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¿Por qué afirma que la 3ª prueba es la más convincente?

Porque, en opinión de Descartes, es enteramente semejante a esas demostraciones tan


evidentes que se hacen en geometría. En esta ciencia, todo lo que se afirma se deduce
necesariamente de la definición de las figuras. Así, que un triángulo tiene tres ángulos es verdadero
por definición; también lo es que la suma de sus ángulos sume dos rectos, propiedad que el
geómetra sabe demostrar a partir de la definición o esencia del triángulo. En otras palabras, negar
esa propiedad sería incurrir en contradicción, equivaldría a negar que un triángulo sea un triángulo.

Para Descartes esto mismo ocurre en la 3ª prueba. La existencia es una propiedad


(“perfección”) contenida en la definición misma de Dios. Si negamos que Dios exista es como negar
que Dios sea Dios, con lo que incurriríamos en contradicción flagrante. Dicho de otra manera: si
entendemos por Dios el Ser con todas las perfecciones, y la existencia es una perfección, entonces
negar que exista es tanto como decir: “El Ser con todas las perfecciones no tiene todas las
perfecciones”, lo que es contradictorio.

En todas las pruebas se entiende a Dios como el “Ser perfecto”, el Ser con todas las perfecciones, y se
razona a partir de esta característica. Pero las dos primeras pruebas, además, implícitamente le
atribuyen que es “Causa de...”. En la 1ª prueba, que es Causa de que haya en mí la idea de
“perfección”, o de “algo más perfecto que yo”, más exactamente. En la 2ª prueba es Causa de mi ser
y de mis perfecciones. Implícitamente (en las Meditaciones lo hará más explícito por lo que quizás
convendría acudir a ellas para completar estas pruebas aquí resumidas) se está utilizando el Principio
de Causalidad para probar que Dios existe, pues es la única Causa suficiente de que yo tenga en mí la
idea de perfección o de mi ser.

La 3ª prueba está construida solamente sobre la propia idea o concepto de “Ser perfecto”,
dentro de cuya definición está contenida la propiedad “existe”. Y, por tanto, puede considerarse que
aquí se está atribuyendo a Dios la característica de ser el único Ser “necesariamente existente”.

La diferencia estaría en que en la idea o definición de “triángulo” no está contenida la existencia, y


en la de Dios sí. En la idea de “triángulo” está contenido que “tiene 3 ángulos”, “figura plana”, “de 3
lados”, “la suma de sus ángulos vale dos rectos”, etc., pero no que exista triángulo alguno. En cambio,
en Dios la existencia está contenida en la propia definición o idea de Dios, y negar que Dios exista
sería como tanto como negar que Dios sea Dios.

La veracidad y bondad divina, que se derivan de su perfección, es el fundamento y la garantía de la


verdad de las ideas innatas. Es contradictorio con la perfecta naturaleza de Dios el querer engañar,
pues esto no es muestra de su perfección, sino de todo lo contrario, imperfección. Por tanto, es
contrario con su naturaleza el habernos puesto ideas que fuesen falsas sobre la realidad que
representan.

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