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Análisis y opinión de los procesos educativo en

Finlandia

Por

Kevin J. Hernández O.

Pedagogía

Diseño Grafico
V Semestre

Institución universitaria de Bellas Artes y Ciencias de


Bolívar
26-09-2017
Introducción

A través del siguiente trabajo escrito analizaremos el contenido del video observado en clase
referente a los procesos educativos en Finlandia y su marcado contraste respecto a nuestro
sistema de educación teniendo en cuenta para ello mi experiencia como estudiante y parte del
sistema colombiano.
Empezare este escrito con honestidad, reconociendo que, aunque bastante interesantes los puntos
que caracterizan la educación en Finlandia, no los recuerdo todos.
No es un grave problema. Recuerdo varios que me impactaron lo suficiente como para retenerlos
en memoria y de paso no extenderme hablando de otros que, si se me olvidaron, seguramente fue
porque divagaría al momento de tratar de explicarlos.
Evitemos lo obvio: los dos sistemas educativos (Colombia/Finlandia) tienen pocos puntos en los
que converjan, así que desarrollaré este escrito comprendiendo que estamos frente a un proceso
revolucionario y distinto (por lo menos de cara al nuestro) sin tener que repetirlo
innecesariamente.

El valor del maestro ante la sociedad finlandesa
No quería empezar por esta pero confieso que es la que más recuerdo con claridad no solo por
ser llamativa, también por lo contrastante en nuestra actual sociedad colombiana.
Viví hace un tiempo con un amigo de Finlandia y la forma de expresarse frente a los profesores
era tan sorprendente como inspiradora. Si bien yo recuerdo con aprecio a casi todos los
profesores que tuve en mi infancia adolescencia y juventud no recuerdo en mi discurso sentir
tanta pasión y respeto como los que escuchaba en el de Aleksis.
Y no se trata solo de que la gente les vea como grandes eminencias. El proceso para ser
reconocidos como profesores en este país es tan arduo y complejo que llegar finalmente a la meta
es digno de tal reconocimiento.
En contraparte nosotros somos un poco más ligeros a la hora de nombrar a nuestros docentes en
las aulas del país. Como consecuencia el estudiante tiene frente suyo 4 horas a la semana una
persona que no solo no está preparada para este cargo, probablemente no tiene en si el gusto y la
pasión para hacerlo y su motivación se cuenta en billetes y monedas, no en vidas transformadas.
Quizá por ello son pocos los que observan en Colombia esta profesión con seriedad. Quizá por
ello son pocos los que se deciden por formarse para educar y formar. Es que quizás el ejemplo que
tenemos no es suficiente y los medios de comunicación que se han transformado en nuestra
cotidianidad, se encargan de exaltar otras actividades y profesiones para definir el gusto y futuro
de los niños y adolescentes.

60% para mí y 40% para ti


Recuerdo que finalizando el bachillerato en un colegio de la guajira la rectora nos presentó al
nuevo profesor de Economía. Su nombre ahora no es importante, pero una característica muy
particular del nuevo maestro era su parentesco con la rectora.
Como si “Economía” para estudiantes de 13 a 17 años no fuese lo suficientemente interesante,
nuestro nuevo profesor, e hijo de la rectora, se la pasaba dictándonos un libro que había que copiar
al pie de la letra. Nunca hizo nada más, o al menos no lo recuerdo haciendo algo diferente. Muchas
veces quise quejarme al respecto pero nuca reuní el valor suficiente.
Eran 2 horas de las cuales el 100% del tiempo era propiedad de ese “dictador”. Nosotros no
hablábamos ni opinábamos respecto a la clase.
Sé que hubo muchos más profesores, amos del tiempo, pero recuerdo con especial cariño a este.
Es una lástima porque esa costumbre de monologo donde el estudiante solo observa, copia, y solo
habla para pedir permiso para ir al baño aún está vigente en muchas aulas del país.
El panorama contrario que observamos en Finlandia nos da la posibilidad no de equilibrar el
tiempo sino de beneficiar al estudiante con mayor espacio para expresar sus ideas y aclarar sus
dudas. Supongo que la palabra “dictar” allá no existe.

Educación vocacional
Qué bueno ha de ser estar en el umbral del bachillerato (en Colombia) y estar completamente
seguros de que estudiaremos a continuación o por lo menos tener una idea clara de que será de
nuestras vidas una vez que pongan el diploma de bachiller en nuestras manos.
Digo que bueno porque yo pertenezco a la gran mayoría que se hizo la gran pregunta: “y ahora
que”, Pregunta que me costó 2 años sabáticos aunque también estuvieron reforzados por la falta
de recursos.
Y es que la educación de aquí parece estar preocupada más por nuestro presente que por nuestro
futuro. Hay que amoldarse al plan de estudio y a las materias que se te plantean aun cuando no te
gusten y al final del camino entiendas que muchas cosas que te dieron pelea para aprobar un año
escolar nunca las utilizaras fuera de esas cuatro paredes. Si aprobaste el año al menos para algo
sirvieron.
No solo en Finlandia conozco amigos de otros países que me comentan que desde lo que aquí seria
noveno grado los estudiantes empiezan a escoger que ver y esto es como un disipador de esa
neblina que nos oscurece el camino al futuro.
Sumado a esto muchos padres, víctimas de este mismo sistema, son tolerantes a esto que sucede
en las aulas. Las amenazas, regaños y hasta maltratos que se reciben por reprobar una asignatura
que simplemente no comprendemos porque no encontramos afinidad con ella lo único que hacen
es ocultar estrategias para superar este atraso. Y hablando de padres…

La participación activa de los padres


Si descubrimos que muchos padres envían a sus hijos a la escuela para mantenerlos allá mientras
ellos se encargan del hogar o el trabajo ya tendremos suficiente como para indignarnos y no
extendernos en este tema. Sin embargo no hay que generalizar, no siempre sucede así.
Pero un sistema que incluye a los padres en 2 o tres eventos culturales y 4 reuniones anuales para
recibir informes de sus hijos, no puede pedir mucho a cambio.
Leí que en Finlandia los padres no solo están presentes durante la realización de las actividades
de sus hijos, también son protagonistas de este despertar vocacional en ellos de tal manera que la
escogencia de una carrera a futuro sea más práctica.

Educación pública y gratuita…


Sin temor a represalias me limitaré a citar textualmente el final del título “…tampoco se paga
por los libros y el material escolar”. No agregaré más a este punto.

También vale ser curioso, creativo y participar


Dejé este para el final pues me siento identificado en gran manera.
Desde mi silla en las aulas que estuve fueron muchas las preguntas que me callé y opiniones que
no hice por temor a los resultados en los profesores y a la reacción de mis compañeros. Gente
tímida en las aulas como yo abunda y muchas veces esta cualidad introvertida viene agarrada de
la mano de la curiosidad.
No quiero satanizar a todos los maestros. En el inicio de este escrito deje en claro que recuerdo
muy bien a la mayoría de ellos, incluso por nombre propio, y si aún viven en mis memorias no
solo fue por momentos negativos que “dictó” el destino, también recuerdo maestros que
aportaron en mí su grano de arena para decidirme hoy a enseñar.
Y aunque estos buenos maestros se empeñaron en cultivar en nosotros la cultura de la
participación en clase su buen trabajo era desbaratado la hora siguiente por otro maestro que no
funcionaba bajo las mismas leyes.
Como en Finlandia, en nuestro país necesitamos más seres humanos que valoren la creatividad y
a la curiosidad del estudiante.

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