You are on page 1of 3

Recapacitando

Cuantas veces usted se ha sentido rechazado o poco aceptado por quienes le


rodean, por familiares y “amigos”, y pero aun y muy triste por supuesto por
los que están en la misma iglesia, por nuestros hnos. en Cristo.

Es verdaderamente increíble que dentro de nuestras propias iglesias


encontremos divisiones, malos entendidos, rivalidades y más.

No es la primera vez que hablo al respecto, pero al parecer es importante


que esto no se nos olvide, ya que desafortunadamente en descuidos
pequeños tendemos a regresar a mañas bastante malas por ciento, y nos da
por desairar, no valorar, no reconocer lo que los demás hacen.

Y comencemos con la escritura y leamos algunos textos.


Mateo 5:22 “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano
será culpable de juicio y cualquiera que diga: Necio a su hermano, será
culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga fatuo quedara expuesto al
infierno de fuego.”

Yo veo 3 cosas importantes en este corto texto: Enojo, Necio, Fatuo


* El que se enoja es encontrado culpable y digno de un juicio.
* Necio también es encontrado culpable y llevado ante un concilio, de alguna
manera es un juicio
* Fatuo (una persona engreída, presumida, que se siente superior a los
demás) este es el más fuerte, ya que leemos con todas sus letras que es
merecedor de ir al infierno,

Nos podemos empezar a dar una idea de la importancia de tener una buena
relación con nuestros hermanos en Cristo.

Somos muchas veces tan faltos de sabiduría que no solamente nos enojamos
con nuestros semejantes sino que el enojo, o los rencores se quedan
plantados en nosotros por mucho tiempo, y CUIDADO que el Señor no venga
por su iglesia y nos encuentre en este estado tan delicado, ya que según la
escritura nos garantiza en pocas palabras quedarnos.

Pero sigamos leyendo en la palabra de Dios y leemos:


Mateo 5:23-25 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de
que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y
anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu
ofrenda. Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás
con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez
al alguacil, y seas echado en la cárcel.”

No haga tanto espaviento de oración y entrega a Dios cuando tiene una gran
deuda que poner a cuentas con su hermano o sus hermanos.

Dios nos ha dejado bien claro en su palabra que si hemos de acercarnos a él


tenemos que hacerlo sin mancha, acercarnos dignamente para poder ofrecer
un sacrificio de oración y ayuno.
Pero como quiero hacer semejante cosa cuando estoy guardando rencores,
cuando en lugar de tratar de llevar una buena relación con todos y cada uno
de mis conocidos y hermanos, tengo cositas por ahí medio disfrazadas, le doy
un saludo y tal vez hasta una pequeña y diminuta sonrisa, pero estamos bien
lejos de poderlos sentir.

Tenga cuidado podemos llegar a sorprendernos, leamos Mateo 7:22-23


“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros?. Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad.”

Como quien dice nos vamos a querer adornar delante de Cristo, ¡Señor,
yooooooo, llegaba temprano a la iglesia, participaba en casi todo, casi nunca
dije que no, salía a evangelizar, no me quedaba como fulano o fulana que no
salían, pero déjeme darle una gran noticia, Nuestro Señor y Dios nos conoce
mejor que nosotros mismos.

CUANDO ESTAMOS MAL CON ALGUNA PERSONA, CUANDO NUESTRA RELACIÓN


CON LOS DEMÁS NO ES PRECISAMENTE ALGO QUE DIGAN DE UN BUEN
TESTIMONIO, DEFINITIVAMENTE NUESTRA RELACIÓN CON DIOS SE AFECTA.

En pocas palabras mi relación con los demás manifiesta como esta mi


relación con Dios.

Usted no necesita estar anunciándole a los demás que es bien entregado a


Dios que se lleva casi casi de a cuartos con Él.

Lo que nosotros estemos dando de testimonio en mi manera de ser, en mi


carácter, en lo que soy en esencia, le grita al mundo en pocas palabras mi
estado espiritual.

Obviamente si me estoy relacionando con Dios constantemente, si estoy


aprendiendo de Él, si me dejo guiar por Él, cuando se me presente una
situación difícil, cuando alguien quiera venir a sacarme de mi paz mi
reacción será algo que refleje mi comunicación con mi Padre Celestial.

Leamos Mateo 6:12 “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros


perdonamos a nuestros deudores.”

Le pregunto, ¿podemos realmente pronunciar con libertad esta oración?


fíjense con detenimiento que nuestra petición es en base a lo que yo he
hecho o estoy haciendo.

Pronunciar una oración así es porque estamos comprometidos con Cristo y


para mi gusto son palabras que debería ponernos a temblar, ya que le
estamos pidiendo a Dios que nos dé conforme yo doy a los demás.

Además déjeme aclararle algo cuando nos leemos perdona nuestras deudas,
no se trata precisamente de economía ni cosas comunes que tenemos
entendidas por deudas, estamos hablando de nuestras deudas morales o
espirituales ya que atraves de ello ofendemos a Dios
Mire no se haga bolas (como decimos en México). Si tiene algo contra su
hermano, por favor no lo ignore, no se le tuerza la cabeza con tal de
evitarlos, que no se le caiga al piso lo que trae en las manos y tenga que
recogerlo justo en el momento que lo tendrá al frente.

Si algo no le gusta, valla con él o ella y aclare las cosas, pero no se de el lujo
a estas alturas de la vida y de los tiempo de Dios de estar con amarguras y
malos entendidos con sus hermanos.

Si usted considera que es USTED el que ha fallado y lo reconoce, valla y


pídale perdón, y entonces usted podrá regresar confiadamente y acercarse al
trono de la gracia y ofrecer un sacrificio digno delante de Dios en Oración,
Alabanza y Ayuno.

Amen

Rosamaría Segura
Pastor

Fecha del servicio:


04/14/2013

You might also like