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§ 1. D O S C O N C E P C IO N E S O PU EST A S
SO B R E L A N A T U R A L E Z A É TIC A D E L A C IE N C IA
Y D E L A T E C N O L O G ÍA
a) el p rin cip io de o rigen kantiano que esta b lece tratar a las p erso n a s sie m
pre c o m o un fin y n u n ca c o m o m ed io s,
b) el p rin cip io , tam b ién de origen kantiano, que in d ica respetar a las p erso
n as c o m o a g en tes a u tó n o m o s, e s decir, c o m o su jeto s c o n u n a ca p a cid a d de
realizar a cc io n e s c o n b a se en las d e cisio n es que to m en e llo s m ism o s sin en g a
ñ o ni c o a c c ió n d e n a d ie m ás; y
c) el p rin cip io que p roh íb e dañar o producir un su frim ien to a una p erson a
si n o h ay algu na razón su fic ien te que lo ju stifiq u e.
§ 4. ¿ C O N S T IT U Y E N U N P R O B L E M A ÉTICO
L A T R A N S F O R M A C IÓ N , L A D O M IN A C IÓ N Y E L C O N T R O L ?
catarata son b u en o s si sirven para generar en ergía eléctrica de una m anera que
no contam ine el am biente. Pero el d om in io de un p u eb lo sobre otro, sojuzgando
y exp lotan d o a las p erson as del otro p u e b lo es co n d en a b le. La tran sform ación
de tierras de cultivo em pobrecidas en un cam po de g o lf en una región de un p aís
d o n d e habita una com u n id ad con cultura trad icion al (d ig a m o s un p u eb lo in d í
gen a ), p u ed e ser b u en o si gen era em p leo s y p rod u ce b ien estar a la p o b la ció n
respetando sus form as de vid a, y si adem ás las m o d ifica cio n es al m ed io no son
nocivas. Pero la transform ación de tierras de cultivo en un cam po de g o lf, aunque
aq u éllas n o se cu ltiven co n técn ica s n i por m ed io de r e la c io n es so c ia le s alta
m en te p rod u ctivas en térm inos de una eco n o m ía de m erca d o , es m oralm en te
reprobable si tien e co m o con secu en cia la d isolu ción de la com unidad tradicional
contra la voluntad de sus m iem bros.
M atar in ten cion alm en te a seres h u m an os, a an im ales y destruir b ien es y sis
tem as eco ló g ico s son accion es condenables, y peor cuando se hacen co m o m ed ios
para dom inar, soju zgar y explotar a otros seres h u m a n o s, c o m o en la m a y o ría
de las guerras. Pero tam bién hay ca so s de la operación de sistem a s té cn ic o s que
cu lm in an co n la m uerte de una p erson a, d on de p or lo m e n o s m erece la p en a
discu tir si el fin e s m oralm en te aceptab le o co n d en a b le, c o m o en lo s c a so s de
eutanasia, en ten d id a com o la ayuda a que m ueran co n d ign id ad lo s en ferm os
incurables en un estado terminal, que experim entan grandes sufrim ientos, y cuyas
c o n d ic io n e s de v id a son y a in d ign as. En esto s ca so s, lo m e n o s qu e p o d em o s
decir e s que n o es o b v io que sea m oralm en te co n d en a b le la a p lica ció n de la
eutanasia.
S i la m uerte de una p erson a n o e s natural, sin o b u sca d a p or e l en ferm o y
asistida tam bién intencionalm ente por alguien m ás, entonces habrá operado algún
sistem a té c n ico . R ecord em o s que el sistem a té cn ic o in c lu y e a lo s a g en tes in
ten cio n a les. En este ejem p lo serán el prop io en ferm o y a lg u ien m á s, p ro b a b le
m en te un m éd ic o que lo ayuda a morir, tal v e z m ed ian te la a d m in istración de
algú n c o ctel de drogas letales. E sto s a g en tes in ten cio n a les se p ro p o n en un fin:
term inar co n la vid a del en ferm o (y así co n su su frim ien to ). E l sistem a in c lu
y e tam bién lo s m ed io s que se u tilizan para ob ten er el fin: el c o c te l m ortífero
(q u e es un artefacto), así co m o ciertas creen cias y v a lo res de lo s a g en tes in ten
cio n a le s. Por ejem p lo, la creencia de que la en ferm ed ad es in cu rab le y c o n ti
nuará deteriorando las c o n d icio n es de v id a del en ferm o , la creencia de q ue el
c o c te l term inará con la vid a y lo s su frim ien tos del en ferm o , y el valor de que
tod a p erson a m erece viv ir y m orir dignamente.
A l pensar en situ acion es com o las anteriores n o s dam os cuenta de que la tesis
de la neutralidad valorativa — y por tanto ética— de la c ien c ia y de la te c n o lo
gía tien e una parte de razón, porque no es posible evaluar moralmente la ciencia
y la tecnología en general o en abstracto. E s decir, n o tien e sen tid o afirm ar que
92 EL B IEN , EL M A L Y LA RAZÓN
“la cien cia en general es buena”, o mala, ni que “la tecn ología en general es m ala”,
o buena.
S in em b argo, esta c o n c e p c ió n fa lla porque p asa por alto que la te c n o lo g ía
só lo fu n c io n a m ed ian te la a p lic a c ió n de sistem a s té c n ic o s co n c r e to s, d on d e
se p e rsig u e n fin e s d eterm in a d o s q ue se co n sid era n v a lio s o s , e s d ecir, h a y v a
lores in volu crad os, y ad em ás se u tilizan m e d io s e s p e c ífic o s para ob ten er e so s
fin es.
La dominación y el control sobre alguien específico o sobre algo concre
to sí p u ed en ser ev a lu a d o s m oralm en te p orq u e siem p re se rea liza n p o r m ed io
de técn ica s y sistem a s téc n ico s particulares, co n p ro p ó sito s d efin id o s, co n m e
d io s e s p e c ífic o s y co n c o n secu en cia s o b serva b les. L os sistem a s té c n ic o s c o n
creto s por tanto sí están su jeto s a e v a lu a c io n e s m o ra les y n o so n ética m e n te
n eu tros.
L o m ism o ocurre en la cien cia. A unque no tien e sen tid o ju zgarla m oralm en te
en abstracto (decir, p or ejem p lo , “la cien cia en gen eral es buena — o m ala—
d e sd e un pu n to de v ista m oral”), e s im portante entender que la c ie n c ia es m u
ch o m ás que só lo el con ju n to de co n o cim ien to s cien tífico s. L a cie n c ia tam b ién
in c lu y e sistem a s de a c c io n e s de lo s cie n tífic o s, en lo s que se p lan tean fin e s, es
decir, m etas a alcanzar en su s p ro y ecto s de in v estig a ció n , y están in volu crad os
valores, y en lo s que d eb en u tilizarse ciertos m e d io s para ob ten er e s o s fin es.
E n m u ch o s c a so s lo s fin es y lo s m e d io s, así co m o lo s v a lo res, serán a cep tab les
d esd e un p u n to de v ista m oral. Pero hay ca so s, co m o en el ejem p lo an tes m en
c io n a d o del exp erim en to con una droga c u y o s e fe c to s se d e sc o n o c e n , d onde
se u sa a p erson as c o m o in strum en tos sin su co n sen tim ien to , en lo s cu a le s lo s
m e d io s so n reprobables m oralm en te. C a so s a n á lo g o s su rgen e n las in v e stig a
c io n e s d on d e se trabaja co n a n im ales y se les p ro v o ca n su frim ien to s in n e c e sa
rios. M ás ad elan te v o lv er e m o s sobre este tem a.
§ 5. F IN E S , M E D IO S Y V A L O R E S E N C IE N C IA
Y T E C N O L O G ÍA
H em o s v is to que tanto la c ie n c ia c o m o la te c n o lo g ía in c lu y e n c o m p le jo s de
a c c io n e s in te n c io n a le s, en los qu e lo s a g en tes qu e form an parte d e e llo s se
proponen alcanzar algu n os fines determ inados. Para lograr eso s fines lo s agentes
p o n en e n ju e g o cier to s medios.
LA C IE N C IA Y LA TEC N O LO G ÍA 93
Cuando los agentes deciden poner enjuego medios adecuados para obtener los
fines que persiguen, suele decirse que han hecho una elección racional Por
ejemplo, si el fin es determinar la causa de una enfermedad como el sida, es
racional llevar a cabo una serie de investigaciones, como hacer un seguimien
to cuidadoso de la evolución de los síntomas de los enfermos, analizar mues
tras de su sangre, tratar de identificar la presencia de microorganismos cono
cidos y de otros desconocidos, etc. Éstos parecen ser medios adecuados para
obtener el fin que se persigue, pues en el pasado seguir esos métodos ha dado
resultados positivos. Pero en cambio no parece adecuado abrir las entrañas de
una paloma o consultar una bola de cristal. Mientras la primera línea de inves
tigación es racional porque los medios parecen adecuados, la segunda es irra
cional porque los medios son inapropiados.
La decisión acerca de si los medios propuestos para alcanzar un fin deter
minado son o no son racionales no es algo arbitrario. En el ejemplo anterior,
se puede determinar que la primera línea de investigación utiliza un medio
adecuado para su fin, porque existe una larga tradición de investigación bio-
médica que ha mostrado que ese tipo de medios, es decir, esos métodos de in
vestigación (hacer un seguimiento cuidadoso de los síntomas, analizar mues
tras de sangre buscando microorganismos, etc.), han llevado en el pasado a
resultados exitosos. Es decir, en el pasado han conducido a la meta de encon
trar los agentes causales de otras enfermedades, mientras que los intentos de
averiguar la causa de las enfermedades por otros métodos, tales como consul
tar las cartas o los residuos de una taza de café, no son respaldados por una tra
dición exitosa [véanse Laudan 1991, Velasco 1997 y el capítulo dos de este li
bro, “La irracionalidad de desconfiar en la ciencia y de confiar en exceso en ella”].
94 EL B IE N , EL M A L Y LA RAZÓN
Un conjunto dado de fines cognitivos puede ser criticado por ejemplo porque
sus elementos sean incompatibles entre sí o porque es utópico o irrealizable.
Esto significa que hay constreñimientos racionales acerca de cuáles fines de la
ciencia son aceptables y cuáles de hecho son aceptados en algún momento. En
tales casos la elección racional se aplica a los fines, y no sólo a los medios. Lo
que está enjuego aquí es la racionalidad de los fines.
En muchas ocasiones es posible hacer una evaluación racional de los fines
que se persiguen. A veces podemos percatamos de que hemos estado persiguien
do algún objetivo que, después de todo, es irrealizable o muy impráctico, como
ocurrió con la construcción de globos aerostáticos para el transporte masivo de
pasajeros a principios del siglo XX. O bien podemos darnos cuenta de que al
gún fin que perseguimos es incompatible con creencias y valores que conside
ramos prioritarios. Por ejemplo, podemos querer aviones más veloces, pero si
nos convencemos de que eso es imposible sin aumentar el gasto de nuestras
reservas energéticas y la contaminación ambiental, entonces podemos abandonar
aquel fin por ser incompatible con dos valores importantes para nosotros: el
ahorro de energía y una menor contaminación atmosférica. En tal caso hemos
evaluado racionalmente nuestro fin y hemos tomado la decisión racional de
abandonarlo.
La consideración racional de los fines es muy importante para las evalua
ciones éticas en la ciencia y la tecnología. Desde ese punto de vista, siempre
LA CIENCIA Y LA TECN O LO G ÍA 95