Los orígenes de esta cultura están relacionados con la
leyenda de Nailamp, Naimlap o Ñañlap, al que se le representa como un Dios ornitomorfo (figura de Ave), ya que la raíz ñain significa ave. Según la leyenda, este monarca arribo en una armada de balsas a la costa de Lambayeque acompañado de una numerosa corte. Desembarco en el rio Lambayeque y "penetrando en la tierra con sus hombres, levanto unos palacios - que muchos identifican con la Huaca Chotuna- que llamaron Chot sus descendientes, entronizando allí el héroe civilizador el culto al ídolo Yampallec, del que derivo el nombre de Lambayeque. Murió Naylamp después de muchos años de reinado (tiempo en el que cuentan le nacieron alas, atributos de ave con los que iba a ser representado en lo sucesivo), pero sus fieles servidores, para evitar que el vulgo lo creyera mortal, enterraron su cadáver en la habitación donde dormía echando luego fama de que había volado al cielo. Tras esto, a lo que se descubre, Nailamp fue divinizado, sus crédulos vasallos salieron a buscarlo por la tierra , ocurriendo entonces la dispersión general, a la que siguió la posesión de los valles costeños septentrionales. La línea sucesoria quedo, sin embargo, en Cium - el primogénito de Nailamp - al que sucedieron Escuñain, Mascuy, Cuntipallec, Allascunti, Nofannech, Mulumuslan, Llameco, Lanipat - Cum, Acunta y Fampellec, monarcas todos de Lambayeque y el ultimo asesinado por sus súbditos quienes lo arrojaron al mar debido a sus muchos vicios y alianzas con el demonio". c