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En junio de 1989 una modesta firma dedicada a la biotecnología (Amgen) obtuvo la aprobación
de la Agencia de Fármacos y alimentos (FDA) de USA para poder comercializar su primer
producto, la epoetina alfa (Epogen), un tratamiento para la anemia que sucede junto con el
fallo renal en fase terminal. Tal parecía que todo iba bien, pero un factor no considerado era
que no se contaba con un gran número de pacientes, por lo cual todo indicaba que sería difícil
recuperar los costos de desarrollo del fármaco. Sin embargo al haber obtenido la aprobación
de la FDA, era posible volverse aspirante para recibir incentivos gracias al Decreto de Fármacos
Huérfanos (los cuales no están patrocinados debido que desarrollan tratamientos para
enfermedades poco comunes). Por esto Epogen pudo comercializarse, y no solo eso sino que
también mostro ser efectivo también para la regeneración de glóbulos rojos en la sangre de
personas que presentaban pérdida de médula ósea al recibir tratamientos contra el sida y el
cáncer, además de reducir la necesidad de transfusiones en operaciones quirúrgicas. Es por
esto que Amgen no tardó en recibir grandes ganancias, sin embargo, legisladores y
asociaciones de consumidores acusaban a Amgen de haber abusado de la generosidad del
gobierno para enriquecerse, generando controversia, y generando cuestionamientos a cerca de
llevar a cabo acciones para evitar posibles abusos en el futuro.
Los costos que conlleva desarrollar un fármaco son muy altos, ya que diversos laboratorios
estiman que una cantidad de 800 millones de euros es la necesaria para comercializar un
nuevo fármaco, razón por la cual grandes empresas únicamente se han centrado en la
producción de fármacos de alto consumo.
Cabe mencionar que a pesar de las legislaciones establecidas para los fármacos huérfanos, se
han presentado diversos casos de abusos. Es por esto que en la Unión Europea se promulgó
una ley que dicta que se despojará la condición de huérfano a cualquier fármaco que al cabo
de cinco años se convierta en extraordinariamente lucrativo.