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DE EUGENE O’NEILL
PERSONAJES
Charles Marsden
El Profesor Henry Leeds
Nina Leeds, su hija
Edmund Darrell
Sam Evans
La Señora Amos Evans, la madre de Sam
Gordon Evans
Madeleine Arnold
PRIMERA PARTE
ACTO PRIMERO
Una tarde a principios del invierno siguiente, unos siete meses más
tarde. De nuevo el estudio del PROFESOR. Los libros de las vitrinas
no han sido tocados, su austera ordenación no presenta espacios
vacíos, pero el cristal que los separa del mundo se ha vuelto gris por
el polvo, cosa que le da un aspecto borroso y fantasmagórico. La
mesa, a pesar de ser la misma, ya no es la mesa del PROFESOR,
de la misma forma que el resto de muebles de la habitación, por su
desorden, revelan que la mente ordenada del PROFESOR ya no los
dispone según su personalidad. La mesa se ha vuelto neurótica. Se
entremezclan volúmenes de la enciclopedia británica con tratados
populares sobre “ El entrenamiento de la mente para el éxito”, etc.
que tienen un aspecto sorprendentemente moderno y perturbadores
del fondo de clásicos en verisón original. Los títulos de estos libros
están encarados en todas direcciones, y ningún volumen está
colocado en relación con el de debajo; el efecto es que no presentan
ningún sentido coherente. Por el resto de la mesa vemos un tintero,
plumas, lápices, gomas de borrar, una caja de papel para máquina
de escribir y una máquina de escribir en el centro delante de la silla,
que está tirada hacia atrás dejando la alfombra a un lado. En el
suelo, al lado de la mesa hay una papelera llena hasta el borde, unas
cuantas hojas de papel y la funda de goma de la máquina como una
tienda de campaña hundida. El balancín ya no está en medio, sino
que lo han acercado a la mesa, donde está directamente encarado y
de espaldas a la banqueta. La banqueta también está mucho más
cerca, pero ahora se encuentra mucho mas al fondo y cara adelante,
dando la espalda a la puerta del rincón.
EVANS está sentado en la vieja silla del PROFESOR. Se vé que ha
estado escribiendo, o que está a punto de hacerlo, porque hay una
hoja puesta en la máquina. Fuma una pipa, que no para de
encender, tanto si es necesario como si no, y la va mordiendo,
cambiando de sitio y estirando a dentro y a fuera pipando nervioso.
Su expresión es de desánimo, su mirada va de un lado a otro, tiene
la espalda encorvada con sumisión. Se le vé mucho más delgado,
con la cara chupada y amarillenta. Su ropa de estudiante ya no luce,
le falta un toque de plancha y parece que le vaya grande.
EVANS (Se gira hacia la máquina de escribir y escribe unas cuantas palabras
con un tipo de desesperación sin objetivo; después arranca la hoja
de la máquina con una exclamación de mal humor, lo arruga y lo tira
con violencia al suelo apartando la silla y levatándose de un salto.)
Mierda! (Comienza a pasear por la habitación, chupando la pipa,
pensando atormentado.) Es inútil. No se me ocurre ni una maldita
idea... De todas formas, ¿a quién se le podría ocurrir un argumento
de novela para un anuncio de una nueva leche en polvo? Ya se ha
hecho servir de todo... tártaros... que con una alimentación de leche
de yegüa seca conquistan medio mundo... Metchinkov, el científico
eminente,,,, Se ha hecho hasta el aburrimiento. Pero es necesario
que piense algo, o... Cole me ha dicho, ¿qué te pasa últimamente?
Empezaste tan bien, que me parecía que eras una auténtica joya,
pero tu trabajo ha caído casi al cero... (Se sienta en la punta de la
banqueta, con la espalda encorvada, desesperanzado.) No lo he
podido negar... Desde que volvimos de aquel viaje a casa he ido
perdiendo facultades. No tengo ideas... me despediran... estéril...
(Con terror culpable.) En más de un aspecto, me parece... (Se
levanta de un salto, como si ese pensamiento fuera una aguja que se
le clavara. Volviendo a encender la pipa ya encendida, camina arriba
y abajo, obligándose a pensar.) Seguro que el viejo se regira en la
tumba al ver que estoy escribiendo anuncios en su estudio. Quizá es
por eso que no me salen; una influencia negativa. Mañana lo
intentaré en mi habitación... Duermo solo, desde que Nina enfermó...
alguna enfermedad de mujer, no me ha querido decir el qué, le dá
vergüenza. Pero hay cosas que un marido tiene derecho a saber,
sobre todo cuando hace cinco meses que no... Dice que el médico le
ha dicho que no podía. ¿Qué médico? Eso no me lo ha dicho... ¿Que
demonios te pasa? ¿Es que piensas que Nina te está mintiendo? No,
pero... (Desesperadamente.) Si tuviera la seguridad que es porque
está realmente enferma y no simplemente harta de mi!... (Se deja
caer en el balancín desesperanzado.) Realmente ha hecho un gran
cambio desde aquella visita a casa... ¿Que pasó entre ella y mi
madre? No me dice nada. Parecía que se caían bien: las dos lloraron
cuando nos fuímos, aunque Nina insistió en marcharse aquel mismo
día y mi madre parecía tener muchas ganas de deshacerse de
nosotros. No lo entiendo... Las semanas siguientes Nina no podía
estar más amorosa; nunca he sido tan feliz. Y de repente se
desmontó, la tensión de esperar y desear quedarse embarazada, y
que no pasara nada, eso es lo que lo causó. Por mi culpa! ¿Cómo lo
sabes? No puedes saberlo, eso! (Vuelve a levantarse de un salto.
Camina como un loco.) Dios mío, si tuviéramos un hijo! Entonces
verían de lo que soy capaz! Cole siempre decía que yo tenía madera,
y Ned estaba convencido... (De repente emocionado y aligerado.)
Caray, no me acordaba... esta noche viene Ned. He olvidado
decírselo a Nina... Es necesario que no note que he sido yo quien le
ha pedido a Ned que venga para que le eche un vistazo... Se pondría
furiosa de que yo me haya tragado el orgullo después de que él no
nos haya venido a ver ninguna vez, pero debía hacerlo. He de saber
que pasa, y Ned es el único en el que puedo confiar... (Se precipita a
la silla ante el escritorio y recogiendo una hoja de papel limpia, la
pone en la máquina.) Caray, he de tratar de tener esto empezado
antes de que sea la hora... (Escribe una frase o dos con una tensa
mirada de concentración. NINA entra por la puerta y se queda justo a
la entrada mirándolo. Se ha vuelto a adelgazar, tiene la cara pálida y
chupada y sus movimientos denotan una gran tensión nerviosa.)
NINA (Sin poder contener una primera reacción desdeñosa y de aversión.)
Que débil es!... Nunca hará nada bueno... no me dará mi deseo... Si
se enamorara de alguna otra y se fuera, y no estuviese en la
habitación de mi padre... Incluso casa le he de dar. Si despareciera, y
me dejara libre; si se muriera... (Frenándose. Con remordimiento.) He
de parar este tipo de pensamientos... No lo digo de verdad. Pobre
Sam! Lo intenta tanto. Me ama tanto. Y yo le doy tan poco a cambio.
Él siente como si yo lo estuviera observando siempre con desprecio;
no le puedo decir que es con compasión. ¿Cómo puedo evitar
observarlo? ¿Y preocuparme por su preocupación, por lo que le
puede causar? Después de lo que su madre... la vida es horrible...
Ahora está preocupado, no puede dormir, lo oigo como gira en la
cama. He de volver a dormir con él pronto, sólo está en casa dos
noches a la semana. No soy justa, he de intentarlo, he de hacerlo.
Sospecha mi repugnància y le duele... Oh, pobre hijo mío muerto que
no tuve valor a tener, como habría podido amar a tu padre por tí!...
EVANS (Se da cuenta de su presencia y se levanta de golpe, con el aire
inseguro y culpable que se observa en él siempre que está en
presencia de Nina.) Hola, querida. Me pensaba que te habías
estirado. (Con aire culpabe.) ¿Te molesta el ruido de la máquina
cuando escribo? Lo siento mucho!
NINA (Irritada a pesar suyo.) ¿Por qué está siempre tan acobardado?
(Avanza y se sienta en la silla del centro; fuerza una sonrisa.) Pero no
hay motivo para que lo sientas! (Cuando él se queda incómodo y
confuso, como un estudiante que no se ha aprendido la lección y a
quien regañan delante del resto de la clase. Adopta un tono de
juego.) Por el amor de Dios, Sam, que trágico te pones por nada!
EVANS (Obligado a justificarse, con contricción.) Ya sé que no resulta
agradable para tí que yo trabaje desde aquí e intente martillear mis
asquerosos anuncios. (Con breve risita.) Y es realmente que
“intentar”! (Suelta de golpe.) No lo haría si Cole no me hubiera
avisado para que espabilara, o si no... me despedía.
NINA (Se lo mira, aún más enojada, y los ojo se le endurecen, mientras
piensa.) Sí! Siempre estará perdiendo un trabajo, consiguiendo otro,
empezando cada vez con un estallido de entusiasmo y después...
(Cortándolo con tono indiferente y socarrón.) Y bien, ¿no es un
trabajo que valga mucho la pena consevar, no?
EVANS (Con un movimiento de dolor lastimoso.) No, no está muy bien
pagado. Pero yo creía que representaba una buena ocasión para
situarme... pero eso es culpa mía, que no he sido capaz de salir
adelante... (Acaba abatido.) No sé como...
NINA (Su hostilidad se convierte en lástima y remordimiento.) ¿Qué es lo
que me hacer ser tan cruel? Es tan indefenso! El hijito de su mamá!...
Pobre hijo enfermo!... Pobre Sam! (Se levanta y se le acerca.)
EVANS (Mientras ella va, con una valentía defensiva y fanfarrona.) Puedo
encontrar fácilmente otro trabajo igual de bueno, quizá mucho mejor.
NINA (Tranquilizadora.) Claro que puedes! Y estoy segura que este no la
perderás. Siempre prevés problemas. (Le dá un beso y se sienta en
el brazo de su silla, pasándole el brazo alrededor del cuello y
acercándole la cabeza a su pecho.) Y no es culpa tuya, tonto. Es
culpa mía. Ya se como te complica la vida estar atado a una mujer
que está demasiado enferma para ejercer de tu mujer. Te deberías
haber casado con una mujer fuerte y maternal...
EVANS (En el séptimo cielo. Apasionado.) Tonterías! Ninguna mujer del
mundo vale lo que un dedo pequeño de tu pie. Eres tú quien se
debería haber casado con alguien que valiera la pena, y no con un
pobre muerto de hambre como yo! Pero nadie te podría amar como
yo, fuera quien fuera!
NINA (Apretando la cabeza contra su pecho, huyéndole la mirada, le da un
beso en la frente.) Y yo te amo a tí, Sam. (Mira fíjamente el vacío por
encima de su cabeza, con lástima amorosa, pensando.) Casi le amo,
pobre muchacho... En estos momentos, como lo ama su madre...
Pero él no tiene suficiente con eso. Oigo a su madre que dice:
“Sammy ha de estar seguro de que lo amas, para ser feliz.” He de
intentar que se sienta seguro... (Hablando suavemente.) Quiero que
seas feliz, Sam.
EVANS (Con la cara transfigurada de felicidad.) Y lo soy! Cien veces más de
lo que me merezco.
NINA (Apretando su cabeza contra el pecho para que él no pueda verle los
ojos, suavemente.) Pst. (Pensando tristemente.) Se lo prometí; Pero
no me dí cuenta de lo duro que sería dejarme querer por él... Cuando
su hijo ya no estuvo, resultó dificil incluso continuar viviendo...
Después de aquella operación el espíritu de Gordon me seguía de
una habitación a otra... pobre fantasma, echándomelo en cara!...(Con
burla amarga.) Ay, Gordon, me temo que esta cuestión de honor es
más profunda que cualquier otra nunca abatida entre llamas! Qué
diría ahora tu honor? “Ayúdale! Sigue las reglas del juego”! Sí, ya lo
sé. Ya le ayudo, pero no es feliz. Intento seguir las reglas del juego...
Entonces ¿por qué me aparto de él? Porque realmente estuve
enferma, durante un tiempo. Desde entonces no puedo, pero...
probaré a hacerlo, pronto lo probaré... (Tierna, pero obligándose a
decirlo.) Quiere mi chico volver a dormir conmigo... ¿pronto?
EVANS (Apasionadamente, sin dar crédio a lo que está oyendo.) Sería
maravilloso, Nina! Pero, estás ¿segura que lo quieres de verdad, que
te encuentras lo suficientemente bien?
NINA (Repite las palabras como si aprendiera una lección.) Sí, lo quiero de
verdad. Me encuentro mejor. (Él le coge la mano y la besa con un
silencio apasionadamente agradecido. Ella piensa decidida y
resignada.) Ya está, madre de Sam y de Gordon. Seguiré las reglas
del juego. Eso lo hará feliz durante un tiempo, como lo fué durante
aquellas semanas, después de dejar a su madre, cuando me dí con
un placer loco en la tortura que me infligía por su placer! (Después,
con su cansada desesperanza.) Será feliz hasta que vuelva a
empezar a sentirse culpable porque no me quedo embarazada. (Con
una sonrisa dura y amarga.) Pobre Sam, si supiera las
precauciones... Preferiría morirme antes que correr el mínimo riesgo
de que pase nunca mas eso. Que broma tan tràgica para los dos!
Quería tanto a mi hijito!... Dios mío!... Su madre me dijo: “Has de
tener un hijo sano un día; es tu deber.” En aquellos momentos me
pareció bien, pero ahora parece cobarde traicionar al pobre Sam, y vil
darme sin amor ni deseo... Y a pesar de ello me he dado a hombres
sin pensármelo dos veces sólo por darles un momento de felicidad.
¿No puedo volverlo a hacer cuando la que está en juego es la
felicidad de Sam, y la mia?... (Se levanta de su lado, con aire
perseguido.) Deben ser las ocho y media... Vendrá Charlie a traernos
sus sugerencias a mi esbozo de la biografía de Gordon.
EVANS (Su alegría de deshace.Abatido.) Siempre pasa; justo cuando nos
estamos acercando... alguna cosa se interpone... (Después .
Confuso.) Ah, me había olvidado de decirte que esta noche viene
Ned.
NINA (Sorprendida.) Ned Darrell?
EVANS Sí. Tropecé con él el otro día, y le invité, y él me dijo que el sábado
por la noche. No sabía en que tren llegaría y me dijo que no nos
molestáramos en irlo a buscar.
NINA (Excitada.) ¿Por qué no me lo has dicho antes? (Le dá un beso.) No
me hagas caso. Pero es típico de tí. Ahora alguien deberá acercarse
a la tienda. Y yo tendré que preparar la habitación de los invitados.
(Va rápida hacia la puerta. Él la sigue.)
EVANS Te ayudo.
NINA Ni hablar! Tú te quedas aquí abajo, le haces entrar y cubres mi
ausencia. Gracias a Dios, Charlie no se quedará mucho rato si está
Ned. (Suena el timbre de la puerta. Emocionada.) Ya ha llegado uno.
Yo subo rápido. Tú subes y me dices si es Ned, y deshazte de
Charlie. (Le da un beso juguetona y sale deprisa.)
EVANS (Se queda mirando por donde ha salido. Pensando.) Esta noche
parece que esté mejor, más feliz; parece que me ame... Si volviera a
estar sana, entonces todo... (Vuelve a sonar el timbre.) He de dejar
que Ned hable con ella un buen rato. (Va hacia la puerta exterior y
vuelve en seguida con MARSDEN. Este trae un aire preocupado y
nervioso. Tiene una expresión de inquietud que intenta disimular.
Parece víctima de algún temor interno que intenta esconder incluso a
él mismo y que está decidido a mantener apartado de su conciencia.
Su cuerpo alto y delgado está encorvado como si hubiera
desaparecido una parte de la voluntad que lo sostenía.)
EVANS (En un tono de bienvenida algo forzado.) Entra, Charlie. Nina está
arriba estirada.
MARSDEN (Claramente aligerado.) Pues no la molestes. Sólo he venido un
momento a devolverle el esbozo con mis sugerencias. (Se saca unos
papeles del bolsillo y se los dá a EVANS.) De todas formas no me
hubiera podido quedar más de un minuto. Mi madre no está fina.
EVANS (Por cumplimiento.) Lástima. (Pensando, con rencor.) Le está bien a
la chafardera, después de todo lo que ha llegado a decir sobre Nina.
MARSDEN (Con fingida despreocupación.) No es más que una ligera indigestión.
Nada serio, pero la molesta terriblemente. (Pensando asustado.) Se
queja de un dolor sordo... No me gusta. Y no quiere ver a nadie más
que al Dr. Tibbets. Ya tiene sesenta y ocho años...
EVANS (Aburrido. Vagamente.) Bien, supongo que cuando llegas a su edad
has de vigilar mucho con todo.
MARSDEN (Encendido.) ¿A su edad? No es tan mayor, mi madre!
EVANS (Sorprendido.) ¿Tiene más de sesenta y cinco años, no?
MARSDEN (Con indignación.) Estás muy equivocado! No llega a los sesenta y
cinco años, y en salud y ánimos no tiene más de cincuenta! Todo el
mundo lo dice. (Irritado con él mismo.) ¿Por qué le he mentido sobre
su edad?... Debo tener los nervios a flor de piel... Mi madre está muy
dificil estos días, y ha conseguido angustiarme, cuando
probablemente no sea nada...
EVANS (También enfadado. Pensando.) Vaya maneras! Para mi como si la
vieja tuviera un millón de años!... (Señalando los papeles.) Se los
daré a Nina mañana a primera hora.
MARSDEN (Mecánicamente.) De acuerdo. Gracias. (Hace que va hacia la
puerta, pero después se gira, angustiado.) Pero será mejor que le
des una hojeada mientras yo estoy aquí para ver si está claro. He
escrito en los márgenes. Mira si hay alguna cosa que no entiendes.
(EVANS asiente sin poderlo evitar y empieza a leer, colocándose
bajo la luz.)
MARSDEN (Mirando a su alrededor con desaprobación aprensiva.) Tienen el
estudio hecho un asco... Pobre profesor!... Muerto y olvidado, y su
tumba profanada... ¿Quizá Sam escribe aqui sus anuncios el fin de
semana? Lo que faltaba!... Y Nina trabaja con amor en la biografía de
Gordon... al que el profesor odiaba!... “La vida está llena de muchas
cosas!” Pero, ¿es qué todo el mundo se piensa que sabe escribir?
Pero eso ha sido culpa mía y de nadie más: ¿por qué demonios se lo
sugerí?... ¿Quizá por qué esperaba que viniendola a ayudar mientras
Sam estaba en la ciudad estaría sólo con ella? Pero lo propuse antes
de que ella abortara!... ¿Cómo lo sabes que abortó? Porque lo sé!
Hay unas afinidades físicas, su cuerpo lo confesaba, y desde
entonces he sentido aversión, como si fuera una criminal. Y lo es!
¿Cómo pudo? ¿Por qué? Me pensaba que quería un hijo; pero es
evidente que no la conozco. Supongo que le da miedo estropearse el
tipo, su carne, el poder que tiene de esclavizar los sentidos de los
hombres... los míos... Y yo que esperaba, que deseaba que fuera
madre para mi tranquilidad de ánimo. (Se frena. Con violencia.)
Calla!... En qué criatura tan vil me estoy convirtiendo!... Pensar estas
cosas cuando mi madre está enferma y debería estar pensando sólo
en ella!... Y, además, a mí ni me va ni me viene!... (Se mira a EVANS
con resentimiento, como si fuera el culpable.) Míralo!... Nunca
sospechará nada!... Menudo tocho! Adoraba a Gordon como el chico
de los periódicos adora al campeón de boxeo... Y Nina escribe sobre
Gordon como si fuera un semidios!... Cuando, de hecho, provenía de
una familia de lo más ordinaria!... (De repente habla a EVANS con
una satisfacción verdaderamente salvaje.) ¿Te he explicado que una
vez visité a la familia de Gordon en Beauchampton? Un grupo
realmente lamentable! Cuando me acordaba de Gordon y miraba a
su padre, o bien sospechaba de un amante escondido o bien creía en
la Inmaculada Concepción... es decir, hasta que ví a su madre!
Entonces la única explicación concebible fué la de la cigüeña!
EVANS (Que lo ha oído a medias y no lo ha entendido, dice vagamente.) No
pude ver nunca a su familia. (Señalando los papeles.) Lo entiendo
bien.
MARSDEN (Sarcásticamente.) Me alegro que sea comprensible!
EVANS (Sin modales.) Se lo daré a Nina... y espero que su madre se
encuentre mejor mañana.
MARSDEN (Picado.) Ya me voy. ¿Por qué no me decías, que interrumpía... tu
trabajo?
EVANS (Inmediatamente arrepentido.) Venga, Charlie, no te lo tomes a mal,
ya sabes que no quería decir... (Suena el timbre. EVANS balbucea
confuso, intentando adoptar un aire de indiferencia.) Vaya! Debe ser
Ned. ¿Te acuerdas, verdad, de Darrell? Ha venido a hacernos una
visita. Dicúlpame. (Sale.)
MARSDEN (Se queda mirando por donde ha salido con una mezcla de alarma y
sospecha.) ¿Darrell?... ¿Qué hace él aquí?... ¿Se han estado
viendo?... Quizá fué él quien le hizo... No, él creía que debía tener un
hijo. Pero, ¿y si ella fué y se lo pidió?... Pero, ¿por qué había de pedir
Nina no tener un hijo?... (Desconcertado.) No lo sé!... Es un lío muy
sórdido!... Me tendría que haber ido a casa! No quiero ver a Darrell!
(Va hacia la puerta y, de repente, asaltado por una idea, se para.)
Espera, podría preguntarle sobre mi madre... Sí, buena idea. (Vuelve
hacia el centro de la habitación, y espera allía a DARRELL y EVANS.
DARRELL no ha cambiado de aspecto, a parte de una expresión
mas seria y pesadumbrada. Su comportamiento es más
convincentemente autoritario, más maduro. Con una sola mirada
global observa a MARSDEN de arriba abajo.)
EVANS (Incómodo.) Ned, ¿te acuerdas de Charlie Marsden?
MARSDEN (Dándole la mano, educadamente.) ¿Qué tal doctor?
DARRELL (Le da la mano. Con brevedad.) Hola.
EVANS Subiré a decirle a Nina que estás aquí, Ned. (Sale, con una mirada
de resentimiento hacia MARSDEN.)
MARSDEN (Incómodo, mientras DARRELL se sienta en la silla del centro, se
acerca y se queda levantado al lado de la mesa.) Estaba a punto de
marcharme cuando ha llamado usted. Entonces he decidido
quedarme y renovar nuestra amistad. (Se agacha, recoge una hoja
de papel y la vuelve a dejar, con cuidado, encima de la mesa.)
DARRELL (Lo observa. Pensando.) Pulido, sospechosamente pulido. Es un
solterón que se autodefine en sus novelas, al menos lo sospecho. Me
gustaría tener la ocasión de estudiarlo más de cerca.
MARSDEN (Pensando. Con resentimiento.) Menudo maleducado! Podría decir
algo! (Forzando una sonrisa.) Y le quería pedir un favor, que me
aconsejara el mejor especialista, el mejor de todos, al que pueda
consultar...
DARRELL (Bruscamente.) ¿Sobre qué?
MARSDEN (Casi ingenuo.) Mi madre tiene un dolor de estómago.
DARRELL (Divertido. Seco.) Posiblemente coma mucho.
MARSDEN (Agachándose y recogiendo con cuidado otra hoja del suelo para
colocarla con el mismo cuidado encima de la mesa.) No come lo
suficiente ni para mantener vivo a un canario, Dice que es un dolor
sordo y constante. Está terriblemente preocupada. La horroriza la
idea del càncer. Pero, claro, eso es una verdadera tontería, no ha
estado ni un sólo día enferma en toda su vida y...
DARRELL (Brusco.) Pues demuestra más inteligencia por su dolor que usted.
MARSDEN (Agachándose a recoger otra hoja, con voz temblorosa de pánico) No
acabo de entenderle. ¿Quiere decir que le parece...?
DARRELL (Brutal.) Es posible. (Ha sacado una pluma y una tarjeta y se pone a
escribir, pensando duramente.) Es necesario hacerle estallar una
bomba en la cara, como ya hice en una ocasión. Es la única manera
de conseguir que se ponga a hacer algo.
MARSDEN (Enfadado.) Pero... que locuras!
DARRELL (Con satisfacción. Imperturbable.) La gente que tiene miedo a
enfrentarse a posibilidades desagradables hasta que es demasiado
tarde comete más asesinatos y suicidios que... (Le alarga una
tarjeta.) El doctor Schultz es el hombre que necesita. Llevela a que la
visite... mañana mismo!
MARSDEN (Estallando de rabia y angustia.) Maldito sea, la está condenado
sin...! (Se interrumpe. Ahogadamente.) No tiene ningún derecho a...!
(Se agacha, tembloroso, a recoger otra hoja de pael.)
DARRELL (Sorprendido y arrepentido.) Y yo que pensaba que era tan ególatra
que le daba lo mismo todo el mundo! Su madre... Ahora lo comienzo
a ver... (Se levanta de la silla de un salto y acercándose a MARSDEN
le pone una mano en el hombro. Amablemente.) Perdóneme,
Marsden. Sólo quería que quedara bien claro que cuaquier demora
es peligrosa. El dolor de su madre puede ser debido a una gran
cantidad de causas inofensivas, pero usted debe asegurarse. Tenga.
(Le ofrece la tarjeta.)
MARSDEN (La coge, con agradecimiento en la mirada., con humildad.) Gracias.
Mañana la llevaré a la visita. (Entra EVANS.)
EVANS (A MARSDEN. Sin tacto.) Escucha Charlie, no te quiero hacer correr,
pero Nina quiere unas cosas de la tienda antes de que cierren, y si
me pudieras llevar con el coche...
MARSDEN (Inexpresivo.) Claro. Vamos. (Le da la mano a DARRELL.) Buenas
noches doctor... y gracias.
DARRELL Buenas noches. (MARSDEN sale, seguido por EVANS.)
EVANS (Se gira hacia la puerta y dice lleno de intención.) Nina bajará
enseguida. Por el amor de Dios, ten una buena charla con ella, Ned.
DARRELL (Con impaciencia.) Bien, de acuerdo. Ahora vés. (EVANS sale.
DARRELL se queda cerca de la mesa mirando hacia ellos, pensando
en MARSDEN.) Un tipo extraño este Marsden, todavía el niño de
mamá. Cuando ella muera, ¿que hará?... (Olvidando a MARSDEN.)
Bien, siempre puede evadir la vida con un nuevo libro... (Camina
alrededor de la mesa examinando críticamente el desorden que hay,
y después se sienta en la silla de brazos, divertido.) ¿Los anuncios
de Sam?... No le va bien, ha dicho... ¿Me equivoqué al pensar que
tenía madera?... Espero que no. Siempre me ha gustado Sam, no sé
el por qué... Ha dicho que Nina volvía a estar mal... ¿Qué ha pasado
con su matrimonio?... Me sentí un poco triste en su boda... No es que
me hubiera... Pero sí que lo envidié, en cierta forma. Ella siempre me
ha atraído mucho físicamente... Aquella vez que la besé... Es una
razón para que me haya mantenido alejado desde que... No me
quiero arriesgar a hacer piruetas emocionales, necesito toda mi
mente para trabajar. Me he deshecho incluso de aquella ligera
sospecha, ya me había olvidado de ella... es una chica extraña; un
caso interesante. Me hubiera debido mantener en contacto por ese
motivo. Espero que me hable de ella. No entiendo que no tenga una
criatura; es tan evidente que es la cosa más sensata...
(Cínicamente.) Probablemente es por eso... esperar que la gente
tenga sentido común demuestra que a tí mismo te falta!...
NINA (Entra silenciosamente. Se ha cambiado de ropa, se ha puesto su
mejor vestido, se ha arreglado el pelo, se ha puesto colorete etc.,
pero es sobre todo su estado de ánimo lo que la ha cambiado y la
hace parecer de momento una persona mas joven y más bonita.
DARRELL nota inmediatamente su presencia y, levantando la vista,
se levanta con una sonrisa de afectuosa admiración. Ella se le
acerca rápidamente diciendo con franca alegría.) Hola, Ned. Ya estoy
bien contenta de verte... después de tantos años!
DARRELL (Mientras se dan la mano. Sonriendo.) No hace tanto, creo.
(Pensando con admiración.) Tan encantadora como siempre... Sam
es un tipo con suerte...
NINA (Pensando.) Tiene las manos fuertes como Gordon... Te cogen bien
fuerte... Y no como las de Sam... dedos flojos que permiten que te
vuelvas a replegar sobre tí misma... (Pinchándolo.) No te había de
dirigir la palabra después de que nos has tenido abandonados de
esta forma tan vergonzosa!
DARRELL (Algo incómodo.) De verdad que tenía la intención de escribirte. (Sus
ojos la examinan agudamente.) Ha pasado por mucho desde que la
ví. Su cara lo demuestra... una tensión nerviosa pronunciada, que
esconde tras la sonrisa...
NINA (Inquieta bajo la mirada de él.) Odio esa mirada profesional de sus
ojos; observa síntomas, sin verme a mí... (Resentidamente burlona.)
Y bien, doctor, ¿qué sospecha que tiene la paciente? (Ríe nerviosa.)
Siéntate, Ned. Supongo que no puedes evitar tu mirada disgnóstica.
(Se separa y se sienta en el balancín del medio.)
DARRELL (Apartando rápidamente la mirada. Se sienta. En tono de broma.) La
misma acusación injusta de antes! Siempre te parece que
diagnostico cuando en realidad lo que pensaba era que ojos tan
bonitos que tienes, o como te favorece el vestido, o...
NINA (Sonriendo.) O cual es la mejor excusa que puedes sacarte de la
manga! Ya te conozco! (Con un rápido cambio de humor, ríe alegre y
con naturalidad.) Pero estás perdonado, es decir, si es que puedes
explicar como es que no nos has venido a ver nunca.
DARRELL Nina, de verdad que he estado tan ajetreado de trabajo que no he
tenido oprtunidad de ir a ningún sitio.
NINA Ni ganas tampoco!
DARRELL (Sonriendo.) Bien, quizá...
NINA ¿Tanto te gusta el Instituto? (Él dice que sí.) ¿Es la gran oprtunidad
que querías?
DARRELL (Con sencillez.) Creo que sí.
NINA (Con una sonrisa.) Entonces tu eres ese tipo de hombre para los que
están hechas las oprtunidades y que las aprovecha!
DARRELL (Sonriendo.) Espero que sí.
NINA (Suspirando.) Ojalá que se pudiera decir de algunos más de
nosotros... (Y rápidamente.) Me refiero a mí.
DARRELL (Pensando con cierta satisfacción.) Se refiere a Sam... Eso no es
muy esperanzador con vistas a un futuro de felicidad matrimonial!...
(Hurgando.) Pero he oído que tú estabas “aprovechando la
oportunidad” de dedicarte a la literatura, colaborando con Marsden.
NINA No, Charlie solo me aconsejará. Nunca se dignaría a aparecer como
coautor. Y además, no apreciaba al Gordon real. Sólo yo lo
apreciaba.
DARRELL (Pensando cáusticamente.) El mito de Gordon es tan fuerte como
siempre. Todavía es la raíz de sus problemas. (Vivamente curioso.)
Sam si que lo apreciaba, ¿verdad?
NINA (Olvidándose de esconder su desprecio.) ¿Sam? Pero si él es
justamente lo contrario en todos los aspectos!
DARRELL (Pensando cáusticamente.) Cuesta que mueran, los héroes... pero
quizá escribiendo sobre él se deshará... (Persuasiva.) Entonces,
avanzas con la biografía, ¿verdad? Me parece que deberías hacerlo.
NINA (Secamente.) ¿Por mi alma, doctor? (Apática.) Supongo que lo haré.
No lo sé. No tengo mucho tiempo. Los deberes de una esposa...
(Pinchándolo.) Por cierto, si no es indiscreción que te lo pregunte, ¿tu
no piensas prometerte a una chica u otra?
DARRELL (Sonriendo enfático.) Ni soñarlo! Como mínimo hasta los trenta y
cinco.
NINA (Sarcástica.) ¿Así que no crees en tu propia medicina? Pero doctor!
Piense el bien que le haría... (Excitada y con sarcasmo febril.) Si
tuviera una buena chica a la que amar... –¿o era aprender a amar?- y
de la que cuidar, a quien formar el caràcter, la vida de la cual guiar y
hacer lo que quisiera, en la devoción interesada de la cual
encontraría la paz! (Cada vez más amargamente sarcàstica.) Y
debería tener un hijo, doctor! Nunca sabrá lo que es la vida, no será
relamente feliz hasta que haya tenido un hijo, doctor! Un hijo bello y
sano! (Sonrisa amarga e irónica.)
DARRELL (Después de una mirada rápida y penetrante.) Perfecto!... Ahora me
explicará... (Dócilmente.) Reconozco mis argumentos. ¿De verdad
que me equivoqué en todo, Nina?
NINA (Ásperamente.) Absolutamente en todo, doctor!
DARRELL (Con una mirada penetrante.) Pero ,¿cómo? La parte del hijo no la
has intentado, ¿a qué no?
NINA (Amargamente.) ¿Qué no? (Estalla con intensa amargura.) Le hago
saber que no estoy destinada a tener hijos, doctor!
DARRELL (Sobresaltado.) ¿Cómo es eso?... ¿Por qué? (Y de nuevo con cierta
satisfacción.) ¿Querrá decir que Sam...? ¿Que él?... (Tranquilizador,
pero claramente perturbado.) ¿Por qué no empiezas por el principio y
me lo explicas? Me siento responsable.
NINA (Furiosa.) Lo eres! (Cansada.) Y no lo eres. No lo es nadie. No lo
sabías. Nadie lo podía saber.
DARRELL (En el mismo tono.) ¿Saber qué? (Pensando con las mismas ganas
de creer una cosa que espera.) Debe querer decir que nadie podía
saber que sam no era... Pero yo podía haberlo adivinado, por su
debilidad general... pobre diablo... (Como ella está en silencio,
insiste.) Dímelo, te quiero ayudar, Nina.
NINA (Afectada.) Es demasiado tarde, Ned. (Y de repente.) Se me acaba
de ocurrir: Sam ha dicho que os habéis encontrado casualmente. Eso
no es verdad, ¿a qué no? Te ha ido a ver y te ha dicho que estaba
muy preocupado por mí y te ha pedido que vinieses a verme,
¿verdad? (Cuando DARRELL asiente.) Me da lo mismo! Incluso lo
encuentro conmovedor. (Después, burlona.) Pues ya que estás aquí
en calidad de profesional y mi marido quiere que te haga una
consulta, será mejor que te proporcione todo el historial clínico!
(Cansada.) Te aviso que no es agradable, doctor! Pero es que la vida
no parece ser agradable, verdad? Y después de todo tu has sido
cómplice de Dios en la fabricación de todo este lío. Espero que esto
te enseñará a no ser tan presuntuoso en el futuro. (Cada vez más
amargamente.) He de decir que no actuaste nada científicamente
doctor! (Entonces de repente empieza su historia en un tono
monótono y apagado que recuerda al de la madre de EVANS en el
acto anterior.) Cuando fuimos a visitar a la madre de Sam, yo ya
hacía dos meses que sabía que estaba esperando un hijo.
DARRELL (Sorprendido, sin poder esconder una ligera decepción.) Entonces,
¿llegaste a estar embarazada? (Piensa avergonzado de sí mismo
por sentir decepción.) No es lo que me pensaba. Ella estaba...
Entonces, ¿por qué no funciona...?
NINA (Con una extraña y feliz intensidad.) Ay, Ned, lo quería más que a
ninguna otra cosa en esta vida... Incluso más que a Gordon! Lo
quería de una manera que, en ocasiones, parecía que Gordon era su
verdadero padre, que Gordon había venido a mí en sueños, mientras
yo dormía al lado de Sam! Y era tan feliz! Casi amaba a Sam,
entonces! Sentía que era un buen marido!
DARRELL (Con un rechazo inmediato, pensando con celos llenos de
desprecio.) Venga! Otra vez el héroe! Vá a su cama, le pone los
cuernos al pobre Sam, se convierte en el padre de su hijo!... Esta es
la obsesión más idiota que nunca he...
NINA (La voz se le vuelve inexpresiva y sin vida.) Y entonces la madre de
Sam me dijo que no podía tener a mi hijo. Verás, doctor, el bisabuelo
de Sam se volvió loco, y la abuela de Sam murió en un manicomio, y
el padre de Sam había perdido la cabeza muchos años antes de
morir, y una tía que todavía vive también es demente. Es decir, que
naturalmente hube de convenir que estaría mal hecho, y me sometí a
una intervención.
DARRELL (Que lo ha escuchado todo con horror, profundamente golpeado y
superado.) Dios mío! ¿Estás loca Nina? Es que no me lo puedo
creer! Sería demasiado infernal! Pobre Sam, precisamente él!
(Aturdido.) Nina! ¿Estás segura?
NINA (Inmediatamente a la defensiva y burlona.) Absolutamente, doctor!
¿Por qué? ¿Te piensas que soy yo la loca? Sam parece tan sano y
equilibrado, ¿verdad? Te engañó, ¿verdad? Te pensabas que sería
un marido ideal para mí! Y el pobre Sam también se engaña porque
no sabe nada de todo esto, es decir, que no puedes culparlo, doctor.
DARRELL (Pensando. Horrorizado e inundado de un afecto protector hacia
ella.) Dios mío, es demasiado espantoso... ¿Cómo lo ha podido
soportar?... También se volverá loca y será culpa mía!... (Se levanta,
se le acerca y le pone las manos en los hombros, levantado detrás
de ella, con ternura. ) Nina! Me sabe muy mal! Sólo hay una cosa que
puedes hacer ahora. Has de conseguir que Sam se divorcie de tí.
NINA (Amargamente.) Ah, ¿sí? Y entonces, ¿que fin te parece que tendría
él? No, muchas gracias, ya tengo bastante culpa en mis recuerdos!
He de ser fiel a Sam! (Y con una extraña inistencia monótona.) He
prometido a la madre de Sam que lo haría feliz! Ahora él es infeliz
porque se piensa que no me puede dar un hijo. Y yo soy infeliz
porque he perdido a mi hijo. Así que he de conseguir otro hijo, de
alguna manera, ¿no te parece doctor? Es para que podamos ser
felices los dos. (Lo mira, suplicante. Por un momento se contemplan,
mirandose a los ojos; después los dos se giran con confusión
culpable.)
DARRELL (Pensando desconcertado.) Esa mirada en sus ojos... ¿Qué quiere
que piense? ¿Por qué habla de ser feliz?... ¿Soy feliz yo?... No lo
sé... ¿Qué es la felicidad?... (Confuso.) Nina, no sé que pensar.
NINA (Pensando extrañadamente.) Esa mirada de sus ojos... ¿Qué ha
querido decir? (Con la misma insistencia monótona.) Has de saber
que pensar. Yo ya no puedo pensar sola. Necesito que me aconsejes,
que me aconsejes científicamente esta vez, por favor, doctor. He
pensado mucho. Me he dicho que es lo que debo hacer. La misma
madre de Sam me instó a hacerlo. Es razonable, es humanitario, es
justo y es bueno. Me he dicho eso miles de veces, pero no puedo
acabar de convencer a algo que hay dentro de mí que tiene miedo de
algo. Necesito el coraje de alguien que se lo pueda mirar desde fuera
y razonarlo como si Sam y yo sólo fueramos conejillos de indias. Me
has de ayudar, doctor! Has de enseñarme que es lo más razonable,
razonable de verdad, ya me entiendes. Qué puedo hacer por el bien
de Sam y por el mío.
DARRELL (Pensando confuso.) ¿Qué debo hacer? Esto es culpa mía. Le debo
alguna cosa a cambio... le debo alguna cosa a Sam. Les debo la
felicidad!... (Irritable.) Mierda! Me silban los oidos!... He cogido algo
de fiebre. Juré que viviría fríamente. Veamos... (Con una voz
profesional fría e impasible, y la cara con una máscara de médico.)
Un médico ha de disponer de toda la información para poder
aconsejar. ¿Qué es exactamente lo que tanto ha pensado hacer la
mujer de Sam?
NINA (Con el mismo tono insistente.) Escoger un macho sano por el que no
sintiera nada y tener un hijo de él, un hijo que Sam creería suyo, la
vida del cua le daría confianza en su propia vida, y que sería para él
la prueba viviente de que su mujer le ama. (Con confusión, de una
forma extraña y llena de decisión.) Este médico es sano...
DARRELL (Ultraprofesionalmente, como un médico autómata.) Comprendo.
Pero es necesario pensarlo bien. No es fácil recetar... (Pensando.)
Tengo un amigo que tiene una esposa. Lo envidié en su boda...
¿Pero esto qué tiene que ver?... Mierda, no me funciona el cerebro!...
No hace más que girarse hacia ella, quiere aparearse con su
cerebro... ¿Es en interés de la ciencia? Qué locuras estoy
pensando!...
NINA (Pensando como antes.) Este médico no representa para mí nada
más que un macho sano... Cuando era Ned, una vez me besó, pero
yo no sentía nada por él... es decir, que está bien, ¿verdad, madre de
Sam?...
DARRELL (Pensando.) Veamos... Estoy en el laboratorio y ellos son conejillos
de indias. De hecho, en interés de la ciencia, por la finalidad de este
experimento yo también puedo ser un conejillo de indias sano y ser,
al mismo tiempo, un observador... Observo que tengo el pulso
acelerado, por ejemplo, y es evidente que eso es porque soy víctima,
nuevamente de un antiguo deseo... El deseo es la reacción natural
del macho ante la belleza de la hembra... Su marido es amigo mío.
Siempre he intentado ayudarlo... (Fríamente.) Me he estado
pensando lo que me ha dicho la esposa de Sam, y su razonamiento
es correcto. El hijo no puede ser de su marido.
NINA ¿Así que estás de acuerdo con la madre de Sam? Dijo: “Siendo
felices es como más nos podemos acercar al conocimiento de lo que
es el bien”!
DARRELL Estoy decididamente de acuerdo con ella. La esposa de Sam debería
de encontrar inmediatamente un padre sano para el hijo de Sam. Es
un deber razonado que tiene con su marido. (Pensando
preocupado.) ¿He sido feliz alguna vez? He estudiado para curar la
infelicidad del cuerpo... He visto sonrisas de felicidad en labios de
moribundos... He experimentado placer con mujeres que he deseado,
pero que nunca he amado... He conocido un poco de honor y un
poco de autosatisfacción... Eso de la felicidad me parece fuera de
lugar...
NINA (Empezando a adoptar un tono tímido, vacilante, de mala
conciencia.) Esto deberemos escondérselo a Sam para que no lo
sepa jamás! Doctor, la esposa de Sam tiene miedo!
DARRELL (Con aspereza profesional.) Tonterías! No es momento para la
timidez! La felicidad odia a los tímidos! Y la ciencia también! Claro
que la esposa de Sam ha de ocultar su acción! Dársela a conocer a
Sam sería extremadamente cruel... y estúpido, porque entonces su
acto no haría feliz a nadie.(Pensando con inquietud.) ¿Tengo razón
aconsejándole esto?... Sí, es evidente que de forma racional es lo
que hay que hacer... Pero este consejo es una traición a mi amigo!...
No, lo salva! Y salva a su esposa... Y si una tercera persona
obtuviera un poco de felicidad, nadie sale perjudicado. ¿Es que seré
menos amigo suyo por haberlo salvado?... No, mi deber con él es
claro... Y mi deber como investigador experimental de la verdad:
observar a estos tres conejillos de indias, uno de los cuales soy yo...
NINA (Pensando con decisión.) Es necesario que tenga a mi hijo!...
(Tímidamente, se levanta de la silla y se acerca aél, suplicante.) Has
de dar coraje a su esposa, doctor. Has de liberarla del sentimiento de
culpa.
DARRELL Sólo puede haber culpa cuando un hombre huye deliberadamente de
su deber manifiesto en esta vida. El resto son tonterías. El deber de
esta esposa es salvar a su marido y a ella misma engendrando un
hijo sano! (Pensando con mala conciencia y apartandose
instintivamente de ella.) Yo estoy sano... pero él es mi amigo! Existe
una cosa que es el honor!
NINA (Decidida.) He de tomar mi felicidad. (Con miedo, lo sigue.) Pero se
avergüenza. Es adulterio. Está mal hecho.
DARRELL (Aparténdose de nuevo. Con una risita de impaciencia fria y
socarrona.) Mal hecho! ¿Quizá preferiría ver como su marido acaba
en el manicomio? ¿Quizá preferiría enfrentarse a la perspectiva de
hundirse ella misma mentalmente, moralmente y físicamente, por
haber pasado años y años en tensión, ella y él? Realmente señora, si
no puede deshacerse de este tipo de ideas morales irrelevantes,
tendré que dejar este caso inmediatamente! (Pensando con miedo.)
¿Quién está hablando? ¿Es que me sugiere a mi?... Pero sabes muy
bien que no puedo ser yo, doctor... ¿Por qué no? Estás sano y es un
acto amistoso hacia todos los que están implicados...
NINA (Pensando. Con determinación.) He de tener a mi hijo!
(Acercándosele más. Ahora puede tocarlo con la mano.) Por favor,
doctor, has de darle fuerzas para hacer esta acción bien hecha que le
parece primero tan bien y luego tan mal! (Extiende la mano y toma
una de las de él.)
DARRELL (Pensando asustado.) ¿De quién es esta mano? Me quema... Una
vez la besé; sus labios eran fríos... Ahora quemarían de felicidad para
mí!
NINA (Tomándole la otra mano y haciéndolo girar poco a poco hasta que
está encarado con ella, todo y que no la mira. Suplicando.) Ahora ella
siente tu fuerza. Eso le dá coraje para pedirte, doctor, que le sugieras
un padre. Desde que es la esposa de Sam, ha cambiado, doctor.
Ahora no puede soportar la idea de darse a cualquier hombre a quien
no puede desear ni respetar. Y cada vez que sus pensamientos
llegan al hombre que ha de escoger, no se atreven a seguir adelante!
Le hace falta tu coraje para elegir!
DARRELL (Como escuchándose a sí mismo.) Sam es mi amigo... ¿Y qué no lo
es ella, también tu amiga? Tiene las dos manos tan calientes! No he
de dar ningún indicio de mi deseo!... (Con calma judicial.) Bien, el
hombre ha de ser alguien que le sea físicamente atractivo, claro.
NINA Ned siempre la atrajo.
DARRELL (Pensando asustado.) ¿Qué es lo que dice?... ¿Ned la atrae?... (En
el mismo tono.) Y este hombre debería poseer una mente capaz de
entenderlo de verdad, una mente científica superior a los escrúpulos
morales que son la causa de tantos errores e infelicidad para las
personas.
NINA Ella siempre ha pensado que Ned tenía una mente superior.
DARRELL (Pensando asustado.) ¿Ha dicho Ned?... ¿Cree que Ned?... (En el
mismo tono.) Este hombre debería apreciarla y admirarla, debería ser
un buen amigo suyo y querer ayudarla, pero no ha de amarla,
aunque puede desearla sin que eso perjudique a nadie.
NINA Ned no la ama, pero solía apreciarla y me parece que la deseaba.
¿Todavía siente lo mismo, doctor?
DARRELL (Pensando.) ¿Lo oye?... ¿Quién es él?.. Es Ned! Y Ned soy yo!... Yo
la deseo! Deseo la felicidad!... (Temblando. Suavemente.) Pero,
señora debo confesar de que el Ned de quien habla soy yo. Yo soy
Ned.
NINA (Suavemente.) Y yo soy Nina, que quiere a su hijo. (Extiende la mano
y le hace girar la cabeza hasta que están de cara, pero él mantiene
los ojos bajos. Ella inclina la cabeza con docilidad y sumisión. En voz
baja.) Te estaría tan agradecida, Ned. (Él, sobresaltado, se la mira
como un loco, hace un movimiento como para tomarla en sus brazos,
y se queda quieto en esta actitud durante un momento, mirando
fíjamente la cabeza baja de Nina mientras ella repite.) Te estaría tan
humildemente agradecida...
DARRELL (Cae de rodillas y tomándole la mano , la besa humildemente.) Sí,
Nina, si. Por la felicidad! Con ese espíritu! (Pensando salvajemente,
triunfante.) Seré feliz durante un rato!
NINA (Levanta la cabeza. Pensando, orgullosa, triunfante.) Seré feliz!...
haré feliz a mi marido!...
ACTO QUINTO
ACTO SEXTO
Casi once años más tarde. La sala de estar del piso que tienen los
EVANS en Park Avenue, en la ciudad de Nueva York. Una habitación
que es un tributo al buen gusto de Nina. Es grande y soleada, con
muebles caros pero muy sencillos. La distribución de los muebles
que se ven es como en las escenas anteriores, sólo que hay más
piezas. Al lado de la mesa, a la izquierda, hay dos sillas. En el centro
una mesita más pequeña y una chaise-long. A la derecha un sofá
grande, comodísimo. Alrededor de la una de la tarde de un día de
principios de otoño. NINA, DARRELL y su hijo GORDON, están en la
habitación. NINA está reclinada en la chaise-long observando a
Gordon, que está sentado en el suelo, cercade ella girando las
páginas de un libro. DARRELL sentado al lado de la mesa de la
izquierda, mirando a NINA. NINA tiene treinta y cinco años, es una
mujer en su punto dulce. Está más esbelta que en la escena anterior.
Su piel todavía conserva restos del moreno del verano y se la vé en
plena condición física. Pero como en el primer acto de la obra, por
debajo de eso transmite una sensación de gran tensión mental. Si se
la mira con atención, se notan muchas arrugas en la cara. Tiene los
ojos trágicamente tristes en reposo y su expresión es rígida como la
de una máscara. GORDON, de once años, es un chico bien plantado
que tiene, ya a su edad, el tipo de un atleta. Parece mayor de lo que
es. Su cara tiene expresión seria. Sus ojos contienen una
sensibilidad llena de genio. No se aprecia que se parezca a su
madre. No se parece nada a su padre. Es como si hubiera salido de
alguien que no es nadie de las personas que hemos visto. DARRELL
ha envejecido mucho. Sus cabellos grisean. Ha engordado. Tiene un
poco de sotabarba y bolsas en los ojos. Presenta el aspecto de un
hombre que no tiene un fin o una ambición concretos a los que
pueda dedicar su vida. Sus ojos están amargados y esconden,
detrás de una postura de indiferencia cínica, el resentimiento interno
contra sí mismo.
GORDON (Pensando mientras juega. Con resentimiento.) Ojalá que Darrell se
marchara!... ¿Por qué mamá no me podía dejar organizar mi
cumpleaños?... A él no lo habría invitado, eso seguro!... ¿Por qué
siempre está por aquí? ¿Por qué no vuelve a hacer uno de sus
viajes? La última vez estuvo fuera mas de un año. Yo esperaba que
se hubiera muerto!... ¿Por qué le cae tan bien a mamá? Me pone
enfermo!... Debería estar harta de este imbécil, y debería decirle que
se vaya y que no vuelva! Yo, si fuera mayor, lo echaría a empujones!
Tiene suerte de no haberme traído ningún regalo de cumpleaños,
porque lo hubiera roto en cuanto hubiera podido!...
NINA (Mirándoselo. Pensando con amorosa ternura, triste.) Ya no es mi
niño pequeño... Es mi hombrecito; once años, no me lo puedo creer.
Yo tengo treinta y cinco; cinco años más... A los cuarenta una mujer
ha acabado de vivir. La vida le pasa de largo, se pudre en paz!...
(Con intensidad.) Quiero pudrirme en paz!... Estoy harta de luchar
para ser feliz!... (Sonriendo irónicamente divertida consigo misma.)
Que pensamientos tan poco adecuados en el cumpleaños de mi hijo!
Mi amor por él ha sido felicitado!... Que bien plantado es! No se
parece en nada a Ned... Cuando le estaba esperando luchaba por
olvidar a Ned, esperando que fuese como Gordon, y lo es. Pobre
Ned, le he hecho sufrir mucho!... (Mira hacia DARRELL. Mofándose
de sí misma.) Mi amante!... Tan raros ahora, aquellos interludios de
pasión. ¿Qué es lo que nos ha unido todos estos años?... ¿Amor?
Ojalá que él hubiera tenido suficiente con lo que yo le podía dar! Pero
siempre quería más, y en cambio no tuvo nunca el coraje de insistir
en que o todo o nada. Orgulloso, pero no lo suficiente! Me ha
compartido para su comodidad, con un poco de gratitud y una gran
amargura, y compartime le ha corrompido!... (Amargamente.) No, no
me puedo culpar!... No hay mujer que pueda hacer feliz a un hombre
que no tiene ningún propósito en la vida! ¿Por qué renunció a su
carrera? ¿Por qué yo lo había hecho débil? (Con desprecio
respetuoso.) No, fuí yo quien, avergonzándolo, conseguí que se
dedicara a la biología y fundara el centro de Antigua. Si no lo hubiese
hecho... se habría limitado a rondar por aquí año tras año sin hacer
nada... (Con irritación.) ¿Por qué se queda aquí tanto tiempo?.. Más
de seis meses! Ya no soporto tenerlo tanto tiempo aquí!... ¿Por qué
no vuelve a las Antillas? Cuando hace un tiempo que está aquí,
siempre tengo la horrible sensación de que está esperando que Sam
se muera! O que se vuelva loco!...
DARRELL (Pensando. Con amargura apàtica.) ¿Qué piensa? Nos sentamos
juntos, pensando... Pensamientos que nunca conocen a los
pensamientos del otro... Nuestro amor ha llegado a ser el íntimo
pensar conjuntamente, unos pensamientos que son extraños entre
ellos... Nuestro amor! Buen, sea lo que sea lo que nos ha mantenido
unidos, es fuerte! He roto con ella, he huído, he intentado olvidarla, y
he huido para volver cada vez más abyectamente!,,, O si ella veía
que había alguna posibilidad de que yo me liberara, ha encontrado la
manera de hacerme regresar, y yo he olvidado mis ansias de libertad
y he vuelto agitando la cola. No, que los conejillos de indias no tienen
cola. Espero que mi próximo experimento haya demostrado alguna
cosa!... Sam, feliz y rico y sano!... Yo solía esperar que perdiese la
razón, lo observaba e interpretaba todos sus movimientos como
síntomas de locura. ¿Despreciable?... Claro, pero el amor nos hace
volver nobles o despreciables! Y él, cada vez más sano. Ahora ya he
desistido de observarlo casi del todo; ahora observo como se
engorda y me río! He entendido la gran broma!... Lo normal está en
Sam! Nosotros, los locos! Nina y yo!... Le hemos construído una vida
sana sobre nuestra locura!... (Observando a NINA. Triste.) Siempre
pensando en su hijo... Bien, yo se lo dí... Gordon, odio ese nombre.
¿Por qué continúo rondando por aquí?... Cada vez, al cabo de unos
meses, el amor se convierte en amargura... Culpo a Nina de haber
fracasado en la vida...
NINA (Girándose, de golpe.) ¿Cuando vuelves a las Antillas, Ned?
DARRELL (Con determinación.) Pronto!
GORDON (Escuchando. Pensando.) Me alegro! ¿Muy pronto?
NINA (Con un deje de sorna.) No entiendo como puedes permitirte
abandonar el trabajo por períodos tan largos. ¿No te oxidas?
DARRELL (Mirándola significativamente.) El trabajo de mi vida es oxidarme...
discretamante! (Sonríe burlón.)
NINA (Triste. Pensando.) Pudrirse en paz... También es lo que quiere él,
ahora!... Y eso es lo que nos ha hecho el amor!...
DARRELL (Con amargura.) Mi trabajo se acabó hace doce años. Como creo
que sabes, acabé con un experimentó que tuvo tanto éxito que
habría sido superfluo interferir más en vidas humanas.
NINA (Con lástima.) Ned!
DARRELL (Indiferente y cínico.) Pero tu te refieres a mi trabajito actual. Sabes
suficientemente bien que llamarlo trabajo es impropio. Es
simplemente mi afición. Marsden y yo nos hemos hecho tan ricos
financiando a Sam que nos vemos obligados a aficionarnos a alguna
cosa. Marsden continua escribiendo novelitas finas y yo juego a ser
biólogo. Sam ya argumentó que para mí el golf sería más sano y
menos absurdo, pero tu insististe en la biología. Y, todo hay que
decirlo, ha hecho que me esté mucho tiempo al aire libre y que haya
viajado y visto mundo. (Forzando una sonrisa.) Pero exagero. Si no
me interesara realmente, no continuaría financiando el centro, y
cuando estoy, trabajo de lo lindo, ayudando a Preston. Ya hace un
trabajo extraordinario, y sólo tiene veintipico años. Será un gran
hombre... (Reaparece su amargura.) Como mínimo si sigue mi
consejo y no traslada sus experimentos a las vidas humanas.
NINA (En voz baja.) ¿Como puedes hablar con tanta amargura, Ned, el día
del cumpleaños de Gordon?
DARRELL (Pensando cínicamnete.) Espera que ame a la criatura que
deliberadamente me robó y le dió a otro hombre!... No, gracias,
Nina!... Ya he recibido bastante!... No me abriré por ese lado!...
(Mirando a su hijo con amargura.) Cada día se parece más a Sam,
¿verdad que sí?
GORDON (Pensando.) Habla de mi... Será mejor que vaya con cuidado!...
NINA (Con resentimiento.) No me parece que Gordon sea para nada como
Sam. Me recuerda mucho a su homónimo.
DARRELL (Pinchado en un punto que le duele. Con una risotada
desagaradable. Mordaz.) ¿A Gordon Shaw? Absolutamente nada que
ver! Y deberías dar gracias a Dios de que sea así! Es lo último que yo
querría para un chico mío, que fuera como aquella perfección de
héroe!
GORDON (Pensando desdeñoso.) Chico suyo!... no tiene ningún chico él!...
NINA (Divertida y contenta por los celos que muestra él.) Pobre Ned!... Qué
tonto es!... A su edad, y después de todo lo que hemos pasado, mira
que estar todavía celoso...
DARRELL Preferiría mucho más que (Señalando a GORDON.) se convirtiera en
un duplicado exacto del querido Samuel!
GORDON (Pensando con resentimiento.) Siempre se está burlando de mi
padre!... Será mejor que vigile!...
DARRELL (Cada vez con mas mofa.) ¿Y qué podría ser mejor? El bueno de
Samuel es un éxito de primera categoría. Tiene una mujer
encantadora y un hijo adorable, un piso en Park avenue, y es
miembro de un club de golf de los caros. Y, por encima de todo,
descansa satisfecho sobre la orgullosa certeza de haberse hecho a sí
mismo!
NINA (Severa.) Ned! Debería darte vergüenza! Ya sabes que Sam siempre
te ha estado muy agradecido!
DARRELL (Mordaz.) ¿Me estaría agradecido si realmente supiera todo lo que
he hecho por él?
NINA (Dura. ) Ned!
GORDON (De repente se levanta de un salto y se encara con DARRELL, con
los puños cerrados, temblando de ira y balbucea.) Callate, tu... basta
de burlarte de mi padre!
NINA (Consternada.) Gordon!
DARRELL (Con mofa.) Querido Gordon, yo no me burlaría de tu padre por nada
del mundo!
GORDON (Confuso. Con los labios temblorosos.) Sí que lo has hecho! (Con
intensidad.) Te odio!
NINA (Disgustada e indignada.) Gordon! ¿Cómo te atreves a hablarle así a
tu tío Ned?
GORDON (Rebelde.) No es mi tío! No es nada mío!
NINA Ni una palabra más o te castigaré, y me da igual que sea tu
cumpleaños! Si no sabes comportarte tendré que llamar a todos tus
amigos y decirles que no vengan esta tarde, que te has portado tan
mal que no te dejamos hacer la fiesta! (Pensando con
remordimiento.) ¿Es culpa mía?... He hecho lo que podido para que
quisiera a Ned!... Pero esto lo hace volver peor!... Hace que se gire
contra mí!... Que se gire contra Sam!...
GORDON (Cabezón.) Me dá lo mismo! Se lo diré a papá!
NINA (Autoritaria.) Fuera de la habitación! Y no te vuelvas a acercar a mí,
lo oyes? Hasta que hayas pedido perdón al tío Ned! (Pensando
enfadada.) Papá! Siempre está con papá, ahora!...
DARRELL (Aburrido.) Nina, déjalo estar!
GORDON (Saliendo murmura.) No le pediré perdón... nunca! (Pensando. Con
rencor.) A ella también la odio cuando se pone de su parte!... Es igual
que sea mi madre!... No tiene derecho!... (Sale por detrás.)
DARRELL (Irritado.) ¿Y qué si me odia? No se lo echo en cara! Sospecha lo que
yo sé: que he actuado con cobardía y debilidad frente a él! Debería
haberlo reclamado sin procuparme de lo que le hubiera podido pasar
a la otra gente! ¿Quién tiene la culpa, si él me odia, y a mí no me cae
bien, porque quiere a otro padre? Nosotros! Tú lo diste a Sam y yo lo
consentí! Muy bien! Entonces no le eches en cara que se comporte
como el hijo de Sam!
NINA Pero no debería haber dicho que te odia. (Pensando amargamente.)
De Sam... Se está volviendo completamente de Sam!... Yo empiezo a
no significar nada!...
DARRELL (Irónico) Quizá de forma inconsciente se dá cuenta de que soy su
padre, su rival en tu amor; pero no soy ostensiblemente su padre, no
hay tabús, es decir que puede exteriorizarlo y odiarme a placer!
(Amargamente.) Si se diera cuenta de que ya no me amas, no se
molestaría!
NINA (Exasperada.) Ned, ¿te quieres callar? No soporto volver a oir los
mismos reproches que ya he oído mil veces! No aguanto tener que
volver a hacer las mismas contraacusaciones de siempre. Y entonces
tendremos la misma gastada escena de odio y tu huirás; antes te
dabas a la bebida y a las mujeres, ahora vas al Centro. O bien seré
yo quien te haga marchar, y al cabo de un tiempo te pediré que
vuelvas porque me sentiré tan sola volviendo a vivir esta solitaria vida
de mentira, sin nadie con quien hablar, a excepción de los amigos del
trabajo de Sam y de sus horrendas esposas. (Ríe sin poderlo evitar.)
O bien serás tú el que se sentirá solo en tu mentira un poco antes
que yo, y volverás por iniciativa propia! Entonces nos besaremos,
lloraremos y nos volveremos a amar!
DARRELL (Irónico.) O bien puedo engañarme pensando que me he enamorado
de alguna chica decente y prometerme, como ya hice una vez! Y
entonces tu volverías a tus celos y volverías a encontrar la manera
de hacerme romper el compromiso!
NINA (Desoladamente divertida.) Sí, supongo que la idea de una mujer que
se te llevara sería superior a mí... otra vez! (Con impotencia.) Ay,
Ned, cunado aprenderamos algo el uno del otro? Nos comportamos
como unos tontos insensatos con nuestro amor. Siempre es tan
maravilloso al principio, cuando vuelves, pero siempre te quedas
demasiado tiempo... o yo te retengo demasiado tiempo! No te vas
nunca antes de llegar a aquella etapa amarga de hacernos
reproches! (De repente con ternura desolada.) ¿Es posible que
todavía me puedas amar, Ned?
DARRELL (Sonriendo con melancolía.) Por fuerza, o no haría el imbécil de esta
manera, ¿no te parece?
NINA (Sonriendo también.) Y yo, por fuerza, debo amarte a tí. (Seria.) Al
final, no puedo olvidar jamás que Gordon es el hijo de nuestro amor,
Ned!
DARRELL (Triste.) Eso mejor que lo olvides, por su bien y por el tuyo. Las
criaturas tienen intuiciones acertadas. Él siente que le han estafado
tu amor, y que he sido yo quien lo ha hecho. Por tanto, concentra su
afecto en Sam, el amor del cual sabe que es seguro, y se aparta de
tí.
NINA (Asustada y enfadada.) No seas tonto, Ned! Eso no es así! Te odio
cuando hablas de esa forma!
DARRELL (Cínico.) Odiame. Exactamente, como hace él! Es lo que te aconsejo
que hagas si quieres conservar su amor. (Sonríe con dureza.)
NINA (Áspera.) Si Gordon no te quieres es porque no has hecho nunca el
más pequeño esfuerzo para resultarle estimable! Si te fijas bien, no
hay absolutamente ninguna razón para que te haya de querer, Ned!
Hoy, por ejemplo: es su cumpleaños, pero tú te habías olvidado, o no
te importa en absoluto! Ni siquiera le has traído un regalo!
DARRELL (Con amarga tristeza.) Sí que le he traído un regalo. Está fuera, en el
recibidor. Le he comprado uno caro y delicado para que pueda tener
la màxima satisfacción sin tener que hacer ningún esfuerzo, cuando
lo haga añicos, tal como ha hecho con todos los regalos que le he
hecho hasta ahora! Y lo he dejado en el recibidor para que se lo deis
cuando yo ya esté fuera por que, después de todo, es mi hijo y
preferiría que no lo rompiera en mis narices! (Intenta mofarse de sus
propias emociones. Con salvaje amargura.) Soy un egoísta, ¿eh? No
quiero que mi hijo sea demasiado feliz a expensas mías, ni siquiera
el día de su cumpleaños!
NINA (Atormentada por el amor, la lástima y el remordimiento.) Ned! Por el
amor de Dios! ¿Cómo nos puedes torturar de esa manera? Es que es
demasiado horroroso lo que te he hecho! Perdóname, Ned!
DARRELL (Su expresión se transforma en una de lástima por ella. Se acerca y
le pone la mano en la cabeza. Con ternura.) Lo siento. (Con ternura
llena de remordimiento.) ¿Horroroso lo que has hecho, Nina? Pero si
me has dado la única felicidad que jamás he conseguido! No importa
lo que te diga o haga cuando estoy amargado, me enorgullezco y te
lo agaradezco, Nina!
NINA (Levanta la cabeza para mirarlo con profunda ternura y admiración.)
Amor mío, es maravilloso que digas eso! (Se levanta, le pone las
manos en los hombros y lo mira a los ojos. Tiernamente, como
suplicando.) ¿Podemos ser lo suficientemente valientes como para
que te vayas ahora, en este estado de ánimo, seguro de nuestro
amor, y sin amarguras, por una vez?
DARRELL (Alegre.) Sí! Me iré... ahora mismo, si quieres!
NINA (Juguetona.) No hace falta que te vayas ahora mismo! Espérate y
despídete de Sam. Le sabría muy mal que no lo hicieras. (Seria.) ¿Y
me prometes que no volverá en dos años, aunque yo te llame antes,
y que esta vez trabajarás, que trabajarás de verdad?
DARELL Lo intentaré, Nina!
NINA Y después... volverás a mi, por supuesto!
DARRELL (Sonriendo.) Por supuesto, otra vez!
NINA Entonces, adiós, querido! (Lo besa.)
DARRELL Otro! (Sonríe y ella sonríe y vuelven a besarse. Aparece Gordon por
la puerta de atrás y se queda mirándolos un momento con una
pasión de celos, ira y dolor.)
GORDON (Pensando con una extraña vergüenza torturada.) No he de verla!...
Simular que no la he visto!... No le he de decir jamás que la he
visto!... (Desaparece tan silencioso como había venido.)
NINA (Apartándose de golpe de DARRELL, mirando a su alrededor,
intranquila.) Ned, ¿has visto?... Acabo de tener una sensación
extrañísima, como si alguien...
GORDON (Se oye su voz desde el recibidor con tranquilidad forzada.) Mamá! El
tío Charlie está aquí. ¿Le digo que suba?
NINA (Forzando también la voz para que suene tranquila.) Sí, claro rey,
claro! (Preocupada.) Su voz sonaba extraña. ¿También te lo ha
parecido a tí? ¿Quieres decir que no?...
DARRELL (Con una sonrisa seca.) Es posible. Para curarnos en salud, será
mejor que le digas que me has dado un beso de despedida para
deshacerte de mí! (Enfadado.) O sea que Marsden vuelve a estar
aquí! Esa medio tía solterona! Es que no lo aguanto más, Nina!
Sencillamente no puedo entender por qué Gordon le ha cogido tanto
afecto a ese viejo carrinclón!
NINA (Dándose cuenta de golpe. Pensando.) Pero si está celoso de que a
Gordon le guste Charlie... (Inmediatamente llena de lástima
afectuosa.) Entonces debe querer a Gordon, aunque sea un poco!
(Dejando que se le escape la lástima.) Pobre Ned! (Hace un
movimiento hacia él.)
DARRELL (De repente y temiendo que ella haya adivinado alguna cosa que no
se admite ni a sí mismo.) ¿Qué? ¿Por qué lo dices eso? (Rudamente
defensivo.) No seas tonta! (Con resentimiento.) Sabes bien lo que he
tenido siempre contra él! Yo quería avanzar todo el capital para
financiar a Sam cuando empezó. Quería hacerlo por Sam, pero
especialmente por mi hijo. ¿Por qué insistió tanto Marsden en que
Sam le dejara participar con una parte igual? No es que me sepa mal
el dinero que ha ganado, pero sé que tenía alguna idea rara en la
cabeza y que lo hizo expresamente para fastidiarme! (Desde el
recibidor se oye la voz de MARSDEN y de GORDON que lo saluda
escandalosamente. Mientras escucha, la expresión de DARRELL
vuelve a ser furiosa. Suelta con rabia.) Estás dejando que aquel viejo
idiota vicie a Gordon, estúpida! ( Entra MARSDEN por detrás,
sonriendo, vestido inmaculadamente, como de costumbre. No se le
vé mucho más viejo, aunque su cabello es más gris y va algo mas
cargado de espaldas. Su expresión y la impresión general que dá
recuerdan más al MARSDEN del acto primero. Y aunque no es feliz,
como mínimo vive relativamente en paz consigo mismo y su
entorno.)
MARSDEN (Va directamente a NINA.) Hola Nina, querida Nina! Felicidades por el
cumpleaños de tu hijo! (La besa.) Se ha hecho mucho más alto y
fuerte en estos dos meses que no lo había visto. (Se gira y le dá la
mano a DARRELL fríamente. Con cierto aire paternalista.) Hola,
Darrell. La última vez que vine te ibas a las Antillas al cabo de una
semana, pero veo que todavía corres por aquí.
DARRELL (Furioso. Con aire de mofa.) Y tu también vuelves a correr por aquí!
Tienes buen aspecto estos días, Marsden! Espero que tu hermana
está bien. Debe ser un gran consuelo que haya ocupado el lugar de
tu madre! (Con una risa dura.) Somos dos malas monedas, ¿verdad
Marsden? Falsas monedas, los socios silenciosos de Sam!
NINA (Pensando con irritación.) Ned vuelve a ponerse odioso!... Pobre
Charlie!... No permitiré que le insulte! Ha llegado a ser un consuelo
tan grande, lo entiende todo sin que ni siquiera se lo tenga que
decir... (Mirando a DARRELL y reprendiéndole.) Ned se va esta
semana, Charlie.
MARSDEN (Pensando triunfante.) Intenta insultarme... Sé todo lo que quiere
decir... Pero que me importa lo que dice, ella lo echa! Expresamente
delante mío! Eso quiere decir que él se ha acabado!...
DARRELL (Pensando resentido.) ¿Intenta humillarme delante de él?... Ya le
enseñaré yo!... (Después, debatiéndose consigo mismo.) No... esta
vez no, lo he prometido... Sin pelearnos, recuérdalo... (Asintiendo
afablemente con un movimiento de cabeza hacia MARSDEN.) Sí, me
voy esta semana y espero estar fuera, como mínimo dos años esta
vez; dos años de duro trabajo.
MARSDEN (Pensando con lástima desdeñosa.) Su trabajo! Vaya farsa!... Un
diletante científico!... ¿Puede haber una cosa más penosa? Pobre
tipo!... (Mecánicamente.) La biología debe ser un estudio muy
interesante. Ojalá yo entendiera más.
DARRELL (Picado, pero divertido por el tono del otro. Irónico.) Sí, ojalá
Marsden! Entonces es posible que escribieras más sobre la vida y no
tanto sobre viejecitas adorables y solteros endemoniados! ¿Por qué
no escribes alguna vez una novela sobre la vida, Marsden? (Le da la
espalda con una mirada de rechazo, va hacia la ventana y se queda
mirando al exterior.)
MARSDEN (Confuso.) Sí... decididamente... pero no es exactamente mi línea.
(Pensando angustiado, cogiendo una revista y hojeándola al azar.)
Eso es verdad!... este hombre esta lleno de veneno!... Nunca me he
casado con el mundo de la vida! He sido un tímido licenciado en
letras, no un artista!... Mis pobres agradables libros!... Todo va bien!...
¿Va bien esto, con nosotros tres?... Darrell se ha ido convirtiendo
cada vez en menos amante de Nina... Nina se ha girado hacia mí;
hemos construído una vida secreta de simpatías y confidencias
sutiles; ha sabido que yo he entendido su pasión física por Darrell...
¿De qué mujer se podía esperar que amara a Sam
apasionadamente? Algún día me confiará todo lo que a Darrell se
refiere, ahora que él se ha acabado... Sabe que la quiero sin
necesidad de decírselo, incluso sabe el tipo de amor del que se
trata... (Apasionado. Pensando.) Mi amor es más perfecto que ningún
otro que haya conocido!... Yo no la deseo con lujuria!... Me daría por
satisfecho si nuestra boda consistiera simplemente en la colocación
de nuestras cenizas en la misma tumba, nuestras urnas una al lado
de la otra, tocándose... ¿Podrían decir lo mismo los otros, podrían
amar tan profundamente?... (De repente, tristemente desdeñoso de
sí mismo.) Qué! Heroico platónico a mi edad!... ¿Quizá me creo una
sola palabra de todo esto?... Mira que ojos tan bonitos! ¿Quizá no
daría cualquier cosa por ver como desean?... Y la intimidad de la que
me vanaglorio no quiere decir otra cosa que he vuelto a ser el viejo y
querido Charlie de su infancia!... (Pensando angustiado.) Cobarde de
mierda!...
NINA (Mirándoselo con lástima. Pensando.) ¿Qué es lo que siempre quiere
de mí? ¿A mí?... Soy la única que se da cuenta de su profundo dolor;
siento como la vida lo ha herido profundamente... ¿También es culpa
mía, en parte? He herido a todo el mundo... Pobre Charlie, ¿qué
puedo hacer por tí? Si dándome a tí te pudiera aportar un momento
de felicidad, ¿sería capaz de hacerlo?... Me solía repugnar esa idea...
pero, nada en el amor parece lo suficientemente importante como
para resultar repugnante... Pobre Charlie, sólo piensa que debería
desearme!... Querido Charlie, que amante más perfecto sería para la
vejez!... Que amante más perfecto cuando se está más allá de la
pasión!... (Y de repente con desdeñosa repulsión.) Estos hombre me
dan asco!... Los odio a los tres!... Me repugnan!... Han matado a la
esposa y a la amante que había en mí!... Gracias a Dios, ahora ya
sólo soy un madre!... Gordon es mi hombrecito, mi único hombre!...
(De repente.) Tengo un trabajo para tí, Charlie: hazme la salsa de la
ensalada para cenar. Sabes, aquella que me vuelve loca.
MARSDEN (Se levanta de un salto.) Vamos, pues! (Le rodea la cintura con el
brazo y salen los dos juntos, riendo, sin una mirada a DARRELL.)
DARRELL (Piensa apagado.) No me quedaré a comer; sería un fantasma en la
fiesta de mi hijo!... Será mejor que me vaya ahora... ¿Por qué esperar
a Sam?... ¿Qué hay que le pueda decir?... Y no hay nada de él que
me apetezca ver; está más sano que un roble, y está perfectamente
bien de la cabeza... Hace tiempo temí que su madre hubiera mentido
a Nina e hice un viaje a su pueblo para investigarlo... Todo era
verdad: su bisabuelo, su abuela, su padre, todos estaban locos...
(Moviéndose intranquilo.) Ya es suficiente!... Cuando me empiezan a
venir estos pensamientos es que es hora de irse... Cogeré el barco
del sábado y no volveré más... Pronto Nina estará luchando con Sam
por el amor de mi hijo!... Será mejor no estar en medio!... Dios que
desastre es todo esto!...
GORDON (Aparece por la puerta de detrás. Lleva en las manos un pequeño
modelo caro de balandro con las velas desplegadas. Está
consternado y, llenos de emociones contradictorias, a punto de llorar
y al mismo tiempo tozudo y decidido.) He de hacerlo! Ostras, es
horroroso!... Este barco es tan bonito... ¿Por qué tenía que ser
suyo?... Puedo hacer que papá me compre otro, pero ahora me
gusta este... pero ha besado a mamá, y mamá le ha besado a él...
(Se acerca desafiante y se enfenta a DARRELL, que se gira hacia él,
sorprendido.) Eh, Darrell... has... (Se para.)
DARRELL (Dándose cuenta de lo que le espera. Pensando, pesimista y
angustiado.) Así que ha de pasar eso!... Lo que me temía!... Mi
destino no tiene piedad, por lo que parece!... (Con benevolencia
forzada.) He hecho... ¿qué?
GORDON (Duro. Balbucea airado.) He encontrado esto en el recibidor. No
puede ser de nadie más. ¿Es... tu regalo?
DARRELL (También duro y desafiante.) Sí.
GORDON (Con rabia y temblando.) Pues... Esto es lo que pienso de tí!
(Poniendose a llorar, rompe el palo, lo parte en dos, arranca la popa
y lo tira a los pies de DARRELL.) Toma. Ya te lo puedes quedar!
DARRELL (Vencido un instante por la ira.) Pequeño salvaje mezquino! Eso no te
lo doy... (Ha dado un paso adelante amenazador. GORDON se
queda plantado, pálido, desafiándolo. DARRELL frena de golpe;
después habla con una voz temblorosa de afecto profundamente
herido.) Eso no deberías haberlo hecho, hijo. ¿Yo que importo? No
ha sido nunca mi barco! Era tuyo. Deberías haber pensado en el
barco y no en mí. ¿No te gustan los barcos? Este me ha parecido
que era muy bonito. Y por eso...
GORDON (Sollozando amargamente.) Era precioso! No lo quería hacer! (Se
arrodilla y vuelve a coger el barco entre sus brazos.) De verdad que
no. Me encantan los barcos! Pero a tí te odio! (Las últimas palabras
con una intensidad apasionada.)
DARRELL (Seco.) Ya lo he visto. (Pensando con angustia.) Hace mal, caray!
GORDON No, no lo sabes! Ahora mas que nunca! Mas que nunca! (Se le
escapa el secreto.) He visto como besabas a mi madre! Y a mamá
también la he visto!
DARRELL (Sorprendido, pero forzando una sonrisa inmediatamente.) Pero si le
decía adiós. Somos viejos amigos. Ya lo sabes, eso.
GORDON A mi no me engañas! Era diferente. (Explosivo.) Te estaría bien, y a
mamá también que se lo dijera a mi padre!
DARRELL Soy el mejor amigo de Sam. No te pongas en evidencia ahora.
GORDON No eres su amigo. Siempre has estado rondando por aquí
engañándolo, y rondando a mamá!
DARRELL Para un momento! Qué quieres decir, engañándolo?
GORDON No lo sé. Pero sé que no eres su amigo. Y algún día le diré que te he
visto...
DARRELL (Muy serio, profundamente conmovido.) Escucha! Hay cosas que un
hombre de honor no explica a nadie, ni siquiera a su padre o a su
madre. Quieres ser un hombre de honor tu, ¿verdad? (Con
intensidad.) Hay cosas que no explicamos tu y yo! (Ha puesto el
brazo sobre los hombros de GORDON impulsivamente.) Este es mi
hijo! Lo quiero!
GORDON (Pensando, terriblemente emocionado.) ¿Por qué me cae bien
ahora?... Me gusta muchísimo!... (Llorando.) ¿Nosotros? ¿Quién
quieres decir? Yo tengo honor! Más que tu! No me lo has de decir!
Igualmente no pensaba decírselo a mi padre, de verdad que no!
¿Nosotros? ¿Qué quieres decir tu y yo? Yo no soy como tu! No
quiero ser como tu! (Se oye el ruido de una puerta que se abre y se
cierra de golpe, y la voz enérgica de EVANS.)
EVANS (Desde el recibidor.) Hola a todos!
DARRELL (Con un golpecito en la espada de GORDON.) Ánimo, hijo, ya está
aquí! Esconde el barco o te hará preguntas. (GORDON se va
corriendo a esconder el barco bajo el sofá. Cuando entra EVANS,
GORDON se ha tranquilizado del todo y corre contento. EVANS se
ha engordado y está muy lleno de cara, se ha convertido en un
ejecutivo acostumbrado a mandar y esté donde esté se hace cargo
automáticamente de la situación. No aparenta la edad que tiene,
pero el cabello le empieza a clarear, y se le vé claramente una calva
en la coronilla. Lleva ropa cara.)
EVANS (Abrazándo a GORDON. Amoroso.) ¿Cómo está etse hijo tan viejo?
¿Cómo va el cumpleaños?
GORDON Muy bien, papá!
EVANS Hola, Ned! Este hijo mío está hecho un grandullón para la edad que
tiene, ¿no?
DARRELL (Sonriendo forzado.) Sí. (Crispado. Pensando.) Esto duele!... Ver a mi
hijo hijo suyo!... Ya tengo más que suficiente! He de marcharme!...
Cualquier excusa!... Ya llamaré después! Si me quedo lo soltaré todo
a gritos!... (Yendo hacia la puerta.) Justamente ahora me iba, Sam.
He de ir a ver a un tipo que vive cerca, un biólogo.
EVANS (Con decepción.) ¿No te quedas a comer?
DARRELL (Pensando.) Te gritaré la verdad a la oreja si me quedo un segundo
más... maldito loco! (Moviéndose.) No me puedo quedar. Lo siento.
Es importante. Cojo el barco de aquí a pocos días y tengo muchas
cosas a hacer. Ya nos veremos, Sam. Adiós, Gordon.
GORDON (Mientras sale incómodo y de forma apresurada.) Adiós... tío Ned.
(Pensando confuso.) ¿Por qué lo he llamado así... cuando he dicho
que no lo haría nunca?... Ya lo sé, debe ser porque se va y me
alegro....
EVANS Adiós, Ned. (Pensando, benevolentemente superior.) Ned y su
biología!... Si que se toma seriamente su afición!... (Con
satisfacción.) Bien, ahora se puede permitir tener aficiones!... Su
inversión en mí le ha cubierto los riñones... ¿Dónde está tu madre,
hijo?
GORDON En la cocina con el tío Charlie. (Pensando.) Ojalá que no vuelva
nunca más!... ¿Por qué me ha caído tan bien hace un momento?...
Sólo ha sido durante un segundo... En realidad no me ha caído bien,
nunca podría... ¿Por qué me llama Gordon como si le hiciera rabia
hacerlo?...
EVANS (Saliendo a la izquierda.) Espero que la comida está a punto pronto.
Tengo mucha hambre, ¿y tu?
GORDON (Distraido.) Sí, papá.
EVANS Ven aquí y explícame como ha ido el cumpleaños. (GORDON va.
EVANS se lo sienta en las rodillas.) ¿Qué te han parecido los
regalos? Y el tío Ned, ¿qué te ha regalado?
GORDON (Evasivo.) Todos eran fantásticos. (De repente.) ¿Por qué me
pusisteis Gordon?
EVANS Ya lo sabes, por qué, por aquello de Gordon Shaw. Ya te lo he
explicado muchas veces.
GORDON Me dijiste una vez que era el prometido de mamá, cuando era joven.
EVANS (Burlón.) ¿Qué sabes tu de prometidos? Te haces mayor.
GORDON ¿Y mamá lo quería mucho?
EVANS (Incómodo.) Supongo que sí.
GORDON (Pensando profundamente.) Es por eso que a Darrell le da tanta rabia
que me llame Gordon: sabe que mamá quería a Gordon más de lo
que lo quiere a él. Ahora sé como volverme; seré igual que Gordon y
mamá me querrá más que a él! (A Sam.) Y entonces Gordon murió,
¿verdad? ¿Me parezco mucho a él?
EVANS Espero que si. Si cuando vayas a la Universidad juegas a fútbol o
remas como lo hacía Gordon, te... te daré lo que me pidas! Te lo digo
en serio!
GORDON (Soñando.) Vuelve a explicarme cosas de él, papá. De aquella vez
que hacía de capitán de los remeros y al que era el número siete se
le empezó a acabar la cuerda, y él no lo veía, pero se dió cuenta de
alguna manera que se le acababa la cuerda, y se le puso a hablar
todo el rato como dándole su fuerza, de forma que cuando la carrera
se acabó y hubieron ganado Gordon se desmayó y el otro no.
EVANS (Con una sonrisa afectuosa.) Pero si te lo sabes de memoria! ¿De
qué servirá que yo te lo explique?
NINA (Entra por detrás mientras hablan. Avanza poco a poco, pensando
con resentimiento.) ¿Quiere más a Sam que a mí? No, no puede ser!
Pero le tiene más confianza! Confía más en él!
GORDON ¿Te peleabas con los otros chicos, papá?
EVANS (Incómodo.) Hombre, un poco, cuando había que hacerlo.
GORDON ¿Podrías ganar a Darrell?
NINA (Pensando asustada.) ¿Por qué lo pregunta, eso?
EVANS (Sorprendido.) ¿Al tío Ned? ¿Por qué? Siempre hemos sido amigos.
GORDON Quiero decir, si no fuerais amigos, ¿podrías?
EVANS (Fanfarroneando.) Pues, si. Supongo que si. Ned no ha sido nunca
tan fuerte como yo.
NINA (Pensando desdeñosa.) Ned es débil. (Después, con aprensión.)
Pero tu te estás volviendo demasiado fuerte, Sam.
GORDON Pero Gordon te podría ganar, ¿verdad que si?
EVANS Claro que sí!
GORDON (Pensando.) Mamá debía querer a Gordon todavía más que a papá!
NINA (Avanza hacia la silla del medio, forzando una sonrisa.) ¿Qué es todo
eso que hablais de pelearse? No está bien. Por el amor de Dios,
Sam, no le animes...
EVANS (Sonriendo.) No hagas caso a las mujeres, Gordon. Has de saber
luchar para salir adelante en este mundo.
NINA (Pensado con lástima.) Pobre tonto... Que valiente eres, ahora...
(Suavemente.) Quizá tienes razón, querido. (Mirando a su alrededor.)
¿Se ha ido Ned?
GORDON (Desafiandola.) Si, y no piensa volver, y coge el barco muy pronto.
NINA (Estremeciéndose.) ¿Por qué me reta así y se coge a Sam?... Nos
debe haber visto a Ned y a mi... No hace el gesto de venir hacia mi;
antes lo hacía siempre... Ned tenía razón, he de mentirle, conseguir
que vuelva a mi, aquí, a mi falda!... (Con sorna. A EVANS.) Me alegro
de que Ned se haya ido. Me temía que lo íbamos a tener que
aguantar todo el día.
GORDON (Ávido, medio bajando de las rodillas de su padre.) ¿Te alegras?
(Después con cautela, pensando.) Está haciendo trampa... la he visto
como le besaba...
NINA Ned se está volviendo muy pesado. Es tan débil. No es capaz de
empezar nada si no lo empujan.
GORDON (Acercándose un poco, estudiándole la cara, pensando.) No parece
que le caiga muy bien... pero he visto como lo besaba!...
EVANS (Sorprendido.) Venga, Nina, ¿no eres un poco dura con Ned? Si que
es verdad que está algo decaído, pero es nuestro mejor amigo.
GORDON (Volviendo a apartarse de su padre. Con resentimiento.) ¿Por qué
papá lo defiende de ella?...
NINA (Piensa triunfante.) Muy bien, Sam! Justo lo que quería que dijeras!...
(Aburrida.) Si, ya lo se, pero me crispa los nervios que siempre está
dando vueltas por aquí. Sin ser maleducada, he insistido en que
volviera al trabajo, y le he hecho prometer que no volvería antes de
dos años. Al final me lo ha prometido, y entonces se ha puesto tan
tonto y sentimental que me ha pedido que le diera un beso de
despedida para que le de buena suerte. Es decir, he tenido que darle
un beso para que se fuera, el muy idiota!
GORDON (Pensando lleno de alegría.) Era por eso!... Era por eso!... Y estará
fuera dos años! Me alegro tanto!... (Va hacia ella y la mira a la cara
con ojos brillantes.) Mamá!
NINA Hijo mío! (Lo sube a sus rodillas y lo abraza.)
GORDON (La besa.) Ten! (Pensando triunfante.) Eso compensa su beso!... Se
lo quita de la boca...
EVANS (Sonriendo.) Ned se debe estar enamorando de tí... en su vejez!
(Sentimental.) Pobre tipo! Lo que pasa es que no se ha llegado a
casar. Está solo. Yo se lo que se siente. Un hombre necesita una
mujer que le de un poco de coraje que le ayude a tirar adelante.
NINA (Acercando amorosamente la cabeza de GORDON a la suya y riendo
burlona.) Creo que el cabezota de tu padre se está volviendo débil y
tonto! A tí que te parece, Gordon?
GORDON (Riendo con ella.) Sí, es débil, mamá! Es tonto! (Le da un beso y
sisea.) Seré como Gordon Shaw, mamá! (Ella lo abraza con fuerza
contra su cuerpo llena de felicidad triunfante.)
FI