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HISTORIA DE LA IGLESIA EN MÉXICO.

CAPÍTULO I
LA IGLESIA EN NUEVA ESPAÑA.

1. La Iglesia en la Nueva España.

El 13 de Agosto de 1521, Hernán Cortés conquistaba Tenochtitlan, capital del imperio azteca. Esta conquista
fue de los más grandes genocidios de la historia de la humanidad.

1.1. La donación apostólica.

Portugal y España estaban conquistando las tierras del continente Americano. Para evitar conflictos entre
ambas potencias, acudieron ante el papa Alejandro VI, pidiéndole señalara las direcciones en las que podían
penetrar militarmente, someter a los naturales, saquear sus riquezas y enseñarles la religión católica. El papa
promulgó el decreto el 4 de mayo de 1493.

1.2. El requerimiento

De 1492 a 1511 los españoles esclavizaron en la Antillas a cuantos indígenas pudieron. En 1511 Fernando el
católico convocó a una junta para tratar estos métodos utilizados por los españoles. Fue redactado el
documento llamado REQUERIMIENTO, que resumía algunas propuestas católicas:

 Existencia de Dios creador


 Fundación del papado
 El papa gozaba de jurisdicción temporal sobre el mundo entero
 Jurisdicción que el papa había recibido para ejercitar entre los fieles e infieles
 La donación papal a España, de tierras, habitantes y riquezas

1.3. La ilegitimidad y crueldad de la conquista

Fray Bartolomé de las Casas protestó en contra de la conquista diciendo:

 La conquista es injustísima e infernal


 La Iglesia tiene el derecho de predicar el evangelio, pero no con la violencia
 Por su idolatría los indígenas no pueden ser castigados puesto que la practican de buena fe
 Si los Reyes católicos y Carlos v apoyaron las conquistas, pecaron gravemente

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1.4. Las estructuras novohispanas

Caída la ciudad de Tenochtitlan, el 13 de agosto de 1521, Cortés decretó que todo el territorio dominado por
los aztecas pasaba a ser propiedad del emperador Carlos V, el cual lo repartía en propiedad a los
conquistadores. A este tipo de propiedad se la llamaba ENCOMIENDA. Cortés tomo para sí 23 mil indígenas
que le sirvieran y le pagaran impuestos, sobre los cuales tendría perpetua jurisdicción civil, criminal y religiosa.

La Encomienda fue causa de enorme mortalidad entre los indígenas que no pudieron resistir a tan inhumana
opresión. Fray Bartolomé de las Casas se opuso con toda energía, pero inútilmente, a este sistema de
esclavitud. El mismo Carlos V se vio precisado a terminar con tan funesto régimen económico y social en
1542.

La Nueva España estuvo conformada por una sociedad mestiza jerarquizada:

 Al nacido de español e indígena se le llamó MESTIZO


 Al nacido de padres españoles se le llamó CRIOLLO
 Al nacido de blancos con negras se le llamó MULATO

Los negros llegaron para ser esclavos y así permanecieron hasta que el cura Miguel Hidalgo expidió el decreto
que les otorgó la recuperación de la libertad innata. Los criollos y mestizos aprovecharon las oportunidades
que tuvieron en la industria, minería y agricultura. La colonia novohispana quedó constituida, desde un
principio, bajo el signo de la injusticia social. Monopolizados los medios de producción por los españoles,
mantuvieron sometidos a los demás grupos por trescientos largos años.

1.5. Los primeros sacerdotes de la Nueva España

El clérigo Juan Díaz ofició la primera Eucaristía en nuestro suelo. Su labor se redujo a proporcionar servicios
religiosos a sus compatriotas, bautizar algunos indígenas -por ejemplo a la Malinche-, explicar su religión a
caciques o, en fin, a contener los ímpetus crueles de Hernán Cortés.

1.6. Los Franciscanos

El 13 de Agosto vinieron los franciscanos: Juan de Tecto, Juan de Aora, y el hermano lego Pedro de Gante, el
cual trabajó hasta 1572 a favor de la conversión y enseñanza de los indígenas.

El 13 de mayo de 1524 desembarcaron de Veracruz 12 franciscanos más, enviados por el papa Adriano VI. El
más famoso fue Toribio de Benavente (conocido como Motolinia), adversario de Fray Bartolomé de las Casas.
Pocos sacerdotes diocesanos hubo en los principios, en la llamada primera evangelización. Ésta se debe
exclusivamente a los franciscanos. De posteriores expediciones, fray Bernardino de Sahagún fue hombre muy
activo.

Hasta 1535 dependieron de la Provincia de Extremadura. Ese año establecieron en México la provincia del
Santo Evangelio, en 1559 la de Yucatán, y en 1565 la de Michoacán.

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Los Franciscanos trataban de amar a Dios, amando a los indígenas. Optaron por interponerse entre la espada
del conquistador y el indígena caído. Ellos y los religiosos posteriores se esforzaron porque en la Nueva
España desapareciera la crueldad implantada desde 1521, si bien su éxito no pudo ser inmediato. Entregaron
sus energías a instruir y a convertir a los indígenas al cristianismo.

El aprendizaje de la lengua era indispensable para conocer los valores de la cultura indígena. Los religiosos
tuvieron que aprender más de una entre ellas; huasteca, tarasca, mixteca, zapoteca, totonaca, maya, según al
sitio al que fueran a entregar su vida.

Los franciscanos comenzaron su trabajo en el centro del país, partiendo desde la capital, de Texcoco,
Churubusco, y de Tlaxcala, Tepeaca y Huejotzingo, también llegaron a los estados de Michoacán, Morelos,
Hidalgo, Jalisco, Zacatecas y, después, Durango, Chihuahua, Sinaloa, Coahuila, Texas y California.

Al estudio de la cultura indígena y a la protección de sus individuos, añadieron los franciscanos la impartición
de sacramentos, tres en los inicios. El indígena podía ser bautizado. Los casados debían optar por el
matrimonio monógamo, determinaron que el varón recibiera el sacramento con la mujer elegida entre las
varias que pudiera tener. También se les inculcó desde un principio el sacramento de la Reconciliación. La
unción de los enfermos casi no fue usada en los inicios, por la falta de óleos, ni obispos que lo proporcionaran.
Los franciscanos habían recibido de León X el privilegio de actuar como ministros extraordinarios de la
Confirmación, únicamente Motolinia usó las facultades.

Pronto comprendieron los franciscanos que el futuro del cristianismo novohispano dependía de la formación
de la niñez, más que de los viejos. Recibían a los niños en sus anexos conventuales y los educaron con
esmero. Los primeros franciscanos se dedicaron con esmero a destruir dioses, templos y códices, con lo cual,
sin pretenderlo, sepultaron valiosísimos datos históricos que, en mínima parte, pudo rescatar fray Bernardino
de Sahagún.

Los franciscanos intuyeron que la religión indígena no podía ser sintetizada con la católica. Varias verdades
religiosas de los indígenas eran similares a otras cristianas, por ejemplo los conceptos de vida eterna, infierno,
bautismo o confirmación. La falta de resultados en la evangelización, indujo a que la práctica oficial optara por
la destrucción en vez de la síntesis.

La resistencia que opusieron los indígenas para salvar sus creencias fue pasiva después de la masacre de
1521. Optaron por la idolatría oculta bajo la tierra que detenían los símbolos cristianos. Como resultado, el
pensamiento y la moral indígena se hicieron flexibles, ambiguos, adaptables. El corazón de los indígenas,
aceptó del cristianismo, el misterio del Calvario (muerte) más que el de la Resurrección.

1.7. Los Dominicos

El 2 de Julio de 1526 llegaron de San Juan de Ulúa los dominicos. La expedición dirigida por fray Tomás Ortiz,
afrontó especiales dificultades, cuatro decidieron regresar a España, y en 1527 murieron cinco de los
restantes. La comitiva quedó reducida a tres personas. En 1528 recibieron el auxilio de siete hermanos.

Establecieron en 1532 la Provincia de Santiago Apóstol. En 1551 fundaron la de Chiapas y Guatemala.


Oaxaca los fue en 1595.

El primer Obispo de la Nueva España fue dominico: fray Julián de Garcés, tuvo un desempeño importante en
la publicación de la Bula Sublimis Deus de Paulo III. Que defendía la racionalidad indígena, malévolamente
atacada, por los conquistadores. Distinguidísimo obispo fue también fray Bartolomé de la Casas.

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Por derecho de herencia los dominicos se ocuparon del tribunal de la Inquisición. El papel que desempeñaron
en la Universidad desde su fundación, y después de manera constante, fue brillante.

Los dominicos extendieron sus afanes apostólicos hacia el territorio norteño de la Nueva España, a la llamada
sierra Gorda, franja localizada entre los estados de Querétaro, San Luis Potosí y Guanajuato.

1.8. Los Agustinos

El 7 de julio de 1533 llegaron a la ciudad de México siete agustinos encabezados por fray Agustín de la
Coruña. Su campo de acción, a partir el centro territorial, quedó situado en el occidente y oriente de la
república actual.

Los agustinos desplegaron su actividad en la conversión de las comunidades indígenas y a la atención del
pueblo urbano de la Nueva España.

1.9. Otros religiosos

En 1572 llegaron los jesuitas, se instalaron en 1580, los franciscanos descalzos de san Pedro de Alcántara; en
1585, los contemplativos carmelitas y en 1589 los mercedarios. Bernardino de Álvarez, empezó sus
actividades benéficas en 1566. Reunió en torno a sí a un grupo de seguidores, llamados hipólitos, porque su
primer hospital limitaba con la Iglesia dedicada a San Hipólito. Esta congregación de origen mexicano prestó
a la población invaluables servicios, por la red de hospitales que tenía y sus servicios de salud que prestó a
toda la población.

1.10. Religiosas

En 1540 arribaron las monjas concepcionistas (rama franciscana). Las dominicas llegaron en 1580. Las
clarisas iniciaron sus actividades en 1570. Las jerónimas en 1585. Las religiosas vivían de la caridad y de la
cantidad que cada una aportaba al ingresar al convento. A parte de cumplir con sus obligaciones espirituales,
las religiosas se ocupaban de diversos quehaceres manuales u obras de beneficencia social.

1.11. El primer obispo

No se puede hablar de la existencia formal de la Iglesia católica en la Nueva España sino hasta que fue
erigida la primera diócesis, la de Tlaxcala, en 1527. Hasta el año de 1580 podemos contar un total de siete
diócesis episcopales.

 En 1527, fray Julián de Garcés, dominico, tomó posesión de su diócesis, Tlaxcala, trasladada a Puebla
en 1539.
 México fue la segunda diócesis. Arribó a ella fray Juan de Zumárraga en 1527, y la gobernó hasta
1548.
 En 1535 fue constituida Oaxaca como tercera diócesis, el primer obispo fue don Juan López Zarate
 Don Vasco de Quiroga cuidó la diócesis de Michoacán desde 1538 hasta 1565.

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 Fray Bartolomé de las Casas, fue desde 1545, el primer obispo efectivo de Chiapas, aceptada su
renuncia en 1551.
 El primero de Guadalajara, don Pedro Gómes Maraver, rigió la diócesis d 1548 a 1551.
 La séptima y última diócesis fue la de Yucatán, cuyo primer obispo fue Francisco de Toral, franciscano,
tomó posesión en 1562 y gobernó hasta 1571.

1.12. El trabajo de los primeros obispos

El trabajo realizado por Vasco de Quiroga es digno de admiración y ejemplo. Siempre amó entrañablemente a
los indígenas. Consagrado obispo, su celo no tuvo límites. Organizó efectivamente la diócesis, inculcó el
cristianismo valiéndose de la predicación verbal y testimonial. Construyó hospitales que, atendidos por toda la
comunidad, protegían la salud de los tarascos. La peste de 1575 no abatió a Michoacán gracias a esas
instituciones. Edificó el colegio de San Nicolás, que posteriormente habrá de ser atendido por los jesuitas.
Todos los miembros de la comunidad trabajan las tierras, atendía el ganado o cuidaban de los molinos
instalados. Cada pueblo se ocupaba, además, de una manufactura particular, telares, carpintería, cerámica,
etc. Los pueblos comerciaban entre sí los diversos productos, a efecto de compartir los bienes para no
competir por ellos.

El obispo Garcés se distinguió por su actividad a favor del reconocimiento de la dignidad humana de los
indígenas. Fray Juan de Zumárraga se enfrentó a las barbaridades de la primera Audiencia. El Dr. Moya de
Contreras presidente del Consejo de la Indias, recibió y protegió a los Jesuitas. Fray Alonso de Montúfar,
inauguró la Universidad, convocó dos concilios y edificó la segunda ermita guadalupana.

Las diócesis eran muy extensas y por consiguiente muy difíciles de conocer y recorres: el obispado de México
se extendía del pacífico al Golfo.

Todas las sedes episcopales fueron centros cultuales, cristianos, benéficos y sociales. Los obispos
organizaron la estructura eclesiástica, estableciendo cabildos o agrupaciones de canónigos, que gobernaban
la diócesis en ausencia o muerte del obispo.

Los jesuitas se enfocaron en cuidar la formación de los futuros sacerdotes, en los colegios que instalarán a los
largo de su estancia en México.

En la Nueva España desempeñaron sus funciones 171 obispos. Fueron españoles 130, nacidos en Nueva
España 32, de otros países de América o Filipinas eran 9.

1.13. El Tribunal de la Inquisición

Esta institución político-religiosa fue organizada en Nueva España en 1571. Cortés se había autonombrado
una especie de inquisidor. Cuando los tres primeros franciscanos llegaron, correspondió a ellos llevar a cabo
las tareas de inquisidores. Motolinia, era el perseguidor de los conquistadores blasfemos.

El obispo Zumárraga fue inquisidor de 1535 a1543. Persiguió la adoración a dioses indígenas. En 1539
ordenó la ejecución de Carlos, cacique de Texcoco. En 1540 la legislación real determinará que los indígenas
no quedarán, en adelante, sujetos a la Inquisición.

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El 25 de enero de 1569 Felipe II instituyó formalmente el Tribunal para Nueva España, Filipinas, Guatemala y
Nicaragua. Nombró al Dr. Mora de Contreras primer inquisidor oficial. El 2 de Noviembre de 1571 fueron
inauguradas las actividades del Tribunal, en la Ciudad de México.

La Inquisición perseguía:

 Delitos contra la moral: la blasfemia, bigamia, supersticiones


 Delitos contra la fe: herejía (calvinista, luterana, etc.), apostasía, judaísmo y cisma

El procedimiento que usaba el Tribunal era:

 Guardaba en secreto el nombre del acusador


 Su denuncia era investigada
 Si el sospechoso parecía culpable, era apresado y confiscados sus bienes
 Durante el proceso el sospechoso permanecía incomunicado
 Era interrogado el sospechoso y sometía a declaraciones de testigos
 Si era considerado el delito grave sufría el tormento del potro (el potro, es un instrumento de tortura en
el que la víctima, atado de pies y manos con unas cuerdas o cintas de cuero, a los dos extremos de
este aparato, era tirada lentamente produciendo la luxación de todas las articulaciones: muñecas,
tobillos, codos, rodillas, hombros y cadera).
 Para dar tormento a algún reo se necesitaba la petición por escrito del fiscal
 El verdugo tenía tapado el rostro. Aplicaba el castigo por grados, pasando del inferior al superior. Tal
calamidad determinaba si el reo confesaba, o si era inútil seguir aumentándole el dolor
 Si quedaba probado que el acusado era inocente, era absuelto: Absolución de la instanciase era
porque no se había probado ni que era inocente ni que era culpable. Penitente reconciliado era el
culpable que mostraba su arrepentimiento.
 Si el acusado era responsable de haber cometido un delito menor tenía que cumplir su penitencia
menor, vestido con un sayal blanco y un gorro que se adelgazaba arriba
 Relajado se le llamaba al preso que era sentenciado a ser entregado (relajado) a la autoridad civil para
que fuera quemado o sufriera el garrote (fierro que se enterraba en la nuca)
 Toda la gente acudía a ver estas muertes en las ceremonias llamadas Autos de fe
 Él o los reos, montados sobre burros, viajaban de la cárcel a la plaza donde se celebraba el acto. En el
trayecto la gente le pedía a grito que se arrepintiera

En aquellos tiempos la gente veía con buenos ojos la existencia del Santo Oficio, pues consideraba que era
necesario perseguir los delitos que investigaba. A comienzos del siglo XIX ya no fue tan generalmente
aprobada.

1.14. El Patronato

Durante trescientos años que duró la vida colonial, las relaciones del Estado español con la Iglesia católica
estuvieron regidas por el conjunto de leyes y costumbres conocidas con el nombre de PATRONATO.

En el año de 1493, mediante la Bula Inter Caetera de Alejandro VI permitió que los reyes de la unidad
española se apropiaran la facultad de enviar misioneros a las tierras descubiertas. El Pontífice, en 1501 (Bula
Eximiae Devotionis) concedió que los reyes recibieran los diezmos, a cambio de atender los gastos que
requería el funcionamiento de la Iglesia.

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El rey gobernaba por derecho divino, según las concepciones de la época, y regía la Iglesia de España y sus
colonias. Al papa se reservaban las cuestiones dogmáticas, y las de disciplina universal. Al Virrey
correspondía gobernar la Iglesia Novohispana. En virtud del patronato, la Iglesia colonial no fue independiente
del poder civil, sino que permaneció intrínsecamente dominada por él.

Las órdenes religiosas dependían del Papa a través del respectivo superior general, establecido en Roma,
quien nombraba un provincial para la Nueva España; pero los religiosos tenían que actuar de manera
dependiente de la legislación secular y religiosa venida del Patronato.

El poder real sujetaba a los sínodos a su aprobación, arreglaba diferencias entre obispos y regulares,
aprobaba o rechazaba libros, dictaba o evitaba excomuniones.

1.15. Los diezmos y primicias

El papa Alejandro VI, el 16 de septiembre de 1501, concedió a la corona española cobrar, en beneficio de ella,
los diezmos y las primicias de sus dominios. A cambio de ello el rey debería encargarse de construir templos y
sostener el culto. Posteriormente los reyes devolvieron a la Iglesia este privilegio.

1.16. Secularización de las doctrinas

La primera evangelización, como leíamos, fue llevada a cabo por los religiosos franciscanos, dominicos y
agustinos. Cuando ya hubo suficiente clero diocesano, fue ocupando, el centro de la Nueva España, estas
doctrinas (lugares de evangelización de los primeros misioneros), pasaron a llamarse parroquias. El cambio
fue lento y no exento de dificultades. Tardó más de un siglo en llevarse a cabo (de 1541 en adelante). Fue un
asunto espinoso, en parte porque los religiosos no siempre querían dejar sus doctrinas (formadas con tanto
esfuerzo), por otra parte los indígenas estaban encariñados con los religiosos y no admitían que se fueran.

1.17. Los Concilios

En el año de 1555 el arzobispo Montúfar convocó una asamblea conciliar de la Provincia eclesiástica
mexicana (primer Concilio). Estuvo compuesta por los prelados (o representantes) de las diócesis
establecidas. Los trabajos que realizaron fueron:

 Emitir diversos cánones relativos a purificar las costumbres clericales


 Se ocuparon de la evangelización y vida indígena en general
 De las escuelas y hospitales que habrían de construirse
 De los límites jurisdiccionales entre los diocesanos y religiosos

El segundo concilio efectuado en 1565 consideró: Adaptar para Nueva España las disposiciones universales
del Trento

Los dos concilios fueron de mucha importancia, pues:

 Unificaron los criterios apostólicos


 Dieron cohesión a la actividad ministerial
 Organizaron las fuerzas vivas de la Iglesia

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 Cuidaron de la situación indígena

El tercer concilio (1585) fue presidido por el Sr. Moya de Contreras, arzobispo de México. Emitió la legislación
que se mantuvo vigente durante tres siglos: sobre los sacramentos, párrocos, parroquias, monasterios, delitos,
juicios y penas.

El cuarto concilio será en el S. XVII, y el quinto y último, en el S. XIX.

1.18. Las instituciones educativas

La Universidad novohispana fue precedida de pequeñas escuelas conventuales. En ellas los religiosos
recogieron a los niños indígenas para proporcionarles alguna instrucción intelectual. En Nueva España, el
nacimiento y consolidación de las instituciones educativas fue obra de la Iglesia.

En Texcoco, los franciscanos Gante y Tecto, en 1523 establecieron la primera escuela colonial que atendió a
unos cuantos niños indígenas. Fray Pedro Gante realizó otro tanto en el convento capitalino de San Francisco,
no estando satisfecho por la demanda y falta de cupo, el franciscano estableció, en la misma capital, el colegio
de San José de los naturales, en 1526.

En santo cruz de Tlatelolco, en 1533. Estudiaban 60 alumnos de 10 a 12 años. Tlatelolco fue el eslabón entre
el aula rudimentaria y la futura universidad. Enseñó retórica, filosofía, teología y medicina.

En 1547 se inauguraron las lecciones de san Juan de Letrán. Fue asilo para algunos de los niños indígenas, y
ocasión para que aprendieran oficios y primeras letras.

1.19. La educación en provincia

Don Vasco de Quiroga en 1540 inauguró el Seminario de San Nicolás. En el mismo año los agustinos
extendieron su cadena de escuelas desde Tiripiteo y Yuririapúndaro, a Cuitzeo, Salamanca, Acolman,
Ixmiquilpan y Puebla.

Los franciscanos imitaron los métodos de Fray Pedro de Gante en Pueblo, Mérida, Celaya, Querétaro e
Irapuato.

Los dominicos atendieron centros educativos en Puebla y Oaxaca. El arzobispo Albuquerque, en 1562, inició
las actividades del colegio de San Bartolomé, en la diócesis oaxaqueña.

1.20. La universidad

Hasta 1551 la corona expidió la cédula de erección de la Universidad. El 3 de Junio de 1553 fue abierta la
matrícula a los estudiantes. La construcción del edificio terminó en 1631. Los estatutos de salamanca rigieron
la vida universitaria hasta la reforma que llevó a cabo el obispo Palafox y Mendoza. En 1574 se inicia la
cátedra de medicina y, en 1580, la de mexicano. El 7 de Octubre de 1597 el papa Clemente VIII añadió a la
categoría de Real y Pontificia a la universidad. En 1792 se estableció la Real y Pontifica Universidad de
Guadalajara.

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1.21. Las Iglesias y los conventos

La mayoría de los templos construidos durante la etapa de la conquista constaban de una sola nave, orientada
hacia el occidente, disponía de un lugar para que se instalara el coro. Los templos monumentales añadían un
presbiterio amplio, cúpula cuadrada y bóveda de medio cañón. Los templos pequeños constaban de
presbiterio reducido y carecían de cúpula. Al lado derecho de la Iglesia se edificaba el convento, de uno, dos o
tres claustros.

La Iglesia y el convento quedaban en medio de un terreno espacioso llamado, por el frente atrio; por atrás
huerto, en el cual estaban también los patios y las caballerizas. La magnitud del atrio correspondía a la
necesidad de realizar en él las funciones religiosas. Al principio, los bautizos, bodas, confesiones, catecismo,
canto y danzas, eran celebrados al aire libre, pues el indígena estaba acostumbrado a realizar sus actos al
rayo del sol. La misa era celebrada desde la capilla abierta, que daba al atrio del templo. Este balcón, recurso
ideado por Pedro de Gante. Así como las capillas posas y la cruz del atrio.

Los conventos importantes fueron construcciones macizas, de muros altos, coronados de almenas. Los
religiosos que los habitaban, destinaron una parte para aulas. Los conventos fomentaron asimismo, la
ganadería, agricultura, comercio e industria en la zona.

1.22. La medicina y los hospitales

Parece que el primer médico español que habitó la colonia fue el Dr. Olivares, quien llegó en 1524. Los
conocimientos médicos de los indígenas no pudieron ser relegados al olvido, porque su efectividad curativa lo
impedía. El Dr. Alonso López de Hinojosa, imprimió en 1585, su libro Suma y Recopilación de la cirugía.
Importante libro porque concentraba los conocimientos indígenas, posteriormente llamado Herbario.

Los primeros hospitales que cuidaron de la salud de los novohispanos, fueron instalados, en los conventos. El
primer hospital, llamado de la Purísima, de Marqués y, hasta el día de hoy, de Jesús Nazareno, curaba locos,
sifilíticos españoles e indígenas. En 1524 se construyó el hospital de San Lázaro. En 1539 el obispo
Zumárraga construyó el hospital del Amor de Dios.

1.23. La Virgen de Guadalupe

Los dogmas marianos de la Iglesia católica habían sido ampliamente enseñados al pueblo. El culto a la Madre
de Dios se extendía a lo largo de toda la colonia, con diversas advocaciones. En Zacatecas, desde 1530, se
veneraba a Nuestra Señora del Patrocinio; hacia 1538 empezó el culto, en Pátzcuaro, de Nuestra Señora de la
Salud, promovida por don Vasco; la devoción a la Virgen de Zapopan es de 1541; nuestra Señora de
Salvatierra en 1544; en1558 se colocó el cuadro de la Virgen del Perdón en la Catedral de la ciudad de
México. En esa capital estaba Nuestra Señora de los Remedios, que había llegado junto con los primeros
españoles.

Este culto, de varias advocaciones, se fue centralizando poco a poco en la Virgen de Guadalupe, de manera
especial a partir del S. XVII. Permanecerán después diversas advocaciones, pero sobresaldrá esencialmente
la Guadalupana. La reconstrucción sucesiva del recinto dedicado a la Virgen del Tepeyac revela, que el culto
guadalupano fue paulatinamente local, después regional y desde comienzos del S. XVII nacional.

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Santa María de Guadalupe se apareció a un indígena azteca, llamado Juan Diego desde su bautismo, los días
sábado 9 (dos veces), domingo 10, martes 12 (a Juan Diego y Juan Bernardino), del mes de diciembre de
1531 a los diez años de la conquista del imperio azteca. La Virgen donó su imagen a Juan Diego. El mensaje
de María a Juan fue misericordioso: sería Ella la protectora del pueblo mexicano, que se encontraba
traumatizado a causa de la terrible opresión a que estaba sujeto. A partir del 1531 la Virgen de Guadalupe fue
la esencia del alma mexicana, el motivo supremo de su alegría, el objetivo del sentimiento más puro de
corazón mestizo e indígena y el fundamento de la nueva raza.

La aparición fue vista únicamente por Juan Diego, que transmitió al incrédulo obispo Zumárraga. Las
apariciones de la Virgen están avaladas por la tradición oral, escrita y arqueológica.

Con Juan Diego arranca la tradición oral acerca de la aparición. Desde entonces de generación en
generación, se ha transmitido hasta nuestros días. Antes de poder hablar, la mayoría de los niños mexicanos
ya conocen a la Virgen de Guadalupe. Además de la tradición oral, se da ampliamente la tradición escrita. Son
documentos o mapas que hablan de la aparición, o de Juan Diego, o del culto que se empieza a tributar a la
Virgen, o bien de la aparición y el culto. De entre ellos están:

 Documentos indígenas
o Nican Mopohua de Antón Valeriano. Redactado en Náhuatl en 1540, contiene el relato original y
tradicional de las apariciones.
o Añalejo de Bartolache, 1554
o Testamento de San Buenaventura Cuauhtitlan, 1559

 Documentos españoles
o Testamento de Bartolomé López, 1537
o Controversia Montúfar-Bustamante, 1556
o Bernal Díaz del Castillo, 1560

 Documentos indo-españoles
o Nican Moctecpana de Fernando de Alva Ixtlixóchitl, 1590. Heredó de Valeriano el Nican
Mopohua. Ofrece más datos acerca de la vida de Juan Diego y narra los primeros milagros que
realizó la Virgen de Guadalupe.
o Inin Huey Tlamahuizoltica, S. XVI
o Mapa de Alva Ixtlixóchitl, 1608
o Códice 1548 o códice Escala, S. XVI. Es una piel de animal en el que están dibujadas dos de
las apariciones de la Virgen a Juan Diego. Además está la firma de fray Bernardino de Sahagún
testificando las apariciones a Juan Diego.

Desde 1531 ha habido un reducido grupo de antiaparicionistas. Por ejemplo, en 1556, el provincial dominico
Francisco de Bustamante decía que la imagen había sido pintada por el indígena Marcos Aquino.
Recientemente el antiguo abad de la Basílica llamado Guillermo Shulemburg, de origen alemán, decía que las
apariciones de la Virgen no eran reales. Según los antiaparicionistas el indígena Marcos pintó la imagen de la
Virgen.

La tradición arqueológica es igualmente importante. En 1531 el arzobispo Zumárraga mandó construir la


ermita a la Virgen de Guadalupe. En 1596 subió de categoría, pasando de capellanía a vicaría. Duró hasta
1622, en que se construyó un templo mayor. Se le llamó la Iglesia. En 1647 los indígenas realizaron una
nueva construcción que por ellos fue llamada ermita de los indios. En 1702 el templo fue designado parroquia,
en 1750 ascendió a colegiala y parroquia archipresbiterial. En 1802, 1887 y 1929 se realizaron importantes

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reformas. La elevación de la colegiala a la dignidad de Basílica fue concedida por el papa León XIII al
arzobispo de México Próspero Alarcón en 1904. En 1976 se construyó la Basílica actual.

El beato Juan Diego vio y habló con la Virgen. En 1666 el cabildo de la catedral de México, mandó tomar
información sobre las apariciones y la vida de Juan Diego para enviarlas a Roma pidiendo la concesión
litúrgica de oficio y misa propios de la Virgen de Guadalupe. Como resultado de ella, las informaciones
recogieron la tradición oral existente hasta entonces. Todos los testigos consultados dijeron que sí tuvieron
lugar las apariciones, supieron de ellas desde niños, los ancianos del tiempo de su niñez las conocían, y nuca
oyeron nada en contra de ellas.

1.24. La pedagogía de María de Guadalupe

María de Guadalupe es un ejemplo de pedagogía que nos muestra cómo se educa a un pueblo a partir de su
cultura. A la luz del relato del Nican Mopohua, indicamos algunos rasgos de la pedagogía guadalupana:

 María tiene la iniciativa y provoca el encuentro a través de algo que al indígena le llega mucho “el canto
de los pájaros”. Conoce su alma, sabe de sus reacciones, lo toma en su realidad.
 Entabla una relación de amistad con él, a través de un diálogo franco y sencillo, lleno de cariño, de
respeto y confianza.
 Lleva a Juan Diego a que se supere. Lo promueve con delicadeza y caridad. No le acepta las excusas
de que él no es digno para la tarea confiada. De hombre convencido de su inutilidad lo convierte en
alguien convencido de su dignidad.
 Habla a Juan Diego de manera que lo entienda. No usa el castellano sino el náhuatl. Utiliza las formas
que tienen los indígenas para hablar de Dios: “el Dios por quien se vive”.
 Se vale de las figuras y de los símbolos con los cuales ellos manifiestan su modo de ver el mundo: el
sol, la luna, las estrellas.
 Le deja una imagen que los indígenas entenderán muy bien:
o Una mujer que tiene en su vientre el trébol de 4 hojas, símbolo del Dios por quien se vive a
quien Ella dice traer. Una mujer ni indígena ni española que se dirige al pueblo del sol.
o La luna y las estrellas la adornan, como signo de unidad en un pueblo que creía que estos
elementos eran eternos contrincantes.
o Las nubes, el viejo con alas, el tipo y el color de plumas, cada detalle es parte del mensaje que
la Señora da a los indígenas, que lo entendían porque estaba encarnado en su cultura.

Los primeros misioneros hablan de que a partir del hecho Guadalupano los indígenas se convirtieron en masa.
La historia de la fe nos dice que María de Guadalupe se posesionó del corazón de nuestro pueblo de tal
forma que aún ahora sigue siendo el signo más eficaz para convocar a los mexicanos.

María de Guadalupe es como una catequesis viviente en nuestro pueblo y puede enseñar a la catequesis
mexicana cómo hay que educarlo a través de una pedagogía encarnada en la cultura de cada época.

11
CAPÍTULO II
EL SIGLO XVII.

La estructura novohispana no se modificó en este siglo con respecto al anterior. La economía siguió centrada
en la explotación de las minas, grandes haciendas, ranchos agrícolas y ganaderos, artesanías, comercio local
y aun regional, pequeños y contados talleres. La sociedad se mantuvo estratificada. El grupo principal estaba
compuesto por los españoles. Las demás clases sociales, desde los criollos hasta los esclavos, sufrían
diversos grados de discriminación. La injusticia social era extrema. Las cuestiones políticas tampoco sufrieron
variación alguna.

2.1. El clero

Las órdenes religiosas proseguían sus labores en los primeros territorios que ocuparon. Las misiones del norte
fueron creciendo lentamente. Los franciscanos andaban en Coahuila, Texas, nuevo México, Nuevo León. Los
jesuitas llegaban al sur de Coahuila, Durango, Sinaloa, sur de Sonora y Chihuahua. Sólo una diócesis fundó el
reyen Nueva España: Durango, en 1620. Con ésta eran ocho las diócesis establecidas. El clero diocesano
había crecido mucho en número. Estaba tomando las misiones de los religiosos, y convirtiéndolas en
parroquias en el territorio evangelizado.

2.2. El obispo Juan de Palafox Mendoza y los jesuitas

El obispo Juan de Palafox estudio jurisprudencia y se ordenó sacerdote. El rey Felipe IV lo envió a Nueva
España el 18 de abril de 1640. El señor Palafox traía el nombramiento de visitador del reino, obispo de Puebla
y juez de residencia del virrey en función. Pronto recibió otros nombramientos: virrey, presidente de la
Audiencia, capitán general (equivalente al secretario de defensa actual). Es el personaje de la historia de
México que más poder ha concentrado en sí mismo.

Terminó casi toda la catedral de Puebla, fundó tres colegios y convento femenino de Santa Inés. Construyó
más de 40 templos. Dejó a Puebla una amplia y variada biblioteca. Escribió las constituciones de la
Universidad de México.

Durante su vida sostuvo cuatro grandes pleitos, contra el virrey Escalona, contra los franciscanos, contra los
jesuitas, contra el rey Felipe IV. Perdió los dos últimos. Decidió quitarles a los franciscanos las misiones para
entregarlas, al clero diocesano. Recibía diezmos de cientos de haciendas situadas en su enorme diócesis.
Quería también que los jesuitas le pagaran diezmos de seis haciendas que tenían para sostener los tres
colegios que dirigían en Puebla. Los jesuitas no pagaban el diezmo por causa de un privilegio papal de que
gozaban.

En realidad Don Palafox no le agradaban los jesuitas. No aceptaba que los jesuitas no fueran sacerdotes
diocesanos ni tampoco frailes conventuales. La moral que predicaban los jesuitas le parecía blanda y relajada.
Él era jansenista. Él defendía una moral muy severa, muy rígida. Rechazaba la pastoral de los jesuitas.
Pensaba que la Compañía de Jesús era una organización que dañaba a la Iglesia y que debía de ser
extinguida por completo (cien años después los será). El obispo Palafox lanzó un edicto tachando a los

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jesuitas de desobedientes al Concilio de Trento y al Papa. Prohibió a los jesuitas predicar y confesar. El
provincial de los jesuitas presentó una lista de 28 agravios que, según él, había hecho el obispo Palafox a la
Compañía de Jesús. Pedía que los jesuitas regresaran a sus ministerios. El 2 de abril de 1647 los jueces
emitieron su dictamen que resultó a favor de los jesuitas.

El obispo huyó de la ciudad de Puebla mencionando que los jesuitas pretendían asesinarlo. Fue a radicar a un
lugar oculto rumbo a Perote, Veracruz. En noviembre de 1647, el obispo Palafox regresó a la ciudad de
Puebla. El 6 de febrero de 1648 el rey Felipe IV ordenó al obispo Palafox que se trasladara a España. No hizo
caso sino hasta un año después.

Falleció el 1 de octubre de 1659. En 1691, fue introducida su causa de canonización, pero fracasó, se observó
que el obispo Palafox tenía afirmaciones jansenistas, prohibidas por los papas. Actualmente ostenta el grado
de venerable.

2.3. Don Guillén de Lampart

Guillén de Lampart o Lamport nació en Irlanda en 1615. Vino a la Nueva España en 1640, con el virrey y
marqués de Villena. De 1642 a 1659 estuvo en la cárcel de la Inquisición. En su celda escribió su Regio
Salterio en pedazos de sabanas y con tinta de chocolate y humo. Se le acusaba de haber formulado un plan
para independizar a la Nueva España. Fue condenado como seguidor de Calvino y Lutero.

De su Regio Salterio está: “Decidme, mis americanos fieles, que decís ser del Señor: ¿Por qué compran y
venden a los hombres como bestias? ¿Qué potestad tienen sobre la libertad del prójimo (libertad) que no se
vende por oro alguno? Ellos nacieron libres como ustedes: y así como a ellos no les es lícito hacernos
cautivos, así tampoco a nosotros nos es lícito reducirlos a cruel servidumbre.

Lampart puede ser considerado precursor de la independencia y derechos humanos.

2.4. Nuevos religiosos y religiosas

Los benedictinos llegaron en 1602. Establecieron el priorato de Nuestra Señora de Monserrat en 1614, con
seis monjes. Enseñaban latín, atendían a los pobres, cultivaban la tierra (trajeron la ciruela) y copiaban
manuscritos de historia antigua. Siete obispos de la Nueva España fueron benedictinos.

Los juaninos arribaron en 1603. Se instalaron en el hospital de San Juan de Dios y varios hospitales en
diversos estados. Se dedicaron a atender a enfermos.

Los antoninos o monjes de san Antonio Abad, iniciaron sus actividades en la Ciudad de México en 1628.
Construyeron un hospital para leprosos.

Los filipenses u oratorianos viven en común pero no emiten votos. En 1697 el papa Inocencio XII los
incorporó a la congregación de San Felipe Neri de Roma. Fundaron oratorios en Puebla, Guadalajara,
Oaxaca, Orizaba, Querétaro. Los betlemitas llegaron a México en 1674 y establecieron su hospital.

Las religiosas carmelitas, en 1600, abrieron su monasterio en México. Las capuchinas, rama franciscana,
llegaron en 1600. En estos tiempos todas las religiosas eran contemplativas y vivían bajo clausura. Desde el
S. XIX empezaron a realizar actividades pastorales.

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2.5. La literatura

Dos grandes personajes sobresalen en las letras novohispanas del S. XVII: sor Juan Inés de la Cruz y el padre
Carlos Sigüenza y Góngora.

Sor Juan Inés de la Cruz. A los tres años sabía leer. Aprendió latín. En 1667, a los 16 años, se hizo religiosa
carmelita. En 1689, en Madrid, se publicó su Inundación Castálica. Fue llamada desde entonces la décima
musa y la única poetisa. Las nueve musas anteriores habían sido las nueves diosas griegas patronas de la
artes y ciencias. Sor Juan fue autodidacta. Su gran anhelo en esta vida era conocer a Dios, como san
Agustín, que deseaba conocerse a sí mismo y a Dios. No escribía por gusto, sino por necesidad, por un
impulso que Dios había puesto en ella. Sor Juana cumplía sus deberes religiosos. Dio muestras de su notable
caridad antes de morir. Vendió toda su biblioteca, sus instrumentos musicales y matemáticos, y repartió el
dinero a los pobres enfermos en una epidemia terrible en 1690. Sor Juana se olvidó de sí misma y, enferma
por auxiliar a los afectados, murió el 17 de abril de 1695.

El padre Carlos Sigüenza y Góngora nació en 1645. Fue poeta, matemático, geógrafo, astrónomo, historiador.
Perteneció a la Compañía de Jesús durante siete años de 1622 a 1669. Fue catedrático de a Universidad Real
y Pontificia de México y capellán del hospital del Amor de Dios. Fue prototipo de hombre sabio y erudito.

2.6. El avance religioso

La religión católica mejoraba en su organización y progreso. El clero, los religiosos y religiosas eran
abundantes en el centro de la Nueva España, no así las misiones.

Las diócesis funcionaban de manera regular excepto en cuanto a las sedes vacantes que eran mucho más
prolongadas de lo debido (porque el rey cobraba las rentas del obispado mientras no tuviera obispo). Los
cabidos catedralicios (especie de senado del obispo) sesionaban debidamente. El territorio evangelizado
estaba dividido en sus respectivas parroquias y en cada vez menos misiones en manos de los religiosos. La
religiosidad popular era muy parecida a la actual.

Las imponentes construcciones de los edificios de las catedrales fueron terminadas. Los jesuitas en centro
continuaban realizando sus labores pastorales y educativas con 9 instituciones para indígenas y 12 para
criollos y mestizos. A la Universidad de México acudían alrededor de 400 alumnos.

2.7. Las misiones del Norte

Los religiosos viajaban al norte para convertir al cristianismo a los habitantes de aquellas regiones, casi todas
seminómadas. Los Jesuitas llegaron a San Luis de la Paz en 1589, Sinaloa 1593 y Coahuila 1594,
Tarahumara 1611, Baja California 1697, Nayarit 1722 ; los Franciscanos llegaron a Nuevo México 1600,
Nuevo León 1675; los Dominicos se establecieron en la llamada sierra gorda en 1686 (norte de Querétaro,
Guanajuato, San Luis Potosí). Las misiones pretendían evangelizar a los indígenas. Les enseñaban el dogma
y la moral cristiana, y a vivir en poblados estables en donde aprendían las técnicas de la agricultura,
ganadería, etc. En las misiones se produjo necesariamente un choque de culturas, de ahí las sublevaciones
que se dieron. Los misioneros experimentaban grandes dificultades para llevar a cabo su pastoral. El rey decía

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apoyarlos, pero pocas veces lo hacía, lo mismo hacían los virreyes, gobernadores, caciques y soldados.
Impedían continuamente el trabajo pastoral porque ellos tenían fines de lucro y poder.

2.8. Las rebeliones

En 1616 tomaron las armas los tepehuanes de Durango. Mataron en pocos días a los jesuitas, junto con
algunos franciscanos y dominicos, así como decenas de catecúmenos fieles a los misioneros. En la
Tarahumara, Chihuahua, perdieron la vida, en 1632, los jesuitas, con ochos niños y otros neófitos. En
Carbona, Sonora, en 1695, murió flechado el P. Javier Saeta, jesuita. Una sublevación general, en 1680,
cobró la vida de varios franciscanos. Las misiones quedaron aniquiladas en Nuevo México.

2.9. Personas notables

La madre María de Jesús Tomelín y Campos, religiosa concepcionistas poblana, nacida en 1579, gozó en su
vida de dones místicos, tales como; dones extraordinarios en la oración, contemplación de sucesos lejanos,
apariciones celestiales. La congregación para los Ritos aprobó sus virtudes en 1785.

El P. Antonio Núñez Miranda, jesuita, (1618-1695), director espiritual de sor Juana Inés de la Cruz, de tres
virreyes y de dos arzobispos. Muchos años consultor del Santo Oficio.

Fray Antonio Monroy Hijar, nacido en Querétaro en (1634-1715). Dominico, profesor de la Universidad de
México. El papa Inocencio XI lo nombró arzobispo de Santiago de Compostela y el rey Carlos II lo designó
capellán suyo y encargado de repartir las limosnas reales. Fue un prelado piadoso, desinteresado y humilde.

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CAPÍTULO III
EL SIGLO XVIII.

La economía colonial siguió su ritmo habitual y acostumbrado. El rey permitió el libre comercio desde Yucatán,
Veracruz y Campeche con otros puertos latinoamericanos para una cierta clase mercancías. La miseria creció
extraordinariamente. La Iglesia poseía grandes cantidades de tierras. Con sus capitales prestaba dinero a los
hacendados, gracias a lo cual las propiedades de éstos funcionaban. En la sociedad se agrandaron las
diferencias económicas entre las clases sociales y se hicieron extremadamente agudas. Dominaba la clase
española y era dueña de la mayor parte de la riqueza novohispana. El pueblo sucumbía por las epidemias que
eran frecuentes. Nueva España llegó a medir 4,156,483 km². El México actual cuenta con 1,963,390 km². Los
restantes 2,193,093 pasaron a propiedad de Estados Unidos, después de las dos invasiones y guerras que
realizó contra nosotros. La política se hizo cada vez más centralizada.

En 1737 el rey Felipe V celebró un concordato con la santa Sede (papa Urbano VII) por el cual los bienes de la
Iglesia quedaron sujetos al pago de impuestos a favor de la Corona. En 1717 el rey prohibió la fundación de
nuevos conventos en América. En 1734 estipuló que no ingresaran más novicios en ninguna orden religiosa
hasta 1744. En 1767 Carlos III expulsó del reino, y posesiones, a la Compañía de Jesús. En 1798 Carlo IV
hizo desparecer el fuero del clero, para no ser juzgados sino por la autoridad eclesiástica en caso de cometer
algún delito. En aquel tiempo se usaba la práctica de lo que se llamaba “el censo”. Era una forma de hacer
donaciones a la Iglesia de parte de los agricultores. Un bienhechor de la Iglesia se comprometía a dar un
dinero anual a una iglesia, orden religiosa o convento. Generalmente el censo era perpetuo. Equivalía al 5%
del capital de la hacienda o rancho.

3.1. Los religiosos

Fray Antonio Linaz estableció el colegio de misioneros llamado Propaganda Fide. Allí se prepararon los
misioneros que evangelizaron la alta California, Nuevo México, Texas.

Fray Junípero Serra caminó miles de kilómetros. Predicó en las diócesis de México, Puebla, Oaxaca,
Valladolid. Estableció misiones en la alta California, fundó siete centros misionales que actualmente son
importantes ciudades norteamericanas.

El P. Eusebio Francisco Kino. Empezó su labor evangelizadora en Baja California de donde pasó a Sonora.
De 1687 a 1711 efectuó 40 largas travesías y llegó hasta Arizona. Estableció una cadena de centros
misionales. Apaciguó a indígenas antes difíciles. Hizo pueblo, huertas, haciendas y campos de ganado. Murió
a los 70 años. Fue un verdadero padre, guía y líder de todos los indígenas que habitaban los lugares que
recorrió.

Las religiosas clarisas indígenas habitaron en el convento de Corpus Christi desde 1724. Allí profesó la nieta
de Juan Diego, llamada María Antonia de Escalona y Rosas.

Antes de la independencia había en la Nueva España 3112 religiosos, 2098 religiosas, 4229 clérigos
diocesanos, es decir, un total de 9439.

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3.2. Fondo Piadoso de las Californias

Los jesuitas establecieron un capital para el mantenimiento de las misiones de California, llamado Fondo
Piadoso de las Californias. Llegó a tener la cantidad de $1,257,000 pesos. Expulsados los jesuitas, el fondo
sirvió para sufragar los gastos de los misioneros franciscanos y dominicos que sustituyeron a aquellos.

3.3. Los mártires

En Durango los tepehuanes mataron a dos franciscanos. Cuatro jesuitas murieron mártires en California. En
Río Bravo y norte de Texas también murieron varios franciscanos.

3.4. Universidades

En 1775 en la Universidad Real y Pontificia de México se habían graduado casi 30 mil bachilleres. Alrededor
de fin de siglo habían egresado 277 licenciados y 1403 doctores en teología, derecho civil y canónico,
medicina y filosofía. En 1792 inició sus actividades la también Real y Pontificia Universidad de Guadalajara.

Los colegios de San Ildelfonso de Puebla, Santo Tomás de Guadalajara, san Javier de Mérida, de jesuitas,
junto con los dos seminarios diocesanos de Puebla, llamado San Juan y San Pedro, equivalían a otras tantas
universidades y estaban facultados a conferir grados académicos.

3.5. La Virgen de Guadalupe, Patrona de la Nueva España

En 1737 la Virgen de Guadalupe había sido declarada Patrona de la Ciudad de México. En 1747 fue
proclamada Patrona de toda la Nueva España por aclamación popular unánime.

3.6. Francisco Javier Clavijero

El ideal del P. Clavijero (731-1787) fue lograr que se reconociera la dignidad de los indígenas mexicanos tanto
en Europa como aquí mismo. No lo logró. Los indígenas siguen siendo explotados, oprimidos, humillados y
considerados seres inferiores a los demás en contra de todos los deseos, ilusiones y esfuerzos de Clavijero.

Clavijero refutó ampliamente a quienes decían que los indígenas de México no eran diferentes a las bestias
sino en la figura, que estaban claramente degradados, que no tenían memoria ni capacidad de reflexión, que
su voluntad era insensible para el amor. Y su pereza natural los había hecho imbéciles. Dolido con toda la
fuerza de sus conocimientos y clara inteligencia. Clavijero refutó una a una de las anteriores afirmaciones.
Mucho alaban el trabajo de Clavijero, pero los indígenas siguen viviendo en la opresión.

3.7. Expulsión de los Jesuitas

En 1759 los jesuitas fueron expulsados de Portugal y enviados a los Estados Pontificios o encarcelados y
sujetos a tormentos. En 1762 el parlamento francés declaró que las constituciones de San Ignacio eran

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irreligiosas y prohibió a los jesuitas que las cumplieran. Suprimió 80 colegios de la Orden. El Borbón español
Carlos III, firmó su sanción contra la Orden en 1767.

La Nueva España se encontraba inundada de “hojas-volantes y folletos difamatorios” contra los jesuitas. Las
misiones eran particularmente criticadas. Se decía de ellas que los jesuitas poseían “tesoros inmensos”. El
provincial Cevallos optó por renunciar a todas las misiones ante el virrey Joaquín de Moserrat, incluyendo
todos los bienes muebles y tierras. El padre Cevallos pidió que los jesuitas subieran a regiones más al norte
para establecer allí nuevas misiones. Llegó una cédula de Carlos III prohibiendo que fuera publicada la Bula
de Clemente XIII, Apostolicum Pasccendi, que defendía la orden jesuita.

El 25 de Junio de 1767 las tropas rodearon cada una de las casas jesuitas de la Nueva España. La orden de
expulsión dictada por el rey fue comunicada a diversas comunidades. La expulsión de los misioneros tuvo
lugar en 1768, a causa de las distancias. Los bienes de los jesuitas; sus 123 haciendas, 10 seminarios, 22
colegios, 19 escuelas, 11 territorios de misión. Fueron confiscados vendidos, malbaratados, saqueados, a lo
largo de la colonia. Con esta venta el rey obtuvo 10 millones de pesos.

El rey Carlos III ordenó a los obispos de la Nueva España que realizaran un Concilio Nacional que, además,
pidieran al Papa la extinción de los jesuitas. El pretendía usar la fuerza que tenía en la asamblea conciliar,
para acabar de debilitar el ánimo del acosado Cemente XVI. Los Obispos Novohispanos obedecieron, porque
estaban obligados a cumplir los dictámenes del monarca, en virtud del Patronato vigente.

Clemente XIV optó por suprimir a la Compañía de Jesús. Consideró que ella no era capaz de cumplir su
misión y que mientras existiera, jamás gozaría la Iglesia de paz. Con la plenitud de la potestad apostólica
añadió Clemente: “suprimimos y extinguimos la sobre dicha Compañía, abolimos y anulamos todos y cada uno
de sus oficios, ministerios y empleos, casa, escuelas, colegios, hospicios, granjas y cualesquiera posesiones
en cualquier provincia o dominio. Clemente XIV estableció que si edicto jamás podrá ser revocado sino que
sería por el contrario perpetuamente válido. Para muchos, la campaña llevada a cabo contra los jesuitas fue
una campaña dirigida contra la Iglesia y el Papa.

3.8. El cuarto Concilio mexicano

Presidió el arzobispo de México, Francisco Antonio de Lorenzana. Duró del 13 de enero al 9 de noviembre de
1771. El texto del Concilio repitió lo que había dicho el anterior, el tercer Concilio. Los obispos pidieron que se
añadiera la petición de suprimir a la Compañía. También solicitaron la beatificación del Venerable Palafox, que
no se logró. Roma rechazó el texto del Concilio por considerar que exageraba mucho los privilegios reales.

3.9. La masonería

Esta especie de hermandad nació en la época moderna, en el Londres protestante, en 1717. Pretendía
mejorar la moral individual de los miembros y practicar la filantropía. Tenía como norma el secreto y no hablar
de sus asuntos ante extraños.

El papa Clemente XII condenó esta sociedad por su carácter oculto y su tendencia al indiferentismo religioso.
En 1751 Benedicto XIV repitió la condena. La masonería llegó a España y de allí a México. La introdujo en
1782 el francés Pedro Burdales, castigado con el destierro por la Inquisición. A principios del S. XIX funcionó
otra logia en la hoy calle de Bolívar de la Ciudad de México.

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3.10. El arte religioso

Desde fines del S. XVIII, terminó la producción del arte barroco. Dio paso al denominado neoclásico, llamado
así porque trataba de imitar el de la antigüedad griega. El neoclásico bien logrado es imponente. Quitó todos
los adornos que había usado el barroco: ángeles, flores, frutas, animalitos, santos, columnas salomónicas. Es
una manifestación artística majestuosamente sobria, severa, monumental. Invita al silencio sacro, a la oración.

El español Manuel Tolsá llegó a México en 1791. Terminó la construcción de la catedral de la capital. Esculpió
la estatua ecuestre de Carlos IV llamada actualmente “El caballito”. A él se le debe el palacio de la Escuela de
Minería, tan elegante.

Miguel Cabrera (†1768) pintó gran cantidad de cuadros religiosos. Su mayor obra es un retrato de son Juan
Inés de la Cruz. Pintó en las catedrales de México y Puebla. Es famoso por el estudio que hizo en 1756 de la
Virgen de Guadalupe en el ayate original, al que llamó Maravilla Americana y conjunto de raras maravillas
observadas con la dirección de las reglas del Arte de la Pintura.

El conde de Regla, Pedro Romero de Terreros, fundó en 1770 el Monte de Piedad, para ayudar a los pobres,
institución que subsiste hasta nuestros días.

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CAPITULO IV
LA IGLESIA Y LA INDEPENDENCIA.

Al comenzar el S. XIX, la situación de la Nueva España era crítica. Hacía 300 años que sus riquezas eran
saqueadas sistemáticamente por España. El comercio interior y exterior estaba en manos de los pocos
españoles que había, al igual que la minería. La de Zacatecas, por ejemplo, pagaba casi dos millones de
pesos anuales a la corona. La industria española estaba protegida. La corona monopolizaba diversos ramos
(tabaco, metales…) y prohibía que en la Nueva España se fabricaran productos a fin de tener que importarlos
forzosamente de España (seda, jabón…). El mismo criterio proteccionista de los intereses reale fue seguido
en el ramo de la agricultura (prohibición de plantar olivos, viñas…).

4.1. Consecuencias sociales

En 1810 la tierra de Hidalgo estaba habitada por 6 millones 122 mil personas. Las nacidas en España eran las
privilegiadas económicamente, social y políticamente. No pocos criollos sentían que ellos formaban una clase
despojada. El pueblo pobre apenas comía. Eran peones. No tenían conciencia de su opresión. El barón de
Humboldt escribía: “México es el país de la desigualdad”.

Habían ocurrido pequeñas sublevaciones como la de Mariano en Nueva Galicia (hoy Guadalajara). La
“conspiración de los machetes” en la que Pedro Portilla pretendía matar a los españoles y convocar un
congreso. La clase pensante de la colonia sabía que Montesquieu pedía que el poder se dividiera para su
ejercicio en tres personas, y Rosseau proponía la igualdad ciudadana de todos los nacidos en un país.
Principios de la revolución francesa.

Las cosas se precipitaron en 1808, Napoleón I invadió España. Hizo renunciar a Carlos IV, España se levantó
en armas. Pidieron ayuda económica a la Nueva España. Los españoles estuvieron de acuerdo en cooperar.
Los criollos dijeron que a falta de rey, la soberanía recaía en el pueblo. Los criollos sufrieron atropellos y
cárceles por expresar su pensamiento independiente. El virrey Iturrigaray consideró la conveniencia de
independizar la Nueva España y autonombrarse rey. Fue depuesto por los españoles sublevados al mando del
hacendado Gabriel de Yermo. En su lugar quedó como virrey el arzobispo de México Francisco Lizana y
Beaumont.

El 30 de mayo de 1810 el obispo de Michoacán (electo, no consagrado) se daba cuenta de la inminencia del
grito de independencia. Pedía a la Regencia que se reforzara el ejército hasta 30 mil hombres bien armados y
disciplinados, y se nombrar un virrey militar.

Don Miguel Hidalgo y los militares Ignacio Allende e Ignacio Aldama dieron inicio al movimiento de
independencia la noche del 15 de Septiembre de 1810. Tomaron San Miguel (Allende), Celaya, Salamanca,
Guanajuato, Valladolid (Morelia) y llegaron a los límites de la ciudad de México. Muchos siguieron el llamado
y se sublevaron también: Morelos, los Villagrán, los hermanos José María, Ignacio y Francisco López Rayón.
En Guadalajara, Hidalgo abolió la esclavitud y suprimió el tributo que pagaban los indígenas. Calleja fue a
Guadalajara, derrotó y dispersó al ejército de Hidalgo en la batalla de Puente de Calderón. Los jefes
insurgentes huyeron al norte. Hidalgo y acompañantes fueron cerca de Monclova, Coahuila. Hidalgo fue
enviado a Chihuahua y fusilado el 30 de Junio de 1811.

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Muerto Hidalgo, trató de coordinar el movimiento independiente el Lic. Ignacio López Rayón, sin mucho éxito
militar. José María Morelos conquistó el sur, como le había pedido su maestro Hidalgo, en 1812 y 1813.
Reunió el congreso de Anáhuac y publicó la constitución de Apatzingán, demostrando que su movimiento no
era un motín desordenado sino que estaba contribuyendo a la nación independiente, libre y soberana. Morelos
dominó los actuales estados de México, partes de Puebla y Veracruz, Oaxaca y territorios sureños de
Michoacán, Guerrero y Morelos. Derrotado en Valladolid (Morelia) el 23 de Diciembre de 1813, y tras estar
huyendo, protegiendo al Congreso, fue apresado y fusilado el 22 de Diciembre de 1815.

El movimiento insurgente se vino abajo. Quedaron pequeños grupos aislados y sin coordinación, como las de
Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, los hermanos López Rayón. El general Calleja los fue derrotando o con
las armas o con la gracia del indulto. Francisco Javier Mina, español liberal, desembarcó en Tamaulipas en
1817, para ayudar a lograr la independencia. El pueblo no siguió sus acciones armadas. Fue derrotado y
fusilado cerca de Guanajuato el 17 de octubre de 1817.

4.2. Los obispos y la insurgencia

El clero dividió sus opiniones ante la insurgencia, hubo unos a favor y otros en contra. Todos los obispos de
entonces se declararon enemigos de la independencia, pues habían jurado ser fieles al rey. Tres obispos
excomulgaron a los insurgentes. El primero lo hizo inmediatamente que supo de la sublevación de Hidalgo.
Fue el obispo de Michoacán, don Manuel Abad y Quiepo. Declaró a Hidalgo y sus seguidores sacrílegos,
perjuros y herejes. El arzobispo de México, ex-virrey Francisco Lizana y Beaumont. Le dijo a Hidalgo que era
ministro de Satanás, precursor del anticristo, y que el movimiento insurgente era anticatólico, ridículo y
contrario a la Biblia. El obispo de Guadalajara Juan Ruiz de Cabañas Crespo, excomulgó a todos los
insurgentes. Los llamó perversos.

La inquisición no se quedó atrás. Arremetió contra Hidalgo. En su contra decían que Hidalgo afirmaba que un
papa estaba en el infierno, que negaba la existencia del Infierno, que no aceptaba las Sagradas Escrituras y
que era Luterano. Les contesto Hidalgo que si decía que un papa estaba en el infierno ¿cómo iba a negar la
existencia de éste? ¿Cómo era seguidor de Lutero que basaba su doctrina en la Biblia? Y añadía: ¿creen
acaso que no se puede ser verdadero católico el que no está sujeto al déspota español? Juró ante sus
ciudadanos que lo más sagrado para él era la religión católica, que jamás se apartaría de ella, que siempre
estaba convencido de la infalibilidad de sus dogmas y que estaba pronto a derramar su sangre por cada uno
de ellos.

Morelos no salió mejor librado del juicio inquisitorio, lo declaró que era hereje formal, apóstata, ateísta,
materialista, deísta, libertino, sediciosos, enemigo implacable del cristianismo, hipócrita, astuto, traidor al rey,
lascivo y contumaz.

La lucha ideológica entre el clero insurgente y el realista era my fuerte. El padre Cos atacó al obispo de
Michoacán tachándolo de: obispo hereje e inmoral en su conducta, en vez de pastor era lobo rapaz, está
excomulgado porque es transgresor de la inmunidad eclesiástica, trastorna el culto y predica que los
insurgentes no conseguirán la vida eterna.

4.3. El pensamiento insurgente

Los insurgentes manifestaron en sus escritos su pensamiento teológico, social y político. Hacían la
comparación de que así como Egipto oprimía a Israel, España hacía lo mismo con Nueva España. Los

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novohispanos habían clamado a Dios pidiendo su liberación. Dios actuó a favor de ellos. Envió a los
insurgentes para que sacudiera a los novohispanos del yugo que los esclavizaba. Dios cuidaba del
movimiento insurgente, con el auxilio de la Virgen de Guadalupe, su amable protectora. La independencia era
querida por Dios y por la Virgen. Dios había hecho libres a los pueblos. La tiranía los había esclavizado. Por
tanto la independencia era una obra acorde a los planes de Dios y querida por Él. Procurarla era un acto
moralmente justificado. La virtud de la justicia lo exigía.

Morelos decía: “Esto que usted llama revolución es para mí un ejercicio de virtud”. Liberar al pueblo y procurar
el bien común proporcionaba a Dios la honra y gloria que todo ser humano estaba obligado a proporcionarle.
Los insurgentes tenían derecho a la revolución armada. No les había quedado más opción, ante la tiranía
española. Su causa era justa. Tenían el derecho de hacer una guerra defensiva de sus derechos conculcados.
Como el injusto agresor se había negado sistemáticamente a entender razones, fue necesario acometerlo con
la fuerza de la razón unida a la razón de la fuerza.

En la sociedad que deseaban los insurgentes buscarían el progreso de la nación, la justicia para todos, el
empleo para los mexicanos y la justicia agraria. Su pensamiento político postulaba la independencia, la
religión católica como única tolerable, la soberanía popular, la igualdad ciudadana, el respeto a los derechos
humanos y la división de los poderes en el gobierno.

México quedó exhausto tras 10 años de guerra. La economía estaba en quiebra total. La producción era nula.
El clero insurgente sostuvo la revolución, según confiesa Don Lucas Alamán, porque fue quien proporcionó los
jefes a ella.

4.4. La consumación de la independencia.

Nueva España siguió cargando el pesado yugo que le imponía Fernando VII, puesto que no pudo lograr su
independencia. Ésta iba a venir por otro lado. En 1820 el coronel Rafael Riego obligó a Fernando VII a
restablecer la Constitución proclamada en Cádiz en 1812, para que reinara sujeto a ella y no de manera
absoluta como los hacía. Esta revolución de Riego traía consigo medidas contra los privilegios del clero, que
no fueron bien vistas por los españoles y criollos de Nueva España.

El alto clero, los españoles y criollos mineros y latifundistas, con Iturbide a la cabeza, proclamaron el plan de
Iguala o de las Tres Garantías: Religión católica, Unión de los grupos sociales e independencia con monarquía
constitucional de un rey proveniente de alguna casa reinante de Europa. Iturbide ganó, negoció con el virrey
que llegaba, Juan de O´Donojú, y firmó el Tratado de Córdoba que aceptaba el Plan de Iguala, el 24 de agosto
de 1821. El ejercito trigarante ocupó la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821.

22
CAPITULO V
MÉXICO INDEPENDIENTE DE 1821 A 1854.

México se sintió feliz cuando supo que la independencia había sido declarada, pero no se daba cuenta de que
daba inicio una época de pobreza y de inestabilidad política. El desplome económico era total, tanto como la
desorganización social. Ésta era la herencia que dejaba España tras trescientos años de tiranía, opresión y
saqueo de nuestras riquezas. El 28 de septiembre se nombró una junta de gobierno compuesta por 38
aristócratas. El Congreso debía señalar qué régimen político se establecería. El 22 de febrero de 1822. Eligió
a Iturbide como emperador, éste disolvió el Congreso en octubre.

5.1. La primera constitución

El Congreso publicó la Constitución de 1824. Estuvieron implicados los padres Miguel Ramos Arizpe
(republicano federalista) y Fray Servando Teres de Mier (republicano centralista). La Constitución hizo una
república federal de modo estadunidense con división de poderes, mantuvo la religión católica. De 1821 a
1857, o sea 36 años hubo un total de 46 presidentes. Tres han sido los presidentes que más se han reelegido:
Porfirio Díaz durante 31 años; Benito Juárez durante 12 años; Antonio López de Santa Anna durante 7 años.
En el período de 1821 a 1857 México ensayó 12 regímenes políticos diferentes.

5.2. La cuestión religiosa

Realizada la independencia, era necesario estudiar los problemas del Patronato, de los bienes de la Iglesia y
de las relaciones del Estado con la Iglesia. La experiencia colonial indicaba que para el Estado era
conveniente controlar las actividades eclesiásticas.

En 1822 el art. 3º de la reglamentación imperial declaró: “El gobierno como protector de la religión la sostiene
y sostendrá contra sus enemigos. Reconoce por consiguiente la autoridad de la Iglesia, su disciplina y
disposiciones conciliares.

Iturbide y sus seguidores, quisieron heredar el uso del Patronato. La Iglesia contestó que este privilegio había
sido otorgado por los papas a los reyes, y que, desaparecidos éstos, desaparecería el Patronato. El Patronato
no fue renovado.

5.3. La masonería y los partidos

La masonería cobró un poderío extraordinario desde mediados del s. XIX. Fueron enemigos de Iturbide, a
quien ayudaron a derrocar. Los masones se dividieron en dos grupos:

 Los Yorquinos del partido liberal que sería anticlerical y anticatólico.


 Los Escoceses del partido conservador.

5.4. El episcopado mexicano y su restauración.

23
En 1821 estaban vacantes las sedes de Michoacán, Linares y Chiapas. En 1822 el arzobispo español de
México se fue a su tierra disgustado porque se había consumado la independencia. De 1824 a 1829 quedaron
sin obispo las diócesis de Guadalajara, Durango, Sonora, Yucatán, Oaxaca y Puebla. Fernando VII impedía
que la Santa Sede nombrara obispos que estaban faltando.

Fueron muy serios los problemas ocasionados por el hecho de que en México recién independizado quedara
sin obispos: faltó la dirección en las diócesis, no hubo ordenaciones sacerdotales, ni confirmaciones, ni
consagración de óleos.

En 1831 el Papa Gregorio XVI nombró cinco obispos: para Puebla, Guadalajara, Michoacán, Durango,
Linares. Faltaron los de México, Oaxaca, Yucatán y Sonora. Apenas estaban organizando sus diócesis cando
en 1833 los obispos fueron expulsados o perseguidos por el entonces vicepresidente Valentín Gómez Farías.

5.5. Acontecimientos importantes.

En 1827, con motivo de la expulsión general de los españoles que decretó el presidente Vicente Guerrero,
tuvieron que irse también los religiosos y sacerdotes españoles. Las misiones que atendían los franciscanos y
dominicos al norte recibieron un golpe mortal.

En 1829 el español Barradas pretendió reconquistar México para la corona española, pero fe fácilmente
derrotado por Antonio López de Santa Anna. En 1833 Santa se había apoderado del poder, pero como era su
costumbre dejaba su ejercicio al vicepresidente en turno que en este caso era Valentín Gómez Farías.

Gómez Farías junto con el ex-sacerdote José María Luis Mora dictaron varias leyes persecutorias contra la
Iglesia. Trataban de construir una nación laica, independiente de toda influencia religiosa. Confiscaron el
dinero que pertenecía al Fondo Piadoso, clausuraron la Universidad Pontificia. Determinaron que finalizara el
monopolio educativo del clero. Quitaron que los fieles pagaran el diezmo. Terminaron con el fuero eclesiástico
o privilegio por el cual si algún clérigo cometía un delito era juzgado por la autoridad eclesiástica. Dictaron la
libertad de imprenta sin censura eclesiástica.

Los reformadores quisieron repartir las tierras de la Iglesia y extinguir todas las órdenes religiosas. Don
Valentín Gómez Farías introdujo que no se pedía al Papa que concediera al gobierno el privilegio de intervenir
en lo eclesiástico. El mismo gobierno se lo otorgó a sí mismo. Permaneció en Don Valentín la idea de
intervenir en las cuestiones internas de la Iglesia.

El Doctor Mora era radical: sepultar al partido el retroceso e instaurar la era del progreso. Concebía al
gobierno como autónomo y, al mismo tiempo, dotado de capacidad para intervenir en los asuntos de la Iglesia.
Tal era el Patronato laico, puesto en acción breve tiempo y al que habrá de resucitar Benito Juárez.

Dos circulares dirigidas al clero publicó Valentín Gómez Farías: por un lado les recordó que no podían predicar
de temas políticos. Por otro esbozó la actitud que ante, el nuevo Patronato, debería mantener el clero
nacional y que era la de someterse al gobierno. Hubo varios pronunciamientos armados en contra de estas
disposiciones. Santa Anna tomó las riendas del poder y quitó esas leyes con gran disgusto de Mora.

5.6. Leyes conservadoras de 1836.

24
En el art. 2 privó de sus derechos ciudadanos a todos los religiosos. El art. 7, separó acertadamente las
funciones de la jerarquía y los gobernantes civiles, inhabilitando a los arzobipos, obispos y vicarios generales
para ocupar puestos de diputados.

5.7. La época de Santa Anna

En 1836 perdimos Texas a causa de la guerra. En 1839, no invadió Francia y nos derrotó en la llamada guerra
de los Pasteles efectuada para cobrar la deuda que México tenía con Francia. En 1840 fue establecida la
diócesis de California.

El Congreso Constituyente de 1842. Permitió el ejercicio privado de otras religiones, la enseñanza libre, la
libertad de prensa. Dada la inestabilidad política del país se registraron sublevaciones a lo largo y ancho de
México. Santa Anna se apoderó de las rentas del antiguo colegio clerical de Todos los Santos, recibió ayuda
económica de los obispos y de las órdenes religiosas para que pudiera subsistir el gobierno. En 1843, el
mismo Santa Anna aprobó oficialmente el regreso de los jesuitas.

El bienio 1846-1848 fue desastroso para México. Estados Unidos nos hizo la guerra que nos costó 2,263,866
Km². Durante la guerra, Goméz Farías estuvo como presidente del 26 de Diciembre de 1846 al 21 de marzo
de 1847. Dictó dos leyes contra la Iglesia, en que mandaba se ocuparan los bienes de la Iglesia para
proporcionar recursos al gobierno contra la invasión americana. Los jóvenes llamados “Polkos” se levantaron
en armas contra Gómez Farías. Pedían la derogación de las leyes y el retorno de Santa Anna como, en efecto
se realizó.

5.8. Don Mariano Otero

Mariano Otero comprendió bien la situación en que se encontraba México. El destino de nuestro país era
negro por la profunda división que lo agobiaba. Cuantas guerras le habían hecho, las había perdido. Su deuda
era creciente. Las fronteras estaban desoladas. De México había salido el 90% del oro que circulaba en el
mundo, pero el país de debatía en la miseria y en la bancarrota. La agricultura apenas producía para el
autoconsumo nacional. Casi no había industria textil ni manufacturas y apenas se exportaba. La producción
minera, era bajísima. Proponía tres soluciones: traes más inversiones, repartir las grandes propiedades
territoriales que estuvieran sin trabajar y, rescatar el territorio que los Estados Unidos nos habían robado.

Los partidos liberal y conservador entraron en pugna a fin de salvar a México, según el proyecto de nación que
cada uno tenía en mente. Será mediante la guerra civil, desastrosa y cruel, iniciada en 1854.

25
CAPITULO VI
LA ÉPOCA DE BENITO JUÁREZ.

Antonio López de Santa Anna había cometido gravísimas traiciones a la patria y numerosos grupos políticos.
Había pactado con Estados Unidos la derrota del ejército mexicano al que dirigía. Consumada la derrota de
los nuestros, huyó a Colombia. Aunque parezca increíble, liberales y conservadores lo llamaron seis años
después para tomar el poder. Llegó a México en 1853. Gobernó como un tirano.

Los liberales proclamaran el Plan de Ayutla en 1854. Fueron venciendo a los ejércitos de santanistas. El
partido liberal controló la presidencia de la república desde 1854 hasta el año 2000. El 14 de agosto tomó el
poder Martí Carrera. Lo sustituyó Juan N. Álvarez el 4 de octubre, y después Ignacio Comomfort el 11 de
diciembre. Fue designado un Congreso Constituyente que publicó la Constitución liberal de 1857.

Don Benito Juárez tomó el poder en nombre de los liberales el 19 de enero de 1858, y el general Félix Zuloaga
en nombre de los conservadores el siguiente 23 de enero. Empezó la terrible guerra de tres años entre ambos
partidos. Ganaron los liberales finalmente el 22 de diciembre de 1860.

El ideario conservador postulaba le mantenimiento de la estructura novohispana, a excepción de la política. El


liberal pretendía destruir la herencia feudal, social y económica, que había heredado Nueva España, para
estructural un país nuevo. Aquel, se aferraba al pasado efectivo y afectivo; éste, buscaba la utopía creadora.

Como nación, México existía, pero no era. Empezaba a dejar de ser novohispano. El Plan de Ayutla de 1854
aceleró la reforma mexicana. En 1855 comenzó la obra legislativa y ejecutiva de la Reforma, encabezada
cada vez más firmemente por Benito Juárez.

Nuestro país reformado por una serie de leyes nuevas que oficializaron un tipo de relaciones Iglesia- Estado.
Mantuvieron a la Iglesia dependiente del poder civil. La Reforma pretendió destruir definitivamente los moldes
medievales novohispanos, para estructurar al México nuevo conforme al sistema socio-económico capitalista
liberal.

6.1. Las primeras leyes.

El 22 de noviembre de 1855 fue publicada la ley Juarez. En su art. 42 determinó que los tribunales
eclesiásticos cesarían de “influir en los negocios civiles”. El art. 44 hizo renunciable el fuero eclesiástico en
delitos comunes. El 31 de marzo de 1856, el general Ignacio Comonfort intervino los bienes de la diócesis de
Puebla. El 25 de julio de 1856 la Ley Lerdo afirmó que el estancamiento económico de la nación se debía, a la
inadecuada concentración de la propiedad raíz, en manos de las cooperativas eclesiásticas o civiles. Por
consiguiente, deberían ser vendidas esas propiedades a sujetos individuales, fomentando la propiedad
individual e incrementando la clase burguesa liberal.

6.2. El Congreso y la Constitución de 1857.

En 1856, a petición del diputado constituyente Ignacio Vallarta, el Congreso abolió la Compañía de Jesús.
Que había sido restablecida en 1843 por Santa Anna. El mismo Congreso puso fin a la obligación civil para el
cumplimiento de los votos de los miembros de las órdenes religiosas.

26
La Constitución de 1857 tenía como base la de 1824, y como objetivo la modernización definitiva, social,
económica, política y religiosa de México. “En nombre de Dios y con la autoridad del pueblo mexicano” fue
originada una república federal democrática, representativa y popular. Garantizadora de los derechos del
hombre, evitaría la tiranía. Ponía los fundamentos de la economía liberal. El art. 3º estableció, la libertad de
enseñanza sin referencia de dogma. El 7º consagró la libertad de escribir. El 13º reprodujo la ley Juárez. El 5º
prohibió los votos religiosos. 27º negó a la Iglesia la capacidad de adquirir bienes raíces. El 123º otorgó a los
poderes federales la facultad de intervenir en el culto y disciplina externa.

6.3. Las leyes de reforma.

El 11 de abril de 1857, la ley Iglesias prohibió a la Iglesia cobrar a los pobres en bautizos, amonestaciones,
bodas y entierros. El art. 12º prometió encargarse del mantenimiento de los párrocos. Los fundamentos de
esta ley provenían del III Concilio Mexicano. A esta laicización del Patronato la llamaron, separación de la
Iglesia y del Estado, o independencia entre ambas entidades.

El 17 de diciembre de 1857 don Benito Juárez asumió la presidencia, el cual se mantendría en el poder hasta
morir, el 18 de julio de 1872. El manifiesto a la Nación, de los señores Juárez, Ocampo, Ruíz y Lerdo, del 17
de julio de 1859, dividieron a los sujetos de la historia mexicana en dos grupos:

 El gobierno liberal, reflejo de la bondad, mártir silencioso de las circunstancias.


 El clero y el ejército sublevados.

Los liberales decidieron ratificar ante el país que la Constitución de 1857 habría de ser creadora del orden,
libertad, paz y progreso definitivos en México. La primera medida liberadora: la nacionalización o confiscación
de los bienes eclesiásticos. Los liberales acusaban al clero de no querer depender de la autoridad civil, que se
rebelaba y pretendía usar su fuerza en prejuicio de la república.

Esto obligaba a declarar la independencia perfecta del Estado con respecto a la Iglesia (art. 20). Las órdenes
religiosas fueron suprimidas (art. 5) y prohibidas en adelante (art. 6). Que los religiosos quedaran convertidos
en diocesanos (art. 7). Se clausuraría perpetuamente los noviciados (art. 15). El art. 123 se refería a todos los
mexicanos; el que, aun indirectamente, se opusiera a la ley, sería expatriado, por conspirador, y no tendría
recurso de indulto.

6.4. El matrimonio civil.

En virtud de la separación, el gobierno estableció el contrato de matrimonio, el 23 de julio de 1859. El art. 30


afirmaba que el casado civilmente no se le impediría recibir la bendición de la Iglesia. La legislación puntualizó
los requisitos del matrimonio civil (sujetos, impedimentos, causas de separación temporal, etc.).

6.5. El Registro Civil.

La creación del Registro Civil, en cambio, tuvo como finalidad perfeccionar, la independencia de las
instituciones. El Estado recobraba su facultad de asentar los momentos decisivos en la vida de los
ciudadanos.

27
6.6. Ceremonias y fiestas.

Un decreto fue la confiscación de los cementerios de la Iglesia. El poder civil, procedió a designar las
festividades laicas a conmemorar: 1º de enero, jueves y viernes santos, Corpus, 16 de septiembre, 1 y 2 de
noviembre, 14 y 24 de diciembre. Se recalcó que los funcionarios no volverían a asistir a las iglesias de
manera oficial.

6.7. Religiosas y prelados.

Don Manuel Ruíz promulgó un documento el 14 de diciembre de 1860. En el que afirmaba que el ser humano
tiene derecho natural de practicar un culto religioso. La ley en consecuencia, protegería todos los cultos
(terminando en México el estado confesional). Agregaba además:

 Cada religiosa, podía arreglar por si misma sus creencias y prácticas con tal de no delinquir. El Estado
no castigará faltas religiosas a no ser que fueran también delitos civiles.
 Por la independencia eclesiástico-estatal, el clero perdía el privilegio de retener parte de sus bienes
con perjuicio de acreedores, y se daba por terminado el derecho de asilo en los templos y el juramento
religioso.
 El sacerdote que fuera director espiritual de una persona, no podía ser heredero de sus bienes. El que
tuviera esa ocupación, no podría heredar bienes raíces.
 Las campanas de los templos se someterían a reglamentos policíacos.
 Los sacerdotes tendrían el fuero de no hacer servicio militar, ni podrían ser obligados a presentar
servicios personales restringidos.

El 17 de enero de 1861 fueron expulsados temporalmente los obispos. El 2 de febrero se confiscaron los
hospitales y establecimiento de beneficencia eclesiástica. El 2 de mayo quedaron suprimidas las prohibiciones
que impedían al clero ejercitar profesiones, ser tutores o apoderados. El 24 de octubre fueron clausurados los
templos de los conventos suprimidos, a excepción de Santa Clara. El Patronato señaló al clero las iglesias que
podían permanecer abiertas.

El 15 de agosto de 1862 la circular llamada sobre no intervenir en asuntos eclesiásticos. Determinó que no se
prohibiera a los párrocos casa o bautizar aunque las personas no lo hubieran hecho antes por lo civil. De igual
manera quedó establecido que el gobierno no pediría cuentas de sus honorarios. De tal circular ha derivado la
costumbre, mantenida, de que el clero no pague impuestos al fisco. Castigo a los sacerdotes que depreciaran
las leyes o portaran distintivos clericales en la calle.

El 9 de diciembre de 1862, don Ponciano Arriaga ordenó que los conventos femeninos poblanos quedaran
convertidos en hospitales militares. Benito Juárez por su parte, ordenó el 26 de febrero de1863 que
desapareciera toda comunidad religiosa femenina.

El presidente aceptaba que el voto religioso era emitido libremente, pero negaba que su cumplimiento se
llevara a cabo sin imposición. Como ésta infringía la libertad y la ley de cultos, resultaba intolerable. Mandó
que nadie pusiera en duda la ciudadanía de las monjas, y que gozaban de todos los derechos y deberes
constitucionales. A ellas ordenó someterse a la tutela de sus padres, aclarando que no caía en obligación
sobre quienes no los tuvieran. Benito Juárez quiso fundar una iglesia reformista independiente separada del
papa. Tal iglesia no pudo echar andar por más que los juaristas trataron de promoverla de 1859 a 1869.

28
6.8. Conclusión

En el año 1864 terminó prácticamente la actividad reformista. Los reformistas, imitaron de las leyes extranjeras
la nacionalización y venta de las propiedades eclesiásticas, la supresión de monasterios y órdenes, el
trasladar a la jurisdicción diocesana a los suprimidos, la prohibición de ingresar a los noviciados, la supresión
de asambleas, el establecimiento del Registro Civil, la supresión de los fueros, la conversión de conventos en
cuarteles, la promulgación del decreto que separaba al Estado de la Iglesia.

Podemos decir que el resultado de la reforma, no fue el establecimiento de la separación del Estado con
respecto a la Iglesia, sino una curiosa mezcla de independencia, subordinación o concesión de nuevos fueros,
a partir de un nuevo patronato laico.

La obra de Juárez consistió en destruir la estructura visible de la Iglesia. Le confiscó sus propiedades y le
extinguió sus privilegios medievales. Nada hizo, por supuesto, a la comunidad e creyentes, que siguió siendo
fiel a su religión.

La iglesia quedó sin recursos, a tal grado, que se vio precisada a acudir al auxilio de los católicos para que
pudiera funcionar el culto: el 10 de mayo de 1870 solicitó a los católicos que dieran un centavo al mes para
sufragar los gastos necesarios para el culto de la Virgen de Guadalupe.

29
CAPITULO VII
EL FRACASO DE MAXIMILIANO.

El 17 de junio de 1861 el entonces presidente Benito Juárez declaró que no podía pagar la deuda externa de
México pese a los 150 millones de pesos que había confiscado a la Iglesia. El 8 de diciembre de 1861
desembarcaron en Veracruz tropas españolas que venían a cobrar 10 millones de pesos; el 6 de enero de
1862 llegaron los franceses (27 millones) e ingleses (70 millones). La deuda sumaba 107 millones en total. El
gobierno de Juárez a través de su ministro de relaciones exteriores Manuel Doblado, firmó los tratados de la
Soledad. Inglaterra y España abandonaron nuestro país. Francia tenía intensiones más allá de cobrar la
deuda. Napoleón III, estaba dispuesto a ocupar todo el territorio mexicano a fi de extender su ya de por sí
enorme imperio mundial.

Por tal motivo envió a Maximiliano a México, tal como lo deseaban los conservadores y la Iglesia mexicana,
éstos para destruir la obra juarista que los había derrotado hacía poco.

El ejército más poderoso de esos años, el francés, invadió México el 9 de abril de 1852, mandado por el
conde Lorencez. El 5 de mayo sufrió vergonzosa derrota a manos del ejército liberal comandado por el general
Ignacio Zaragoza, en Puebla. La intervención se retrasó por este motivo. A Lorencez sucedió Elìas Federico
Forey, venció en Puebla (tras dos meses de batallas) y llegó a México. Juárez huyó y se refugió en la frontera
con Estados Unidos, en Paso del norte, hoy ciudad Juárez en su honor.

Mientras llegaba Maximiliano gobernó una Regencia del 11 de julio de 1863 al 20 de mayo de 1864,
compuesta por el general Juan Nepomuceno Almonte, el arzobispo Pelagio Antonio Labastida y el general
José María de Salas.

Rumbo a México, Maximiliano habló con el papa Pío IX en Roma. Éste le pidió:

 Que la religión católica fuera la única en México.


 Que los obispos tuvieran libertad de acción.
 Que restableciera las órdenes religiosas.
 Que regresara sus propiedades a la Iglesia.
 Que la educación escolar fuera católica.

Maximiliano y su esposa Carlota arribaron a Veracruz el 29 de mayo de 1864. De inmediato instauró una
política anti-conservadora y anticlerical para sorpresa de muchos. En 1865 estableció la libertad de cultos. El
30 de noviembre del mismo año clausuró la Universidad Pontificia. Se rodeó de liberales, ahuyentó y
menospreció a los conservadores y a los eclesiásticos.

Maximiliano fijó su política religiosa en los siguientes puntos:

 Libertad de cultos, aunque la religión oficial sea la católica.


 El estado sostendría el culto y pagaría sueldo a los ministros, los cuales darían gratuitamente los
sacramentos.
 Uso del Patronato imperial, similar al Patronato.
 Restablecimiento de las órdenes religiosas.

30
 Registro Civil, pero llevado por el clero.
 Cementerios civiles.

El 26 de febrero de 1865 reafirmó la libertad de culto y la venta de los bienes eclesiásticos expropiados por
Juárez que todavía no habían sido comprados. El papa Pío IX mandó como embajador al nuncio Francisco
Meglía que salió del país el 27 de mayo de 1865 en protesta por la conducta de Maximiliano.

El clero y los conservadores se distanciaron más de Maximiliano. El ejército liberal fue reorganizándose en el
norte y en el sureste. Avanzaban hacia el centro. Estados Unidos mostró su repudio por la presencia francesa
en México y proporcionó en abundancia armas y dinero a los juaristas.

Napoleón mandó que el ejército francés retornara a Francia el 15 de enero de 1866. La caída de Maximiliano
quedó asegurada. Maximiliano con Miramón y Mejía organizó un ejército mexicano en defensa de su falso
imperio. Tardíamente Maximiliano buscó ayuda de los conservadores, a los que había despreciado desde su
llegada. Los liberales fueron apoderándose de las ciudades del norte al mando del general Mariano Escobedo.
Porfirio Díaz avanzó desde el sureste.

Maximiliano y lo que había podido rehacerse del ejército conservador entró en Querétaro el 19 de febrero de
1867. Maximiliano, Mejía y Miramón, tras un juicio, fueron fusilados en el Cerro de la Campanas, el 19 de julio
de 1867. El P. Agustín Fischer entregó la ciudad de México al triunfante general Porfirio Díaz.

31
CAPITULO VIII
EL REGRESO DE JUÁREZ.

Benito Juárez llegó a la capital el 15 de Julio de 1867. Ya no persiguió a la Iglesia, porque ya no había nada
más que perseguir. De hecho no hizo obra pública, salvo en el telégrafos y caminos. Se limitó a estar
sofocando las rebeliones militares provenientes de los mismos liberales, dado que Juárez gobernaba
tiránicamente. Se reeligió nuevamente en 1867 y 1871.

Don Benito Juárez se fue quedando sin partidarios por su afán de permanecer en el poder indefinidamente.
Don Ignacio Ramírez “El Nigromante”, radical liberal, terminó distanciado de Juárez, expresó su queja contra
el exceso de burócratas que sostenía Juárez. Decía que Don Benito buscaba su propio provecho y no el
beneficio del pueblo pobre. Al saber que Juárez volvía intentar su reelección, Ramírez se opuso
terminantemente a pesar que el presidente mantenía silenciada y amordazada a la prensa. Don Ignacio
Ramírez añadía que el Juárez gastaba el dinero de la nación para asegurar su permanencia en el poder y que
había entrenado a la burocracia para cometer trampas en las votaciones. Acusó a Don Benito de ser dictador
y pretender ser monarca. Lo tildó e ambicioso y tirano. Juárez fue muy hábil políticamente, sorteó las más
difíciles circunstancias y dominó a todos los políticos de su época, aun los más inquietos y rebeldes.

8.1. Los primeros hermanos separados

Dado que había sido proclamada la libertad de cultos en México, y como ningún mexicano se pasaba a la
práctica de la religión protestante, Benito Juárez trajo tres iglesias provenientes de Estados Unidos. Urgía a
los liberales la presencia del protestantismo en México. Así, llegaron:

 Los presbiterianos en 1861.


 Los episcopalianos en 1869.
 Cuáqueros bautistas en 1871.

8.2. Sebastián Lerdo de Tejada

Muerto Benito Juárez, le sucedió en el cargo el hombre de todas sus confianzas, Lerdo de Tejada(1872-1876),
ante un descontento generalizado. Mantuvo una política antieclesiástica, apoyado por masones y jacobinos.
Expulsó del país a 10 jesuitas en 1873. Hizo lo mismo con las hermanas de la Caridad en 1875. En 1873 trajo
de los Estados Unidos a la iglesia Metodista. Incorporó las Leyes de Reforma a la Constitución.

En 1873 se sublevó en Nayarit Manuel Lozano, llamado “Tigre de Alica”, con el objeto de destituir a Lerdo y
defender la religión católica, que era atacada. Fue derrotado por el general Ramón Corona.

Tuvo lugar también la llamada “revolución cristera” que estalló en Jalisco y Michoacán entre 1875 y 1876,
dirigida por Abraham Castañeda y Antonio Reza. Desconocieron la constitución de 1857 y los poderes de la
nación. Querían constituir una república cuya religión oficial fuera la católica. Los derrotó el general Mariano
Escobedo.

Terminado su período, Lerdo de Tejada se reeligió para un nuevo período presidencial mediante un
gigantesco fraude electoral que organizó. Porfirio Díaz que anhelaba también ser presidente. Lanzó su plan de
Tuxtepec contra la reelección. Venció al ejército de Lerdo de Tejada. Empezó a gobernar el 23 de noviembre
de 1876.

32
CAPITULO IX
LA DICTADURA DE DÍAZ.

El dictador Porfirio Díaz gobernó México de 1876 a 1880 y de 1884 a 1911, o sea 31 años. Su peor error fue
reelegirse en 1910. De no haberlo hecho sería considerado héroe nacional por la historia oficial.

Ideólogos principales del general Díaz fueron Justo Sierra, Gabino Barreda, que a su vez eran discípulos de
las teorías francesas de Augusto Comte, padre de positivismo. Partían del presupuesto de que el liberalismo
había llevado a México al caos y a la anarquía. Era necesario entonces adoptar la teoría positiva de Comte la
cual postulaba el orden y progreso de los pueblos como principios. Para ellos, tenían que implantar:

 Un gobierno presidencial fuerte, conservando en teoría la división en tres poderes.


 Administrar, más que hacer política, fue la práctica del gobierno de Díaz.
 Debían traer la inversión extranjera para que produjera riqueza en el país.
 Se estableció el orden, poniendo fin a las discrepancias entre los liberales, los conservadores, los
lerdistas y la Iglesia.

Se dio muerte a caciques sublevados, se controlaron los ataques de los indígenas en la frontera norte. Los
intentos separatistas de Yucatán fueron sofocados. Las tropas que había en exceso fueron autorizadas. A los
bandoleros se les aplicó la ley fuga.

El progreso que logró la dictadura de Díaz fue espectacular y nunca visto en México:

 El pueblo tuvo trabajo


 Numerosos países establecieron relaciones diplomáticas con México.
 Se abrieron bancos cimentados sólidamente.
 La hacienda pública quedó saneada.
 Se restableció el crédito internacional.
 La obra pública fue enorme: tren (a Estados Unidos), telégrafos, teléfono, luz, correo, navegación,
puertos marítimos.
 Las ciudades fueron embellecidas.
 La expansión industrial fue enorme: jabón, hilados y tejidos, tabaco; así como la agrícola y ganadera.
 La educación escolar no fue descuidada: enseñanza primaria, preparatoria, inicios de vida
universitaria.

Hubo orden en el régimen porfirista, pero no libertad política. Progreso también, más no justicia social.

9.1. La reorganización de la Iglesia

Don Porfirio elaboró una política religiosa de tolerancia hacia las actividades católicas (con disgusto de los
masones y jacobinos), pero no suprimió las Leyes de Reforma (lo que no agradó a los católicos). Fue amigo
particular de los principales obispos de México. En particular se declaraba católico. Muy observante de esta
religión era su esposa Carmen Romero de Rubio.

33
Se celebraron cuatro congresos católicos: Puebla (1903), Morelia (1904), Guadalajara (1906), Oaxaca (1909),
para impulsar las obras católicas y unificar los miembros de esta religión. Los congresos difundieron la
encíclica Rerum Novaroum del papa León XIII acerca de los problemas sociales del tiempo. Pidieron mejorar
la situación de los peones, el pago en efectivo del salario, la jornada de ocho horas. Hubo también congresos
agrícolas y semanas católicas sociales iniciadas por el obispo Mora y del Río.

Don Trinidad Sánchez Santos, erudito periodista católico, fomentó activamente las actividades católicas
sociales. don Gabriel Fernández Somellera fundó el Partido Católico Nacional el 3 de mayo de 1911.

Hubo nuevas diócesis: Tamaulipas (1870), Tabasco (1880), Colima (1881), Sinaloa (1883), Aguascalientes
(1889), en 1891 Cuernavaca, Chihuahua, Saltillo, Tehuantepec y Tepic, en 1895 Campeche y en 1902
Huajuapan de León, Oaxaca.

En 1851 habían existido 10 seminarios. En 1910 eran 29. Funcionaban 108 colegios de religiosas. Tres
universidades católicas abrieron: la de Puebla, la de Mérida y la Pontificia de México. El número de clero
aumentó. Pasó de 3,232 sacerdotes en 1851, a 4,461 en 1910. El tanto por ciento de los católicos era
abrumador: 99.09% (1895), 99.33% (1900), 99.16% (1910).

Los obispos mexicanos organizaron en 1895 la solemnísima coronación de la imagen de la Virgen de


Guadalupe como Reina de todo México.

En 1910 el papa Pío X la nombró Patrona de América Latina, y en 1945 el papa Pío XII la designó Emperatriz
de América y Filipinas.

En estos años, tuvo lugar el triste caso del obispo Eduardo Sánchez Camacho, titular de Tamaulipas desde
1880. Se opuso a que los files concurrieran a la peregrinación al Tepeyac por los gastos que implicaban. Negó
las apariciones en 1895. Fue partidario de las Leyes de Reforma. Renunció al obispado en 1896. Se recluyó
en la Quinta del Olvido y desde allí redactó 28 folletos contra las apariciones y las autoridades eclesiásticas.

9.2 El quinto Concilio mexicano.

Monseñor Alarcón, convocó el V Concilio mexicano fue del 23 de agosto al 1º de noviembre de 1896. Dictó
ochocientas disposiciones pastorales. Fue aprobado por la santa Sede en 1908. Indicó la disciplina
eclesiástica que debía practicarse en la Iglesia mexicana.

Su legislación se dividió en cinco partes:

 La primera trató del magisterio de la Iglesia (sermones, catecismos, misiones populares, ejercicios
espirituales, colegios católicos, seminarios diocesanos, universidades, censura de libros).
 La segunda estudió el régimen jerárquico de la Iglesia mexicana (obispos, curias, cabildos, párrocos,
vicarios).
 La tercera consideró las condiciones para que se celebrara el culto católico (santos, reliquias,
ornamentos, festividades, ayunos, abstinencias, liturgia, canto, música, cada uno de los sacramentos,
indulgencias, bendiciones y sepulturas).
 La cuarta se avocó al tema de los bienes eclesiásticos y su administración (diezmos, reparaciones de
templos, estipendios).
 En la quinta estipuló los juicios que se deberían hacer y las penas que merecían las infracciones a las
leyes eclesiásticas.

34
9.3. Los religiosos y religiosas

Fueron iniciando sus actividades los religiosos proscritos por la Constitución. Jesuitas, pasionistas y josefinos.
Llegaron más: cordimarianos (1884), SALESIANOS (1892), maristas (1899), juaninos (1901), benedictinos
(1903), congregación de los sagrados corazones (1905), lasallistas (1905), capuchinos (1907), redentoristas
(1908), padres del sagrado corazón (1908).

Las religiosas fueron un poco menos: adoratrices (1879), damas del sagrado corazón (1883), hermanas de la
caridad (1885), compañía de santa teresa (1888), SALESIANAS (1893), verbo encarnado (1894), hermanas
de San José de Lyon (1903).

Congregaciones religiosas de fundación mexicana fueron:

 Josefinas (del P. José Vilaseca).


 Terciarias franciscanas de la Purísima Concepción.
 Hijas de la inmaculada de Guadalupe.
 Hermanas pobres y siervas del sagrado corazón.
 Siervas del sagrado corazón y de los pobres (fundadas por san José de Yermo y Parres).
 Hijas mínimas de María Inmaculada (del P. Pablo de Anda Padilla),
 Esclavas del divino Pastor (del P. Antonio Repiso).
 Carmelitas terciarias.
 Siervas de Jesús Sacramentado.
 Mercedarias del Santísimo Sacramento.

El gobierno porfirista hacía como que no se daba cuenta de la presencia de estos religiosos. La esposa de
Díaz ayudaba cuanto podía a los conventos femeninos.

9.4. Porfirio Díaz y el Vaticano.

El general Díaz estuvo a punto de reanudar las relaciones diplomáticas con el Vaticano y de derogar las Leyes
de Reforma, pero no lo hizo. Díaz decía que guardaba hacia el papa León XIII ”profunda devoción personal y
admiración”.

Díaz dijo que había procurado las leyes hostiles a la Iglesia de manera benigna y, mejor, no aplicarlas. Dijo
que era necesario esperar más tiempo para la solución de las relaciones diplomáticas.

35
CAPITULO X
LA REBELIÓN DE FRANCISCO I. MADERO.

Porfirio Díaz se reeligió en 1910, a los 80 años de edad. Madero había presentado su candidatura también,
pero fue “derrotado” por Díaz, el cual lo metió a la cárcel de San Luis Potosí. Francisco I. Madero quedó libre
bajo fianza y huyó a Estados Unidos. El 5 de octubre firmó su Plan de San Luis. Convocó a Todo México a
levantarse en armas contra el dictador Porfirio Díaz, para el 20 de noviembre de 1910. Prácticamente nadie se
sublevó ese día a lo largo del país, excepto Aquiles y Carmen Serdán, el 18 de noviembre. Pascual Orozco lo
hizo el 19 de noviembre, y Pancho Villa el 22. Hasta que empezó el año 1911 comenzaron a tomar los fusiles
varios grupos. Emiliano Zapata lo hizo el 11 de marzo de 1911. Los sublevados del norte obtuvieron
sorpresivas victorias en varias ciudades del estado de Chihuahua en contra del ejército federal.

El sistema porfirista se tambaleó terriblemente. Firmó los tratados de Ciudad Juárez con Madero el 21 de
mayo de 1911. Porfirio Díaz huyó a Francia el 26 de mayo de 1911. Gobernó como presidente interino
Francisco León de la Barra, del 25 de mayo al 6 de noviembre de 1911. Mediante elecciones, no limpias,
Madero empezó a gobernar el 6 de noviembre. El lema de su campaña había sido Sufragio efectivo, no
reelección.

Madero se afilió a la secta espiritista. Desde su casa en Parras, Coahuila, se comunicaba, según decía, con
Benito Juárez, el cual lo animó a lanzar su candidatura presidencial y a sublevarse contra Porfirio Díaz. La
Iglesia no sufrió mayores molestias durante el gobierno de Madero, pero veía con inquietud la situación tan
inestable que se vivía en todo el país.

10.1. El partido Católico

El 13 de mayo de 1911 don Gabriel Fernández Somellera fundó el partido Católico Nacional. Pedían la libertad
religiosa y de enseñanza, el sufragio efectivo y la solución a los problemas sociales, según la doctrina de la
Iglesia. Apoyaron a Madero en la elección de 1911.

El Partido Católico llegó a tener medio millón de afiliados y 783 oficinas principalmente en el centro del país.
En la elecciones federales de 1912 obtuvo 4 senadurías y 29 diputaciones. En las municipales ganó la
mayoría de las presidencias en Jalisco, México, 26 más en Michoacán, varias en Chiapas, Guanajuato,
Aguascalientes, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Veracruz. En la de los gobernadores triunfó en Querétaro,
Jalisco, México, Zacatecas, Chiapas, Puebla y Michoacán.

Sus diputados promovieron leyes sobre reparto de tierras, descanso del séptimo día, fomento del patrimonio
familiar, exención de impuestos a las Cooperativas de Crédito Popular, creación de sindicatos, establecimiento
del municipio libre.

El Partido Católico tuvo muy buena organización y firmeza en sus principios. Será cancelado el registro
posteriormente, por ser católico y por el gran arraigo que iba teniendo en la ciudadanía.

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10.2. La sublevación contra Madero.

Don Francisco I. Madero no supo y pudo gobernar. Su mandato se concretó a resistir las diversas
insurrecciones.

Zapata se levantó en armas contra Madero el 28 de noviembre de 1911, porque éste no incluía ninguna
reforma agraria en sus proyectos de gobierno. Pascual Ortiz (3 de marzo de 1912), Bernardo Reyes
(diciembre de 1911) y Félix Díaz (octubre de 1912) desconocieron el gobierno de Madero.

Finalmente tuvo lugar la llamada Sublevación de la Ciudadela o Decena Trágica (9 a 18 de febrero de 1913).
Promovida por los generales Reyes y Díaz. Para repeler este motín, Madero nombró al traidor Victoriano
Huerta, comandante de la plaza militar.

El embajador Henry Wilson amenazó con una intervención armada de los ejércitos estadunidenses para
proteger los intereses de los norteamericanos residentes en nuestro país, si no renunciaba Madero. Wilson
determinó que el siguiente presidente fuera Huerta, como en efecto sucedió. El nuevo gobernante mandó
asesinar a Madero y a su vicepresidente José María Pino Suárez.

37
CAPITULO XI
VICTORIANO HUERTA.

Huerta estableció una dictadura que abusó de la fuerza y violó los derechos humanos. Para las elecciones del
poder legislativo, Huerta ofreció al Partido Católico cien curules con la condición de que el Partido lo apoyara.
Sin atender al resultado de las elecciones el gobierno designaría a los candidatos. El Partido no aceptó. El
periódico La Nación, órgano del Partido, fue suspendido el 23 de diciembre de 1913 y desapareció de la
circulación el 14 de enero de 1914. El director del Partido, Sr. Somellera, y del periódico, Enrique M. Zepeda,
fueron encarcelados en San Juan de Ulúa.

11.1. La terrible guerra civil.

En México no hubo revolución, lo que se llama revolución fue una terrible guerra civil entre mexicanos que
produjo, sí, el cambio de caciques, pero no modificó el concepto e propiedad ni la organización de la sociedad.

Cayó la clase porfirista. Subió Madero, que se negó a hacer revolución social y agraria. Victoriano Huerta se
limitó a guerrear contra quienes se sublevaran. Salió el del país al perder la guerra, tuvo lugar la cruel guerra
civil entre las diversas facciones que empezaron a disputarse la silla presidencial.

Carranza, Obregón, Calles y Cárdenas pelearon contra Villa y Zapata. Triunfaron los primeros, pero el 21 de
mayo de 1920 Obregón mató a Carranza, y el 20 de julio de 1923 a Villa. Zapata había sido asesinado por las
tropas de Carranza el 10 de abril de 1919.

Desde 1910 el pueblo mexicano ha sufrido hambre. Se calculan en 40 millones los habitantes de México que
se encuentran en grave miseria.

Perdieron los villistas y zapatistas. Triunfaron los carrancistas (a los cuales, antes de separarse de él,
pertenecían Obregón, Calles y Cárdenas). Todos los gobiernos posteriores, hasta 2001, fueron de esta
facción.

38
CAPITULO XII
LA CRUEL PERSECUCIÓN.

Contra la usurpación de Victoriano Huerta y el asesinato de Madero hubo cuatro importantes levantamientos
en armas en 1913:

 Por el noroeste: Obregón, Carranza, Calles, Cárdenas.


 Por el norte: Villa y Felipe Ángeles.
 Por el noreste: Pablo Gómez
 Por el sur: Zapata.

Caído Huerta en 1914, las facciones lucharon entre sí. La guerra civil duró desde mediados de 1913, todo
1914 y parte de 1915. Durante esta guerra civil, las posiciones de las distintas facciones ante la Iglesia no
fueron uniformes sino distintas.

Zapata no persiguió a la Iglesia. Protegió al obispo de la diócesis. Cuando sus tropas entraron en la Ciudad de
México, llevaban el estandarte de la Virgen de Guadalupe y estampas de ella en lo sombreros.

Los del noroeste y noreste fueron anticatólicos y anticlericales porque estaban muy influenciados por liberales
jacobinos, socialistas, masones y protestantes. Querían liberar a México de la Iglesia Católica Romana.
Dondequiera que estos ejércitos entraban, atacaban al clero y a la Iglesia.

Los obispos, excepto de Cuernavaca, fueron expulsados de nuestro país. En Querétaro, Puebla y México los
carrancistas quisieron colocar como obispos a los padres Florencio Rosas, Federico Escobedo, Antonio
Paredes, a los cuales sus obispos les dijeron que actuaran como vicarios para evitar males mayores.

En Durango, Monterrey, Tepic, Zacatecas, Aguascalientes, Guadalajara, San Luis Potosí, Querétaro,
Guanajuato, León, Sinaloa, Celaya, Toluca, Zamora, Morelia, Puebla, Jalapa, Córdoba, Orizaba, Campeche,
Mérida y México, los sacerdotes fueron encarcelados. Los extranjeros eran expulsados del país. Las religiosas
fueron expulsadas de sus conventos y violadas unas 60.

Los carrancistas profanaban los templos católicos, imágenes, vasos y ornamentos sagrados. Quemaban los
confesionarios. Los templos pasaban a ser cuarteles o bodegas o se dedicaban a ser teatros de orgías. Los
carrancistas prohibían las misas y las confesiones. Los colegios católicos fueron clausurados. De 1914 a
1918 fueron asesinados 12 sacerdotes y religiosos.

Carranza quiso convencer, en vano, al obispo de Veracruz, monseñor Joaquín Arcadio Pagaza, de
“nombrarlo” arzobispo de México, creyendo que por ser un hombre anciano, lo podría manejar fácilmente.

La actitud de Villa ante la Iglesia no fue uniforme sino cambiante. Por un lado auxiliaba al clero mexicano
pobre. Odiaba y expulsaba a los jesuitas y a los sacerdotes extranjeros. Cuando le mataban oficiales que le
eran muy queridos, pedía a los padres que les dijeran misa. Fue padrino de bautizo de muchos niños. De
hecho cuando lo asesinaron, había salido de un bautizo e iba de regreso a su hacienda. El colegio de los
jesuitas fue destinado a cuartel de soldados.

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21.1. La Constitución de 1917.

La constitución elaborada por los jacobinos resultaba anticlerical y anticatólica. Carranza no pretendía dictar
nuevas leyes en contra de la Iglesia, sino reproducir solamente las Leyes de Reforma.

 Art. 3º prohibió las corporaciones religiosas y a los ministros de cuto poder tener o dirigir primarias.
 Art. 24 señaló que los actos de culto se celebrarían exclusivamente dentro de los templos.
 Art. 130 negó personalidad a las Iglesias, facultó a las legislaturas estatales para determinar el número
de ministros y prohibió a los paridos políticos usar alguna palabra religiosa. Facultó al gobierno para
intervenir en el culto y disciplina de la Iglesia. Los sacerdotes deberían ser mexicanos y no podían
votar y ni ser votados, ni criticar las leyes y gobierno, ni heredar después del parentesco de 4º grado.
 Art. 27 quitó a la Iglesia la capacidad de poseer bienes raíces y determinó que los templos pasaran a
ser propiedad de la nación así como los obispados, curatos, seminarios, asilos, colegios, conventos.
Prohibió que las Iglesias fuera propietarias de instituciones de beneficencia e investigación científica.
 Art. 6 evitó la prohibición de votos religiosos.

La Constitución fue publicada el 5 de febrero de 1917. Desde su destierro, los obispos que pudieron reunirse
emitieron un documento titulado Protesta de los obispos mexicanos por la Constitución de 1917. Decían que
la constitución aprobaba definitivamente la persecución religiosa.

Carranza hizo disminuir la persecución contra la Iglesia y trató de derogar las leyes persecutorias de la
Constitución, pero se vio impedido ante la imponente sublevación que Obregón llevó a cabo contra él y que
finalmente le costó la vida.

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CAPITULO XIII
ÁLVARO OBREGÓN.

Durante la presidencia de Álvaro Obregón la Iglesia no sufrió una persecución total, pero sí hubo diversos
actos realzados contra ella.

En febrero de 1921 explotó una bomba en el arzobispado de México, sin mayores daños. El 14 de noviembre
del mismo año, explotó también una bomba ante la imagen de la Virgen de Guadalupe en la Basílica, no dañó
en absoluto la imagen. La opinión general culpó a Obregón del atentado.

El 1 de mayo de 1922 una turba de obreros llamados socialistas atacó la casa de la Asociación Católica de la
Juventud Mexicana (ACJM), los asaltantes tomaron el local. Apuñalaron una imagen de la Virgen de
Guadalupe. Las autoridades tampoco tomaron cartas en el asunto.

El 11 de enero de 1923 el delegado papal, monseñor Ernesto Filippi, colocó la primera piedra del monumento
a Cristo Rey en el cerro del Cubilete, centro geográfico de la república.

Obregón expulsó del país al delegado apostólico indicando que había sido violado el art. 24 de la Constitución
por haberse celebrado culto fuera de los templos.

Del 5 al 12 de octubre de 1924 se celebró un Congreso Eucarístico, las autoridades civiles consignaron ante
los Tribunales a los obispos y sacerdotes que habían participado.

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CAPITULO XIV
PLUTARCO ELÍAS CALLES (1924-1929).

Desde que se incursionó en la política en Sonora, su estado natal, Plutarco Elías Calles se mostró
decididamente anticatólico y marcadamente anticlerical. Más lo sería durante su presidencia. En 1925 intentó
fundar una Iglesia Católica Mexicana separada de Roma. Fracasó al igual que la establecida por Juárez.

Tres gobernadores declararon la guerra a la institución eclesiástica en sus estados:

 José Guadalupe Zuno, en Jalisco (1923-1926). Atacó abiertamente a las instituciones eclesiásticas y al
obispo Francisco Orozco.
 Alberto Tejeda, en Veracruz (1920-1924 y 1928-1932). Quemó templos o los tiró, expulso a todo el
clero y al obispo el beato Rafael Guízar, promovió el anticlericalismo.
 Tomás Garrido Canabal, de Tabasco (1919 y 1923-1926). Expulso a todos los sacerdotes, destruyó
cuanto templo pudo y desarrolló una campaña antirreligiosa exaltada. El más agresivo de todos.

14.1. Los templos cerrados

El periodista Ignacio Monroy, de manera anónima, publicó tres artículos en el periódico El Universal de la
ciudad de México. El 27 de febrero de 1926 escribió que el episcopado haría una campaña dentro de la ley en
contra de los artículos 3, 5, 27, y 130 de la Constitución. El 4 de febrero explicó que unas declaraciones del
arzobispo de México, José Mora y del Río, éste había dicho que no reconocía a la Constitución y que la
combatiría. El obispo lo desmintió el 11 de febrero. Antes, el 8 de febrero, el periodista reprodujo la carta de
los obispos escrita en 1917, quejándose de las leyes persecutorias, pero el periodista hizo aparecer como si
fuera un documento recientemente redactado. El Universal despidió al periodista.

Calles, que vivía enojado contra la Iglesia y el cero, se irritó más. El 10 de febrero ordenó se aplicara el art.
130 constitucional (que reglamentaba el número de sacerdotes que podían oficiar en un estado) y el 3º (cierre
de las escuelas católicas).

Para el 15 de maro de 1926 eran 202 los sacerdotes expulsados del país, 118 los colegios clausurados y 83
los conventos cerrados.

El 21 de abril los obispos escribieron un documento titulado No podemos en que manifestaron la imposibilidad
de acatar los artículos contrarios a la Iglesia. En respuesta fue expulsado el delegado apostólico, monseñor
Jorge José Carauna, al mes y días de haber llegado.

El 2 de julio Calles arreció la tormenta: reformó el art. 19 del Código Penal, indicando penas para los
infractores del art. 130 constitucional. Quedó establecido que todo sacerdote debería inscribirse ante el
gobierno como condición para poder ejercer sus ministerios. Era una medida que no podían aceptar los
obispos a quienes les compete nombrar a los sacerdotes que pueden oficiar. Los obispos, por tanto,
decidieron cerrar todos los templos de país y lo hicieron el 1 de agosto.

Calles creía así acabar con la Iglesia, sería el fin del clero. El gobierno controlaría en adelante toda actividad.
En México no volvería hacer lugar para la Iglesia. Alrededor de cuatro mil quinientos sacerdotes vivían en

42
México. Si se llevaba a cabo la reforma intentada por Calles, solamente podrían trabajar alrededor de mil,
controlados por él.

Ya clausurado el culto, el 7 de septiembre los obispos pidieron a la cámara de Diputados que se reformara la
Constitución. El 22, la cámara les contestó que los prelados no reconocían la Constitución y por lo tanto no
eran ciudadanos ni tenían el derecho constitucional de petición.

La Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, juntó dos millones de firmas (México tenía 15 millones
de habitantes) que presentó a la cámara. Ésta no las tomó en cuenta ni discutió su asunto.

14.2 La guerra cristera

La guerra cristera fue llevada a cabo por campesinos. Ocurrió principalmente en Jalisco, Michoacán, Colima,
Morelos, Durango, Guanajuato, Querétaro, Guerrero, Zacatecas, Nayarit y otros en menor proporción. El
pueblo, los ayudaba con armas, propaganda, espionaje, dinero y comida. A los cristeros los ayudaron las
Brigadas Blancas, organización femenina que les daba dinero, informes, medicinas, comida, etc. En 1828 eran
alrededor de diez mil sus miembros. En 1928 la organización fue descubierta por el gobierno.

La revolución cristera pretendió derribar al gobierno callista y poner el suyo. Empezaron usando machetes.
Poco a poco fueron consiguiendo armas y municiones. Además de campesinos, eran luchadores voluntarios.
No salían de la región que conocían. No había jefes al principio: se fueron haciendo. De hordas pasaron a
partidas a después a ejército. Cada zona hizo su estilo de guerra, según su mentalidad, geografía local, y
medio con que contaban. Las regiones donde habían cristeros sufrieron gran represión de parte del gobierno:
robo, tormento, violación, crueldad, sacrilegio en todas clases. La guerra costó unos 800 mil muertos, 25 mil
cristeros y 55 mil del gobierno.

La motivación de los cristeros fue esencialmente religiosa, pero además, fue una lucha de autodefensa en
contra del gobierno que los explotaba, el cual, además, quiso quitarles también su religión.

La Liga Nacional de la Defensa Religiosa fue una asociación urbana que trató de ayudar a los cristeros.
Estaba formada por miembros de clase media provenientes del antiguo Partido Católico Nacional y de la
Acción Católica de Jóvenes Mexicanos (ACJM). Su proyecto era formar una sociedad mexicana justa, católica
(integrista), nacionalista y cooperativista. Apoyados en un principio por los obispos, finalmente quedaron
desligados de ellos.

14.3. Las luchas

La guerra cristera empezó, lentamente, a partir del cierre de los templos decretado por los obispo, para el 31
de julio de 1926. A partir de 1927 fueron dándose brotes de violencia por los diversos estados antes
mencionados. Más que enfrentamientos, las fuerzas gubernamentales hacían devastación de las zonas. Duró
3 años.

Para julio de 1927 había unos 20 mil cristeros dispersos, sin dirección unificada. El ejército se concentraba en
las poblaciones, no en las zonas de lucha. Cuando dejaban una zona, los cristeros volvían a ella. De julio de
1927 a julio de 1928 fue un año crucial de la guerra cristera. La Liga de la Defensa Religiosa pagó tres mil
pesos oro mensuales al general Enrique Goroztieta para que fuera el jefe único de los cristeros.
Gradualmente fue unificando el mando de varias partidas en un único grupo. Hizo avanzar los territorios

43
cristeros. A fines de 1927 tenían 25 mil soldados bajo sus órdenes. A estas fechas los cristeros no podían ser
vencidos pero el gobierno tampoco estaba a punto de caer. La guerra llegó a su apogeo de marzo a junio de
1929. En marzo y abril los cristeros lanzaron fuerte ofensiva que les consiguió el oeste del país, excepto las
ciudades. El contraataque federal no tardó. Con 35 mil soldados los organizaron el general Saturnino Cedillo y
Lázaro Cárdenas.

Muerto en una emboscada el general Goroztieta, cerca de Atotonilco, Jalisco, le sucedió el P, Aristeo Pedroza
en el mando supremo de los cristeros. Bajo el mando de éste, los cristeros obtienen importantes avances.
Muerto a su vez el P. Pedroza, le sucede en el mando el médico Jesús Degollado. Poco más adelante el
presidente Emilio Portes Gil y los obispos Pascual Díaz y Leopoldo Ruíz celebraron unos acuerdos mediante
los cuales pusieron fin a la guerra cristera.

El gobierno no cumplió los acuerdos, ante al contrario fue asesinando lentamente a los cristeros: de 1929 a
1935 murieron alrededor de 5 mil. Después siguió una segunda cristiada, que llegó a tener 7,500 hombres
situados en seis regiones, y que duró de 1935 a 1940. Derivaron después en el Sinarquismo y más tarde en el
Partido Demócrata Mexicano, que perdió su registro por falta de votantes. El cristero fue el último
levantamiento de masas campesinas en México.

14.4. Los arreglos

Desde 1927 el general Obregón había hablado con el obispo Manuel Fulcheri y algunos sacerdotes, pero no
encontraron soluciones al problema. Cuando llegó como embajador de Estados Unidos, en 1927, el señor
Dwigth W. Morrow, venía decidido a terminar el conflicto religioso por órdenes del presidente estadunidense
Calvin Coolidge.

El 17 de mayo de 1928 se efectuó otra junta con el P. Burke, el presidente Calles y el obispo Ruiz y Flores,
quien fue luego a informar al papa Pío XI. El 1 de julio fue declarado vencedor en las elecciones
presidenciales el general Obregón que, así, se reelegía. El 17 ocurrió el asesinato. Calles terminó su periodo
de gobierno el 30 de noviembre de 1928. Sin embargo seguiría dirigiendo al país a través de los presidentes
impuestos por él hasta 1936, en que fue expulsado del país por el entonces presidente Cárdenas. Se había
autonombrado Jefe Máximo de la Revolución.

El papa Pío XI nombró delegado apostólico al arzobispo Leopoldo Ruíz y Flores. El 12 de junio de 1929 el
presidente Portes Gil se reunió con los obispos Pascual Díaz y Leopoldo Ruíz. Tuvieron unos acuerdos que
publicaron, cuyo cumplimiento garantizaría el embajador Morrow, pero éste murió poco después, en 1931. La
Iglesia quedó sometida y siguió siendo perseguida. Calles no cedió.

El vaticano no apoyó a los cristeros pero sí los obligó a aceptar la paz. Se dio cuenta de que no podía hacer
más, dado el apoyo tan grande (militar, económico y político) que los Estados Unidos prestarona calles y
Portes Gil.

El papa escribió la encíclica Inquis Afflictisque, el 18 de noviembre de 1926, acerca de la persecución


padecida por los católicos mexicanos, y la carta llamada Paterna Sane Sollicitudo del 2 de febrero del mismo
año. El 20 de junio de 1929 Roma mandó a monseñor Leopoldo Ruíz un telegrama que decía:

1. Santo Padre ansioso por pacífica y laica solución.


2. Completa amnistía para los obispos, sacerdotes y fieles.
3. Devolución de casas episcopales, curatos y seminarios.
4. Relaciones libres entre el Vaticano y la Iglesia mexicana.

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En realidad eran condiciones muy favorables para Calles, Jefe Máximo , y para Portes Gil. El 27 de junio de
1927 se firmaron estos acuerdos:

 Que el artículo de la ley que determina el número de ministros, no significa que el Gobierno pueda
registrar a aquellos que no hayan sido nombrados por el superior jerárquico del credo religioso
respectivo.
 En lo que respecta a la enseñanza religiosa la Constitución y las leyes vigentes prohíbe de manera
terminante que se imparta en las escuelas primarias y superiores, oficiales o particulares, pero esto no
impide que en el recinto de la Iglesia, los ministros de cualquier religión impartan sus doctrinas a las
personas mayores o a los hijos de éstas que acudan para tal efecto.
 Las leyes del país garantizan a todo habitante de la República el derecho de petición, y en su virtud,
los miembros de cualquier Iglesia pueden dirigirse a las autoridades que corresponde para la reforma,
derogación o expedición de cualquiera ley.

El arzobispo de Morelia, Leopoldo Ruíz, escribió que como consecuencia de las declaraciones del presidente,
el clero mexicano reanudará los servicios religiosos de acero con las leyes vigentes.

Portes Gil ordenó al señor Felipe Canales, secretario de gobernación, que se amnistiara a los cristeros y aún
se les pagara su pasaje a donde fueren, que se devolvieran las iglesias, casas curales y episcopales
desocupadas, y que se procurara desocupar las demás para devolverlas. Este acuerdo no se cumplió ni por
Portes Gil ni Ortiz Rubio, ni Abelardo Rodríguez ni Cárdenas. Se llevó a cabo, a partir de 1940,en tiempos del
general Manuel Ávila Camacho.

14.5. Santos y Beatos

En 1927 fue fusilado e. P. Miguel Agustín Pro. Desarrolló una incansable labor apostólica, caritativa y heroica
en la Ciudad de México hasta que, acusado falsamente de haber participado en el atentado de Álvaro
Obregón, fue fusilado. Encaró la ejecución con valentía, serenidad y gozo. El gobierno de Calles violó sus
derechos humanos, pues no lo sometió a juicio ni le permitió tener un abogado.

El 21 de mayo de 2000 fueron canonizados los beatos del grupo llamado Cristóbal Magallanes y compañeros.
Son 22 sacerdotes y tres laicos del tiempo de la persecución, a parte del P. José María Yermo y Parres y de
M. María de Jesús Sacramentado Venegas.

El P. José María Yermo y Parres nació en Jalmolonga, Estado de México en 1851. Fundó en León una
congregación llamada Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los pobres, para atender a los marginados.
Murió en 1904, el gobernador de Guanajuato lo llamó “Gigante de la caridad”.

La madre María de Jesús Sacramentado Venegas (1868-1959) nació en Tapona, Zapotlanejo, Jalisco. Ingresó
a la congregación de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús. Fue enfermera de 1905 a 1921. Desde este
fecha hasta 1954 fundó numerosos hospitales, asilos, sanatorios, puestos de socorro, clínicas, en casi toda la
república.

14.6. Tres Mártires

El licenciado Anacleto González Flores, varón verdaderamente excepcional que puso su lucidez al servicio de
la Iglesia católica. Abogado, miembro de la Acción Católica Juvenil, fue guía indiscutible de la resistencia

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pacífica ante la persecución desatada en Jalisco por Guadalupe Zuno. Era llamado El Maestro pues poseía
excelentes dotes de pedagogo y también un gran carisma que le atraía muchos seguidores. Preso muchas
veces, volvía sin dudarlo al recobrar la libertad. Sufrió con gran entereza los últimos tormentos que le hicieron
padecer las fuerzas callistas. Escribió El plebiscito de los mártires y la cuestión religiosa, el cual dice que los
tiranos solamente saben matar o encarcelar, y que cuanto más miedo tienen más matan. La religión católica
está enraizada en la médula de nuestra vida individual y colectiva. Encarcelarla es encarcelar a todo México.
Con todo, siempre, la Iglesia un día antes de la victoria, va a la cárcel.

Monseñor Pascual Díaz, S.J. (1876-1936) fue llamado “el obispo mártir” durante la persecución callista.
Doctorado en Teología, en Bélgica, volvió a su país empezando la persecución carrancista, en 1913. Ejercitó
su ministerio a escondida en el Distrito Federal, en la parroquia de la Sagrada Familia, donde sobresalió por
su temple y talento. En 1922 fue consagrado obispo de tabasco. Fue expulsado del país. Estuvo en Roma
donde recibió el apoyo del papa Pío XI. Fue enviado por éste a gestionar los arreglos. El papa los aprobó y lo
nombró arzobispo de México en 1929. En 1935 estuvo preso un día. Tuvo que sufrir las grandes
contrariedades de los católicos que no estuvieron de acuerdo con los arreglos llevados a cabo con Portes Gil.
Se mostró entristecido ante las incomprensiones e que fue objeto. Murió a los 60 años en 1936.

Igual martirio incruento sufrió monseñor Leopoldo Ruiz (1865-1941). Hizo lo imposible por lograr la liberad de
la Iglesia. Envió cartas, memorandas, telegramas, peticiones, explicaciones, todas ellas despreciadas y
desoídas. Fue obispo de León (1900-1907), arzobispo de Linares (1907-1941) y delegado apostólico (1929-
1937). Trece veces estuvo desterrado del país. Sufrió con gran fortaleza y paciencia la inquebrantable
oposición de los gobiernos de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo Rodríguez, guiados por el Jefe
Máximo (Plutarco Elías Calles).

14.7. Sacerdotes muertos de 1926 a 1938.

Fueron 56 diocesanos, un carmelita, tres franciscanos, un agustino y un jesuita. Dos fueron las religiosas que
fallecieron. La mayoría fueron fusilados.

46
CAPITULO XV
EL MAXIMATO.

Se llama así al período en que el expresidente Calles, impuso a los presidentes de la república y los manejó a
su antojo: Emilio Portes Gil (1928-1930); Pascal Ortiz Rubio (1930-1932); Abelardo Rodríguez (1932-1934);
Lázaro Cárdenas (1934-1940). Este último se liberó de la tutela de Calles, expulsándolo del país el 10 de abril
de 1936.

Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR) el 4 de marzo de 1929, para evitar más cuartelazos
con motivo de las elecciones presidenciales y para controlar al país mediante una dictadura de partido.
Desde 1946 cambió el nombre por Parido Revolucionario Institucional (PRI). Durante todo el Maximato la
persecución religiosa se hizo agudísima y terrible, pero menos cruenta.

Portes Gil ordenó la clausura de los colegios católicos, no permitió que regresaran al clero los templos, las
casas parroquiales, los obispados, ni los seminarios. Mantuvo en vigor que los congresos estatales indicaran
el número máximo de sacerdotes que podrían celebrar y encarceló a varios de ellos.

Pascual Rubio confiscó otras casas a la Iglesia. Muchos sacerdotes fueron encarcelados. En varios estados
de la república (veracruz, tabasco…) la persecución recrudeció notablemente. El 12 de diciembre de 1931 fue
celebrado el 4º centenario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe. El enojo de Calles fue máximo,
porque se reconstruyó muy bien la Basílica.

Abelardo Rodríguez superó a los dos anteriores en su actitud contra la Iglesia. Impidió el funcionamiento de
los colegios católicos, no regresó casa ni templo alguno, ni los seminarios. Redujo todavía más el mínimo
número que había entonces de sacerdotes autorizados para oficiar, uno para todo el estado de Chihuahua,
uno para Chiapas.

La publicación de la encíclica del Papa Pío XI, Acerba Animi Anxituto (La preocupación que nos embarga), del
29 de septiembre de 1932, irritó sobremanera al Jefe Máximo Calles. El Papa se quejaba, de lo que era real y
evidente: que la persecución arreciaba, que los arreglos no se habían cumplido, que el pueblo creyente y el
clero eran molestados, encarcelados, etc. En respuesta inmediata, el Jefe Máximo Calles ordenó al presidente
Rodríguez que expulsara del país al delegado apostólico Leopoldo Ruíz y Flores.

La ascensión de Lázaro Cárdenas no tranquilizó a los católicos, no sólo porque había sido fiero general
anticristero, sino porque durante su período como gobernador de Michoacán había perseguido a los católicos
y al clero. De 1934 a 1938 hizo lo mismo pera a nivel nacional. En 1936, solamente 197 sacerdotes podían
ejercitar su ministerio de manera oficial. Realizó más confiscaciones de propiedades eclesiásticas de 1934 a
1936. En ese año expulsó a Calles del país. En febrero de 1935 encarceló al arzobispo Pascual Díaz, durante
un día, por supuestas faltas a la ley de cultos. En 1938 cambió el nombre del PNR de Calles y lo llamó PRM,
Partido de la Revolución Mexicana, después PRI en 1946.

Cárdenas hizo muy estricto el artículo 3º constitucional relativo a la educación de la niñez. A ésta deseaba
apartar de toda influencia de la Iglesia y aun clausurar las clases parroquiales de catecismo si le hubiera sido
posible. En sus últimos meses el presidente Cárdenas modificó su política relativa a la Iglesia, haciéndola más
flexible.

47
El 25 de febrero de 1937 fue nombrado arzobispo de México Luis María Martínez. En 1938 tuvo lugar la
expropiación petrolera, que apoyada por la Iglesia. El Papa Pío XII empezó a gobernar desde 1939 en que
daba inicio la segunda guerra mundial.

El pueblo votó por el candidato de la oposición Juan Anderw Almazán, pero a través de un baño de sangre fue
impuesto el general Ávila Camacho que, había sido general en la guerra contra los cristeros, si bien más
benévolo y prudente.

Como protesta ante el régimen cardenista se formaron el Sinarquismo y el Partido Acción Nacional (PAN).
Ambos sufrieron una gran represión aun sangrienta.

15.1. Montezuma y Buena Prensa

Ya desde 1928, ante la imposibilidad de tener seminarios en México, la jerarquía eclesiástica abrió uno, en
precarias condiciones, en Castroville, Texas, con 24 alumnos. Lo atendieron los recién fundados Misioneros
del Espíritu Santo del P. Félix Rougier. Duró poco.

El 23 de septiembre de 1937, con ayuda de las autoridades estadounidenses, inició sus actividades el
Seminario de Montezuma en Nuevo México, dirigido por 17 jesuitas mexicanos, con 159 alumnos de 30
diócesis. Los obispos americanos pagaban el 66% de los gastos. Montezuma produjo un clero fervoroso (1,
707 sacerdotes) al servicio de la Iglesia mexicana, así como 23 obispos. Era seminario interdiocesano. En
1972 se trasladó a Tula, Hidalgo, como regional. Terminó sus actividades en 1979, tras 42 años de servicio.

En 1937 se estableció la Obra de la Buena Prensa para difundir, de manera impresa, la religión católica
mediante revistas, folletos, libros con temas pastorales, espirituales, litúrgicos, etc. Perdura hasta la fecha.
Aparecieron después la editorial Progreso, de los Hermanos Maristas, la editorial Paulina, la Editorial de los
Combonianos.

15.2. Encíclicas papales

El Papa Pío XI envió otra encíclica a México llamada Firmissimam Constantiam en 1937, acerca de cómo
rehacer la vida católica en México después de tantas preocupaciones sufridas: con el cumplimiento exacto de
los deberes cristianos. En el mismo año Pío XI redactó la encíclica Divini Redemtoris en contra del comunismo
ateo de Rusia, España y México. Ninguno de los documentos provocó reacción del gobierno.

15.3. La espiritualidad

El P. Félix de Jesús Rougier (1859-1939), francés, padre marista de la Sociedad de María, llegó a México en
1901. En 1914 fundó la congregación de los Misioneros del Espíritu Santo y tres congregaciones femeninas:
Hijas del Espíritu Santo, Misioneras Catequistas Guadalupanas y Oblatas de Jesús Sacerdote.

Recibió ayuda de la madre Concepción Cabrera de Armida (1862-1937). Ella se casó en 1884 con el señor
Francisco Armida, con el cual procreó nueve hijos. Quedó viuda en 1901. Fundó la congregación de las
hermanas del Sagrado Corazón de Jesús. En 1913, en Roma, favoreció notablemente la fundación de los
misioneros del P. Rougier. Escribió sobre el dogma católico, la eucaristía y temas espirituales de una manera
muy profunda.

48
15.4. Los Obispos

Monseñor Francisco Orozco Jiménez (864-1936). De 1902 a 1912 fue obispo de Chiapas. Estableció seis
colegios, promovió industrias, dotó de alumbrado eléctrico a San Cristóbal de las Casas. De 1913 a 1936 fue
arzobispo de Guadalajara. Promovió los colegios católicos. Tuvo que sufrir cinco destierros. Para no ser
expulsado de su diócesis, cuando Calles decretó esta medida, permaneció largo tiempo escondido a los largo
de ella, viviendo entre las matas en las barrancas. Después de firmados los arreglos, Portes Gil se obstinó en
que saliera expulsado del país.

El Beato Rafael Guízar Valencia. Nació en Cotija, Michoacán, en 1878. Desde joven sacerdote mostró un
grado avanzado de virtud. Toleró pacientemente las calumnias perpetradas contra él, que le valieron ser
suspendido de su ministerio sacerdotal durante un tiempo. Poseía el gran carisma de realizar misiones
populares con notables frutos espirituales. Fue consagrado obispo de Veracruz en 1919. En ese año un
terrible temblor destruyó poblaciones enteras de su diócesis, a donde acudió de inmediato a socorrerlas con
gran celo. El gobernador Adalberto Tejeda le hizo la vida imposible a él, al clero, a los católicos. El obispo
llevó el seminario al Distrito Federal, donde vivió escondido, con esta acertada medida la Iglesia veracruzana
mantuvo su clero y lo aumentó. Fue expulsado del país de 1927 a 1929. Monseñor Rafael murió en 1938.
Ante su tumba, situada actualmente en la catedral de Xalapa, muchos creyentes oran todos los días del año.

Monseñor Gerardo Anaya Díaz (1881-1958). Ordenado en 1904, fue profesor en el seminario de la ciudad de
México y de 1911 a 1920, rector del mismo. El general Obregón lo expulsó de la ciudad de México, en 1915.
Junto con otros sacerdotes, acusado de tener “sífilis”. Regreso como pudo, pero el presidente Carranza
ordenó encarcelarlo en el Palacio Nacional. Los seminaristas tuvieron que esconderse y salvar los más que
pudieron: libros, mobiliario y enseres. En 1920 fue nombrado obispo de Chiapas. Por disposición de
salubridad fueron clausurados los templos católicos, por ser ocasión de transmisión de epidemias, no así los
cines, templos protestantes, escuelas, cantinas, etc. El gobierno estuvo a punto de expulsar a todos los
sacerdotes del estado. La virtud y prudencia de Monseñor Anaya fueron sorteando todas las dificultades.
Trasladado en 1941 a San Luis Potosí, falleció en 1958.

49
CAPITULO XVI
LA ÚLTIMA ETAPA (1940-1992).

En estos 52 años vivimos un régimen pacífico en la relaciones Iglesia-Estado en México. No se volvieron a


aplicar las leyes antirreligiosas de 1917, pero tampoco se derogaron. Dado que en la práctica religiosa se
hacía precisamente lo prohibido por la ley, el pueblo ya ni sabía que existían esas leyes. Las reformas de 1992
vinieron a legalizar casi todo lo que ilegalmente realizaban el clero y el pueblo.

Manuel Ávila Camacho (1940-1946). Decía que era creyente, daba a entender que no llevaría a cabo una
política antirreligiosa. Regresó muchas propiedades de las confiscadas. Quitó los conceptos socialistas del art.
3º de la Constitución.

Miguel Alemán (1946-1952). Lanzó una campaña anticomunista. Llegó como encargado de negocios de la
Santa Sede ante los obispos monseñor Guillermo Piani, quien realizó sus labores sin tener ningún obstáculo
enfrente. Las peregrinaciones religiosas recorrían toda la república sin impedimento alguno (Basílica, Cubilete,
etc.). la organización masónica protestaba cuando podía. La revista Tiempo, anticlerical, mostraba su
tendencia cada vez que podía. La jerarquía restableció el Secretariado Social Mexicano.

Adolfo Ruíz Cortínes (1952-1958), fue presidente alejado de la Iglesia pero, tolerante. En 1953 tuvo lugar el
primer Congreso Nacional de la Cultura Católica en Guadalajara. En 1956 falleció monseñor Luis María
Martínez, era ocurrente pero también místico, intelectual, pastor y habilísimo diplomático. En 1957 de cumplió
el centenario de la Constitución anticatólica de 1857. Los masones y jacobinos levantaron la voz y atacaron al
clero, encabezados por Martín Luis Guzmán en su revista Tiempo. Se quejaba agriamente de los avances que
había tenido el clero en el campo educativo y pastoral en general.

Adolfo López Mateos (1958-1964). Desde que el revolucionario Fidel Castro tomó el poder en Cuba, se vivió
en México un fuerte clima anticomunista. En todos los lugares se veía el lema Cristianos sí, comunismo no.

Se organizó el FUA, Frente Universitario Anticomunista, para evitar que las universidades se hicieran
comunistas o socialistas. En Guadalajara nació el MURO semejante al FUA, llamado Movimiento Universitario
de Renovación y Orientación, más conocidos como los TECOS. Tenían como centro universitario la
Universidad Autónoma de Guadalajara. También inició el Movimiento Católico Tradicionalista cuyo objetivo
era rechazar las disposiciones del Concilio Vaticano II que se celebró de 1962 a 1965. El episcopado
mexicano tuvo poca participación en las decisiones del Concilio. Los obispos aceptaron sin oposición las
conclusiones conciliares.

Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). Grandes movimientos tomaron enorme auge en la promoción de la vida
cristiana: el Movimiento Familiar Cristiano MFC; CENCOS Centro de Comunicación Social de la Iglesia; la
escuela de periodistas Carlos Eptién, la revista Señal.

Ocurrieron varios casos llamativos. El P. Gregorio Lamiercier, benedictino de Cuernavaca, hacía obligatorio el
psicoanálisis a los monjes de su monasterio, medida desautorizada por el Papa Paolo VI. La UMAE, Unión de
Mutua Ayuda Episcopal, que fomentó la unión entre el clero.

En 1968 tuvo lugar la catástrofe de Tlatelolco, en el marco de las protestas universitarias en contra de la
política vigente, ante la cual la Iglesia jerárquica no se pronunció. Sí lo habían hecho 37 sacerdotes a favor del
movimiento estudiantil.

50
El 24 de agosto de 1968 se publicó el Documento de Medellín. En septiembre de 1969 tuvo lugar el primer
Congreso de Teología que acabó en discusiones sobre la Teología de la Liberación recién arribada a México.
Algunos sacerdotes se inscribieron en los movimientos Sacerdotes para el Pueblo y Cristianos por el
Socialismo que promovían un mayor acercamiento del clero al pueblo pobre en busca de la liberación de las
opresiones de la injusticia económica, tal como postulaba la Teología de la Liberación.

Luis Echevarría Álvarez (1970-1976). Tuvo relaciones cordiales y abiertas con la jerarquía católica. Nombró a
don Jorge Martínez del Campo y a don Zerón Medina para que de la parte oficial se hicieran cargo de los
asuntos eclesiásticos. Procuró tener contacto individual con los obispos. Pidió la opinión del clero sobre la
reforma educativa. Quiso usar a la Iglesia para mejorar su deteriorada imagen. Visitó en el vaticano al Papa
Paulo VI el 9 de febrero de 1974 para pedirle su apoyo a la Carta de los Deberes y Derechos Económicos de
los Estados. En 1976 apoyó la construcción de la nueva Basílica de Guadalupe. Tuvo fricciones con la Iglesia
por su política de control natal y por el texto en lo que se refería a la enseñanza sobre la educación sexual, la
evolución de las especies y los sistemas socialistas.

José López Portillo (1976-1982). Provocó una terrible crisis económica en su periodo. Visitó a 40 prelados
católicos, se entendió directamente con el delegado apostólico monseñor Jerónimo Prigione. Recibió la visita
del recién electo Papa Juan Pablo II, que estuvo en México del 26 al 31 de enero de 1979. El Papa pidió al
clero no mezclar la pastoral con la política y a todos ser fieles al magisterio de la Iglesia y promover los
derechos humanos. El Papa violó todos los anacrónicos preceptos anticlericales de la Constitución. El
presidente se ofreció a pagar las multas que se le impusieran si se hacía la denuncia respectiva. Nada ocurrió.

Miguel de la Madrid (1982-1988). Exalumno marista, mantuvo públicamente una postura fría ante la Iglesia.
Junto con el secretario de Gobernación, Lic. Manuel Blartlett, siguió entendiéndose directamente con
monseñor Prigione para las cuestiones eclesiásticas. Los tres impidieron el cierre de todos los templos que
había planeado monseñor Adalberto Almeida, en Chihuahua, el 6 de julio de 1986, ante el fraude electoral que
llevó al PRI a la gubernatura. En aquellos tiempos monseñor Prigione acusó a monseñor Arturo Lona de ser
marxista.

Hasta aquí todos los presidentes tenían mayor o menor terror a los masones y a los jacobinos, tocante a
quitar las leyes anticlericales de la Constitución, y a restablecer las relaciones diplomáticas con el Vaticano
interrumpidas desde tiempos de Maximiliano. Estos presidentes sentían que serían juzgados por la historia
como traidores a la tradición juarista. No veían que hasta los países socialistas más duros mantenían
relaciones con el Vaticano ni que todos los países latinoamericanos habían suprimido las leyes persecutorias
de la Iglesia.

Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Se reunió en su campaña con casi todos los obispos. Al tomar
posesión invitó a Prigione y al cardenal Corripio. Anunció una nueva relación con la Iglesia para legitimar su
mandato. Nombró al Lic. Agustín Tellez como su representante personal ante el Papa Juan Pablo II, quien a
su vez designó a monseñor Prigione como su representante ante el presidente.

El 20 de septiembre de 1992, México y la Santa Sede anunciaron el restablecimiento de las relaciones


diplomáticas. Moseñor Prigione fue anunciado nuncio el 23 de septiembre. A él sucedió, Justo Mullor. En el
año 2000 lo suplió monseñor Leandro Sandri. El profesor Enrique Olivares Santana fue el embajador ante la
Santa Sede de 1992 a 1994. Cuando el Papa visitó México por tercera vez, el 11 de agosto de 1993, arribó a
Mérida donde fue recibido como Jefe de Estado.

El presidente Ernesto Zedillo saludó al Papa en el Vaticano el 1 de febrero de 1996. Fue a primera visita
oficial de un mandatario mexicano al Vaticano.

51
16.1. Las Leyes de 1992.

La nueva Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público fue publicada el 15 de julio de 1992. Resultó mejor,
sin duda, que las leyes de 1917, pero es perfectible según dicen miembros de la Iglesia y del gobierno.
Resultó una mescolanza de leyes favorables a la libertad religiosa y leyes que la coartan y limitan.

a) Leyes que favorecen el derecho natural de libertad religiosa:

Disposiciones generales:

 La Iglesia y el Estado son entidades independientes


 En México hay libertad de creencias pero la convicciones religiosas no pueden ser pretexto para no
cumplir las leyes del país (contra los testigos de Jehová).
 Nadie puede obligado a declarar sus creencias ni ser impedido a trabajar por ellas.
 Nadie puede ser obligado a trabajar, ni a dar dinero o cosas para sostener una iglesia ni a participar en
ritos, ceremonias, fiestas, etc.
 El gobierno es laico. Ejercerá su autoridad en las manifestaciones religiosas en lo tocante a la
observancia de la ley, orden, moral pública, y cuidado de los derechos ajenos.
 El registro del matrimonio civil los hace la autoridad civil.

Funcionamiento:

 Las iglesias deberán sujetarse a la Constitución y a las instituciones gubernamentales.


 Tienen derecho a identificarse mediante una denominación exclusiva, organizarse libremente en sus
estatutos y autoridades, hacer actos públicos, propagar su doctrina, participar en instituciones de
asistencia, educación, salud y a usar bienes propiedad de la nación (o sea los templos construidos
antes de 1992).
 Las relaciones de trabajo con sus empleados se sujetarán a la Ley del Trabajo.
 Los ministros de culto de una religión son los que nombre esa religión (contra Calles que quería
nombrarlos él). Pueden ser mexicanos o extranjeros internados legalmente en el país. Pueden votar.

Propiedades

 Las iglesias podrán tener un patrimonio para cumplir sus fines.


 Deben registrar sus bienes ante Gobernación, y registrarán a los ministros encargados de monumentos
arqueológicos, artísticos o históricos propiedad de la nación.

Culto público

 El culto se puede realizar en los templos o fuera de ellos.


 No necesita permiso la afluencia para ir al templo ni para ir al culto en lugares privados.

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Autoridades

 No intervendrán en asuntos internos de las Iglesias.


 No asistirán con carácter oficial al culto público.

b) Leyes que entorpecen el derecho natural de libertad religiosa o lo suprimen:

 Para inscribirse una iglesia necesita decir que se ha ocupado de practicar su religión por lo menos
hace cinco años, que tiene arraigo en la población, que tiene el dinero para su fines y estatutos.
 Para ser votados los ministros necesitan dejar el ministerio cinco años antes. Para desempañar cargos
públicos deberán dejarlos tres años antes. Para cargos menores, seis meses antes. No podrán
asociarse con fines políticos ni hacer propaganda a favor o en contra de un candidato o partido (en el
culto es obvio que no; pero fuera de él ¿por qué no?).
 Los ministros, sus ascendientes, hermanos, cónyuges y las iglesias a las que pertenezcan, no pueden
heredar de los difuntos a quienes auxiliaron, a no ser que sean sus parientes hasta de cuarto grado.

Propiedades

 Las iglesias no pueden tener estaciones de radio, televisión, ni medios de comunicación masiva a no
ser publicaciones impresas (es muchas partes del mundo sí pueden).
 Gobernación decidirá si un bien es indispensable o no para la iglesia, cuando sean bienes inmuebles,
herencias, fideicomisos con otras asociaciones, bienes raíces de las instituciones de asistencia, salud
o educación. Para adquirir nuevos bienes se necesita permiso de Gobernación. (quien debería decidir
es la propia Iglesia, al igual que en México lo decide toda persona física o moral).

Culto público

 Se pedirá autorización a Gobernación para hacerlo por los medios masivos de comunicación.
 En los templos no podrá haber reuniones de carácter político (en el culto no, en un salón anexo, ¿por
qué no?).

Sanciones

 Las aplicará Gobernación teniendo en cuenta la gravedad, alteración del orden, situación económica e
instrucción del infractor, así como las reincidencias.

Un cambio significativo que introdujo esta ley fue que; las iglesias deben registrase en la Secretaria de
Hacienda o obtener su Registro Federal de Causantes. En cuanto al régimen fiscal que los obliga, se
equiparan a las Asociaciones Civiles A.C. Deben llevar un libro, el de ingresos y egresos, y presentar

53
declaraciones durante el año y cada año. El clero, estaba acostumbrado, hasta 1992, a no estar sujeto a la
Secretaria de Hacienda.

16.2. El Concilio Vaticano II y México

Un pequeño grupo de católicos mexicanos siguió los trabajos del Concilio y la mayoría de ellos únicamente lo
hicieron a través de los periódicos. Terminadas las sesiones, el pueblo fiel, casi no se había enterado de nada.

En el clero se produjeron cuatro grupos:

 Los que reaccionaron en contra de las determinaciones del Concilio siguiendo a monseñor Lefevre.
 Los que deseaban un rapidísimo cumplimiento de sus decretos.
 Los que, con prudencia, sabían que esto era una acción a largo plazo.
 Los que ni se enteraron de los decretos ni tuvieron interés en ponerlos en práctica.

Lentamente empezaron a verse los cambios litúrgicos. Una parte del clero y de religiosos y religiosas profesos
se retiraron. Los seminarios y noviciados resintieron una baja en las vocaciones.

Sin duda el Concilio revitalizó totalmente a la Iglesia en el mundo entero. Bajo la sabia dirección del Papa
Paulo VI, y después bajo la guía de Juan Pablo II, fue posible ir logrando, grado por grado, la ansiada
renovación. El Concilio ha hecho a la Iglesia optimista, caritativa, servidora, creativa, en todos los niveles de
jerarquía y laicos.

Monseñor Méndez Arceo (1907-1983). Fue nombrado obispo de Cuernavaca en 1952. En 1957 remodeló la
catedral, adelantándose a las directrices del Concilio Vaticano II. Fomentó la adaptación de la liturgia, el
estudio de la Biblia y la solidaridad con las luchas sociales. Impulsó la implantación de las Comunidades
Eclesiales de Base (CEB). En 1968 visitó a los presos políticos en la cárcel de Lecumberri. Pedía que se
cumplieran las leyes anticlericales de la Constitución de 1917 o se derogaran para evitar el perjudicial estado
de situación que se vivía en este aspecto.

16.3. Cardenales mexicanos

El primer cardenal mexicano fue el arzobispo de Guadalajara monseñor José Garibi Rivera, en 1958. Los
siguientes cardenales han sido:

 Miguel Darío Miranda de México (1969)


 José Salazar de Guadalajara (1973)
 Ernesto Corripio Ahumada de México (1980)
 Manuel Posadas Ocampo, muerto trágicamente en balacera en Guadalajara (1993)
 Adolfo Suárez Rivera de Monterrey (1994)
 Juan Sandoval Íñiguez de Guadalajara (1994)
 Norberto Rivera Carrera de México (1998)

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16.4. Viajes papales

Son en total cinco viajes hechos por un Pontífice a México:

 El primero, con motivo del inicio de la reunión del CELAM en Puebla en 1979 por Juan Pablo II. Lo
recibió el presidente López Portillo.
 El segundo en 1990, fue visita pastoral a varias ciudades. Beatificó a Juan Diego, a los niños
tlaxcaltecas y al P. José María Yermo. Por el Papa Juan Pablo II. Lo recibió el presidente Salinas.
 El tercer viaje, reanudadas las relaciones diplomáticas, Juan Pablo II fue recibido de manera oficial por
Salinas de Gortari, en 1993, en Mérida.
 El cuarto viaje y último de Juan Pablo II, tuvo como objeto entregar a la Iglesia Latinoamericana el
documento de la Iglesia en América en 1999.
 El quinto viaje papal fue del 23 al 26 de marzo de 2012 por Benedicto XVI en Guanajuato.

16.5. La CEM

La Conferencia del Episcopado Mexicano CEM, institución de carácter permanente, es la asamblea de


obispos que ejercen funciones pastorales para promover el progreso de la Iglesia mexicana. Se fundó de
manera provisional en 1955. La Santa Sede probó sus estatutos en 1979. Las comisiones de la CEM son:

 Comisión doctrinal
 Comisión de evangelización y Catequesis
 Departamento Episcopal de Pastoral de Santuarios
 Comisión de Pastoral Bíblica
 Comisión de Pastoral Litúrgica
 Comisión de Pastoral Social
 Comisión de Pastoral de la Salud
 Comisión de Misiones
 Comisión de Educación y Cultura
 Comisión de Comunicación Social

16.6. El CELAM

El Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM, es el órgano que estudia los problemas comunes de
Latinoamérica. Ha publicado los siguientes documentos pastorales:

 Río de Janeiro (1955, Pío XII)


 Medellín (1968, Paulo VI)
 Puebla (1979, Juan Pablo II)
 Santo Domingo (1992, Juan Pablo II)
 Aparecida (2007, Benedicto XVI)

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16.7. Últimos datos

El 20 de mayo de 2002 se publicó la siguiente encuesta hecha en México.

Sin religión 3.5%

Testigos de Jehová 1.2%

Adventistas del Séptimo Día 0.6%

Iglesias Protestantes 5.2%

Católicos 88:2%

Otra respuesta 1.3%

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