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Por tanto, en este trabajo se quiere resaltar que el hombre es nueva creación de
Cristo, ya que todo aquel que hace una opción por Dios, no solo realiza un acto bueno
como todos los demás, sino que el mismo se hace bueno, hay un hecho pleno de
salvación, que es realizado en Cristo, en el todo se hace nuevo y se abandona el
hombre viejo, abriéndose a la vida en Cristo, que solo puede darse por medio de una
unión filial, que lleva a la persona a participar de la gracia, convirtiéndose en hombre
nuevo, porque solo Cristo puede trasformar la vida del hombre. Donde se quiere dejar
bien claro la importancia que tiene Cristo para la vida del hombre, ya que solo por
medio de Cristo se puede ser hombre nuevo.
CAPÍTULO I
1
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 13.
2
F. Ladaria, Introducción a la Antropología Teológica. 54
3
HOMBRE CREACIÓN DE DIOS
Israel como pueblo elegido, luego de haber ocupado la tierra prometida por Dios,
asume un estilo de vida agrícola, y fue necesario que reconociera a Dios como Señor
de la vegetación, de los tiempos y las estaciones, más aún de toda la naturaleza. En
el conflicto con las grandes potencias mesopotámicas, la reflexión sobre las
relaciones entre Dios y el mundo tuvo que ir progresando ulteriormente.
3
ALFARO, J. La gracia de Cristo y del cristianismo, 338.
4
EL HOMBRE NUEVO CREADO EN CRISTO
Hay que buscar un valor en la creación, digno del amor de la voluntad creadora,
se descubre el valor en la semejanza de toda la realidad finita con Dios, causa
ejemplar del mundo. Al aplicar el tema de la libertad en la creación a la semejanza
con Dios entendida como valor, se resolverán como no contradictorias las diversas
aporías que estaban implicadas en la intencionalidad creadora, es por eso que se
puede observar los diferentes modos diversos con que los distintos órdenes de seres
se asemejan a Dios.
4
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 57.
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HOMBRE CREACIÓN DE DIOS
puede concebirse como si comprometiera de una manera ciega, irrazonable, esto es,
sin tender a la actuación de un valor determinado. Pero en el concilio Vaticano I, el
cual trata de la cuestión del fin de la creación en oposición con una corriente de la
teología alemana del siglo XIX, que, bajo el influjo de la ética idealista, afirmaba
que Dios puede crear solamente tendiendo hacia la utilizad de la criatura como último
fin, que cualquier otra finalidad seria egoísmo, por ello indigna del creador.
CAPITULO II
2. El sentido de la muerte
El término de la vida terrena y el comienzo de una nueva fase en la existencia
personal, es un inevitable proceso bilógico de la vida, que provoca un horror
instintivo por parte del hombre, que la siente como algo contario a su ser. Por eso en
los pueblos primitivos la muerte se consideraba como algo que no debería tener lugar,
las diversas mitologías la explican como ocasionada por una equivocación, por un
sortilegio, por la infracción de un tabú. La muerte encuentra su expresión en los
diversos modos con que es personalizada: como un cazador o un pescador que se
apodera de su víctima por engaño o por pura crueldad5.
5
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica, 52.
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EL HOMBRE NUEVO CREADO EN CRISTO
con una notable carga afectiva, mientras que la muerte, como comienzo de una nueva
vida, es objeto de fe al que corresponde todo lo más una persuasión firme.
3. La inclinación al mal
En el AT en la narración del diluvio, observa por dos veces que el corazón de los
hombres esta inclinado continuamente al mal desde la niñez (Gen 6,5; 821). El
hombre encuentra dificultades al caminar en simplicidad delante de Dios, de una
manera espontánea e instintiva se ve inclinado a busca la satisfacción inmediata,
individual, terrena y temporal, interdependientemente de toda norma superior,
aborrece incondicionalmente la muerte, el dolor y cualquier limitación de su
bienestar.
Es así, que aun cuando quiere cumplir la voluntad de Dios, permanece este
instintivo, y no puede perseverar en alianza con Dios, sino a través de una lucha
continua. Todavía le resulta más difícil al hombre someterse a Dios sus más
profundas intenciones, esto es, la motivación de sus maneras de actuar. La Escritura
comprueba repetidas veces que esta índole psicológica en la manera de obrar del
mismo pueblo escogido, acusado con frecuencia de dureza de corazón.
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M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 46.
7
ALFARO, J. La gracia de Cristo y del cristianismo, 340.
8
EL HOMBRE ALIENADO POR EL PECADO
Ordinariamente, los teólogos intentaron integrar los dos modelos utilizados para
explicar la concupiscencia. También la teología escolástica, al menos en las
interpretaciones de los manuales, conoce una forma combinada, en done la
concupiscencia se describe como la insubordinación de las tendencias sensitivas
contra el dominio del mal.
4. La causa de la división
Partiendo de las diversas miserias humanas, abstractamente consideradas, no es
posible concluir con certeza que este o aquel mal sea necesariamente consecuencia
de algún pecado.
No hay duda que para Pablo, los hombres han caído bajo el reino del pecado de la
muerte y de la condenación, a causa de un pecado cometido por un hombre. pablo no
va hablar del nexo de descendencia física entre el primer pecador y los demás
hombres. Actualmente la teología católica no se considera como absurda la hipótesis
de que el pecado de Adán en el texto paulino no tenga más función que la de una
ejemplificación temática, o de un argumento en contra de la teología rabínica, que si
8
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 120.
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EL HOMBRE NUEVO CREADO EN CRISTO
Todos los pecados están unidos de alguna manera entres si, bien porque un pecado
provocado la imitación, bien porque suscita una reacción igualmente pecaminosa.
Además, los pecados particulares forman una especie de unidad, ya que todos los
pecadores se van empujando por un mismo espíritu a la brusquedad de su propio bien
individual y terreno, excluyendo toda norma superior. Por eso se habla del pecado
del mundo, que sería como una fuerza que reina, el cual inclina a los hombres a
multiplicar los pecados y que les impide construir una verdadera existencia humana,
por eso que el pecado del mundo es precisamente el mal que Jesucristo ha venido a
quitar (Jn1,29).
La realidad del cambio introducido por el pecado en la humanidad exige que haya
existido en el hombre una perfección, que se perdió luego, pero puede pensarse que
esta perfección existía solamente de una manera virtual, y que por consiguiente no
podía comprobarse fenomenológicamente, se habla de una perfección, no se quiere
decir que dicha perfección no esté presente, pero que es posible y necesariamente
futura.
9
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 126.
10
EL HOMBRE ALIENADO POR EL PECADO
6. Ausencia de la gracia
La Iglesia enseña que toda la división del hombre, solamente resulta comprensible
cuando se admite que su causa es el pecado humano, es mucho más necesaria la
actuación de este origen pecaminoso, en relación con la usencia de la gracia. Por eso
la predicación de la Iglesia la descripción de la muerte espiritual, en la que nacen
todos los hombres, esta inserta de modo más explicito aun que los demás aspectos
de la condición humana actual, en el esquema histórico y comunitario de la relación
de todos los hombres con Adán, primer pecador. Por eso la Iglesia enseña que el
pecado original resulta ininteligible, en efecto el recurso al pecado personal de Adán
tiene una doble función, etiológica y axiológica.
La afirmación de que el hombre no puede evitar por largo tiempo los pecados
personales lleva consigo una compleja problemática, un pecado es posible solamente
cuando un sujeto es libre para cometerlo, es un acto que por coacción externa o por
necesidad interna, resulta inevitable, puede estar materialmente en disconformidad
con la ley, pero no puede ser eso que la Iglesia llama pecado, esto es una acción en
contra de las exigencias de la propia conciencia, una ruptura de las relaciones
amigables y filiales con Dios10.
El acto libre, con el que uno escoge semejante norma, difiere por tanto de cada
una de las elecciones particulares.11 Efectivamente, la opción no se dirige solamente
a un bien particular, sino que el hombre a través de ella finaliza toda su propia vida
según la norma escogida y construye de esta manera su propia personalidad moral.
Para expresar la diferencia entre los actos particulares y el acto con que el hombre
escoge para si su última norma y fin, llamamos a este último acto opción fundamental
y a las demás elecciones particulares.
10
M. GUERRA, Dios y el hombre, 507.
11
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 139.
CAPITULO III
La opción por Dios, el hombre está orientado hacia el cumplimiento de todos los
preceptos divinos, sin embargo, el hombre con plena deliberación realiza un acto que
el mismo sabe que está en oposición con la opción fundamental por Dios, con ese
acto se suprime dicha opción12.
El hombre es invitado por Dios para que reconozca a Dios como «su Dios», no
solo con el entendimiento, sino con el afecto, más aun, con toda la orientación de su
vida. El único dialogo posible entre Dios y el hombre es aquel en que el hombre se
va confiando progresivamente al amor de Dios y con fe viva lo acepta como su único
y verdadero salvador. Esto puede llegar a ser posible cuando el hombre percibe los
signos auténticos, porque Dios se le manifiesta no solamente como sumo bien, sino
como aquel que se preocupa de su salvación13.
12
M. GUERRA, Dios y el hombre, 512.
13
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 218..
12
EL HOMBRE NUEVO CREADO EN CRISTO
privación de esa gracia que eleva el entendimiento y la efectividad del hombre para
conocer y amar a Dios como a su propio Dios y salvador. La división que se
introdujo en el hombre por el pecado no es únicamente un elemento marginal en la
antropología teológica, es un hecho de tal importancia que no puede olvidarse sin
falsificar la descripción del fenómeno humano. En efecto el hombre ha sido creado
por Dios y ha sido creado a imagen de Dios en Cristo.
Una vez unido a Cristo, el hombre se convierte en Cristo en una nueva criatura.
Reflexionado sobre esta novedad, distinguiremos las nuevas relaciones que el
hombre adquiere con las tres divinas personas, y descubriremos el fundamento de las
mismas en una novedad, no solamente jurídica, sino también ontológica, del propio
sujeto.
14 14
M. GUERRA, Dios y el hombre, 514.
13
CRISTO LO HACE NUEVO AL HOMBRE
Según San Juan, la unión de Cristo es necesaria para la salvación: Cristo es,
efectivamente, la única puerta para las ovejas, él es el camino, la verdad, la vida (Jn
14,6). La unión con Jesús se realiza por el hecho de que, cuando uno lo sigue se
convierte en discípulo suyo. Es Cristo el que da a cada uno la vida eterna. La vida
que Cristo da, se obtiene porque los discípulos permanecen en Cristo y Cristo
permanece en los discípulos.
4. Participación de la gracia
La gracia no es en primer lugar una fuerza o una ayuda, sobre todo no hay que
pensar en ella como una cosa, ni hablar de ella como de una realidad abstracta e
impersonal. La gracia es aquella inefable comunión, que nos hace participes del
ministerio, de la obra del premio de Cristo y sobre todo de su vida y de su amor, de
su sacrificio y de su oración15.
15
P. LÓPEZ, Antropología Teológica, 12.
14
EL HOMBRE NUEVO CREADO EN CRISTO
16
M. GUERRA, Dios y el hombre, 523.
17
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 189.
15
CRISTO LO HACE NUEVO AL HOMBRE
Según el Nuevo Testamento, el hombre en Cristo tiene una nueva vida, v por eso
se distingue del hombre separado de Cristo, del hombre «animal» o «psíquico» (1
Cor 2,14-15). Si Dios no produjese un principio real de vida, entonces ese nuevo
comportamiento o no supondría una vida verdaderamente nueva o ro consistiría en
actos vitales del mismo hombre; por otra parte, si ese principio vital no fuese una
entidad permanente, el hombre no recibiría una nueva vida, sino que solamente se
vería movido a realizar ciertos actos18.
18
M. FLICK, Z. ALSZEGHY, Antropología Teológica. 157.
CONCLUSIÓN
Que el hombre ha sido creado por Cristo, en Cristo y hacia Cristo, que Dios
siempre ha querido establecer una relación con el hombre, como lo podemos
observar en el AT, por medio de las alianzas que realiza Dios con su pueblo, un
pueblo que se aleja de él, pero que Dios siempre le ofrece su cercanía. Para el
cristiano la creación recuerda que todo fue creado por Dios y están ordenadas a él,
por eso hay que tener una confianza plena.
Pero el hombre se inclina al mal, y como consecuencia la muerte, pero aquel que
está alejado de Dios la muerte es aterradora, pero para el cristiano, es el final de la
vida terrena, como comienzo de una nueva vida. El hombre ha caído bajo el reino
del pecado y de la muerte, como de la condenación, a causa de los pecados
cometidos, ya que los pecados están unidos entre sí.
Del cambio introducido por el pecado en la humanidad exige que haya exigido en
el hombre una perfección, la cual se perdió, por eso la división del hombre es la
incapacidad para cumplir la voluntad de Dios. Por eso que la santidad y la justicia
implica la posesión de la gracia santificante, la cual deriva de Cristo.
Cuando el hombre opta por Dios, no solamente realiza un acto bueno como todos
los demás, sino que el mismo se hace bueno, en esta opción el hombre está orientado
al cumplimiento de todos los preceptos buenos. El que es imagen de Dios, invisible
es también el hombre perfecto. El que se une a Cristo, el hombre se convierte en
Cristo en una nueva criatura. El hombre bajo el signo de Cristo, se considera ante
toda la plena realización terrena de la nueva criatura.
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 1
CONCLUSIÓN ................................................................................................................ 16
BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................. 17
Instituto de Teología
Guatemala, C.A.
Trabajo Practico