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Ifa nos enseña que las cosas materiales pueden perderse y recuperarse de alguna manera; no

obstante, hay cosas de tipo inmaterial que pueden perderse definitivamente y por eso
debemos cuidarlas, pues a pesar de los sacrificios que hagamos no volverán a nuestras
vidas. Ogún es una divinidad justiciera, antiguamente se hacían los pactos o juramentos
entre las personas a los pies de Ogún porque se decía que no cumplir con ellos podría
acarrear la furia del Orisha de los metales, quien podía cobrar la falta hasta con la propia
vida; quizá por esta razón es el Orisha que interviene en este Patakie, prestando auxilio a
Orunmila, por mandato de Ifa. Esto no significa, que los Orishas sean divinidades
castigadoras, ellos son los encargados de hacer cumplir las leyes establecidas por
Olodumare, de tal manera que, cuando se infringen las leyes y se inarmoniza el sujeto con
su entorno, son los Orishas quienes pueden intervenir en las situaciones y favorecer a quien
cumple con los sacrificios. Los sacrificios no se refieren simplemente a las ofrendas, son las
actitudes y el desarrollo del buen carácter lo que en últimas cuenta para alcanzar el favor de
las divinidades yorubas. Nota: Tres personas de las que debe cuidarse, Elefante (Persona de
contextura gruesa), Loro (Persona habladora y presumida) y el Perro (Persona a la que se
tiene mucha confianza).

La deshonestidad del sirviente. (Obara koso)

Orunmila tenía tres sirvientes; el Elefante, el Loro y el Perro. Cuando él fue de viaje para la
práctica de Ifá, el Elefante le robó su tablero de adivinación (Opon) y lo llevaba alrededor
de su cuello. También robó su irofa y se lo metió en la boca. El Perro se tragó su ASHE
mientras el Loro recogió las plumas rojas de ALUKO con que adornaba el altar de Ifá.
Cuando Orula descubrió el robo, regresó de su viaje, y consultó a Ifá preguntando qué
debía hacer para recuperar lo que sus deshonestos sirvientes le habían robado. Se le orientó
que debía servir a OGUN con una jicotea y un gallo, lo que él hizo. Entonces OGUN se
convirtió en un cazador y mató al Elefante para recuperar el uranke (irofa) y al Loro para
recuperar las plumas. El Perro eludía a OGUN pero cuando quiso hacer su festival anual lo
aprendió y lo utilizó en el sacrificio pero no pudo recuperar el ASHE que se había tragado.

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