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ANALISIS MACROAMBIENTAL

El entorno en Nicaragua sufre constantes cambios, el cual ha venido a impactar


significativamente este último periodo 2018 en las decisiones gerenciales y estratégicas del
sector comercio en lo que respecta a la estabilidad del clima de negocios y la confianza de
los inversionistas. Recientemente después de haber transcurrido un año de los
acontecimientos socio-políticos en el país, existe un ambiente político y condiciones socio-
económicas poco estables. Es por ello, que es de suma relevancia identificar y comprender
las fuerzas externas que inciden sobre el sector industrial para los productos químicos de
limpieza.

En el análisis macroambiental se identifican cuáles son los factores exógenos en


Nicaragua, que pueden llegar a condicionar el desempeño empresarial de Inquilsa y la
gestión organizacional. Se utiliza como referencia el Marco de Análisis Ambiental (MAA) de
James E. Austin, en el que se clasifican los fenómenos externos en cuatro factores, los
cuales son: políticos, económicos, culturales y demográficos a nivel nacional e
internacional.

I. FACTORES POLITICOS

En el contexto nacional, la orientación de las políticas públicas se ha enfocado en impulsar


el crecimiento económico y el desarrollo social de una forma sostenible y equilibrada. Las
autoridades del país han realizado una serie de esfuerzos para promover un ambiente
atractivo para los inversionistas, caracterizado principalmente por la estabilidad de precios,
el repunte de las principales actividades económicas, la diversificación de la oferta
exportable, la sostenibilidad de las finanzas públicas y la robustez del sistema financiero.
Los resultados de este enfoque han fortalecido la posición del país ante los desafíos que
plantea un contexto mundial cada vez más cambiante y volátil. La estrategia de desarrollo
social del Gobierno del Presidente Daniel Ortega se basó en el “Modelo de Poder
Ciudadano”. En el Plan Nacional de Desarrollo Humano actualizado 2012-2016, el
Gobierno hacía énfasis en que trabajaría en la recuperación de valores, restitución de
derechos y el fortalecimiento de capacidades para superar la pobreza y el subdesarrollo,
por medio de la implementación de programas sociales y la capitalización a micro,
pequeños y medianos productores, asimismo, acelerar el proceso de transformación
industrial productiva, fortalecer el marco de política macroeconómica y la sostenibilidad de
las finanzas públicas.

En este contexto, la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social


(FUNIDES), en su informe de coyuntura (2018). Nicaragua mantuvo un buen ritmo de
crecimiento de 4.7 y 4.5 por ciento en 2016 y 2017, respectivamente, sin embargo, a los
disturbios sociales y políticos que el país ha experimentado desde abril de 2018, la
economía se contrajo un 3.8 por ciento en 2018 y se contraería a -5 por ciento en 2019.

A consecuencia de la crisis del 19 de abril, continúa la inestabilidad política, así como su


impacto negativo en el desarrollo económico del país y su costo humano. Las fluctuaciones
en la actividad económica son influenciadas por la falta de confianza de los consumidores e
inversionistas y los cambios en la percepción de seguridad ciudadana.

Se identificaron nuevas actividades afectadas por la crisis: sistema financiero, minería no


metálica, fabricación de partes automotrices y construcción pública. Más importante aún, se
profundizó el impacto negativo sobre la producción en casi todos los sectores.

La crisis que ha experimentado el país desde abril de 2018 generó impactos negativos en
la economía por diversas vías. Según el FMI informe (2018), “la inestabilidad política desde
abril afectó la confianza de consumidores e inversionistas”.

El FMI en su informe (2018), indica que los riesgos para las perspectivas de crecimiento de
Nicaragua parecen estar, en general, equilibrados en el corto plazo, pero continúan
inclinándose a la baja en el mediano plazo. Desde una óptica positiva, se prevé que la
firmeza de la recuperación mundial, junto con el estímulo de la actividad de EE. UU.,
resultante de las modificaciones de su política tributaria, que guarda una alta correlación
con el crecimiento del PIB de Nicaragua, impulsen las exportaciones. En sus aspectos
negativos, cabe esperar que los efectos de contagio de las políticas migratoria, de comercio
exterior y monetaria de EE. UU, sigan planteando fuertes riesgos. Esto, además, coincide
con la posible aprobación de la Ley de Condicionalidad de Inversión Nicaragüense
(conocida como Nica Act) por el Senado de EE. UU. En un contexto en el que la
cooperación venezolana en materia de petróleo ya no juega un papel sustancial. En
consecuencia, la misión aconseja ampliar el margen de maniobra fiscal y mantener una
posición más sólida de reservas internacionales. Asimismo, las instituciones financieras
deberían continuar acumulando reservas financieras en caso de que se materialicen los
riesgos que afectan el crecimiento económico.

En este sentido, la contracción en la actividad económica ha sido resultado de la


incertidumbre de los consumidores e inversionistas, así como por la percepción de
inseguridad en diferentes ciudades del país. Datos del IMAE (2018) reflejan que entre abril
y noviembre de 2018 (durante la crisis), la actividad económica se redujo en 4.4 por ciento
en comparación con el mismo período del año anterior.

Este menor nivel de actividad económica se ha traducido en un deterioro de las finanzas


públicas. La reducción de los ingresos tributarios en comparación a lo esperado previo a la
crisis, ha obligado al Gobierno a modificar su política de gasto y financiamiento. De hecho,
los ingresos y gastos en el Presupuesto General de la República (PGR) 2018 y 2019 se
ajustaron a la baja, principalmente el gasto de capital. El déficit presupuestario global
proyectado del Gobierno Central para 2018 se ubica en 1.9 por ciento del PIB y representa
un incremento de 0.5 puntos porcentuales respecto al presupuesto aprobado para dicho
año.

En la actualidad se avizora un importante desafío político para el gobierno, como es la


estabilización socioeconómica del país, la potencial aprobación por parte del congreso de
los estados unidos de la Ley Nica, la “Nica Act”, la cual crea incertidumbre y puede afectar
la credibilidad en la política económica que ha seguido durante estos años el gobierno de
Nicaragua. Un conflicto entre Nicaragua y Estados Unidos repercutiría potencialmente en el
alejamiento de muchos inversionistas.
II. FACTORES CULTURALES

Estructura y dinámica social

En Nicaragua la estructura social está organizada en Clase Alta, Clase Media y Clase baja.
La Clase Media esta a su vez dividida en Alta, Media y Baja, ocupa un porcentaje bajo con
respecto a la población total de Nicaragua.

De acuerdo con datos publicados por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo


INIDE (2017). Nicaragua es un país empobrecido donde se concentra la pobreza y
representa el 61% de la población. El 46% de la población que equivale a 2,6 millones de
personas que vive con menos de 2 dólares al día, con condiciones de vida muy
deterioradas, poco acceso a oportunidades socio-económicas, con altas tasas de
malnutrición infantil y subnutrición general, de las cuales el 68%, corresponden a zonas
rurales. El 15% de la población vive con US$ 0.61 (61/100 centavos de dólar) al día. El
80% de este estrato viven en zonas rurales.

No obstante, el Índice de Desarrollo Humano del PNUD (2017) ubica a Nicaragua en la


posición 124/188 a nivel mundial, con nivel de 0.645, por encima del promedio de 0.631
para países de nivel medio en desarrollo humano, pero por debajo del promedio de 0.751
para América Latina y el Caribe. El 19.4% de la población nicaragüense (1.1 millones de
personas) es multidimensionalmente pobre, y 14.8% vive en condiciones cercanas a la
pobreza multidimensional.

De acuerdo con estimaciones de FUNIDES informe coyuntura (2018). La tendencia hacia la


baja en la incidencia de la pobreza cambió en 2018. Se estima que el 23.5 por ciento de los
nicaragüenses se encontraba en situación de pobreza en 2018, equivalente a 1.5 millones
de personas. Esto representa un aumento de 3.1 puntos porcentuales con respecto a lo
estimado para 2017, y se encuentra asociado con la reducción de la actividad económica
en el contexto de la crisis. De extenderse esta situación en todo 2019, se estima que la
tasa de incidencia de la pobreza alcanzaría alrededor del 30.0 por ciento de la población,
es decir que alrededor de 2 millones de personas vivirían con US$1.79 o menos diario, lo
que significa un retroceso de un quinquenio en los avances logrados en el país.
Religión

Según la Constitución Política de Nicaragua, el Estado de Nicaragua es laico, no tiene


religión oficial, Sin embargo la religión que predomina es el catolicismo y protestante.

Idioma

El idioma oficial es el español, aunque el inglés suele ser utilizado en el mundo del
comercio y la empresa, así como también es lengua común entre la población creole (de
procedencia afro-antillana), ubicada en la región del Caribe, mejor conocida en Nicaragua
como Costa Atlántica. En esta región existen grupos indígenas que todavía hablan sus
propias lenguas como son los Miskitos, Sumos y Ramas.

Moneda Nacional

La moneda nacional es el Córdoba. Su paridad con respecto al dólar de los Estados Unidos
de Norteamérica se ve afectada por pequeños deslizamientos periódicos del 5% anual.

Roles de género

Nicaragua es calificada como el país con mayor igualdad de género en América Latina y el
décimo a nivel mundial. Precisamente, la Ley 50/50, otorga el derecho a la educación, la
apertura de espacios económicos y la participación social.

Un grupo afectado directamente por la crisis han sido las mujeres. De acuerdo con
información del Monitoreo de las Actividades Económicas de Nicaragua, elaborado por
FUNIDES (2018) en conjunto con COSEP, las actividades más afectadas en el contexto de
la crisis han sido aquellas donde las mujeres tienen más presencia, tales como comercio y
hoteles y restaurantes. De igual forma, existen riesgos asociados a conflictos civiles que
afectan directamente a las mujeres como la explotación sexual y la violencia de género
(véase Naciones Unidas, 2018; McKay, 2009).

Perspectiva de la naturaleza humana y tendencia al cambio

Según FUNIDES informe coyuntura (2018). Los efectos de la crisis trascienden el ámbito
económico, ésta ha impactado negativamente distintas dimensiones en la vida de los
nicaragüenses. En este contexto, la incertidumbre ha afectado las decisiones de
producción e inversión de los empresarios locales y extranjeros, y ha desincentivado el
turismo hacia Nicaragua. Asimismo, se ha deteriorado la confianza en el Estado y sus
diferentes organizaciones por parte de la ciudadanía, como consecuencia del desgaste
institucional registrado en los últimos meses.

Lo anterior, se debe en gran medida al deterioro del mercado laboral nicaragüense en los
últimos meses. La contracción experimentada por la economía dada la incertidumbre en el
país, ha tenido como consecuencia el despido y suspensión de aproximadamente 453 mil
personas en 2018, de las cuales 137 mil personas se encuentran en desempleo abierto.
Este desgaste tiene implicaciones directas en el aumento de la informalidad, la reducción
de los ingresos percibidos y, por ende, un incremento en los niveles de pobreza.

Las afectaciones institucionales, económicas y sociales han ocasionado un desgaste en el


bienestar de las familias. Además del aumento de la migración, el desempleo y la pobreza,
la crisis ha significado la separación forzosa de las familias, lo que afecta la integración
social de los nicaragüenses, así como la gobernanza, la efectividad de las políticas
públicas y el desarrollo económico en el largo plazo. (CIDH, 2018).

A octubre de 2018, el empleo formal, representado por los asegurados activos en el INSS,
fue de 754,109 personas. Esto significa una disminución de 15.9 por ciento en
comparación a marzo de 2018, es decir, una salida de 142,760 afiliados; y una reducción
de 17.9 por ciento en comparación al mismo mes del año anterior. INIDE (2018).
La perspectiva en términos generales, el aspecto cultural del análisis macro ambiental
resulta estable ya que, se ha incidido en que organizaciones tanto públicas como privadas,
vayan considerando el emprendimiento económico como una estrategia para la generación
de empleos y auto empleos. Apostando con iniciativas internas que apoyan diferentes
etapas de emprendimientos.

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