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AVE FÉNIX

Mario Pastor González


2ºB ESO
IES. ANTONIO TOVAR
1. DEFINICIÓN

Es un pájaro mítico de la mitología griega, que se consumía por acción


del fuego cada 500 años, pero luego resurgía de sus propias cenizas.
Según algunos mitos, vivía en una región que comprendía la zona del
Oriente Medio y la India, llegando hasta Egipto, en el norte de África. Muy
presente en la poesía árabe.

2. ORIGEN Y MITO

El origen del ave Fénix se remonta a Libia y Etiopía, aunque su nombre


proviene del griego y significa rojo. Representado como un enorme pájaro
envuelto en llamas y de plumaje como el fuego, se lo consideraba un
semidiós, pues era consumido por las llamas, para luego renacer de sus
cenizas.
Los griegos lo bautizaron Phoenicoperus, nombre que recorrió toda la
Europa romana. Para ellos, el ave fénix poseía plumas deliciosamente
perfumadas y era un animal sagrado que –según Heródoto, sólo existía
en Egipto, volaba hacía el altar del Heliópolis cada quinientos años, donde
se incendiaba con el fuego y renacía al día siguiente. Allí se lo llamaba
Bennu y simbolizaba las crecidas del Nilo, a la resurrección, y al Sol, que
muere y renace todos los días.
En la tradición cristiana primitiva, el Fénix vivía en el Jardín del Edén.
Cuando Adán y Eva fueron expulsados, el ángel que los desterró despidió
una chispa de su espalda que encendió el nido del ave, haciéndolo arder
hasta consumirse, pero a ser la única bestia que se había negado a probar
la fruta prohibida, le fue concedida la inmortalidad a través de la capacidad
de renacer de sus cenizas.
El ave hacía un nido donde ponía un único huevo que empollaba por tres
días. Al tercer día, el Fénix se quemaba por completo y resurgía del huevo
el mismo Fénix. Así fue como se convirtió en símbolo a la vez de la
inmortalidad y de la resurrección, así como de que la esperanza nunca
debe morir en el hombre.
3. SIGNIFICADO

El ave fénix es aquel que se levanta de las cenizas de su propia


destrucción como una criatura de fuego majestuosa que vuelve mucho
más poderosa, fuerte y valiente.

Este mito emblema no es más que el símbolo del poder de la resiliencia y


de la capacidad de renovarnos incluso luego de habernos sentirnos
abatidos.
Se decía que el ave fénix tenía una gran resistencia física, control sobre
el fuego, una sabiduría infinita y que sus lágrimas eran curativas. En su
fuego se contenía tanto la vida como la muerte, la destrucción y la
creación.

La capacidad de renovarse, recuperar el aliento y la fortaleza atraviesa


primero una fase oscura que muchos sienten como la mismísima muerte.
Una experiencia traumática siempre es negativa pero depende de cada
persona lo que suceda a partir de ella. La opción guiada por la resiliencia
es la de alzarnos, cobrar vida a partir de nuestras cenizas o, por otro lado,
derrumbarnos.
Para construir su nido el ave fénix busca las materias más ricas de la
tierra, como ramas de canela, de roble, nardos y mirra. Estos elementos
combinan delicadeza y fortaleza. De la misma manera, al atravesar el
proceso de resiliencia los humanos buscamos los mejores elementos para
construir un nido bien resistente que nos ayude a juntar ganas y fuerzas.
Inevitablemente una parte nuestra no volverá, quedará entre las cenizas,
pero renaceremos más fuertes y sabios.

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