You are on page 1of 52

RESUMEN DE TEMAS PARA EXAMEN FINAL 4TO SEMESTRE DERECHO

 DEBIDO PROCESO Y TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA: CONCEPTO Y NATURALEZA DEL DEBIDO


PROCESO
 CONTENIDO Y PRINCIPIOS DEL DEBIDO PROCESO
 TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA: CONCEPTO
 CONCEPTO DE CARGA DE LA PRUEBA
 INVERSION DE LA CARGA DE LA PRUEBA
 EL DERECHO A UN JUEZ IMPARCIAL COMO DERECHO HUMANO
 LA PRUEBA DE OFICIO
 LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA
 SISTEMA DE VALORACIÓN DE LA PRUEBA
 LA PRUEBA ILICITA:
 CONCEPCIÓN AMPLIA. CONCEPCIÓN RESTRINGIDA

LA CARGA DE LA PRUEBA…………………………………………………………….

Fundamentos de la carga de la prueba

La Teoría General de la Prueba en el proceso penal parte del principio siguiente: el sustento del proceso penal
está en los fines de esta rama jurídica; el fin del proceso penal es hacer viable la aplicación del Derecho penal
ante la comisión de un hecho delictivo.

Concepto de carga de la prueba

Carga de la prueba es la obligación que tiene el acusador o demandante de probar sus afirmaciones en una
demanda o en una denuncia, sea oral o escrita. Quien es denunciado no tiene nada que probar; lógicamente es un
absurdo que quien es denunciado o demandado tenga que probar no haber cometido un delito. El que acusa y no
prueba acredita mala intención configurándose el delito de calumnia; es un ilícito que irroga responsabilidad civil.
La prueba es un proceso de verificación de una afirmación determinada; por ejemplo, si se afirma que “X mató a
Y”, una prueba de esta afirmación consistirá en verificar que fue así. Este concepto de prueba fue usado en el
siglo XVI, apareciendo por primera vez en la enciclopedia de Martín Alonso, indicándose allí que sus términos
asociados para su comprensión eran verificar y verificación. La importancia que tiene la carga de la prueba radica
en el hecho de que, como lo hace recordar Emilio Río Seco, la sentencia ha de reflejar exactamente la prueba
rendida, de manera que al establecer los hechos no prescinda de ninguno de los elementos de prueba haciendo el
análisis de su pertinencia, oportunidad e importancia y que luego los aplique en todo su mérito a la cuestión que
se ha dilucidado.

¿Cómo se acondiciona el concepto de carga de la prueba al proceso civil?

La idea de carga de la prueba en el proceso civil se resume en lo establecido por el artículo 196 del Código
Procesal Civil que a la letra indica:
≪ Salvo disposición legal diferente, la carga de probar corresponde a quien afirma hechos que configuran su
pretensión, o a quien los contradice alegando nuevos hechos≫.

El primer aspecto que llama la atención de este enunciado legal es que la carga de la prueba – por regla general –
corresponde a quien afirma los hechos. Y esta titularidad de la carga de la prueba, dentro de la lógica de
contradicción con la que opera el proceso civil, se extiende a su vez a quien contradice los hechos; es decir, -
finalmente – se extiende a la parte que alega, argumenta o sostiene algo a su favor dentro de esa dinámica. Por
fuera quedan los casos de, por ejemplo, allanamiento o reconocimiento de la pretensión (artículo 323 y siguientes
del Código Procesal Civil).

La excepción a la regla antes mencionada se hace patente en las presunciones. Como bien se sabe, las presunciones
son enunciados que el Derecho en general ha establecido como referentes fundamentales. En algunos casos son
inamovibles, a las que se les denomina también como presunciones legales absolutas o iure et iure y que se
encuentran previstas en el artículo 278 del Código Procesal Civil mientras que en otro caso son movibles, siendo
conocidas como presunciones legales relativas o iuris tantum, recogidas por el artículo 279 del mismo cuerpo
legal. Dentro del tema que nos interesa, es particularmente relevante lo que ocurre con las presunciones legales
relativas que, como señale anteriormente, pese a ser referentes del Derecho puede ser objeto de argumentación o
probanza en contrario. La dinámica en ese sentido opera como sigue : 1) existe una presunción enunciada
normativamente, por ejemplo la relacionada a los efectos de la rebeldía (artículo 461 del Código Procesal Civil),
2) quien pretende desvirtuar o contradecir que esa presunción opera en su caso, debe proponer (ofrecer) las
pruebas que asi lo sostengan. En el supuesto de no lograr esa finalidad de destruir la presunción, esta recobrara
su fuerza inicial y se convertirá en certeza. Pongo este ejemplo porque grafica de buena forma cómo funciona la
carga de la prueba y su inversión que es el tema central de este ensayo.

¿Cómo se acondiciona el concepto de carga de la prueba al proceso penal?

En el proceso penal por excelencia, y por disposición legal contenida en el artículo 14 de la Ley Orgánica del
Ministerio Publico, la carga de la prueba recae, valga la redundancia, en el Ministerio Publico. No existe
explicación normativa que nos diga porque el Ministerio Publico tiene esa condición, pero debe entenderse, por
aplicación de la lógica del proceso civil, que es porque es el accionante, el que alega los hechos.

Siendo ello así se llega a la idea de que al ser el Fiscal quien afirma la comisión de un delito en la concurrencia
de hechos acaecidos en la realidad, es su deber probarlo.

El Código de Procedimientos Penales no tiene una disposición expresa al respecto y deja ese vacío en la norma
de la Ley Orgánica del Ministerio Publico que he citado. No obstante el Código Procesal Penal en su Título
Preliminar, articulo IV – ya dentro de un esfuerzo de integración positiva – refiere que el titular de la acción penal
es el Ministerio Publico, quien además ≪tiene el deber de la carga de la prueba≫.

Ante lo dicho anteriormente cabría preguntarse. Qué rol le queda a la parte o actor civil ? Aquí existe felizmente
una continuidad de criterios entre los dos cuerpos normativos (me refiero al Código de Procedimientos Penales y
Código Procesal Penal), pues ambos le atribuyen a la parte o actor civil – según las denominaciones de uno u otro
código – la tarea conjunta con el Fiscal de ofrecer pruebas tendientes a esclarecer el delito, es decir colaborar con
la pretensión punitiva ya que no debe olvidarse que su esencia es perseguir el pago de la reparación civil, a tenor
de lo mencionado por el artículo 98 del Código Procesal Penal. Hablando del ejercicio de la acción privada, será
el directamente ofendido quien – en exclusividad – ejercerá tanto la titularidad de la carga de la prueba del delito
como de la pretensión civil.
Sin perjuicio de lo anotado, pese a su condición de colaborador, al sujeto agraviado que luego se podrá convertir
– potestativamente – en actor o parte civil, le corresponde el principal impulsor de las denuncias o conocimiento
de noticias criminales en la realidad.

No obstante lo mencionado, existen dos señas particulares que deben relevarse en este tema de la carga de la
prueba en materia procesal penal. La primera la encontramos en la propia condición del Ministerio Publico. Si
bien se reconoce que, como ya he reiterado, es el titular de la carga y por lo tanto primer interesado en lograr la
condena al ser también titular de la acción penal y persecutor del delito, no menos cierto es que –por encima de
todo ello – tiene la noble función de velar por la legalidad (artículo 159.1 de la Constitución Política y artículo 10
de la Ley Orgánica del Ministerio Publico), de manera que si, por ejemplo, en un proceso cualquiera advierte que
su posición de acusador no tiene fundamento, deberá hacerlo saber mediante los medios procesales
correspondientes. Esto se da en casos de pedido de sobreseimiento, retiro de acusación, etc.

La situación antes graficada no ocurre en el proceso civil, pues en ese contexto siempre hay que esperar una
sentencia que ponga fin a la controversia y dilucide la incertidumbre. Claro, siempre existe la posibilidad de que
se produzca un desistimiento o una transacción entre las partes, pero en el proceso penal – a diferencia de lo que
ocurre aquí - el Fiscal tiene un deber que pasa por reconocer eventualmente, en respeto a la legalidad, que no hay
delito o no se pudo probarlo. Quizá la situación antes descrita se advierte con más claridad en la etapa preliminar
en donde el Fiscal tiene facultad resolutiva y actúa – técnicamente – con más neutralidad que cuando es parte ya
en el proceso propiamente dicho.

La otra particularidad a la cual me refería anteriormente y que no existe tampoco en el proceso civil es que, la
diferencia de lo que ocurre con el demandado, el imputado no está obligado a probar nada, por lo que incluso
manteniéndose inactivo podrá verse favorecido. Recordemos que en el proceso civil cuando el demandado no
contradice los términos de la demanda opera, en virtud de lo normado por el artículo 461 del Código Procesal
Civil, una presunción de veracidad acerca de los hechos expuestos como sustento de la pretensión, de manera que
existen muchas posibilidades que el demandado rebelde termine perdiendo la Litis.

En el proceso penal esta rebeldía concebida como la no respuesta a un hecho alegado en fundamento de la
pretensión no existe y no causa, obviamente, los mismos efectos que en el proceso civil pues no se le puede pedir
al imputado que pruebe un hecho negativo pues eso constituiría un absurdo (.como se prueba que un hecho no
sucedió?).

Hablando de la casuística, podrá convenirse en que existen casos en los que es perfectamente posible que el
imputado pruebe, por via colateral, que estuvo ejecutando un hecho distinto el mismo día del evento criminal (lo
que se conoce como ≪coartada≫), pero en sí, en puridad, la de probanza de un hecho negativo es imposible.
Como dije, la parte imputada no tiene obligación de probar, incluso se le reconoce el derecho a mentir, guardar
silencio y contradecirse como señala Leone : El juez no puede sacar, del llamado comportamiento procesal del
imputado, decisivos elementos de juicio, desdeñando consideración de que libertad de defensa es también libertad
de mentir y de contradecirse…el comportamiento procesal del imputado, en sustancia, puede valer en orden a la
valoración de la sinceridad o no de una deducción defensiva, pero no puede constituir el fundamento de una
responsabilidad

Sin embargo, si bien existe, como refiere la glosa anterior, el derecho a mentir y contradecirse, cabría cuestionarse
si – en ese orden – existe el derecho también a obstaculizar la obtención de pruebas o si una conducta como esta
insertada en el proceso, podría valorarse como perjudicial a la situación jurídica del imputado, como lo abordare
más adelante.
Diferencias entre el sentido común de prueba y el sentido jurídico de la prueba

El sentido común considera que aquello que se prueba con hechos; mientras que el sentido jurídico, respaldado
por la lógica, asevera que lo que se prueba son afirmaciones sobre los hechos. La idea de prueba del sentido
común está muy difundida, tanto que muchos secretarios, abogados y algunos magistrados lo usan sin preocuparse
incluso por penetrar en sus implicancias jurídicas. En el subtítulo “Nuevos aportes para una Doctrina sobre el
valor probatorio de la conducta procesal de las partes”, Jorge Peyrano dice: Como se sabe toda prueba no es más
que un modo de confirmar la existencia de los hechos afirmados por las partes. A todas luces, el comportamiento
de los litigantes no viene a confirmar tal o cual hecho. Su relevancia para la suerte del pleito es otra: ejerce
influencia sobre el ánimo del juzgador, contribuyendo a formar su convicción. Se trata, entonces, de una fuente
de convicción. Nada más y nada menos.

¿Cómo se inicia la necesidad de una prueba en un juicio?

La necesidad de una prueba se inicia cuando ocurre una denuncia o cuando se plantea una demanda. Al denunciar
o al demandar se hacen afirmaciones y eso es lo que tiene que probarse. Lo que los jueces determinan es si las
afirmaciones que están en las denuncias o demandas se pueden probar. Tal como sostiene Germán Pabón, de la
Universidad del Cauca, basándose en Jorge Arenas Salazar, la prueba se fundamenta en los indicios: “El indicio
es el medio de prueba resultante de una operación lógica, mediante la cual, a partir de una circunstancia fáctica
plenamente demostrada en el proceso se infiere la existencia de otro hecho llamado ‘indicado’”.

¿Cómo es la carga de la prueba?

De acuerdo con la teoría subjetiva, la carga de la prueba se define como “una facultad o encargo que tiene una
parte para demostrar en el proceso la efectiva realización de un hecho que alega en su interés, el cual se presenta
como relevante para el juzgamiento de la pretensión deducida por el titular de la acción penal. Por ello, en el
proceso penal acusatorio, una vez que ocurre la denuncia o la queja es el acusador, en primer lugar, quien tiene
que probar la ocurrencia de los hechos que sostiene o declara, también la autoría de los hechos; así como la prueba
de las circunstancias que resultan situaciones agravantes que conducirían al aumento de la pena. En segundo
lugar, al acusador también le compete la prueba de elementos subjetivos del delito; debe entonces comprobar la
forma en que el acusado ha incumplido con el deber de cuidado en los delitos culposos: sea imprudencia,
negligencia, o impericia. En tercer lugar, también compete al acusador probar que el acusado ha actuado con dolo,
lo cual se presume en la mayoría de las veces cuando está verificado que los actos practicados por el acusado son
conscientes y voluntarios. La carga de la prueba tiene que ser plena puesto que está obligada a destruir la
presunción de inocencia que favorece al acusado.

Es al acusado a quien le compete probar las causas excluyentes de antijurídica, de culpabilidad y punibilidad; así
como también una declaración probada de las circunstancias que merecen una disminución de la pena, las cuales
constituyen atenuantes o causas privilegiadas y también la referencia probada a beneficios penales. El sustento
del aporte de pruebas por parte del acusado no está en la ética, es decir, en el deber de presentar pruebas sino, más
bien, en el ejercicio de su legítima defensa, forma parte de su colaboración en el proceso de prueba y actividad
probatoria la cual está por principio orientada a la búsqueda y establecimiento de la verdad concreta.
¿Es posible que existan pruebas ilícitas?

Es posible que existan, pero están prohibidas por lo que carecen de eficacia probatoria. Son ejemplos de pruebas
ilícitas aquellas pruebas que violentan derechos humanos; también son pruebas ilícitas aquellas que violentan las
libertades fundamentales. El adelanto tecnológico puede contribuir a crear una condición negativa para el respeto
de los derechos fundamentales de las personas; es el caso de las investigaciones de determinados hechos, pero
violentando la esfera de la privacidad, la intimidad de las personas. En caso de que se recepciones pruebas ilícitas,
corresponde al funcionario judicial considerarlas como tales y por lo tanto corresponde estimarlas como
ineficaces, lo cual significa que no sirven para fundamentar las decisiones judiciales.

El fundamento de la actuación del funcionario judicial se sustenta en el respeto a la dignidad humana, que exige
el respeto a los derechos fundamentales y la personalidad. No considerar este respeto haría del derecho una
disciplina arbitraria y esto es imposible: El Estado de Derecho es racional. El respeto a los derechos humanos
fundamentales no sólo está en la razón, está ya reconocido en los tratados internacionales de derechos humanos
suscrito por el Perú. Existe el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana de
Derechos Humanos: El Art. 14 numeral 2 y el Art. 8 numeral 2 ordenan que la responsabilidad penal se debe
probar con pruebas legales. Debe recordarse que el Art. 93 de la Constitución Política del Perú reconoce el
compromiso de nuestro país, por lo tanto, dichos tratados son prevalentes; la orientación de conocimiento y
actuación se da actualmente con estas fuentes mencionadas.

¿Qué debe ocurrir con los jueces cuando toleran pruebas ilícitas?

Cuando hay pruebas ilícitas en un proceso penal la responsabilidad pertenece al juez quien actuaría de esta manera
o contra la razón, contra el Derecho y contra sus fuentes actuales. ¿Qué debe ocurrir con los jueces? Las opiniones
pueden ser de distinta índole. Lo único que se puede afirmar con contundencia lógica es que en el proceso penal
deben primar los principios fundamentales del derecho; por lo tanto, racionalmente hablando, las pruebas ilícitas
no deben tener efectos porque racionalmente no aportan nada en el proceso penal. El proceso penal se somete
entonces al criterio racional: la razón es uno de los fundamentos del Estado de Derecho.

Razones exploratorias de la prohibición de pruebas ilícitas

La prohibición de las pruebas ilícitas está en la orientación del derecho por la búsqueda de la verdad cuando
realiza la actividad de resolución de los problemas jurídicos. La búsqueda de la verdad en defensa de la sociedad
que realiza el derecho respeta simultáneamente los derechos de los ciudadanos; en otros términos, la investigación
jurídica del delito no afecta los derechos fundamentales de las personas. Hay situaciones en las cuales por
investigar los delitos se cometen violaciones, por ejemplo, en los registros domiciliarios, y también en las
declaraciones de investigaciones de terroristas, donde se ha violado el derecho a la intimidad o el derecho a la
libertad.

¿Qué son las pruebas prohibidas?

Prueba prohibida es aquella que es contraria sea en forma absoluta o en forma relativa a una norma legal o a un
principio de derecho positivo. Una prueba es prohibida en forma absoluta cuando está prohibida por el derecho;
por ejemplo, es una prueba prohibida la presentación de cartas interceptadas o cartas obtenidas por medios
prohibidos por ley (ejemplo robado). La razón de la prohibición está entonces en la razón del derecho. Una prueba
es prohibida cuando siendo admitida por la ley resulta observada en lo concerniente a su forma, como el caso de
los interrogatorios, que sí están permitidos por ley; sin embargo resultan una prueba prohibida si las declaraciones
han sido conseguidas usando la violencia. Las prohibiciones de las pruebas pueden ser expresas cuando lo
establecen las leyes, sea la Constitución Política del Estado o el Código Penal, pero pueden ser también deducidas
de los principios generales que norman el proceso penal. La propia razón establece la inferencia de la extensión
de la prohibición de las pruebas a situaciones que significan una extensión de la prohibición de pruebas
establecidas por ley.

La naturaleza de las prohibiciones probatorias

La naturaleza de las prohibiciones probatorias está en el propio proceso penal, es decir, en función de la finalidad
del proceso y de su lógica; puesto que la finalidad del proceso penal está fundamentada en el derecho y éste en la
razón.

Distinción entre pruebas ilícitas y pruebas prohibidas

Las pruebas ilícitas contradicen las normas establecidas en el Derecho procesal y se refieren a su producción así
como a la introducción de ellas en el proceso; en cambio las pruebas ilícitas, o prohibidas, implican la vulneración
de normas del derecho material, sea en lo referente al medio o al modo en que ellas se obtienen.

Ilegitimidad de pruebas en el Derecho peruano

El art. 2.10 de la Constitución Política del Perú señala el secreto y la inviolabilidad de documentos privados, salvo
mandamiento escrito y motivado por el juez con las garantías previstas por ley; el art. 29 se refiere a la
inviolabilidad del domicilio y, finalmente, el art. 2.24 b) prohíbe el uso de la violencia, la tortura y el trato
humillante, negando valor a las declaraciones obtenidas en esa forma

y estableciendo responsabilidad en quien las emplea. Una referencia importante sobre la ilegitimidad de pruebas
aparece en el artículo IX del Proyecto de Código Procesal Penal del año 1995 donde se ocupa de la “legitimidad
de la prueba”. Allí se señala que todo medio de prueba será evaluado sólo si se ha obtenido por un procedimiento
permitido e incorporado al proceso, conforme a las disposiciones del Código, no teniendo efectos legales los
elementos probatorios obtenidos directa o indirectamente mediante violencia o cualquier otro medio que
menoscabe la voluntad; así como la indebida intromisión a la intimidad domiciliaria, correspondencia,
comunicaciones y todas aquellas que violen los derechos fundamentales de las personas.

Aspectos que se toman en cuenta para calificar una prueba de ilegítima

Se tiene en cuenta el fondo, como lo establece el inciso 9) y 10) y el parágrafo h) del inc. 24 del art. 2 de la
Constitución Política del Estado. También se tiene en cuenta la forma, que ocurre en la actuación de la prueba,
vale decir, en la formalidad establecida; por ejemplo, en lo dispuesto en los artículos 125, 132 del Código de
Procedimientos Penales.

INVERSION DE LA CARGA DE LA PRUEBA

La tesis que afirma que no es posible admitir la inversión de la carga de la prueba

Algunos admiten que no es posible la “inversión” de la carga de la prueba, es decir, del onus probandi. Almagro
Nosete y Tomé Paulé sostienen que debido a que el principio acusatorio dice que corresponde a las partes
acusatorias, una vez que se ha determinado e individualizado la pretensión de condena; es decir, cuando se han
dado los escritos de calificación provisional y los escritos de acusación, la carga de la prueba de la acusación,
caracterizada por ser plena, para destruir la presunción de inocencia que favorece al acusado. A pesar de la
afirmación y fundamentación anterior, sostenemos que no sólo es posible la idea de admitir la inversión de la
carga de la prueba, sino que la inversión de la carga de la prueba existe, se da en el Derecho. Por cierto que esa
existencia tiene sus limitaciones. Cuando se da, la inversión de la carga de la prueba está fundamentada; es una
exigencia, por lo tanto, reportar situaciones en las cuales la inversión de carga de la prueba ocurre.

Situaciones de la inversión de la carga de la prueba en el Derecho

Primera posibilidad: Inversión de la carga de la prueba en el Derecho de Familia

Inversión de la carga de la prueba en los casos de Juicios de Alimentos

Si bien es cierto que a quien demanda le corresponde probar, en los casos de alimentos la carga de la prueba se
invierte, pues ésta corresponde al demandado ya que es a él a quien corresponde probar todo cuanto no coincide
con la demanda. Para estos casos la ley establece que los demandados están obligados a contestar la demanda con
una declaración jurada de sus ingresos, si son trabajadores independientes, y con sus boletas de pago cuando son
trabajadores dependientes; así como toda la documentación original sobre sus bienes. Esta inversión de la carga
de la prueba está fundamentada por el imperio de la protección a la vida y los alimentos que corresponde a todo
ser humano; puesto que ningún obligado puede eludir su responsabilidad de brindar los alimentos a su prole o a
su cónyuge indigente.

Segunda Posibilidad: Inversión de la carga de la prueba en los casos de Derecho Civil

Sea el siguiente un caso: Un taxista conduce en su auto a una gestante quien tiene siete meses de embarazo. En el
trayecto ocurre un accidente en el cual la gestante es afectada ligeramente en uno de sus brazos. Como se pusieron
de acuerdo y conciliaron el conductor del otro vehículo arregló, pagando los gastos de atención médica y todos
los gastos de prescripción médica derivados del accidente. No pareció ser un caso de mayor gravedad. Pasó el
tiempo y luego de que naciera el niño de la gestante accidentada, ella se percató de que el bebé no había nacido
normal y que tenía visibles afecciones en la cabeza lo cual fue atribuido al accidente. Por eso, mediante un juicio
o proceso civil exige una compensación o indemnización por daños, pues atribuye las afecciones del niño nacido
al accidente que ocurrió a los siete meses de gestación.

El abogado defensor gestiona una pericia médica, la misma que establece que las afecciones del niño son
congénitas. En este caso ha ocurrido una inversión de la carga de la prueba, es decir, el demandante tuvo que
probar que la causa tiene origen distinto.

En este caso, la inversión de la carga de la prueba se aplica en caso de que los fundamentos de hecho de la
demanda sean falsos, por lo que corresponde rechazar la demanda o declararla infundada.

Otra situación posible

Una “asociación” compra terrenos a tres personas quienes se presentan en el acto de la compra-venta como
“funcionarios del Estado”. Después de diez años de posesión, el Estado expulsa del terreno a los miembros de la
asociación, razón por la cual ésta demanda al Estado presentando como prueba un documento de compra-venta
firmado por los tres “funcionarios del Estado”. En el juicio, el Estado presenta las pruebas que establecen que
quienes suscribieron la compra-venta no aparecen como funcionarios del mismo; en este caso se invierte la carga
de la prueba, pues quienes están obligados a presentar las pruebas no son quienes demandan sino el demandado.

Explicación general de los fundamentos de la inversión de la carga de la prueba

La explicación de la inversión de la carga de la prueba está siempre en el hecho de que la demanda se hace con
pruebas falsas, lo que da motivo para refutar las pruebas como tales, dando opción legítima al demandado. La
razón de ser de la inversión de la carga de la prueba está, por lo tanto, en la falsedad de las pruebas que presenta
el demandante. Debido a tales falsedades se produce el abuso del derecho en ciertos procesos, que está
contemplado en el título preliminar del Código Civil, puesto que ningún juez debe amparar el abuso del derecho
ya que tampoco la ley lo ampara.

Inversión de la carga de la prueba en materia penal

Interesada. . Pero la parte acusadora es la única a la que corresponde probar? y si esto no es así . Cuando
corresponde a la otra probar o descargar? Van en lo sucesivo algunos modestos apuntes.

¿Puede funcionar la inversión de la carga de la prueba en materia procesal penal?

Sobre este punto, habiendo dejado más o menos claro como su opera la carga de la prueba, hay que determinar
cómo funciona su inversión.

La inversión que se da naturalmente en el proceso civil, guarda relación estrecha con lo que se conoce como
principio de disponibilidad y facilidad probatoria; es decir con quien tiene (posee) la prueba y, por lo tanto, acceso
fácil a la misma.

Álvaro Luna Yerga entiende el principio de disponibilidad y facilidad probatoria del modo siguiente:

≪ La disponibilidad probatoria consistiría en que una de las partes posee en exclusiva un medio de prueba idóneo
para acreditar un hecho, de tal modo que resulta imposible a la otra acceder. El principio de facilidad exige tener
en cuenta las dificultades de una de las partes respeto a la práctica de un medio probatorio, mientras que a la otra
resulta más fácil o cómoda ≪ 8 . Esta situación de facilidad y disponibilidad, como vemos, es la que marca el
primer supuesto de inversión de la carga de la prueba. Linares Avilés, pone a reglón seguido, un ejemplo que
grafica en modo por demás claro esta primera situación : ≪ …imaginemos por un momento que Tomas era Juez
y que los discípulos plantearon una petición para que declare la resurrección de Cristo, es claro que a la luz de los
hechos que narra la Biblia, Tomas quedo convencido de lo que alegaban los discípulos al comprobar mediante
una inspección las heridas de Jesús, y determinar que en realidad todo era como le habían indicado los discípulos,
es decir, que Cristo había muerto crucificado y luego resucitado. En estas circunstancias el sistema de resolución
de conflictos funciono perfectamente, pues los demandantes (los discípulos) pudieron acreditar con la
participación de Jesús los hechos que sostenían su pretensión.

Ahora bien, imaginemos que al igual que en el ejemplo anterior, Tomas es el Juez y los discípulos demandan que
se declare que Jesús resucito, emplazando a este último con su pedido, pero Jesús en vez de admitir los hechos y
colaborar aportando pruebas que los acrediten, contradice la pretensión de los discípulos y alega que no murio en
la Cruz y que por tanto no ha habido resurrección alguna ≪ 9 . En el caso ejemplificado, que obviamente es una
situación hipotética, Jesús tiene la disponibilidad y facilidad sobre la prueba, que es su propio cuerpo. De esa
manera, la inversión de la carga opera sobre quien tiene precisamente esa disponibilidad y por ende facilidad.
El segundo supuesto va vinculado a la vigencia de las presunciones. Por ello, ante la existencia de una presunción,
corresponde a la parte ≪afectada≫ desbaratar su contundencia, acreditando que en su caso concreto esa
presunción no opera. Por cierto, es lógico entender que esta dinámica de traslado de carga de la prueba funciona
solo con aquellas presunciones identificadas como relativas. En el caso de las presunciones absolutas, como las
contenidas en los artículos 2012 o 361 del Código Civil, no cabría – y lo sostengo en condicional – prueba en
contrario.

Relación entre prueba y hechos

La prueba está relacionada a los hechos, pero en tanto y en cuanto las afirmaciones que están contenidas tienen
que probarse: las afirmaciones se refieren a hechos.

Principios de la prueba

Se consideran principios de la prueba:

Principio de Oralidad y de Escritura

Principio de Inmediación de la Prueba

Principio de Concentración, y

Principio del Secreto y Publicidad.

Exigencias que cumplen las pruebas

Las pruebas deben ser pertinentes, es decir, se deben referir a la comprobación del delito. En delitos contra el
patrimonio es pertinente acreditar su preexistencia; tendrá relación indirecta cuando la prueba se refiere a la
credibilidad del testigo. Además, las pruebas deben ser idóneas, es decir, debe haber adecuación de lo que se
afirma con el objeto que se persigue; así, en el caso de delito de lesiones, es idóneo acreditarlas mediante
certificado médico, no lo será si se pretende hacer su prueba mediante la presentación de testigos.

Limitaciones de la prueba en materia procesal

Es un principio que cuando se afirma debe probarse en debida forma; sin embargo, existen limitaciones que
pueden ser absolutas y relativas. Las limitaciones absolutas las establece la ley por no existir presunciones que no
admiten prueba contraria, como es el caso de las conductas de menores de edad. Las limitaciones relativas son
aquellas que se vinculan con los medios probatorios: La ley establece que las lesiones deben acreditarse mediante
certificado médico, no aceptándose el reconocimiento mediante testigos.

Mancini Vicenzo en su libro Derecho Procesal Penal5 clasifica los medios inadmisibles en cuatro grupos:

1) Expresamente prohibidos por la ley.

2) Incompatibles con los fines del proceso.


3) Producidos por alteraciones físicas.

4) No admitidos por la ciencia por su carencia de certeza o confusión.

Mancini resalta la importancia de la ciencia al ofrecer medios que se renuevan por su aplicación tecnológica; sólo
merecen reparos los medios que atentan contra el ser humano o los que atentan contra los principios del derecho.

Libre valoración de la prueba y derecho a la presunción de inocencia

La libre valoración de la prueba acepta el principio de presunción de inocencia. Este fundamento obliga a todo
juez así como a los miembros del tribunal a razonar o motivar el resultado probatorio de las sentencias; ello
significa que quien juzga está obligado a exponer las razones que justifican la convicción, sustentando sus
afirmaciones, lo que dicen o sostienen, vale decir sus explicaciones sustentadas en los hechos que se convierten
en el respaldo de la valoración de la prueba. De esta manera, las resoluciones judiciales se basarán en la razón, es
decir, en la lógica y no en el mero capricho o arbitrariedad. Se garantiza así, lógicamente, la declaración de
inocencia o culpabilidad según sea el caso. El derecho a la presunción de inocencia ya fue aceptado por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, habiéndose establecido que se obliga a los Estados de nuestro
continente a probar plenamente toda imputación para condenar a los procesados. Como dice Flavio García del
Río: “Si no se descarta la presunción de inocencia se absuelve”.

La presunción de inocencia se aclara en el proceso y, al aclararse, termina cuando se produce una mínima
actividad probatoria y se hayan dado todas las garantías procesales y particularmente las garantías para la defensa.
Las pruebas las estiman los magistrados “racionalmente de cargo”, lo cual quiere decir que la certeza de las
afirmaciones derivan de la prueba que se practica y que los hechos acreditan la culpabilidad de aquellos a quienes
se acusa. Lo que se prueba es la afirmación sobre hechos delictivos, los grados de participación delictiva y las
circunstancias concurrentes a los hechos motivos de acusación o demanda; pero el derecho fundamental establece
la presunción de inocencia, de allí la necesidad de probar.

Exigencias de la carga de la prueba en la perspectiva subjetiva

En la perspectiva subjetiva la carga de la prueba se concibe como la facultad o encargo que tiene una parte para
comprobar en el proceso la efectiva realización de un hecho que alega en su interés, el cual se presenta como
relevante para el juzgamiento de la pretensión deducida por el titular de la acción penal. En el proceso penal
acusatorio la denuncia o queja exige que quien es acusador pruebe la veracidad de sus afirmaciones, la autoría,
así como también las circunstancias que originan el aumento de la pena (circunstancias agravantes). “Al acusador
le compete probar las causas excluyentes de antijuricidad, de culpabilidad y de punibilidad, así le corresponde
también mostrar las circunstancias que implican una disminución de la pena (circunstancias atenuantes, causas
privilegiadoras) o la concesión de beneficios penales”.

También corresponde al acusador la prueba de los elementos subjetivos del delito; es decir, la manera en que se
comete el delito, bien sea imprudencia, negligencia o impericia. El acusador probará también que el acusado ha
actuado con dolo, que a veces se presume a partir de la constatación de los actos practicados por el ser humano
en tanto son conscientes y voluntarios; el reo deberá comprobar lo contrario.

¿Es posible que el imputado aporte pruebas?

Sí es posible que el imputado aporte pruebas, pero no está obligado ni es su deber; si lo hace será parte de su
colaboración en la obtención de la verdad concreta.
Relación entre carga de la prueba e in dubio pro reo

El principio jurisprudencial denominado in dubio pro reo no pertenece al momento de la valoración o apreciación
de la prueba. Se aplica luego del ofrecimiento de pruebas; esto es, una vez recibidas y analizadas existe duda
racional sobre la concurrencia de elementos objetivos y subjetivos que integran el tipo penal. En cambio, la
presunción de inocencia termina su función cuando no se encuentran pruebas o cuando las ofrecidas no reúnen
las garantías que permitan acreditar un fundamento para que los jueces decidan inocencia o culpabilidad.

Aplicaciones de la prueba anticipada

Pedro Sagástegui ha precisado las aplicaciones que tiene la prueba anticipada o diligencia preparatoria, según se
registra en el Nuevo Código Procesal Civil vigente desde el 28 de julio de 1993: pericia, testigos, reconocimiento
de documentos privados, exhibición de testamento, documentos, estados de cuenta y libros de negocios,
exhibición de bienes muebles, absolución de posiciones de quienes consideran como futura y presunta contraparte
para que conteste un interrogatorio de preguntas sobre hechos que han de ser materia de un futuro proceso y,
finalmente, la inspección judicial.

JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA EN EL CODIGO PROCESAL


PENAL 2004………………………………………………………………………………..

I.- JURISDICCIÓN.

 “Jurisdictio” significa decir el derecho.


 “el Poder del Estado de resolver un conflicto entre derechos subjetivos, de conformidad con el
derecho objetivo” (Giovanni Leone).

1.1.- ELEMENTOS.

La Notio, La Vocatio, La Coertio, La Judicium y la Executio.

1.2.- ¿JURISDICCIÓN PENAL?

 El concepto de Jurisdicción es uno solo, lo que cambia es la naturaleza del contenido litigioso.
 Función del juzgador de solucionar el conflicto entre el derecho del Estado a castigar y el derecho del
imputado al estado de inocencia que será desvirtuado luego de un debido proceso penal.

1.3.- LIMITES JURISDICCIÓN PENAL.

 Los delitos de función de los miembros de las FFAA y de la PNP.


 Los delitos de traición a la patria.
 Hechos punibles de adolescentes.
 Funciones jurisdiccionales de autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas.

1.4.- ÓRGANOS JURISDICCIONALES.

 La Sala Penal de la Corte Suprema.


 Las Salas Penales de las Cortes Superiores.
 Los Juzgados Penales, constituidos en órganos colegiados (3 jueces) o unipersonales.
 Los Juzgados de la Investigación Preparatoria.
 Los Juzgados de Paz Letrados.
II.- COMPETENCIA.

Significa porción donde el Juez ejerce su jurisdicción. Por la competencia se precisa e identifica a los órganos
jurisdiccionales que deben conocer un proceso, o la dirección de una etapa procesal del mismo (investigación
preparatoria e intermedia o juzgamiento).

2.1.- COMPETENCIA TERRITORIAL.

Existen las siguientes Reglas:

1. Por el lugar donde se cometió el hecho delictuoso o se realizó el último acto en caso de tentativa, o cesó la
continuidad o la permanencia del delito.
2. Por el lugar donde se produjeron los efectos del delito.
3. Por el lugar donde se descubrieron las pruebas materiales del delito.
4. Por el lugar donde fue detenido el imputado.
5. Por el lugar donde domicilia el imputado.

2.1.1.- DELITOS COMETIDOS EN UN MEDIO DE TRANSPORTE.

Si no es posible determinar con precisión la competencia territorial, corresponde conocer al Juez del lugar de
llegada más próximo.

2.1.2.- DELITO COMETIDO EN EL EXTRANJERO QUE DEBE SER JUZGADO EN EL PERÚ.

1. Por el lugar donde el imputado tuvo su último domicilio en el país;


2. Por el lugar de llegada del extranjero;
3. Por el lugar donde se encuentre el imputado al momento de promoverse la acción penal.

2.1.3.- DELITOS GRAVES Y DE TRASCENDENCIA NACIONAL.

Podrán ser conocidos por determinados jueces bajo un sistema específico que determine el Concejo Ejecutivo
del Poder Judicial. Los delitos de TID, lavado de activos, secuestro y extorsión que afecten a funcionarios del
Estado, podrán ser conocidos por Jueces de Lima.

2.2.- COMPETENCIA OBJETIVA Y FUNCIONAL.

2.2.1. SALA PENAL DE CORTE SUPREMA.

– Conoce el recurso de casación interpuesto contra las sentencias y autos de Salas Penales.

– Conoce del recurso de queja por denegatoria de apelación.

– Transfiere la competencia cuando circunstancias impidan el desarrollo de la investigación, juzgamiento, o


creen peligro incontrolable contra el procesado, o se afecte el orden público.

– Conoce de la acción de revisión.

– Resuelve cuestiones de competencia entre jueces ordinarios, y entre la jurisdicción ordinaria y la militar.

– Pedir al Poder Ejecutivo que acceda a la extradición activa (requerir)

– Emitir resolución consultiva respecto a la extradición pasiva.

– Juzgar en los casos de delitos de función.


2.2.2. SALA PENAL DE CORTE SUPERIOR.

– Conocer del recurso de apelación contra autos y sentencias expedidos por los jueces penales.

– Dirimir contienda de competencia de jueces penales (Si son de distinto Distrito, corresponde decidir a la
Sala Penal del Distrito Judicial del Juez que previno).

– Resolver los incidentes que se promuevan en su instancia.

– Dictar medidas limitativas de derechos.

– Conocer el recurso de queja.

– Designar al Vocal que actúe como Juez de Investigación Preparatoria, y realizar el juzgamiento en dichos
casos.

– Resolver sus recusaciones.

2.2.3.1 JUZGADO PENAL COLEGIADO.

– Dirigir la etapa de juzgamiento.


– Resolver los incidentes que se promuevan durante el curso del juzgamiento.

– Solicitudes sobre refundición o acumulación de penas.

2.2.3.2 JUZGADO PENAL UNIPERSONAL.


– Incidentes sobre beneficios penitenciarios.
– Recurso de apelación contra las sentencias del Juez de Paz Letrado.

– Recurso de queja.
– Dirime cuestiones de competencia entre los Jueces de Paz Letrados.

2.2.3.3. JUZGADO PENAL DE INVESTIGACIÓN PREPARATORIA.


– Conocer las cuestiones derivadas de la constitución de las partes durante la Investigación Preparatoria.
– Imponer, modificar o hacer cesar las medidas limitativas de derechos durante la Investigación Preparatoria.
– Realizar la actuación de prueba anticipada.
– Conducir la Etapa Intermedia y la ejecución de la sentencia.
– Ser Juez de Garantía (contralor y tutela).
– De ser necesario, inscribir la defunción en el RENIEC.

2.2.4. JUZGADO DE PAZ LETRADO.


Conoce los procesos por faltas.

3.- COMPETENCIA POR CONEXIÓN.

Hay conexión procesal, cuando:


1. Se imputa a una persona la comisión de varios delitos.
2. Varias personas aparecen como autores o partícipes del mismo hecho punible.
3. Varias personas vinculadas por una misma voluntad criminal han cometido diversos hechos punibles en
tiempo y lugar diferentes.
4. El hecho delictuoso ha sido cometido para facilitar otro delito o para asegurar la impunidad.
5. Hay imputaciones recíprocas.
3.1.- DETERMINACIÓN DE LA COMPETENCIA.
1.1 Una persona / varios delitos con pena diferente:≠ Juez que conoce del delito con pena más grave.

1.2 Una persona / varios delitos con penas iguales:= Juez de la investigación preparatoria prevenido.
2.1 Varias personas / un delito / un Distrito J.: Por la fecha de comisión del delito, por el turno en el
momento de la comunicación fiscal de formalización de I.P. o por quien tuviera el proceso más avanzado. .
2.2 Varias personas / un delito / distintos Distritos J.: Prevalece razón de territorio.
3.1 Varias personas vinculadas por una misma voluntad criminal / varios delitos con pena diferente: ≠ Juez
que conoce del delito con pena más grave., .
3.2 Varias personas vinculadas por una misma voluntad criminal / varios delitos con penas iguales: = Juez
de la investigación preparatoria prevenido.
4. Delito para facilitar otro delito o para asegurar la impunidad, Juez que conoce delito con pena más
grave.
5. Imputaciones recíprocas: (igual que 3.1. y 3.2).

III.- CONCURSO PROCESAL DE DELITOS.

Cuando concurran delitos sujetos a distintos trámites procesales.

Delitos de acción pública:

El procedimiento se seguirá de acuerdo al que corresponde al delito con pena más grave.
Delitos de acción privada:

– El procedimiento se seguirá de acuerdo al que corresponde al delito con pena más grave.
– Pero, la acumulación sólo procederá entre ellas.

IV.- CUESTIONES DE COMPETENCIA.

4.1. LA DECLINATORIA DE COMPETENCIA.

– Pedido para que el Juez que se considera incompetente cese o decline su intervención.

– Se funda en el Principio Constitucional del Juez Natural.

– Sólo durante la Investigación Preparatoria, dentro de los 10 días de formalizada.

– Pedida por el imputado, el actor civil o el tercero civil.

– Por razón de la materia, de jerarquía o de territorio.

– Se realiza Audiencia con quienes concurran y Juez resolverá inmediatamente.

– Consentida la resolución fundada, el proceso se remite a quien corresponda.

– Procede apelación ante la Sala Penal.

4.2. LA TRANSFERENCIA DE COMPETENCIA.

– Pedido para que se traslade el proceso de un Juez competente a otro por circunstancias insalvables.

– Se funda en la finalidad concreta y abstracta del proceso.

– Se impiden o perturban gravemente el normal desarrollo de la investigación, el juzgamiento.


– Por real o inminente el peligro incontrolable contra la seguridad del procesado o su salud.

– Se afecte gravemente el orden público.

– Pedida por cualquier parte procesal

– Se forma incidente.

– Dentro del mismo Distrito J., resuelve Sala P. Superior.

– Distinto Distrito J. o Sala Superior, resuelve Sala Suprema.

4.3. LA CONTIENDA DE COMPETENCIA.

Cuando dos jueces, se consideran competentes o no competentes para conocer un proceso.

4.3.1. CONTIENDA POR REQUERIMIENTO.

– Jueces que conocen son de igual jerarquía.

– Juez de oficio o a petición de parte solicita la remisión del proceso.

– El Juez requerido resolverá en el término de 2 días hábiles.

– Si acepta, remitirá lo actuado, con conocimiento de las partes.

– Si declara improcedente la remisión formará cuaderno y lo elevará en el término de 3 días a la Sala


Superior.

– Sala Superior resuelve en última instancia dentro de 5º día.

4.3.2. CONTIENDA POR INHIBICIÓN.

– Juez se inhibe, de oficio o a instancia de parte.

– Si hay detenido, remite copia de las piezas pertinentes a otro Juez; en caso contrario remitirá el proceso.

– Si el segundo Juez también se inhibe elevará las copias o el principal, en el plazo de 1 día hábil, para que la
Sala Penal Superior resuelva.

4.4. CONSULTA AL SUPERIOR.

El Juez que toma conocimiento que su superior jerárquico conoce el mismo hecho punible o uno conexo
consultará mediante oficio si debe remitir lo actuado.

5. ACUMULACIÓN.

– Acto procesal de reunir varios procesos conexos en uno solo, con la finalidad de resolverse en una sola
sentencia.

– Puede decidirse de oficio, a pedido de parte, o producto de una contienda de competencia.


– Puede ser para la investigar como para Juzgar.
– Procede recurso de Apelación ante la Sala Penal Superior.

– Excepcionalmente se puede separar procesos acumulados.

5.1. ACUMULACIÓN OBLIGATORIA.

Varias personas aparezcan como autores o partícipes del mismo hecho punible.

5.2. ACUMULACIÓN FACULTATIVA.

Siempre que los procesos se encuentren en el mismo estado e instancia, y no ocasionen grave retardo.

6.- INHIBICIÓN.

El Juez se inhibirá cuando:

– Tuviese directa o indirectamente interés en el proceso o lo tuviere su cónyuge, sus parientes (hasta por
adopción o relación de convivencia) con alguno de los demás sujetos procesales.

– Tenga amistad notoria, enemistad manifiesta o un vínculo de compadrazgo con el imputado, la víctima, o
contra sus representantes.

– Fuere acreedor o deudor del imputado, víctima o tercero civil.

– Hubiere intervenido anteriormente como Juez o Fiscal en el proceso, o como perito, testigo o abogado de
alguna de las partes o de la víctima.

– Exista cualquier otra causa, fundada en motivos graves, que afecte su imparcialidad.

7.- RECUSACIÓN

– Si el Juez no se inhibe, puede ser recusado por las partes.

– Se formulará por escrito, bajo sanción de inadmisibilidad.

– Será inadmisible y se rechazará de plano cuando se interponga fuera del plazo legal.

– Será interpuesta dentro de los 3 días de conocida la causal que se invoque.

– En ningún caso procederá luego del 3 día hábil anterior al fijado para la audiencia,

– Se resolverá antes de iniciarse la audiencia. No obstante, si con posterioridad al inicio de la audiencia el


Juez advierte un hecho constitutivo de causal de inhibición deberá declararse de oficio.

– En el procedimiento recursal, será interpuesta dentro del 3 día hábil del ingreso de la causa a esa instancia.

– Todas las causales deben ser alegadas al mismo tiempo.


INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………..

Con el desarrollo de esta ponencia pretendo abordar algunos aspectos íntimamente relacionados con un tema
que a lo largo de estos últimos tiempos ha generado gran polémica en el mundo jurídico y más concretamente
en el derecho procesal, debido a la necesidad de lograr una adecuada tipificación del concepto de imparcialidad
judicial como elemento esencial de un proceso garante de derechos fundamentales y constitucionales, más aun
cuando hablamos de la generalidad de los países América Latina, debido a que en la mayoría nuestros
procedimientos los jueces gozan de facultades de instrucción que llevan implícita la potestad de ordenar y
practicar pruebas de oficio, poniendo en tela de juicio la imparcialidad del juez frente al proceso.
Para ello se hace necesario establecer en qué consiste el debido proceso y su relación con la imparcialidad y
analizar al juez y la imparcialidad, determinar algunos de los alcances de los principios de independencia e
imparcialidad del juez, hacer una breve reseña sobre los poderes de instrucción del juez.

LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ Y LA PRUEBA DE OFICIO

EL DERECHO A UN JUEZ IMPARCIAL COMO DERECHO HUMANO


Dice Becerra Suárez, que, es en la esfera del derecho internacional de los derechos humanos donde se ha
desarrollado la materia abundantemente. La imparcialidad del juez se manifiesta como una expresión del
derecho humano al debido proceso3. Y desde esa perspectiva, son los instrumentos jurídicos y los tribunales
supranacionales los que han reconocido que la imparcialidad jurisdiccional se enuncia como exigencia derivada
del debido proceso con el ánimo de asegurar la mayor objetividad posible frente al caso que se pone a
disposición para el juzgamiento. La Declaración Universal de los derechos humanos, por su lado, expone:
“Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia
por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para
el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal”, mientras que la Corte Interamericana de
Derechos Humanos precisa que es una garantía fundamental del debido proceso, con la que se pretende
asegurar la objetividad del juzgador, por un lado, y de otro, inspirar la confianza necesaria de las partes, la que
ha de extenderse a los ciudadanos de una comunidad democrática4. Específicamente, ha señalado que, el
derecho a ser juzgado por un tribunal imparcial exige que “el juez que interviene en una contienda particular se
aproxime a los hechos de la causa careciendo, de manera subjetiva, de todo prejuicio y, asimismo, ofreciendo
garantías suficientes de índole objetiva que permitan desterrar toda duda que el justiciable o la comunidad
puedan albergar respecto de la ausencia de imparcialidad”.
En nuestro ámbito, el Tribunal Constitucional peruano ha reconocido que, el derecho al juez imparcial es un
derecho fundamental implícito que se fundamenta a partir del principio de dignidad humana y del modelo de
estado democrático de nuestro Estado, colocándolo de modo inmediato como una expresión del debido
proceso. Dice: “el derecho a ser juzgado por jueces imparciales no se encuentra reconocido expresamente en
la Constitución. Ello, sin embargo, no ha impedido a este Tribunal reconocer en él a un derecho implícito que
forma parte de un derecho expreso. A saber, del derecho al debido proceso, reconocido en el inciso 3) del
artículo 139 de la Constitución”. Agrega que la calidad de derecho fundamental, se deriva de la cuarta
disposición final y transitoria que ordena la obligación de interpretar las disposiciones constitucionales a la luz
de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre derechos humanos. En otra sentencia,
siguiendo esta misma línea, sostiene que el contenido nuclear de los derechos humanos derivados de
instrumentos internacionales es compartida por el constitucionalismo en atención a “la convicción jurídica del
valor de la dignidad de la persona humana, a cuya protección y servicio se reconduce, en última y definitiva
instancia, el ejercicio de todo poder”.

EL CONTENIDO CONSTITUCIONAL DEL DERECHO A UN JUEZ IMPARCIAL


La imparcialidad del juzgador se sostiene sobre la principal idea de “encomendar a un tercero desinteresado y
ajeno a la contienda la resolución de una controversia surgida entre dos intereses particulares” y atendida esa
perspectiva se le exige al juzgador a) una posición: no ser parte de la contienda, (el juez no puede asumir
procesalmente funciones de parte ni puede tener relaciones jurídicas o fácticas con las partes que vislumbren
su voluntad por alguna de ellas) b) una actitud: dejar al margen las condiciones subjetivas en el ejercicio de la
función. Condiciones que garantizan “la confianza que los tribunales deben inspirar a los ciudadanos en una
sociedad democrática”, que a su vez exige dos condiciones, una para el juez; la otra, para la ciudadanía: la
apariencia de imparcialidad y la convicción del
justiciable.
La apariencia de imparcialidad, tiene como finalidad asegurar la confianza social y, desde esa perspectiva, se
requiere que el juez guarde las apariencias. No solo se trata de la obligación de actuar imparcialmente sino que
además esa imparcialidad debe exponerse
“hacia afuera”, de modo tal que es también obligación del juez evitar toda conducta que ponga en riesgo el
cumplimiento de su obligación. Así, en caso de que el juez no pueda asegurar dicha apariencia entonces deberá
abstenerse o, en su defecto, el ciudadano puede recusarlo, siempre que las sospechas o dudas no sólo surjan
de la mente del justiciable sino que es necesario asegurar objetiva y legítimamente una materialidad que
justifique la petición.

EL DEBIDO PROCESO Y SU RELACIÓN CON LA IMPARCIALIDAD.

En la mayoría de los países de Latinoamérica, hemos vivido el sueño de una sociedad perfecta, pero día a día
desafiamos una dura realidad cuando nos enfrentamos a la imperfecta situación en que vivimos; “Hemos
persistido en laesperanza utópica porque fuimos fundados por la utopía, porque la memoria del origen feliz está
en la memoria misma de América, y también al final del camino como meta de su realización” esperanzas y
expectativas estas que no escapan al plano de lo jurídico, porque no es posible negar que añoramos un sistema
legal que nos genere la tranquilidad de ver efectivizados y por lo tanto realmente garantizados nuestros
derechos fundamentales y constitucionales a partir de la existencia de herramientas jurídicas que nos generen
una verdadera confianza en nuestros sistemas, en este contexto en materia de derecho procesal el debido
proceso ha venido cumpliendo un rol de mucha importancia, se puede incluso afirmar que el debido proceso en
el derecho tiene un papel creciente en las legislaciones latinoamericanas, en la medida en que nuestros
sistemas jurídicos se han desarrollado y se han vuelto cada vez más complejos, con el avance mismo del
proceso, dados los cambios económicos, los cambios sociales de las regiones y por supuesto a la democracia
misma.
Así las cosas, es entonces importante resaltar el papel del debido proceso, por ello se hace imperioso destacar
que el derecho en una de sus muchas funciones tiene por interés proveer de mecanismos a las personas para
el manejo y la solución de conflictos en la sociedad, a partir de una serie de instituciones normativas sustantivas
y procesales que tienden a construir y procurar la permanencia de un equilibrio social, la forma habitual en que
esta función se ha desarrollado es la administración de justicia por la rama judicial.
En los Estados sociales de derecho, el órgano judicial por disposición constitucional está llamado a ser un
verdadero edificador y efectivizador de garantías constitucionales en el proceso, es por ello que el debido
proceso como principio está reconocido como pilar esencial de las constituciones enlos países de América
latina, como lo afirma HECTOR FIX SAMUDIO “… el debido proceso no es solo una garantía de aquellas que
integran el sector jurídico procesal, es la garantía real consagrada expresa o implícitamente en los preceptos
de las Cartas Fundamentales, que se dirigen hacia la realización de una justa y rápida impartición de la justicia
en todas las ramas del enjuiciamiento”.
Ante este panorama estamos frente a un derecho fundamental verdadero, con un carácter instrumental que
comparte características de los derechos de libertad porque crea una esfera para los titulares libre de ciertas
injerencias por parte del Estado y de los derechos de prestación porque obliga al Estado a asegurar condiciones
mínimas en todo proceso.
Por su parte (KARL LARENZ, 1885), considera al debido proceso como uno de los principios vitales del derecho
procesal en un Estado de derecho y el otro principio vital para es la imparcialidad del juez.
Principio que puede llegar a traspasar la esfera del derecho, tanto que debe regir también en las actuaciones
de la administración pública y como principio moral, por ejemplo, entre padres e hijos capaces de discernimiento,
o cuando un educador reprocha el comportamiento de un alumno, concluye diciendo que, el debido proceso es
cabalmente un imperativo de justicia y ejercitarlo es también un mandamiento moral”.
Cuando hablamos de imparcialidad, hacemos referencia a la falta de designio anticipado o de prevención a
favor o en contra de alguien, es decir, cuando se es imparcial no se está a la expectativa de algo, por lo tanto,
en el caso del juez se espera frente a su imparcialidad que obre y juzgue con rectitud; luego entonces la
imparcialidad presume la carencia de interés en el resultado de algo; la imparcialidad “es disposición, está
directamente relacionada con el interés positivo o negativo que el juez pueda tener en la pretensión jurídica que
debe decidir”.
La imparcialidad como principio posee una estrecha relación con el principio del debido proceso, pues este
último, propugna por la existencia de un equilibrio real de las partes dentro del litigio, es decir demandante y
demandado, no solo aparece como el instrumento que procura garantías en la actuación delderecho material,
sino que también impone límites a la acción del Estado, al punto de constituir un freno a la potencial acción
arbitraria de este frente a todas las persona sujetas a dicha acción. Desde este punto de vista la imparcialidad
va de la mano del debido proceso, en la medida en que el juez se mantiene sin interés propio frente al proceso,
él está allí en un plano superior como un garante del equilibrio procesal y real de las partes, se comporta como
el tercero que bien puedo describe, como aquel, que pone frente al proceso, en suspensión todas las
consideraciones subjetivas que de él como humano surjan respecto de los hechos del litigio, así como todo
sentimiento o interés respecto del demandante y el demandado.

EL JUEZ Y LA IMPARCIALIDAD.

Al hablar de la imparcialidad se hace indispensable hablar primero del juez, pues es sobre él, que recae el deber
de ser imparcial; el sentenciador como ser humano, la persona racional, con una formación jurídica, con
sentimientos, paradigmas, con un sentido de lo ético, de lo social y ante todo con una biografía de vida; si bien
es cierto el juez debe desprenderse de lo subjetivo para poder atarse a lo objetivo en el proceso, (es lo que
anhelamos en aras de un proceso lleno de garantías) también lo es que jamás podemos esperar del ser humano
que pierda su naturaleza y es de ella ser propenso a la preferencia por sentimientos de identidad con muchas
o pocas cosas el mundo que lo rodea, más aun si se trata de el mundo de los hechos que conforman el litigio.
Cuando nos referimos a la imparcialidad, se coincide en afirmar que “es la ausencia de perjuicio o de interés
subjetivo del juez en que el conflicto se solucione de determinada manera”, donde se da aplicación a la ley sin
predilecciones personales, esto no implica que el juez descuide su parte humana dentro del proceso y mucho
menos que le este permitido darle predominio a ella; el elemento subjetivo en las actuaciones procesales del
fallador se trata de algo inevitable, es de la esencia del ser humano, de su propia condición, lo que supone una
carga subjetiva existente en la actuación del juez dentro del proceso, entonces, como se trata de algo que la
Ley, las partes, los litigantes y ni el mismo juez pueden evitar de forma absoluta, lo que si podemos pretender
es minimizar en lo posible la injerencia de esa parte subjetiva que acompaña al ser humano investido de la
calidad de sentenciador dentro del proceso, todo con miras a obtener como consecuencia en eldesarrollo del
litigio, así como en la sentencia, un fallo producto del debate probatorio de las partes, marco este, donde él
debe obtener razonadamente un grado tal de convencimiento que le permita obrar conforme los principios y
preceptos constitucionales y legales, escapando así a una sentencia autoritaria, arbitraria y parcializada.

LA INDEPENDENCIA Y LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ EN EL PROCESO RESPECTO DE LA


IMPARCIALIDAD.

El profesor (ALVARADO VELLOSO, 2008), circunscribe el fortalecimiento de la imparcialidad a través de la


consolidación de la independencia y la impartialidad del juez, a hora bien, ante este planteamiento, vale la pena
mirar desde esta perspectiva que está permitido para el juez dentro del proceso y que no, respecto de una
actuación imparcial.
Empecemos recordando que el litigio está conformado por unos hechos y tres sujetos frente a la Ley, cada uno
conoce de suyo su función dentro del proceso, lo que enuncian algunos procesalistas como la triada procesal,
en torno a ello encontramos a “las partes en un mismo plano de igualdad jurídica y al tercero, un juez, cuyas
atribuciones le conceden la potestad de ser el instructor del proceso, es decir, juez director del proceso,
facultado para hacer uso efectivo de la función pública y por ello se esmera en descubrir la verdad real,
solucionar el litigio, cuyo fin último es administrar una pronta y efectiva justicia; un sujeto garante de los derechos
en discusión por los interesados dotado de la iniciativa necesaria para la máxima eficacia en el ejercicio de su
función”
Así es como se pretende al juez ideal, es aquel sujeto formado en el conocimiento de la Ley, que es
independiente de tal manera que será guiado en la toma de decisiones únicamente por el conocimiento legal y
la experiencia judicial13. Es decir, que el juez con el dominio racional de su función, teniendo claro que es
relevante para él en su papel, la protección y salva guarda de los derechos fundamentales y las garantías
constitucionales, así como conducir el proceso de manera tal que las partes tengan la posibilidad deagotar todos
los pasos descritos en el procedimiento, es un “juez garante del proceso”, que reconoce con claridad su facultad
de instrucción y que no la confunde porque conoce el límite de su injerencia dentro del litigio, hasta aquíllega
su función, solo debe dar la posibilidad para que los actores intervengan probatoriamente, si esta oportunidad
no es aprovechada por las partes, en aras a su independencia de funciones éste no debe hacerse participe de
la dejadez o descuido de estos frente su responsabilidad en el proceso. “Por eso el debe mantener por fuera
del proceso sus impulsos heroicos por hacer justicia y descubrir la verdad real, el juez acá debe impulsar el
proceso y nadie puede decir que eso es poco”.
Es decir, el fallador, no debe dejarse afectar por factores que tengan su origen dentro del proceso ni fuera del
proceso, o sea, no debe permitir que las partes o los particulares al litigio ejerzan sombre él factores de presión
que lo conduzcan a la parcialización.
Ahora bien que ocurre con la imparcialidad, este también es un presupuesto que parte de la posición de tercero
del juez frente al proceso, un juez imparcial es aquel al que no le está permitido sustituir a las partes en su deber
en el proceso, debido a que no se encuentra en un mismo plano de igualdad con ellas, es decir, “la imparcialidad
supone la no injerencia del juzgador en cuestiones ajenas a su función, actuar de otra manera implicaría
directamente el incumplimiento de sus funciones.
Por lo tanto y en este orden de ideas, cuando un juez desconoce o va más allá
de su función como tercero en la triada procesal, con facultades de instrucción limitadas por la independencia
y la impartialidad que a su vez implican la imparcialidad transforma su naturaleza garantista y propende a un
desequilibrio real contrario a los interés y la función del proceso en sí; de igual manera, es el un sentenciador
que pierde su norte en el proceso, que está condenado a emitir fallos que escapan al derecho, estaría incurso
en un actuar que deviene del incumplimiento funcional y que por lo tanto merece una sanción.
El derecho al juez imparcial se enuncia como el derecho de los ciudadanos a que sus litigios y controversias
de naturaleza jurídica sean decididos por un tercero imparcial y ajeno al conflicto. La jurisprudencia y doctrina
de los derechos humanos han señalado los contornos de este derecho, ligándolo expresamente con el derecho
al debido proceso. Sin perjuicio, hay quienes además lo relacionan con el principio del juez natural y los
derechos del juez predeterminado por la ley y de independencia judicial.
Se ha identificado, en el nivel doctrinario y jurisprudencial que, este derecho en su contenido esencial supone
dos aspectos: el subjetivo, que intenta evitar el juez prejuicioso mientras, que la imparcialidad objetiva pretende
desterrar cualquier duda sobre la apariencia de imparcialidad del juez.
La finalidad última del derecho es asegurar “la confianza que los tribunales deben inspirar a los ciudadanos
en una sociedad democrática”. A ese efecto el juez no sólo debe ser imparcial, también tiene que parecerlo y,
el justiciable tiene el deber de confiar en el sistema. Las dudas que puedan generarse, deberán tener una
justificación objetiva.
El derecho en mención, desde la perspectiva constitucional, puede ser sostenido mediante el proceso
constitucional del amparo. Sin perjuicio de ello, los mecanismos procesales para evitar su afectación en cada
caso concreto se efectúa a través de la inhibición y la recusación; a las que se les reconoce determinados
supuestos que el legislador ha considerado como justificaciones objetivas para asegurar el apartamiento del
juez cuestionado.
El catálogo de causales de inhibición o recusación es un catálogo abierto. En nuestra legislación la
expresión “cuando exista cualquier otra causa, fundada en motivos graves, que afecte su imparcialidad”
garantiza dicha apertura. No obstante, corresponde estudiar cada caso concreto –como bien recomienda la
jurisprudencia supranacional- para verificar si efectivamente las condiciones que el justiciable denuncia o que
el propio juez alega, suponen un motivo de gravedad que justifique su apartamiento de la causa.
El hecho de que el juez conozca la causa, haya decidido sobre algunos de sus extremos, hay formado opinión
respecto del fondo del asunto, haya actuado medios probatorios o se haya pronunciado supone la afectación a
este derecho. Algunos de dichos supuestos, como por ejemplo no sentenciar en el plazo de ley o la declaración
de la nulidad de la sentencia son supuestos específicos contemplados como tales por la ley aunque por fuera
del catálogo de causales. La proximidad con la causa que motive prevenciones y prejuicios, también debe ser
considerada como tal.

LA PRUEBA DE OFICIO

La facultad oficiosa del Juez de Juicio, está directamente relacionado con la garantía de imparcialidad del
juzgador, garantía que si bien no se encuentra de manera expresa en nuestra Constitución, se deduce
implícitamente del derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva, reconocido en el artículo 139 inciso 3
de la Constitución, dentro de la cual se reconoce el derecho a un Juez independiente e imparcial. El Tribunal
Constitucional, ha dicho que “El derecho a ser juzgado por un Juez imparcial constituye un elemento del debido
proceso reconocido expresamente en el articulo 8 inciso 1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, así como el articulo 14, inciso 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos…”
La imparcialidad es definida como la “ausencia de perjuicios a favor o en contra de una de las partes o en
relación con la materia sobre la cual deberá decidir” o como “ausencia de prejuicio o parcialidades”
Señala Talavera Elguera, que el código procesal penal, no obliga al juez penal, a ordenar de oficio la practica
de nuevos medios de prueba . Sin embargo, el autor considera de que en algunas circunstancias, el juez debe
de actuar una prueba necesaria, todo ello de acuerdo las reglas que debe de tener esta figura contenida en
nuestra procesal penal vigente, señalas estas características:
- En primer lugar, debe de tratarse de una prueba nueva, es decir, de un medio probatorio que anteriormente
no hubiera sido ofrecido por las partes para su actuación en el juicio. Puede tratarse de una prueba sobreviviente
o no, no opera en este caso la restricción contemplada en el artículo 373, inciso 1 del Código Procesal Penal,
en razón de que como consecuencia del juicio, puede surgir la necesidad de llamar a testigos que antes no
fueron considerados por el hecho de haber sido mencionados en la audiencia como conocedores de un hecho
relevante o para contrastar la credibilidad de algún medio de prueba.
- En segundo lugar, la facultad de ordenar la practica de oficio solo puede ejercida por el juez, una vez que las
partes hubieran ofrecido y practicado sus medios de prueba aportados en la fase intermedia o al inicio del juicio
oral.
- En tercer lugar, debe tratarse de nuevos medios de prueba manifiestamente útiles para esclarecer la verdad.
La dinámica del juicio puede dar como resultado que muten o surjan hechos nuevos y relevantes para los fines
de resolver y de hacer que aparezcan, por lo tanto, ulteriores medios de prueba útiles. Además, los medios de
prueba que se decida practicar en el juicio deben ser pertinentes, conducentes y lícitos
- En cuarto lugar, mediante el ejercicio de la facultad o iniciativa de oficio, el juzgador no puede sustituir a las
partes, esto es, no puede ordenar la actuación de prueba directamente de cargo y de descargo, sino de prueba
complementaria o de prueba sobre la prueba. El código procesal penal, no otorga una facultad supletoria, sino
excepcional para ordenar la práctica de prueba de oficio.

EL IMPULSO PROCESAL DE OFICIO.

Los poderes de instrucción formal permiten el impulso de las diversas etapas procesales, este “fenómeno
descansa sobre la idea o principio de que el derecho procesal es un derecho público, aunque sea en algunas
oportunidades un instrumento de tutela dirigido a derechos privados, representa, sin embargo, al mismo tiempo,
también una función pública del Estado”. Ante ello, el juez ya no puede concurrir estoico al proceso; por el
contrario, debe ser un motivador de las partes, debe indagar en el proceso la verdad, “no la verdad formal,
¡basta de verdades formales!, se trata de que el juez salga a buscar la verdad real, y eso aparece como un
deber en todos los Códigos procesales de América Latina, que el juez salga a buscar y a hacer la justicia”,
aunque durante el desarrollo del litigio los contrincantes hayan perdido el interés en la verdad, no la conozcan
o no quieran descubrirla, le corresponde al fallador ir más allá, buscar, analizar y aplicar toda herramienta
jurídico-procesal que esté a su alcance para adelantar su trabajo conforme al mandato legal: llegar a la verdad
de los hechos; con lo cual solo se demuestra que existe una verdadera ampliación de los poderes del juez, sin
embargo todo este despliegue de facultades debe estar limitado, con el fin de evitar que el sentenciador
descuide su imparcialidad y con ella, su impartialidad y su independencia dentro del litigio.
En los Estados democráticos y de derecho, como lo son los estados de América latina “ninguna función tiene
poderes sin límites y responsabilidades, de igual manera en el proceso ninguno de los sujetos procesales goza
de este
tipo de privilegios, por ello la función pública jurisdiccional contiene límites y verdaderas responsabilidades con
los poderes de instrucción”.
Cuando hay impulso procesal de oficio este es desarrollado por el juez o el tribunal, modalidad adoptada por la
mayoría de los códigos procesales de Latinoamérica, encuentra su razón de ser en la necesidad de proteger el
orden público. Este impulso se ve reflejado en la medida en que una vez instada la jurisdicción por las partes
mediante “la presentación de la demanda el tribunal puede y debe realizar por si todos los actos necesarios
para el normal desarrollo del proceso”

Así las cosas, “los poderes atribuidos al juez, en lo relativo al desarrollo del proceso, propios de la dirección
formal del sumario permiten en realidad el impulso de las diversas etapas del proceso, ejercer vigilancia sobre
las audiencias y ejercer garantías legales sobre el proceso mismo” la celeridad del proceso, la necesidad de
establecer un contacto directo con la prueba, evitar las dilaciones ejerciendo un debido control sobre el
desarrollo de las audiencias, entre otros aspectos”.
Ahora bien, el papel de juez en cuanto al impulso procesal es indiscutiblemente importante, dada la complejidad
de actos y responsabilidades que implica el desarrollo del proceso mismo, pero no por ello se debe confundir la
facultad de dar impulso oficioso al proceso con la facultad de ordenar y práctica prueba de oficio, actuación esta
última, que desnaturaliza el papel del juez como tercero, que vulnera el principio del debido proceso, pone en
tela de juicio la efectividad de las garantías constitucionales y legales, todo ello producto de la perdida de la
posibilidad de ser imparcial cuando de este tipo de actuación procesal se trata.
Es indiscutible, que existe una muy mala interpretación respecto a la facultad de dar impulso procesal al litigio
por el juez y ordenar y práctica prueba de oficio, dado que se ha decidido deducir que de la primera
obligatoriamente se desprende la segunda, partiendo del argumento de la búsqueda de la verdad real por parte
del juez.

FINALIDAD DE LA PRUEBA DE OFICIO EN EL PROCESO

Es comprobar o verificar (no averiguar o investigar) las afirmaciones que las partes han expuesto tanto en la
demanda como en la contestación. Esto no significa que se verifique la veracidad de los hechos sino de las
afirmaciones que de ellos hacen las partes, que es diferente. Entonces podríamos decir que la finalidad es llegar
a una verdad procesal porque no puede afirmarse que siempre se alcance la verdad real. Esta verdad procesal
es la que lleva al Juez al convencimiento y es la que tiene que trasladar a la sentencia como fundamento de su
decisión indicando las pruebas que la soportan. Así está enunciado en el artículo 188º del CPC- “Los medios
probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el Juez
respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones.”
FUENTE DE PRUEBA Y MEDIO PROBATORIO

La determinación de las fuentes de prueba que van a incorporarse a un proceso, en principio, corresponde a
las partes, lo que de modo negativo puede enunciarse diciendo que el juez no puede utilizar el conocimiento
privado que tenga de los hechos de un proceso ni salir a investigar esos hechos.” Así resulta necesario
recordar la distinción entre fuente de prueba, medio de prueba y prueba, ya que de la diferencia entre fuente
de prueba y medio probatorio podremos determinar a quien corresponde la carga de la prueba.
a) La fuente de prueba se encuentra en un estadio pre procesal, ajeno al proceso, se trata de una realidad
anterior al proceso y que existe independientemente de él. Puede ser persona, documento, declaración de las
parte, objetos etc.
b) El medio de prueba o también denominado “manifestación probatoria” se encuentra ya en la etapa
procesal. Como consecuencia del Principio de Adquisición procesal cuando la fuente de prueba se presenta al
proceso en la forma de interrogatorio de las partes, declaración testimonial, documentos públicos o privados,
dictamen pericial, reconocimiento o exhibición y otros. Mientras que las fuentes de prueba son buscadas o
investigadas para ser aportadas por las partes, los medios probatorios son objeto de prueba. “Las fuentes
preexisten todas al proceso, mientras que en éste sólo se practican los medios; sin proceso no hay medios de
prueba, pero las fuentes son independientes en su existencia y no dependen de que se realice o no proceso.”
c) Prueba son los medios probatorios realizados o actuados, el resultado final de esa actuación.

Fuente de prueba Medio probatorio o de prueba.


Fuera y anterior al proceso. Relativo a averiguar y corresponde buscarla a la parte que la va a ofrecer al
proceso. Es la fuente de prueba que se ofrece en el proceso y es adquirida por éste, por lo tanto deja de
pertenecer a las partes. Es el medio probatorio ofrecido y actuado en el proceso que será valorado o
apreciada por el Juez.

MEDIO PROBATORIO DE OFICIO

Ya hemos hecho la distinción entre fuente de prueba y medio probatorio y se ha precisado que la diferencia es
importante para determinar a quien corresponde la carga de la prueba, sin que ello excluya la actividad
probatoria que el Juez de oficio pueda realizar. Así el artículo 194º del CPC establece que “Cuando los medios
probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar convicción, el Juez, en decisión motivada e
inimpugnable, puede ordenar la actuación de los medios probatorios adicionales que considere convenientes.”
La facultad concedida al Juez no atenta contra el Principio Dispositivo ni tampoco vulnera la imparcialidad que
debe garantizar, por el contrario implica que se le dota de una atribución para que el proceso alcance su finalidad
y objeto. La premisa es que las partes hayan cumplido con su carga de probar, pero si a pesar de ello falta
algún complemento para causar total convicción, el Juez podrá actuar otros medios probatorios siempre y
cuando tengan origen en la fuente de prueba aportada por las partes. El Juez no podrá buscar o investigar otras
fuentes de prueba que no sean las que las partes han tenido. Al parecer sobre este tema en doctrina hay
consenso para considerar que la correcta aplicación y ejercicio de esta facultad exige tener en cuenta por lo
menos las siguientes premisas o reglas:
• Las pruebas de oficio no son útiles para sustituir a las partes.
• Las pruebas de oficio deben derivar de la fuente de prueba citada por las partes
• Las pruebas de oficio deben relacionarse con los puntos controvertidos del proceso
• Las pruebas de oficio deben respetar el derecho de contradicción probatorio.
En la práctica judicial se ha generado una especie de debate cuando el magistrado superior revisa una sentencia
en apelación y ordena que se actúen medios probatorios lo que es considerado muchas veces una vulneración
a la independencia del Juez, con mayor razón si la actuación de medios probatorios de oficio es una facultad y
no un imperativo legal. Así nos dice Martel Chang que “…suelen encontrarse decisiones de órganos
jurisdiccionales revisores de sentencias u otras decisiones finales, donde se aborda el tema de las pruebas de
oficio. De este tipo de decisiones, algunas simplemente son abstractas y otras concretas. En efecto, hay
decisiones que anulan la sentencia con el mensaje general y abstracto para que el juez que “interfirió” hubiera
hecho uso de la facultad consagrada en el artículo 194 del CPC es decir, actuar pruebas de oficio. Y otras que
también anulan la sentencia, señalando al juez que debió de actuar de oficio un determinado medio probatorio.
En el primer caso, el abstracto, sin duda alguna que resulta difícil para el juez y los propios justiciables, saber
con certeza a qué medio probatorio se refiere el “superior” asunto que en verdad complica el desarrollo de
cualquier proceso, pues la nueva decisión que pudiera adoptar el juez probablemente sea revisada otra vez y
si el “superior” estima que no se cumplió con su orden o mensaje, probablemente opte por anular nuevamente
la sentencia, lo que sucede en no pocas ocasiones. Esta práctica no favorece de ninguna manera la tutela
oportuna, pues por lo menos la dilación se presenta por estas incomprensiones de mensaje entre el emisor y el
receptor.
En el caso de los mensajes concretos la cuestión no es menos especifica pues no se descartan decisiones que
se toman obviando los límites a la actuación de pruebas de oficio, o de actuaciones probatorias que quizás el
juez “inferior” ha descartado por no ser necesarias para resolver la controversia, y que sin embargo por el
mensaje u orden del “superior” se ve obligado a considerar para su nueva dirección. “Además en ambos casos
está el principio de independencia judicial con el cual los jueces están protegidos incluso frente a los llamados
jueces “superiores”.

LA ADMISION DE LA PRUEBA DE OFICIO.

Se puede apreciar, desde un primer momento, que existen dos peritajes, uno por el Instituto de Medicina Legal
y otro por la defensa técnica (peritaje de parte) en la cual el peritaje ofrecido por la defensa, cuestiona el
diagnostico señalado por el médico legista, diagnostico que está señalado en el certificado médicolegal.
El certificado médico legal, fue ofrecido y admitido en su oportunidad, esto es en la audiencia de control de
acusación, al igual que el peritaje de parte, el ministerio publico ofreció como prueba que se actué la declaración
del médico legista, a efectos de que ilustre al juez penal, sobre el contenido de su certificado médico legal, sin
embargo, la defensa técnica no propuso el debate pericial entre el médico legista y el perito de parte. El Juez
Penal, observó que existían dos apreciaciones totalmente distintas con relación a las lesiones que se
diagnosticaban en el certificado médico legal, dado a que, según el médico legista, las lesiones, por haberse
otorgado más de 10 días era delito, sin embargo, el perito de parte, señala que las lesiones consignadas en el
certificado médico legal, ameritaban una atención facultativa de menos de diez días, constituyendo solamente
FALTAS CONTRA LA PERSONA. Sin embargo, pese a esta observación, el juez penal, no realizó un debate
pericial entre ambos profesionales de la salud, porque, este debate no fue ofrecido por las partes.
Al respecto, manifiesto lo siguiente:
Lo que se debió en todo caso haberse propuesto se practique como PRUEBA NECESARIA, un DEBATE
PERICIAL entre estos dos especialistas, ya que existían dos versiones distintas; justificando el ad quo su
decisión de no haberlo efectuado en el sentido de haber afirmado que siendo contradictorios ambas pericias,
debió ofrecerse un debate pericial, sin embargo no fue ofrecida en su oportunidad cuando el juzgador pregunto
a las partes si existía prueba nueva que ofrecer.
Esto constituye una falsa percepción o desconocimiento de la normatividad procesal vigente, ya que antes del
término de la actividad probatoria, la judicatura debió en caso proponer DE OFICIO -en el caso de que las partes
no lo hubiesen hecho-, se actúe un debate pericial como PRUEBA NECESARIA (Artículo 385º del NCPP); ya
que ello surgió como consecuencia del debate pericial, lo cual de haberse dado se pudo haber determinado si
la lesión mas grave como sería el esguince en el tobillo, ameritaba a priori un diagnostico sin radiografía previa
y si la atención medica superaría o no los diez días.

EL PODER DEL JUEZ PARA DISPONER PRUEBAS DE OFICIO

Para el jurista MICHELE TARUFFO el poder del juez para disponer pruebas de oficio constituye una función
«activa» en la adquisición de pruebas, más no «autoritaria». La función «activa» es integrativa y supletiva (sic)
respecto de la actividad probatoria de las partes, con la consecuencia de que cuando éstos ejercitan
completamente su derecho a deducir todas las pruebas disponibles y por consiguiente suministran al juez
elementos suficientes para la verificación de los hechos no hay ninguna necesidad de que el juez ejercite sus
poderes. Absolutamente diferente sería una función inquisitoria y autoritaria de un juez que adquiera las pruebas
de oficio de propia iniciativa y expropiando a las partes los derechos y las garantías que ellos esperan en el
ámbito del proceso. El autor afirma que pensar que la búsqueda de la verdad no interesa, resulta difícil de
entender porque si se indica que el fin del proceso y de la decisión es poner fin a la controversia, entonces se
tiene otros modos más rápidos y eficaces para lograr ese objetivo, como las ordalías [que ponían fin al proceso
eliminando a las partes] o la extracción a la suerte [puede ser el lanzamiento de una moneda].
Para el autor una de las condiciones para que el proceso conduzca a decisiones justas, es que sea orientado a
establecer la verdad en orden a los hechos relevantes de la causa; ella se justifica en la necesidad de la verdad
en una sociedad democrática, además, ninguna decisión judicial puede considerarse legal y racionalmente
correcta, y por consiguiente justa, si se funda sobre una comprobación errónea, y no verdadera de los hechos
a los cuales se refiere, ello también es perseguido en el proceso civil. En suma, la decisión no es justa porque
pone fin al conflicto; la decisión es buena si se pone fin al conflicto estando fundada sobre criterios legales y
racionales, entre los cuales asume importancia particular la veracidad en la comprobación de los hechos, esta
ideología según el cual el proceso debe concluir con decisiones justas es coherente con una interpretación no
formalista y no meramente repetitiva de la cláusula constitucional del justo proceso, esa deberá estar en efecto
referida a un proceso que pueda ser justo en cuanto sea orientado a la consecución de decisiones justas. Las
condiciones son que el juez pueda integrar las iniciativas probatorias de las partes cuando esas aparezcan
insuficientes o inadecuadas a consentir la adquisición de todas las pruebas que sean necesarias para formular
una decisión que acierte en la verdad de los hechos.
Conforme la propuesta desarrollada por el autor la mayoría de ordenamientos establece que el juez tenga
poderes para la búsqueda de la prueba, pero solamente poderes de control y de iniciativa que están claramente
configurados como accesorios y sustancialmente residuales. En este marco también se encuentra la potestad
o poder deber de promover prueba de oficio por el juez peruano, es por ello, que resulta totalmente válido que
el juez pueda reunir medios probatorios incorporados al proceso por las partes sin observar las formalidades
del proceso. Por ello, observamos pronunciamientos de la Corte Suprema de la República, donde pese a que
las partes ofrecen pruebas documentales fuera de los actos postulatorios, es decir, sin respetar las formalidades
de los plazos, el tribunal ha dispuesto que ellas sean incorporadas al proceso en forma válida para ser valoradas
adecuadamente al emitir sentencia, para tal efecto, el juez ejerce su potestad inquisitiva incorporando los
medios probatorios como pruebas de oficio. De esta forma se puede manifestar que los límites del derecho a la
prueba, esto es, el límite temporal debido a los requisitos legales de proposición sede frente a la búsqueda de
la verdad jurídica objetiva.

La búsqueda de la verdad de los hechos en el proceso civil, también ha sido desarrollado en el proceso
constitucional dentro del ámbito penal, así, el Tribunal Constitucional25, señalo: «[…] el derecho de conocer la
verdad sobre los hechos o acontecimientos injustos y dolorosos provocados por las múltiples formas de
violencia estatal y no estatal. Tal derecho se traduce en la posibilidad de conocer las circunstancias de tiempo,
modo y lugar en las cuales ellos ocurrieron, así como los motivos que impulsaron a sus autores. El derecho a
la verdad es, en ese sentido, un bien jurídico colectivo inalienable […] Al lado de la dimensión colectiva, el
derecho a la verdad tiene una dimensión individual, cuyos titulares son las víctimas, sus familias y sus allegados.
El conocimiento de las circunstancias en que se cometieron las violaciones de los derechos humanos y, en caso
de fallecimiento o desaparición, del destino que corrió la víctima por su propia naturaleza, es de carácter
imprescriptible. Las personas, directa o indirectamente afectadas por un crimen de esa magnitud, tienen
derecho a saber siempre, aunque haya transcurrido mucho tiempo desde la fecha en la cual se cometió el ilícito,
quién fue su autor, en qué fecha y lugar se perpetró, cómo se produjo, por qué se le ejecutó, dónde se hallan
sus restos, entre otras cosas […] Así, el derecho a la verdad, aunque no tiene un reconocimiento expreso en
nuestro texto constitucional, es un derecho plenamente protegido, derivado en primer lugar de la obligación
estatal de proteger los derechos fundamentales y de la tutela jurisdiccional».
Dentro de está perspectiva es deber del Estado buscar la verdad en el proceso civil, para cuya finalidad resulta
válida la incorporación de medios probatorios documentales que no hayan sido debidamente incorporados al
proceso. Además, este razonamiento encuentra sustento jurídico en el artículo 201° del Código Adjetivo que
señala que el defecto de forma en el ofrecimiento y actuación de un medio probatorio no inválida éste si cumple
su finalidad, tanto más, ella debe ser entendida en aplicación del principio de adquisición por el cual el medio
probatorio una vez incorporado al proceso deja de pertenecer a las partes y pasan a formar parte del proceso.
Este razonamiento además, debe ser interpretado en armonía de lo dispuesto en el primer párrafo del artículo
III del T.P. del Código Procesal Civil, según el cual: «El juez deberá atender a que la finalidad concreta del
proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar la incertidumbre jurídica, haciendo efectivo los derechos
sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia».
LA PRUEBA DE OFICIO Y LA IMPARCIALIDAD DEL JUEZ ANTE EL PROCESO.

La prueba tiene por fin conducir al juez a la verdad del proceso, aspecto este
que ha sido objeto de múltiples discusiones desde el punto de vista epistemológico y procesal, pero que en este
momento no será objeto de intervención, pues mi interés está dirigido al papel de la prueba en el proceso, de
hecho, “sobra cualquier esfuerzo para demostrar su importancia, al grado de
imponerse por sí misma”.
Una vez presentada la demanda por el interesado, el proceso continúa a un sin
necesidad de ser instado por el demandante, pues su voluntad la integra el Estado mediante la acción del juez,
pero esta acción va más allá, cuando elsentenciador en aras de obtener la verdad real, ordena y práctica
medidas de pruebas que son aptas para ese fin. “La totalidad de los ordenamientos prevén, como consecuencia
lógica del impulso procesal de oficio la facultad del juez de proponer y llevar a cabo medidas probatorias”. En
este punto cabe preguntarse ¿qué ocurre con un juez que ordena y práctica pruebas de oficio en el litigio si al
hacerlo va en contra del debido proceso, de la imparcialidad y de su naturaleza procesal como tercero?
Acogiéndome en este punto al Profesor Adolfo Alvarado, imparcialidad, Imparcialidad e independencia, tres
calidades que voy a emplear en una sola
palabra, IMPARCIALIDAD; en el proceso, se busca obtener un equilibrio para las partes en el plano del litigio,
el mismo que en el desarrollo de la vida cotidiana de estas no existe, pues de ser así es muy probable que el
litigio tampoco, y luego el juez, el que está en un plano supra – ordenado, el que no debe ni puede sustituir a
las partes, el que no debe tener intereses subjetivos en el resultado de proceso y por supuesto el “que no está
sometido a ningún tipo de obediencia debida” respecto de las partes, los anteriores, todos ellos elementos que
imponen límites que el sentenciador debe respetar, por imperativo legal y en algunos estados como el
colombiano por mandato constitucional.
No puede haber una decisión justa, si esta proviene de la actuación de un juez que dentro del proceso abandona
su rol, se convierte en parte, se involucra en el proceso y desconoce por lo tanto su imparcialidad, dado que al
sustituir a una de las partes en su deber procesal, el juez se está parcializando y al hacerlo rompe el equilibrio
propio del proceso, puesto que cuando el juez ordena y práctica una prueba dentro del litigio está favoreciendo
a una de las partes en detrimento de la otra, actuando en contra de los postulados propios
del debido proceso, ante este panorama el debido proceso no puede asegurar
una decisión justa y mucho menos objetiva.
Ahora bien, si se dice que el juez imparcial es aquel que no tiene ningún interés
en el resultado del pleito, el juez que respeta la obligación de la carga probatoria que tiene cada una de las
partes en el proceso, y que en pro de la imparcialidad debe tratar a las partes de igual modo en el litigio bajo el
mismo plano de igualdad, entonces, la existencia de cualquier tipo de prejuicio o interés del juzgador a favor de
una parte, en perjuicio de la otra supone conculcar los principios básicos del debido proceso, la igualdad
procesal y por supuesto que la imparcialidad, provocando que el juez deje de estar legitimado para resolver el
asunto.
A cada quien dentro del proceso le corresponde una naturaleza, le corresponden unas funciones y sobretodo
la identidad y la garantía real de un proceso justo que culmine con una decisión justa que está concentrada en
la idoneidad de las partes en el litigio, cuando alguno de estos elementos se distorsiona, el proceso también y
por lo tanto su resultado, ello implica una afectación grave para todos los implicados dentro del mismo, porque
la justicia no existe y los derechos y las garantías de las partes tampoco.
En este punto, es dable recordar una frase del Profesor ALVARADO VELLOSO
“prácticamente los principios que gobiernan el proceso son dos, la igualdad de los parciales y la imparcialidad
del juzgador”.
Más aun, cabe preguntarse, que ocurre con la sentencia expedida por un juez que ha desconocido el principio
de imparcialidad, es lógico deducir en este momento que si el juez no fue imparcial al ordenar y práctica prueba
de oficio, mucho menos puede serlo cuando por aplicación del sistema de valoración probatoria tenga que auto
evaluar su actuación en el proceso. Al sentenciar el juez elige una de las dos teorías contradictoras propuestas
por las partes durante el proceso y para las cuales se hizo necesario que el interviniera sustituyéndose en la
obligación de una de ellas, lo que significa que este actuar no será imparcial, pues se continuara con el
incumplimiento funcional en la medida en que el juez tendrá que auto evaluar su actuación dentro del proceso,
constituyendo un prejuzgamiento, situación esta que distancia a la sentencia de ser justa, de estar conforme a
la verdad, objetiva y de ser ecuánime.
Lo anterior, nos deja claro que prueba de oficio e imparcialidad judicial no son criterios que van de la mano.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La norma procesal penal, si bien es cierto, faculta al juez penal, utilizar la figura procesal de la prueba de oficio,
cuando observe que una diligencia no se haya realizado en la investigación preparatoria y/o que alguna
diligencia en la investigación preparatoria sea insuficiente, ordenará la realización de una inspección o de una
reconstrucción, disponiendo las medidas para llevarlas a cabo.
Pero el tema aquí planteado, incumbe netamente su aplicación en el segundo párrafo.
El juez, en aplicación de lo dispuesto por la normatividad procesal vigente, debe actuar una prueba de oficio,
cuando del desarrollo del juicio oral, se pueda evidenciar alguna situación que le genere confusión, todo esto,
a efectos de mejor resolver el caso debatido.
En efecto, tal como lo señala el articulo 385 del Código Procesal Penal, “…EL Juez Penal,
EXCEPCIONALMENTE, una vez culminada la recepción de las pruebas podrá disponer, de oficio o a pedido
de parte, actuación de nuevos medios probatorios si en el curso del debate RESULTASEN INDISPENSABLES
O MANIFIESTAMENTE ÚTILES PARA ESCLARECER LA VERDAD…”.
En los casos, en las cuales el debate, surja como consecuencia de lo actuado en el juicio oral, y a efectos de
poder esclarecer la veracidad de lo afirmado por las partes, ya que el proceso penal lo que busca es la
averiguación de la verdad, el juez penal debe de actuar como prueba de oficio ciertas figuras, que en el presente
caso es un DEBATE PERICIAL, a efectos de poder calificar de una manera más objetiva lo diagnosticado por
ambos peritos, en el caso planteado, Además, considero que esta figura del debate pericial no solo debe ser
actuado en los delitos de lesiones, puesto que debería de aplicarse en los casos en los que el debate surja
como consecuencia de lo actuado en el juicio oral, a pesar de que no haya sido ofrecido por las partes, esto es,
que puede ser un delito de peculado, en la cual la prueba de privilegio es una pericia valorativa contable y que
puede ser cuestionada con una pericia de oficio, entre otros casos, claro esta, cuidando siempre no remplazar
el juez por este medio la actuación propia de las partes.

Respecto a la Actuación de la Prueba de Oficio establecido en el artículo 385º de la novísima norma procesal
peruana en el parágrafo 2) que establece que: “El Juez Penal puede excepcionalmente, una vez culminada
la recepción de las pruebas, disponer de oficio, la actuación de nuevos medios probatorios si en el curso
del debate resultasen indispensables o manifiestamente útiles para esclarecer la verdad”.

En ese orden de ideas con respecto a lo conveniente que es la prueba de oficio en el nuevo Código Procesal
Penal (CPP-2004); esto es, aquella prueba que es introducida en el proceso por el juez,debo decir, QUE NO
ME ADHIERO A TAL CONVENIENCIA.

LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA…………………………………………………………………………

Devis Echeandía señala que "por valoración o apreciación de la prueba judicial se entiende la operación mental
que tiene por fin conocer el mérito o valor de convicción que pueda deducirse de su contenido". A su vez Paul
Paredes indica que: "La apreciación o valoración es acto del juez consistente en medir la eficacia probatoria de
cada medio de prueba, o de su conjunto, según el precio o valor que le asigna la ley o le otorgue el juez, en
relación al grado de convicción que permita generar certeza en el juez de la ocurrencia del hecho a probar".
Sobre el tema Carrión Lugo refiere que: "Podemos sostener válidamente que la apreciación y valoración de los
medios probatorios constituye la fase culminante de la actividad probatoria. Es el momento también en que el
Juez puede calificar con mayor certeza si tal o cual medio probatorio actuado tiene eficacia para convencerlo
sobre los hechos alegados y si ha sido pertinente o no su actuación en el proceso".

La Función Valorativa

Como se ha mencionado la valoración de la prueba es efectuada por el Juez, quien debe tener presente tres
aspectos, en primer lugar, tendrá que percibir los hechos a través de los medios probatorios, los cuales en este
sentido pueden ser directos, esto es, el Juez se encuentra en contacto inmediato con el hecho a probar, como
sucede con la inspección ocular. En segundo lugar, el Juez deberá efectuar una representación o reconstrucción
histórica de los hechos en su conjunto, en este caso además de utilizar los medios directos puede emplear los
medios indirectos, los cuales sólo proporcionan datos, a partir de los cuales el Juez elabora un argumento para
deducir la existencia de un hecho, como ocurre con los indicios. En tercer lugar, el desarrollará una actividad
analítica o de razonamiento mediante la cual se obtienen las inferencias de los datos percibidos.
LOS SISTEMAS DE VALORACIÓN PROBATORIA

En la historia del proceso penal se han utilizado distintos sistemas en la valoración de la prueba, acorde con
la evolución del derecho y las formas como los pueblos conceptuaban la justicia, culminándose por atribuir al
juez la facultad de apreciar las pruebas con reglas lógicas, debidamente razonadas.

En el devenir histórico del desarrollo de la ciencia procesal penal, se ha forjado tres principales sistemas de
valoración de la prueba, los que son: sistema de la prueba legal o tasada; sistema de íntima convicción; y
sistema de la sana crítica racional o libre convicción.

Cada uno de ellos supone la adopción de una especial política procesal, la cual a su vez determinará
necesariamente la adecuación de todo el proceso a una serie de particularidades propias del sistema escogido.

En consecuencia, adoptar un sistema de valoración, implica adherirse a una determinada política procesal, la
que fijará los criterios por los cuales el Juez ha de valorar y ponderar la eficacia de las pruebas introducidas al
proceso, y cómo debe expresar sus conclusiones en base a la valoración efectuada.

a) EL SISTEMA DE PRUEBA LEGAL O TASADA

El sistema de prueba legal o tasada fue introducido en el derecho canónico, como un freno u obstáculo a los
ilimitados poderes que tenía el juez, que ejercía absoluto dominio sobre el acusado y que frecuentemente se
traducía en arbitrariedades.

Este sistema fue impuesto en la época moderna, como una reacción contra los fallos descalificantes por la
arbitrariedad que ostentaban y para poner remedio a tal situación. También constituyó un medio de civilizar la
administración de justicia frente a la existencia de jueces ignorantes o arbitrarios.

b) EL SISTEMA DE INTIMA CONVICCIÓN

En opinión de Cubas Villanueva, este sistema constituye el otro extremo del sistema de la prueba legal. En este
sistema el juez es totalmente libre de valorar la prueba a su "leal saber y entender". Como el juez es libre de
convencerse de la existencia o no de un hecho, no está obligado a fundamentar sus decisiones. Este sistema
es aplicado por los jurados populares. La falta de garantía de motivación de la sentencia trae consigo el peligro
de parcialidad y arbitrariedad en el proceso.

Este sistema aparece en contraposición a la prueba tasada, pues se caracteriza por la ausencia de reglas que
concedan determinado valor a los medios probatorios.

En este sistema la ley no establece reglas para la apreciación de la prueba, de tal manera que el juez tiene
plena libertad de convencimiento sobre la prueba actuada, según su íntimo parecer.

Se trata de una apreciación libre de la prueba, que es propia del sistema de jurado y en virtud del cual no resulta
necesario dar expresión de los fundamentos o razones de la decisión judicial. Este sistema implica la
inexistencia de toda norma legal que otorgue valor a los elementos de prueba y que el juzgador debe observar
y que no existe la obligación de explicar las razones determinantes del juicio.

c) EL SISTEMA DE LA LIBRE CONVICCIÓN O SANA CRÍTICA RACIONAL

El sistema de libre convicción surge como consecuencia de la evolución operada tras la Revolución Francesa.
El derecho francés, que se difundió también a través de Europa, dio importancia capital a la infalibilidad de la
razón individual y al instinto natural. Inicialmente se exageró considerando que no debían existir reglas para el
proceso de convicción íntima, pero luego se reconoció limitaciones de ahí que se inició la fase científica donde
se reconoce al juez la libertad para apreciar el valor de las pruebas, pero de acuerdo con los principios de
la psicología y de la lógica.

Este sistema está referido a la facultad que tiene el juez de apreciar la prueba con libertad a fin de descubrir la
verdad. Ello supone la existencia de pruebas, que actuadas en presencia del juzgador posibiliten la convicción
necesaria en él para la expedición de la sentencia debidamente fundamentada.

El juez llega a un convencimiento sobre la prueba basándose en sus conocimientos, en la razón, la lógica, la
experiencia común, su decisión debe ser obra del intelecto y de la razón.

Existen dos aspectos importantes que hacen de este sistema de valoración de la prueba la de mayor aceptación
en sistemas como el nuestro:

La libertad de convencimiento judicial sobre la prueba, en atención al razonamiento lógico.

La exigencia de expresar cuáles son tales razones judiciales en la motivación de la resolución.

EL CRITERIO DE CONCIENCIA

Significa apreciar la prueba relacionándola con los demás actuados y con la realidad de los hechos; y según
ese examen, darle o no valor probatorio.

El criterio de conciencia exige entonces un esfuerzo de razonamiento que debe hacer el Juez en cada caso
concreto y en el que la prueba tiene un rol muy importante.

El criterio de conciencia comprende los elementos propios de la sana crítica: razonamiento lógico jurídico en el
análisis de la prueba y la motivación de la decisión judicial. Es el juicio que formula la inteligencia valorativa del
juez, que equivale a las libres convicciones, para lo cual es muy importante la formación judicial y el uso de la
ciencia, porque permitirá descubrir la verdad en el contenido de hechos y pruebas. La crítica valorativa del Juez
debe entenderse como la actividad mental destinada a emitir juicios regidos por principios científicos. Por lo cual
esta apreciación de la prueba por parte del juez no puede realizarse en función a sentimientos, emociones o
razones del mismo.

En la actualidad, toda sentencia penal hace alusión expresa al criterio de conciencia antes de la parte resolutiva,
y la jurisprudencia no explica como forma parte de la valoración de la prueba. En tal sentido, ha señalado por
ejemplo, que "el colegiado ha valorado los hechos y compulsado las pruebas con el criterio legal y de conciencia
que la ley le faculta al expedir sentencia" y en la mayoría de casos hace alusión directa a los actos de valoración
de la prueba, por ejemplo, cuando resuelve que "una sanción penal solamente es imponible cuando existe
prueba plena de la comisión del delito, certeza y convicción del mismo."

Conclusiones

1. La valoración probatoria es el conjunto de actos procesales que despliegan los sujetos procesales destinados
a la producción, recepción y valoración de los elementos de prueba.

2. La valoración probatoria es la operación intelectual que realiza el juez para establecer el mérito o valor de los
elementos de prueba actuados en el proceso, es la última etapa de la actividad probatoria.

3. El Sistema de Prueba Legal o Prueba Tasada, consiste en que la ley procesal fija las condiciones que debe
reunir la prueba, le otorga un determinado valor, de tal manera que la autoridad judicial solo la aplica en cada
caso concreto sin mayor esfuerzo de análisis.
4. En el Sistema de Libre Valoración el juez es totalmente libre de valorar la prueba a su "leal saber y entender"
y no está obligada fundamentar sus decisiones. Este sistema es característico del juicio por jurados, adoptado
en el sistema norteamericano y el anglosajón.

5. El Sistema de Libre Valoración y Sana Crítica está referido a la facultad que tiene el juez de apreciar la prueba
con libertad a fin de descubrir la verdad. Ello supone la existencia de pruebas, que actuadas en presencia del
juzgador posibiliten la convicción necesaria en él para la expedición de la sentencia debidamente fundamentada.

6. El NCPP se ubica en el sistema de libre valoración y sana crítica, porque propone una valoración racional de
la prueba, contiene un conjunto de normas generales y específicas que constituyen pautas racionales objetivas
y controlables, en aras de garantizar un elevado estándar de suficiencia probatoria compatible con el derecho
fundamental a la presunción de inocencia.

7. Criterio de conciencia significa apreciar la prueba relacionándola con los demás actuados y con la realidad
de los hechos; y según ese examen, darle o no valor probatorio.

INTRODUCCION……………………………………………………………….

"El arte del proceso no es esencialmente otra cosa que el arte de administrar las pruebas". Así pues el tema
de la prueba es de suma relevancia para las partes en el proceso, ya que del valor o fuerza que tengan las
pruebas que aporten en el proceso, dependerá si resultan victoriosas en el mismo. Igualmente este tema
constituye el insumo fundamental para que el Juez pueda emitir la sentencia a su cargo.

Habiéndose resaltado la importancia de la prueba, debe precisar que el momento central y culminante sobre
el particular, es el de su valoración por parte del Juez, pues, de acuerdo con el Artículo 197 del Código
Procesal Civil, todos los medios probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su
apreciación razonada, de esta manera en este acto el juzgador evaluará las pruebas obtenidas a través de
los medios probatorios obrantes en autos para verificar si las partes han acreditado sus afirmaciones, y si le
producen certeza, para que en base a la operación intelectual de juicio, resuelva la causa puesta bajo su
conocimiento.

Por ello se ha venido construyendo la Teoría de la Prueba por parte de la doctrina, y en los cuerpos de leyes
procesales, llámense Código, Ley Procesal u otra denominación, se hace referencia a la prueba en general
y a la valoración de la misma en particular. Producir certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos
y fundamentar sus decisiones..1

VALORACIÓN DE LA PRUEBA

La valoración: es el juicio de aceptabilidad (o de veracidad) de los resultados probatorios (las hipótesis).


La valoración constituye el núcleo del razonamiento probatorio; es decir, del razonamiento que conduce, a
partir de las informaciones aportadas al proceso a través de los medios de prueba, a una afirmación sobre
hechos controvertidos. El sistema jurídico, por medio del denominado "derecho a la prueba", exige la
aplicación de reglas de la epistemología o la racionalidad generales para la valoración de la prueba. La

1
Juan Linares San Román http://www.derechoycambiosocial.com/revista013/la%20prueba.htm
valoración de la prueba no puede ser una operación libre de todo criterio y cargada de subjetividad, sino
que debe estar sometida a las reglas de la lógica, de la sana crítica, de la experiencia.

La prueba: es todo motivo o razón aportada al proceso por los medios y procedimientos aceptados en la
ley para llevarle al juez al convencimiento de la certeza sobre los hechos discutidos en un proceso.

La valoración de la prueba:2

"Podemos sostener válidamente que la apreciación y valoración de los medios probatorios constituye la fase
culminante de la actividad probatoria. Es el momento también en que el Juez puede calificar con mayor
certeza si tal o cual medio probatorio actuado tiene eficacia para convencerlo sobre los hechos alegados y
si ha sido pertinente o no su actuación en el proceso"3

ART. 158° CPP: “en la valoración de la prueba el juez deberá observar las reglas de la lógica, la ciencia y
las máximas de la experiencia y expondrá los resultados obtenidos y criterios adoptados”. (Regla general)

ART. 159 CPP: “el juez no podrá utilizar, directa o indirectamente, las fuentes o medios de prueba obtenidos
con vulneración del contenido esencial de los derechos fundamentales de la persona” Regulan la valoración
de un singular y concreto medio de prueba (prueba por indicios, confesión, testigo indirecto o de referencia.(
regla especifica)

La valoración es la última fase de la actividad probatoria, pero es uno de los aspectos más trascendentes
del proceso, donde se refleja el nivel democrático y garantista del sistema penal. El juez deberá entender
que existe prueba de cargo si y solo si la acusación tiene apoyo en todas las pruebas producidas y soporta
ser confrontada con todas las contrapruebas practicadas a instancia de la defensa.

La valoración de la prueba es el proceso psicológico mediante el cual el juzgador verifica el valor de la


prueba luego de haberla actuado. Esta es la conclusión de la actividad probatoria y su desarrollo a cargo
del juez no queda a su libre albedrío, sino que, por el contrario, el razonamiento judicial empleado para la
valoración de la prueba debe ser expuesto debidamente por el juzgador en su sentencia.

Neyra Flores: “la valoración de la prueba es el momento culminante del desarrollo procesal en el que el
órgano jurisdiccional debe hacer un análisis crítico y razonado sobre el valor acreditante que los elementos
probatorios introducidos tengan y destaca la importancia y trascendencia que implica para la ciencia
procesal, determinar la forma en que el juez debe valorar las pruebas que son aportadas por las partes al
proceso.”

2
Devis Echeandía señala que "por valoración o apreciación de la prueba judicial se entiende la operación mental que tiene por fin
conocer el mérito o valor de convicción que pueda deducirse de su contenido"
3
Carrión Lugo
La Función Valorativa

Como se ha mencionado la valoración de la prueba es efectuada por el Juez, quien debe tener presente
tres aspectos.

I. En primer lugar tendrá que percibir los hechos a través de los medios probatorios, los cuales en este
sentido pueden ser directos, esto es, el Juez se encuentra en contacto inmediato con el hecho a
probar, como sucede con la inspección ocular.
II. En segundo lugar, el Juez deberá efectuar una representación o reconstrucción histórica de los
hechos en su conjunto, en este caso además de utilizar los medios directos puede emplear los
medios indirectos, los cuales sólo proporcionan datos, a partir de los cuales el Juez elabora un
argumento para deducir la existencia de un hecho, como ocurre con los indicios.
III. En tercer lugar, el desarrollará una actividad analítica o de razonamiento mediante la cual se obtienen
las inferencias de los datos percibidos.

LOS SISTEMAS DE VALORACIÓN DE LA PRUEBA

En la historia del proceso penal se han utilizado distintos sistemas en la valoración de la prueba, acorde
con la evolución del derecho y las formas como los pueblos conceptuaban la justicia, culminándose por
atribuir al juez la facultad de apreciar las pruebas con reglas lógicas, debidamente razonadas.

En el devenir histórico del desarrollo de la ciencia procesal penal, se ha forjado tres principales sistemas de
valoración de la prueba, los que son:

 sistema de la prueba legal o tasada


 sistema de íntima convicción
 sistema de la sana crítica racional o libre convicción.

En consecuencia, adoptar un sistema de valoración, implica adherirse a una determinada política procesal,
la que fijará los criterios por los cuales el Juez ha de valorar y ponderar la eficacia de las pruebas introducidas
al proceso, y cómo debe expresar sus conclusiones en base a la valoración efectuada.

a) EL SISTEMA DE PRUEBA LEGAL O TASADA

El sistema de prueba legal o tasada fue introducido en el derecho canónico, como un freno u obstáculo a
los ilimitados poderes que tenía el juez, que ejercía absoluto dominio sobre el acusado y que frecuentemente
se traducía en arbitrariedades.

Este sistema fue impuesto en la época moderna, como una reacción contra los fallos descalificantes por la
arbitrariedad que ostentaban y para poner remedio a tal situación. También constituyó un medio de civilizar
la administración de justicia frente a la existencia de jueces ignorantes o arbitrarios.
Históricamente el sistema de la prueba legal, se ha considerado como exigencia del proceso inquisitivo,
porque se le concede al juez todo poder de iniciativa, de investigación y de decisión, quedando el acusado
desprovisto de su propia defensa, el legislador intervino para limitar los poderes del juez en el momento en
que debía proceder a absolver o condenar, tomando como base los resultados obtenidos de su propia
investigación. Razón por la cual, antes que una coerción de la conciencia del juez, se interpretó como eficaz
defensa del acusado.

Vélez Mariconde “este sistema se busca limitar el poder del juez en el sistema inquisitivo, quien tenía todo
el poder de iniciativa, de investigación, de decisión con lo cual el imputado no tenía la defensa proporcional
a dicho poder, por lo cual el legislador interviene para limitar los poderes del juez, este método más que una
coerción a la conciencia del Juez, parece una eficaz protección del imputado al juez.”

Este sistema es propio de la inquisición, se caracteriza porque la ley procesal fija las condiciones que debe
reunir la prueba para que sea idónea. En este sistema se le concede valor a cada medio probatorio; así se
habla de prueba plena y semiplena. Ejemplo: el testimonio de dos personas era considerado prueba plena,
al igual que la confesión.

Por tanto, el sistema de la prueba tasada es aquel que consistía en el establecimiento de ciertas reglas a
que de manera rígida asignaba un determinado resultado a los medios de prueba en sentido formal que se
utilizaban en el proceso, y que no se dirigían a formar el conocimiento del juzgador sino a la obtención de
un resultado absoluto, en un principio y más tarde sustituido por normas que obligaban al juzgador a formar
un criterio según el contenido de éstas. Este régimen puede lograrse de dos modos que se denominan por
la doctrina: Teoría Positiva y teoría Negativa de la Prueba.4

b) EL SISTEMA DE INTIMA CONVICCIÓN

Es aquel donde el juez goza de completa libertad para valorar la prueba. La ley no le impone al juzgador
ningún tipo de regla que debe aplicar en la apreciación de los diversos medios probatorios. La convicción
que logra obtener el juez no se encuentra sujeta a ningún tipo de formalidad preestablecida.

Cubas Villanueva: “este sistema constituye el otro extremo del sistema de la prueba legal. En este sistema
el juez es totalmente libre de valorar la prueba a su "leal saber y entender".”

Como el juez es libre de convencerse de la existencia o no de un hecho, no está obligado a fundamentar


sus decisiones. Este sistema es aplicado por los jurados populares. La falta de garantía de motivación de la
sentencia trae consigo el peligro de parcialidad y arbitrariedad en el proceso.

En este sistema la ley no establece reglas para la apreciación de la prueba, de tal manera que el juez tiene
plena libertad de convencimiento sobre la prueba actuada, según su íntimo parecer.

4
http://ignaciaarellanom.blogspot.pe/2012/11/en-el-sistema-de-prueba-legal-o-tasada.html
Se trata de una apreciación libre de la prueba, que es propia del sistema de jurado y en virtud del cual no
resulta necesario dar expresión de los fundamentos o razones de la decisión judicial. Este sistema implica
la inexistencia de toda norma legal que otorgue valor a los elementos de prueba y que el juzgador debe
observar y que no existe la obligación de explicar las razones determinantes del juicio.

Se entiende por íntima convicción a la apreciación personal que realiza el Juez de las pruebas aportadas,
el juez es libre de convencerse según su íntimo parecer, de la existencia o inexistencia de los hechos de la
causa, valorando aquellas según su leal saber y entender.

c) EL SISTEMA DE LA LIBRE CONVICCIÓN O SANA CRÍTICA RACIONAL

Este sistema está referido a la facultad que tiene el juez de apreciar la prueba con libertad a fin de descubrir
la verdad. Ello supone la existencia de pruebas, que actuadas en presencia del juzgador posibiliten la
convicción necesaria en él para la expedición de la sentencia debidamente fundamentada.

El juez llega a un convencimiento sobre la prueba basándose en sus conocimientos, en la razón, la lógica,
la experiencia común, su decisión debe ser obra del intelecto y de la razón.

Existen dos aspectos importantes que hacen de este sistema de valoración de la prueba la de mayor
aceptación en sistemas como el nuestro:

 La libertad de convencimiento judicial sobre la prueba, en atención al razonamiento lógico.


 La exigencia de expresar cuáles son tales razones judiciales en la motivación de la resolución.

Con este sistema la autoridad judicial llegará a conclusiones sobre la prueba en plena libertad de
apreciación pero observando normas de la lógica, de la psicología y de la experiencia, con la obligación de
expresar las razones de tal convencimiento y los medios de prueba en que lo sustenta, debiendo hacer la
descripción del elemento probatorio y su valoración crítica. Como podemos apreciar el deber de
fundamentación es una consecuencia esencial de la libre apreciación de la prueba.

La sana crítica implica que en la valoración de la prueba el juez adquiere la convicción observando las leyes
lógicas del pensamiento, en una secuencia razonada y normal de correspondencia entre éstas y los hechos
motivo de análisis.Se puede entender al sistema de la sana crítica como la superación del sistema de íntima
convicción, en ese sentido supera los defectos que mantenía este, los que se manifestaban con las críticas,
primero en el orden ideológico, al ver las consecuencias negativas que tienen para las garantías del proceso
y el alto grado de arbitrariedad que permite y, segundo en el ámbito de su racionalidad epistemológica.

CASACIÓN Respecto de la valoración de la prueba en sede casatoria, mediante Cas. N° 078-2006-Ica se ha


establecido que la Corte Suprema puede en contados casos ejercer una actividad correctora cuando las
instancias de mérito al pretender buscar una solución jurídica al caso concreto se apoyan en insostenibles
resultados probatorios que entrañan una arbitrariedad al momento de revisar los hechos. Consideramos
saludable la postura de la Corte Suprema respecto al criterio jurisprudencial primigenio que ha señalado que
los defectos en la valoración de los medios de prueba no son materia de casación, dado que la arbitrariedad
fáctica se presenta cuando no se han valorado los medios probatorios admitidos y actuados de conformidad
con los principios procesales que rigen la actividad probatoria, o se han valorado defectuosamente los hechos
y el material probatorio actuado conforme a tales principios. Uno de los supuestos que habilita su competencia
es a través de la causal de infracción normativa procesal (afectación del derecho al debido proceso). Asimismo,
la Cas. N° 2434-2010-Del Santa, de fecha 13 de junio de 2011, expedida por la Sala Civil Transitoria de la Corte
Suprema, que ha establecido que: "(...) Este Supremo Tribunal no está impedido de revisar la actividad procesal
en materia de la prueba cuando se ignoran hechos relevantes en la controversia como ha sucedido en el
presente caso, lo que configura la afectación del derecho al debido proceso del impugnante (...)" (Fundamento
Jurídico noveno, publicada en el diario oficial el 02/01/2012).

CONCLUSIONES

La valoración de la prueba no es mecánica o automatizada puesto que el Juez irá construyendo la convicción o
certeza sobre los hechos controvertidos conforme analiza y evalúa las pruebas, a fin de cumplir con el mandato
legal de valoración conjunta. De esta manera las pretensiones de las partes se ven reforzadas o mediatizadas
conforme el Juez vaya analizando y sopesando los medios probatorios hasta llegar al momento de la decisión
final, resulta de gran importancia estudiar y analizar este tema, teniendo en consideración que dicha labor no
debe limitarse a un análisis exegético de la ley, o a la revisión de las corrientes doctrinarias sobre el particular,
sino a considerar el aspecto subjetivo presente en análisis valorativo que efectúa el juzgador sobre los medios
probatorios, pues debe tenerse presente para verificar si las normas jurídicas pertinentes son eficaces, esto es,
si son observadas en el diario quehacer de la administración de justicia en nuestro país.

Es sumamente importante reconocer que la valoración de la prueba principalmente recae al juez ya que este
está en la obligación de utilizar cada sistema de valoración de la prueba conforme a la lógica y a ciertos criterios
propios de este.

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………

El presente trabajo monográfico, cuyo contenido habla sobre La prueba en la existencia de los Derechos, la
Carga y Procedimiento de la Prueba los procedimientos de la prueba, es una recopilación de datos basados en
dicho tema.

En esta exposición veremos los aspectos generales, importancia, historia y la Ley (el Código Civil) que establece
la Prueba, la cual constituye un capítulo de fundamental importancia en la vida jurídica, puesto que se puede
afirmar que, sin su existencia, el orden jurídico sucumbiría a la ley del más fuerte dado que no sería posible la
solución de ningún conflicto en forma racional.
Comprende, además, la importancia de la evaluación de la prueba, la cual constituye un acto de trascendental
importancia dentro del proceso y de la etapa probatoria, dado que del resultado que se obtenga dependerá la
suerte del juicio, que tanto se puede traducir en la condena o en la absolución de una justa reparación del daño
sufrido o de su pérdida, e incluso de la solución o no de un conflicto familiar con las pertinentes derivaciones
que surgen de ello.

En las normativas procesales vigentes las pruebas constituyen un factor importante, puesto que las mismas,
son determinantes en las decisiones de los jueces, en un determinado proceso del cual están apoderados.

LA CARGA DE LA PRUEBA

Fundamentos de la carga de la prueba

La Teoría General de la Prueba en el proceso penal parte del principio siguiente: el sustento del proceso penal
está en los fines de esta rama jurídica; el fin del proceso penal es hacer viable la aplicación del Derecho penal
ante la comisión de un hecho delictivo.
Concepto de carga de la prueba Carga de la prueba es la obligación que tiene el acusador o demandante de
probar sus afirmaciones en una demanda o en una denuncia, sea oral o escrita. Quien es denunciado no tiene
nada que probar; lógicamente es un absurdo que quien es denunciado o demandado tenga que probar no haber
cometido un delito. El que acusa y no prueba acredita mala intención configurándose el delito de calumnia; es
un ilícito que irroga responsabilidad civil. La prueba es un proceso de verificación de una afirmación
determinada; por ejemplo, si se afirma que “X mató a Y”, una prueba de esta afirmación consistirá en verificar
que fue así. Este concepto de prueba fue usado en el siglo XVI, apareciendo por primera vez en la enciclopedia
de Martín Alonso, indicándose allí que sus términos asociados para su comprensión eran verificar y verificación.
La importancia que tiene la carga de la prueba radica en el hecho de que, como lo hace recordar Emilio Río
Seco, la sentencia ha de reflejar exactamente la prueba rendida, de manera que al establecer los hechos no
prescinda de ninguno de los elementos de prueba haciendo el análisis de su pertinencia, oportunidad e
importancia y que luego los aplique en todo su mérito a la cuestión que se ha dilucidado.

Diferencias entre el sentido común de prueba y el sentido jurídico de la prueba

El sentido común considera que aquello que se prueba son hechos; mientras que el sentido jurídico, respaldado
por la lógica, asevera que lo que se prueba son afirmaciones sobre los hechos. La idea de prueba del sentido
común está muy difundida, tanto que muchos secretarios, abogados y algunos magistrados lo usan sin
preocuparse incluso por penetrar en sus implicancias jurídicas. En el subtítulo “Nuevos aportes para una
Doctrina sobre el valor probatorio de la conducta procesal de las partes”, Jorge Peyrano dice: Como se sabe
toda prueba no es más que un modo de confirmar la existencia de los hechos afirmados por las partes. A todas
luces, el comportamiento de los litigantes no viene a confirmar tal o cual hecho. Su relevancia para la suerte del
pleito es otra: ejerce influencia sobre el ánimo del juzgador, contribuyendo a formar su convicción. Se trata,
entonces, de una fuente de convicción. Nada más y nada menos.

¿Cómo se inicia la necesidad de una prueba en un juicio?

La necesidad de una prueba se inicia cuando ocurre una denuncia o cuando se plantea una demanda. Al
denunciar o al demandar se hacen afirmaciones y eso es lo que tiene que probarse. Lo que los jueces
determinan es si las afirmaciones que están en las denuncias o demandas se pueden probar. Tal como sostiene
Germán Pabon, de la Universidad del Cauca, basándose en Jorge Arenas Salazar, la prueba se fundamenta
en los indicios: “El indicio es el medio de prueba resultante de una operación lógica, mediante la cual, a partir
de una circunstancia fáctica plenamente demostrada en el proceso se infiere la existencia de otro hecho llamado
‘indicado’”.

¿Cómo es la carga de la prueba?

De acuerdo con la teoría subjetiva, la carga de la prueba se define como “una facultad o encargo que tiene una
parte para demostrar en el proceso la efectiva realización de un hecho que alega en su interés, el cual se
presenta como relevante para el juzgamiento de la pretensión deducida por el titular de la acción penal. Por ello,
en el proceso penal acusatorio, una vez que ocurre la denuncia o
la queja es el acusador, en primer lugar, quien tiene que probar la ocurrencia de los hechos que sostiene o
declara, también la autoría de los hechos; así como la prueba de las circunstancias que resultan situaciones
agravantes que conducirían al aumento de la pena. En segundo lugar, al acusador también le compete la prueba
de elementos subjetivos del delito; debe entonces comprobar la forma en que el acusado ha incumplido con el
deber de cuidado en los delitos culposos: sea imprudencia, negligencia, o impericia. En tercer lugar, también
compete al acusador probar que el acusado ha actuado con dolo, lo cual se presume en la mayoría de las veces
cuando está verificado que los actos practicados por el acusado son conscientes y voluntarios. La carga de la
prueba tiene que ser plena puesto que está obligada a destruir la presunción de inocencia que favorece al
acusado.
Es al acusado a quien le compete probar las causas excluyentes de antijuricidad, de culpabilidad y punibilidad;
así como también una declaración probada de las circunstancias que merecen una disminución de la pena, las
cuales constituyen atenuantes o causas privilegiadoras y también la referencia probada a beneficios penales.
El sustento del aporte de pruebas por parte del acusado no está en la ética, es decir, en el deber de presentar
pruebas sino, más bien, en el ejercicio de su legítima defensa, forma parte de su colaboración en el proceso de
prueba y actividad probatoria la cual está por principio orientada a la búsqueda y establecimiento de la verdad
concreta.

¿Es posible que existan pruebas ilícitas?


Es posible que existan, pero están prohibidas por lo que carecen de eficacia probatoria. Son ejemplos de
pruebas ilícitas aquellas pruebas que violentan derechos humanos; también son pruebas ilícitas aquellas que
violentan las libertades fundamentales. El adelanto tecnológico puede contribuir a crear una condición negativa
para el respeto de los derechos fundamentales de las personas; es el caso de las investigaciones de
determinados hechos, pero violentando la esfera de la privacidad, la intimidad de las personas. En caso de que
se recepciones pruebas ilícitas, corresponde al funcionario judicial considerarlas como tales y por lo tanto
corresponde estimarlas como ineficaces, lo cual significa que no sirven para fundamentar las decisiones
judiciales.

El fundamento de la actuación del funcionario judicial se sustenta en el respeto a la dignidad humana, que exige
el respeto a los derechos fundamentales y la personalidad. No considerar este
respeto haría del derecho una disciplina arbitraria y esto es imposible: El Estado de Derecho es racional. El
respeto a los derechos humanos fundamentales no sólo está en la razón, está ya reconocido en los tratados
internacionales de derechos humanos suscrito por el Perú. Existe el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y la Convención Americana de Derechos Humanos: El Art. 14 numeral 2 y el Art. 8 numeral 2 ordenan
que la responsabilidad penal se debe probar con pruebas legales. Debe recordarse que el Art. 93 de la
Constitución Política del Perú reconoce el compromiso de nuestro país, por lo tanto, dichos tratados son
prevalentes; la orientación de conocimiento y actuación se da actualmente con estas fuentes mencionadas.

¿Qué debe ocurrir con los jueces cuando toleran pruebas ilícitas?

Cuando hay pruebas ilícitas en un proceso penal la responsabilidad pertenece al juez quien actuaría de esta
manera o contra la razón, contra el Derecho y contra sus fuentes actuales. ¿Qué debe ocurrir con los jueces?
Las opiniones pueden ser de distinta índole. Lo único que se puede afirmar con contundencia lógica es que en
el proceso penal deben primar los principios fundamentales del derecho; por lo tanto, racionalmente hablando,
las pruebas ilícitas no deben tener efectos porque racionalmente no aportan nada en el proceso penal. El
proceso penal se somete entonces al criterio racional: la razón es uno de los fundamentos del Estado de
Derecho.

Razones explicatorias de la prohibición de pruebas ilícitas

La prohibición de las pruebas ilícitas está en la orientación del derecho por la búsqueda de la verdad cuando
realiza la actividad de resolución de los problemas jurídicos. La búsqueda de la verdad en defensa de la
sociedad que realiza el derecho respeta simultáneamente los derechos de los ciudadanos; en otros términos,
la investigación jurídica del delito no afecta los derechos fundamentales de las personas. Hay situaciones en
las cuales por investigar los delitos se cometen violaciones, por ejemplo, en los registros domiciliarios, y también
en las declaraciones de investigaciones de terroristas, donde se ha violado el derecho a la intimidad o el derecho
a la libertad.
¿Qué son las pruebas prohibidas?

Prueba prohibida es aquella que es contraria —sea en forma absoluta o en forma relativa— a una norma legal
o a un principio de derecho positivo. Una prueba es prohibida en forma absoluta cuando está prohibida por el
derecho; por ejemplo, es una prueba prohibida la presentación de cartas interceptadas o cartas obtenidas por
medios prohibidos por ley (ejemplo robadas). La razón de la prohibición está entonces en la razón del derecho.
Una prueba es prohibida cuando siendo admitida por la ley resulta observada en lo concerniente a su forma,
como el caso de los interrogatorios, que sí están permitidos por ley; sin embargo, resultan una prueba prohibida
si las declaraciones han sido conseguidas usando la violencia. Las prohibiciones de las pruebas pueden ser
expresas cuando lo establecen las leyes, sea la Constitución Política del Estado o el Código Penal, pero pueden
ser también deducidas de los principios generales que norman el proceso penal. La propia razón establece la
inferencia de la extensión de la prohibición de las pruebas a situaciones que significan una extensión de la
prohibición de pruebas establecidas por ley.

La naturaleza de las prohibiciones probatorias

La naturaleza de las prohibiciones probatorias está en el propio proceso penal, es decir, en función de la
finalidad del proceso y de su lógica; puesto que la finalidad del proceso penal está fundamentada en el derecho
y éste en la razón.

Distinción entre pruebas ilícitas y pruebas prohibidas

Las pruebas ilícitas contradicen las normas establecidas en el Derecho procesal y se refieren a su producción,
así como a la introducción de ellas en el proceso; en cambio las pruebas ilícitas, o prohibidas, implican la
vulneración de normas del derecho material, sea en lo referente al medio o al modo en que ellas se obtienen.

Ilegitimidad de pruebas en el Derecho peruano

El art. 2.10 de la Constitución Política del Perú señala el secreto y la inviolabilidad de documentos privados,
salvo mandamiento escrito y motivado por el juez con las garantías previstas por ley; el art. 29 se refiere a la
inviolabilidad del domicilio y, finalmente, el art. 2.24 b) prohíbe el uso de la violencia, la tortura y el trato
humillante, negando valor a las declaraciones obtenidas en esa forma
y estableciendo responsabilidad en quien las emplea. Una referencia importante sobre la ilegitimidad de pruebas
aparece en el artículo IX del Proyecto de Código Procesal Penal del año 1995 donde se ocupa de la “legitimidad
de la prueba”. Allí se señala que todo medio de prueba será evaluado sólo si se ha obtenido por un
procedimiento permitido e incorporado al proceso, conforme a las disposiciones del Código, no teniendo efectos
legales los elementos probatorios obtenidos directa o indirectamente mediante violencia o cualquier otro medio
que menoscabe la voluntad; así como la indebida intromisión a la intimidad domiciliaria, correspondencia,
comunicaciones y todas aquellas que violen los derechos fundamentales de las personas.

Aspectos que se toman en cuenta para calificar una prueba de ilegítima

Se tiene en cuenta el fondo, como lo establece el inciso 9) y 10) y el parágrafo h) del inc. 24 del art. 2 de la
Constitución Política del Estado. También se tiene en cuenta la forma, que ocurre en la actuación de la prueba,
vale decir, en la formalidad establecida; por ejemplo, en lo dispuesto en los artículos 125, 132 del Código de
Procedimientos Penales.

La tesis que afirma que no es posible admitir la inversión de la carga de la prueba

Algunos admiten que no es posible la “inversión” de la carga de la prueba, es decir, del onus probandi. Almagro
Nosete y Tomé Paulé sostienen que debido a que el principio acusatorio dice que corresponde a las partes
acusatorias, una vez que se ha determinado e individualizado la pretensión de condena; es decir, cuando se
han dado los escritos de calificación provisional y los escri tos de acusación, la carga de la prueba de la
acusación, caracterizada por ser plena, para destruir la presunción de inocencia que favorece al acusado. A
pesar de la afirmación y fundamentación anterior, sostenemos que no sólo es posible la idea de admitir la
inversión de la
carga de la prueba, sino que la inversión de la carga de la prueba existe, se da en el Derecho. Por cierto que
esa existencia tiene sus limitaciones. Cuando se da, la inversión de la carga de la prueba está fundamentada;
es una exigencia, por lo tanto, reportar situaciones en las cuales la inversión de carga de la prueba ocurre.

Situaciones de la inversión de la carga de la prueba en el Derecho

Primera posibilidad: Inversión de la carga de la prueba en el Derecho de Familia

Inversión de la carga de la prueba en los casos de Juicios de Alimentos

Si bien es cierto que a quien demanda le corresponde probar, en los casos de alimentos la carga de la prueba
se invierte, pues ésta corresponde al demandado ya que es a él a quien corresponde probar todo cuanto no
coincide con la demanda. Para estos casos la ley establece que los demandados están obligados a contestar
la demanda con una declaración jurada de sus ingresos, si son trabajadores independientes, y con sus boletas
de pago cuando son trabajadores dependientes; así como toda la documentación original sobre sus bienes.
Esta inversión de la carga de la prueba está fundamentada por el imperio de la protección a la vida y los
alimentos que corresponde a todo ser humano; puesto que ningún obligado puede eludir su responsabilidad de
brindar los alimentos a su prole o a su cónyuge indigente.
Segunda Posibilidad: Inversión de la carga de la prueba en los casos de Derecho Civil
Sea el siguiente un caso: Un taxista conduce en su auto a una gestante quien tiene siete meses de embarazo.
En el trayecto ocurre un accidente en el cual la gestante es afectada ligeramente en uno de sus brazos. Como
se pusieron de acuerdo y conciliaron el conductor del otro vehículo arregló, pagando los gastos de atención
médica y todos los gastos de prescripción médica derivados del accidente. No pareció ser un caso de mayor
gravedad. Pasó el tiempo y luego de que naciera el niño de la gestante accidentada, ella se percató de que el
bebé no había nacido normal y que tenía visibles afecciones en la cabeza lo cual fue atribuido al accidente. Por
eso, mediante un juicio o proceso civil exige una compensación o indemnización por daños, pues atribuye las
afecciones del niño nacido al accidente que ocurrió a los siete meses de gestación.
El abogado defensor gestiona una pericia médica, la misma que establece que las afecciones del niño son
congénitas. En este caso ha ocurrido una inversión de la carga de la prueba, es decir, el demandante tuvo que
probar que la causa tiene origen distinto.

En este caso, la inversión de la carga de la prueba se aplica en caso de que los fundamentos de hecho de la
demanda sean falsos, por lo que corresponde rechazar la demanda o declararla infundada.

Otra situación posible

Una “asociación” compra terrenos a tres personas quienes se presentan en el acto de la compra-venta como
“funcionarios del Estado”. Después de diez años de posesión, el Estado expulsa del terreno a los miembros de
la asociación, razón por la cual ésta demanda al Estado presentando como prueba un documento de compra-
venta firmado por los tres “funcionarios del Estado”. En el juicio, el Estado presenta las pruebas que establecen
que quienes suscribieron la compra-venta no aparecen como funcionarios del mismo; en este caso se invierte
la carga de la prueba, pues quienes están obligados a presentar las pruebas no son quienes demandan sino el
demandado.

Explicación general de los fundamentos de la inversión de la carga de la prueba

La explicación de la inversión de la carga de la prueba está siempre en el hecho de que la demanda se hace
con pruebas falsas, lo que da motivo para refutar las pruebas como tales, dando opción legítima al demandado.
La razón de ser de la inversión de la carga de la prueba está, por lo tanto, en la falsedad de las pruebas que
presenta el demandante. Debido a tales falsedades se produce el abuso del derecho en ciertos procesos, que
está contemplado en el título preliminar del Código Civil, puesto que ningún juez debe amparar el abuso del
derecho ya que tampoco la ley lo ampara.
Relación entre prueba y hechos

La prueba está relacionada a los hechos, pero en tanto y en cuanto las afirmaciones que están contenidas
tienen que probarse: las afirmaciones se refieren a hechos.

Principios de la prueba

Se consideran principios de la prueba:


Principio de Oralidad y de Escritura
Principio de Inmediación de la Prueba
Principio de Concentración, y
Principio del Secreto y Publicidad.

Exigencias que cumplen las pruebas

Las pruebas deben ser pertinentes, es decir, se deben referir a la comprobación del delito. En delitos contra el
patrimonio es pertinente acreditar su preexistencia; tendrá relación indirecta cuando la prueba se refiere a la
credibilidad del testigo. Además, las pruebas deben ser idóneas, es decir, debe haber adecuación de lo que se
afirma con el objeto que se persigue; así, en el caso de delito de lesiones, es idóneo acreditarlas mediante
certificado médico, no lo será si se pretende hacer su prueba mediante la presentación de testigos.

Limitaciones de la prueba en materia procesal

Es un principio que cuando se afirma debe probarse en debida forma; sin embargo, existen limitaciones que
pueden ser absolutas y relativas. Las limitaciones absolutas las establece la ley por no existir presunciones que
no admiten prueba contraria, como es el caso de las conductas de menores de edad. Las limitaciones relativas
son aquellas que se vinculan con los medios probatorios: La ley establece que las lesiones deben acreditarse
mediante certificado médico, no aceptándose el reconocimiento mediante testigos.

Mancini Vicenzo en su libro Derecho Procesal Penal5 clasifica los medios inadmisibles en cuatro grupos:

1) Expresamente prohibidos por la ley.


2) Incompatibles con los fines del proceso.
3) Producidos por alteraciones físicas.
4) No admitidos por la ciencia por su carencia de certeza o confusión.

Mancini resalta la importancia de la ciencia al ofrecer medios que se renuevan por su aplicación tecnológica;
sólo merecen reparos los medios que atentan contra el ser humano o los que atentan
contra los principios del derecho.

Libre valoración de la prueba y derecho a la presunción de inocencia

La libre valoración de la prueba acepta el principio de presunción de inocencia. Este fundamento obliga a todo
juez así como a los miembros del tribunal a razonar o motivar el resultado probatorio de las sentencias; ello
significa que quien juzga está obligado a exponer las razones que justifican la convicción, sustentando sus
afirmaciones, lo que dicen o sostienen, vale decir sus explicaciones sustentadas en los hechos que se
convierten en el respaldo de la valoración de la prueba. De esta manera, las resoluciones judiciales se basarán
en la razón, es decir, en la lógica y no en el mero capricho o arbitrariedad. Se garantiza así, lógicamente, la
declaración de inocencia o culpabilidad según sea el caso. El derecho a la presunción de inocencia ya fue
aceptado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, habiéndose establecido que se obliga a los
Estados de nuestro continente a probar plenamente toda imputación para condenar a los procesados. Como
dice Flavio García del Río: “Si no se descarta la presunción de inocencia se absuelve”.

La presunción de inocencia se aclara en el proceso y, al aclararse, termina cuando se produce una mínima
actividad probatoria y se hayan dado todas las garantías procesales y particularmente las garantías para la
defensa. Las pruebas las estiman los magistrados “racionalmente de cargo”, lo cual quiere decir que la certeza
de las afirmaciones derivan de la prueba que se practica y que los hechos acreditan la culpabilidad de aquellos
a quienes se acusa. Lo que se prueba es la afirmación sobre hechos delictivos, los grados de participación
delictiva y las circunstancias concurrentes a los hechos motivos de acusación o demanda; pero el derecho
fundamental establece la presunción de inocencia, de allí la necesidad de probar.

Exigencias de la carga de la prueba en la perspectiva subjetiva

En la perspectiva subjetiva la carga de la prueba se concibe como la facultad o encargo que tiene una parte
para comprobar en el proceso la efectiva realización de un hecho que alega en su interés, el cual se presenta
como relevante para el juzgamiento de la pretensión deducida por el titular de la acción penal. En el proceso
penal acusatorio la denuncia o queja exige que quien es acusador pruebe la veracidad de sus afirmaciones, la
autoría, así como también las circunstancias que originan el aumento de la pena (circunstancias agravantes).
“Al acusador le compete probar las causas excluyentes de antijuricidad, de culpabilidad y de punibilidad, así le
corresponde también mostrar las circunstancias que implican una disminución de la pena (circunstancias
atenuantes, causas privilegiadoras) o la concesión de beneficios penales”.

También corresponde al acusador la prueba de los elementos subjetivos del delito; es decir, la manera en que
se comete el delito, bien sea imprudencia, negligencia o impericia. El acusador probará también que el acusado
ha actuado con dolo, que a veces se presume a partir de la constatación de los actos practicados por el ser
humano en tanto son conscientes y voluntarios; el reo deberá comprobar lo contrario.
¿Es posible que el imputado aporte pruebas?

Sí es posible que el imputado aporte pruebas, pero no está obligado ni es su deber; si lo hace será parte de su
colaboración en la obtención de la verdad concreta.

Relación entre carga de la prueba e in dubio pro reo

El principio jurisprudencial denominado in dubio pro reo no pertenece al momento de la valoración o apreciación
de la prueba. Se aplica luego del ofrecimiento de pruebas; esto es, una vez recibidas y analizadas existe duda
racional sobre la concurrencia de elementos objetivos y subjetivos que integran el tipo penal. En cambio, la
presunción de inocencia termina su función cuando no se encuentran pruebas o cuando las ofrecidas no reúnen
las garantías que permitan acreditar un fundamento para que los jueces decidan inocencia o culpabilidad.

Aplicaciones de la prueba anticipada

Pedro Sagástegui ha precisado las aplicaciones que tiene la prueba anticipada o diligencia preparatoria, según
se registra en el Nuevo Código Procesal Civil vigente desde el 28 de julio de 1993: pericia, testigos,
reconocimiento de documentos privados, exhibición de testamento, documentos, estados de cuenta y libros de
negocios, exhibición de bienes muebles, absolución de posiciones de quienes consideran como futura y
presunta contraparte para que conteste un interrogatorio de preguntas sobre hechos que han de ser materia de
un futuro proceso y, finalmente, la inspección judicial.

LA INVERSIÓN DE LA CARGA DE LA PRUEBA

En general la inversión de la carga de la prueba ocurre en los casos de presunciones legales “iuris tantum” –las
cuales pueden ser legales, judiciales o de hombre-, o sea en aquellos casos en que la ley presume ciertos
hechos, y quien pretenda negarlas debe probarlo. Hay supuestos en los cuales la legislación atribuye la carga
de la prueba a quien niega la existencia del hecho afirmado por el demandante, puesto que la regla general es
que los hechos en negativo no se tengan que probar (prueba diabólica, obtuvo este nombre por haberse
desarrollado durante la época de los juicios de la Santa Inquisición con la recordada frase “pruebe Ud. que no
ha adorado al demonio”). Voy a resumir algunos ejemplos de la inversión de la carga de la prueba tanto legal
como judicial, es decir exigidos por la jurisprudencia:

- Al poseedor se le presume propietario de un inmueble, pues le bastará con acreditar que es poseedor del
bien, la cual le sirve de sustento de la presunción. Al demandado le incumbe la tarea de probar que el actor no
es propietario del predio. La presunción le exonera al actor de la carga de probar la propiedad.
- En la acción de “enriquecimiento sin causa” del artículo 20 de la Ley de Títulos Valores el demandado
saldrá a probar en positivo que si hubo causa para el enriquecimiento ante la alegación del demandante que
también deberá de probar que tuvo un empobrecimiento y el nexo con su demandado mediante la exhibición
del título valor endosado por su demandado.

- En los casos de presunción de paternidad del artículo 402° del código civil por ejemplo “3. Cuando el
presunto padre hubiera vivido en concubinato con la madre en la época de la concepción…” concordado con el
artículo 414° del código civil “en los casos del artículo 402° (…) la madre tiene derecho a alimentos durante los
sesenta días anteriores y los sesenta días posteriores al parto, así como el pago de los gastos ocasionados por
éste y por el embarazo…”. Al respecto es simbólica la jurisprudencia recaída en la Ejecutoría Suprema 24-04-
90 (Normas Legales Trujillo, 1995, N° 227, p.J-12) “si el demandado ha admitido haber mantenido relaciones
sexuales con la demandada y que, estando a la afirmación contundente de la parte actora en el sentido de que
el emplazado es el autor del embarazo en que se encontraba a la fecha de interposición de la demanda, se
presumirá que el demandado es el obligado a cubrir los gastos de embarazo y los alimentos pre y post natal”.
Esta presunción es iuris tantum, puesto que admitiría prueba en contrario, sin embargo, la carga de esta prueba
debería recaer en el demandado.

- Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N° 02513-2007-PA/TC. Fundamento 2.7


numeral 24 “La configuración de la invalidez y la inversión de la carga de la prueba” (la cursiva y negrita es mía)

El Tribunal ha de reiterar como precedente vinculante que: en los procesos de amparo cuya pretensión sea el
otorgamiento de una pensión de invalidez conforme a la Ley N.º 26790, los emplazados tienen la carga de
presentar los exámenes médicos de control anual y de retiro, para poder demostrar que la denegación de
otorgamiento no es una decisión manifiestamente arbitraria e injustificada. Es más, en aquellos procesos de
amparo en los que el demandante sea un ex trabajador, los emplazados deberán presentar el examen médico
de retiro, pues si no lo hacen se presumirá que el demandante a la fecha de su cese se encontraba enfermo y
bajo la cobertura de invalidez de la emplazada. Asimismo, en los procesos de amparo las emplazadas deberán
adjuntar los contratos de SCTR para determinar la vigencia de la póliza y la cobertura de invalidez durante la
relación laboral del demandante”.

- Según doctrina, al invocar el cónyuge perjudicado la causal de separación de cuerpos del numeral 5 del
artículo 333° del código sustantivo sobre el abandono injustificado de la casa conyugal por más de dos años
continuos, le traslada la carga de probar al cónyuge emplazado para que demuestre en juicio que la causa del
alejamiento del hogar conyugal sí estuvo justificada, por ejemplo, si este tuvo que viajar a provincia o el
extranjero por trabajo, para cursar estudios superiores que fuesen luego permitir a la familia obtener ingresos
económicos mayores, que tuvo que alejarse por estar internado en un centro hospitalario, entre otros.

- El artículo 361° del código civil señala una “presunción de paternidad”, pues el hijo nacido durante el
matrimonio o dentro de los 360 días siguientes a su disolución tiene por padre al marido; la negación de la
paternidad (en juicio) según el artículo 363° del mismo cuerpo de leyes le corresponderá al marido, para ello
este artículo contiene un plexo de supuestos, como demostrar por ejemplo la incapacidad o imposibilidad de
haber cohabitado con su mujer en los primeros 121 días de los 300 anteriores al del nacimiento del hijo, o
cuando esté judicialmente separado durante el mismo período indicado líneas arriba, o adolezca de impotencia
sexual, entre otros.

Para reforzar ello es ilustrativa también la jurisprudencia recaída en la Casación N° 204-96 Huánuco, Lima, 02-
07-1996. “El marido que no se crea padre del hijo de su esposa debe ejercitar judicialmente dentro de un proceso
contencioso, la acción contestatoria y dentro de un plazo legal como prescribe el art. 364° del código civil. La
negación de paternidad realizada por el padre mediante testamento carece de eficacia legal de por sí”.

Así, estos son sólo unos ejemplos de los muchos que existen en la jurisprudencia y normas tanto en el derecho
civil, comercial, laboral e incluso el penal, ejemplo de esto último lo encontramos en el delito residual de
“Enriquecimiento Ilícito” donde el fiscal (el acusador) no tendría que probar el enriquecimiento ilegal del acusado,
bastaría con dar señas, y mencionar la teoría del caso en juicio, por tanto contrarrestar esta acusación y probar
su inocencia (prueba diabólica) le corresponderá al encausado.

LA PRUEBA ILÍCITA…………………………………………………………………………………………

LA PRUEBA

Camino que proporciona al Juez el convencimiento de la existencia de un hecho.

LA PRUEBA PENAL

Mecanismo o elemento que proporciona al Juez el convencimiento sobre la existencia del delito y la
responsabilidad penal del autor.

Es importante tener presente que, las pruebas que conducen a la verdad no pueden obtenerse a cualquier
costo, sino que tienen como límite los derechos

Fundamentales y las garantías procesales.

LA PRUEBA ILÍCITA

CONCEPCIÓN AMPLIA.

Es aquella que no sólo viola una norma procesal, sino cualquier norma jurídica, incluso principios generales.
Atenta contra la dignidad de las personas, así como aquellas que están prohibidas por la ley, atenta contra la
moral y las buenas costumbres, violan derechos fundamentales reconocidos en la Constitución y la ley.
CONCEPCIÓN RESTRINGIDA.

Es aquella que viola únicamente derechos fundamentales en la obtención o incorporación de medios


probatorios. Se obtiene violando derechos fundamentales y garantías establecidas en las normas procesales y
sustantivas (derechos reconocidos en la Constitución, tratados internacionales y normas de ius cogens).

CLASES DE PRUEBA ILÍCITA

1. POR SU OBTENCIÓN ILEGAL O IRREGULAR.


A. Cuando el medio de prueba se obtiene violando derechos fundamentales. Se exige que cualquier dato
probatorio que se obtenga en contravención de las garantías individuales reconocidas en la Constitución,
debe ser considerado ilegal, y carece de valor para fundar la convicción del Juez.
Cuando se utiliza métodos ilegítimos para la obtención de la verdad. Se prohíbe toda forma de coacción
directa, física o síquica, sobre las personas, que sea utilizada para forzar a proporcionar datos probatorios.

2. POR SU INCORPORACIÓN ILEGAL.

A. Pruebas prohibidas por ley. Aquellas que están expresamente prohibidas por ley (declaración del
imputado obtenida con ejercicio de violencia, declaración de testigo sin habérsele manifestado que no estaba
obligado a declarar, etc.).

B. Pruebas irregulares. Aquellas que se incorporan al proceso sin cumplir las formalidades de ley (declaración
de testigo sin prestar juramento, reconocimiento de personas sin descripción previa de sus características).

C. Pruebas obtenidas o practicadas con violación de derechos fundamentales. Aquellas que se incorporan al
proceso violando derechos fundamentales consagrados en la Constitución, tratados internacionales y normas
de ius cogens.

EFECTOS DE LA PRUEBA ILÍCITA

Los medios y elementos de prueba obtenidos o incorporados al proceso penal violándose derechos
fundamentales o normas procesales, así como aquellos medios de prueba que han sido obtenidos
legalmente, pero basados en datos conseguidos por prueba ilegal o prohibida, no tienen efectos
probatorios.
El inciso 2 del artículo VIII del Título Preliminar del Código Procesal Penal del 2004, establece que
“carecen de efecto legal las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, con violación del
contenido esencial de los derechos fundamentales de la persona o que no hayan sido
incorporados por un procedimiento constitucionalmente legítimo”.
LA TEORÍA DE LA EXCLUSIÓN

 Caso “Boyd vs. Estados Unidos” en 1866. Caso “Weeks vs. Estados Unidos” en 1914, caso “Rochin vs.
California” en 1952 y caso “Elkins vs. EstadosUnidos” en 1960.
 Propugna que las pruebas obtenidas con violación de los derechos fundamentales o vulnerando el
procedimiento establecido por la ley, deben ser excluidos y apartados del proceso.
 La excepción a la exclusión de la prueba, es aceptada cuando la inobservancia de la garantía
constitucional es beneficiosa para el imputado, supuesto en el cual la prueba es perfectamente
utilizada en su favor.

OTRAS EXCEPCIONES A LA TEORÍA DE LA EXCLUSIÓN

1. LA DOCTRINA DE LA BUENA FE.


Se admite que la prueba obtenida violando derechos constitucionales sea valorada; siempre y cuando el
funcionario público haya actuado de buena fe o sin dolo.

2.- LA DOCTRINA DE LA PONDERACIÓN.

Se admite la valoración de la prueba, pese a su ilicitud, a efectos de proteger otros valores


constitucionales de mayor relevancia que los vulnerados. Para ello, se deben ponderar, en cada caso en
concreto, el derecho constitucional vulnerado con el derecho constitucional que se pretende proteger

TEORÍA DEL ÁRBOL ENVENENADO

Surge en 1920. Caso Silverthone Lumbre Co. vs. Estados Unidos, con referencia a un allanamiento
ilegal.

Según esta Teoría, el medio utilizado en el caso concreto puede ser lícito, pero si se arribó a dicha
prueba por medios anteriores ilícitos; ambas pruebas deben ser excluidas; por cuanto la ineficacia de la
prueba ilegalmente obtenida afecta a aquellas otras pruebas que -aun cuando en si mismas legales-
se basan en aquellos datos conseguidos por la prueba ilegal.

Toda prueba obtenida mediante vulneración de derechos constitucionales, así como toda fuente de
prueba que se obtenga de ella, carecen de efecto legal.

You might also like