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Tema: justicia, política y paz

Título: Las capacidades humanas como fundamento ético para la formación de tres dimensiones
esenciales del desarrollo humano: la justicia, la política y la paz

Objetivo: Aportar elementos de compresión acerca de la justicia y del pensamiento político a


través de la concepción ética del desarrollo humano de capacidades, con la cual se busca mostrar
en la percepción del estudiante la relación existencial que hay entre las diversas formas de vida
con la práctica de la justicia, la política y la paz.

Competencias a desarrollar:
 Reflexionan sobre el espacio individual y común de la justicia, la política y la paz.
 Formulan análisis y comparaciones posibles entre las ventajas y desventajas individuales
de los personajes de la ilustración.
 Comprenden y contraponen posiciones sobre el significado del pensar políticamente.
 Comprenden la paz como el resultado de una concepción ética del desarrollo de
potencialidades humanas.
 Crean razonamientos prácticos sobre las formas de hacer justicia social, participación
política y espacios de convivencia para la paz.

Presentación
La pregunta sobre qué le es permitido hacer al hombre, qué es capaz de hacer y qué es capaz de
ser es de vital importancia para entender la transición de su estado de barbarie a su estado de
socialización. El ser humano no es sólo la bestia que está facultada para desarrollar mecanismos
de autodestrucción de su propia especie, como lo ha demostrado en la mayoría de las guerras.
También es potencia para la creación de artes, de ciencias, de técnicas, de deportes, de alimentos,
de juegos, de normas, de hábitos, de costumbres; en otras palabras, de infinidades de formas de
existencia cultural y política. Tal vez su fuente de vida radica en no dejar las cosas que afecta
intactas, sino efecto de estar habitando el mundo las tiene que alterar conforme a sus necesidades
e intereses. Es la inevitable consecuencia de vivir. En lo que él realiza, de igual modo, ve sus
propias capacidades, faltas, necesidades, deseos, lo que ha hecho de él y, sin prescindir, las

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formas culturales que ha determinado para convivir con los demás. Es su naturaleza
desnaturalizar la naturaleza y definir con ella humanamente -hasta donde puede y proyecta- una
imagen de realidad. Todo esto lo hace por su tendencia a ser un agente político, social y cultural,
es decir, por tener la inclinación a pensar, hablar, decidir y realizar acuerdos sobre diversas
formas de vida.

Profundización

Pero, ¿qué nos mueve a pensar la justicia? ¿Cómo surge la idea de justica? ¿De qué habla la
justicia? ¿Qué es la política y lo político? ¿Qué significa pensar políticamente? ¿Cuál es el
vínculo humano entre la justicia, la política y la paz? Es posible responder a estas preguntas
observando una concepción política que centra las capacidades humanas como derechos
fundamentales de la justicia.

En la teoría política moderna la idea de justicia ha sido vista como un conjunto de principios
ideales que buscan promover la formación de instituciones más justas (Sen, 2010). En esos
planteamientos se parte de la intención de buscar la naturaleza o la idea más destacada de justicia,
con la cual, se pueda identificar cuáles son los comportamientos correctos respecto a las
instituciones ideales que deben gobernar. No obstante, esta visión de justicia institucional ha
olvidado un factor elemental de la vida social: las oportunidades reales del medio y las
capacidades que tienen los agentes para poder ser y para poder vivir.

La importancia de las vidas, experiencias y realizaciones humanas no puede ser suplantadas por
información sobre las instituciones existentes y las reglas operantes. Las instituciones y las reglas
son, por supuesto, muy importantes por su influencia en lo que sucede y por ser parte esencial del
mundo real, pero la realidad efectiva va mucho más allá de la imagen organizacional e incluye las
vidas que la gente es capaz o no de vivir (Sen, 2010, p.50).

Mientras esta tendencia política buscaba los preceptos ideales que definían las instituciones
sociales justas, dejó de lado el análisis acerca de los tipos de vida que llevan las personas y las
condiciones básicas que evitaban que unas situaciones de vida fueran menos injustas respecto de
otras. Este es precisamente el elemento central de este pensamiento. La idea de la justicia no nace
de las instituciones sociales. La justicia nace, por el contrario, del sentimiento y la necesidad
humana de exigir el reconocimiento de injusticias que pueden ser remediables. De nada sirve

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conservar la pretensión de tener un modelo político ideal, sino se adecua a las condiciones de
vida y necesidades de los agentes. Es paradójico esto, pues lo único que demuestra es que no
puede existir un sistema ideal. No es lo mismo, por ejemplo, formular estamentos perfectos a un
sistema de salud para brindar mayor calidad de atención a los usuarios, que tener en cuenta
quiénes poseen las posibilidades reales para acceder a ese servicio, bajo qué preferencias y qué
circunstancias.

No obstante, en la concepción del desarrollo humano la forma política de pensar la justicia


cambia de rumbo. La dimensión del desarrollo potencial del ser humano no se enfoca solamente
en la igualdad de derechos civiles, sino en las condiciones necesarias para que los agentes puedan
hacer uso de necesidades básicas, tales como: salud, educación, libertad de credo, participación
pública, oportunidades laborales, actividades recreativas, entre otras. Estas capacidades son
entendidas como libertades necesarias que debe tener un agente para considerar las razones y las
prácticas que justifican su forma personal de vida.

En este enfoque la justicia política se centra en analizar determinados factores básicos (como los
mencionados) con el propósito de nivelar o reducir las desventajas naturales, culturales y sociales
entre los agentes; desventajas entendidas en su mayoría como desigualdades individuales
respecto a las capacidades que carece o posee los demás individuos para poder elegir entre
diferentes clases de vida (Sen, 2010). Evaluar estos factores humanos nos lleva a percibir el grado
de dignidad y de calidad de vida que llevan y pueden llevar las personas sin más.

El ser humano, según lo dicho, es visto como un ser necesitado de una totalidad de actividades
vitales (Nussbaum,2006). En estas capacidades intelectuales, emocionales, artísticas, físicas y
comunicativas él desarrolla el potencial cultural y político, de tal manera que pueda generar
razones esenciales para valorar, comprender y realizar diferentes formas de vida. Las
oportunidades reales (materializadas en capacidades y convertidas en libertades individuales o
colectivas) son el resultado ético al que ha llevado promover la dignidad (como derecho natural)
en la calidad de vida personal y social de los agentes.

Son precisamente las oportunidades de crecimiento humano las que permiten abrir diálogos sobre
temas de importancia común (espacio político). Los hechos políticos aparecen en el espacio de lo
público (vías, parques, propiedades, libertades, restricciones, deberes, derechos, etcétera) cuando

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se entrecruzan las razones, los intereses, las necesidades y los proyectos ya sean individuales o
colectivos, tanto propios como de los demás. Todo enfocado, en principio, al beneficio de todos.

No obstante, el pensamiento político se caracteriza por “no suponer sus objetivos a la realidad,
sino que tiene que conducir a ésta en dirección a aquellos” (Buchheim, 1985, p.53). Esto significa
que la política no es previa a la realidad que tienen las personas, ni tampoco es la causa directa de
las desigualdades sociales de la vida humana. Si esto no fuera cierto las layes no estarían sujetas a
modificación y en el código civil no todos seriamos iguales. Las desventajas de capacidades
responden a indicadores de otra índole, como la actividad económica y las variables culturales
que determinan el modo de vivir. La política es, por el contrario, el medio que crea las
condiciones de posibilidad (reglas, planteamientos, acciones viables, estructuración de
instituciones públicas y privadas,) en una sociedad para la consecución práctica y moral de
determinados fines u objeticos.

En lo político se descubre, al interior de una comunidad, los puntos de convergencia, los puntos
de comparación humana, la evaluación de prioridades, de decisiones a tomar, la postulación de
mejores formas, normas o hábitos de vida, las propuestas de mejores formas de coordinación
social (así no sean perfectas). Estas son acciones que representan el significado del pensar
políticamente.

En otras palabras, la política lleva a lo político a un fin determinado. ¿Cuál es el objetivo? Es la


pregunta que deben responder los ciudadanos, los Estados-nación, las comunidades de
procedencia cultural diferente, el estudiante, el abuelo, finalmente todos. Preguntarnos por los
hechos políticos es en últimas querer saber la intención de la regla, de la ley, es decir, de las
razones que justifican el por qué se quiere alcanzar un objetivo determinado confinado para
todos. Es por esto que la política representa los asuntos de importancia general, los aspectos
compartidos de la vida humana y no humana (animales), las valoraciones, necesidades, intereses
y proyectos de los agentes. “Ser capaz de razonar y de escoger es un aspecto significativo de la
vida humana” (2010, p.50). Por ello no podemos olvidar que el razonamiento público, las
posturas propias de interpretación y proposición, la imaginación de mundos posibles, de hacer y
de ser, contribuyen a elaborar nuevas políticas respecto a fines más próximos y reales.

La paz, en consecuencia, no sólo es el acuerdo Estatal que busca acabar el conflicto de interés
(causa de las guerras) estableciendo decretos de seguridad, de socialización y beneficio mutuo

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(Nussbaum, 2006). Más aún, es el resultado de la actividad unificada de las capacidades
desarrolladas en el ser humano; todas interrelacionadas en el espacio social y en la participación
pública que tiene como fin la toma de decisiones sobre asuntos comunes a todos ciudadanos.

Problematización: ¿cómo actuar con justicia si hay varias posibilidades que presentan razones
para merecerla?

Como hemos visto, la visión del desarrollo humano comprende la justicia, la política y la paz a
partir de las desventajas, libertades u opciones de vida que tienen los agentes en su medio
inmediato para realizarse. Las realizaciones sociales (debates, acuerdos, decisiones, acciones) son
el resultado del uso público de capacidades desarrolladas. En el funcionamiento de cada una el
agente desarrolla habilidades para fijar y proyectar asuntos comunes que son de vital importancia
para todos. La injusticia, en este sentido, revela la privación de capacidades, oportunidades
y libertades reducidas por doctrinas morales, políticas y culturales que impiden el
desarrollo potencial interno de cada persona.

Los invito ahora a realizar la siguiente actividad. Consiste en leer el conflicto moral de tres
chicos que argumentan bajo una noción propia de justica por qué cada uno merece
obtener el objeto que todos ellos desean: una flauta. En este ejercicio podremos a prueba nuestro
entendimiento analizando las razones que sostienen las diferentes formas de concebir y
practicar la justicia.

Ilustración

Permítanme ilustrar el problema con un ejemplo en el cual hay que decidir cuál de tres niños —
Anne, Bob y Carla— debe tener una flauta que ellos se disputan. Anne reclama la flauta con el
fundamento de que ella es la única de los tres que sabe tocarla (los otros dos no lo niegan) y de
que sería muy injusto negar el instrumento al único que realmente puede tocarlo. Si esto es todo lo
que sabemos, el argumento en favor de dar la flauta al primer niño sería muy fuerte.

En un escenario alternativo, Bob toma la palabra y defiende su reclamación de la flauta con el


argumento de que él es el único de los tres que es tan pobre que no tiene juguetes propios. La
flauta le ofrecería algo con qué jugar (los otros dos admiten que son más ricos y están bien

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provistos de entretenimiento). Si sólo hubiésemos escuchado a Bob, su argumento sería muy
poderoso.

En otro escenario alternativo, Carla habla y señala que ha estado trabajando con diligencia durante
muchos meses para elaborar la flauta con sus propias manos (los otros dos lo confirman), y en el
momento de terminar su labor, «aparecieron estos usurpadores para arrebatarme la flauta». Si la
declaración de Carla es lo único que hemos escuchado, podemos inclinarnos a darle la flauta en
reconocimiento de su comprensible aspiración a algo que ella misma ha fabricado (Ilustración
tomada del libro La idea de la justicia Sen, 2010, p.45).

Tras escuchar a los tres niños y sus diferentes líneas de argumentación, hay una decisión difícil
que tomar: a quién es justo darle a flauta.
Ahora bien, si en un mismo escenario ustedes tuvieran la posibilidad de ser jueces y testigos de
la situación que vivencian los tres chicos ¿cuáles serían los criterios que establecería para evaluar
las desventajas que existen entre ellos? ¿Por qué piensan que los factores escogidos son
pertinentes para emitir decisiones justas? ¿Qué otras alternativas proponen para resolver el
conflicto de interés? En busca de significar políticamente el pensamiento de cada uno, ¿bajo qué
preguntas organizaría las posturas de todos para ser escuchadas? ¿Cómo podría evitar un posible
conflicto físico y mental entre los tres chicos? ¿Cuáles formas políticas considera que son
necesarias para evitar una decisión injusta y, como consecuencia, el surgimiento de una guerra de
intereses?

Evaluación

A partir de los argumentos expresados en la ilustración y de las preguntas presentadas en el


apartado anterior, organice en grupos de cuatro compañeros un tribunal político imaginario. En
este escenario político tres estudiantes personificarán a profundidad el tipo de vida que cada niño
de la ilustración lleva (tengan en cuenta los factores que aumentan y disminuyen las desventajas)
y el otro compañero será un ciudadano del común que evalúa la situación como si fuera un juez
reconocido. Es importante que cada estudiante manifieste la disposición para sostener sus
razonamientos y para interpretar la posición del otro. La intención no es buscar un privilegio
individual deshaciéndose de las buenas razones de los demás. El objetivo es alcanzar una

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comprensión de las necesidades e intereses de todos, como a su vez plantear una propuesta viable
(lo más real que puedan) donde promuevan una forma de reducir el conflicto de interés.
Finalmente, elaboren un escrito en el que responda las preguntas planteadas vinculando el
ejercicio per formativo realizado.
Autor: Cristian Alejandro Sierra Forero
C.C. 1’076.659.438

Referencias

Sen, A. (2012). La idea de la justicia (edición en español) México: Taurus.

Nussbaum, M. C. (2006). Las fronteras de la justicia: consideraciones sobre la exclusión.


Barcelona: Paidós.

Nussbaum, M. (2012). Crear capacidades: Propuesta para el desarrollo humano. Paidós.

Buchheim, H. (1985). Política y poder. Barcelona: Alfa.

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