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Detalle del monumento a Hahnemann en Washington DC.

Sello de correos alemán conmemorativo de los 200 años del nacimiento de la homeopatía.
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La ortodoxia hahnemanniana en la historia.


Samuel Hahnemann deja suficientes escritos para la creación de dos
criterios sobre la homeopatía, mismos que forman con el tiempo dos
grupos de hahnemannianos. La creatividad literaria fue tal que ambos
grupos pueden considerarse fundadores de la homeopatía. Aunque a veces
se convence que la homeopatía pertenece a lo inmaterial, en otras frases
Hahnemann se inclina a considerarla un fenómeno físico desde una
perspectiva naturalista; en ciertos párrafos ve la homeopatía parte de la
medicina y en otros documentos la homeopatía es una nueva medicina, la
nueva escuela. Los criterios se alternan durante toda su vida, en un
momento reconoce la medicina, en otro desprecia la medicina. Por eso
emergieron dos tipos de exponentes de la homeopatía durante su
fundación:
1.- Un grupo de hahnemannianos metafísicos es seguidor de un
Hahnemann, notablemente: Joslin, Jahr, Lippe, Attomyr etc. Este grupo
considera que al ser de suyo inmaterial, la homeopatía es inalcanzable por
la ciencia, o bien es irrelevante aplicar la ciencia pues la homeopatía es
una disciplina que se ocupa solamente de curar al enfermo.
2.- Otro grupo de hahnemannianos naturalistas siguen al otro
Hahnemann, notablemente: Aegidi, Hartmann, Tessier, Hering, Dunham,
etc. Este grupo se distingue al proponer que gradualmente, aplicando el
método científico, se avanza en la comprensión de la homeopatía, por ser
el método que logra analizar, explicar y describir la naturaleza.
Es difícil clasificar a ciertos homeópatas, cuando comparten ambos
criterios, es el caso de los autores de renombre Farrington, Stuart Close,
Elizabeth Hubbard, Herbert Roberts y Joaquín Segura y Pesado.
El primer círculo de los seguidores de Hahnemann lo constituyen
Franz, Gross, Hartmann, Hornburg, Langhammer, Ruckert, Stapf,
Wislicenus. El segundo lo conforman: Aegidi, Boenninghausen, Caspari,
Brunnow, Gersdorff, Griesselich, Hartlaub, Haubold, Jahr, Lehmann,
Muhlenbein, Muller, Rau, Rummel, Scheikert, Trinks. En torno a
Hahnemann se conforma la Sociedad de Experimentadores con los
siguientes miembros: Rueckert, Caspari, Gross, Hartmann, Helbig,
Hermann, Hornburg, Kummer, Langhamer, Meyer, Rummel, Stapf,
Teuthorn, Tietze. Después se crea una gran sociedad de médicos
homeópatas alemanes la Sociedad Central de Médicos Homeópatas de
Alemania o Sociedad Central. La Sociedad Central nace en 1829, crece y
sesiona en Leipzig por eso algunos le llaman la Sociedad Leipzig o la
Escuela de Leipzig. De esta sociedad los más destacados en la defensa,
divulgación y desarrollo de la homeopatía fueron Hartmann, Muller, Franz,
Gross, Stapf, Hartlaub, Griessleich, Rummel, Trinks. La Sociedad Central
merece un homenaje por su incansable difusión de la homeopatía como
rama de la medicina. Produjo una gran cantidad de artículos y libros,
fundaron numerosas revistas médico homeopáticas. Sin embargo
Hahnemann vivió una polémica relación con la Escuela de Leipzig,
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denunciando los escritos y la práctica médica de varios de sus miembros:


Hartmann, Muller, Griesselich, Hartlaub, Gross, Rummel, Rau y Trinks.

Allgemeine Homoopatische Zeitung

En la Gaceta de Homeopatía (Allgemeine Homoopatische Zeitung) Franz


Hartmann comenta estos sucesos en la fundación de la homeopatía:
“Existió un Hahnemann que actuaba como maestro de su arte y se
perfeccionó tanto día con día, hasta personalmente superar todos los
obstáculos externos. Sus seguidores no podían en modo alguno presumir
de tales logros, por eso se dieron tantos altercados y enemistad entre
amigos, llevados a grandes excesos; y el más extravagante de todos fue el
trabajo de Hahnemann mismo a raíz de la pregunta de Kretschmar “¿Qué
significa alopatizar la homeopatía?” (publicado en el Allg Hom. Zeit. Vol I, p
22). El artículo desató un intercambio de fuego entre los ortodoxos.
Durante años se desplegó la controversia y se volvió tan amarga que
Hahnemann publicó en esa revista (vol 2, no. 1) el artículo A mis
verdaderos discípulos, adornado a su estilo con sus epítetos favoritos
“secta de híbridos” “homeópatas bastardos” y frases similares. Hahnemann
exige que se publique íntegramente, sin omitir las palabras ofensivas”
Richard Haehl, el máximo biógrafo de la Hahnemann, describe la
controversia como sigue: “Es difícil entender o justificar la violencia con
que Hahnemann atacó y persiguió hasta los médicos que normalmente
fueron sus defensores, le apreciaban con justeza y le protegieron hasta
donde era compatible con sus convicciones (Hufeland por ejemplo). Pero
fue mucho más duro contra sus propios estudiantes y adeptos, pues quien
no estaba incondicionalmente de su lado, era considerado oponente y fue
rechazado. De modo que entre sus primeros alumnos casi todos quedaron
fuera por un periodo más o menos largo. Rompe totalmente con otros
como Hartmann y Griesselich, con quien mantuvo estrecho contacto
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inicial. Su comportamiento contra Trinks justifica señalar que su reacción


fue patológica. De nada servían las mediaciones más sentidas de sus
amigos (Gross y Hennicke). Esta intolerancia solo es explicable por su
creencia en una misión divina. Sus suspicacias alimentaron un rencor tan
profundo que declaró que aquel que se desviara de su teoría el grueso de
un cabello era un traidor con quien no tendría nada que ver. Esta actitud
de suspicacia y desconfianza, disparó una apasionada intolerancia y un
odio implacable, a tal grado lamentable que su repulsión alcanzó hombres
de gran capacidad y vigor (como Moritz Muller), alejando de inmediato a
otros médicos que hubieran querido relacionarse con la homeopatía. De
esta manera Hahnemann dañó tanto a su persona como a su causa, pero
sobre todo a su idea favorita, el Hospital de Leipzig. Aun los amigos
íntimos de Hahnemann y la homeopatía comprendieron y lamentaron
estos fallos de su personalidad, que solo se acentuaron con el tiempo. Un
mal que creció fue su propensión a escuchar rumores y la atención acrítica
a chismes de dudosa procedencia. Con extraordinaria credulidad
Hahnemann presta atención a las calumnias contra los “medio
homeópatas”, especialmente si estaban embellecidas con glorificaciones de
su teoría “pura” y con adulaciones y exclamaciones de devoción a su
persona y su trabajo. Precisamente en estas ocasiones mostró su falta de
sabiduría terrenal, su ausencia de conocimiento de un hombre con un
juicio sereno”.
La Escuela de Leipzig conservaba su amistad con médicos,
pertenecían a asociaciones médicas, frecuentaban círculos médicos,
hablaban sobre medicina y ciencias naturales en sus revistas médico-
homeopáticas y sentían el orgullo de haberse graduado en facultades de
medicina. Pero Hahnemann no proclama un nuevo método o sistema
curativo, sino la nueva escuela de medicina y para entrar en ella había que
descartar todo lo relativo a la antigua escuela de medicina (la ciencia
médica misma) que de manera inexplicable llamó alopatía, siendo ésta tan
solo una farmacoterapia. Los miembros de la Sociedad Central no
renunciaron a sus conocimientos sobre clínica, patología, fisiología y
anatomía. Si algún miembro de la Escuela de Leipzig sufría una agresión,
la respuesta era buscar la reconciliación o bien la defensa del colega.
Para Hahnemann el sentirse parte de la medicina era el camino más
seguro a la demolición de la homeopatía. Para la Escuela de Leipzig era el
camino más seguro para la difusión digna de la homeopatía como una
disciplina médica entre la comunidad médica. En la Escuela de Leipzig no
se proclama la “medicina homeopática”, le llaman el método curativo
homeopático, el método de Hahnemann, el sistema hahnemanniano, el
sistema homeopático, el arte de curar homeopático, la terapéutica
homeopática, el nuevo método curativo, la terapia especial, o la
terapéutica general. Este énfasis en el tratamiento no era tolerado por
Hahnemann, quien deseaba que la homeopatía destacara como otra
medicina, la nueva escuela de medicina. La Sociedad Central fue respetada
y reconocida mundialmente por su edición de revistas médico-
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homeopáticas, libros de materia médica, textos de terapéutica, ensayos


médico-legistas sobre defensa de la homeopatía, farmacopeas, por
participar en las patogenesias de Hahnemann y aportando después nuevos
medicamentos. Fueron historiadores, traductores, se apoyaban entre ellos
cuando les amenazaba el exilio, multas o la cárcel, escribieron los
primeros textos de especialidades sobre pediatría, epidemiología,
ginecología y neurología. Conformaron un admirable compañerismo de
médicos que estaba creando una nueva especialidad.
Un sector de la ortodoxia hahnemanniana nació con una fuerte carga de
dogmas, esoterismo, credos anticiencia y antimedicina, así como algunas
contradicciones en lo teórico y lo práctico. Una situación tal invitaba a
distintas aproximaciones al tema y el desarrollo de algunas variantes en la
dosificación y la elección de la dinamización. Al ser atacado algún miembro
de la Escuela de Leipzig, todos reaccionaron de manera solidaria en su
defensa. Eso generó la idea en Hahnemann que todos estaban controlados
o manipulados por Muller, con una gran capacitación y prestigio en la
comunidad médica y a quien consideraba el líder. Pero al leer las
biografías queda claro que cada quien brillaba con luz propia, todo lo cual
hizo más influyente la Escuela de Leipzig y nos debiera motivar a rescatar
las numerosas obras que dejó a la posteridad.
Hahnemann esperaba un séquito leal de seguidores incondicionales,
pero la homeopatía adquiere vida propia y la sociedad resulta un
magneto….. para los grandes médicos naturalistas de la época. Sus afanes
se centraron en desarrollar el descubrimiento y proyectar de la manera
más digna la homeopatía, estuviera Hahnemann de acuerdo o no. El
historiador Bradford escribe: “La Sociedad Central creció y fue extendiendo
sus límites más lejos que los dominios limitados de la doctrina
hahnemanniana”.
Intentaremos resaltar la esencia del movimiento, apoyándonos en los
máximos historiadores de Hahnemann y de la época, Haehl, Bradford.
Ambos celebran el torrente de producción literaria, análisis e información
profesional de esa época. Sus miembros enriquecieron el método de
atención sintomático, con el método general y el método específico,
brindando varias opciones o estrategias terapéuticas. En la agrupación
deciden soltar amarras, publicando los logros alcanzados. Es muy
probable que gracias a la inmensa producción literaria de estos alemanes,
se haya establecido la homeopatía en Estados Unidos con la extensión que
le dio fama mundial. En palabras de Franz Hartmann “El proyecto de la
Sociedad Central marcó la madurez de la homeopatía que en plena
transición deja su infancia rumbo a una vida más activa, encaminada a un
desarrollo más rápido y un enriquecimiento más extenso, cultivando entre
otras cosas las ramas colaterales de la medicina. El tiempo demostró la
justeza de esta perspectiva, pues desde entonces la homeopatía avanzó a
pasos agigantados tanto en la región como en el extranjero” (Allg. Hom.
Zeitung, Vol. 38, p. 308. Traducción enNorth American. Journal of
Homeopathy, Vol. 4, p. 184.
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Veamos algunas efemérides de los integrantes de la Escuela de


Leipzig:

La historia de Hartmann.
Tomado del libro The Pioneers of Homeopathy el siguiente relato fue
escrito por Rummel, (el original enAllg. Hom. Zeitung, Vol.47, p 41-49)

1786-1853

“Hartmann fue compañero de Hornburg cuando estudiaban medicina


en Leipzig. Hornburg cambió la teología por la medicina. Siendo un gran
admirador de Hahnemann, Hornburg menospreciaba el estudio de la
medicina y trataba a los oponentes de la homeopatía de manera brusca y
desafiante, lo que le trajo después amargas consecuencias. Hartmann
sigue sus estudios de manera modesta y cotidiana, pues comprende que
muchas de las cátedras médicas resultaban indispensables. La relación de
Hartmann con Hornburg fue afortunada, pues gracias a éste conoció a
Hahnemann. El espíritu ardiente del fundador de la homeopatía, muy
pronto ejerce plena atracción sobre Hartmann, quien se incorpora a la
Sociedad de Experimentadores y se acerca a su círculo familiar. Reinaba el
aura intensa del entusiasmo por la nueva doctrina, ambiente que fortaleció
a los discípulos en el trabajo y en su resistencia a las burlas y desdén de
los demás alumnos. Con todo Hartmann conserva una sobriedad sin
prejuicios que lo motiva a emprender sus otros estudios, pero que pronto
tensara su relación con los adeptos más entusiastas de Hahnemann. Para
el avance de la homeopatía fue muy importante la aparición de la
revista Archiv fur die Homoopathische Heilkunst, fundada por Stapf y
Muller en 1822. Su influencia fue particularmente importante en
Hartmann, pues lo motivó a convertirse en un escritor, alcanzando
después la fama universal. Stapf tenía una capacidad especial de
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entusiasmar a sus amigos hacia la producción y Hartmann cede a su


influencia, reportando sus curaciones a los Archiv, desde 1823….La
rivalidad entre Hahnemann y los homeópatas de Leipzig, fue alimentada
por la intriga y la calumnia. Surgieron las suspicacias, los malentendidos y
la desconfianza. A Hartmann le afectó de manera intensa pues no era
capaz de sobreponerse y se encerraba en su disgusto. -Me relacioné con él
en esa época, convirtiéndose en una firme amistad para toda la vida. Era
una persona amable, un médico laborioso y un pensador profundo,
compañero alegre, pero intolerante a los rumores y la conducta arrogante-.

Hartmann’s Theory of Acute Diseases and their Treatment

La obra máxima de Hartmann fue el tratado “Terapéutica de las


Enfermedades Agudas según los Principios de la Homeopatía” (Hartmann’s
Theory of Acute Diseases and their Treatment), publicado en 1831, pasa
por tres ediciones y procura facilitar la práctica de la homeopatía,
haciéndola más accesible a los médicos al ordenar la patología, la
experiencia terapéutica y recomendaciones para los medicamentos
apropiados. Su libro tuvo gran aceptación y se difundió ampliamente,
contribuyendo a la creciente fama de Hartmann.
En 1832 me propone el editor Baumgartner publicar una nueva gaceta de
homeopatía. Acepté con la condición de incluir buenos coeditores y ellos
fueron Gross y Hartmann. Durante la prolongada existencia de la gaceta
Allgemeine Homoopathische Zeitung no hubo discordias y las
discrepancias se superan rápidamente…Hartmann estuvo a cargo de la
sección de arbitraje en varias revistas, pero delegó el cargo para dedicarse
a proporcionar noticias, informes, reportajes, especialmente relativos a la
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Sociedad Central de la cual fue un organizador diligente, así como un


responsable editor del Zeitung. En su lecho de muerte termina el libro
sobre enfermedades de la infancia. Entre sus publicaciones tenemos:
“Sobre la Vida de Hahnemann” (Concerning Hahnemann’s Life)
“Sobre los Alcances de la Homeopatía” (Concerning the Sufficiency of
Homeopathy). En el volúmen de febrero 25, 1850 Hartmann contribuye a
la Gaceta del Arte de Curar con Homeopatía (Allgemeine homoopathische
Zeitung) con los artículos “Mis experiencias y observaciones sobre
homeopatía” (My experiences and observations about homoeopathy)
también en 6 números del vol. 38 y dos del vol. 39 de la Gaceta. (la
traducción al inglés en N. W. Jour. Hom., Vol. IV, p. 158. Med. Counselor,
Vol. 11, p. 196, etc. También en Kleinert’s Geschichte der Homöopathische)
Notas autobiográficas de Hartmann: Tomadas del Allg. hom. Zeitung, Vol.
38, p. 308. Traducción al inglés en North Am. Jour. Hom., Vol. IV, p.
184. Med. Counselor, Vol, XI, p. 238. Brit. Jour. Hom., Vol. XXXII, p. 453.
“Conocí a Rummel y me cautivó su libro “Luces y Sombras de la
Homeopatía” después de leerlo busqué la manera de conocerlo. Pero Paul
Wolf se apersonó con los 4 tomos de la Materia Medica Pura y me atosigó
con preguntas sobre la relación de los medicamentos con las enfermedades
y sus diagnósticos según la descripción de la clínica. El impacto que
produjo en mi fue tal que por primera vez sus efectos asumieron una
forma definida y aprecié el valor de los síntomas aislados al integrar la
correspondencia para cada enfermedad en función de un nombre.
Establecí con mayor precisión y rapidez el carácter general de cada
fármaco en particular. Estoy en deuda con Wolf y Trinks por señalarme el
camino de la futura terapéutica homeopática, estudio al que he dedicado
mis ratos libres desde hace mucho tiempo.
Después me visita el Dr. Moritz Muller de Leipzig quien comenta el
plan de formar una sociedad médica, que establezca sesiones para
comentar las experiencias en la consulta y todo lo relativo a la homeopatía.
El plan era bueno y las sesiones fueron productivas. La primera reunión
en 1829 fue con los cuatro y muy pronto apreciamos las ventajas de los
encuentros destinando algunas horas a la ciencia. Las sesiones fueron
mensuales, pero ante la celebración del jubileo de Hahnemann el 10 de
agosto, se instala una sesión especial. Para entonces Carl Franz sugiere
algo que fue aceptado y maduró, la organización de un gran evento
nacional que se diera cita cada 10 de agosto, evaluando los intereses de la
homeopatía y la mejor manera de promoverlos. Los médicos de Leipzig
apreciamos lo provechoso de las sesiones mensuales y fundamos la
Sociedad Central (también conocida como La Escuela de Leipzig, nota de
GGB). El proyecto marcó la madurez de la homeopatía que en plena
transición deja su infancia rumbo a una vida más activa, encaminada
hacia un desarrollo más rápido y extenso, cultivando entre otras cosas las
ramas colaterales de la medicina. El tiempo demostró la justeza justicia de
esta perspectiva, pues desde entonces la homeopatía avanzó a pasos
agigantados tanto en la región como en el extranjero.
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En los Archives publiqué el documento Sobre el empleo de la


homeopatía en las enfermedades, de acuerdo a los principios
homeopáticos y otros ensayos. El texto recibió tal reconocimiento y
admiración que me entregué diligente e incansable a la faena literaria”

Franz Hartmann escribe sobre Samuel Hahnemann.


Este fragmento aparece en Allgemeine Homoopathische Zeitung, vols.
26, 38, 39, con traducción en North Western Journal of Homeopathy vol. 4,
y en la Revista Medical Counselor, vol. 11). Leamos a Hartmann.

North Western Journal of Homeopathy

“Quien conociera a Hahnemann en aquel momento confío que


coincide conmigo o no me culparía por ésta admiración hacia el venerable
hombre a quien la naturaleza dotara con ese intelecto magnífico. Lo sitúo
al lado de los grandes pensadores de la profesión de nuestro tiempo e
incluso lo declaro superior a éstos, pues ningún médico emprendió tan
gigantesca empresa -que sobreviva a la prueba del tiempo- llevándola a tal
grado de perfección, siendo mucho mejor que los sistemas médicos que le
precedieron. Esto se admite actualmente, pero cuando hice amistad con
Hahnemann realizaba curaciones que rayaban en lo increíble,
estableciéndole esa reputación de manera cada vez más permanente. Se
complacía en conversar conmigo sobre ciencias, siendo de lo más
entusiasta con el tema de la materia médica y terapéutica. Me esforzaba
por añadirle leña al fuego, en parte por lo entretenido de su fogoso
entusiasmo y en parte porque aprendía tanto, a estas explosiones les debo
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muchas observaciones prácticas sobre la homeopatía…Hahnemann fue un


hombre honorable y las peculiaridades que le inculpan fueron
probablemente debidas a las desagradables situaciones de su vida, fallas
en su carácter, las calumnias maliciosas y sin sustento y su alejamiento
final de todo contacto social.”

Otros escritos de Hartmann.


– “Experiencia Práctica en el Dominio de la Homeopatía“ (Practical
Experience in the Domain of Homoeopathy)
– “El empleo de Nux vomica según los principios homeopáticos” (The Use of
Nux vomica in Diseases, according to Homoeopathic Principles). Leipsic.
Woeller. 1828.

– “El empleo de Aconitum, Bryonia y Mercurius según los principios


homeopáticos” (The use of the medicines, Aconitum napellus, Bryonia alba
and Mercurius according to Homoeopathic Principles). Leipzig. Hartknoch.
1835. Traducción por Okie. Phil. Dobson. 1841.

– “Terapéutica de las Enfermedades Agudas según los Principios de la


Homeopatía (Hartmann’s Theory of Acute Diseases and their Treatment)
Leipsic. Schumann.1831-32.

– Tratado Práctico de Terapéutica Homeopática en las Enfermedades


Agudas y Crónicas. (Special Therapy of Acute and Chronic Diseases
according to Homeopathic Principles). 3a edicipon aumentada. Traducción
al inglés por Hempel, New York. Radde. 1847. Traducción al español por
Bailly Bailliere 1863.

– Terapéutica Homeopática de las Enfermedades de los Niños.


(Homoeopathic Therapeutics of Children’s Diseases). Al español por Miguel
Valero. Madrid. Impresor Julian Peña. 1853.

La historia de Moritz Muller.


Franz Hartmann escribe lo siguiente sobre Moritz Muller en la
revista Allgemeine Homoopatische Zeitung, Vol. 38, p. 33.
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1784-1849

“Se adelgazan las filas y el círculo se estrecha en torno a los viejos y


leales partidarios, amigos y representantes de la homeopatía. Pronto
ocupará una nueva generación el sitio que sostuvieran los antiguos
médicos homeópatas con el coraje inspirado y la perseverancia alegre ante
las tormentas de antaño. Con pesar profundo sin duda hasta los más
jóvenes verterán una lágrima de tristeza frente a la tumba de este valiente
campeón de nuestra adorada causa, por el querido amigo que tan
temprano partió, por Moritz Wilhelm Muller.
Muller fue un pensador profundo y su capacidad intelectual de lo más
activa desde el principio de su carrera médica hasta el final de su vida. Su
lucidez entusiasta y disposición crítica característica, fue moderada al
mantenerse alejado de la aspereza, entregado a una causa que aprendió a
amar. Midió siempre al dogma con la vara de la experiencia y su agudo
espíritu se desplazaba sobre todos los flancos débiles, antes de aceptar
algo y lo hizo saber de palabra. Sus palabras fueron en verdad preciosas,
claras, directas y agudas pero sin amargura. Así se convirtió en uno de los
primeros y mejores críticos de las doctrinas hahnemannianas, sin buscar o
alimentar enemistades contra el autor. Nada en la ciencia le era ajeno;
buscando siempre avanzar, ávidamente detectaba la flaqueza de la
práctica médica gracias a su penetrante observación y experiencia. No se
regodeaba como tantos en el conocimiento adquirido, ni egoístamente
descansó en sus laureles.
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Buscaba siempre acrecentar sus conocimientos para el beneficio de


sus semejantes y nada le escapaba que pudiera ser útil a este fin. Con tan
activo fervor era imposible no relacionarse con la homeopatía…Recuerdo
bien en 1819 cuando Muller requirió que le prestara mi copia del Organon.
La entregué moviendo mi cabeza, comentando que una estrella tan célebre
y de primera magnitud en el firmamento médico difícilmente confiaría
plenamente en la homeopatía. Pero cuál fue mi sorpresa al ver cómo el
poder de la verdad se manifestó de la manera más gloriosa y victoriosa en
el espíritu puro y sin prejuicios de Muller. Se llenó de un creciente amor
por la homeopatía mientras profundizaba en el tema, hasta ser su
dedicado adepto, sin atender la opinión de sus antiguos amigos, sin
pensar que esta conversión al arte médico reformado (como Muller mismo
seria el primero en llamarle) le trajera un periodo de pérdidas pecuniarias,
pues muchos de sus pacientes no eran de la misma opinión y buscaron
otro médico… Pronto se integró al pequeño grupo con iguales convicciones,
motivando en otros el interés en perseguir los mismos fines. En el
periódico Leipziger Tageblatt de 1821 escribe un artículo sobre la
perniciosa epidemia de escarlatina que azotó Leipzig, titulado
“Experimentar todo y retener lo que es bueno”. En dicho artículo
recomienda con urgencia el tratamiento de Hahnemann de esta
enfermedad.
Varios médicos se le unieron formando una sociedad que tuvo como
revista los Archivos del Arte de Curar Homeopático (Archiv fur der
Homoopathischen Heilkunst). El primer número contiene numerosos
artículos sólidos de su pluma y por mucho tiempo la siguió alimentando…
En varias oportunidades muestra su penetrante actividad mental, rica
experiencia y dedicación afanosa por esta buena causa, siendo unos
cuantos tan capaces de enfrentar realmente los ataques a la homeopatía,
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contrarrestar intrigas, prevenir colisiones con el Estado, con las autoridad


médicas, municipales y con los farmacéuticos. Muchos homeópatas
sujetos a demandas legales, perseguidos y en desgracia, fueron rescatados
por su pluma aguda e incisiva. En tales casos, a pesar de su estilo noble y
dignificado, no vacilaba en dirigir los más punzantes argumentos para
contrarrestar el ataque; esto lo expuso a multas en varias ocasiones,
esperando las autoridades paralizar así su energía. Pero se equivocaron
con Muller. No era tan fácil doblegarlo. Si estaba convencido de la verdad
de una causa, no había autoridad más alta que la justicia. Los oficiales
médicos de mayor rango no lograban intimidarlo, quedando expuestos con
sus razonamientos huecos y falsos argumentos. Hay testimonio de ello en
dos artículos…Participó de manera muy activa en la preparación del
jubileo de Hahnemann en 1829. Fue promotor y cofundador de la Sociedad
Central de Médicos Homeópatas de Alemania, siendo su director justo
cuando ésta era más activa e influyente. Diligente y circunspecto guió el
trabajo del comité dedicado a la fundación del hospital en Leipzig. Quien
conozca las dificultades que conlleva el establecer un nuevo hospital,
especialmente uno homeopático, el primero en Europa, comprenderá las
múltiples e innecesarias comunicaciones al consejo municipal, al
ministerio, a las autoridades médicas y el encargado de redactarlas todas
fue nuestro amigo. Por ser el más notable entre nosotros y por su
capacidad y pericia supo llevar el asunto a buen puerto, logrando esto en
el breve lapso de cinco semanas.
En septiembre de 1832 Muller recibe una carta plena de elogios de
parte de Hahnemann, a quien mantuvo al tanto de cada paso en el tema.
Con la carta Muller se sintió tan bien retribuido por sus preocupaciones y
faenas, que estuvo más dispuesto a realizar cualquier sacrificio para el
trabajo que -debiendo su éxito casi por entero a él mismo- pronto llegaría a
ser operante. Después de su esmero sincero y desinteresado debió estar no
solamente consternado sino profundamente agitado y mortificado de ver
que Hahnemann publicaba en el Tageblatt de Leipzig un artículo
insultante contra varios homeópatas honorables de esta ciudad,
advirtiendo al público que no recibieran tratamiento homeopático de sus
manos. Y esto después de la carta de encomio que recibiera el 1º de
septiembre…El artículo calumnioso solo pudo derivar de algún tipo de
chisme! No importa cuánto se haya obstaculizado la actividad de Muller, ni
cuanto se haya quebrantado su espíritu y paralizada su participación
respecto a la homeopatía, asumió la dirección del hospital homeopático
durante la primera mitad del año, brindó conferencias, que fueron
enviadas por entregas a la revista Allgemeine Homoopatische Zeitung…
Mantuvo su porte noble de estadista, incrementando la estima de sus
verdaderos amigos, incluyendo la mayoría de los homeópatas
genuinamente científicos… Se mantuvo al tanto de los avances en la
ciencia de la medicina, para no quedar rezagado ante los médicos jóvenes
y universitarios que llegase a conocer. Ocupaba sus horas libres leyendo
sobre historia, geografía y política. No conocía enemistad, no albergó
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resentimiento contra las personas malignas que lo hirieron y con


frecuencia defendía a quien que lo agredió. Dejó muchos amigos y sus
conocidos cercanos atesoran su memoria fielmente en sus corazones.”
Muller es cofundador con Stapf de la primera revista de homeopatía Archiv
fur der Homoopathischen Heilkunst. En ella publica “Contribución a la
Historia de la Homeopatía” en 1831.

La historia de Griesselich.
El historiador de la homeopatía Bradford describe asi a Griesselich:

1804-1848

“En 1831 Griesselich se acerca al círculo de seguidores de


Hahnemann, pronto se distingue por su audaz oposición a algunos de los
dogmas del ilustre maestro… Sostuvo el derecho a la libre opinión e
investigación en homeopatía, siendo un gran promotor de la Escuela de
Leipzig. Reconoce el espíritu de la homeopatía en la ley de semejantes y en
el desarrollo de investigaciones fisiológicas con medicamentos, mientras
declara al dinamismo vital, la teoría de la psora y la dinamización como
algo secundario, pudiendo aceptarse o rechazarse sin ir en contra de la
homeopatía. Reconoce como fuente principal del desprecio hacia la
homeopatía la falta de observación sobria sin prejuicio, motivo para que la
homeopatía parezca una caricatura, en vez de una verdad clara y
convincente, y el motivo que su desarrollo sea comparativamente lento.
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En su publicación Hygea, una revista de la ciencia médica que


aparece en 1834 y continúa hasta 1848, pelea contra los dogmas y
denuncia la despreciable literatura de los enemigos y de algunos
seguidores de la homeopatía… En Hygea se ataca sin compromiso las
deficiencias y debilidades de varias fases de la enseñanza homeopática,
precisando la importancia del diagnóstico y la anatomía patológica… Con
su fina capacidad crítica que emplea contra amigos y enemigos, buscaba
liberar la homeopatía de lo que consideraba obscuro, místico y lastre
superficial. A la luz de su antorcha muchas ideas fantásticas volaron como
espectros y dejaba claro que para asegurar su futuro la homeopatía no
debe distanciarse de los fundamentos de la ciencia médica”.
Griesselich se inicia en la defensa de la homeopatía en 1832 con el texto
“Bocetos desde el portafolio de un homeópata viajero”, Publicado en
Karlsruhe, por Groos, 1832. Otro artículo lo titula “Conferencias sobre la
fe y la superstición en el arte de curar”. Escribe también los ensayos
“Pinturas al fresco desde las galerías del arte de curar” publicado en
Karlsruhe, por J. Velten desde, 1834 -35. “La homeopatía a a la sombra
del sentido común” Karlsruhe, Velten, 1834. Defiende la homeopatía en
dos ensayos: “Der Sachsenspiegel“ y “Des Sachsenspiegels audre Theil“ (El
espejo de los sajones y su segunda parte) , Karlsruhe, Groos.
Dirige una carta al Dr Eisenmann titulada “Hahneman y Eisenmann”
(Karlsruhe, Groos 1836). Publica con varios colegas el “Repertorio Crítico
del Periodismo Homeopático” en cuatro gruesos folletos (Leipzig, C.E.
Kollmann 1835-36). Griesselich escribe numerosos ensayos
en Hygea (diosa griega de la higiene), considerada la revista que sirvió para
que la homeopatía sectaria de la época recuperara su vínculo con la
medicina, ganando un fundamento histórico, mayor lucidez en su teoría y
más definición en su práctica. De 1838 a 1839 se publican cuatro ensayos
de Griesselich, titulados “Clases en Berlin sobre la Fe y la Superstición en
el Arte de Curar“ (Lectures in Berlin concerning Faith and Superstition in the
Healing Art). En 1848 aparece “Contribución a la Ciencia del Arte de Curar
Homeopático o Específico” Griesselich nos deja la obra póstuma “La
Historia Evolutiva de la Homeopatía “ (The Evolutional History of
17

Homeopathy) donde analiza las discusiones sobre varios dogmas


homeopáticos.

La historia de Rummel.
Esta sección aparece en el libro Pioneers of Homeopathy publicado por
Bradford, siendo redactado por H. G. Schneider.

1793-1854

“Carl Rummel se convierte en 1825 en un simpatizante de la


homeopatía y se dedica a ésta con la devoción de quien sigue su vocación
sin prejuicios, buscando solo la luz y la verdad. Ya en 1826 envía un
artículo al Journal de Hufeland titulado “Observaciones sobre el sistema
de Hahnemann”. Poco después escribe un documento más extenso y
conocido “Luces y Sombras de la Homeopatía” (Homoeopathy with its
Lights and Shadows). Durante su actividad literaria se perfecciona en la
práctica de la homeopatía y atrae numerosos adeptos. Gracias a la
mediación de Stapf se relaciona con el fundador de la homeopatía y forma
parte del pequeño círculo de de homeópatas jóvenes que integran la
Sociedad de Experimentadores. En 1832 con Gross y Hartmann fundan la
gaceta Allgemeine Homoopathische Zeitung. Sufre la persecución por
numerosos enemigos de la homeopatía al no seguir la reglamentación
oficial ante casos terminales. Al final Rummel fue respetado, mientras su
fama y grupo de seguidores fue creciendo. Siendo presidente de la
Sociedad Central de Leipzig ejerció una favorable influencia por su
carácter afable y su capacidad de mediar conflictos gracias a su tolerancia
18

y tacto. Incansable trabajador para asegurar el reconocimiento del Estado,


contribuye con igual tenacidad en 1842 y 1843 a conseguir que los
médicos homeópatas de Prusia prescribieran sus propios fármacos
homeopáticos. Sus esfuerzos honestos fueron reconocidos por el Estado y
Rummel fue designado en 1846 Consejero Real de Salud. Gracias a su
esmero afanoso fue desvelado en Leipzig en 1851 el monumento a
Hahnemann. Crea el “Fondo Hahnemann” para premiar los mejores
ensayos en farmacodinamia logrados por los miembros de la Sociedad
Central.”
En otro libro el historiador francés Rapou relata lo siguiente sobre
Rummel: (Histoire de la Doctrine Médicale Homéopathique, Vol., 2,)

Histoire de la Doctrine Médicale Homéopathique

“En 1824 Rummel ejerce la terapéutica convencional en Mersberg,


cerca de Naumburg donde vive Stapf. Siendo que sus pacientes no se
recuperan busca auxilio del célebre homeópata que a tantos había
ayudado. Gradualmente fue aceptando los resultados clínicos que
apreciaba en la consulta de Stapf. Al respecto Rummel escribe lo siguiente
dirigido a los médicos que, como él, abandonaron los métodos de la terapia
ordinaria -Desde hace dos años que la homeopatía atrajo mi atención,
tiempo insuficiente para superar las dificultades que entraña para los
principiantes, pero suficiente para comprender sus principios y su esencia.
Con mucha frecuencia me sorprende el éxito ante cuadros crónicos, otras
veces solo puedo aliviar o paliar enfermedades y en ocasiones me vi
obligado a regresar a medidas alopáticas para evitar que los pacientes se
19

hartaran de mi ineptitud. Esto último me convenció que sabía bien poco de


los recursos del nuevo método-.
Rummel que era de temperamento conciliador, cede ante puntos
triviales frente a quienes aceptan verdades fundamentales. Escribió carta
tras carta en el Allegemeine Zeitung en respuesta a Griesselich, en donde
expresa claramente su opinión del nuevo método. Rummel emplea las
altas diluciones homeopáticas y fue de los primeros en utilizar el
microscopio para analizar su composición….Sostuvo que un conocimiento
profundo e íntimo de todas las ramas y disciplinas de la medicina eran
absolutamente necesarios para capacitarse en el empleo exitoso de la
homeopatía. Rummel dijo que lejos de emprender una guerra destructiva
contra la ciencia, la homeopatía está destinada a reconocer solo la
verdadera ciencia y liberar a la terapéutica de las conjeturas, pues no
pretendemos ignorar la experiencia terapéutica cuando se sostiene ante el
experimento confiable, pero queremos iluminar toda explicación e
hipótesis. Para Rummel no se debe negar la utilidad de otros métodos
curativos en algunas situaciones, pero se debe señalar cuando los médicos
interfieren con la naturaleza en vez de estudiarla a la manera de
Hipócrates, denunciando cuando suprimen la capacidad curativa de la
naturaleza, mientras hablan de apoyar sus esfuerzos.” (Trad. al inglés en
Medical Counselor, Vol.11, p. 307.)
Rummel fue notable por los siguientes escritos: “Ensayo sobre la
Historia de la Homeopatía en la Última Década” (Review of the History of
Homoeopathy in the Last Decennium, with a Biography of Muhlenbein)
Leipsic, Schumann. 1839.
“Necesidad de equiparar la homeopatía con la escuela médica antigua.
Una petición de varios médicos homeópatas de Prusia dirigida al Ministerio
de Educación” (Necessity for the Equalization of Homoeopathy with the
older ‘Medical School. A petition of several Homoeopathic physicians of
Prussia to the Ministry of Education.) Magdebourg: Heinrichshofen. 1848.
(Reimpreso en la gaceta Allgemeine Homoopatische Zeitung).
20

La historia de Hartlaub y Trinks.

1802-1836

Hartlaub para el historiador Rapou fue el escritor más prolífico.


Bradford refiere: “Aunque menos notable en disertaciones teóricas, cubrió
más los aspectos terapéuticos y prácticos” En 1830 Hartlaub edita con
Trinks la revista Anales de Homeopatía Clínica (Annalen der
Homöopathischen Klinik). Su meta fue contribuir a la perfección del método
publicando observaciones en detalle sobre el tratamiento de una gran
variedad de enfermedades, buscando completar y verificar las patogenesias
mediante la clinica para colocar los nuevos medicamentos en un base más
firme y cierta. Los Annalen se publicaron hasta 1834, pero la revista fue
retomada por la Sociedad Silesiana de Homeopatia bajo el título Praktische
Beitrage hasta 1840, cubriendo diez años de resultados y enseñanzas
clínicas de gran valor para los médicos”. Entre los libros de Hartlaub
destacan:
– “Principios del Nuevo Método Curativo Acorde a la Naturaleza, llamado
Homeopatia” (Principles of the New Healing Method Agreeing with Nature,
called Homeopathy). Leipsic. Kuenzel, 1834.
– “Catecismo de la Homeopatía”. Leipsic. Baumgartner 1824. 3a ed. 1829,
4a ed. 1834.
Trinks por su parte contribuye con numerosos artículos a la
revista Hygea. Un miembro de la Escuela de Leipzig, Hirschel, le dedica el
siguiente escrito:
21

1800-1868

“Su claridad intelectual, capacidad crítica y destreza como médico


pronto le dieron esa posición prominente necesaria para el éxito de la
nueva escuela, a lo que se dedicó con una energía y entrega procurando la
perfección en toda empresa que asumiera. Fue un excelente polemista,
más que un orador original, siendo un hombre eminentemente práctico.
Su amor por lo real en vez de lo ideal contribuyó a que fuera el médico más
íntegro. Como pleno pensador independiente, pronto se contrapone a
Hahnemann. Le contrariaba todo lo que pareciera místico, lo que pareciera
ligar la homeopatía a la charlatanería. Fue una persona saludable, lo que
permitió 44 años de arduas labores profesionales ininterrumpidas. Su
reputación como médico le hizo merecer varias órdenes reales y ser
asignado el cargo de Consejero Médico. Por todo el norte de Alemania
Trinks fue considerado el médico más distinguido que haya practicado
homeopatía desde los tiempos de Hahnemann. Edita con Hartlaub la
valiosa revista Anales de Homeopatía Clínica (Annalen der
Homöopathischen Klinik) que ofreciera al mundo tan excelentes
medicamentos y observaciones prácticas. De manera incesante alimenta
las revistas homeopáticas con artículos de lo más útiles, comentarios
prácticos, críticas, casi hasta el dia de su muerte. En sus ensayos siempre
se muestra actualizado en ciencias e interesado en el progreso de todas las
ramas de la ciencia médica. En un período temprano de la historia de la
homeopatía, cuando Hahnemann estuvo en peligro de ser arrastrado por
sus entusiastas pero temerarios discípulos a promulgar nociones
inmaduras y sin sustento, el sentido común de Trinks prevaleció y le evitó
22

entregarse a ideas insostenibles ante lo experimental. Algunos de sus


escritos fueron:
– “Homeopatía, una Carta Abierta Hufeland”, Dresden; Arnold 1830.
– “Los méritos de Samuel Hahnemann relativos al Arte de Curar“. 1843.
Schumann. Leipzig.

Des Guidi y Dufresne. La Escuela de Leipzig alcanza Francia.

1769-1863

Des Guidi, introduce la homeopatía en Francia en 1831, pero nace en


Nápoles, fue un liberal, general revolucionario antimonárquico,
encarcelado y a punto de ser fusilado fue salvado por la intervención de
amigos de Inglaterra. Busca asilo en Francia donde es profesor de
matemáticas y de física. Obtiene el doctorado y se gradúa como médico en
la Universidad de Estrasburgo. De visita en Nápoles se convence de la
homeopatía por dos sucesos: fue testigo (no participante) del ensayo clínico
oficial en un hospital dirigido por los médicos italianos Horatiis y Romani
con resultados favorables a la homeopatía. El otro factor fue la curación de
la esposa de Des Guidi por los mismos Romani y Horatiis. Des Guidi es
miembro de la Escuela de Leipzig, conoce personalmente a Hahnemann y
además introduce la homeopatía en Francia en 1830. Se le recuerda por la
famosa “Carta a los médicos de Francia”, traducida a todos los idiomas.
Vive hasta los 94 años. Fue uno de los fundadores de hospitales en Paris y
en Ginebra. De esta manera la homeopatía en Francia es introducida por
un profesor de las ciencias exactas.
En Ginebra Des Guidi sorprende al Dr Dufresne al curarle a unos
pacientes. Dufressne se incorpora a la Escuela de Leipzig. En 1833
Dufresne funda la Sociedad Homeopática Gala, para los países donde se
23

habla francés, que sesiona anualmente en Lyon o en Paris. Edita la


Biblioteca Homeopática de Ginebra (1832-1844), primera revista mensual
en francés. Dufresne es quien convence sobre homeopatía nada menos que
al gran Tessier. Dufresne ofrece el discurso de bienvenida a Hahenmann
en Paris. (Datos tomados de Bradford, Pioneers of Homeopathy).

Las 18 tesis de Wolf.


Paul Wolf fue contemporáneo de Hahnemann, el escrito que aparece a
continuación es de 1836 y fue

Archiv fur Homoopathische Heilkunst


Publicado en Archiv fur Homoopathische Heilkunst(Archivos del arte de curar
homeopático) volumen 13, la primera revista médico homeopática de la historia.

Es de sus pocos artículos, pero le hizo famoso, siendo conocido como


el manifiesto de la Escuela de Leipzig, se titula 18 tesis que ilustran los
principios de la homeopatía, según su verdadero sentido, dirigido a amigos
y oponentes de este método curativo.
1. Dosis pequeñas curan lo que dosis grandes provocan.
2. Lo difícil de la aplicación práctica del método homeopático,
confirma que para obtener el título de médico homeópata se requieren
años de estudios y experiencia. No es cosa de unos días o semanas.
24

3. Ciertas proposiciones del Organon dan la impresión que este


método de tratamiento solo se basa en la correspondencia sintomática, sin
atención a las causas y a las demás ramas de la medicina. La rigidez de los
críticos no ha tomado en cuenta las proclamas de los médicos homeópatas
que si toman en cuenta la importancia del origen y causas de las
enfermedades. Desde hace tiempo los homeópatas han señalado la
tendencia de Hahnemann a sostener ciertas ilusiones. De manera
reiterada e independiente hemos anunciado que no compartimos ni
apoyamos la ausencia de logros científicos, ni proclamamos que solo las
conductas empíricas son válidas en el arte de curar.
4. Proponemos que es correcta la petición de Hahnemann de atender
la totalidad sintomática, que implica tomar en cuenta las manifestaciones
del paciente en lo mental y todas sus modalidades.
5. No aceptamos la opinión generalizada de que el médico homeópata
puede excluir la reflexión y juicios sobre la enfermedad misma,
quedándose exclusivamente con la correlación sintomática.. Quedarse en
tan crudo empirismo seria la tumba de la ciencia misma. Se requiere la
“similitud con la enfermedad”, mientras la “similitud sintomática” es tan
solo un medio que auxilia para obtener la información necesaria… Además
del diagnóstico de la enfermedad se requiere conocer el carácter individual
del medicamento.
6. El médico homeópata debe conocer y distinguir el rango y
significado de los distintos síntomas, así como su relación con las causas,
para poder juzgar cuales síntomas son los que mejor expresan la
individualidad.
7. Se nos reprocha cuando Hahnemann dice que no se puede conocer
la causa interior, ni es necesario, pues solo existen las causas dinámicas.
Para nosotros el sustrato material y orgánico de los síntomas si se puede
conocer. Dicen que no nos interesa el origen y sitio de las enfermedades,
pero solo la crítica ciega y apasionada produce tales aseveraciones como si
fuesen argumentos, contrapuestos a la tendencia científica de la
homeopatía, señalada de manera puntual en los “Archives” y otras
revistas.
8. Se nos condena por la propuesta de Hahnemann que dice “el
conjunto de síntomas es el principal y único objetivo del médico que esta
ante un caso de enfermedad, el poder de su arte debe dirigirse solo contra
eso para curar y restaurar la salud”. Pero esa crítica es demasiada
superficial, pues para Hahnemann el quitar todos los síntomas de manera
permanente indica que se ha logrado la curación profunda, desde la causa
(Organon 7 y 8)
9. Pretender que solo la alopatía logra la curación atendiendo a las
causas, es un enunciado malintencionado o un problema de
desinformación. Para nosotros es también un objetivo primario el remover
la causa que opera en una enfermedad. [Negar completamente la
investigación de la naturaleza o esencia de las enfermedades (como lo
inculca Hahnemann) no es artículo de fe de los homeópatas. El deseo
25

innato de investigar las causas ocultas, urge a la mente humana a hacer


hasta de lo aparentemente inescrutable, motivo de investigación]
10. No nos oponemos a designar la homeopatía como un tratamiento
sintomático (pues le damos un gran valor a los síntomas en la práctica),
pero eso no justifica juzgarla como un tratamiento que no es causal o
racional, como si ahí estuviera la diferencia entre ambos métodos de
tratamiento.
11. Lo que distingue las dos escuelas de tratamiento es la materia
médica y la terapéutica, no la anatomía, fisiología, etiología, nosología,
anatomía comparada, anatomía patológica. El conocimiento de estas
materias nos resulta indispensable. Consideramos a los homeópatas que
piensan que dichas materias son prescindibles, como sujetos que
pertenecen a otra escuela, no compartiremos sus méritos, tampoco nos
apropiaremos de las críticas que reciban.
12. Es indudable que hay enfermedades crónicas difíciles de curar, o
que regresan después de un periodo de alivio más o menos largo.
Hahnemann investiga la manera de eliminar estas enfermedades en su
Tratado sobre Enfermedades Crónicas. Mientras tanto nadie desconoce la
oposición que ha generado al declarar que la gran mayoría de las
enfermedades crónicas tienen por origen la sarna, aun entre los médicos
homeópatas. Sin embargo no se produjo un cisma pues Hahnemann deja
abierto el elegir entre una gran cantidad de medicamentos según los
principios del similia y la peculiaridad del caso. Hubiese sido distinto de
exigir el empleo de uno o unos cuantos antipsóricos para la gran
diversidad de enfermedades crónicas.
13. Estamos conscientes que en las patogenesias puede haber algunos
errores. Por eso consideramos que los experimentos nos ofrecen
indicaciones para su empleo en afecciones espontaneas similares. Cuando
hemos sido testigos de curaciones bajo dichas indicaciones, elevamos el
rango del síntoma por la confirmación de su acción terapéutica. No vamos
a eliminar los fundamentos de la homeopatía. Los reproches por las
deficiencias en las patogenesias, solo nos motivan y encaminan a
perfeccionar éste método experimental.
14. Hemos visto curaciones por el similia empleando dosis crudas,
propias del tratamiento alopático. Pero en enfermedades de curso rápido y
violento, solo las dosis bajas son funcionales si deseamos aplicar el
principio homeopático de curación. Las grandes dosis pueden causar una
agravación dolorosa e innecesaria de la enfermedad. Por eso Hahnemann
procedió a diluir sus preparaciones, sin imaginar la gran energía con la
que podrían actuar al llevar la dilución a grandes extremos, y todos los
homeópatas sin excepción, reconocen lo correcto de sus observaciones.
Cuando Hahnemann habla de la “espiritualización” del medicamentos,
para referirse al efecto puramente dinámico del mismo (en oposición al
químico que resulta inconcebible a tan altas diluciones), la expresión
resulta sin duda inadecuada, pero debemos considerar que no es fácil
encontrar un término para algo previamente desconocido. Aunque no
26

aceptamos que solo la 30c sea aplicable en toda enfermedad, y tampoco


las patogenesias exclusivamente con altas diluciones.
15. La máxima de continuar la operación del medicamento sin
perturbar mientras avance la curación, es juiciosa y apropiada, pero es
imposible determinar por adelantado el número de días precisos que serán
necesarios, pues depende de la enfermedad, la dosis y las peculiaridades
del paciente. El mismo Hahnemann lo comprendió así, retirando su
opinión inicial que consideraba perjudicial la repetición de las dosis.
16. Consideramos el antiguo método imperfecto en relación al nuestro,
aunque no hayamos alcanzado aún la perfección. En cuanto a la sangría,
la experiencia nos muestra que resulta innecesaria cuando se cuenta con
el tratamiento homeopático, a sabiendas de la eficacia de nuestros
remedios específicos en estados inflamatorios.
17. Hahnemann no niega el poder curativo de la naturaleza, pero
considera que no merece ser imitado, y pocas veces es suficiente. Se
conoce bien esta posición de Hahnemann, aunque no es aceptada por la
mayoría de los homeópatas. Nuestros oponentes, anuncian que confían
más en la naturaleza que nosotros, señalando que la curación siempre se
alcanza por la naturaleza y no por el medicamento, pero esa es
precisamente nuestra convicción. En realidad esta controversia no tiene
sentido.
18. Protestamos ante los que dicen que lo presentado arriba es
diferente a lo expresado en el Organon y las Enfermedades Crónicas. Por
grande que sea nuestra admiración por su genio y lo esencial del método
de tratamiento que descubrió, estamos tan poco dispuestos a bajar la
cabeza ante la autoridad del fundador de la homeopatía, como ante las
dudas teóricas y el ridículo de nuestros adversarios. Nuestros esfuerzos
están más bien dirigidos a separar el principio fundamental del similia, asi
como la patogenesia que enriquece nuestro acervo medicinal, asi como
otras reglas prácticas derivadas de la experiencia, a separarlos de
cualquier agregado de teorías o suposiciones sin relación con estos
fundamentos de la homeopatía. Algunos críticos han reclamado con
justeza que muchas ideas extravagantes y exclusivas del Organon no
fueron aprobadas por muchos homeópatas.

Los miembros de la escuela de Leipzig, una reflexión obligada.


Pierre Dufresne, Des Guidi, Anton Fischer, Carl Franz, Gross, Carl
Hartlaub, Franz Hartmann, Carl Haubold, Bernhard Hirschel, Kretschmar,
Wilhelm Lux, Moritz Muller, Georg Muhlenbein, Charles Peschier, Foster
Quin, Gottlieb Rau, Joseph Roth, Ernst Rueckert, Rummel, Stapf, T.
Thorer, Trinks, Paul Wolf.
27

Bradford. The pioneers of homeopathy

Vimos que Hahnemann deja gemelos: el método para la curación


homeopática de las enfermedades y la exposición de sus principios
teóricos. Con el desarrollo de ambos discursos se intenta divulgar la
naciente homeopatía. Joseph Roth –quien con éxito trata por primera vez
enfermos en el Hospital General de Munich- dijo que no era atendiendo
enfermos como la homeopatía llegaría a Munich, siendo más necesaria una
clara y precisa exposición de sus principios. Para ello establece un curso
en la Facultad Maximiliano a fines de 1831. Bradford dice que “Roth tuvo
una gran audiencia y al año siguiente sus clases fueron publicadas con el
título Hechos sobre el tratamiento homeopático de la enfermedad (Facts
concerning the homeopathic cure of disease) en diez lecciones, pasando a
ser uno de nuestros textos clásicos” (Cita de Pioneers of Homeopathy).
Estamos ante un ejemplo de una época, una corriente de divulgación
intensa e influyente conocida como la Escuela de Leipzig.
Hahnemann se ofende pues en el hospital de Leipzig no había la
pureza estricta del tratamiento homeopático. Pero hay que pensar en la
28

cantidad de veces (por ejemplo ante la ausencia de suficientes


medicamentos homeopáticos en esa época) que habría que enfrentarse a
urgencias e intoxicaciones, o cuando un estreñimiento prolongado requería
un enema o un laxante conocido, cuando una intoxicación accidental
requería un emético conocido, o bien alguna fiebre muy alta requería algún
antipirético conocido. La misma prohibición de Hahnemann de repetir la
dosis con frecuencia -algo tan necesario en casos muy agudos o fiebre
alta- impide que en algunos casos severos se logre el éxito con homeopatía.
Pero Hahnemann prohíbe el cambio frecuente de fármacos y hasta la
repetición frecuente de la dinamización. En la capacidad de generar
amistades fue central la labor de Stapf, el famoso y cercano colaborador de
Hahnemann. Stapf funda con Muller la primera revista médica
homeopática, misma que influye en Hartmann, quien se motivó a escribir.
Rummel describe así la fraternidad: “Al proponerme fundar y editar la
gaceta Allgemeine homoopathische Zeitung en 1832 acepté con la
condición de tener a Gross y Hartmann como editores asociados. Ambos
amigos aceptaron,, siendo Gross leal y diligente hasta el volumen 31
cuando muere. Gracias a la amistad con Stapf que vivía cerca de mí,
conocí a Samuel Hahnemann. Stapf después de leer mi obra Luces y
Sombras de la Homeopatía, fue más amistoso, lo mismo Gross.”
Los eruditos y de cultura enciclopédica que destacaron en geología,
botánica, matemáticas, historia, ciencias naturales y ciencia médica
fueron Moritz Muller, Ludwig Griesselich, Ludwig Rau, Ludwig Schroen,
Paul Wolf, Des Guidi y Samuel Thorer. Miembros distinguidos de las
sociedades médicas y de ciencias naturales de las regiones donde vivieron.
Aunque Tal vez Muller y Griesselich sobresalían. Ellos alimentaron de
visión a los artículos y al movimiento, sus largas luces sin duda fueron
inspiración para seguir firmes en esa senda, que en mucho difería de lo
que aprendieron en la sala de Hahnemann. Muller ya era una autoridad en
medicina, con gran reconocimiento cuando Franz Hartmann le presta su
copia del Organon, y con ello se manifiesta una riquísima veta literaria
para nuestra especialidad médica.
Es necesario investigar por qué esta época tan importante de la
historia de la homeopatía sigue siendo ocultada y su obra siga sin
traducción. Sería conveniente realizar una recopilación de los mejores
artículos y ensayos en un gran libro que muestre la trascendencia de la
Escuela de Leipzig. En el mejor de los casos los libros, textos y manuales
originales pudieran traducirse para su publicación íntegra. Siendo que
esta literatura se encuentra en las principales bibliotecas de Alemania, se
requiere una expedición para rescatarlos, clasificarlos, haciendo un
inventario de lo que aún exista.
Llama la atención que en algunas historias de la homeopatía esté
ausente este periodo tan importante.
29

Por ejemplo, en Divided Legacy (Legado Dividido) de Harris Coulter no


se mencionan sus libros, ni los autores más relevantes. Todo esto del
misterio en torno a la Escuela de Leipzig nos recuerda al oscurantismo,
algo parecido a las prácticas de la Edad Media, cuando se ocultaban los
textos para que el pueblo no tuviera acceso a la información. La falta de
traducciones la hace más inaccesible, pero no hay siquiera el interés que
hubo en rescatar a Dunham cuya obra aún se vende en dos libros que la
reúnen. Gracias a la Escuela de Leipzig sin duda la homeopatía en EEUU
floreció en el siglo 19 y 20, al inspirar a Hering y a los médicos
homeópatas alemanes de la Academia de Allentown. Los fundadores de la
homeopatía en EU del siglo 19 debieron estudiar a Hartlaub, Rummel,
Hartmann, Trinks, etc.
Una de las sorpresas para el estudioso de esta época es que los
debates y discusiones sobre marco teórico y terapéutico que uno pensaba
eran propios del siglo 20 y 21, existieron a principios del siglo 19 y
precisamente se presentaron y publicaron en revistas y libros por la
Escuela de Leipzig. Desde entonces se plantearon preguntas e hipótesis
sobre el modo de actuar de la homeopatía, sobre sus alcances y
modalidades terapéuticas, la propiedad del lenguaje en cuanto a la
30

terminología y la semántica que conviene a las ciencias naturales y las


ciencias de la salud, la importancia de seguir investigando y no quedarse
estancado, actualizarse, fortalecer la homeopatía como disciplina médica y
sentirse parte de la medicina.
La Escuela de Leipzig fue un semillero, que se extiende por el orbe en
la conciencia de miles de médicos. No hubo reconocimiento ni homenajes
para esta escuela, pero todos se beneficiaron y nutrieron de sus
enseñanzas. El que no figure la Escuela de Leipzig en los cursos de
homeopatía en el siglo 20 o 21, el que se desconozcan su aportes se debe a
que en los círculos homeopáticos prevalece aun la mística del sectarismo y
esoterismo, mientras la Escuela de Leipzig fue precisamente prociencia y
promedicina. Para la Escuela de Leipzig estaba claro que en vez de
convertir, había que convencer, que para convencer era imprescibindible
educar y la educación vendría al establecer con claridad los principios de
la homeopatía, en donde había bases sólidas y en donde estaban aún las
hipótesis, la claridad y la honestidad intelectual por delante. La Escuela de
Leipzig nos dio la brújula, las coordenadas, la ruta de viaje para llevar a
buen puerto este importante movimiento médico.

Bibliografía: Las revistas.


En torno a la obra literaria que produjo la Escuela de Leipzig, Bradford
dice: “Las revistas se convirtieron en un medio especial por el cual la
homeopatía aislada, gradualmente reinicia su conexión con la medicina,
ganando un fundamento histórico, mientras su teoría adquiere más luz y
su práctica se define mejor”.
La agrupación de Leipzig tuvo como primer medio de divulgación la
revista -Archiv fur der Homoopathischen Heilkunst (Archivos del Arte de
Curar Homeopático). Durante mucho tiempo la pluma de Moritz Muller
ofrece sólidos artículos a la revista, que siendo editada por Stapf y Muller
se mantuvo desde 1822 hasta 1848. La secuencia de revistas se convierte
en un torrente, destacando la publicación de:

– Rummel, Hartmann y Gross titulada Gaceta de Homeopatía General


(Allgemeine Homoopatische Zeitung)

– Hartlaub y Trinks editan en 1830 la revista Anales de Homeopatía


Clínica (Annalen der homöopathischen Klinik).

– Griesselich edita Hygea,

– Veit Meyer y Clotard Muller editan la Revista Homeopática Trimestral


(Homoopathische Vierteljahrsschrift),

– Timotheus Thorer dirige una revista por entregas en cuatro volúmenes


Contribuciones Prácticas a la Homeopatía o la Terapia Específica
(Praktische Beitraege in Begiete der Homoopathie) de 1835 a 1839. En ésta
31

colaboran con artículos los miembros de su sociedad homeopática


alemana y el mismo Thorer con ensayos sobre aspectos terapéuticos,
clínicos y epidemiológicos.

- Dufresne y Peschier editan en 1831 la primera revista en francés de


homeopatía Bibliotheque Homeopathique de Geneve, que contribuye a la
difusión de la homeopatía en Francia.

– Schweikert edita el “Diario sobre el arte de curar con homeopatía”


(Zeitung fuer Homoopathische Heilkunst).

– Kleinerts Geschichte der Homöopathische (Historia de la homeopatía


según Kleinert).

– B. Hirschel edita la última revista de esa agrupaciónZeitschrift für


homöopathischen Klinik con un tiraje de 1852 a 1874.
32

Referencias:
– Thomas Bradford. The Pioneers of Homeopathy.Boericke and Tafel.
Philadephia. 1897.

– Thomas Bradford. The Life and Letters of Dr Samuel Hahnemann.


Boericke and Tafel. PHiladephia. 1895.

– Richard Haehl. Samuel Hahnemann, his Life and Work. B. Jain. New
Delhi. 1971.

– Auguste Rapou. Histoire de la Doctrine Medicale Homoeopathique. JB


Bailliere 1847.

– Sue Young. Sue Young histories and biographies of homeopaths.


33

Índice

1. La ortodoxia hahnemanniana en la historia. 3

2. La historia de Hartmann. 7

3. Franz Hartmann escribe sobre Hahnemann. 10


3.1. Otros escritos de Hartmann. 11

4. La historia de Moritz Muller. 11

5. La historia de Griesselich. 15

6. La historia de Rummel. 17

7. La historia de Hartlaub y Trinks. 20

8. Des Guidi y Dufresne. La Escuela de Leipzig


alcanza Francia. 22

9. Las 18 tesis de Wolf. 23

10. Los miembros de la escuela de Leipzig, una


reflexión obligada. 26

Bibliografía. 30

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