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Título: Panorámica del sur de Bogotá desde el barrio las brisas, Colombia 2012.

Autor: Ángel Luis Román Tamez.


La fotografía en la investigación social: algunas reflexiones personales
Photography in social investigation: some personal thoughts
Fotografia na pesquisa social: algumas reflexões pessoais

Elizabeth Jelin
Doctora en Sociología. Investigadora superior El presente artículo se desprende del proyecto
del Conicet-IDES, Argentina. de investigación Captura por la Cámara, De-
Buenos Aires, junio de 2011. volución por la Memoria. Imágenes Fotográfi-
cas e Identidad, realizado junto a Ludmila da
Silva Catela y Mariana Giordano, y financia-
do, en 2005, por un subsidio PIP del Conicet.

Resumen Abstract Resumo


Las representaciones en imágenes han ingresa- Image representation has been involved in so- As representações em imagens ingressaram
do a la investigación social con sentidos múl- cial investigations with different means: Data na pesquisa social com múltiplos sentidos:
tiples: como fuentes de datos, como objetos base, study objects, indicators of situations in como fontes de dados, como objetos de estu-
de  estudio, como indicios de climas cultura- cultural eras, thoughts and significance sys- do, como indícios de climas culturais de épo-
les de época, de mentalidades y de sistemas de tems. This article means to show an alternative ca, mentalidades e sistemas de significação.
significación. Este artículo toma como eje una way of using images in asocial investigation; Este artigo tem como eixo uma maneira al-
manera alternativa de usar imágenes en la in- interventions in which social actors are called ternativa de usar imagens na pesquisa social:
vestigación social: intervenciones en las que es- to promote it, so they can build and communi- intervenções nas que estas são usadas para es-
tas se usan para estimular a los actores sociales cate the whole sense of its practices. The goal timular aos atores sociais a construir e trans-
a construir y transmitir el sentido de sus prác- is to share some photography traits through mitir o sentido das suas praticas. O objetivo é
ticas. El objetivo es compartir algunas reflexio- personal reflections that are achieve within an o de compartilhar algumas reflexões pessoa-
nes personales sobre estos usos de la fotografía, unusual or accepted modality. is sobre esses usos da fotografia, reflexões an-
reflexiones ancladas en una modalidad de tra- In first place, some fieldwork experiences com- coradas em uma modalidade de trabalho nem
bajo no demasiado usual o aceptada. En pri- pleted in Argentina are narrated, and is shown tão usual ou aceita. No primeiro lugar, rela-
mer lugar, se relatan algunas experiencias de the state and kind of reflections that are pro- tam-se algumas experiências de trabalhos
trabajos de campo en Argentina, en las cua- duced through the confrontation with imag- de campo na Argentina, nas quais se mos-
les se muestra el grado y tipo de reflexividad es that are own or can be taken as ones own on tra o grau e tipo de refletividade que produz
que la confrontación con imágenes, propias o themes in specific contexts. o confronto com imagens próprias ou “apro-
“apropiables”, produce en sujetos situados en From this point onwards, the text expresses priáveis”, em sujeitos situados em contextos
contextos específicos. A partir de esto, se plan- that futures questions are accepted while they específicos. A partir dai, propõe-se questões
tean cuestiones abiertas a indagaciones futuras, are linked with an experience between a gen- abertas para indagações futuras, ligadas à ex-
ligadas a la experiencia de género en el traba- der work image, temporality as a characteristic periência de genro no trabalho com imagens,
jo con imágenes, a la temporalidad –en tanto in which photography acts as referent from the à temporalidade –em tanto a fotografia refere-
la fotografía siempre refiere al pasado y al paso past, and the passing of time, and also the rela- se sempre ao passado e ao passo do tempo– e
del tiempo– y a la relación entre imágenes, me- tionship between images, memory and silence. à relação entre imagens, memórias e silêncios.
morias y silencios.

Palabras clave Keywords Palavras chave


Fotografía, investigación social, temporalida- Photography, social investigation, image Fotografia, pesquisa social, temporalidades na
des en la imagen temporality imagem

Palabras clave descriptor Keywords plus Palavras descriptivas


Fotografía, uso, investigación social, crítica de Photography, use, social science research, pho- Fotografia, pesquisa em ciências sociais, críti-
la fotografía tographic criticism ca fotográfica

SICI: 0122-5197(201212)16:33<55:FISARP>2.0.TX;2-R

Mem.soc / Bogotá (Colombia), ISSN 0122-5197, 16 (33): 55-67 / julio-diciembre 2012 / 55


Introducción investigación social; reflexiones que reflejan ex-
ploraciones y ejercicios en una modalidad de tra-
La palabra, hablada o escrita, ha tenido y sigue te- bajo no demasiado usual o aceptado.
niendo un lugar central y de privilegio en la in-
vestigación social. Los documentos públicos, la 1. Podría ser yo
prensa escrita y los escritos privados –cartas, me-
morias, reflexiones– constituyen las fuentes prin- Mi experiencia con la fotografía en la investi-
cipales para la investigación histórica. A ellas se gación social se inició hace algo más de vein-
agregan las entrevistas testimoniales y las histo- ticinco años, en el momento de la transición
rias orales cuando la investigación es sobre un posdictatorial en Argentina (1983). Durante
pasado más reciente, con actores y protagonis- los años anteriores, habíamos llevado adelan-
tas aún vivos. Las representaciones en imáge- te trabajos de investigación de campo, limita-
nes –las figuras de santos y vírgenes en iglesias dos y cuidadosos. En ese momento, había que
medievales o coloniales, los grabados y pinturas, tener cuidado frente al Estado dictatorial, para
primero;  la fotografía después– han ingresado el que todo era sospechoso, más aún el encuen-
a la investigación social con sentidos múltiples: tro entre académicos de las ciencias sociales y
como fuentes de datos, como objetos de estudio, sujetos de las clases populares. En trabajos de
como indicios de climas culturales de época, de investigación de campo sobre familias y ho-
mentalidades y de sistemas de significación. gares debíamos trabajar con pocos casos y es-
No obstante, hay otra manera de pensar el tema. tablecer un vínculo de confianza que superara
Esta implica no solo analizar las imágenes social- el miedo que nos atravesaba a todos y todas,
mente producidas, sino intervenir produciendo investigadoras(es) y mujeres y hombres, a quie-
imágenes; es decir, usar imágenes para estimu- nes les pedíamos que compartieran sus relatos y
lar a los actores sociales a construir y transmitir datos de la vida cotidiana.
el sentido de su práctica. Este texto se propo- Hacia 1983, había llegado el momento de integrar los
ne como objetivo compartir algunas reflexiones diversos pedazos de las investigaciones realizadas
personales sobre estos usos de la fotografía en la durante los años dictatoriales en un volumen que

Fotografías de Alicia D'Amico, publica-


das en el libro Podría ser yo, de Elizabeth
Jelin y Pablo Vila. Buenos Aires: CEDES
- Ediciones de la Flor, 1987.

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diera cuenta de ese objeto de investigación tan es- proyecto fue sencillo. Después de su aceptación,
curridizo y multifacético que es la organización empezó la toma de fotografías en cada área con
social de la vida cotidiana. Elegimos, entonces, – el cubrimiento de la diversidad de situaciones
bajo mi responsabilidad aunque acompañada por cotidianas, con imágenes de hombres y mujeres,
colegas– intentar hacer algo diferente. Si nuestra de niños y niñas, de viejos y viejas, en barrios y
investigación había sido en diálogo permanente en villas miseria. El resultado: un corpus de unas
con nuestros sujetos –a quienes acompañamos, 800 fotografías de diversos temas de la vida co-
durante varios años, en las transformaciones de tidiana (familia, trabajo, educación, salud, trans-
su entorno familiar, de trabajo, los avatares de la porte, tiempo libre, política, etcétera).
situación de la salud, la educación, los servicios El trabajo de campo que dio origen a Podría ser yo.
urbanos, etcétera– pensamos que el informe fi- Los sectores populares en imagen y palabra1 se rea-
nal también debía incluir esas voces. Además, si lizó entre 1984 y 1986 y consistió en una serie
habíamos hecho un trabajo de campo abierto, en de visitas a barrios populares, clubes, asociacio-
el sentido de dejarnos guiar y llevar por las expe- nes de ancianos, lugares de trabajo, etcétera. En
riencias diversas de nuestros sujetos, el producto estos sitios, ubicados en la Capital Federal y el
final no podía ser un texto acabado, ordenado, que gran Buenos Aires, se mostraban conjuntos de
cerrara el campo de indagación. Más bien, debía fotografías sobre la vida cotidiana de sectores po-
ser un trabajo de duda, de diálogo, de apertura pulares y se les pedía a los(as) participantes que
a dilemas y nuevas inquietudes. Además, la in- compartieran las ideas, interpretaciones y senti-
dagación había estado basada en entrevistas, pero mientos que las fotografías les provocaban.
también en observaciones de lo que nuestros ojos En este trabajo de campo, las fotografías actua-
veían –o sea imágenes–acompañadas también de ban como estímulo para la reflexión sobre la si-
olores, gustos y texturas táctiles. tuación social en general, la situación personal,
Se nos ocurrió, entonces, pensar en que debíamos familiar y barrial. Asimismo, los participan-
hacer algo que no fuera exclusivamente verbal, tes expresaban sus ilusiones y desilusiones, ex-
aunque sabíamos que en el mundo académico periencias vividas y horizontes de expectativas.
la palabra escrita es –y en menor grado la pala- La mayoría de estas entrevistas colectivas tuvie-
bra hablada– lo que cuenta como “ciencia”. Así, ron una alta carga emotiva y, en general, se es-
la imagen fotográfica parecía ser un vehículo que tableció una relación personalizada entre los(as)
nos ayudaría en la tarea. Pero, ¿cómo? coordinadores(as) de las entrevistas y los(as) par-
Una primera tarea fue revisar la bibliografía de las ticipantes en las mismas.
ciencias sociales que incorporaba fotografías en Como investigadores(as) no teníamos de antemano
sus publicaciones. Las había de dos tipos: fotos certezas acerca de lo que iba a ocurrir en esas reu-
que “ilustran” lo que el texto dice, o publicaciones niones. Esperábamos quizás encontrar descripcio-
centradas en la estética de las fotos, con epígrafes nes y comparaciones entre la “realidad” retratada
que “explican” lo que la foto muestra –o mejor di- en las fotografías y la realidad vivida. Algo que no
cho, lo que “debería” ver quien la mira. Sabíamos, anticipamos –y de allí el título del libro– fueron las
a partir de esta revisión, lo que no queríamos. fuertes indicaciones de identificación (positiva y
La decisión fue armar un acervo fotográfico referi- negativa, por cercanía o por operaciones simbólicas
do a situaciones de la vida cotidiana, organizado de distanciamiento) que el encuentro con fotogra-
en términos de nuestras dimensiones centrales: fías –algunas del propio barrio, la mayoría tomadas
relaciones de familia, vida de trabajo, educación, en otros barrios– iba a provocar. No pensamos (no
salud, barrio y vivienda, tiempo libre, religiosidad sabíamos) que las emociones iban a estar tan pre-
y asociacionismo. ¿Quién iba a tomar las fotogra- sentes en las reuniones. Tampoco esperábamos que
fías?, ¿con qué mirada? La decisión fue ir hacia la los(as) entrevistados(as) trabajaran sobre imágenes
fotografía profesional. Alicia D’Amico, renom-
brada fotógrafa argentina, venía indagando sobre
las miradas centrada en el tema del cuerpo ob- 1 Elizabeth Jelin y Pablo Vila, Podría ser yo. Los sectores populares en
jeto de las mujeres. Invitarla a formar parte del imagen y palabra (Buenos Aires: Ediciones de la Flor/Cedes, 1986).

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cristalizadas de un lugar en un momento, pero que, prestás atención, por ahí te pasa de largo, ¿viste? Y
al mismo tiempo, demandaran y agregaran una di- al ver vos la realidad ahí, chocás y decís, “puta, ¿así
estamos viviendo nosotros, loco?” Por ahí vos la estás
mensión temporal. De ahí que, en el armado del li- viviendo, pero al verla de frente, al verla así, tan real,
bro, hayamos incorporado el paso del tiempo – en choca a veces3.
fotos de antes y después, en diálogos reiterados en
forma de “réplicas” a lo que  habíamos  propuesto La realidad que pasa de largo no puede seguir ha-
como texto-fotos. Lo que no pudimos incorporar ciéndolo con la mirada fotográfica. Hay que
fueron otras sensaciones –olores y sonidos– a las prestarle atención, pues lo que habitualmen-
que la gente hacía referencia; con esto se reforza- te transcurre y pasa, en la fotografía se congela,
ba la idea de que la fotografía sirve como estímulo se cristaliza, deja de transcurrir. Abruptamen-
para reflejar la vida cotidiana en todas sus facetas, te interrumpido por la imagen fotográfica, se
más allá de la visual. ve de frente lo que en la costumbre se transita y
se va dejando atrás. De ahí el permanente cho-
2. La recepción del libro que contra la realidad reflejada en la fotografía,
porque muchas veces se vive, pero no se ve.
El libro Podría ser yo fue distribuido a partir de julio de 1987. Puede resultar paradójico hablar de la fotografía
Para este fin, se organizaron diversas actividades tales como debates como algo más “real” que la realidad. En la re-
en instituciones culturales y exposiciones de fotografías dirigidos flexión presentada anteriormente se plantea el
a distintos públicos, incluyendo a organizaciones de base y a la contraste entre lo “real cristalizado” (la foto que
población de sectores populares en general2. todos pueden ver, que deja plasmado para siem-
pre lo que fue) y lo “real fluido” (como yo vivo
La reflexión sobre la fotografía que provocó el de- existencialmente la realidad, vivencia que puede
bate sobre el libro continuó la discusión y el diá- ser alterada continuamente). Esta diferencia ha-
logo que ocurrió durante su elaboración. El libro bla claramente del papel que ha adquirido la fo-
fue producto de idas y vueltas sucesivas, donde tografía como “representante” de la realidad en el
cada etapa –en las cuales se mostraban, primero, mundo contemporáneo –al menos hasta el adve-
algunas fotos desordenadas, después, fotos por nimiento de la fotografía digital con su capaci-
temas, y, por último, borradores de capítulos– dad de alterar, ad infinitum, la escena de la toma.
producía revisiones en nuestros ordenamientos, En el sentido común, la fotografía es vista como
nuevas presentaciones y diálogos, para producir modelo de veracidad y objetividad. Sabemos,
otros cambios en el producto editorial. Pero te- sin embargo, que la fotografía no es un reflejo o
ner el libro materializado no fue el punto final, una representación directa e inmediata de nin-
sino una nueva instancia provocadora de más de- guna realidad. Capta un momento, pero, además,
bates, diálogos, reflexiones y otros productos. no desde un lugar objetivo y neutro, sino desde
El debate provocado por el libro rondó alrededor de el lugar, la mirada y la selección hecha por el(la)
tres ejes importantes: la reflexión sobre “la mi- fotógrafo(a), desde su punto de vista.
rada”, la relación entre la imagen y la “verdad” y En el tránsito de la vida cotidiana, el pasado, el pre-
sobre el paso del tiempo. En relación con la re- sente y el futuro están combinados. Lo que se ve
flexión sobre la mirada se reconoce que el libro es una visión particular del pasado y parte de un
refleja la realidad vivida, pero resulta chocante proyecto de futuro, pensados desde y en el pre-
verla cristalizada en fotografías. sente. La fotografía vuelve a quebrar esta línea
temporal, ya que el tiempo no es retratable, por
Es que a veces vos tenés fuertes choques, porque ca- eso el progreso no está debidamente retratado en
paz que estás viviendo esa realidad, pero como no le
la fotografía. En realidad, hay una contradicción

2 Esta sección se basa en Elizabeth Jelin y Pablo Vila, “¿Veinte años


no es nada? (volver sobre) fotografías de la cotidianidad popular 3 Las citas son de participantes en reuniones de discusión sobre el
en los ochenta”, en Fotografía e identidad. Captura por la cámara libro, estas fueron llevadas a cabo en diversos barrios populares
– devolución por la memoria, ed. Ludmila Da Silva Catela; Mariana del área metropolitana de Buenos Aires en los meses posteriores
Giordano y Elizabeth Jelin (Buenos Aires: Nueva Trilce, 2010). a la publicación del libro, a mediados de 1987.

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Fotografías de Alicia D'Amico, publicadas
en el libro Podría ser yo, de Elizabeth Jelin y
Pablo Vila. Buenos Aires: CEDES - Ediciones
de la Flor, 1987.

entre mostrar fotografías y hablar de progreso, una casita, no digo la mía porque la mía está a medio
porque la fotografía no tiene incorporada la tem- terminar, pero acá hay muchas casitas lindas, para que
vean que es un barrio que progresa. Somos gente hu-
poralidad. En este sentido y para usar la imagen milde toda la gente que vivimos en este barrio, pero
de R. Barthes, la temporalidad es la de la muer- somos gente que trabaja que progresa.
te, la de algo que fue y ya no lo es más, mientras
que el progreso no puede ser pensado sin un an- En esta reflexión, la complejización de la tempora-
tes y un después, sin un tiempo que transcurre y lidad por la espacialidad se hace en la clave de la
transforma. “No hay futuro en ella [en la fotogra- representación colectiva del barrio, independien-
fía](de ahí su patetismo, su melancolía)”4 . temente de dónde se ubica la entrevistada, en el
La imagen congelada, especialmente cuando está continuo entre las partes lindas y las feas del mis-
en una secuencia establecida y fija de un libro mo. Ningún(a) entrevistado(a) dijo: “Uds. no fo-
(porque con fotos sueltas cada uno puede aco- tografiaron mi casa que es mucho más linda que
modarlas según su visión y su relato), invita en- las que aparecen en la foto”. Al contrario, en este
tonces a reemplazar el fluir temporal, por la caso, inclusive, no hubo reclamo por la no publi-
espacialidad expresada en categorías unívocas, cación de una foto de su propia casa para trans-
sin la ambigüedad implícita en el devenir. Se tra- mitir una imagen del barrio diferente o mejor a
ta de mostrar no solamente lo peor del barrio, la que muestra el libro. Lo que aparece es una de-
sino también las “cosas lindas”: fensa del barrio in toto en relación a las fotos que,
supuestamente, no le hacen justicia. Es la iden-
no me gustó como estaba [el libro]. Porque sacó todo tidad barrial, mucho más que la individual (si es
lo peor que ha podido sacar, en vez de sacar partes
malas y partes buenas. Porque en el barrio estamos que en realidad se pueda separar una de la otra)
progresando. Con sacrificio, pero estamos progresan- la que está en juego: yo soy miembro de un buen
do todo el mundo. Porque gracias a Dios y a la Virgen, barrio, un barrio que progresa.
ahora nosotros somos propietarios del barrio, y no va-
Al mismo tiempo, es significativa la expresión que
mos a dejar que toda la vida sea como dice ahí. […]
Porque sacaron lo peor, porque podían haber sacado utiliza la entrevistada para justificar que su casa
no haya sido fotografiada: “mi casa está a medio
terminar”. No sabemos si en realidad está “a me-
4 Roland Barthes, La cámara lúcida. Notas sobre la fotografía (Bue-
nos Aires: Paidós, 2003), 138-139.
dio empezar” o desde cuándo no se ha hecho algo

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para “terminar”. La idea es que eventualmente se Con mis colegas Ludmila da Silva Catela y Ma-
la va a terminar; no que va a quedar en ese esta- riana Giordano encaramos, en 2005, el proyecto
do. Esa eventualidad, esa idea de futuro posible, es de investigación “Captura por la cámara, devo-
la que precisamente hace vivible una realidad que lución por la memoria. Imágenes fotográficas e
sería bastante más difícil de sobrellevar si la idea identidad”5. Las inquietudes que guiaban este
fuera: “esta casa no se va a terminar jamás”. proyecto estaban ancladas en la relación en-
Son precisamente estas ambigüedades, posibilida- tre la fotografía o la imagen tomada y el suje-
des, ilusiones, sueños de un futuro mejor, etcéte- to representado. Si bien desde la invención de
ra, lo que un libro de fotografías, por definición, la técnica, los viajeros, misioneros, estudiosos y
no puede reflejar. Además, son ellas las que des- curiosos han capturado imágenes de grupos hu-
ataron el enojo de mucha gente hacia el mismo. manos con la cámara fotográfica, las instancias
La expectativa de progreso, la experiencia de las en que esos grupos humanos se volvieron a en-
luchas por conseguir la titularidad de la tierra y contrar con sus imágenes han sido muy esca-
la propiedad siempre van unidas al esfuerzo, ba- sas –y más escasa aún la investigación sobre ese
rrial a veces, familiar en la mayoría de los casos. encuentro. Sabemos que las ciencias sociales,
No obstante, no es fácil verlas en un libro o en las desde sus inicios, han usado la fotografía para
fotos, pues la presencia de la imagen congelada estudios antropométricos o descripciones etno-
provoca, entonces, reacciones y reflexiones. Asi- lógicas; recientemente, para encarar múltiples
mismo, genera una manera específica en que se temas e investigaciones con fotografías – po-
puede mostrar la temporalidad en la imagen: las cas veces, si es que alguna, la investigación se
secuencias de fotos de antes y después. centró en ese momento del encuentro, o reen-
Una reflexión final involucra la relación entre la cuentro, con fotografías tomadas en momentos
imagen material que se ve en la fotografía y el anteriores.
“verdadero” barrio, que está compuesto no sola- La distancia entre las fotografías tomadas y los suje-
mente por calles, casas o rostros de personas que tos es variable. En un extremo está la situación de
lo habitan, sino fundamentalmente por el tejido grupos indígenas contemporáneos frente a acer-
de relaciones interpersonales que lo conforman y vos fotográficos de sus antepasados en manos de
que no pueden ser reflejadas de manera inequí- los “otros”: colonizadores o dominantes. En el
voca en imágenes fotográficas. ¿Está el adjetivo otro extremo está el autorretrato, donde coinci-
“buen”, referido al barrio, relacionado más con su den fotógrafo(a) y sujeto fotografiado. En el me-
gente que con su estética? La dimensión afectiva dio hay numerosas situaciones y circunstancias
puede cambiar radicalmente la imagen que tiene en las que las fotografías realizadas con afán de
la gente acerca de su propio barrio. Esto explica- conocimiento y registro etnográfico permanecen
ría el enojo, el reflejo de solo “lo malo” y nada de relativamente alejadas o expropiadas de los suje-
“lo bueno” del barrio que se presenta en el libro. tos individuales y colectivos representados.
Esa brecha, ese hiato entre las imágenes fotográfi-
3. Pasaron veinte años. Una nueva investiga- cas y los sujetos representados en ellas fue el foco
ción, nuevas perspectivas del proyecto de investigación. El objetivo central
fue indagar los procesos simbólicos y subjetivos
Veinte años después, la imagen fotográfica sigue que ocurren cuando se abren escenarios de en-
desafiando a la investigación social; como obje- cuentro/reencuentro/rechazo con esas fotogra-
to de estudio en tanto producto cultural, como fías. La pregunta es qué generan esos procesos:
objeto valorado y utilizado en la vida cotidiana,
como parte esencial de los medios de comuni-
cación, como objeto estético y cada vez más re- 5 Este proyecto contó con un subsidio PIP del Conicet, Argentina.
conocido como “arte”. Es así como el desafío de La descripción del proyecto que aquí se presenta se basa y re-
intentar develar sus sentidos, desde la perspectiva toma las ideas expuestas en la introducción de Ludmila Da Silva
Catela; Mariana Giordano y Elizabeth Jelin, ed., Fotografía e iden-
de quien recibe, siente, mira, interpreta, comenta tidad. Captura por la cámara – devolución por la memoria (Buenos
y calla, sigue en pie. Aires: Nueva Trilce, 2010).

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¿restitución?, ¿reconocimiento?, ¿distanciamien- documentales de las décadas de los ochenta, no-
to?, o ¿ajenidad? venta e inicios de este siglo7.
El punto de partida del proyecto fue generar, a ma- El encuentro de quien intenta presentar o resti-
nera de intervención social, una presentación de tuir las imágenes y los sujetos con quienes in-
fotografías e imágenes, clasificadas y difundi- teractúa es el momento clave de la indagación.
das como características de diversos grupos so- Las investigadoras seleccionamos las fotografías
ciales de Argentina, a grupos y sujetos sociales y elegimos a quiénes presentarlas. Esta selección
que presumiblemente pertenecen a esos grupos. estuvo hecha con base en los datos históricos so-
Estas fotografías fueron tomadas en distintas bre los acervos visuales, sobre sus productores y
circunstancias históricas, sociales y políticas. sobre los grupos a los que se les presentaron esas
A partir de ese (re)encuentro con las fotogra- imágenes, con sus sobreentendidos y estereotipos.
fías, el campo que se pretendió indagar y anali- El producto de esa investigación está plasmado en
zar fue el de las maneras en que diversos sujetos un libro y en el dvd que lo acompaña8. El pro-
reaccionan frente a las imágenes presentadas y ducto está allí, para ser leído críticamente. Hay
los trabajos de memoria que las mismas pueden otro plano, sin embargo, sobre el quiero reflexio-
producir: ¿qué representaciones sobre lo propio nar. Se trata de los impactos personales de la ex-
y lo ajeno se construyen a partir de las imáge- periencia de investigación, impacto que produjo
nes que se les han atribuido como pertenecien- en mí algunas reflexiones y cuestionamientos a
tes a su mundo? ¿Qué procesos de transmisión ideas preconcebidas.
y construcción de memorias, silencios y olvidos
son producidos por esta restitución o por el (re) 4. Revisitando los lugares de Podría ser yo
encuentro con las fotografías?
El trabajo de investigación vinculó imágenes y pa- Volver a abrir las cajas con las fotografías barriales
labras, imágenes de un pasado y palabras y na- de los años ochenta; volver a trabajar con Pablo
rraciones ligadas al presente de la memoria Vila en un pequeño trabajo de campo; volver a
estimulada por las imágenes. Elegimos tres ám- los barrios donde habíamos trabajado entonces,
bitos muy diferentes para llevar adelante la tarea: todo esto fue, sin ninguna duda, una experiencia
primero, grupos indígenas en el Chaco, a quie- movilizadora. Hubo que recorrer y recordar para
nes se presentaron imágenes fotográficas his- reubicarnos en el espacio urbano. Los suburbios
tóricas de la zona6; segundo, grupos en barrios de Buenos Aires cambiaron en este tiempo: más
populares del gran Buenos Aires, a quienes, a calles (mal) pavimentadas, más movimiento de
mediados de la década de los ochenta, se presen- transporte colectivo y de autos por las calles, ca-
taron imágenes fotográficas tomadas para el pro- sas más consolidadas en esos barrios y la crea-
yecto que dio lugar al libro Podría ser yo; tercero, ción de nuevos y más alejados asentamientos
exdetenidos(as), desaparecidos(as) y morado- humanos precarios.
res del barrio de Campo de la Ribera (Córdoba), La idea no era visitar, sino volver9. Volver a organi-
donde funcionó un campo de detención clan- zaciones barriales veinte años después de la vi-
destina durante la dictadura militar, con quienes sita inicial, sin haberlas contactado en todo ese
se trabajó el sentido otorgado a diversos acervos lapso. Esto redobló la apuesta sobre el conteni-
do emocional de este regreso con las fotos, es-
pecialmente, en uno de los barrios que habían
sido protagónicos en el trabajo original. Aunque
6 Imágenes seleccionadas de los conjuntos fotográficos disponibles en los años ochenta, quienes habían participado
en la base de datos del Núcleo de Estudios y Documentación de la
Imagen (Nedim), realizada para el proyecto de Mariana Giordano
“La construcción de un imaginario sobre indio del Chaco argentino 7 Imágenes seleccionadas de la Colección Molas y Molas y del fon-
y paraguayo. Un siglo de enfoques fotográficos. 1865-1965” (anp- do Conadep-Córdoba, que componen la colección Campo de la
cyt im40), y de las fotografías de indígenas chaqueños obtenidas Ribera del Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba.
por Grete Stern que integran la colección Matteo Goretti, a quien 8 Da Silva Catela, Giordano y Jelin, Fotografía e identidad.
las responsables del proyecto agradecemos muy especialmente su 9 El análisis más detallado de esta experiencia se encuentra en Jelin
permiso para utilizar sus fotografías en el proyecto. y Vila, “¿Veinte años no es nada?”.

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inicialmente habían recibido el libro en el que al- Fotografías de Alicia D'Amico, pu-
blicadas en el libro Podría ser yo,
gunas de las fotos tomadas en ese barrio estaban de Elizabeth Jelin y Pablo Vila. Bue-

incluidas, la idea de la vuelta era retomar el con- nos Aires: CEDES - Ediciones de la
Flor, 1987.
tacto con quienes habían participado y con las
nuevas generaciones que se incorporaron en este
periodo de tiempo a la organización barrial. La
intención era ofrecer la “devolución” de las imá-
genes del barrio de hace veinte años. La duda,
que estaba en el origen de todo el proyecto, con-
tinuaba presente: ¿era “su” pasado?, ¿iban a querer
cómo estábamos de mal, en el medio ambiente
mirar(se) y ver(se)? Esas fotografías ¿les pertene-
que nos habíamos acostumbrado…”.
cían?, ¿las sentirían como propias o se distancia-
Quienes habían participado recordaban perfecta-
rían de ellas como de un pasado lejano, que ya
mente lo acontecido más de veinte años atrás:
pasó y no les incumbe?
la exposición de fotos, la presencia de Alicia, el
Hubo preparación para el encuentro: nos acercamos
análisis de las fotos en dicha exposición, lo cen-
a la Sociedad de Fomento del barrio para pedir a
tral que fue la discusión de la temática ambien-
los actuales directivos que convocaran a una reu-
tal y la imposibilidad de percibir los problemas
nión, acto seguido, se les dieron los nombres de
cuando son tan cotidianos, etcétera
algunas personas que habían participado en las
reuniones de los años ochenta. Los directivos no Yo me acuerdo cuando hicimos la exposición mirá-
tenían noticias de las reuniones del año 1985, bamos el basural y decíamos “¡es el barrio!”, porque
porque eran muy jóvenes en aquel momento o nos habíamos acostumbrado tanto a ver la zanja, la
basura. Parecía natural, pero lo veías en la foto y de-
porque no vivían en el barrio.
cías “pucha, qué mal que estamos viviendo; cuántos
Este regreso programado en la reunión convoca- basurales tenemos”10.
da fue una vuelta a ver el barrio y a muchos de
los vecinos y vecinas que fueron retratados por En este barrio, como en muchos otros que parti-
Alicia D’Amico a mediados de los ochenta. Si ciparon de la experiencia de Podría ser yo, el ha-
la fotografía, por definición, es el pasado, aquí cer extraño lo habitual, que estaba en la base de
ella representaba un pasado bastante lejano. Por nuestro uso de la fotografía para tareas de inves-
esto, la reunión fue muy emotiva; la gente (la tigación, se plasmó en una discusión grupal muy
que estuvo antes y la que no conocía esa histo- intensa acerca de las pobres condiciones de sa-
ria) identificó tomas y lugares, reconoció perso- lubridad que caracterizaban la zona. En este de-
nas (a sí mismos y a otros y otras en una foto; bate también se hizo evidente cómo los vecinos,
vieron chicos que ya son grandes, casados y con muchas veces preocupados por lo que parecían
hijos; reconocieron gente que ya murió; identi- ser temas mucho más alarmantes y canden-
ficaron lugares, calles, esquinas, etcétera). Par- tes, no habían transformado la insalubridad
te de la emoción tenía que ver también con que en un problema, porque, justamente, estaban
las fotografías los retrotraían a la historia de lu- acostumbrado(as) a vivir con ella. Al ver la coti-
chas del barrio, historia que se había desarro- dianidad reflejada en la foto, es decir, convertida
llado en varias etapas y, en realidad, por grupos en un objeto externo y al ser parte de una expo-
de vecinos distintos. Más allá de las intencio- sición, imposible de no observar, se hizo posible
nes de unos y otras de participar en la reunión, el efecto de identificarla, por primera vez, para
lo interesante fue que todos y todas –viejas(os)
y nuevos(as)– se involucraron activamente en la
discusión de las tomas. Incluso recordaron
lo  importante que fue para la historia del ba- 10 También comentaron lo honradas que se sintieron en su momento
rrio y de la institución el proyecto de investiga- de que una personalidad como Alicia D’Amico los haya fotografia-
do: “Y pudimos tomar conciencia de quién era Alicia. ¡Qué seme-
ción que culminó con la publicación de Podría jante personaje hubiera venido al barrio a hacernos fotos!, y era
ser yo: “Y yo me acuerdo que nosotros ahí vimos muy emocionante”.

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Fotografías de Alicia D'Amico, pu- Más allá de las reacciones y diálogos específicos ge-
blicadas en el libro Podría ser yo,
de Elizabeth Jelin y Pablo Vila. Bue- nerados en esa y otras reuniones, encuentro que
nos Aires: CEDES - Ediciones de la
Flor, 1987.
la fotografía estimula una incorporación especial
del tiempo en la reflexión. Esto permite asom-
brarse por cuánto del pasado perdura en el pre-
sente, rememorar varias de las luchas históricas
del barrio, ver el paso del tiempo en reconocer a
muchos de los vecinos, como un problema serio alguien como “niño(a) entonces” o nombrar a al-
que requería algún tipo de solución. guien que “ya no está” –cualquier indicio ayuda a
Algo que me interesa especialmente son las ma- narrar, a contar historias. Las distintas fotos que
neras en que funcionan las múltiples tempora- miraban las personas del barrio iban guiando la
lidades en la vida cotidiana. Por esto, presté una memoria hacia distintos aspectos de su entorno
mayor atención a las reacciones suscitadas por que habían tenido un pasado contencioso. Mien-
las fotos tomadas veinte años atrás, en compara- tras algunos pusieron el énfasis en las luchas –
ción con las reacciones que esas mismas fotogra- entre vecinos, entre el barrio y el Estado–, otras,
fías provocaron veinte años antes, a pocos meses especialmente las mujeres, elaboraron un discur-
de haber sido tomadas. No es que el discurso de so de unidad barrial, concretamente, el de las ma-
sentido común, representado por la expresión más, apelando mucho más a una narrativa desde
“todo tiempo pasado fue mejor”, estuviera to- la cotidianidad y la solidaridad entre vecinas.
talmente ausente en nuestras entrevistas de me- Se trata de interpretaciones diferentes, hechas por
diados de los ochenta; sin embargo predominaba dirigencias viejas y nuevas, pero también por
la idea de que se podía, eventualmente, salir de la mujeres y hombres, con sus contrastantes moda-
pobreza en un futuro más o menos cercano. Ese lidades discursivas. Estas también son tempora-
mismo discurso pasó a cobrar otra dimensión en lidades y memorias diferentes, que se actualizan
2006. Por un lado, han transcurrido veinte años y en distintos lugares sociales de la actualidad: los
el futuro de ese pasado ya llegó y ver las fotos hombres que consiguieron lugares de poder en la
muestra implacablemente los límites del cum- organización barrial y algunas mujeres que, des-
plimiento de tal esperanza de cambio. En este pués de un periodo de protagonismo barrial en la
sentido, hay referencias claras a mejoras mate- década de los ochenta, se han retirado del activis-
riales en el barrio: asfalto, un jardín de infantes mo. En estas conversaciones y confrontaciones,
construido y bien equipado, en comparación con las fotografías del pasado actúan como estímulo
las fotos que retratan los cajones de frutas usados para constatar –porque, después de todo, si está
como mamparas en el precario jardín de infantes en la foto, adquiere la categoría de verdad frente
y la casilla de madera en que funcionaba el cen- a la de opinión o recuerdo– cambios en el barrio,
tro de salud. En el momento de esta segunda vi- mejoras en la trama institucional y cambios en la
sita no nos encontramos con la esperanza de un situación de cada uno(a).
futuro mejor que teñía las entrevistas de 1985, a En casos de este tipo, la imagen es el estímulo
la salida de la dictadura y antes de la debacle del que produce memorias de situaciones vividas que
experimento neoliberal menemista de la década pueden haber sido similares a las que muestra la
de los noventa. En ese contexto, el pasado era imagen. “No nos lleva hacia la imagen, nos lleva
peor y lo bueno estaba por llegar. Ahora el pén- hacia nuestras memorias”12.
dulo pasó al otro lado y la expresión “todo tiem-
po pasado era mejor” llegó al punto de borrar de
la memoria popular los problemas que los aque-
jaban veinte años atrás11. una nueva reversión en las percepciones y los encuadres de lec-
tura de esas mismas fotos de un ayer que, en distintos momentos
y coyunturas, es mirado y leído de maneras diferentes, es decir,
según las condiciones de un presente.
11 Dada la tendencia de crecimiento económico y algunas indica- 12 Ernst Van Alphen, “Nazism in the Family Album: Christian
ciones de mejoras en las políticas sociales y en la distribución del Boltanski’s Sans Souci”, en The Familial Gaze, ed. Marianne Hirsch
ingreso en Argentina, una nueva vuelta al barrio podría mostrar (Hanover; London: University Press of New England, 1999), 48.

La fotografía en la investigación social: algunas reflexiones personales / Elizabeth Jelin / 63


5. La experiencia en el Chaco la Misión Nueva Pompeya en El Impenetra-
ble, en la provincia de Chaco. Una señora pidió
Aunque no era mi responsabilidad central, yo que le entregáramos una copia de una foto por-
acompañé y participé en parte del trabajo de que en ella estaba su padre. El “padre” era una
campo realizado en el Chaco con poblaciones imagen de no más de medio centímetro, al cos-
originarias13. Sin duda, la experiencia de  in- tado de un grupo humano. Como era de imagi-
ternarse en una de las zonas más pobres de nar, era imposible reconocer rasgos de la cara de
Argentina no fue sencilla. Es pobreza y despla- ese pequeño punto de la fotografía. ¿Qué le hizo
zamiento, es violencia histórica y contemporá- ver a su padre? La señora señaló que “mi papá
nea. No es de esto de lo que quiero o puedo siempre usaba ese sombrero”. Otra señora pidió
hablar, sino más bien de un aspecto que observé una copia de una fotografía; ella argumentó que
en el trabajo de campo: ¿qué aspecto de la ima- la foto era de ella cuando niña. Nuevamente, la
gen fotográfica permite y facilita el proceso de imagen a la que hace referencia no tenía más de
identificación? Con la vieja experiencia de Po- un centímetro. Incluso, estoy segura que esta se-
dría ser yo, mi incógnita estaba centrada en qué ñora no tenía un álbum de fotografías familiares
elementos diacríticos usarían los sujetos para donde pudiera tener imágenes de ella que refle-
acercarse o alejarse de las imágenes fotográfi- jaran sus cambios a lo largo del tiempo. Esta no
cas que les estábamos mostrando. ¿Dónde iba era una situación en que la gente viviera cotidia-
a estar ese punctum del que habla Barthes? Es- namente con espejos donde se pudieran ver a sí
taba acostumbrada a que, a partir de la vida co- mismos(as) y que les permitiera recordar imáge-
tidiana urbana de clase media, la identificación nes de la infancia. La aclaración importa: “por-
de los sujetos en la imagen está en el retrato – que yo de niña siempre iba en el último burro”.
cuando miramos álbumes familiares señalamos Así como “reconocer” a su vecina, porque “mi ve-
a la abuela y al tío cuando era niño, nos recono- cina tenía esa máquina de coser”.
cemos en rostros y gestos, buscamos parecidos y En estos y otros casos similares, no se trata de
tratamos de reconocer nombres. Prácticamente ­reconocer rasgos faciales, rostros o retratos, sino
nada de esto viví en el Chaco. Quienes visitaban contextos y situaciones. Algo análogo ocurrió en
la exposición o a quienes les mostrábamos álbu- debates con jóvenes de escuela: lo que miraban
mes y fotos sueltas les decíamos que si encon- eran fotos de paisajes, casas o animales. Mientras
traban o reconocían a alguien y querían esa foto las comentaban reconocieron “así era la casa de
se les entregaría una copia. Así, las mujeres en mi abuela”, “ellos vivían antes así”. Los retratos
especial, pero no exclusivamente, se nos acerca- resultaban, por lo general, mucho menos intere-
ban a pedir una foto. santes, con algunos –pocos y muy significativos,
Recojo dos anécdotas de esta interacción en un lugar como analizan Giordano y Reyero14– actos de re-
muy alejado del mundo urbano contemporáneo, conocimiento personal, que provocaron sorpresa
y, a veces, dificultades de identificación, aunque
siempre mucha emocionalidad.
13 Si bien cada una de las(os) investigadoras(es) tuvo la responsa-
bilidad central de uno de los ámbitos de investigación, el trabajo Esto me lleva a plantear muchas preguntas –sobre
de campo incluyó experiencias colectivas en las que participa- las que no tengo respuestas– acerca de la histori-
ron varias personas integrantes del equipo de investigación. Los
trabajos de Mariana Giordano, “Las comunidades indígenas del
cidad de la representación “realista” e individua-
Chaco frente a los acervos fotográficos de ‘sus’ antepasados. lizadora del retrato. Al igual que la huella digital,
Experiencias de (re)encuentro”, en Fotografía e identidad. Cap- el retrato sirve para identificar policialmente al
tura por la cámara – devolución por la memoria, ed. Ludmila Da
Silva Catela; Mariana Giordano y Elizabeth Jelin (Buenos Aires: individuo. La usamos también, en el mundo ur-
Nueva Trilce, 2010) y Alejandra Reyero, “Ver en fotos ¿rever en la bano contemporáneo, para identificar familiares
memoria? Límites y alcances de la fotografía en la construcción
de memoria e identidad de una comunidad toba”, en Fotografía
y cadenas de linajes, ahí donde la noción de indi-
e identidad. Captura por la cámara – devolución por la memoria, viduo está más instalada. En otras circunstancias
ed. Ludmila Da Silva Catela; Mariana Giordano y Elizabeth Jelin
(Buenos Aires: Nueva Trilce, 2010) analizan específicamente los
(re)encuentros de las comunidades del Chaco con los acervos
fotográficos. 14 Giordano, “Las comunidades indígenas” y Reyero, “Ver en fotos”.

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–entre los wichi de Chaco y en otros muchos lu- tiempo que les llevó poner en funcionamiento lo
gares seguramente– se identifica más la posición cooperativa. ¿Cómo se mantuvieron sin ingresos
social en un contexto, es decir, en un ­entramado propios durante los años de desempleo y toma
de relaciones sociales dentro de un territorio, de la fábrica? Mencionaron la “alcancía”, la ayuda
donde las señales son múltiples y no tan cen- de algún movimiento social y de vecinos. No hi-
tradas en los rasgos faciales “realistas”. Sin duda, cieron ninguna referencia al trabajo remunerado
esto no es más que una hipótesis para abrir un que sus esposas llevaban a cabo para el mante-
campo para indagaciones futuras. nimiento familiar, mientras ellos estaban invo-
lucrados en la acción colectiva de la protesta y la
6. Hombres y mujeres. ¿Qué vemos?, ¿qué toma de la fábrica –este trabajo sigue existien-
queremos conservar? do, pero sin el reconocimiento de estos hombres
que personifican al trabajador asalariado, tradi-
Quiero hacer dos comentarios adicionales, nue- cional sostén de la familia. El cambio social en
vamente como espacios abiertos para la re- las posiciones de género existe y se vive con él,
flexión y la investigación futura. El primero pero no se ve.
sobre género. Una de las experiencias de tra- Así como los hombres y las mujeres del barrio
bajo de campo en Buenos Aires fue presentar y usaban distintos marcos interpretativos para
discutir las fotos y el libro de los años ochenta comentar las mismas fotos –la clave de la lu-
en una cooperativa de trabajo de una empresa cha por el poder o la clave maternalista–, estos
metalúrgica recuperada por sus trabajadores15. hombres solo pueden ver la noción de trabajo
Si bien en el conjunto de fotos y en el libro ligada a la posición del hombre proveedor en
había un considerable número de imágenes de la que las mujeres no existen. Las miradas y las
trabajo femenino y, sin duda, los trabajadores interpretaciones son, sin duda, “generizadas”.
tienen tanto hijos varones como mujeres, no Sin embargo, su estudio queda aún como tarea
hicieron ningún comentario referido al estu- pendiente.
dio o trabajo de las mujeres. Me llamó la aten- El segundo comentario tiene que ver con las ma-
ción este silencio: en el mundo del trabajador neras de buscar y silenciar el pasado. Reitero
(obrero, hombre) no hay espacio interpretativo la cita de Van Alphen: “No nos lleva hacia la
para el trabajo femenino de ninguna especie ni imagen, nos lleva hacia nuestras memorias”16.
el doméstico ni la participación en el mercado La pregunta es ¿qué memorias?, aquellas que
de trabajo. Ni fotos de vendedoras ambulantes, permiten “ver” y constatar cambios en el tiem-
maestras, oficinistas, enfermeras, provocaron el po. También aquellas de las que queremos
menor comentario, solo el silencio y la ausen- distanciarnos17.
cia de percepción. “¿Vos tendrías estas fotos en tu casa?” pregunta
Los trabajadores relataron en clave heroica todas Ludmila a Gladis, sobreviviente de un campo
sus acciones defensivas frente al vaciamiento de clandestino de detención18, durante el trabajo de
la planta, la toma de la fábrica, la represión y el campo de nuestra investigación. Las fotografías

15 La empresa fabricaba autopartes. Desde 1994 en adelante ha 16 Van Alphen, “Nazism in the Family Album”, 48.
ido despidiendo trabajadores. Algunos extrabajadores iniciaron 17 Si, como logra transmitir Jorge Semprún, se vive el campo de
acciones legales por despido y, de este modo, mantuvieron con- concentración como la muerte, la experiencia posterior trasto-
tactos entre sí. Estos se sumaron a las relaciones previamen- ca los marcos interpretativos disponibles en términos de cursos
te establecidas por lazos vecinales. En 2002, los trabajadores de vida, porque el tiempo que va pasando aleja al sujeto de su
tomaron la planta y a partir de ese momento comenzaron a propia muerte, idea contraria al “normal” de la curso de vida,
trabajar de manera autogestionada. En el momento de nuestra en que a medida que pasa el tiempo, la propia muerte se hace
visita (julio de 2006), la cooperativa tenía veinticinco integran- más cercana. Jorge Semprún, La escritura o la vida (Barcelona:
tes, además de algunos especialistas contratados y aprendices. Tusquets, 1997).
Habían solamente dos mujeres, que se encargaban de las tareas 18 Ludmila Da Silva Catela, “Hacer visible lo clandestino. Fotografía y
administrativas. Todos los miembros de la cooperativa usaban video frente a la experiencia concentracionaria”, en Fotografía e
la misma ropa de trabajo, camisa y pantalón de gabardina color identidad. Captura por la cámara – devolución por la memoria,
azul. El análisis de esta reunión se encuentra Jelin y Vila, “¿Vein- ed. Ludmila Da Silva Catela; Mariana Giordano y Elizabeth Jelin
te años no es nada?”. (Buenos Aires: Nueva Trilce, 2010), 97.

La fotografía en la investigación social: algunas reflexiones personales / Elizabeth Jelin / 65


mostraban el campo de detención desde dis- momento, pero que luego, por la trama de rela-
tintos ángulos y perspectivas19, Gladis las ha- ciones sociales involucrada, hay que desdecir u
bía elegido como las más representativas de lo ocultar. En estos escenarios de recepción e in-
que ella había vivido en ese lugar. La respues- terpretación de imágenes, quizás más que en
ta no se hace esperar: “No. Porque es una etapa otras situaciones de interacción social, el sentido
muy triste… ¿Para qué?” Para añadir luego: “tal y la interpretación están abiertos a la multiplici-
vez archivadas por si alguna vez la quiero ver, dad de experiencias vividas, a las memorias (que
pero no a la vista de todo el mundo. A la vista siempre afloran en relación con la situación pre-
­diaria mía, no”. sente) y a los escenarios y lazos sociales presen-
“No toda fotografía es mostrable, exponible y dis- tes en el momento del encuentro.
ponible” concluye Ludmila da Silva Catela20.
Hay fotos para exponer y mostrar todo el tiem- Obras citadas
po, así como fotos para archivar en el repositorio
que documenta lo que pasó, pero no para estar Barthes, Roland. La cámara lúcida. Notas sobre la fo-
reviviendo todo el tiempo. También existen fo- tografía. Buenos Aires: Paidós, 2003.
tos para romper. Da Silva Catela, Ludmila. “Hacer visible lo clan-
destino. Fotografía y video frente a la expe-
Romper una foto o guardarla, esconderla o exponerla riencia concentracionaria”. En Fotografía e
son acciones de memoria cargadas de sentidos. Son
rupturas o lazos con el pasado y el presente. Como identidad. Captura por la cámara – devolución por
cualquier otro objeto, la fotografía puede ayudar a la memoria, editado por Ludmila Da Silva Ca-
recomponer los relatos sobre el pasado, o pueden ser tela; Mariana Giordano y Elizabeth Jelin. Bue-
destinadas a llenar de significados políticos que se in-
nos Aires: Nueva Trilce, 2010.
tentan construir21.
Da Silva Catela, Ludmila; Mariana Giordano y
Elizabeth Jelin, ed. Fotografía e identidad. Captu-
Las preguntas sobre la fotografía y el paso del
ra por la cámara – devolución por la memoria. Bue-
tiempo –para acercarse y para distanciarse, para
nos Aires: Nueva Trilce, 2010.
identificarse y extrañarse, para recordar y para ol-
Giordano, Mariana. “Las comunidades indígenas
vidar– se reiteran y siguen abiertas.
del Chaco frente a los acervos fotográficos de
Lo que produce la entrevista con fotografías es algo
‘sus’ antepasados. Experiencias de (re)encuen-
así como una ambigüedad situada, es decir, a
tro”. En Fotografía e identidad. Captura por la
partir del encuadre dado por el escenario, la foto
cámara – devolución por la memoria, editado por
se convierte en un estímulo abierto que da pie
Ludmila Da Silva Catela; Mariana Giordano
a recuerdos, elaboraciones del presente y expec-
y Elizabeth Jelin. Buenos Aires: Nueva Tril-
tativas de futuro que no están en la foto misma,
ce, 2010.
sino en la subjetividad que se construye y expre-
Jelin, Elizabeth y Pablo Vila. Podría ser yo. Los sec-
sa en el acto de mirar colectivamente. Las fotos,
tores populares en imagen y palabra. Buenos Aires:
con su ambigüedad y apertura de sentidos múl-
Ediciones de la Flor/Cedes, 1986.
tiples, pueden estimular áreas de memoria laten-
Jelin, Elizabeth y Pablo Vila. “¿Veinte años no es
tes u otras que se refieren a experiencias vividas,
nada? (volver sobre) fotografías de la cotidia-
conflictivas, dolorosas, muchas veces sin resol-
nidad popular en los ochenta”. En Fotografía e
ver. ¿Se va a hablar de esto o se va a mantener
identidad. Captura por la cámara – devolución por
una especie de pacto de silencio? Silenciamien-
la memoria, editado por Ludmila Da Silva Cate-
to de conflictos pasados y presentes, narrativas
la; Mariana Giordano y Elizabeth Jelin. Buenos
y discursos situados que omiten ciertos datos y
Aires: Nueva Trilce, 2010.
resaltan otros o, incluso, palabras dichas en un
Reyero, Alejandra. “Ver en fotos ¿rever en la me-
moria ? Límites y alcances de la fotografía en la
19 Se trataba de fotografías del archivo Conadep, tomadas en 1984, construcción de memoria e identidad de una co-
momento inicial de la transición posdictatorial en Argentina.
20 Da Silva Catela, “Hacer visible lo clandestino”, 102. munidad toba”. En Fotografía e identidad. Cap-
21 Da Silva Catela, “Hacer visible lo clandestino”, 102. tura por la cámara – devolución por la memoria,

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editado por Ludmila Da Silva Catela; Mariana n Fecha de recepción: 1 de junio de 2011
Giordano y Elizabeth Jelin. Buenos Aires: Nue- n Fecha de evaluación: 19 de diciembre de 2011

va Trilce, 2010. n Fecha de aprobación: 1 de marzo de 2012

Semprún, Jorge. La escritura o la vida. Barcelona:


Tusquets, 1997.
Van Alphen, Ernst. “Nazism
�������������������������
in the Family Al- Cómo citar este artículo
bum: Christian Boltanski’s Sans Souci”. En The Jelin, Elizabeth. “La fotografía en la investigación
Familial Gaze, editado por Marianne Hirsch. social: algunas reflexiones personales”. Memoria
Hanover; London: University Press of New y sociedad 16, no. 33 (2012): 55-67.
England, 1999.

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