La Atención es la capacidad de procesar una fracción de la gran cantidad de información
que ingresa al sistema nervioso en una cierta ventana temporal. La atención exige el procesamiento de la información relevante y la inhibición de los estímulos distractores. En los primeros estudios dentro de la psicología, la atención fue conceptualizada como un componente básico de la conciencia. Entre 1880 y 1920 la atención fue tema de interés de insignes psicólogos como James, Kulpe y Titchener, y para su estudio se utilizaba una mezcla de introspección y experimentación formal (Pashler, 1999). Factores determinantes de la atención. Se entiende por factores determinantes aquellas variables o situaciones que influyen directamente sobre el buen o mal funcionamiento de los mecanismos atencionales. Puesto que son muy numerosos, vamos a centrarnos en los más importantes De acuerdo con García-Sevilla (1997) y Rosselló i Mir (1998), estos factores son los siguientes: 1. Características físicas de los objetos: Tamaño: Los objetos de mayor tamaño llaman más la atención. Posición: La parte superior-izquierda del campo visual atrae más la atención. Color: Los estímulos cromáticos suelen llamar más la atención que los acromáticos. Intensidad: Los estímulos muy intensos tienen mayor probabilidad de captar la atención. Movimiento: Los estímulos en movimiento captan mejor y antes la atención que los estáticos. Complejidad: Las personas suelen sentirse más atraídas por los patrones de complejidad intermedia. Relevancia o significado: Los estímulos significativos atraen más la atención que los irrelevantes. Novedad: Los estímulos novedosos captarán más atención que los estímulos conocidos. 2. Nivel de activación fisiológica o arousal del sujeto, explicado a través de la Ley de Yerkes-Dobson. 3. Intereses y expectativas del sujeto. 4. Estados transitorios, tales como cansancio, estrés, efecto de drogas, sueño. Las principales teorías sobre la atención sostenida. Como es evidente, conocidos estos factores, se han desarrollado diversas teorías que intentan explicar cómo funciona nuestra atención sostenida. Teoría de la activación También es conocida como la teoría del arousal o teoría de la excitación. De acuerdo con la teoría de la activación, puesto que las tareas de vigilancia son monótonas, es fácil que el individuo llegue al nivel crítico y que, por ende, disminuya el nivel de activación necesario para mantener el estado de alerta continuado que exige la tarea, lo cual trae como consecuencia una disminución de la eficacia en la detección de la señal (GarcíaSevilla, 1997) Teoría de la detección de señales También conocida como TDS. Tal y como explican García-Sevilla (1997), Matlin y Foley (1996), y Jañez-Escalada (1992), una tarea típica de detección de señales consiste en detectar una señal débil que se presenta sobre un fondo de ruido. Cuando la señal está presente, ésta no reemplaza al ruido. Por tanto, lo que se contrapone no es la señal al ruido, sino la señal + ruido al ruido solo. Teoría de la expectativa La teoría de la expectativa nos dice que aquella persona que vigila, y que por lo tanto sostiene su atención, la sostendrá durante más tiempo si espera que realmente ocurra un evento. Según García-Sevilla (1997), esta teoría parte del supuesto de que la disposición para detectar una señal se relaciona directamente con el nivel de expectativa que el sujeto tiene de que aparezca la señal crítica Teoría de la habituación Esta última señala que la habituación hace que la persona pierda interés por lo que sucede y que su atención decaiga. Según esta teoría, las tareas de vigilancia producen un efecto de habituación debido a la estimulación repetitiva producida por los acontecimientos de fondo. Este efecto de habituación hace que: (a) ocurra un deterioro en la capacidad del individuo para discriminar las señales críticas, y (b) resulte cada vez más difícil prestar atención (García-Sevilla, 1997). Bibliografia García-Sevilla., J. (1997). Psicología de la atención. Madrid: Síntesis. Jañez-Escalada, L. (1992). Psicofísica. En: J.L. Fernández-Trespalacios y P. Matlin, M. y Foley, H. (1996). Sensación y percepción. México: Prentice-Hall Rosselló i Mir, J. (1998). Psicología de la atención. Madrid: Pirámide. Pashler, H.E. (1999). The psychology of attention. Cambridge: The MIT Press. Tudela (Eds.). Atención y percepción. Madrid: Alambra Universidad.