Acto/Documento: Instrucción

Gerente de la Agencia Madrileña de

Órgano: Atención Social y Director General de
la Familia y el Menor
Fecha: 25 de enero de 2018

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INSTRUCCIÓN del Gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS) y del

Director General de la Familia y el Menor, por la que se aprueba el procedimiento
denominado:

“ PROTOCOLO DE ACTUACIÓN PARA LA INTERVENCIÓN DEL PERSONAL DE

SEGURIDAD PRIVADA EN SITUACIONES EXCEPCIONALES EN RECURSOS
RESIDENCIALES DE MENORES ADSCRITOS A LA AGENCIA MADRILEÑA DE
ATENCIÓN SOCIAL”

Objeto del Procedimiento

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El presente procedimiento establece el protocolo de abordaje de situaciones extraordinarias en
recursos residenciales de menores, adscritos a la Agencia Madrileña de Atención Social, en los que
debe intervenir el personal de seguridad privada, regulando aquellas funciones estrictamente
vinculadas a las medidas de carácter excepcional en las que pudiera intervenir dicho personal.

Se exceptúan por tanto de este protocolo, aquellas funciones ligadas al control de los accesos y
visitantes, la recepción de mercancías, la gestión de llamadas entrantes y su derivación, los
protocolos de incendio, emergencia y/o evacuación, custodia de llaves del edificio, relevo, etc. y
otras que se regularán atendiendo a las peculiaridades y organización funcional de cada Centro.

Al no existir una regulación específica en este ámbito, este protocolo tiene como criterio
interpretativo lo establecido en los artículos referidos a las medidas de seguridad que desarrollan
los artículo 27 y siguientes de la Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del Sistema
de Protección a la Infancia y a la Adolescencia, para los centros de protección específicos de
menores con problemas de conducta.

Principios Asociados al Servicio de Seguridad Privada

1. Contribuye de manera especial a la percepción de un ambiente seguro y por tanto, se facilita a los
menores y sus familias la sensación de estar situados en un dispositivo que desarrolla su actividad
cotidiana desde un contexto estructurado.

2. Se desarrolla desde una posición preventiva, en el sentido de amortiguar la tendencia a extrapolar

la conflictividad de los ambientes y climas familiares que arrastran los menores.

3. Procurar la integridad de los menores residentes, los trabajadores, así como las instalaciones del
Centro.

4. Toda intervención debe encuadrarse bajo este Protocolo, que podrá ser desarrollado atendiendo a
las peculiaridades de cada Centro y de acuerdo al Reglamento de Régimen Interno, previo informe
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favorable de la Dirección General de Familia y el Menor, la Agencia Madrileña de Atención Social

y Fiscalía.

5. Tener presente el necesario clima de confidencialidad asociado a los menores, sus familias y sus
circunstancias.

6. Mantener siempre una distancia óptima, que permita salvaguardar la autoridad y significarse en
cualquier situación de conflicto frente al menor y/o sus familias, como profesional responsable de
la seguridad, sin establecer relaciones de confianza propias del espacio educativo.

7. El Equipo de Seguridad intervendrá siguiendo las orientaciones de la Dirección de la Residencia y

en su ausencia, del personal educativo.

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Funciones del Personal de Seguridad

1. Controlar los accesos al Centro tanto de entrada como de salida de residentes y/o familiares
en coordinación con el Equipo Educativo, reforzando una adecuada organización de la
dinámica residencial. La intervención del personal de Seguridad está circunscrita
exclusivamente al recinto residencial, siendo competencia de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado, todas aquellas que se sucedan fuera de este recinto.

2. Recibir a los residentes mientras esperan la presencia de un educador para poder acceder a
las zonas de convivencia.

3. Permanecer alerta desde la distancia, en aquellos escenarios de tensión con menores y/o
entrevistas familiares hasta que el educador, psicólogo, trabajador social o dirección, indique la
finalización de esta presencia.

4. Informar al equipo educativo sobre situaciones individuales o de grupo que supongan una
conducta inadecuada, sospechosa, o hagan pensar en una posible situación de conflicto
inmediata o futura.

5. Vigilar la posible presencia de objetos y/o sustancias prohibidas en el Centro, e intervenir

coordinadamente con el educador ante esa sospecha.

6. Realizar inspecciones de locales y dependencias, así como registros de la persona, ropas y

enseres, siguiendo la norma de este protocolo y la supervisión educativa.

7. Apoyar presencialmente las situaciones de conflicto menor, siempre que el educador/a lo

demande y supeditado siempre a la intervención de éste.

8. Supervisar las medidas correctoras que supongan limitación de la convivencia de un menor, en

apoyo a la presencia del equipo educativo. Efectuar la separación asistida o contención física
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de menores en situaciones que impliquen actos consumados o inminentes de violencia, o

lesiones de los menores contra personas o instalaciones.

9. Redactar un parte diario a modo de incidencias con copia para la Comunidad de Madrid donde
se mencione que ha sido requerido, la hora, la zona, las personas presentes, cómo se
desencadena y cómo se concluye. El citado parte se remitirá al Área de Coordinación de
Centros de Menores de la Agencia Madrileña de Atención Social.

Intervenciones: Registro y Actuación en situaciones graves

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Las intervenciones reguladas en el presente capítulo tienen un carácter excepcional y, en ningún, caso
pueden ser consideradas como prácticas habituales de la intervención socio-educativa en la
Residencia. Su única justificación es garantizar la protección de los menores residentes, tanto de sí
mismos como de sus compañeros, así como la del personal de la Residencia.

1. Registro del menor y sus pertenencias

El registro consiste en la revisión de la persona, ropa y enseres del menor con el único
fin de detectar la posesión de sustancias, instrumentos u objetos nocivos o peligrosos
para el propio joven, para otras personas o para la seguridad de la Residencia.

El registro se ajustará a las siguientes normas:

· Deberá existir, por parte de los profesionales de la Residencia, un conocimiento

cierto o una sospecha fundada de que el menor posee objetos de dudosa
procedencia o sustancias peligrosas que pueden poner en riesgo su vida o
integridad personal y/o de las demás personas o en su caso, la constatación de
la repetida intención de introducir estos objetos o sustancias peligrosas.

· Será requisito previo para la realización del registro haber informado al menor
de tal conocimiento o sospecha y haberle solicitado la entrega voluntaria del
objeto o sustancia en cuestión.

· Su utilización se regirá por los principios de necesidad y proporcionalidad, y se

llevará siempre a cabo con el respeto debido a la dignidad y a los derechos
fundamentales de la persona.

· Los registros de la ropa y enseres personales del joven se practicarán, en todo

caso, en su presencia y sin la presencia de otros jóvenes.
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· El registro de la persona se llevará a cabo por personal del mismo sexo y

preservando en todo lo posible su intimidad. En ningún caso, podrán llevarse a
cabo registros que supongan el desnudo integral del menor o exploraciones.

· Se intervendrán los objetos no permitidos y los que se entiendan peligrosos para

la seguridad o convivencia ordenada, así como los que se presuponga sean de
ilícita procedencia.

2. Actuación ante manifestaciones violentas graves de los menores

Las situaciones en las que el menor amenaza, agrede, insulta y desafía, deben ser

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abordadas inicialmente desde el contexto residencial, enmarcándolas dentro de las

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medidas de corrección del Reglamento de Régimen Interior y a través de la intervención
del Equipo Educativo.

La secuencia de la intervención por personal educativo y de seguridad en estos

supuestos será la siguiente:

I. Evitar la escalada de esa manifestación violenta, con la intervención de un

adulto.
· Utilizar el discurso educativo para mitigar el conflicto (transmitir serenidad
para apaciguar la situación)

· Intervenir el mínimo número de personas posible para iniciar el abordaje del

conflicto

· Evitar la presencia en la zona de conflicto de la persona con el que se

mantiene la disputa.

· Delegar esta primera acción en aquella persona que se considere pueda

resultar más significativa.

II. Desplazar el escenario de conflicto, a un espacio distinto, donde poder, con

acompañamiento educativo, elaborar la situación de tensión generada.

· Separar del escenario al resto de los compañeros, aislando el espacio donde

se está produciendo la crisis de agitación.

· Separar al menor agresor o en estado de agitación, del resto de compañeros.

En caso de requerir la presencia del personal de seguridad, será el educador
quien dirija las actuaciones a llevar a cabo en la separación asistida. El
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educador no dejará al menor hasta que no dé muestras de evidente

tranquilidad. La separación asistida del espacio de conflicto supone la
separación forzosa del joven del escenario en que se encuentra. Se recurrirá
a esta separación asistida cuando el joven hubiera perdido el control de su
conducta de forma intensa y prolongada, no atendiera a las indicaciones del
Equipo Educativo y su conducta y/o actitud suponga un peligro evidente para
su propia integridad, la de otras personas y/o las instalaciones de la
Residencia. El joven permanecerá en cualquier espacio distinto al que esté
ocupando el grupo, hasta la recuperación de su autocontrol. Durante la
separación asistida, el joven permanecerá acompañado del educador que
tiene el encargo de reconducir la situación y elaborar un informe de lo
ocurrido.

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III. Inmovilizar físicamente al menor, cuando persiste la intencionalidad de agresión
física a personas (menores/adultos) o se mantienen las acciones violentas contra
instalaciones, enseres y/o materiales de la Residencia.
· La sujeción debe ser proporcional a la situación creada y utilizada por el tiempo
imprescindible hasta restablecer la normalidad. El educador acompañará al
menor hasta que dé muestras de evidente tranquilidad y se encuentre de nuevo
en disposición de controlar su propia conducta y establecer unos mínimos de
relación segura. Se entiende que corresponde al educador como persona
significativa, la participación activa en la modulación de esa conducta
desproporcionada. La contención física personal supone la inmovilización
directa del joven por otra u otras personas, sin que pueda recurrirse a la ayuda
de objeto alguno a tal fin. Se llevará a cabo empleando la mínima intensidad y
se prolongará solo por el tiempo indispensable. El personal educativo podrá
apoyar al personal de seguridad durante el tiempo imprescindible para impedir
movimientos autolesivos.

· La contención física podrá únicamente decidirse por los miembros del Equipo
Educativo de la Residencia, salvo situaciones de urgencia. En este caso, el
personal de seguridad tendrá orden de intervenir, si no existe indicación
específica en contra, cuando la integridad física de cualquier persona y/o los
medios materiales de la Residencia estén en peligro

· El profesional de la Seguridad, velará por el uso adecuado de técnicas de

sujeción que eviten lesiones accidentales.

IV. El personal de seguridad seguirá en todo momento las indicaciones del personal
educativo de la residencia en sus actuaciones, no utilizando los mecanismos de
defensa más que en situaciones de máxima gravedad en proporcionalidad.
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Si el educador valora adecuado y siempre que persistan indicadores de elevación de

la crisis de agitación se requerirá telefónicamente la presencia de una Unidad del
112, que protocolariamente dará aviso a la Policía para que acuda al Centro. En la
Residencia se custodiarán los Partes Médicos de esa Intervención de Emergencias.
Esta actuación puede requerir una nueva derivación del facultativo a los Servicios de
urgencia de Salud Mental del Hospital más cercano, en cuyo caso hay que prever
que un educador tendrá que acompañar al menor en el dispositivo que el Servicio
Médico considere conveniente.

Este acompañamiento nunca lo podrá hacer el personal de seguridad o ajeno a la

Residencia.

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V. Comunicar la situación a la Dirección. Si la medida de protección asumida respecto
al menor es de guarda, también se deberá informar a su familia.

VI. Comunicación/denuncia de los hechos y conductas presenciadas que puedan

constituir infracción penal:
· Los adultos presentes podrán denunciar los hechos en la Comisaría del Distrito,
que comunicará de oficio al Juzgado correspondiente la denuncia en su caso. En
función de la gravedad, el joven puede ser puesto de manera inmediata a
disposición de la Fiscalía de Guardia. La denuncia podrá formularse una vez
queden cubiertas las necesidades de la Residencia.

· Cuando el conflicto se desarrolla entre residentes, el perjudicado, podrá formular

denuncia ante las autoridades competentes acompañado por un adulto de la
Residencia o en su caso, de su representante legal. Se recomendará un tiempo
de espera de 24 horas entre los hechos y la formulación de la denuncia.

Se significa que la atención recibida por los profesionales del Equipo Sanitario de la
Residencia, no tiene valor como Parte de Lesiones, debiendo acudir al centro de
salud más cercano. Este hecho, cursa de oficio un procedimiento desde el Centro de
Salud a un Juzgado de Instrucción que a su vez lo deriva en su caso a la Comisaria
o a la Fiscalía.

7. Elaboración de informe en las siguientes 24 horas. La redacción del informe corresponde

al educador/a que está presente en esta situación. Una copia del mismo se entregara al
Director/a y otra copia formará parte del Registro de Comportamientos Graves en la
Residencia.
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8. El Directora/a informará al Área de Coordinación de Centros y al Área de Protección de

la Dirección de Familia y el Menor y al Área de Coordinación de Centros de Menores de la
Agencia Madrileña de Atención Social, aportando la siguiente documentación :

· Informe educativo

· Parte de incidencias del Equipo de Seguridad.

· Partes médicos derivados del Servicio de Emergencias 112

mediante el siguiente código seguro de verificación: 0926315070871024422185

· Denuncias formuladas

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· Partes de lesiones

EFECTOS

Esta Instrucción tiene efectos y entrará en vigor a los 15 días de su firma.

PERIODO DE VIGENCIA

Esta instrucción permanecerá en vigor, en tanto en cuanto no sea revisada o aparezcan cambios
normativos que impliquen la modificación de su contenido.

El Gerente de la Agencia Madrileña de El Director General de la Familia

Atención Social
Firmado digitalmente por CARLOS BLANCO BRAVO
Organización: COMUNIDAD DE MADRID
Fecha: 2018.01.25 14:26:08 CET
Huella dig.: 5566784614f7658a99efb92a3502d67f40458b06
y el Menor
Firmado digitalmente por ALBERTO SAN JUAN LLORENT
Organización: COMUNIDAD DE MADRID
Fecha: 2018.01.29 11:09:15 CET
Huella dig.: 5566784614f7658a99efb92a3502d67f40458b06

Fdo.: Carlos Blanco Bravo Fdo.: Alberto San Juan Llorente