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Introducción.
Fruta: fruto comestible de plantas cultivadas, que para su consumo no necesitan ser
transformados.
Fruticultura: es la ciencia que se ocupa del estudio de los frutales y de los cuidados
necesarios, considerando a los frutales como especies perennes. La perennidad va casi
siempre unida a portes arbóreos.
El árbol frutal.
Está constituido por dos individuos asociados mediante la técnica conocida como injerto y
son PATRÓN o PORTAINJERTO y VARIEDAD o INJERTO.
Estos dos individuos se unen generalmente por una zona por encima del suelo llamada
cuello.
A veces se constituye un frutal con tres maderas, haciendo un puente entre el patrón y
variedad, llamado intermediario. Su función es la de unir al patrón y a la variedad debido a
que entre ambos existe un rechazo. Su uso es cada vez menor, ya que cada vez es mayor
la viabilidad entre patrón y variedad.
Juvenilidad: se extiende durante largos años. Es el período por el que atraviesan las
especies frutales procedentes de semilla y durante el cual no produce flores, y por tanto no
producen frutos, es decir, es la época infértil del frutal. El período juvenil se elimina utilizando
tejido adulto y propagándolo vegetativamente (acodo, injerto, estaquillado).
Alternancia: alternan sus producciones, es decir, una año producen poco y otro mucho, por
lo tanto esto no compensa porque hace que la rentabilidad sea mayor unos años y menor
otros. Las causas suelen ser hormonales y nutricionales.
Periodicidad cíclica: el ciclo anual se repite un año tras otro, presentando una clara
estabilidad.
Investigación: las técnicas son menos sofisticadas que en otros cultivos. La investigación
es mucho más lenta ya que se trata de especies que su vida no es anual y se necesita de
muchos años para poder completar el estudio de cualquier árbol frutal. También existe otro
inconveniente, que es el espacio; se necesita de mucho espacio para poder investigar, ya
que son plantas de gran tamaño.
Improductiva
Entrada en producción
Plena producción
Envejecimiento
Muerte
Improductiva: tiempo que transcurre desde que se planta hasta que transcurre la primera
cosecha. Dura entre 2-7 años. Crece intensamente, pero no florece. Es un término distinto
a la juvenilidad ya que se trata de plantas reproducidas vegetativamente.
Muerte: se produce la muerte del árbol. En la mayoría de las plantaciones esta fase no
se produce, ya que se arrancan los árboles antes de que se produzca su muerte.
Las tendencias actuales son las de obtener plena producción cuanto antes a fin de amortizar
lo más pronto posible la plantación.
CONCLUSIONES:
El período improductivo debe ser lo más breve posible, para ello se utilizan patrones y
variedades de rápida evolución.
Alcanzar lo antes posible la plena producción y asegurarnos de que ésta sea estable y de
larga duración.
El concepto de que la vida productiva sea muy larga hay que sustituirla por la que hay que
amortizarlo lo antes posible.
Las necesidades de mercado son muy exigentes, puesto que la competitividad es cada vez
mayor. Por eso la tendencia es a producir una fruta de mas calidad
Está constituido por el conjunto de todas las raíces del árbol, no realiza fotosíntesis y carece
de yemas, hojas, nudos y entrenudos. Es la adaptación del cormo a la vida subterránea. Su
morfología es diferente a la parte aérea.
La raíz primaria se origina a partir de la radícula del embrión y presenta geotropismo positivo.
Basal: no tiene pelos radicales. Por aquí se ramifica la raíz. Su función es la de conducir
agua y nutrientes.
Absorción de nutrientes.
Conducción de nutrientes.
El agua y los minerales se absorben por los pelos radicales y se transportan vía xilema a la
parte aérea del árbol. La fuerza de transpiración crea un gradiente de energía y la capilaridad
del xilema crean la absorción de agua y sustancias minerales. El árbol segrega sustancias
para formar complejos que puedan ser absorbidos con mayor facilidad.
En la raíz se sintetizan muchas sustancias importantes para la fisiología del árbol como
giberelinas, citoquininas y auxinas.
En frutales de hoja caduca y perennifolios hay fases del ciclo anual que el árbol sintetiza
más sustancias de las que gasta y por tanto las acumula en el tronco, ramas y raíces.
Es muy importante, ya que las raíces fijan el árbol al suelo. Los patrones francos procedentes
de semilla presentan mejor anclaje que los clonales (propagación vegetativa). Es de especial
importancia cuando se trate de zonas con mucho viento.
Otras funciones.
Se utiliza para la propagación vegetativa del frutal mediante sierpes (brotes de la raíz).
Tipos de raíces.
Según su origen.
Según su distribución.
Según su longitud.
Según su origen:
Raíces principales: son las raíces primarias, ramificaciones naturales con origen en la radícula
del embrión (semilla).
Raíces adventicias: son las raíces que tienen su origen en cualquier tejido adulto, hojas, tallo,...
luego no proceden de la radícula del embrión. Esto da lugar al estaquillado, acodo, etc.
Según su distribución:
Raíces verticales: exploran suelos más profundos (2-10 m). Acceden a zonas más áridas.
Extraen agua de horizontes más profundos. Permiten mejor anclaje al árbol.
Raíces de esqueleto: son largas y gruesas. Son de 1,2,3 orden y de vida muy larga. Conducen
agua y nutrientes.
Raíces fibrosas: delgadas, cortas. Son a partir del 4º orden. Tienen pelos radicales. Se pueden
dividir en:
Raíces absorbentes.
Raíces conductoras.
A - Crecimiento.
Temperatura del suelo: existe una temperatura máxima y mínima por encima o por debajo
de la cual no ocurre crecimiento de la raíz. Estas temperaturas dependen de la especie,
edad del árbol. Por debajo de 5-6 ºC y por encima de 30-40 ºC el crecimiento de detiene.
B- Distribución de la raíz.
Profundidad: el 85% del sistema radicular activo está entre los 10 primeros cm hasta los
90 cm. En los primeros 10 cm no aparecen raíces porque las temperaturas son más altas,
humedad, son más duras. En superficies rústicas pueden pasar los 3 m de profundidad.
Sistema aéreo.
- sistema radical
- esqueleto - cuello
- ramas
- parte aérea
- ramos
- copa - brotes
Partes de la copa:
Brote: crecimiento vegetativo del año. Se produce a partir de una yema vegetativa. Es el
vástago. Cuando se lignifica se convierte en ramo. Crece en longitud y a medida que crece
aparecen nudos y entrenudos.
- Funciones mecánicas
- Funciones fisiológicas
Almacén de reserva.
Yema.
Tipos:
Y. Estipulares o de reemplazo: son una especie de seguridad ya que si muere la yema lateral
éstas las reemplaza. Se encuentran a la derecha e izquierda de cada uno de los laterales.
Y. Anticipadas: son las que por algún accidente brotan durante el mismo año en que se
crean, ya que han perdido su yema terminal.
Y. Normales o invernantes: son las que crecen al año siguiente de crearse.
Y. Latentes: son las que no crecen al año siguiente e incluso en ocasiones puede quedar por
debajo de la corteza.
Las yemas de flor suelen ser globosos y redondeados y las de madera más puntiagudas y
estrechas. Normalmente se encuentran dos de flor y una de madera en medio, aunque
puede haber otras asociaciones.
En los frutales de hueso la yema terminal suele ser vegetativa y los frutos se encuentran a
lo largo de la rama.
Tipos de ramos.
- ramo mixto
- ramillete de mayo
- chupón
- dardo
- dardo rugoso
Frutales de pepita
- brindilla coronada
- bolsas
En los frutales de hueso, los tres órganos son fructíferos, prácticamente iguales, varían en
la longitud.
Ramo mixto: es un ramo de longitud variable, pudiendo llegar a los 70 cm, se considera como
tal a partir de los 15 cm. Las yemas terminales son vegetativas y todas las de flor son siempre
laterales. El porcentaje de flor y vegetativo es prácticamente iguales.
Chifona: son órganos de longitud escasa (máximo de 12 cm), es igual al ramo mixto pero de
menor vigor. Hay menor proporción de yemas laterales de flor.
Frutales de pepita:
Los ramos vegetativos son el chupón muy típico de manzano y peral. Todos tiene
capacidad para brotar. Surgen a partir de una yema latente que tiene un golpe de savia, con
crecimiento vigoroso y con yemas vegetativas y no de flor.
Las yemas anticipadas dan lugar a ramos adelantados de poco vigor e interés.
La brindilla (15-40 cm) es un órgano vegetativo muy flexible, de poco vigor. Si el crecimiento
es menor se obtienen dardos (3-10 cm) distinguibles porque crecen perpendicularmente a
la madera que los forma y tienen una madera terminal. Son órganos de un año.
En el segundo año el dardo puede evolucionar a dardo rugoso (si sigue vegetativo y crece
un poco) o bien a lamburda (si en la yema terminal se crea una flor).
Dardo lamburda
En algunas ocasiones se originan bolsas, se crean donde hubo una gran cantidad de savia,
hay dos yemas que darán lugar a dos ramos fructíferos. También pueden originarse
agrupaciones de bolsas llamadas patas de gallo o bolsa de bolsas y son zonas
importantes de fructificación.
Brindilla b. Coronada
TEMA 3. FENOLOGÍA.
Introducción.
En todas las especies, como consecuencia del ritmo estacional termométrico, se presentan
en forma más o menos marcada e intensa, dos períodos anuales claramente definidos: el
reposo invernal y el período de actividad vegetativa. La yema con su desarrollo lleva a la
formación del fruto, pero paralelamente se da un crecimiento vegetativo.
En climas templados el ritmo estacional está condicionado por la temperatura ambiental. Las
especies frutales se adaptan presentando dos períodos:
A - reposo invernal.
Para mantener una fisiología normal a lo largo de su vida, las especies de zona templada o
templado-cálida parecen precisar un período anual de reposo. Este período coincide
normalmente con el final del otoño y con la época invernal, alargándose, en ocasiones, parte
de la primavera; por lo que su denominación más corriente es la de reposo invernal. En
este período el árbol frutal no muestra actividad vegetativa aparente y no hay crecimiento ni
floración, sean las que sean las condiciones ambientales momentáneas. Algunos procesos
fisiológicos, tales como la absorción radicular, la translocación vascular, la respiración, la
fotosíntesis y la transpiración, pueden tener lugar en forma lenta y poco intensa, al principio
y al final del período de reposo, o aún durante todo él, en zonas templado-cálidas. Pero esta
actividad es prácticamente inapreciable y el árbol, si es caducifolio, se desprende de sus
hojas durante este período, y si es de hoja perenne, se muestra vestido, pero sin ningún tipo
de crecimiento.
B - Actividad.
A lo largo de este período los elementos presentes en cada momento en la parte aérea del
árbol(yemas, brotes, flores, frutos, etc.), muestran un aspecto exterior diferente. Este
aspecto se denomina estado fenológico y el estudio del ritmo de sucesión en el tiempo de
estos estados se llama fenología de la especie considerada.
El primer síntoma externo y apreciable de que la actividad vegetativa ha comenzado es la
hinchazón de las yemas. En la inmensa mayoría de las especies las yemas florales o, en su
caso, las mixtas empiezan a hinchar antes que las yemas puramente vegetativas. Las
escamas y brácteas protectoras de la yema se separan paulatinamente, y entre ellos
aparece la borra y zonas más claramente coloradas. Este cambio en la morfología externa
de las yemas se llama desborre.
A partir del desborre, la evolución de las yemas de madera y de las florales es diferente. La
de las primeras origina la vegetación del árbol; la de las segundas, el proceso de floración y
fructificación.
B1 - Ciclo vegetativo.
A medida que avanza la primavera, el desborre se acelera; en ocho o diez días las escamas
y brácteas se separan completamente y se produce la aparición de las primeras hojas en
crecimiento y del tallo inicial, consecuencia de la elongación del meristemo gemular. Este
estado fenológico se denomina brotación.
B2 - Ciclo reproductivo.
En forma simultánea con la evolución descrita de las yemas vegetativas se produce durante
este período la evolución de las yemas de flor. Esta evolución empieza igualmente con él
desborre; que puede ser, según las especies, anterior, simultáneo o posterior al desborre de
las yemas de madera.
A partir de este momento las yemas de flor, en su evolución van pasando por una serie de
sucesivos estados fenológicos. Estos estados son tan importantes a efectos prácticos, que
han sido profusamente estudiados como monográfico, para las distintas especies.
Estos estados son fases del proceso de floración; durante éste se produce la polinización,
germinación del polen, crecimiento del tubo polínico, fecundación y cuajado del fruto. El
proceso completo dura entre los diez y veinticinco días y al final del mismo la flor se ha
transformado en fruto.
A partir, pues, del cuajado, el proceso de floración termina, y comienzan otros nuevos
procesos: el de desarrollo del fruto y el de maduración posterior. Los frutos crecen,
aumentando de tamaño, hasta alcanzar el típico de la especie, y en ellos se producen las
transformaciones físico-químicas que definen su sabor, color, olor y restantes
características. Esto es lo que se llama maduración, y su final es el estado fenológico de
madurez, estado en el que el fruto o se recoge y consume, o se desprende del árbol, o se
pudre.
Los procesos de desarrollo y maduración de los frutos pueden tener una duración
absolutamente variable en función de la especie, de la variedad y de las condiciones
ambientales.
El ciclo reproductivo no comienza con el desborre de la yema de flor sino que se inicia con:
Inducción floral.
Iniciación floral.
Desarrollo floral.
Que tiene lugar dentro de la yema, por eso dura dos años.
Inducción floral.
Se produce al final del período de crecimiento primaveral, en el período junio, julio y agosto
en nuestros climas.
Las bases fisiológicas que condicionan la evolución a yema de flor de unas determinadas
yemas son varias. Las primeras teorías planteaban la hipótesis de que la formación de flores
dependía de la presencia en la planta de determinadas sustancias elaboradas en las hojas.
Posteriormente otros relacionan la inducción floral no con la presencia de sustancias, sino
con un cierto equilibrio hidratos de carbono-sales nutritivas, o compuestos orgánicos-
elementos minerales, anulando la teoría anterior del antagonismo vegetación-fructificación,
y preconizando la búsqueda de ese equilibrio, pero sin definir qué sustancias elaboradas ni
qué minerales resultaban más influyentes.
Otra teoría es que la inducción floral está claramente condicionada por el valor de la relación
C/N en el árbol; según esta teoría, si esta relación es moderadamente alta se promueve la
inducción floral, mientras que si es baja, se favorece el crecimiento vegetativo.
la inducción floral se favorece por la presencia de una gran superficie foliar. El hecho de que
ramas anilladas y defoliadas después de la inducción formen flores, parece confirmar el hecho
de que las hojas tienen una influencia más hormonal que nutricional.
La inducción floral parece requerir una cierta madurez en la planta. Esta madurez no debe
relacionarse con la edad del árbol, ni con lo que antiguamente se denominaba “fase juvenil”;
sino con el hecho de que el equilibrio endógeno sólo se produce cuando el árbol alcanza un
estado en el que parte de los productos de la fotosíntesis son acumulados como sustancias de
reserva. En definitiva la formación de flores sólo puede producirse cuando la planta o algunos
de sus órganos alcanzan un cierto nivel de formación de reservas.
Iniciación floral.
Diferenciación floral.
Reposo de la yema.
En la mayoría de las especies empieza en verano y se detiene con la llegada del invierno,
donde pasan en reposo profundo, causado por un factor endógeno. Finaliza cuando las
yemas han tomado un número de horas a temperaturas frías. Para salir del reposo hace
falta un número de horas frías, es variable con la especie y con la variedad. La duración
media del invierno en el ciclo da origen de la especie frutal = horas frío.
Las horas frío se miden como el número de horas invernales, entendiendo como horas
invernales las que tengan temperaturas menores de 7ºC.
Las yemas no crecen inmediatamente sino que requieren temperaturas favorables para
brotar.
En este momento las yemas están quiescentes pues son factores exógenos los que
condicionan la brotación.
La yema se hincha y se abre y pasa por los numerosos estados fenológicos hasta que llega
la floración, este es el más sensible del ciclo reproductivo frutal. La época de floración
determina la elección de una especie y variedad en plantaciones de zonas templadas pues
es una fase crítica en cuanto a plagas, enfermedades, heladas,... Además es imprescindible
para la elección de una correcta polinización. La floración finaliza con la antesis de la flor
igual apertura de los pétalos (corola).
Alternancia o vecería.
Aumentan los precios en los años de cosecha escasa que no compensan con los bajos
precios en años de cosecha buena.
hipótesis hormonal
hipótesis nutricional.
Hipótesis hormonal.
En variedades de manzano con semilla son veceras y en variedades sin semillas no son
veceras, luego la presencia de semilla es la que hace que exista fruto. El crecimiento de
fruta y la inducción floral tiene lugar en el mismo momento luego no existe una competencia
entre ambos procesos.
En la semilla del fruto hay una fuente generadora que son las giberelinas que provocan que
las yemas que se desarrollan en el mismo momento no se induzcan a flor.
El árbol después de una cosecha excesiva agota sus reservas y no puede tener otro año
seguido de gran producción.
El año de carga hay poco crecimiento vegetativo y la energía va unida al crecimiento del
fruto, por eso hay mayor producción.
Se ha demostrado que la nutrición de un árbol que florece poco es mejor que el de una año
de carga.
Tema 4. Fructificación.
Polinización y fecundación.
A partir de la diferenciación, las yemas florales sufren durante el resto del período vegetativo
un proceso de evolución y maduración, que influido por las características genéticas y
fisiológicas del árbol, así como por las condiciones ambientales, las lleva normalmente en la
primavera siguiente a su desarrollo completo y a la aparición de flores. Este desarrollo floral,
que comienza con el desborre, pasa por los sucesivos estados fenológicos y termina con el
cuajado del fruto, momento en el que se inicia el proceso de desarrollo del fruto.
El proceso dominante es la formación de frutos por fecundación. Esta a su vez exige los
pasos previos típicos:
fecundación.
La polinización.
En las distintas especies frutales lo más frecuente es la dicogamia; y aunque se den casos
de polinización anemófila (por el viento), lo normal es que la polinización sea entomófila (por
los insectos)
Las especies con polinización anemófila se caracterizan por una producción de flores y una
capacidad productora de polen muy elevadas.
adhesión polen-estigma
La fecundación.
La germinación de polen se produce una vez que éste se ha fijado sobre el estigma. La
germinación de los granos de polen es inviable por bajo de 5ºC o por encima de 35ºC.
El crecimiento del tubo polínico, se produce a través del estilo, después de la germinación.
Los granos de polen transportados por el viento o los insectos a los estigmas germinan
emitiendo un tubo polínico; éste se desarrolla en el interior de los tejidos del estilo hasta
llegar a un óvulo y después al saco embrionario, en el interior del cual se produce la
fecundación.
Período efectivo de polinización (PEP): se define como el tiempo en días en que el óvulo
permanece viable, menos el tiempo en días en que tarda el tubo polínico en alcanzarlos.
Longevidad del óvulo (LO): es el tiempo en el que el óvulo puede ser polinizado.
Receptibilidad del estigma (RE): es la característica que se hace necesarias para que el
polen sea compatible con el estigma.
La longevidad del óvulo, el crecimiento del tubo polínico y la receptibilidad del estigma están
controlados genéticamente y pueden ser manejados mediante técnicas del cultivo.
- estigma receptivo
Factores de los que depende el PEP - velocidad de crecimiento del tubo polínico
Causas nutricionales: la influencia no sólo del estado nutricional, sino también del
equilibrio de la nutrición, es palpable en el proceso de la fecundación. La esterilidad
morfológica y fisiológica está originada por causas genéticas, y en muchos otros casos se
debe a un desequilibrio o carencia nutricional. La resistencia a causas climáticas puede estar
vinculada en muchas ocasiones al estado nutricional. Casi cualquier carencia muestra algún
efecto sobre floración y fecundación; los más marcados pueden considerarse los producidos
por carencia, aún momentáneos, de nitrógeno, de boro y de magnesio. Por otra parte, dado
que la evolución floral se produce a expensas de las reservas hidrocarbonadas, cualquier
disminución de éstas origina problemas en el proceso de la floración.
arrastran los granos de polen al suelo, bien desde las anteras, o bien en la polinización
anemófila
Esterilidad floral.
factorial
citológica
morfológica
Una causa importante para muchos frutales de esterilidad motivada por factores genéticos
la representa el fenómeno de dicogamia, que consiste en la falta de sincronización en la
madurez o disponibilidad fecundadora de los órganos femeninos y de los órganos
masculinos.
Para que sea posible la autofecundación debe existir simultaneidad entre el estado receptivo
del estigma y la presencia de polen maduro derramado. Esto no suele suceder con
frecuencia, sino que es común el adelanto de alguno de dichos órganos.
Esterilidad citológica.
Esterilidad morfológica:
En el caso de las anteras: las flores pueden dar fruto, pero necesitan polen de otra variedad.
No se puede cultivar en solitario.
Partenocarpia.
Bien en forma natural o bien en algunos casos por razones accidentales, es relativamente
en fruticultura la obtención de frutos sin semillas, por falta de fecundación, o bien en los que
aún habiéndose producido la fecundación, los embriones han muerto por cualquier
circunstancia anormal.
Temperaturas:
La importancia radica en que toda especie frutal tiene una temperatura crítica por debajo o
por encima de la cual no hay supervivencia, se produce la muerte. Hay rangos de
temperatura ótimos en los que es posible el desarrollo de las especies. Hay temperaturas
límites que no pueden ser superadas.
También es común que los frutales adopten su ciclo de vida a la estacionalidad, cambios de
temperatura a lo largo del año.
La influencia del clima no se restringe a marcar los límites del cultivo, sino que condiciona
también la producción y la calidad de la cosecha.
La temperatura es, entre todos, el principal factor climático que condiciona el cultivo frutal.
Temperaturas invernales:
El daño producido por las temperaturas bajas durante el invierno determina un límite de
cultivo de las especies frutales. No existe un valor concreto de temperatura a partir del cual
las plantas sufran daños de consideración, sino que los árboles pueden soportar o ser
dañados por determinadas temperaturas dependiendo de diversos factores:
Estado nutritivo.
Estado de reposo.
Especie de árbol.
Estado hídrico.
Una práctica que se suele recomendar para paliar el efecto de las heladas producidas por
evaporación, es aplicar un riego abundante si el suelo está seco y la temperatura ha
descendido a valores que pueden causar daño en los árboles.
La resistencia al frío varía con las especies. Las especies de hoja caduca son las más
resistentes al frío invernal.
Asociado a la resistencia al frío aparece otro parámetro, los requerimientos de horas de frío.
Los frutales necesitan frío porque a lo largo de la evolución se han adaptado a que después
del calor del verano viene el frío y adoptan un mecanismo de protección que es tirar la hoja
y producir yema y después la dormición. Las yemas se protegen con las brácteas.
Después la planta tiene que saber cuando brotar de nuevo y para ello usa un reloj biológico
consistente en que las plantas tiene que pasar un número determinado de horas por debajo
de una temperatura (horas frío).
Las horas de frío se suelen determinar cuando la temperatura es inferior a 7ºC. Hasta que
no pasan unas determinadas horas de frío el árbol considera que el invierno no ha pasado
y no brota. Si el frutal no pasa esas horas de frío la floración es irregular, la brotación es
escasa y el cultivo se hace imposible.
Temperaturas primaverales:
La primavera es una época crítica en el ciclo anual de los árboles, pues en ella acontece la
floración de la mayoría de las especies frutales. El final del invierno y los comienzos de
primavera coinciden normalmente con el principio de la actividad vegetativa, una vez
concluido el reposo invernal.
En esta época, el proceso de la floración y el desarrollo inicial de los frutos con fases tan
delicadas como la polinización y la fecundación, de exigencias termométricas muy
concretas, hacen al árbol frutal particularmente sensible a las condiciones climáticas,
condiciones que, por otra parte, son marcadamente variables en este período.
Las yemas de flor son las más frecuentemente afectadas por las bajas temperaturas,
resultando con daños mayores o menores, según la intensidad de la helada y según el
estado fenológico en el que la yema se encuentra.
Las parte de la flor más sensibles al frío son el ovario, los óvulos y la base del estilo, que se
congelan, mueren y necrosan ante temperaturas bajas. Las cubiertas florales son bastante
más resistentes. Conforme aumenta el estado fenológico de la flor se vuelve más sensible
al frío.
emplazamientos adecuados
uso de ventiladores
pantallas protectoras
tratamientos químicos
Las temperaturas primaverales tienen un efecto sobre la floración, que son las necesidades
de calor para la floración. Cuando las yemas salen del reposo, una vez satisfecho las horas
de frío, tienen que acumular el suficiente calor para que llegue la floración. También influye
sobre vectores polinizantes, crecimiento del tubo polínico y germinación del polen.
Las temperaturas excesivamente altas durante este período hacen que la floración sea mala
ya que el estigma se seca y se corta la polinización (se acorta la vida del óvulo, pues
envejece).
Temperaturas estivales.
Temperaturas otoñales.
La fruta está recogida. Aquellos frutos que están aún sin recoger pueden sufrir heladas
otoñales y se pierde calidad.
Precipitaciones.
Las especies frutales tienen unas necesidades hídricas diferentes. En caso de déficit es
necesario cubrirlo con sistemas de riego. Esto es importante a la hora de planificar la
plantación.
Las lluvias ocasionales producidas en momentos críticos pueden causar serios problemas
en plantaciones frutales. Por ejemplo durante la polinización causando:
También las lluvias intensas pueden causar asfixia radicular y caída de frutos.
Viento.
dirección
intensidad
frecuencia
Caída de frutos
Daños en el anclaje
Luz.
poda de fructificación
Hay cinco características que engloban el estudio del carácter del suelo:
profundidad
permeabilidad
fertilidad
salinidad.
Factores físicos.
Profundidad.
Textura.
El crecimiento y desarrollo de las raíces varía considerablemente en función de la textura
del suelo. En general, las raíces crecen más vigorosamente en suelos francos, de textura
media, y no estratificados, que en suelos de textura fina o gruesa. En este tipo de suelos la
permeabilidad es buena, el agua disponible alta, y la aireación adecuada para el desarrollo
óptimo de las raíces y el crecimiento del árbol. En los suelos arcillosos, de textura fina, la
permeabilidad es baja y por consiguiente la aireación es limitada. Por el contrario, en suelos
arenosos, de textura gruesa, el agua drena rápidamente y están bien aireados, pero la
cantidad de agua disponible es baja lo que limita también la disponibilidad de nutrientes.
Los suelos encharcados o que permanecen saturados de agua en alguna parte del perfil
durante un tiempo significativo del año son desfavorables para el cultivo de árboles frutales.
Factores químicos.
Salinidad.
Las sales solubles se encuentran en todos los suelos y aportan muchos de los elementos
esenciales para el crecimiento normal del árbol. Sin embargo cuando se encuentran en
exceso pueden causar daños de consideración.
La recuperación de los suelos salinos para el cultivo frutal puede realizarse estableciendo
un buen drenaje y procediendo al lavado de las sales por el aumento del volumen.
Los suelos sódicos pueden corregirse, además por la aplicación de yeso al suelo en dosis
que están en función de los resultados los análisis del suelo.
Caliza.
Muchas especies frutales cultivados en suelos calizos desarrollan unos síntomas en hoja
conocidos como clorosis férrica inducida, y producidos como consecuencia de una
deficiencia en hierro que dificulta el crecimiento normal del árbol. En los casos más
extremos, la reducción del crecimiento y de la producción es tan acusada que se tiene que
proceder al arranque de los árboles de la plantación.
La solución es el abonado foliar con quelatos, pero es muy caro. Lo más barato es hacer
enmiendas de suelo para modificar el pH y usar abonos que acidifiquen el suelo
Fertilidad.
Los frutales prefieren suelos fértiles en proporciones adecuadas, si el suelo no las tiene se
puede mejorar mediante abonados.
Factores biológicos.
La presencia de patógenos (plagas, enfermedades) puede afectar la rentabilidad de un
cultivo, hasta plantearse la sustitución por otra especie.
Ejemplo, la filoxera, es una plaga que terminó con la vid a principios de siglo y tuvo que ser
sustituido por almendros y olivo.
Aunque es posible tratar una plaga, por ejemplo, eliminar los hongos y nematodos del suelo
antes de la plantación, ocasiona costes que pueden hacer replantearse el plantar o no una
especie.
Factores de mercado.
Son muy importantes. Un caso muy frecuente es la falta de planificación de los canales de
comercialización de un producto.
Variedad.
Una vez elegida la especie hay que elegir la variedad. Las especies frutales presentan una
gran cantidad de variedades que complican la elección.
A - destino de la producción.
C - características comerciales.
A - Destino de la producción.
Facilidad de cultivo
C - Características comerciales.
Son más importantes que las agronómicas ya que de éstas depende la venta del producto,
destacamos:
Calibre
Capacidad de conservación
Ausencia de semilla
Patrón.
Sistemas de cultivo.
Tipos de plantaciones:
definitivas
temporales
intercalares
intensivas
Plantaciones definitivas.
En este tipo de plantaciones todos los árboles permanecen en la plantación durante la vida
de la misma, de manera que durante los primeros años que siguen a la plantación, los
árboles dispondrán de un espacio mayor del necesario para su desarrollo normal y, una vez
alcanzada la madurez, no deben existir interferencias entre ellos que hagan descender la
producción.
Entre los factores que determinan la densidad de la plantación destaca: en primer lugar, el
vigor de los árboles, que determina el tamaño final del mismo. El vigor está influido por las
características del patrón y de la variedad y por las condiciones ambientales del medio de
cultivo. En el caso de árboles muy vigorosos, la densidad de plantación deberá ser menor
para evitar problemas de competencia entre árboles muy próximos.
El sistema de formación de los árboles es otro de los factores que influyen en la densidad
de plantación.
Plantaciones temporales.
En este tipo de plantaciones se combinan árboles permanentes durante toda la vida de las
mismas, con árboles temporales que deben arrancarse una vez que la interferencia con los
permanentes alcanza niveles competitivos.
Los árboles temporales deben eliminarse antes de que se entrecrucen con la copa de los
árboles permanentes y provoquen un sombreamiento que afecte a la producción y calidad
del fruto. Esto representa el mayor inconveniente de este tipo de plantaciones, pues el
agricultor trata de retrasar lo posible la eliminación de estos árboles jóvenes en pleno
rendimiento ya que le supone un coste arranque y una disminución momentánea de la
producción. Cuando estos agricultores deciden arrancarlos, es posible que los permanentes
ya hayan sufrido graves daños.
Cultivos intercalares.
En la mayoría de los casos, estos cultivos causan una reducción del crecimiento de los
árboles por competencia en agua y nutrientes y prolongan el período improductivo de la
plantación. Ello se debe fundamentalmente a que los cuidados culturales de una planta
perenne y una anual son diferentes, y el agricultor tiende a prestar más cuidados a aquella
que le va a dar beneficios a más corto plazo.
Durante el reposo de los frutales se pueden poner leguminosas, porque mejoran el terreno
y producen abono verde.
Plantaciones intensivas.
Diseño de la plantación.
Un buen diseño de la plantación permitirá una óptima utilización del espacio, facilitará las
operaciones de cultivo durante toda la vida.
diseño de polinización
Las limitaciones que puede presentar el terreno a la plantación son, en general, función de
la topografía y del entorno natural donde se localice la explotación.
Una plantación situada en el fondo de los valles tendrá más posibilidades de heladas en
floración que otra situada a mayor altura.
También se pueden utilizar los llamados caballones, que son una disposición en alto de los
árboles debido a que se trata de suelos encharcados por el mal drenaje.
Las parcelas de plantación quedan delimitadas por el trazado de la red de caminos y calles
de servicio. En cada una de ellas, se han de distribuir y colocar los árboles. Para ello, es
preciso determina el marco de plantación.
El marco de plantación es la distancia que deben guardar los árboles entre sí una vez
plantados.
Marco real: es una disposición en cuadrado, de manera que los árboles guardan la misma
separación entre calles y dentro de cada línea. Esto permite una disposición óptima a la luz
solar. Asimismo, permite el laboreo en dos sentidos. El marco real es uno de los más
utilizados, tradicionalmente, en las plantaciones frutales.
Marco rectangular: permite un mayor aprovechamiento del terreno. Permiten un uso más
racional de la maquinaria y favorecen las operaciones de cultivo.
El laboreo sólo puede realizarse en un solo sentido, lo que en ocasiones representa una
ventaja, pero es necesario controlar las malas hierbas en las líneas por otros métodos.
Marco hexagonal: es una disposición en triángulo equilátero que admite una mayor
densidad de plantación sin provocar un sombreamiento. En la práctica, es un sistema que
dificulta las operaciones de cultivo, por lo que cada vez es menos utilizado.
Marco en cinco de oros: es un marco real con un árbol en el centro del cuadrado. Se usa
para plantaciones temporales. Dificulta las labores de cultivo.
iluminación
contorno de la plantación
Las filas deben orientarse en la dirección Norte-Sur, pues con ello se consigue una
iluminación uniforme en ambas caras de la fila de árboles, que repercute en un mayor
equilibrio de la vegetación.
Con respecto al viento pueden instalarse cortavientos. Los árboles deben instalarse
perpendiculares a los vientos dominantes.
Diseño de polinización.
Número de polinizadores.
- interés.
Las variedades de la mayoría de las especies frutales son autoincompatibles por lo que
necesitan una polinización cruzada con polen de otras variedades.
La elección del polinizador es uno de los puntos más importantes. Aunque puede ser
reparado con un sobreinjerto, las pérdidas económicas son muy importantes ya que el error
no se aprecia hasta que se entra en producción, si es que se entra.
Que produzca un buen polen, es decir, de calidad y en cantidad, que nos proporcionará un
mayor porcentaje de germinación.
El polen tiene que ser compatible con la variedad principal y viceversa, para así asegurar el
fruto.
Debe coincidir en la misma época de floración.
Número de polinizadores.
Distribución.
Debe ser siempre regular, nos permite favorecer el transporte desde los árboles
polinizadores hasta los árboles de la variedad principal y viceversa, y al mismo tiempo nos
facilita las operaciones de cultivo sobre toda la recolección.
En plantaciones intensivas con setos las abejas van en el sentido de las setas, este es un
inconveniente.
C - Interés comercial: la proporción depende del interés comercial del fruto; si la variedad
polinizadora es del mismo interés comercial, la proporción es del 50%. Conforme disminuye
el interés comercial, desciende la proporción de polinizador.
Frutal
Polinizador
50% 33%
Antes de la plantación de los árboles, es necesario preparar el suelo mediante una serie de
labores de fácil realización:
La nivelación del terreno es una operación necesaria en plantaciones que vayan a regarse por
inundación o por surcos.
El laboreo profundo tiene por objeto romper las capas del subsuelo que puedan limitar o
restringir el crecimiento de las raíces. La labor se puede hacer por desfondo o subsolado.
Fumigación del suelo o la utilización de las técnicas de solarización hace que desaparezcan
posibles organismos fitopatógenos.
Laboreo superficial poco antes de la plantación que deje el terreno limpio de malas hierbas y
refinado para proceder al trazado.
Los plantones deben ser protegidos contra la desecación y las heladas hasta el momento
de la plantación.
Antes de efectuar la plantación hay que realizar una poda ligera de raíces, quitar las más
dañadas, después se humedecen y por último se desinfectan con pesticidas.
Plantación.
Ahoyado: puede ser manual en plantaciones pequeñas. Los hoyos deberán ser lo
suficientemente grandes como para alojar en ellos el sistema radical del árbol.
Si los hoyos se abren mecánicamente, las paredes del hoyo quedan apelmazadas, por lo
que habrá que romper esa capa apelmazada con una pala o una azada, antes de la
colocación del árbol.
Colocación de los árboles: hay que mantener la profundidad del vivero, porque la planta
hecha raíces y usa las suyas en vez de las del patrón, es decir, se produce franqueamiento.
Después de colocar la planta se pone un tutor, para evitar que se tuerza o que el viento
pueda partirla.
Una vez plantado el frutal es frecuente realizar un riego abundante para que se apisone al
terreno y se eliminen las bolsas de aire.
Obtener una estructura lo suficientemente robusta para soportar la cosecha sin roturas.
Maximizar la iluminación.
Facilitar el acceso al árbol para las labores de cultivo y recolección.
La poda de formación presenta como gran inconveniente que hace que se retrase la entrada
en fructificación del árbol frutal, lo que se compensa con una vida comercial más larga, y de
más calidad.
Formas en volumen.
vaso y variaciones
pirámide
Es un sistema posible a todas las especies frutales, muy común en las especies de hueso.
No necesitan estructuras de apoyo, aunque a veces usan cañas para abrir las ramas.
El problema que presenta es que la entrada en producción es lenta. Ocupan mucho espacio,
es para baja densidad de población.
Pirámide: estructura constituida por un tronco derecho y vertical cuya guía supera la copa
y en el que están insertas, dispuestos en pisos superpuestos o en espiral, las ramas
primarias inclinadas con un ángulo de 45º.
Fusseto: es una forma derivada de Spindelbush constituida por un tronco de 2-3 m de altura,
q lleva cada 40-90 cm algunas ramas poco inclinadas; sobre estas ramas y sobre la parte
superior del tronco están insertas libremente cortadas ramillas fructíferas. Los costes de
poda son mínimos pero es costoso el mantenimiento de una alta densidad e plantación.
Formas planas.
palmeta
ypsilon
Ypsilon: pretende explorar las ventajas de los vasos combinándolos con un sistema plano.
Según la altura del tronco sale como Y. Es especialmente apto para melocotonero. Permite
un aumento de densidad respecto al vaso. No necesita estructuras de apoyo, a veces se
utilizan alambres, si el tronco es muy corto.
Sistema Marchand o en bandera: muy similar a las palmetas, pero el tronco está inclinado
45º con respecto al suelo y se toman las ramificaciones. Tienen las mismas ventajas que las
palmetas y algún inconveniente más. Requiere una determinada longitud.
Sistema de espaldadera: estos sistemas se usaron para frutales de pepita, hoy en día se
usan modificaciones de éstos para uva de mesa, pero para pepita ya han desaparecido.
Formas especiales.
Parral: tiene como objetivo una óptima utilización de la luz. Existen numerosas variaciones,
básicamente es un tronco muy alto que se ramifica en cuatro brazos, éstos se distribuyen
en una estructura de alambre.
Edad de la planta: todos los sistemas van para un año de edad, si son más viejas se
comportan peor y pueden tener ramificaciones que no interesan.
Patrones que están injertados a cierta altura: los viveristas suelen injertar a nivel del
suelo muy bajo. Para evitar problemas de franqueamiento se hace el injerto alto, así se evita
podredumbre del suelo, los patógenos del suelo, y también se permiten adaptarlos a los
sistemas de floración.
La tendencia general es a producir plantas con tronco bajo: así tienen una rápida
entrada en producción, pero si la plantación va a ser mecanizada, el tronco tiene que ser
alto.
Una vez tomada la decisión: con respecto a las ramas que van a constituir la estructura,
hay que mantenerla.