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APORTACIÓN DE LA NEUROCIENCIA AL NEURODESARROLLO

COGNITIVO DURANTE LA ETAPA ESCOLAR

Tomás Ortiz Alonso

La neurociencia actual a través de la neuroimagen está siendo objeto de investigación en

la de los procesos cognitivos que se vienen desarrollando desde las primeras etapas de

nuestra vida hasta la adolescencia. Los procesos de aprendizaje son considerados por los

neurocientíficos como procesos cerebrales en los cuales el cerebro reacciones ante un

estimulo, lo analiza, lo procesa, lo integra y lo ejecuta. Todo este proceso es objeto de

estudio e investigación mediante la neuroimagen. El continuo cambio cerebral en su

interacción con el medio ambiente, en base a la biología y la experiencia, a lo largo de

la vida, con especial interés e incidencia en la etapa infantil, determinará la estructura y

funcionamiento cerebral (Koizumi, 2004). En este sentido el comienzo de la

estimulación ambiental reglada, las emociones, las motivación el aprendizaje a través de

la acción serán definitivos en la el desarrollo optimo del cerebro (Goswami, 2004).

Dos proceso neurobiológicos están íntimamente implicados con el desarrollo cognitivo,

por un lado la plasticidad cerebral, a través de la dendrogénesis y la mielogénesis (El en

proceso de maduración las conexiones neuronales producidas por la sinapsis llevan a

cabo diferentes procesos por un lado muchas sinapsis pueden ser generadas

(sinaptogénesis), otras pueden ser eliminadas (prunning), pueden generarse nuevas

conexiones en los mismos terminales o cercanos a los de otras neuronas

(dendrogénesis), pueden conectarse nuevas neuronas distantes entre si ( mielogénesis) o

muchas sinapsis pueden ser moduladas, afianzadas en base a la información recibida. El

cerebro continuamente esta percibiendo procesando e integrando información lo que

lleva a cambios en las conexiones y redes neuronales cerebrales) y por otro los

períodos críticos (coincide con el tiempo de desarrollo neuroanatómico en el que se


puede conseguir un mejor resultado en la estimulacion: mas orientado a procesos

sensoriales, simples, primitivos, se da en mayor medida en los primeros años de vida,

incluso durante el período prenatal (Pena y col, 2003, Kisilisky y col, 2004) y períodos

sensitivos (coincide con el tiempo en el que el cerebro está mejor dispuesto al cambio,

en esta etapa interviene la oportunidad, el ambiente, la motivación, el interés etc. más

orientado a procesos de aprendizaje a lo largo de toda la vida) (Stevens y Fields, 2000).

Aunque los procesos de maduración cerebral de los que estamos hablando tienen un

gran desarrollo en la infancia, diferentes estudios con neuroimagen apoyan la idea de

que dichos procesos se dan también después de la pubertad coincidiendo con el

desarrollo de procesos cognitivos complejos (Giedd y col, 1999, 2004). Estos autores en

un estudio llevado a cabo con 161 personas mediante Resonancia Magnética

comprobaron que el volumen de la sustancia gris se incremente mucho en la etapa

infantil y tiene el mayor pico de incremento en la adolescencia, a partir de esta edad

empieza a decrecer paulatinamente. También han comprobado que este desarrollo es

diferente según las regiones cerebrales, de tal forma que, los lóbulos parietales tienen el

mayor incremento alrededor de los 11 años, mientras que los lóbulos frontales están en

los 12 años y medio y los lóbulos temporales a los 16 años y otro hallazgo es que el

desarrollo siempre comienza antes en las áreas primarias después se extiende a las

secundarias y terciarias de cada uno de los lóbulos, como ejemplo de lo dicho una de las

áreas que más tarde madura el área dorso-lateral del lóbulo frontal, responsable de los

procesos ejecutivos. (Figura 1). En cambio el volumen de la sustancia blanca parece

que tienen un crecimiento paulatino hasta los 40 años (Sowell y col, 2003) y no se

encuentran diferencias significativas entre las diferentes regiones cerebrales (Giedd,

2004).
(Figura 1). Evolución de la sustancia gris cortical a lo largo del desarrollo

En términos de activación cerebral parece ser que los adolescentes activan más áreas del

cerebro que los adultos y que dichas activaciones son mas difusas (Casey y col, 2005),

lo que indica una mayor capacidad neuronal en cuanto la mejora de las conexiones

sinápticas (dendrogénesis) y las conexiones entre diferentes áreas (mielogénesis).

El desarrollo cerebral analizado mediante el EEG nos permite observar cambios

intermitentes a lo largo de la etapa escolar con diferencias regionales importantes.

Varios investigadores han identificado crecimientos intermitentes de las conexiones

nerviosas desde la infancia hasta la niñez, basados en el aumento de peso del cerebro y

del tamaño del cráneo y en los cambios en la actividad eléctrica de la corteza, medida

con EEG (Epstein, 1980; Hudspeth & Pribran, 1992, Thatcher, 1991, 1994 Fischer &
Rose, 1995; Kitchener et al., 1993). Estos crecimientos coinciden con el rendimiento

alto de los niños en los tests de inteligencia y con una transformación importante en la

corteza cognitiva. El estudio sueco se medía el EEG de individuos en estado de alerta,

tranquilo, de 1 a 21 años. El primer crecimiento de conexiones nerviosas ocurrió

alrededor de 1 ½ a 2 años, un período en el que prospera la representación y el lenguaje.

Los siguientes tres aumentos, a los 9, 12 y 15 años, probablemente reflejen el

refinamiento abstracto. Otra aceleración de los 18 ó 20 años, señala la capacidad para el

pensamiento maduro, reflexivo. (Figura 2)

Figura 2.- Evolución de la potencia global de EEG a lo largo del desarrollo

infanto juvenil

No obstante lo dicho se desconoce el efecto del estado neurofisiológico del cerebro

durante el proceso de dicha estimulación (aprendizaje o recuerdo), aunque existen


numerosos estudios en los cuales se ha comprobado el estado neurofisiológico del

cerebro durante determinadas funciones cognitivas. De todos los ritmos cerebrales

asociados con funciones cognitivas (ver Basar y col, 2001) parece ser que la banda theta

es la más asociada con procesos básicos asociados con la memoria. Por ejemplo se ha

encontrado un aumento considerable de la banda theta en procesos de atención selectiva

(Basar-Eroglu y col., 1992), durante la estimulación bimodal sensorial a nivel frontal

(Basar, 1999), durante los procesos de codificación y recuerdo de memoria (Gevins,

1997; Kahana y col., 2001; Van Serien, 2005), durante los estados de meditación en los

que existe un estado emocional positivo y una atención profunda (Aftanas y

Golocheikine, 2001; 2002) así como en los procesos de integración cognitiva,

asociación de funciones y control de la respuesta (Teplan y col, 2006). Parece ser

asimismo que la banda theta manifiesta una extensa actividad a lo largo de todo el

cerebro (Kahana y col., 2001; Stam y col., 2002) y principalmente en el sistema

hipocampal (Bastiaansen y Hagoort, 2003), que se considera básico para la memoria.

Por último dejar constancia de la importancia del sueño en la la neuroplasticidad

cerebral y sobre todo en los procesos cognitivos, principalmente la consolidación de la

memoria, una buena educación del sueño favorece los procesos de aprendizaje escolar,

de hecho los niños con déficit de atención tienen también muchos problemas con el

sueño. Recientes trabajos proveen evidencia de la relación entre determinados estados

de oscilaciones bajas de EEG en la consolidación de la memoria sobre todo durante el

sueño ( Huber y col, 2004, Marshall y col, 2006, Ji y Wilson, 2007, Rasch y col, 2007).

No podemos dejar de acentuar la importancia del ejercicio físico, el deporte y las

actividades en grupo en el aprendizaje escolar.

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