Cine con ruana

Comentario al Rollo 10:

La guerra del fuego (Quest for fire)
Por: Arlés Henao M.

El cine también nos ayuda a pensar en aquellas cosas fundamentales que la Filosofía intenta
hacernos comprender. Y una muestra evidente de ello es La guerra del fuego (Jean Jacques
Annaud), la película que vimos esta semana en el espacio de “cine con ruana”. Personalmente
esta es una película que desde que la pude ver por primera vez no ha dejado de emocionarme, y
siempre me pregunto ¿por qué?
Y tal vez la respuesta es que se ocupa de
temas incrustados muy en el fondo de lo que
somos los seres humanos, y por tanto nos
habla de cosas como la identidad, ya no
reconociéndonos como pertenecientes a un
país, o una empresa, o a un género, sino
como individuos del grupo al que
denominamos “seres humanos”. ¿Y qué es lo
que identifica a un ser humano? Pues en esta
película se recrea (parece que con muchas
licencias científicas) cómo el hombre, paso a
paso, golpe a golpe, fue haciendo el tránsito
desde estadios muy primitivos hasta lograr pequeñas y significativas hazañas que lo fueron
haciendo crecer hasta alcanzar una posición que le ha hecho creer que es amo y señor de todo lo
que lo rodea: plantas, animales, océanos, … y por tanto con el privilegio de apropiárselos para,
entre otras cosas, destruirlos.

Avances como la capacidad de reír, de aprender, el erotismo como escalón avanzado de la

sexualidad, la construcción de viviendas que lo sacó de las cavernas, el uso de tecnologías como
las armas o las herramientas, la domesticación de plantas y animales y, por sobre todo, el dominio
del fuego, todo ello como motores que lo impulsaron hacia lo que llamaríamos “la civilización”.
Término éste que nos puede llevar a otras reflexiones que tal vez no sea este el momento ni el
espacio apropiado para adelantarlas, pero que quedan pendientes.

Muchas son las escenas o momentos que quedan indelebles en mi memoria. Como aquella
emoción con la que el protagonista observa cómo se obtiene el fuego y comprende que sus luchas
por tenerlo a su disposición han terminado, o cuando entiende cómo su cuerpo puede recibir y dar
placer, o el papel de las plantas para curar, o el poder de la risa en la cohesión grupal, … Pero
especialmente cuando, superada su lucha cotidiana por la simple sobrevivencia, puede levantar su
vista y empieza a preguntarse por el mundo que le rodea. Lucha ésta que desde entonces,
primeros pasos del hombre sobre este planeta, nos acompaña y acompañará siempre.

Me parece pertinente también anotar la importancia del contacto entre los diversos grupos
humanos para alcanzar estos logros que lo elevan en su camino, pues sólo con estos intercambios
es posible avanzar. Esta película lo
muestra muy claramente.
¡Siempre habrá quien vaya
adelante! Aquellas sociedades que
han pretendido “encerrarse” han
provocado sufrimiento y atrasos
que incluso han llevado a que hace
tan sólo 80 años, en Europa
murieran más de 15 millones de personas durante los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Sueños, o pesadillas éstas que no terminan, y aún hoy se habla de la construcción de muros que
dividan y alejen todo aquello que por “diferente” se asume como amenaza.

“La guerra del fuego”, nos habla de la lucha por la sobrevivencia, del valor del “aprender”, de la
búsqueda por la autonomía, de la importancia de movernos, de lo vital que es compartir con
otros, … conceptos todos que nos hacen y nos harán cada vez más dignos de ser seres humanos.
(Filandia-Q., mayo de 2019)