Universidad del Balamand

Instituto de Teología
San Juan Damasceno

CBBE221 Interpretación de Profetas

Lección 11 Sección 1

Palabras introductorias
La penúltima lección de nuestro curso... Por casi tres meses nuestra atención

estuvo puesta en los profetas del Antiguo Testamento y la obra

que nos han dejado por herencia.

Y hoy nos toca hablar del último profeta de nuestro

curso: el así llamado “Tercer Isaías”. Un hombre también difícil

de conocer. Ni siquiera nos ha dejado su nombre sino que

seguirá usando el nombre del gran Profeta del siglo VIII, Isaías.

Si comenzamos a leer los capítulos que van desde el 56

hasta el 66 del libro de Isaías podemos darnos cuenta que la gran mayoría de los

dichos de este profeta están dirigidos a la injusticia que se vive en la Jerusalén

posterior al exilio. Y en donde él critica básicamente a aquellos que tienen alguna

posición de liderazgo en la comunidad. La situación que se vive en Jerusalén

después del regreso del exilio es tal que este profeta también tiene que invocar la

venida de un Salvador (Is 61:1-3) para que esta situación llegue a su fin.

Este “Ungido” (o “Cristo”) que invoca el Tercer Isaías tiene puestas sus

esperanzas que en algún momento el nombre de Dios será glorificado. Y este

momento es su propio mensaje: el momento en que todo cambiará porque un siervo

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 CBB: Cursos Bíblicos del Balamand

de Dios ungido por Él traerá “Buenas nuevas a Jerusalén”. Este es el punto principal de

la obra del Tercer Isaías. Puede que el pueblo haya caído y que sus esperanzas estén

terminadas pero Dios traerá a su Ungido para anunciar “buenas nuevas”.

En un tiempo en donde la literatura apocalíptica ha crecido abrumadoramente

el Tercer Isaías ya no será el hombre que profetizará buscando tener un nuevo

templo, una nueva Casa para Dios, sino que será quien anuncie “tierra nueva y cielos

nuevos”, una “Jerusalén celestial” donde el pobre y el oprimido recibirán su justa

retribución.

El enemigo que tiene Israel ahora es el desánimo general y la perversión que

se encuentra en el culto. La obra de este profeta se da en el siglo V entre el 538 y el

510 a.C.

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