You are on page 1of 5

Cómo se escucha un concierto

Author(s): JORDI MALUQUER, LUIS SUÑÉN, JAUME RADIGALES and MONTSERRAT


ALBET
Source: El Ciervo, Año 46, No. 556/557 (julio-agosto 1997), pp. 4-7
Published by: El Ciervo 96, S.A.
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/40821669
Accessed: 26-09-2018 03:46 UTC

JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and
facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at
https://about.jstor.org/terms

El Ciervo 96, S.A. is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to El
Ciervo

This content downloaded from 190.15.17.5 on Wed, 26 Sep 2018 03:46:59 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
TI^ASFONDO

Cómo se escucha un concierto

(D
C
^>

o
Q.

>

c
o

I
lu

¿Qué hacemos al escuchar un concierto? ¿Nos ponemos a analizar lo que


estamos oyendo, recordamos la tarde de verano en que lo escuchamos por
primera vez, nos dejamos arrastrar por la música? Nuestros críticos musi-
cales nos cuentan qué hacen ellos y nos dan alguna pista a nosotros.

Desde el silencio interior


JORDI MALUQUER ver cómo se va llenando la sala. Si el con- expresiva. No hay que obsesionarse en
Crítico musical cierto es de orquesta, ver cómo los músi- seguir los gestos de un director aparatoso
cos se esparcen en el escenario hasta -acostumbra a ser una molestia-, sino
que siempre ha dado mejores re-
encontrar su sitio en tan peculiar colmena. fijarnos en el resultado sonoro, en la
sultados a quien suscribe es tomarse
Hay que mirar el programa, saber lo quemúsica que nos llega.
muy seriamente el hecho de escuchar
se va a escuchar, documentarse un poco. Es útil ser consciente de que el hecho
música. Y hablo, en general, de todos Poner los atención en el matiz, por ejemplo si musical se produce en tres planos distin-
géneros, siempre que sean abordados con se trata de un Berlioz tocado por unatos: el del compositor que ha sabido cap-
buen propósito y con profesionalidad: orquesta rusa -es distinto- o de untar la belleza preexistente, modificándola
desde la música clásica hasta las canciones Mozart o un Beethoven interpretadoscon su modo de hacer y su capacidad de
de Rosario Flores. desde una óptica vienesa, en la que la gra- cifrarla; el del buen intérprete que sabe
Para la música en directo es bueno cia hay que encontrarla en la linealidad de descifrar el enigma y consigue el frescor de
llegar con tiempo al concierto. Sentarse,la forma más que en la profundidad una recreación; finalmente, aparte de las

4 El Ciervo

This content downloaded from 190.15.17.5 on Wed, 26 Sep 2018 03:46:59 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Escuchar un concierto TRASFONDO

condiciones acústicas o visuales del lugar sonoros que la integran. Sin embargo no es urbano en las ventanas y el anuncio neu-
en donde la música se celebra, la capacidad frecuente el hecho. Suele más bien ocurrir
tro, sobrepuesto, "la próxima estación,
de absorción por parte nuestra. Todo esto que se nos capta la atención en ciertos San Adrián del Besos...".
considerado, es bueno, unos instantes momentos y en el resto, la música se con- Y para oír la música en casa, en cade-
antes del comienzo del concierto, olvidar- vierte en un fondo agradable sobre el que na de más o menos alta fidelidad, a través
transitan imágenes, recuerdos, preocupa- de la radio o de un CD, ya no hay receta.
se de ello y lograr un poco de silencio inte-
rior, intentando sacar el polvo de un vacíociones que emergen de nuestra mente enCorresponde a las reglas de la intimidad
en donde puede acomodarse una de las un momento de relajación. de cada uno escoger el momento, la com-
artes más sublimes. La música de cámara, en un local pañía y la butaca. No recomendaría simul-
Aparte de esas consideraciones gene- pequeño o en pétit comité :, es la que consi-tanear con la lectura de un libro porque no
rales, hay que añadir que es un privilegio gue captar más nuestra atención. No obs- aconsejo la música -que es un impacto, un
de ciertos intérpretes -o de ciertos tante, no hay reglas. Recuerdo aún condiscurso, un mensaje- como rumor de
momentos- agarrar nuestra atención y emoción un primer tiempo de la Heroicafondo. Nos habitúa a un nivel de superfi-
conducirla del principio al final de una oído desde los altavoces de un tren de cer- cialidad. Produce efecto vacuna. Inmuniza
pieza y hacerla seguir los diversos paisajes canías, sin ninguna reverencia, con paisajeluego para las profundidades. □

Libres y abiertos a las emociones


LUIS SUÑÉN aflojan. Pulseras sonantes, taconeos del propia de quienes hace años con-
actitud
CRITICO MUSICAL que se va antes de tiempo, cambios testaron
de en una encuesta que los dos
directores
impresiones sobre el tiempo o el escote de ideales para la Orquesta
la soprano, convierten muchas veces
verdad es que la cuestión se desdobla Nacional
la de España eran Von Karajan y
sala -no siempre, todo hay que decirlo,
en tres, pues una cosa es cómo se debe Zubin Metha -de quien, por cierto, Ana
escuchar un concierto, otra cómo no se cuando la cosa es muy buena la gente,
pues García Obregón afirmó también en su día
debe escuchar y otra, simplemente, cómo
curiosamente, se está quietecita- en caja
que de
era "el mejor director de orquesta del
resonancia de un inquietante runrún
lo escucha cada cual. A la primera pregun- mundo".
que Creo que me explico.
ta se contestaría del mismo modo que abona
al el presentimiento de que se estáComo en cualquier arte, en la inter-
porqué de la colocación en la mesacociendo
del algo. Todo se resuelve cuando
pretación musical se llega, por la suma
tenedor a la izquierda y el cuchillo justo
a la en el preciso instante en el que un
acertada de unas cuantas premisas, a dos
derecha, es decir, apelando al sentido claves
tremendo calderón da final a la pieza, el elementales: la técnica y la emo-
común. En silencio, sin moverse demasia-
mismo que habló con su señora, desenro-
ción. La primera otorga su pertinencia a la
do en la butaca y procurando no llevarlló el el papel del caramelo, tiró el programa
forma, la segunda es el resultado de esta.
ritmo con la cabeza de manera ostensible. Quiere decirse que, pues hablamos de
y tosió en el adagio molto lanza un bravo
Poco más puede decirse, pues el fondo de energuménico y se pone en pie batiendo interpretación, una buena técnica resulta
la cuestión -la relación de lo que se escu-
palmas con gran aparato. fundamental para transmitir adecuada-
cha con lo que cada uno tiene dentro de Para responder a la tercera cuestión
mente la idea del compositor -vía el crite-
sí- procurará responderse más adelante. ha de comenzarse por la negación de rioun
del director de orquesta o del cuarteto
Un concierto no debe escucharse de cuerda o del solista de piano de que se
tópico: a un concierto no se va a relajarse
como se hace frecuentemente en Madrid, trate en cada momento- y hacernos llegar
tras una dura jornada laboral, sino a traba-
donde resido, quizá la ciudad de Europa jar de una forma distinta. El resultado esade
idea sin que debamos distraernos por
donde el público es menos respetuosoun conconcierto, su aprovechamiento desafinaciones
o su o entradas a destiempo. El
el intérprete y consigo mismo. La tosinutilidad,
es, son fruto de una suma oyente
de no tiene por qué saber solfa, ni
en la capital del Reino, un terrible malesfuerzos,
cró- el primero de los cuales preocuparse
es la demasiado por las modula-
nico entre los filarmónicos, y a fe que concentración.
no ciones, los sostenidos o los bemoles, en la
No se puede ir a escuchar
lo disimulan. Las pausas entre movimien- música ni muerto de sueño, ni doblado seguridad de que cuando una cosa suena
to y movimiento resultan cataclismáticas por y el cansancio, ni pensando en que mal se nota, y a base de constancia -lo
nos
los pianos y pianísimos con frecuencia vence el pagaré. Tampoco conviene que digolopor los más jóvenes- distinguirá
llevemos oído de casa y empecemos
inaudibles, por mor de quien considera muyabien lo bueno de lo que no lo es. Si
que el silencio o sus aledaños es el comparaciones. Un concierto además
hacer es un se preocupa de estudiar por su
momento idóneo para expectorar, pues actoallí cuenta
vivo y un disco no, en un concierto la y acaba por no perderse demasiado
no hay nada que oír. Contra la tos se perfección
lucha del detalle difícilmente iguala
en unaa partitura, pues miel sobre hojuelas.
la de esa grabación sin mácula que ha No
con el caramelo mentolado, lo que agrava se preocupe tampoco de que a él le
sido
corregida infinitas veces hasta conseguir
el asunto, pues en lugar de traerlo desen- haya gustado algo que la crítica o esa cáte-
vuelto de casa el público de Madrid que lotodo esté en su sitio. Por la mismadra que se reúne en la puerta al salir -en la
razón, y tras el honrado esfuerzo de
extrae del celofán con gran aparato acústi- una hay mucho dogmático- ha puesto
música
orquesta
co y, tras introducirlo en la boca, hace una y un director medianosapero caldo. Cómprese un buen disco con esa
bolita con el envoltorio, lo que duplica la
pundonorosos y que no lo han hecho obra
maly disfrútela, y acabará sabiendo
duración del ruido parásito. También delestodo, no es bueno que lleguemos dondeafalló él, pero -todos hemos tenido
corriente en el Auditorio Nacional que nuestro
los domicilio, pongamos el disco esa experiencia
y que suele pertenecer al
digamos que así, y no como esos piernas,
programas de mano caigan al suelo, pues, lado menos confesable de nuestra afición-
es como
al dormirse su portador, los músculos se se hacen las cosas. Se trata de una jamas olvidará aquel concierto vergon-

El Ciervo 5

This content downloaded from 190.15.17.5 on Wed, 26 Sep 2018 03:46:59 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
TRASFONDO Escuchar un concierto

zante en el que fue feliz, pues descubrió en música hay cosas decididamente malas, arte muy concreto que llega hacia él sin que
seguramente una música que le acompaña- y otras presuntamente estupendas que pue- él lo sepa, cambiará su vida y, a partir de
rá siempre. den no gustarnos nada. Uno es muy dueño ahí, será el déspota ilustrado de sí mismo.
Algo importante a tener en cuenta de que le aburra hasta la exasperación, no Resumen de la cuestión o cuestiones.
antes, durante y después de un concierto es sé, Sigfried por ejemplo, y pasarlo estu- Vayamos al concierto con la libertad más
que no toda la música es de buena calidad. pendamente con el Capricho español de absoluta. Dispuestos a pensar un poco, a
La música ha generado una suerte de opi- Rimski. Podremos decirle que está en un calibrar las cualidades de una orquesta, la
nión generalizada de que todo -menos lo lamentable error, pero también en su dere- inteligencia de un director y abiertos a
contemporáneo, no faltaría más- es estu- cho a disfrutar del mismo. Si no tiene todas las emociones. Y ese de la emoción
pendo. Y no es verdad. ¿A quién puede remedio, no se preocupe. Si es primerizo,
me parece el baremo más seguro, llámese
gustarle lo mismo la Sinfonía española de piense en que llegará el momento en que,esa emoción alegría o consuelo, exaltación
Lalo que la Heroica de Beethoven? Es más, como al joven poeta de Rilke, el arte, ounmelancolía. □

Educación y conocimiento de causa


JAUME RADIGALES moniales críticos: un enojado marido, paramurmullos. En todos esos casos el más
CRITICO MUSICAL mostrar su rabieta ante la mujer que le desamparado es el artista que se encuentra
había supuestamente "arrastrado" obliga- encima del escenario, que estará de acuer-
largo de distintas temporadas con- damente al Palau un domingo por lado en que el calor del público es necesario,
certísticas en el Palau de la Música mañana, abrió espectacularmente el perió-pero no sus manifestaciones tan antimusi-
dico -suplemento y CD-ROM de regalocales.
-por poner un ejemplo local pero alta-
mente representativo- uno se ha acostum-incluido-, más que nada para llamar la Y es que una cosa es el cómo se va a
atención; mientras la obertura de La flau-un concierto y otra el cómo debería irse.
brado a ver de todo. Ha habido espectacu-
lares desmayos: mientras Lorin Maazel ta mágica seguía su curso. Pero para ello no hay más que un modo: el
desgranaba los misterios del segundo Todo ello por no hablar de las yade la educación y el respeto. Muchas veces
tiempo de la Heroica beethoveniana, el
entrañables y pintorescas notas añadidas ala obra o la interpretación que se hace de
las habituales en cualquier partitura: losella puede no gustar, e incluso aburrir. El
lateral del primer piso vivió una acrobáti-
ca experiencia: la de levantar a toda traviesos
una deditos que despojan suculentos recurso de mirar al techo puede mantener-
estrecha primera fila para evacuar acaramelitos
un de su arrugado celofán. Parecese hasta que la torticolis se hace patente, o
buen hombre que, asfixiado por el calor,-y lacreo que lo hacen adrede- como si los hasta que no hay más techo que mirar.
corbata y la fúnebre marcha del pasaje golosos
sin- seres que realizan tan productiva También se recurre a la opción de leer todo
fónico, había sufrido una lipotimia. El actividad
res- esperasen momentos cumbre de lo que dé de sí el programa, inclusive sus
petable se las tuvo para localizar ala un obra que se interpreta en aquel momen-anuncios de yogures y otras lindezas. Pero
médico, sacar en estado inconsciente to.alLos momentos preferidos son los pasa-de ahí a abrir el periódico media un trecho.
desmayado y volver a sentarse como jes si
en piano o pianísimo de los andantes y La valoración justa que se pueda
nada. Y todo ello con el más absoluto adagios. Es entonces cuando, en medio de hacer de la interpretación de una obra
un inspirado discurso melódico, surge elmusical estriba en el conocimiento que se
silencio, aunque el primer piso del audito-
rio modernista pareció sucumbir crepitar a los del papelito. La intención se anto- tenga de la obra. Pocos son ya los que van
encantos de la "ola" propia de un estadio
ja noble y solidaria, ya que la lentitud con la partitura bajo el brazo, y algunos de
deportivo. Por unos momentos, el foco de
desenvolvente es un hecho, para desespe- los que la llevan ni leen correctamente ni
atención se centró en los espectadores ración de hipertensos y neuróticos quedisfrutan de la interpretación. Pero no es
convertidos en voluntarios de la Cruz responden con un "¡shhhht!" al que se lo mismo valorar que criticar. El excesivo
Roja para solaz del público de platea,
añade otro "¡shhhht!" para acallar a loscriticismo puede ahogar el placer de la
mientras que Maazel era olímpicamente
primeros que han querido acallar al pro-audición, ya que los oídos excesivamente
ignorado. También ha habido vómitos: en
pietario de la golosina. Y así sucesivamen-metronímicos llegan a cortar con bisturí la
un palco de platea a una buena señora le una polifónica progresión aritméticamisma obra, a menudo reducida a despo-
te, en
sentó mal el minibocadillo servido en el que suele durar poco pero que puede lle- jos. Por ello muchos de mis compañeros
entreacto en el bar del mismo Palau, con gar a arruinar el goce de la pieza que secríticos optan por una actitud distante,
lo que en medio de un nocturno de escuche. con cara de palo a lo Buster Keaton y con
Chopin la recatada dama soltó sus jugosos Otro efecto sonoro añadido a la par- discretos e insonorizados aplausos. ¿Falsa
líquidos gástricos. Pero lo curioso del casotitura es el grupo de los/las que sufrenrepresión o exceso de celo ante miradas
fue que, lejos de alterar la concentración bronquitis y resfriados varios. Normal-que creen puestas sobre ellos para compar-
entusiasta de sus compañeros de palco mente la educación llega hasta los lapsustir el juicio de la "vaca sagrada" que repre-
de silencio que transcurren entre tiempo ysenta todo crítico? De todo un poco, aña-
ante la interpretación del solista, el vómito
fue seguido por una actitud calmosa tiempo e de un concierto, una sinfonía o undiendo a ello una actitud de estar "más allá
indiferente. Los restos alimenticios queda- recital de lied en los que no se aplaudedel bien y del mal". Pero de crítica y críti-
ron esparcidos por el suelo hasta la mediapero en los que la tos se presenta, a menu- cos se podría hablar en un número especial
parte, cuando el serrín cubrió tan desagra-do de forma canónica. Y a ella se -respondede El Ciervo, de modo que hay que dejar-
dable circunstancia. con nuevos "¡shhhht!" y murmulloslos(nos) a un lado. Quien no vaya a un
Escatologías y desmayos aparte, sevarios de desaprobación con más concierto a disfrutar que se quede en su
han podido ver igualmente estados matri-"¡shhhht!" que desaprueban los dichos
casa oyendo discos -meros retratos sono-

6 El Ciervo

This content downloaded from 190.15.17.5 on Wed, 26 Sep 2018 03:46:59 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms
Escuchar un concierto TRASFONDO

ros-. Claro está que no es lo mismo escu- gran parte de culpa la tienen los románti- tica hace milagros como dejarnos oír un
char una sutil obra de cámara que una cos y muy especialmente el bueno de dúo entre Pau Casals y Sarah Chang o
espectacular página sinfónica. Y que de la Mendelssohn cuando reestreno a bombo entre María Callas y Plácido Domingo.
ópera al concierto media un abismo. Pero y platillo la Pasión según san Mateo deLas grabaciones suelen ser perfectas, pero
la predisposición debe ser la misma. Johann Sebastian Bach. las versiones en directo nunca lo son.
Tampoco hay que ir a escuchar siem- Ni que decir tiene que los discófilos En definitiva, no hay una forma pre-
pre el mismo repertorio. Sería demasiado se lo pasan realmente mal en un concierto cisa de asistir a un concierto, ya que ir a un
tentador centrarse solamente en el barro- cuando rememoran las legendarias graba-evento musical no tiene por qué ser nada
co y el clasicismo e ignorar por sistema la ciones -siempre en estudio- de unexcepcional. La música debe formar parte
Escuela de Viena. Claro que contra gustos Karajan, un Giulini o un Erich Kleiber. Elde nuestras vidas como algo natural. Y
no hay nada escrito. Pero la música de disco conlleva trampa y esto hay que ante la vida hay que actuar con educación
nuestro siglo es la gran desconocida, y saberlo, sobre todo ahora que la informá-y conocimiento de causa. □

La música se nos lleva en su movimiento


MONTSERRAT ALBET
MUSICÓLOGA

de no dejarme llevar por mis pro-


pios sentimientos y sensaciones y de
que sea la obra de arte en sí misma, algo
acabado, la que me recree.
Lo ideal sería que la música nos ayu-
dara a profundizar en nosotros mismos, y
más si hemos perdido el equilibrio o se ha
entrado en un estado de apatía o talante
negativo. La música no es nunca estática,
nos enseña una dirección, se nos lleva en
su movimiento, que es lo más parecido al
movimiento de la vida.
Todo ello sucede cuando escucha-
mos la gran música, lo que bastantes
veces no ocurre en los conciertos, sea por
una programación desacertada o por unos
intérpretes mediocres. Mucha gente va a
oir las obras que conoce, lo que desde
luego no es equivocado, porque facilita la
profundización de una música ya fami-
liar.
Cada persona tiene un tipo de músi-
ca que le ayuda a ser ella misma. Esto
experimenta cambios y evoluciones según
la edad e incluso según los momentos; la
música forma parte de nuestra vida y nos
hace el mundo más comprensible.
A mí me pasa con Johann Sebastian
Bach. Desde ios cinco años hasta hoy es C
O

mi máxima afinidad, lo que no significa


"cã

que siempre me emocione más que otras R


músicas, pero sí es algo como una adicción o
{/)

que puedo dejar pero con esfuerzo. Es ">


tn
(j)

como encontrarme en casa, no dentro de (O

mí misma, sino donde quiero ir. Todo arte CO

es sagrado o no es.
No en todas las obras de Bach me
sucede así. Destaco El clave bien templa- Lo importante es que la música nos preparación técnica ni con un oído perfec-
do^ las Variaciones Goldberg y su última
conecte con el circuito de la emoción. to, o con una memoria musical precisa. En
obra, El arte de la fuga. Todo el mundoDebe evocarnos algo profundo y no sólo este aspecto el concierto es un lugar sin-
tendría que buscar su modelo musicalencontrarla
y agradable y apta para nuestras
gularmente apto para experimentar y res-
creo que todos lo podrían encontrar por-
asociaciones personales. ponder a la música de un modo personal y
que el campo es inmenso. Eso no tiene nada que ver con una profundo. □

El Ciervo 7

This content downloaded from 190.15.17.5 on Wed, 26 Sep 2018 03:46:59 UTC
All use subject to https://about.jstor.org/terms

You might also like