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“Desigualdades y estratificación”
Macionis y Plumer señalan que hay cuatro características esenciales de la
estratificación:
Es una característica de la sociedad en su conjunto (no de los miembros de
manera individual)
Se transmite de generación en generación. En algunas sociedades es probable
que los padres le transmitan a sus hijos la posición social que poseen. En las
sociedades modernas existe la movilidad social.
Podemos decir que la movilidad social es un cambio en la posición que el
individuo ocupa en la estructura social. La movilidad puede ser ascendente,
descendente u horizontal. Un ejemplo de movilidad social ascendente sería el
de una persona nacida en un hogar con bajos niveles de educación e ingresos,
que logra acceder a estudios.
La estratificación es una constante histórica, pero sus especificidades varían de
una sociedad a otra.
La estratificación social no es solo una cuestión de desigualdad, sino también de
cultura social, y está relacionada con el sistema de creencias de los individuos.
Las explicaciones sobre el porqué de la desigualdad también han variado a lo
largo de la historia.
Macrosistemas de estratificación:
Esclavitud: Es una forma de diferenciación y desigualdad que se basa en el
derecho de propiedad que un grupo de individuos ejerce sobre otro grupo.
Según Giddens, la esclavitud es la forma más extrema de desigualdad, donde
unos individuos son propietarios de otros. Esta condición legal de posesión de
los esclavos presentó históricamente variaciones según el tipo de sociedad. en
los siglos XVIII y XIX los esclavos fueron utilizados casi exclusivamente como
trabajadores en las plantaciones o como sirvientes domésticos en Estados
Unidos, Sudamérica y las Antillas. Para citar tan solo dos ejemplos ampliamente
conocidos en la historia de América Latina, podemos hacer referencia a las
revueltas en Haití (1971) y los múltiples levantamientos en Brasil.
Sistema de Castas: es característico de la India y deriva del hinduismo. Allí, el
lugar que ocupan las personas en el espacio social está organizado en función
del lugar en donde nacen y de su ocupación. En el escalón más bajo, se
encuentran los dalits (conocidos como los intocables); en el nivel más alto, los
brahames (conocidos como los sacerdotes). las castas inferiores contaminan a
las superiores, y por eso hay una serie de restricciones que se aplican a los
individuos de las castas bajas y a sus familias. Hay sistemas ideológicos que
justifican las desigualdades: El karma implica que las personas nacen en una
determinada casta y que eso es lo que merecen de acuerdo a las acciones que
han llevado a cabo en una vida anterior. El dharma, que significa “existir
conforme a lo que es moral”, enseña que vivir la vida presente de acuerdo con
las normas genera como resultado el posterior renacimiento en una casta
superior
Características
1. Las castas suelen ir asociadas a una ocupación específica, de modo que
los hijos generalmente desempeñan el mismo trabajo que sus padres.
2. El matrimonio con individuos de otra casta es prácticamente
impensable.
3. La pertenencia a una casta determina la vida cotidiana en la medida en
que los individuos solo se relacionan con otros de su propia casta.
4. Según la cultura y las tradiciones, se entiende que es un mandato moral
aceptar la posición social que a uno le ha tocado.
Sociedad de clases
El sistema capitalista provocó una transformación en un sistema de clases (se
basa en los logros personales y en las capacidades de las personas). Giddens (2010)
señala cuatro elementos centrales que distinguen este sistema de estratificación de los
otros:
1. Las clases sociales no se establecen por disposiciones jurídicas o
religiosas, y la pertenencia a ellas no se basa en una posición heredada.
2. La clase a la que pertenece un individuo es en parte adquirida, es decir,
no está totalmente determinada por el nacimiento, como es común en otros tipos de
estratificación.
3. Las clases se basan en las diferencias económicas que existen entre los
grupos de individuos y en las desigualdades en la posesión y control de los recursos
materiales.
Igualdad de oportunidades
Las circunstancias en el momento del nacimiento no deben tener ningún peso en
las oportunidades que una persona tenga en la vida.
La ideología como justificación de los sistemas de estratificación
Según Wright existen básicamente tres perspectivas para analizar la desigualdad
en las sociedades capitalistas:
La perspectiva centrada en el individuo: La posición económica del individuo es
analizada como el resultado del nivel de éxito personal (educación, trasfondo
familiar, motivaciones, conexiones personales) estamos hablando de enfoques
gradacionales (como el de la vulnerabilidad o algunos enfoques de clases
sociales)
En el análisis marxista, la relación de interdependencia es pensada también en
términos de explotación, como un mecanismo causal que genera desigualdad.
En éste se habla de de perspectivas relacionales
Análisis propuesto por el funcionalismo
Para Davis y Moore, hay una división social del trabajo, y esta es una “necesidad
funcional” para el correcto funcionamiento de la sociedad.
Para Laurin-Frenette (1976), esta perspectiva postula que la estratificación se
define como un sistema de desigualdades o de diferencias de prestigio y de estimación
entre los miembros de un sistema social. Esas diferencias en el prestigio de los diversos
individuos son relativas a las distintas posiciones que estos ocupan en la estructura
social. Esto implica que la sociedad debe encontrar un medio eficaz para atribuir a sus
miembros las diversas tareas y funciones, y motivarlos para que las cumplan
convenientemente, por lo que se aplica el sistema de recompensas, este sistema
forma parte del sistema social (sociedad) las recompensas que van a recibir se
encuentran directamente relacionadas con la posición y puesto que ocupan.
Las recompensas que percibe el individuo en cada posición son de tres tipos:
1) las que contribuyen al confort y al bienestar del individuo.
2) las que contribuyen a su placer y a su entretenimiento
3) las que acrecientan el respeto y la estima que tiene de sí mismo.
Estos sociólogos basan su tesis en la meritocracia, idea que postula que solo
puede haber desigualdades en función de los esfuerzos y méritos dispares de las
personas.
Análisis de clases
Este tipo de análisis se inspira en los trabajos de Karl Marx y Max Weber.
Consideraremos la clase social como una manifestación de la modernidad, es decir,
una característica de los sistemas modernos de estratificación, de las sociedades
industriales, en contraposición a estructuras tradicionales de desigualdad
Análisis de clases inspirados en Karl Marx
Para Giddens (1994; 2010), el argumento de Marx es que la clase es un grupo de
personas que tienen una relación común con los medios de producción.
Según Marx, entonces, las clases sociales están determinadas por el proceso de
producción. Esto quiere decir que las dos grandes clases principales (Burguesía y
proletariado) están fundadas en las relaciones de los individuos con los medios de
producción.
Siguiendo con el argumento propuesto por el sociólogo inglés Giddens (2010), en
todos los momentos históricos existieron relaciones de clase y de explotación, por
ejemplo en las sociedades feudales lo que producía el campesino era para la
aristocracia.
¿Por qué no ha habido una revolución proletaria en las sociedades capitalistas?
Se argumenta qué:
La fragmentación de la clase capitalista: Existe el crecimiento de una
mayor cantidad de propietarios.
Trabajadores de cuello blanco, azul y rosa: la mayor parte de las
personas que constituían la clase obrera cuando Marx escribió eran trabajadores del
campo, cuyas ocupaciones eran de bajo prestigio y solo requerían el uso de habilidades
manuales. Hoy, en cambio, existen empleos de mayor reconocimiento que requieren
el desempeño de habilidades mentales.
Mejora en las relaciones laborales: se puede argumentar que en la
actualidad los trabajadores tienen más recursos organizativos que los que tenían hace
un siglo.
Mayor protección legal: desde los tiempos de Marx ha habido una
mejora en la legislación que protege a los trabajadores.
Comunidad es la vida en común duradera y auténtica; sociedad es sólo una vida en común
pasajera y aparente. Con ello coincide el que la comunidad misma deba ser entendida a modo
de organismo vivo, y la sociedad como agregado y artefacto mecánico.
beneficioso. Sin embargo, más adelante en el tiempo, empezaron a ver el proceso de
modernización ya no como irreversible e inevitable, o como un proceso evolutivo
autosostenido, sino como una forma de emulación (imitación) de los países
subdesarrollados en relación con los desarrollados.
¿Cuál es, entonces, el motor de cambio para las teorías de la modernización?
Desde una postura darwinista (primer teoría evolucionista), este cambio puede
darse de manera muy lenta, y se asume la existencia de sociedades más adaptadas que
otras; por lo tanto, el desarrollo debería, en este caso, ser movilizado desde arriba, a
partir de una toma de conciencia por parte de las sociedades más avanzadas acerca de
las limitaciones de las subdesarrolladas. Pero también podría movilizarse el cambio a
partir de un efecto demostrativo, permitiendo que las sociedad menos desarrolladas
experimenten los beneficios de una desarrollada.
La tecnología resulta un motor de movimiento hacia la modernización. A partir
de los descubrimientos e innovaciones, se modifica la forma de organización social, de
vida política, de patrones culturales y de vida cotidiana. Por esto, la adopción global de
tecnologías semejantes implica la homogeneización cultural de las sociedades.
La crítica de la idea de modernización
La modernización acarrea el debilitamiento de las instituciones tradicionales y,
con ello, efectos secundarios tales como la desorganización social, la anomia y la
delincuencia. Basta con observar la realidad de los países denominados desarrollados
para comprobar que el cambio hacia el desarrollo inevitable del cual hablaban los
teóricos de la teoría de la modernización no ocurrió; por el contrario, la pobreza es
cada vez más implacable, la brecha de desigualdad es mayor y los rasgos culturales
completamente lejanos a la idea de modernización.
La modernización acarrea efectos secundarios que poco tienen que ver con la
mejora de la condición humana, que los recorridos hacia la modernización difieren
ampliamente de sociedad en sociedad y que la concepción occidentalista de los fines
de la modernización (que toma como países de referencia a los Estados nación
europeos) es profundamente etnocéntrica.
Los diez puntos que caracterizan a las nuevas teorías de la modernización
En cuanto al motor de cambio Ya no se considera que el motor de
cambio esté constituido por las élites que
intentan movilizar a las masas en pos de la
modernización; por el contrario, se entiende
que son los movimientos sociales
espontáneos los que agencian las
transformaciones
En cuanto a los factores Se entiende que la población no es
motivantes resistente a la modernización, sino todo lo
contrario: que está expectante de los
beneficios adquiridos por esta.
En cuanto a las fuerzas exógenas Se reconoce el papel de factores
exógenos, como el equilibrio geopolítico y la
disponibilidad de apoyo financiero, entre
otros.
En cuanto al modelo occidental Se entiende que el modelo occidental
de modernización no es necesariamente el
mejor ni es exportable a otras sociedades.
En cuanto al tiempo Se entiende que el proceso de
modernización no es uniforme, sino que
adopta diversas formas y tiempos
dependiendo del área o campo de la vida
social.
En cuanto a los beneficios que Se adopta una postura menos
ofrece optimista, poniendo especial atención a los
retrocesos y rupturas de la modernización.
En cuanto a los valores Se descarta la exclusividad de la
preocupación por el crecimiento económico y
se presta más atención a los valores humanos.
En cuanto a los prejuicios Se descartan dichos prejuicios y se
antitradicionalistas entiende que las tradiciones autóctonas
pueden esconder importantes temas en favor
de la modernización.
En cuanto a las sociedades sociedades postcomunistas
postcomunistas Se plantea el debate acerca de cómo
incluir (o descartar) grandes industrias de
propiedad estatal heredadas, caracterizadas
como premodernas y con escaso desarrollo
tecnológico.
En cuanto a la idea de Se plantea la dificultad de seguir
“modernidad triunfante” abogando por el desarrollo en pos de la
modernidad en el marco de una aguda
conciencia acerca de los efectos colaterales de
esta.
Definirnos un nosotros (modernidad), estamos al mismo tiempo señalando que hay alguien
que se define como un no-nosotros
exportada o difundida, con mayor o menor eficacia, hacia otros lugares del mundo.
4. En cuarto lugar, pensar en términos de un sistema mundializado de
poder. En función de los argumentos precedentes, esta tradición no analiza los
problemas en términos de países, estados o regiones aisladas, sino que el objetivo es
comprender lo que sucede en un país o región en relación con un sistema mundial de
poder El sistema-mundo moderno es forjado en el proceso de expansión colonial
europea, la cual conecta por primera vez a las diferentes regiones del planeta. Por esa
razón, y desde entonces, las experiencias locales de cualquier región del planeta se
hacen impensables por fuera de su interconexión en el marco de un sistema mundial.
5. En quinto lugar, en vez de pensar en un nuevo paradigma, la inflexión
decolonial se considera en sí misma como un paradigma otro. El objetivo, por el
contrario, es cuestionar las bases epistemológicas de la producción de conocimiento
articulada al eurocentrismo y la modernidad. Por esa razón, lo que se pretende
consolidar es un conocimiento no eurocéntrico; lo que se busca no es solo cambiar los
contenidos, sino también los términos y las condiciones del conocimiento, establecer
nuevas formas de análisis y no contribuir a los sistemas establecidos de pensamiento.
6. La inflexión decolonial aspira a consolidar un proyecto decolonial. Las
profundas críticas epistemológicas de esta tradición no solamente tienen como
objetivo problematizar la colonialidad del saber sino que también buscan la
articulación práctica (no solo académica) con intervenciones en el mundo social; es
decir, buscan, además, pensar un “proyecto político de descolonización” de la
colonialidad del poder, del saber, del ser y de la naturaleza. omo una corriente
intelectual definida en torno a una serie de problematizaciones que elabora un sistema
más o menos coherente de conceptos en una narrativa: se busca cuestionar los
contenidos, pero también los términos (las condiciones) del sistema mundo
moderno/colonial y sus diversas articulaciones locales
Perspectiva de género
el siglo XX fue el marco de grandes transformaciones sociales que provocaron
importantes cambios en la vida de las mujeres y su incorporación al ámbito público, es
decir, su entrada en el “mundo de lo social”. En ese sentido, la Primera y Segunda
Guerra Mundial obligaron a las mujeres a incorporarse al trabajo en las industrias y
sustituir a los hombres que estaban en el frente de batalla. Esto, en principio,
implicaba que muchas de ellas, finalizada la guerra, regresaran al ámbito de lo
doméstico (su espacio privado). Sin embargo, durante la segunda posguerra muchas
mujeres continuaron con sus actividades remuneradas, lo cual inició una incorporación
masiva del sexo femenino al ámbito laboral. En el último tercio del siglo XX, las crisis
económicas fueron constantes y la baja del poder adquisitivo y el incremento del costo
de vida provocaron las condiciones económicas y sociales necesarias como para que
las mujeres se incorporaran al trabajo.
Claramente, esta incorporación no fue lineal ni en bloque, sino que dependió de
cada clase social, del estatus, de los niveles económicos, de los niveles educativos, los
aspectos culturales y sociales de los grupos a los que pertenecían las mujeres, así como
de los diferentes entornos, momentos y circunstancias individuales.
Es precisamente en el marco de estas profundas transformaciones que Carapia
(2004) ubica al feminismo: un movimiento social que llevó a las mujeres a plantear,
primero, el derecho a la ciudadanía, después a la igualdad y hoy a la equidad de
género.
Destacamos tres elementos fundamentales en el cambio de la condición social
de las mujeres en el siglo XX:
El primer aspecto, como señalamos anteriormente, fue la incorporación al
trabajo remunerado.
la incorporación masiva de las mujeres a la educación, en particular a la
educación superior, situación que creció en forma acelerada durante la segunda mitad
del siglo XX.
la participación de la mujer en la vida cotidiana: el hecho de identificarse como
ciudadana, como ser social y su derecho participar en las votaciones. Estos procesos
explicaron la importancia de este sujeto histórico.
Para Carapia (2004), se entiende como género la construcción social que se basa
en el conjunto de ideas, creencias y representaciones que generan las culturas a partir
de las diferencias sexuales, las cuales determinan los papeles de lo masculino y lo
femenino, Lo que plantea Carapia (2004), en definitiva, es que el proceso de lucha
social y política, en el cual inciden las mujeres, tiene que tener efectos e incidencias en
lo macrosocial, y no solo en lo microsocial, que se presenta en una lucha particular.
Etnicidad
Según Giddens (2010), la etnicidad hace referencia a las prácticas culturales y
perspectivas que distinguen a una determinada comunidad de personas. Los miembros
de los grupos étnicos se ven a sí mismos como culturalmente diferentes de otros
grupos sociales, y son percibidos por los demás de igual manera. Hay diversas
características que pueden servir para distinguir a unos grupos étnicos de otros, pero
las más habituales son la lengua, la historia o la ascendencia (real o imaginada), la
religión y las formas de vestirse o adornarse. Las diferencias étnicas son totalmente
aprendidas; esto quiere decir que no existen grupos “nacidos para servir” o para ser
“dirigentes”, sino que se trata de construcciones sociales.
Giddens (2010) señala que el concepto de grupo minoritario se emplea de
manera frecuente en la sociología y es más que una diferenciación numérica.
La experiencia de ser objeto de prejuicios y discriminación lo que
frecuentemente suele reforzar sentimientos de lealtad e interés común.
Como señala Giddens (2010), mucha gente piensa (equivocadamente) que los
seres humanos pueden separarse en razas biológicamente distintas. Es decir, los
grupos humanos constituyen una línea continua donde la diversidad genética que
existe dentro de las poblaciones que comparten ciertos rasgos físicos visibles es tan
grande como la que existe entre los grupos. Por esta razón, los sociólogos y
antropólogos piensan que el concepto de raza debería ser desechado por completo.
El racismo, finalmente, es un prejuicio que se fundamenta en distinciones físicas
socialmente significativas. Según Giddens (2010), el término racista se refiere a la
persona que cree que ciertos individuos son superiores o inferiores en función de las
diferencias raciales.