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Resumen de los fallos de imparcialidad del juzgador

Fallo Llerena, Horacio: en este caso, la Corte por primera vez declaró que viola la
garantía constitucional de imparcialidad del juez que el mismo magistrado que
investigó sea quien juzgue y sentencie al imputado.

Hechos: Llerena fue procesado por la justicia correccional por su presunta


responsabilidad en delito de abuso de armas y lesiones.
Según la ley procesal, en los procedimientos correccionales -que son aquellos que
investigan y juzgan delitos cuya pena es menor a la de tres años de prisión- el mismo
juez que estuvo a cargo de la investigación y procesó al imputado es quien debe
juzgarlo en el juicio oral. Por otra parte, la ley procesal penal no establecía
expresamente que el juez que investigó no puede juzgar al imputado.
Sin embargo, antes de que comenzara el juicio oral, la defensa de Llerena recusó a la
jueza que lo había procesado argumentando que ella no sería imparcial para
juzgar y sentenciar.

Decisión de la Corte: La Corte afirmó que la garantía de juez imparcial, protegida en


la CN y en los pactos internacionales de derechos humanos que tienen jerarquía
constitucional, prohíbe que el juez que investiga sea el mismo que juzgue y
sentencie.

Para los jueces de la Corte, la garantía de imparcialidad estaba afectada por una
razón objetiva: el juez que investigó el hecho y procesó al imputado es el mismo que
tiene que juzgarlo. Es la propia organización del procedimiento correccional y la
naturaleza misma de las funciones que tiene que desempeñar el juez correccional
-investigar y juzgar- la que da pie a temer que exista esta parcialidad. No es necesario
entonces probar que en el caso concreto existe parcialidad.

Zaffaroni, Highton de Nolasco resolvieron que la ley procesal debía interpretarse de


conformidad a este principio y, por más que no estuviera prevista esta circunstancia
como causal de excusación, debía aceptarse la misma. Estos jueces además
establecieron de qué manera en la práctica se podía garantizar el respeto al principio de
juez imparcial: deben intervenir dos jueces distintos en el procedimiento
correccional. Uno en la etapa de instrucción y otro en la etapa de juicio. Así, el
respeto de esta regla está a cargo de cada juez correccional que deberá inhibirse de
juzgar en juicio oral al imputado que previamente procesó. Estos jueces también
remarcaron que la aplicación de esta nueva regla es para el futuro.

Por su parte, Petracchi afirmó que esta regla tendrá aplicación en los casos
correccionales en que el juez se excuse o cuando el imputado solicite que el juez que
lo procesó no sea el mismo que lo juzgue en juicio oral.

Boggiano y Maqueda votaron por declarara la inconstitucionalidad de la ley procesal


que, reformando la anterior, había suprimido esta circunstancia como causal de
excusación.

Argibay y Belluscio sostuvieron que esta ley era incompatible con las normas
constitucionales pero no declararon expresamente su inconstitucionalidad.
Fallo Quiroga, Edgardo Oscar:

Hechos: El Ministerio Público Fiscal interpuso un recurso solicitando la nulidad de


la resolución del juez de instrucción que ante el pedido de sobreseimiento por parte
del fiscal resolvió remitir el sumario al Fiscal General ante la Cámara de Apelaciones
para que apartara al Agente Fiscal y desinsaculara un nuevo representante del Ministerio
Público. La Corte hizo lugar al recurso.

El Fiscal General argumentó que el artículo 348 había sido derogado tácitamente
en virtud de lo dispuesto por el artículo 120 de la CN y los artículos 1 y 76 de la Ley
Orgánica del Ministerio Público solicitando en consecuencia la nulidad del auto por el
que el juez elevó la causa en consulta y de todos los actos posteriores practicados
en su consecuencia.

Decisión de la Corte: el tribunal señaló que "aun cuando se pueda sostener que los
fiscales cumplen, materialmente, una función judicial, en tanto, al igual que los jueces,
aspiran a que el proceso finalice con una sentencia justa, lo hacen desde posiciones
procesales diversas, y el ejercicio efectivo de la misión que a cada uno de ellos le
compete se excluye recíprocamente: ni el fiscal puede juzgar ni el juez puede acusar"

Por ello reafirmaron que el artículo 120 de la CN en cuanto se refiere al Ministerio


Publico "supone no sólo independencia del Poder Ejecutivo, sino también del Poder
Judicial, como correlato de una concepción dentro de la cual sólo dicha independencia
permite estructurar un procedimiento penal en el que las garantías de la defensa
en juicio y la imparcialidad del tribunal no estén en discusión"

Añadieron al respecto que el deber del Ministerio Público de actuar "en


coordinación con las demás autoridades de la República" no puede ser convertido
en subordinación, a riesgo de neutralizar el sentido mismo de su existencia.

En cuanto a la posición sostenida por la cámara de casación, según la cual el Poder


Judicial es el que debe "controlar" el ejercicio que de la legalidad hace el Ministerio
Público, es la que conduce, finalmente, a admitir la consecuencia extrema de que en el
debate la imputación provenga, en definitiva, del propio tribunal que debe juzgar sobre
su admisibilidad, advirtieron.

De esta forma resolvieron que "la necesidad de asegurar la independencia funcional


del Ministerio Público Fiscal" consagrada en el art. 120 de la CN impone declarar
la inconstitucionalidad del art. 348, segundo párrafo, primera alternativa, del Código
Procesal Penal de la Nación.
Fallo Nicolini, Jorge Carlos: En el fallo, dos de los jueces que dictaron la sentencia
condenatoria (provincia de Córdoba) habían convalidado –en carácter de Cámara de
apelaciones- la decisión del juez de instrucción por la cual se dispuso la elevación de
la causa a debate.
El agravio vinculado con la violación a la imparcialidad fue introducido en el
recurso de casación que fue rechazado por parte del Tribunal Superior de Justicia de
esa provincia.
La mayoría de la Corte hizo lugar al planteo de la defensa para lo cual citó en su
apoyo el precedente “Llerena”. Se confirmó la sentencia apelada.

Hechos: el Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba resolvió rechazar


los recursos de casación interpuestos por la defensa contra la sentencia de la Cámara en
lo Criminal que lo condenó por ser coautor material y penalmente responsable del delito
de administración fraudulenta. Contra esa resolución se interpuso recurso
extraordinario, cuya denegación dio lugar a queja.

La defensa se agravia de que fue afectado el derecho a ser juzgado por un tribunal
imparcial, porque dos de los vocales del tribunal constituido para la celebración del
juicio que culminó con fallo condenatorio, actuaron previamente en el mismo
proceso para confirmar -por vía del recurso planteado también por esa parte- la
decisión del juez de instrucción de elevar la causa a juicio.

Decisión de la Corte: establece que las cuestiones planteadas en la causa resultan


sustancialmente análogas a las tratadas en Llerena, Horacio Luis, a cuyas
consideraciones corresponde remitir en lo pertinente.

Concluye que deviene inoficioso el tratamiento de los agravios invocados ante la


instancia. Por ello, y lo dictaminado por el Procurador Fiscal, se hace lugar a la queja,
se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia
apelada.

Finalmente, se ordena que vuelvan los autos al tribunal de origen, a fin de que por
quien corresponda se dicte nueva resolución de conformidad con lo resuelto por la
Corte.
Fallo Dieser, María G. y Fraticelli Carlos: La Corte declaró que viola las garantías
constitucionales de imparcialidad y de doble instancia que los mismos magistrados
intervengan en la revisión del auto de procesamiento y posteriormente en la revisión
de la sentencia condenatoria.

Hechos: La defensa de Dieser interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra


la sentencia de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Venado Tuerto que con el
voto de dos de los tres jueces que habían intervenido con anterioridad en el proceso
(confirmando el procesamiento y la prisión preventiva) confirmó la condena dictada
por el Juez de primera instancia de Distrito en lo Penal de Sentencia de la ciudad de
Melincué.

El recurso fue denegado y la defensa de la imputada interpuso un recurso de queja


que fue rechazada por la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe.

La defensa interpuso un recurso extraordinario, argumentando que se habían


afectado las garantías de imparcialidad y de doble instancia.

El recurso fue denegado y motivó la presentación de una queja.

Decisión de la Corte: La Corte hizo lugar a la queja, declaró procedente el recurso


extraordinario y revocó la sentencia apelada. Manteniendo lo establecido en el
precedente “Llerena”, consideró que la revisión de una sentencia condenatoria por
los mismos jueces que habían intervenido en la apelación del auto de procesamiento
violaba la garantía de imparcialidad por que podía haberse afectado la posibilidad de
un re-examen de la condena sin prejuzgamiento del caso.

Asimismo, sostuvo que violaba la garantía de la doble instancia que exige que los
magistrados que no conocieron anteriormente el hecho revisen las decisiones del
inferior.
Fallo Lamas, Fernando Pablo: La defensa de Lamas dedujo recurso extraordinario
contra la decisión de la Cámara Nacional de Casación Penal que convalidó el rechazo
de la recusación oportunamente articulada.

En el caso, se invocó la violación a la garantía de imparcialidad objetiva por cuanto


el Tribunal que pretendía juzgar a Lamas había dictado sentencia condenatoria
respecto de su coimputado. En dicho marco y al momento de fundar la sentencia
condenatoria, había valorado una declaración testimonial cuyos efectos
incriminatorios también alcanzaban al imputado no juzgado (Lamas). La Corte hizo
lugar al recurso de la defensa y, de la mano del criterio sustentado en “Llerena”,
entendió que en el sub judice existía un temor objetivo de parcialidad que imponía
la inhibición del Tribunal en el entendimiento del caso.

Hechos: la Cámara Nacional de Casación Penal denegó el recurso y confirmó el


pronunciamiento del Tribunal Oral por el que se había rechazado, por mayoría, la
recusación interpuesta por la defensa de Lamas, se dedujo recurso extraordinario
federal que al ser desestimado dio lugar a la presente queja.

Sostiene la parte recurrente, que el pedido de apartamiento de los jueces se basó en la


violación a la garantía del juez imparcial reconocida dentro de la CN. En tal sentido,
explica que los jueces recusados dictaron sentencia condenatoria respecto de Gastón
Darío Brossio, coimputado del nombrado Lamas, respecto del cual la causa aún se
encontraba en etapa de instrucción por haber sido detenido con posterioridad.

De tal modo, de continuar la intervención de los jueces del Tribunal Oral, en la


sentencia condenatoria de Brossio se pronunciaron respecto de la existencia del
hecho y sobre la participación de Lamas al otorgar valor incriminatorio a la
prueba aportada por el personal policial que había realizado la investigación y
sindicado a ambos como autores del ilícito.

Decisión de la Corte: resulta obvio que los jueces se refirieron a la autoría y


participación que a Lamas le cupo en los hechos, toda vez que al condenar a uno de
los coimputados tuvieron por válidas una serie de afirmaciones fácticas que incluyeron
al nombrado en los sucesos que consideraron probados. Dichas circunstancias resultan
de entidad suficiente como para que el imputado Lamas pueda temer fundadamente
sobre la imparcialidad de los jueces recusados.

En razón de ese motivo y de las demás consideraciones vertidas en Llerena, Horacio


Luis, la decisión del a quo debe ser descalificada por resultar contraria a la
garantía que tiene toda persona de ser juzgada por un tribunal imparcial. Por ello se
hace lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario interpuesto y
se deja sin efecto la sentencia apelada. Se ordena agregar la queja al principal y que se
vuelvan los autos al tribunal de origen, a fin de que por quien corresponda se dicte
nuevo pronunciamiento conforme lo resuelto.
Fallo Ibañez, Juan Pablo y Muzi, Osvaldo Germán:

Hechos: Casación duplicó el monto de la pena impuesta a dos ex policías, más del
doble de la pena que en su momento había fijado la justicia federal, contra dos ex
policías por el secuestro extorsivo de un presunto delincuente. La Cámara Nacional
de Casación Penal resolvió la aplicación, al hacer lugar a un planteo de la Fiscal
General, quien consideró un error conceptualizar que los acusados habían tenido
un rol secundario en el delito.

Los titulares del TOCF, habían absuelto a los procesados, por considerar que no
existían pruebas suficientes para condenarlos por el hecho cometido.
Esa decisión fue recurrida por la Fiscal General y Casación la revocó, ordenando la
realización de un nuevo debate, con otros magistrados. En oportunidad de dicho juicio,
la fiscal consideró acreditadas la materialidad delictiva y autoría responsable de los
acusados.

Decisión de la Cámara: Una de las salas de la Cámara de Casación destacó que las
contribuciones de Ibáñez y Muzi en el hecho, "no fueron menores ni secundarias,
como lo pretende el Tribunal (de Bahía Blanca), sino por el contrario, fueron
fundamentales, incluso coadyuvando a brindar un marco de seguridad para que el
operativo resulte según lo planeado".

Indicaron que "se aprecia claramente que las actividades llevadas a cabo por los
imputados, encuadran dentro del grado de la coautoría, cumpliendo con su accionar
los requisitos objetivos y subjetivos exigidos por la ley. Así, los acusados actuaron
con decisión de participar en un plan común, dirigiendo sus actos a un fin determinado y
ejecutando los hechos ilícitos que se les enrostran mediante una división o distribución
de trabajos".
"Las actividades desplegadas por los encausados Juan Pablo Ibáñez y Osvaldo
Germán Muzi, no se condicen con las de partícipes secundarios, o sea, del que haya
prestado una ayuda no indispensable o bien posterior en cumplimiento de una promesa
anterior al suceso; consiguientemente, debe darse favorable acogida a lo pretendido
por el recurrente".

En virtud del nuevo grado de participación atribuida a los ex policías, Casación resolvió
adecuar el monto de las condenas, que fijó en once años de prisión para cada uno, más
inhabilitación por el tiempo que dure la condena para ejercer cargos públicos.
Resumen de los fallos de plazo razonable

Fallo Mattei, Ángel: La CSJN le asignó al derecho del imputado a un juicio


razonablemente rápido jerarquía constitucional estableciendo que el mismo se
encuentra incluido en la garantía de inviolabilidad de la defensa en juicio consagrado en
el artículo 18 de nuestra Carta Magna.
Por tal razón, la Corte Suprema de Justicia de la Nación considero que la resolución
cuestionada proponía una renovación de un proceso ya dilatado que, de esa forma,
lo conducía inexorablemente a seguir aumentando su duración ya excesiva, lo cual
resultaría violatorio de determinados principios básicos del derecho procesal penal que
se podrían resumir en el derecho del imputado a un juicio razonablemente rápido.

Decisión de la Cámara: La CSJN afirmó que retrotraer el proceso a la etapa


instructoria a través de la anulación de todo lo actuado después de su clausura, sin que
existieran motivos reales de invalidación de los actos cumplidos, era jurídicamente
intolerable.

Asimismo, consideró que la seguridad jurídica y la necesidad de una administración de


justicia rápida, dentro de lo razonable, imponían la vigencia de los principios de
progresividad y preclusión procesales, conforme a los cuales, un proceso sólo podía
ser retrogradado a etapas anteriores cuando sus actos previos no hubieran sido
válidamente realizados, pero si no existían motivos de nulidad de los actos, la
progresividad tendiente a la sentencia es irreversible, los actos válidamente
realizados precluyen y no pueden ser repetidos.

De esta forma, la CSJN comenzó a esbozar la doctrina del "paralelogramo de 5/19 las
nulidades", según la cual, los procesos penales no pueden ser retrotraídos a etapas
anteriores cuando en su desarrollo se han respetado las "formas sustanciales del
juicio” y la anulación que obliga a repetir los actos ya cumplidos está fundada en
consideraciones rituales insuficientes, en la inobservancia de solemnidades desprovistas
de sentido; pero si se han violado aquellas "formas sustanciales del juicio" la
anulación deviene válida y también la consecuente retracción del proceso a etapas
anteriores con el fin de renovar los actos invalidados.

En este fallo la CSJN, también hace referencia a la posible violación del principio de
non bis in idem, ya que el proceso que está en condiciones de ser resuelto en
definitiva es, en lugar de ello, retrogradado a etapas anteriores, ampliando de esta
forma las fronteras tradicionales, que tanto la doctrina como la jurisprudencia le asignan
a este principio.
Fallo Furlan y familiares: el fallo se resuelve en la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
El caso se relaciona con la responsabilidad internacional del Estado por la falta de
respuesta oportuna por parte de las autoridades judiciales argentinas, quienes
incurrieron en una demora excesiva en la resolución de un proceso civil por daños y
perjuicios en contra del Estado, de cuya respuesta dependía el tratamiento médico de un
niño y, posteriormente, adulto con discapacidad.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró, por unanimidad, que el
Estado de Argentina es internacionalmente responsable por la violación en
perjuicio de Sebastián Furlan, por haber excedido el plazo razonable en el proceso
civil por daños, y el incumplimiento de la obligación de garantizar, sin discriminación,
el derecho de acceso a la justicia y el derecho a la integridad personal.

Hechos: Sebastián Furlan, en diciembre de 1988, con 14 años de edad, ingresó a un


predio cercano a su domicilio, propiedad del Ejército Argentino, con fines de
esparcimiento. El inmueble no contaba con ningún alambrado o cerco perimetral que
impidiera la entrada al mismo, hasta el punto que “era utilizado por niños para diversos
juegos, esparcimiento y práctica de deportes”. Una vez en el predio, el menor de edad
intentó colgarse de “un parante transversal o travesaño”, lo que llevó a que la pieza de
aproximadamente 45 o 50 kilogramos de peso cayera sobre él, golpeándole con
fuerza la cabeza y ocasionándole pérdida instantánea del conocimiento.

A raíz del accidente sufrido, su padre, Danilo Furlan, interpuso una demanda en el fuero
civil contra el Estado de Argentina, con el fin de reclamar una indemnización por los
daños y perjuicios derivados de la incapacidad resultante del accidente de su hijo. El 27
de febrero de 1996 el juzgado ordenó que se corriera traslado de la demanda al
“Ministerio de Defensa - Estado Mayor General del Ejército”.

Decisión de la corte: con relación al marco temporal del proceso bajo análisis, el
Tribunal observó que el lapso correspondiente a la etapa de ejecución de la sentencia
judicial con el fin de realizar efectivamente el cobro de la indemnización, en el caso
hace parte del proceso y debe tomarse en cuenta para analizar el plazo razonable. Por
tanto, el período que se analizó inició el 18 de diciembre de 1990 -día de la
interposición de la demanda- y concluyó el 12 de marzo de 2003 – día en que se
pagaron los bonos, es decir, 12 años y tres meses, aproximadamente.

La Corte aplicó el test de plazo razonable, para lo cual se valoraron los cuatro
elementos que la jurisprudencia ha establecido para determinar la razonabilidad del
plazo: a) complejidad del asunto; b) actividad procesal del interesado; c) conducta
de las autoridades judiciales, y d) afectación generada en la situación jurídica de la
persona involucrada en el proceso.

Una vez analizados los cuatro elementos para determinar la razonabilidad del plazo, la
Corte Interamericana concluyó que las autoridades judiciales a cargo del proceso
civil por daños y perjuicios y del cobro de la indemnización no actuaron con la
debida diligencia y el deber de celeridad que exigía la situación de vulnerabilidad
en la que se encontraba Sebastián Furlan, razón por la cual excedieron el plazo
razonable, lo cual vulneró el derecho a las garantías judiciales establecido en el artículo
8.1, en relación con los artículos 19 y 1.1, todos de la Convención Americana, en
perjuicio de Sebastián Claus Furlan.
Resumen de los fallos de non bis in ídem

Fallo Sandoval, David Andrés:

Hechos: el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Río Negro resolvió anular


parcialmente la sentencia y el correspondiente debate sólo con relación al enjuiciado
Sandoval, quien había sido absuelto del delito de homicidio agravado por
ensañamiento; ordenando el reenvío de la causa al tribunal de origen para que, con
distinta integración, dicte un nuevo pronunciamiento.

Como consecuencia de dicho fallo, la Cámara Segunda en lo Criminal desarrolló un


nuevo juicio al cabo del cual resolvió, en lo pertinente, condenar a Sandoval a la
pena de prisión perpetua, por considerarlo coautor del delito de homicidio calificado por
alevosía reiterado. En el mismo pronunciamiento se dispuso también la revocación de la
excarcelación. Contra dicho pronunciamiento, el condenado interpuso un recurso de
casación y el máximo tribunal provincial decidió rechazar la impugnación,
motivando ello la presentación del recurso extraordinario cuya denegación originó
una queja.

El apelante ha alegado la afectación del non bis in idem por haber sido sometido a
un segundo juicio por los mismos hechos por los cuales experimentó concretamente
el riesgo de condena en el juicio anterior, en el que había sido absuelto, a raíz del
recurso de casación articulado por la parte querellante que habilitó una nueva
posibilidad de condena finalmente materializada en la especie.

Decisión de la Corte: la Corte ha consagrado el principio general según el cual


aquellas decisiones cuya consecuencia sea que el imputado continúe sometido a
proceso, como las que declaran nulidades procesales, no revisten el carácter de
sentencia definitiva, ni el de un auto susceptible de ser equiparado a ella.

Sobre el particular no cabe soslayar que esta Corte ha dicho que tanto el principio de
progresividad como el de preclusión obstan a la posibilidad de retrogradación del
proceso "son aplicables en la medida en que, además de haberse observado las
formas esenciales del juicio, la nulidad declarada no sea consecuencia de una
conducta atribuible al procesado".

A su vez, en el mismo precedente se afirmó que el principio del non bis in idem "no
sólo veda la aplicación de una segunda pena por un mismo hecho penado, sino
también la exposición al riesgo de que ello ocurra mediante un nuevo sometimiento
a juicio de quien ya lo ha sufrido por el mismo hecho".

La razón fundamental que llevó al máximo tribunal local a anular el fallo absolutorio
dictado oportunamente respecto del apelante fincó en que ante la existencia de
peritajes discrepantes, multívocos, dispares, inciertos o contradictorios, el tribunal de
juicio habría incumplido con su deber de ordenar la producción de uno nuevo
tendiente a superar la incertidumbre sobre el asunto peritado.
Fallo Alvarado, Julio:

Hechos: se da la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Comodoro


Rivadavia que declaró la nulidad de todo lo actuado a partir de la denuncia
formulada por la Administración Nacional de la Seguridad Social y absolvió a
Alvarado en orden al delito de retención y omisión de depósito de aportes por el que
había sido imputado, el fiscal interpuso recurso extraordinario que fue concedido en
lo concerniente a la interpretación, alcance y aplicación del art. 18 de la Constitución
Nacional, y denegado en lo referente a la arbitrariedad alegada, lo cual dio origen a la
queja.

En el recurso extraordinario el fiscal tachó de arbitraria la decisión del a quo por


entender que se había apartado de las constancias de la causa y que había hecho
una errónea interpretación, que en la práctica resultaba derogatoria del art. 8° de la
ley 23.771. Entendió que la absolución no reconocía ningún fundamento legal al no
responder a los elementos obrantes en la causa y que era errónea la afirmación acerca
de la falta de información del monto adeudado por parte del organismo recaudador
que habría originado un estado de "confusión" del procesado, además de no ser ese el
objeto del proceso penal.

Decisión de la Corte: las observaciones de la doctrina en el sentido de que el


procedimiento de reenvío posee una "naturaleza" propia que lo distingue de ser
una mera re-edición del juicio. En efecto, tales caracteres propios sólo son indicados
con el fin de determinar las limitaciones de la actividad de las partes y del tribunal en el
juicio de reenvío. Mas en ningún caso se somete a contradicción el hecho de que
aquél constituye un nuevo juicio -o bien la renovación del juicio cuya sentencia
definitiva se sometió a impugnación- impuesto por la necesidad de sustituir por otra la
sentencia que el tribunal ad quem ha rescindido.

Por lo tanto, cualquiera sea la forma de reducir a conceptos al juicio de reenvío, lo cierto
es que -en casos como el presente-, para el imputado absuelto, aquél constituye un
nuevo juicio, básicamente idéntico al primero, en el que su honor y su libertad
vuelven a ponerse en riesgo. Ello es suficiente, pues, para que la garantía del non
bis in idem impida al Estado provocarlo.

El objeto del recurso -en tanto, por medio de él, el acusador público pretende
revocar la sentencia absolutoria dictada en autos y reenviar el caso a nuevo juicio-
no encuentra amparo a la luz del derecho federal vigente, más allá del acierto o el
error de los agravios de fondo que el apelante ha pretendido hacer valer contra el
pronunciamiento impugnado. Por lo tanto, no cabe más que esta Corte declare
inadmisibles el recurso extraordinario y la queja interpuestos. Por ello, oído el señor
Procurador General de la Nación, se declaran inadmisibles el recurso extraordinario
y la queja interpuestos.

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