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y el empleo de las formulas sirvió para hacer valer toda clase de pretensiones. La rigidez de la
LEGIS ACTIONES, exigían una tutela procedimental más ágil y práctica.
Las formulas, eran breves escritos que el magistrado transmitía al juez para que tuviera una
orientación en el modo de decidir el litigio. Al magistrado solo le cabía aceptar o rechazar la
formula. El procedimiento PER FORMULAM tuvo su origen en el IUS HONORARIUM y en el IUS
GENTIUM. El pretor fue quien imprimió un nuevo rumbo al ordenamiento procesal romano,
pudiendo llevar a cabo su transcendental obra de reforma del IUS CIVILE. El sistema de las
formulas, sustituyendo la formula verbal por la escrita.
Presentes las partes IN IURE, el actor hacia conocer el objeto de la demanda y solicitaba del
magistrado el otorgamiento de la acción. Si el magistrado comprobaba que la demanda era
digna de tutela, acordaba la ACTIO, en caso contrario denegaba la petición.
El pretor debía escuchar igualmente al demandado, al que le cabía ya oponerse a las peticiones
del actor y el magistrado redactaba la formula escrita, señalando quien era el juez designado e
indicándole las pruebas que debía recibir, pues la formula era una especie de programa
procesal del juicio en el momento de la LITIS CONTESTATIO.
Las interrogaciones IN IURE podían plantearse para exigir al demandado que manifestara si se
presentaba en él una situación de hecho necesaria para que la demanda estuviese fundada en
derecho. El IUSIURANDUM IN IURE, se daba cuando se remitía la decisión del litigio al
resultado del mimo en lugar de someterlo al pronunciamiento del juez. En caso de negativa, el
demandante era quien ganaba el pleito al lograr su absolución.
La CONFESSIO IN IURE del demandado, ósea el reconocimiento de las pretensiones del actor
hacia concluir con el pleito y tenía el valor de cosa juzgada.
La DEMONSTRATIO era la que encabezaba las formulas con INTENTIO INCERTA y tenía por
finalidad concretar la acción del actor a través de las circunstancias de hecho que podían
fundamentarla.
La INTENTIO
La EXCEPTIO era la parte extraordinaria de la fórmula que servía como medio de defensa al
demandado.
El derecho romano conocía diversas clases de excepciones, una de ellas fue la de EXCEPTIONES
CIVILES, cuando eran otorgadas por normas del derecho civil, como la EXCEPTIO LEGIS CINCIAE
y EXCEPTIONES PRAETORIAE, cuando se debían a la actividad del pretor como la EXCEOTIO
PACTI y la EXCEPTIO REI VENDITAE ET TRADITAE.
Había también excepciones PERENTORIAS que podían ser opuestas en cualquier momento en
que el demandante interpusiera la acción, y además PERPETUAS que actuaban como defensas
que tenían validez temporal, por lo cual paralizaban la acción del demandante por un tiempo
determinado.
La PRESCRIPTIO era la otra parte extraordinaria de la fórmula que figuraba al principio de ellas,
estas instruían al juez para que apreciara ciertas circunstancias en el supuesto de comprobarse
su existencia, si no fueran tenidas en cuenta por el sentenciante, se llegaría a un veredicto
injusto o prejudicial para el actor o el demandado. Las que se insertaban a favor del actor se
denominaron PRAESCRIPTIONES PRO ACTORE (articuladas para precisar la calidad en que el
demandante actuaba, aclarando así la demanda y evitando los efectos de la litis contestatio), y
las que estaban a favor del demandado PRAESCRIPTIONES PRO REO (que eran el medio de
defensa del demandado y tenía por efecto anular la acción del adversario sin necesidad de
discutir el fondo del asunto)
Asimismo, en el tiempo de Justiniano, entro una nueva forma de notificar la demanda, por lo
que una vez que el demandado recibía la notificación debía entregar un documento en el que
hacía constar la fecha misma y la actitud que iba asumir ante la demanda, la que podía
admitirla, oponerse, hacer valer excepciones o formular reconvención. Por lo que este escrito
de respuesta debía a su vez ser notificado al actor.
Sin embargo, la diferencia de los sistemas del ORDO IUDICIORUM, la ejecución en el proceso
cognitorio estaba garantizada por la fuerza pública ya que funcionarios judiciales hacían
entrega MANI MIILITARI de los bienes del condenado.
En el sistema formulario el juez tenía que ajustarse a la demanda para el caso de que
condenara al demandado; en el sistema cognitorio el juez podía condenar a menos de lo que
reclamaba el actor y no necesariamente en dinero. En el primer sistema procesal, no cabía
apelación, en el segundo había apelación ante un magistrado de rango jerárquico superior al
que emitió la sentencia y aun ante el emperador.