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EL PALACIO DE BELLAS ARTES EN MEXICO

El recinto se levantó a un costado de la Alameda Central, en terrenos que desde 1601


había ocupado el convento de Santa Isabel, demolido en 1904. El proyecto se encargó
al arquitecto italiano Adamo Boari, quien tomó como modelo a superar la Gran Ópera
de París, de Tony Garnier. La primera piedra se colocó el 2 de abril de 1904, pero los
trabajos se interrumpieron nueve años después a causa del movimiento
revolucionario. En 1932 la construcción fue retomada a iniciativa del secretario de
Hacienda, Alberto J. Pani, asignándole nuevas funciones al recinto, ahora llamado
Palacio de Bellas Artes: promover y difundir el arte y la cultura en México. El
arquitecto Federico Mariscal fue encargado de concluir la obra.

PROGRAMA ARQUITECTONICO
Se diseñó y fabricó en su totalidad la estructura metálica de soporte, la cual se
cubrió de concreto y se revistió en su exterior con mármol importado de Carrara,
Italia. Sobre éste se esculpieron todos los elementos de sus fachadas.

La altura del edificio es de 52 metros hasta el espiral y 42,5 m hasta el techo. Cuenta
con 4 pisos y un estacionamiento subterráneo. Además de la Sala principal hay otros
espacios como la Sala Manuel M. Ponce, Sala Adamo Boari, una cafetería, una librería
y salas de exposiciones tanto temporales como permanentes.

FUNCION Y FORMA

Boari eligió el estilo artístico art noveau, surgido en Bélgica a fines del siglo XIX; de
acuerdo con éste, los elementos decorativos fueron diseñados con una delirante línea
ondulada inspirada en motivos naturales.
Al reanudar los trabajos de construcción en 1932, un nuevo estilo artístico dominaba:
el art deco. Influido por expresiones pictóricas modernas, este estilo se caracterizó
por la geometrización de las formas y por las líneas rectas.
MATERIALES TEXTURAS Y COLORES

El nuevo piso se recubrió con madera de color claro, que no corresponde con el estilo
en que fue diseñada originalmente la sala. Los palcos se hicieron pequeños
recubriendo sus paredes de mármol con madera de nogal, un elemento
completamente ajeno a la decoración histórica. También se cambiaron las puertas en
estilo Art Decó por puertas modernas. Tal intervención destruyó la arquitectura de
los palcos. Los balcones, los antepechos del primero, segundo y tercer piso, y los
palcos de honor fueron cubiertos en su totalidad con madera de nogal. Las grandes
puertas de acceso a la sala se retiraron y se pusieron en su lugar puertas modernas.
Muchos elementos decorativos Art Decó en las puertas y los balcones desaparecieron,
se retiraron o simplemente ya no son identificables.
Todos los elementos, incluyendo los estructurales, constituyen sobrios motivos
decorativos, con una fuerte tendencia a la verticalidad. La gran cúpula que cierra el
vestíbulo es un armazón de metal recubierto con nervaduras de cobre, laminillas de
ónix translúcido y cerámica.
Los muros, pisos y columnas se revistieron con mármoles mexicanos en varios
colores, combinados con ornamentos trabajados en diversos metales por la casa
Edgar Brandt de París, como los mascarones de Chac, el dios maya de la lluvia.
La escalinata arranca con dos luminarias en forma de fuentes, hechas en acero y
cristal esmerilado.
En la sala principal, el sorprendente telón está formado por una cortina de estructura
metálica que sostiene un enorme mosaico de vidrio opalescente. Más de un millón de
cristales de dos centímetros cuadrados dan forma a una panorámica del Valle de
México, inspirada en una obra de Gerardo Murillo.
ANALISIS ESTRUCTURAL

El Palacio de Bellas Artes tiene como antecedente inmediato al edificio que


albergaba al antiguo Teatro Nacional, considerado el más importante en su género en
la vida artística y cultural de nuestro país durante la segunda mitad del siglo xix.

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