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Inmigración venezolana: Los beneficios y problemas que trae a la economía de

Perú

Los venezolanos en el Perú habrían ayudado al descenso de la inflación. Sin


embargo, el efecto de este éxodo también se reflejaría en el desplazamiento de
peruanos de sus puestos de trabajo

Atrás dejaban a su familia, amigos, un pequeño negocio de importación de aparatos


electrónicos de China y dos carreras universitarias inconclusas. La de ella, en
Comercio Internacional; la de él, en Ingeniería de Sistemas.

"No teníamos absolutamente a nadie aquí en Perú. Fue un riesgo al 100%", comenta
Cochrane a BBC Mundo.

Traían, eso sí, un pequeño capital con el que querían emprender algún negocio y que,
a la postre, les sirvió para solicitar un permiso temporal de permanencia en lugar de
pedir refugio.

Para juntar más ahorros para su emprendimiento, durante los dos primeros meses él
empezó a conducir un Uber y ella se empleó como dependienta en una tienda.

Poco después, alquilaron un local en el céntrico distrito de Barranco, en Lima,


donde hoy tienen un restaurante con 49 mesas, 32 empleados y 72 platos en la
carta de comida venezolana pero también con algunas fusiones de inspiración
peruana.

"Nuestro restaurante es la casa del venezolano en Lima. Es muy exitoso. Los domingos
estamos llenos y la gente hace fila para entrar", dice orgullosa Cochrane, propietaria de
El Budare Restobar.

Alonso Segura, exministro de Economía, considera que el éxodo venezolano tiene un


impacto mixto en la economía.
BBC News Mundo02.06.2019 / 04:00 pm

La de Jessica Cochrane y su esposo Brayan Ching es una historia de riesgo y de


éxito empresarial.

Emigraron de Venezuela a Perú en septiembre de 2017. Llegaron como turistas con el


plan de solicitar refugio para iniciar una nueva vida allá.
► "Efecto Guaidó": ¿Cuánto cuesta comprar un departamento en Venezuela?
► ¿Son fortalezas del Gobierno los aranceles bajos y políticas migratorias
flexibles?
► Venezuela da cifras oficiales tras años de silencio: ¿Cómo ha colapsado la
economía?

Atrás dejaban a su familia, amigos, un pequeño negocio de importación de aparatos


electrónicos de China y dos carreras universitarias inconclusas. La de ella, en
Comercio Internacional; la de él, en Ingeniería de Sistemas.

"No teníamos absolutamente a nadie aquí en Perú. Fue un riesgo al 100%", comenta
Cochrane a BBC Mundo.

Traían, eso sí, un pequeño capital con el que querían emprender algún negocio y que,
a la postre, les sirvió para solicitar un permiso temporal de permanencia en lugar de
pedir refugio.

FUENTE: EL COMERCIO
Brayan Ching y Jessica Cochrane emigraron a Lima, donde montaron un restaurante.
(Foto: Cortesía Oscar Pérez)

Para juntar más ahorros para su emprendimiento, durante los dos primeros meses él
empezó a conducir un Uber y ella se empleó como dependienta en una tienda.

Poco después, alquilaron un local en el céntrico distrito de Barranco, en Lima,


donde hoy tienen un restaurante con 49 mesas, 32 empleados y 72 platos en la
carta de comida venezolana pero también con algunas fusiones de inspiración
peruana.

"Nuestro restaurante es la casa del venezolano en Lima. Es muy exitoso. Los domingos
estamos llenos y la gente hace fila para entrar", dice orgullosa Cochrane, propietaria de
El Budare Restobar.
Aunque estuvieron a punto de cerrar durante los primeros meses, la inversión de Ching
y Cochrane ha terminado por dar sus frutos. (Foto: Cortesía Jessica Cochrane)

La emprendedora advierte, sin embargo, que el inicio fue muy duro. Para ahorrar
gastos, la pareja dormía en el segundo piso del local -que entonces solo tenía
ocho mesas- y estuvo a punto de cerrar porque durante los primeros cinco meses casi
no entraban clientes.

Cochrane y Ching forman parte del enorme éxodo que se ha producido en los últimos
años y que ha convertido a Perú en el segundo país, después de Colombia, en
recibir mayor número de venezolanos: más de 750.000, según las estimaciones más
recientes.

Se trata de una ola humana que ha puesto a prueba tanto a los organismos
internacionales responsables de los migrantes -como la Agencia de la ONU para los
Refugiados (Acnur)- tanto como a los servicios sociales de los países receptores que
se han visto presionados por la demanda de nuevos servicios.

También ha sido un éxodo que ha tenido un impacto favorable en la economía


peruana.

EFECTO DINAMIZADOR
El gasto realizado por los inmigrantes venezolanos representó un aumento de 0,33
puntos porcentuales de los 4 puntos de crecimiento que registró el PBI
peruano durante 2018, de acuerdo con un informe del Banco Central de Perú,
publicado la semana pasada.

Jorge Baca Campodónico, exdirector del Banco Central de Perú y exdirector ejecutivo
del Banco Interamericano de Desarrollo, señala que las estimaciones del ente emisor
se basan en cifras de mediados de 2018, por lo que considera que el aporte real de la
inmigración venezolana se ubica en 1% del PBI.

Indica que en su cálculo asume que la mayor parte de los inmigrantes venezolanos
trabajan en el sector informal y ganan en promedio el salario mínimo o algo menos.

El experto destaca que el número de venezolanos en Perú creció mucho a lo largo de


2018, al pasar de unos 40.000 en enero a unos 650.000 en diciembre, por lo que la
fecha que se tome como referencia para hacer el cálculo hace diferencia.

"Una de las cosas positivas que ha tenido este éxodo masivo de venezolanos es que
ha permitido dinamizar las economías de los países receptores. Toda esta gente ha
tenido que alquilar vivienda, contratar servicios, pagar impuestos al consumo y,
en el caso de quienes han logrado empleo formal, tributan al tesoro público de este
país", dice Óscar Pérez, presidente de la ONG Unión Venezolana en Perú, a BBC
Mundo.

El Banco Central de Reserva de Perú también apuntó como un efecto favorable de la


inmigración venezolana un aparente descenso de la inflación.
Miles de venezolanos emigran por América del Sur en condiciones precarias. (Foto:
Getty Images)

En teoría, esto respondería a que el aumento de la cantidad de trabajadores


disponibles reduce los costos salariales y, posiblemente con ello, los precios.

El ente emisor pone el ejemplo del sector de alimentación fuera del hogar. Indica que
en Lima, donde se concentra la mayor migración venezolana, se registró una inflación
de 3,9% en 2017 y de 2,5% en 2018, mientras que en el conjunto de las demás
regiones del país fue de 4,8% y de 3,4% en esos años.

Baca Campodónico, sin embargo, atribuye ese descenso de la inflación a una caída en
el precio de los alimentos, en concreto de las papas, y asegura que si hubiera algún
efecto causado por la inmigración venezolana sería "marginal".
IMPACTOS NEGATIVOS Y MIXTOS
En todo caso, ese aumento del número de trabajadores disponibles derivado de la
inmigración tiene relación con una de los aspectos más polémicos del éxodo
venezolano: el posible desplazamiento de peruanos de sus puestos de trabajo.

La llegada masiva de venezolanos también ejerce presión sobre los servicios públicos
de Perú. (Foto: Getty Images)

"El grupo más sensible a la inmigración resulta ser el menor a 39 años y con
niveles de educación bajos. Este grupo corresponde al 7 por ciento de la población
de trabajadores de Lima y Callao (a las afueras de Lima). Cerca del 45 por ciento de
este grupo de trabajadores se desempeña en el sector servicios y coincidentemente,
los inmigrantes venezolanos se desempeñarían principalmente en el sector servicios",
señala en su informe el Banco Central.
Baca Campodónico asegura que solamente 30.000 de los más de 750.000
venezolanos que han llegado a Perú trabajan en el sector formal de la economía y
que la mayor parte se desempeña como dependientes de comercio, meseros o
guardias de seguridad, lo que explica que su ingreso promedio se sitúe en torno al
salario mínimo.

"Perú no tiene un problema de empleo, sino de subempleo. Lo que ha mostrado la


inmigración venezolana es que el mercado informal tiene una capacidad de absorción
bastante significativa. En otras palabras, no es que un venezolano esté desplazando a
un peruano, sino que quien está dispuesto a trabajar por menos dinero, va a encontrar
un empleo", apunta el experto.

Explica que en los sectores de comercio y seguridad, la mayor parte de los


trabajadores son venezolanos porque tienen una formación mayor a la de un trabajador
peruano de ese nivel y están dispuestos a ganar menos.

"Entonces, obviamente los contratan porque hacen un mejor trabajo a menor


costo", apunta.
En 2018, miles de venezolanos ingresaron cada día en Perú. (Foto: Getty Images)

El experto indica que un efecto negativo de esta inmigración masiva es su "impacto


significativo" sobre los servicios públicos.

"Estos venezolanos también se enferman y necesitan una serie de servicios


sociales. Ya el sistema de salud peruano estaba bastante precario y con la llegada
de 800.000 personas más, obviamente, se generan nuevos problemas. Lo mismo
ocurre con la educación y con otros servicios sociales que ya de por sí estaban
limitados", agrega.

EL RETO DE AGREGAR VALOR


Alonso Segura, catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú y exministro
de Finanzas, considera que el éxodo venezolano tiene un impacto mixto en la
economía de su país pues aunque a corto plazo dinamiza la economía, presiona los
salarios a la baja -sobre todo en sectores de baja calificación- aunque permite a los
empleadores disponer de mayor mano de obra.

"Si estos venezolanos permanecieran en Perú, el efecto responderá a varios factores.


La economía te dice que generalmente estas oleadas migratorias también generan
crecimiento en el largo plazo, pero la magnitud de ese impacto va a depender de si
podemos darle empleo a plena capacidad".

"Ese es un problema también con los peruanos. Si tienes un ingeniero y no puedes


emplearlo como tal, el impacto en la productividad es bastante menor", apunta.

El Plan de Asimilación Productiva propone el envío de profesionales venezolanos a los


lugares de Perú donde hagan falta. (Foto: Getty Images)
Sobre este aspecto, Óscar Pérez asegura que en la Unión Venezolana en Perú
trabajan en el Plan de Asimilación Productiva, una iniciativa con la que buscan la
reubicación geográfica de los venezolanos en regiones del país que sufran un déficit
concreto de trabajadores calificados.

Afirma, por ejemplo, que en el área de salud, el sector público peruano tiene un déficit
de 28.000 profesionales (unos 18.000 médicos y unos 10.000 enfermeros).

"Nosotros lo que decimos es que en lugar de tener médicos o ingenieros trabajando


como meseros, guardias de seguridad o choferes, se les puede ubicar en distintas
provincias ejerciendo sus carreras, lo que generaría una situación ganar-ganar para
Perú y para el profesional venezolano que mejoraría su situación socioeconómica,
colocando su conocimiento y experiencia al servicio de este país", apunta.

Pérez asegura que la propuesta ya ha sido presentada ante las autoridades peruanas y
que ya han hecho avances como la reducción de las tasas para convalidación de títulos
académicos en 70%.

Indica que el que estos venezolanos con cualificaciones universitarias dejen de trabajar
como meseros u obreros también permitirá que dejen de ser vistos como una amenaza
laboral para los peruanos que trabajan en esos sectores.

Mientras tanto, Jessica Cochrane y su marido Brayan Ching ya planean poner en


marcha un segundo emprendimiento en el que estiman que también necesitarán
bastantes empleados.

Una potencial buena noticia. Tanto para venezolanos como para peruanos.

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