El pasado 31 de mayo, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires,
María Eugenia Vidal, firmó el decreto N° 584/2019, que dispone la creación del consorcio de gestión del puerto de Coronel Rosales para la administración y explotación de esta terminal portuaria. Constituye un hecho sumamente auspicioso, teniendo en cuenta los múltiples esfuerzos e iniciativas por parte de diversos actores institucionales del partido de Coronel Rosales por lograr la autonomía del puerto. Efectivamente, desde el retorno de la democracia a nuestro país (1983) se desarrollaron distintos tipos de acciones a fin de conseguir que las decisiones en torno a la gestión de la estación portuaria rosaleña pudieran tomarse en y desde el ámbito local, y no desde la capital provincial, a 700 km de distancia. Sin embargo, estas acciones se impulsaron de manera aislada y no lograron sostenerse en el tiempo. Cabe recordar en este sentido, los esfuerzos llevados a cabo por APROA (Asociación Puerto Rosales Autónomo), UCIAPA (Unión del Comercio la Industria y el Agro de Punta Alta) y por las autoridades municipales – entre otros- en distintos momentos; y que a mediados de la primera década de este siglo lograron confluir en la demanda por la autonomía de puerto Rosales. Si bien en ese entonces no se logró alcanzar ese objetivo, fue interesante el proceso de movilización social que se desarrolló a nivel local en pos de la autonomía que se cristalizó en ciertos acuerdos institucionales (Consejo Consultivo Asesor Puerto Rosales) que no terminaron de consolidarse. El logro de la autonomía de la estación portuaria se produce en un contexto en que Puerto Rosales podría consolidarse como nodo de exportación del petróleo que proviene de Vaca Marta. De hecho, en el transcurso del presente año ya se produjeron dos exportaciones de petróleo a través de Puerto Rosales (la primera en febrero, y la siguiente en mayo), y según las previsiones realizadas, es probable que estos movimientos se incrementen en el corto plazo El contar con la autonomía de Puerto Rosales implica una gran responsabilidad y un desafío que como rosaleños nos convoca. ¿Qué vamos a hacer con el puerto? ¿Qué queremos lograr con y desde él? ¿Se podrá generar algún proceso genuino de desarrollo económico y social a partir de las acciones que impulse el flamante consorcio de gestión de Puerto Rosales? La firma de un decreto no garantiza por sí misma el desarrollo. Depende de nosotros, de lo que hagamos con esta herramienta. Se abre una gran oportunidad para los rosaleños. Está en nosotros poder capitalizarla. Si queremos generar una estrategia de desarrollo local desde Puerto Rosales, es imprescindible generar consensos entre los actores institucionales vinculados directa e indirectamente al puerto a fin de definir colectivamente un proyecto viable y factible. En este sentido, no podemos olvidar que Puerto Rosales forma parte del complejo portuario- industrial-naval del estuario de Bahía Blanca. Ello implica articular con el consorcio de gestión del puerto de Bahía Blanca, con la Base Naval Puerto Belgrano y con otros actores socialmente relevantes de fuerte incidencia en el ámbito regional.