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Juan Arrieta
Tomado de: Marcel Xhaufflaire (Dir.), Práctica de la teología política. Análisis crítico de
las condiciones prácticas para la instauración de un discurso cristiano liberador
(Salamanca: Sígueme, 1978), 105-139; y de los apuntes de clase de Teología Política.
Un segundo elemento es sobre el modelo de concepción entre Iglesia y estado por parte de
Carl Schmitt y Jacques Maritain. Entra en relación al modelo de Iglesia como autoridad
eclesial poseedora de un testimonio espiritual manifestado por Marcel Xhaufflaire en su
práctica de teología política y el desarrollo del sistema eclesial y doctrinal por Joachim
Matthes. Evidentemente Carl Schmitt y Jacques Maritain presentan a la Iglesia Romana como
modelo de estado espiritual y ordenado, que el estado moderno sumido en el desorden está
llamado a seguir. Las rutas de participación de lo religioso con lo político, que en Maritain
aparecían en dos principios: cooperación y supremacía de lo espiritual, serán presentados de
manera clara, en las primeras páginas de la lectura de Marcel Xhaufflaire, donde se tiene la
imagen de institución eclesial como mediadora entre Dios y el mundo.
El tercer elemento es acerca del tema de religión y la política en el contexto de la Edad Media.
En esta época el cristianismo se entendía como regente de la sociedad, y se identificaba un
poder temporal y espiritual creciente. De manera similar, Francois Houtart, hace referencia
en los discursos de Pablo VI, que el Papa se identifica con la institución. Quiere decir, que el
Pontífice no emite discursos que buscan una repercusión social a nombre propio, habla en
nombre de una institución, o sea de la Iglesia.
El tercer punto de discontinuo trata sobre la relación entre saber práctico y saber teórico
que Joachim Matthes hace de la Doctrina Social de la Iglesia. Indudablemente, la
correspondencia entre los dos saberes es para analizar las repercusiones de la doctrina
social. El acercamiento a la Doctrina Social no es para poner a la Iglesia por encima de
cualquier modelo político o social, al contrario, es para afirmar que la doctrina del cuerpo
eclesial posee un contenido inmóvil que no corresponde ni siquiera a la critica que haga
incluso la misma Iglesia. Por tal motivo, el cristianismo, y más aún la Iglesia Católica, a
partir de este análisis ya no se entiende como un modelo a seguir. Ciertamente, la crítica
que se hace a la Doctrina Social de la Iglesia marca una óptica distinta, capaz de sostener
que el modelo eclesial, en este caso la Doctrina Social de la Iglesia, es cuestionable. No
obstante, Jacques Maritain y el mismo Carl Schmitt, reconocen a la institución eclesial
romana como modelo a seguir. Además, expresan que la Iglesia con su autoridad tiene
la capacidad de enseñarle a la persona a vivir. Por último, Jacques Maritain admite que
la fe no puede ser impuesta, aunque es deseable que todos fueran cristianos, que todos
creyeran. Y, se debe considerar al papa como el vicario de Cristo de la misma forma que
los políticos son vicarios del pueblo.