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Introducción
En este escrito se hablará de dos aspectos importantes para el buen funcionamiento de los
aparatos burocráticos; las raíces intelectuales de la administración pública y la burocracia
ligada a los contextos. Además de esto se hará énfasis en la necesidad de flexibilizar
procesos dentro de las organizaciones, en directa relación con el vínculo burocracia-
sociedad, teniendo en cuenta que el desarrollo de éstas entidades, es necesario para la
organización social.
Objetivos
-Hacer una relación entre burocracia y Administración pública, para distinguir cuáles
pueden ser los aspectos a mejorar según estudios realizados anteriormente.
Para hacer una relación más clara entre administración y burocracia, es preciso conocer que
la burocracia es una forma de organización humana que se basa en la racionalidad, en la
adecuación de los medios a los objetivos pretendidos, con el fin de garantizar la máxima
eficiencia en la búsqueda de esos objetivos. Según Peters Guy, son en general las
organizaciones que tienen una estructura de administración jerárquica, que aplican reglas
universales e impersonales para mantener la estructura de autoridad, y que subrayan los
aspectos de las discreciones de la administración. Teniendo en cuenta la aplicación de
reglas, se ha optado por emprender estudios en donde se haga énfasis en la mejora de la
administración pública (como proceso de aplicación), ya que esto generaría un mejor
desarrollo de la burocracia como estructura que organiza a la sociedad.
Dado a que la administración es necesaria para la sociedad y para las comunidades que la
forman, se tiene que dar una delimitación de sus funciones a partir de estudios teóricos y
epistemológicos, esto sumado a un intento por maximizar la eficiencia, sin caer en el
establecimiento de parámetros que impidan la adaptación a diversas situaciones ya que los
intereses sociales son inherentes a la condición del individuo como miembro de la sociedad,
y estos intereses, así como las necesidades, están en constante evolución.
Oscar Oslak, propone en sus Notas críticas para una teoría de burocracia estatal, que lo que
sabemos de la burocracia no nos puede explicar cómo actúa ésta en nuestros contextos.
Así, uno de los factores más importantes para el buen funcionamiento del aparato
burocrático público es la contextualización social, cultural e histórica, es decir, la naturaleza
y el papel que ocupa la burocracia estatal varía de acuerdo con el contexto social y el
momento histórico considerados. Es indispensable reconocer el hecho de que las
sociedades están en constante cambio y requieren de una evolución por parte de las
organizaciones que la dirigen. Según Oslak, la supervivencia y desarrollo de las
organizaciones dependen de la eficacia de los diferentes mecanismos que se utilicen para
superar restricciones conceptuales.
Partiendo de este hecho, se debe procurar entonces que los gobiernos se adapten a las
comunidades dándoles un servicio acorde a sus necesidades. Acá surge una de las
contradicciones en relación a la cultura política y la administración pública, ya que se hace
énfasis en que a medida que los gobiernos les otorguen a los clientes una mayor
participación en la administración de las leyes que los afectan, la burocracia se vuelve
menos valiosa. Es una dicotomía entre la comunicación de deseos por parte del cliente al
administrador, y la toma de decisiones por parte del administrador y transmisión de
necesidad al cliente. No se deben omitir las necesidades de la sociedad, pero tampoco se
debe darle demasiada participación a tal punto que se vea afectada la eficiencia de las
organizaciones burocráticas.
Por otro lado, para llegar a la armonía entre participación y decisiones que toman los
funcionarios, es crucial considerar que, al hacer alusión a La Cultura Política y La
Administración Pública, se conoce que las orientaciones valorativas influyen sobre el
comportamiento de los individuos y sobre la manera como se estructuran y se manejan las
organizaciones, es decir, la orientación general de la sociedad hacia la gerencia y la
autoridad impersonal de las organizaciones formales afecta el comportamiento de los
funcionarios, dando lugar a deficiencias en la atención de los burócratas a los clientes.
Muchas veces no se tiene en cuenta que los valores y la cultura están sujetos a cambios, y
que, a su vez, estos definen en papel del gobierno dentro de la sociedad. Así, se deriva en
una dificultad para establecer una relación óptima entre burocracia y sociedad (Oslak
afirma que algunos aspectos que se dan dentro de las organizaciones se deben tener en
cuenta para la interpretación de relaciones burocracia-sociedad.)
Las culturas políticas están en constante cambio, y cada vez se pierde más confianza en los
entes organizadores dado que a medida que la burocracia recibe más poder para tomar
decisiones se refuerza la imagen popular del gobierno como autoritario e impersonal. La
aceptación de la autoridad de un individuo por otro, depende de la cultura y de la sociedad,
por consiguiente, se han debilitado los sistemas de autoridad. Pese a esto se sigue
perpetuando la dominación burocrática, un factor que contribuye a desprestigiar la
burocracia. Lastimosamente, la cultura política tiende a ser un concepto vago, que no sólo
repercute en los productos de los sistemas administrativos, sino también, en la
administración interna de las organizaciones, lo que impide que la burocracia sea
reconocida como un instrumento neutral para los administradores. Sin embargo, algunas
organizaciones dan a sus miembros los medios necesarios para interpretar los valores
sociales y políticos generales, para así llegar a intervenir en aspectos más particulares.
La cultura política cambia porque las necesidades de las personas cambian, por ejemplo,
antes no se necesitaban programas de anticoncepción, ya que no se consideraba
indispensable reducir el crecimiento demográfico, era natural para las familias de clase
media tener una gran cantidad de hijos, por lo que las demandas por parte de la sociedad
hacia los aparatos burocráticos eran totalmente diferentes. Otro ejemplo sería el de la
creación de nuevos entes administrativos totalmente innovadores, orientados hacia los
requerimientos de las comunidades, tales como el Ministerio del Deporte o el Ministerio de
las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
III. Conclusiones
Barnard, Chester. “Las organizaciones informales y sus relaciones con las organizaciones formales”
Contenido en “Clásicos de la administración pública. Serie nuevas lecturas de política y gobierno”.
Shafritz, Jay M. Hyde, Albert. Compiladores. Colegio Nacional de Ciencias Políticas y
Administración Pública, A.C. Universidad Autónoma de Campeche. Fondo de Cultura Económica.
Primera edición en español. México D.F. 1999. [pp. 215-223]
Oszlak, O. Notas críticas para una teoría de la burocracia estatal. Documento CEDES,1977. [pp. 1-
32]
Althusser, Louis. Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Ed. Skla. 2005.