Artículo 1350 "Se entenderá por lactantes a los niños de hasta doce meses de edad desde su nacimiento. Se entenderá por Primera Infancia a los niños de más de 1 año y hasta los 2 años de edad. Los alimentos para lactantes tendrán por finalidad la alimentación durante los primeros meses de su vida, y los de la primera infancia a los que se utilizan para la adaptación progresiva a la normal de la segunda infancia". Artículo 1351 "Todo alimento destinado al lactante o a la primera infancia, deberá llevar en el rótulo la leyenda Consulte a su Médico, con letras de una altura no menor de 2 mm, de buen tono, realce y visibilidad". Artículo 1352 "Los alimentos destinados a los lactantes y a la primera infancia deberán satisfacer los siguientes requisitos: Sólo podrán contener los componentes adecuados para la edad del niño a que están destinados. 2. Las materias primas deberán satisfacer las máximas condiciones de calidad. 3. Los productos terminados deberán estar exentos de hormonas, antibióticos y prácticamente libres de residuos de plaguicidas. 4. No deberán contener substancias colorantes artificiales, conservantes ni antioxidantes sintéticos. 5. Podrán llevar el agregado de nutrientes en la cantidad requerida para cumplimentar las exigencias normales de la edad a que están destinados". Artículo 1353 "Los alimentos para lactantes y niños en la primera infancia pueden ser de las siguientes categorías: a) Los preparados líquidos o en polvo que por su composición puedan sustituir parcial o totalmente la alimentación específica (leche maternizada); b) Los preparados para una alimentación inespecífica del lactante sano (leches modificadas); c) Los preparados para la adaptación del lactante a la alimentación de la primer infancia: 1. Harinas dietéticas 2. Preparados en base a vegetales, carne, hígado, huevos, frutas, etc. Pueden presentarse en forma de pasta, polvo, puré, etc. En el rótulo de estos preparados debe manifestarse las materias primas utilizadas, y el valor energético". RESOLUCIÓN N° 54/97 Acéptase en todos sus términos el Código Internacional de Comercialización de sucedáneos de la Leche Materna de la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD, GINEBRA, 1981; y sus modificaciones posteriores introducidos en la 47ª Asamblea Mundial de la Salud, Undécima Reunión Plenaria, 9 de mayo de 1994, que como Anexo I forma parte de la presente. Adaptación de la leche de vaca (HISTORIA) El niño recién nacido debe alimentarse naturalmente de la leche de su madre, ya que se adapta perfectamente a sus necesidades: provee los nutrientes necesarios y además aporta al sistema inmune del niño. Sin embargo, desde hace mucho tiempo los lactantes se han encontrado en circunstancias en las que no disponían de leche materna, por lo que su única fuente de alimento consistía en la utilización de leche de otras especies. El hombre ha recurrido a las especies domesticas desde hace mucho tiempo para alimentar a los bebés cuando faltaba la leche materna, especialmente la leche de cabra y de vaca, y también de burra. Esta alimentación artificial se hacía con grandes dificultades. La elevada tasa de mortalidad infantil debida a otras causas enmascaraba de alguna manera los accidentes causados directamente por la alimentación del recién nacido con leches de las especies antes mencionadas que no habían sido sometidas a modificación alguna. Posteriormente, cuando se empezó a tomar conocimiento de las diferencias en la composición de estas leches, aparecieron las primeras adaptaciones. Inicialmente se llevaban a cabo durante su utilización modificaciones sencillas, el aguado y el azucarado, más adelante, la industria ha ido resolviendo cada vez mejor estos problemas y han ido apareciendo en el mercado productos cada vez más sofisticados. En un primer momento, la adaptación de la leche de vaca a las necesidades del recién nacido era solo grosera bajo el punto de Proteínas Lípidos Glúcidos Minerales Leche de 3,4 3,7 4,8 0,7 vaca Leche 1,2 3,8 7,0 0,2 materna Composición en g/100 ml
En la práctica, se aumentaba la proporción relativa de lípidos y de
glúcidos respecto a los prótidos añadiendo nata e hidratos de carbono, frecuentemente sacarosa o maltodextrina, y se diluía convenientemente la mezcla para obtener el producto final. Al mismo tiempo las observaciones clínicas realizadas sobre los lactantes de 2 o 3 meses pusieron en evidencia las dificultades de digestión de grasas. Para superar estas dificultades, se introdujeron leches parcialmente descremadas cuyo empleo debía estar limitado en el tiempo debido al desequilibrio calórico producido por la insuficiencia de grasa. Estos métodos han sido utilizados durante muchos decenios. Se constató igualmente que la caseína de las leches floculaba en grandes cuajarones en el estómago del lactante, lo que hacía que la digestión fuese laboriosa. Una precipitación previa por acidificación controlada permitía obtener una floculación mucho más fina, esto se hacía añadiendo ácido láctico o de un cultivo. A finales de los años 60, se inició otra línea de trabajo. La leche materna se toma como modelo único y el objetivo es pues reproducir con la máxima fidelidad posible su composición. Los medios disponibles de la época han permitido progresar sensiblemente en esta dirección. ADAPTACIÓN DE LA LECHE DE VACA. ELABORACIÓN DE FÓRMULAS MODERNAS LÍPIDOS Aunque la composición global es similar a la leche de vaca, 3,7% frente a 3,8% por medio de un análisis más fino se puede observar que las diferencias son numerosas y que tienen gran importancia bajo el punto de vista nutritivo. Leche materna Leche de vaca AG saturados 50% 60% AG insaturados 50% 40% A Linoleico (%g/ml) 0,300 0,038 Posición del A 2 1ó3 Palmítico Hay que enriquecer la leche de vaca en ácidos grasos insaturados y especialmente en ácido linoleico, esto se logra incorporando materia grasa vegetal. Si se quiere ir más lejos y obtener un espectro de ácidos grasos tan próximo como sea posible al de la leche de mujer, será necesario recurrir a mezclas más complejas de materia grasa de origen diferente. Enriquecer la leche con grasas de origen vegetal da lugar a un empobrecimiento en colesterol. Este esterol no se encuentra en cantidades apreciables en los vegetales mientras que otros si lo están. Respecto a este punto, el objetivo de asemejarse a la leche humana no se ha conseguido. Lo mismo ocurre con la posición preferentemente central del ácido palmítico en la molécula de glicerol. PROTEÍNAS La fracción nitrogenada de la leches de extrema complejidad, hasta el punto de que aún no han sido identificados todos sus componentes. La composición en grueso es: Composición en g/l Leche materna Leche de vaca Nitrógeno total 2 5,4 Nitrógeno no 0,5 0,25 proteíco Proteínas totales 9,6 32 Caseína/solubles 40/60 80/20
La leche de vaca es muy rica en proteínas, especialmente en
caseínas, y contiene poco nitrógeno no proteico. El reparto de aminoácidos es diferente, las secuencias de aminoácidos en las proteínas tampoco es la misma. Con respecto a las proteínas del lactosuero, las diferencias son importantes: La leche de vaca contiene: 1g/l de α-lactalbumina 3,6 g/l de β-lactoglobulina La leche materna: Contiene 2,6 g/l de α-lactalbumina No contiene β-lactoglobulina También hay diferencias entre compuestos cuantitativamente menores, pero de gran importancia, como las inmunoglobulinas, los nucleótidos y algunos compuestos nitrogenados no proteicos. De todas estas observaciones se ha deducido que en este aspecto la leche materna es muy difícil de imitar. En la práctica, por el momento, se limita a enriquecer la leche de vaca con la fracción proteica del lactosuero. De este modo la fracción caseína/ proteína soluble será la demandada, pero en la leche enriquecida habrá β- lactoglobulina en tanto que faltarán otros elementos. Las proteínas del suero se obtienen por filtración. GLÚCIDOS En la leche de vaca hay 4,8 g/100ml de glúcidos, mientras que en la leche materna hay 7,0g. Además, estos glúcidos están constituidos casi totalmente por lactosa en el caso de la leche de vaca, mientras que en la leche materna un 13 a un 15% son oligosacáridos más o menos complejo, de los que se han identificado varias decenas. En la práctica lo único que se hace es enriquecer la leche de vaca en lactosa. En algunas formulaciones que se aproximan menos a la leche materna se utiliza, al menos parcialmente, sacarosa o maltodextrina. SALES MINERALES La leche de vaca es de 3 a 4 veces más rica que en sales minerales que la leche materna para casi todos los iones: Sodio, potasio, calcio y hasta 6 veces en fósforo. Por el contrario, su contenido en hierro es similar y en cobre es menor. La industria deberá, por tanto, empobrecer la leche de vaca en sales minerales, o lo que es más común, enriquecer la leche de vaca en con diversos componentes que no aporten sales minerales o lo hagan en poca cantidad. Esto de no aportar sales minerales es un problema cuando se enriquece la leche con proteínas del lactosuero, y se hace necesario desmineralizarlo antes. Una vez disminuida la concentración global de sales minerales, habrá que hacer una serie de correcciones con algunos cationes, en particular con el hierro y el cobre, cuya concentración es demasiado baja. VITAMINAS El aporte vitamínico de la leche de vaca es algo diferente a la leche humana. Las vitaminas A, E, C Y PP son más abundante en la leche materna, mientras que con las vitaminas D, K y las del grupo B la situación es inversa. Además debe tenerse en cuenta las pérdidas de estas vitaminas durante el proceso de transformación industrial. Lo que se hace para la producción de leches infantiles es suplementar las vitaminas que faltan, esta suplementación no genera grandes dificultades, solo se necesita llevar una vigilancia analítica adecuada. FABRICACIÓN DE LAS LECHES INFANTILES En la práctica, se emplea compuestos de origen lácteos y no lácteos. Los componentes de origen láctico serán, además de la propia leche de vaca, nata, lactosuero desmineralizado o sus constituyentes individuales. Los componentes de origen no lácticos son materias grasas, frecuentemente de origen vegetal, sales minerales, vitaminas y eventualmente glúcidos, como la sacarosa y las maltodextrinas. Todos estos ingredientes se mezclan, en proporciones adecuadas, en la fase liquida de forma que se pueda reconstituir una leche con una composición dada. Para facilitar la dispersión de la grasa y conseguir du estabilidad es necesaria es necesario homogenizar. Esta leche reconstituida se trata como si fuera una leche fresca, y en la mayoría de los casos se deshidratará por pulverización. Luego, sea leche fluida o deshidratada, se envasan por medio de técnicas y en envases asépticos. PERSPECTIVAS FUTURAS El modelo de la leche materna debe ser considerado como un objetivo inalcanzable para reproducirlo de forma perfecta. Sin embargo, si los productos comercializados en la actualidad son relativamente satisfactorios, se puede ciertamente progresar. Se buscará mejorar la composición de las fases lipídicas y proteicas mediante un fraccionamiento más finos de las materias primas. Por ejemplo, separando las lactalbuminas de las lactoglobulinas. Un mayor conocimiento de los oligosacáridos de la leche materna permitirá su obtención por síntesis parcial. Mayor interés por la fracción no nitrogenada y que es de importancia nutricional para el niño. Un enriquecimiento más fino de minerales como el hierro. La industria también se preocupa de poner a punto leches aptas para necesidades particulares de los bebés, por ejemplo, para un bebé prematuro. El recién nacido al alimentarse de leche materna, se está alimentando de “leche cruda”, que contiene, entre otros, enzimas que contribuyen a la digestibilidad de esta leche, ¿Cómo conservar estas enzimas en las formulaciones de leches infantiles?