/0084685/Text/EXTRAVAGANTE_0008
_0000.htm

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