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Fallo Llerena, Horacio: en este caso, la Corte por primera vez declaró que viola la
garantía constitucional de imparcialidad del juez que el mismo magistrado que
investigó sea quien juzgue y sentencie al imputado.
Para los jueces de la Corte, la garantía de imparcialidad estaba afectada por una
razón objetiva: el juez que investigó el hecho y procesó al imputado es el mismo que
tiene que juzgarlo. Es la propia organización del procedimiento correccional y la
naturaleza misma de las funciones que tiene que desempeñar el juez correccional
-investigar y juzgar- la que da pie a temer que exista esta parcialidad. No es necesario
entonces probar que en el caso concreto existe parcialidad.
Por su parte, Petracchi afirmó que esta regla tendrá aplicación en los casos
correccionales en que el juez se excuse o cuando el imputado solicite que el juez que
lo procesó no sea el mismo que lo juzgue en juicio oral.
Argibay y Belluscio sostuvieron que esta ley era incompatible con las normas
constitucionales pero no declararon expresamente su inconstitucionalidad.
Fallo Quiroga, Edgardo Oscar:
El Fiscal General argumentó que el artículo 348 había sido derogado tácitamente
en virtud de lo dispuesto por el artículo 120 de la CN y los artículos 1 y 76 de la Ley
Orgánica del Ministerio Público solicitando en consecuencia la nulidad del auto por el
que el juez elevó la causa en consulta y de todos los actos posteriores practicados
en su consecuencia.
Decisión de la Corte: el tribunal señaló que "aun cuando se pueda sostener que los
fiscales cumplen, materialmente, una función judicial, en tanto, al igual que los jueces,
aspiran a que el proceso finalice con una sentencia justa, lo hacen desde posiciones
procesales diversas, y el ejercicio efectivo de la misión que a cada uno de ellos le
compete se excluye recíprocamente: ni el fiscal puede juzgar ni el juez puede acusar"
La defensa se agravia de que fue afectado el derecho a ser juzgado por un tribunal
imparcial, porque dos de los vocales del tribunal constituido para la celebración del
juicio que culminó con fallo condenatorio, actuaron previamente en el mismo
proceso para confirmar -por vía del recurso planteado también por esa parte- la
decisión del juez de instrucción de elevar la causa a juicio.
Finalmente, se ordena que vuelvan los autos al tribunal de origen, a fin de que por
quien corresponda se dicte nueva resolución de conformidad con lo resuelto por la
Corte.
Fallo Dieser, María G. y Fraticelli Carlos: La Corte declaró que viola las garantías
constitucionales de imparcialidad y de doble instancia que los mismos magistrados
intervengan en la revisión del auto de procesamiento y posteriormente en la revisión
de la sentencia condenatoria.
Asimismo, sostuvo que violaba la garantía de la doble instancia que exige que los
magistrados que no conocieron anteriormente el hecho revisen las decisiones del
inferior.
Fallo Lamas, Fernando Pablo: La defensa de Lamas dedujo recurso extraordinario
contra la decisión de la Cámara Nacional de Casación Penal que convalidó el rechazo
de la recusación oportunamente articulada.
Hechos: Casación duplicó el monto de la pena impuesta a dos ex policías, más del
doble de la pena que en su momento había fijado la justicia federal, contra dos ex
policías por el secuestro extorsivo de un presunto delincuente. La Cámara Nacional
de Casación Penal resolvió la aplicación, al hacer lugar a un planteo de la Fiscal
General, quien consideró un error conceptualizar que los acusados habían tenido
un rol secundario en el delito.
Los titulares del TOCF, habían absuelto a los procesados, por considerar que no
existían pruebas suficientes para condenarlos por el hecho cometido.
Esa decisión fue recurrida por la Fiscal General y Casación la revocó, ordenando la
realización de un nuevo debate, con otros magistrados. En oportunidad de dicho juicio,
la fiscal consideró acreditadas la materialidad delictiva y autoría responsable de los
acusados.
Decisión de la Cámara: Una de las salas de la Cámara de Casación destacó que las
contribuciones de Ibáñez y Muzi en el hecho, "no fueron menores ni secundarias,
como lo pretende el Tribunal (de Bahía Blanca), sino por el contrario, fueron
fundamentales, incluso coadyuvando a brindar un marco de seguridad para que el
operativo resulte según lo planeado".
Indicaron que "se aprecia claramente que las actividades llevadas a cabo por los
imputados, encuadran dentro del grado de la coautoría, cumpliendo con su accionar
los requisitos objetivos y subjetivos exigidos por la ley. Así, los acusados actuaron
con decisión de participar en un plan común, dirigiendo sus actos a un fin determinado y
ejecutando los hechos ilícitos que se les enrostran mediante una división o distribución
de trabajos".
"Las actividades desplegadas por los encausados Juan Pablo Ibáñez y Osvaldo
Germán Muzi, no se condicen con las de partícipes secundarios, o sea, del que haya
prestado una ayuda no indispensable o bien posterior en cumplimiento de una promesa
anterior al suceso; consiguientemente, debe darse favorable acogida a lo pretendido
por el recurrente".
En virtud del nuevo grado de participación atribuida a los ex policías, Casación resolvió
adecuar el monto de las condenas, que fijó en once años de prisión para cada uno, más
inhabilitación por el tiempo que dure la condena para ejercer cargos públicos.
Resumen de los fallos de plazo razonable
De esta forma, la CSJN comenzó a esbozar la doctrina del "paralelogramo de 5/19 las
nulidades", según la cual, los procesos penales no pueden ser retrotraídos a etapas
anteriores cuando en su desarrollo se han respetado las "formas sustanciales del
juicio” y la anulación que obliga a repetir los actos ya cumplidos está fundada en
consideraciones rituales insuficientes, en la inobservancia de solemnidades desprovistas
de sentido; pero si se han violado aquellas "formas sustanciales del juicio" la
anulación deviene válida y también la consecuente retracción del proceso a etapas
anteriores con el fin de renovar los actos invalidados.
En este fallo la CSJN, también hace referencia a la posible violación del principio de
non bis in idem, ya que el proceso que está en condiciones de ser resuelto en
definitiva es, en lugar de ello, retrogradado a etapas anteriores, ampliando de esta
forma las fronteras tradicionales, que tanto la doctrina como la jurisprudencia le asignan
a este principio.
Fallo Furlan y familiares: el fallo se resuelve en la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
El caso se relaciona con la responsabilidad internacional del Estado por la falta de
respuesta oportuna por parte de las autoridades judiciales argentinas, quienes
incurrieron en una demora excesiva en la resolución de un proceso civil por daños y
perjuicios en contra del Estado, de cuya respuesta dependía el tratamiento médico de un
niño y, posteriormente, adulto con discapacidad.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró, por unanimidad, que el
Estado de Argentina es internacionalmente responsable por la violación en
perjuicio de Sebastián Furlan, por haber excedido el plazo razonable en el proceso
civil por daños, y el incumplimiento de la obligación de garantizar, sin discriminación,
el derecho de acceso a la justicia y el derecho a la integridad personal.
A raíz del accidente sufrido, su padre, Danilo Furlan, interpuso una demanda en el fuero
civil contra el Estado de Argentina, con el fin de reclamar una indemnización por los
daños y perjuicios derivados de la incapacidad resultante del accidente de su hijo. El 27
de febrero de 1996 el juzgado ordenó que se corriera traslado de la demanda al
“Ministerio de Defensa - Estado Mayor General del Ejército”.
Decisión de la corte: con relación al marco temporal del proceso bajo análisis, el
Tribunal observó que el lapso correspondiente a la etapa de ejecución de la sentencia
judicial con el fin de realizar efectivamente el cobro de la indemnización, en el caso
hace parte del proceso y debe tomarse en cuenta para analizar el plazo razonable. Por
tanto, el período que se analizó inició el 18 de diciembre de 1990 -día de la
interposición de la demanda- y concluyó el 12 de marzo de 2003 – día en que se
pagaron los bonos, es decir, 12 años y tres meses, aproximadamente.
La Corte aplicó el test de plazo razonable, para lo cual se valoraron los cuatro
elementos que la jurisprudencia ha establecido para determinar la razonabilidad del
plazo: a) complejidad del asunto; b) actividad procesal del interesado; c) conducta
de las autoridades judiciales, y d) afectación generada en la situación jurídica de la
persona involucrada en el proceso.
Una vez analizados los cuatro elementos para determinar la razonabilidad del plazo, la
Corte Interamericana concluyó que las autoridades judiciales a cargo del proceso
civil por daños y perjuicios y del cobro de la indemnización no actuaron con la
debida diligencia y el deber de celeridad que exigía la situación de vulnerabilidad
en la que se encontraba Sebastián Furlan, razón por la cual excedieron el plazo
razonable, lo cual vulneró el derecho a las garantías judiciales establecido en el artículo
8.1, en relación con los artículos 19 y 1.1, todos de la Convención Americana, en
perjuicio de Sebastián Claus Furlan.
Resumen de los fallos de non bis in ídem
El apelante ha alegado la afectación del non bis in idem por haber sido sometido a
un segundo juicio por los mismos hechos por los cuales experimentó concretamente
el riesgo de condena en el juicio anterior, en el que había sido absuelto, a raíz del
recurso de casación articulado por la parte querellante que habilitó una nueva
posibilidad de condena finalmente materializada en la especie.
Sobre el particular no cabe soslayar que esta Corte ha dicho que tanto el principio de
progresividad como el de preclusión obstan a la posibilidad de retrogradación del
proceso "son aplicables en la medida en que, además de haberse observado las
formas esenciales del juicio, la nulidad declarada no sea consecuencia de una
conducta atribuible al procesado".
A su vez, en el mismo precedente se afirmó que el principio del non bis in idem "no
sólo veda la aplicación de una segunda pena por un mismo hecho penado, sino
también la exposición al riesgo de que ello ocurra mediante un nuevo sometimiento
a juicio de quien ya lo ha sufrido por el mismo hecho".
La razón fundamental que llevó al máximo tribunal local a anular el fallo absolutorio
dictado oportunamente respecto del apelante fincó en que ante la existencia de
peritajes discrepantes, multívocos, dispares, inciertos o contradictorios, el tribunal de
juicio habría incumplido con su deber de ordenar la producción de uno nuevo
tendiente a superar la incertidumbre sobre el asunto peritado.
Fallo Alvarado, Julio:
Por lo tanto, cualquiera sea la forma de reducir a conceptos al juicio de reenvío, lo cierto
es que -en casos como el presente-, para el imputado absuelto, aquél constituye un
nuevo juicio, básicamente idéntico al primero, en el que su honor y su libertad
vuelven a ponerse en riesgo. Ello es suficiente, pues, para que la garantía del non
bis in idem impida al Estado provocarlo.
El objeto del recurso -en tanto, por medio de él, el acusador público pretende
revocar la sentencia absolutoria dictada en autos y reenviar el caso a nuevo juicio-
no encuentra amparo a la luz del derecho federal vigente, más allá del acierto o el
error de los agravios de fondo que el apelante ha pretendido hacer valer contra el
pronunciamiento impugnado. Por lo tanto, no cabe más que esta Corte declare
inadmisibles el recurso extraordinario y la queja interpuestos. Por ello, oído el señor
Procurador General de la Nación, se declaran inadmisibles el recurso extraordinario
y la queja interpuestos.